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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales - México

Un acercamiento al Estado
de Derecho y a la
Democracia

Estado de Derecho y Democracia


Autor: Adrian Piejko Patiño

Tutora: Ariadna Estévez

2013
Adrian Piejko Patiño

1. Introducción.-

La relación entre Estado de Derecho y Democracia ha significado un importante debate y


desarrollo teórico sobre la misma, el cual, como es de esperar, lejos de ser uniforme más
bien es controvertido y con concepciones y propuestas heterogéneas.

En el presente ensayo se pretende abordar la base conceptual del Estado de Derecho y de la


Democracia, para identificar su relación y sus diferencias entre ambas instituciones.
Asimismo analizar la situación de las mismas en Latinoamérica y sus posibilidades de
fortalecimiento en la región. Para esto se priorizará la presentación de la concepción de dos
autores prominentes en esta materia, Elías Diaz y Guillermo O´Donell, como marco teórico
para el análisis de las condiciones en América Latina.

2. Conceptos de Estado de derecho y democracia.-

Como se mencionó en un principio, cuando hablamos de Estado de derecho y Democracia,


estamos hablando de dos conceptos bastante controvertidos, por tal razón en el presente
ensayo se presentarán las principales corrientes teóricas desde las que se sustentan ambos
conceptos.

2.1. Estado de Derecho.-

Una visión simplista del asunto puede formular quizás que el Estado de derecho es un mero
componente de la Democracia (Ingram 2013), pero en realidad se trata de dos conceptos
que dependiendo de la propuesta teórica a la que uno se circunscriba varía desde el
contenido hasta la relación de cada uno de ellos.

Cuando nos referimos a la idea fundamental del Estado de derecho, proponemos en el


actual ensayo identificar dos vertientes que por sus características engloban a la mayoría de
los conceptos sobre el mismo. En ese sentido podemos encontrar una dicotomía entre
concepciones procedimentales y sustantivas. Veremos cada una de ellas.

Entre los principales autores que sostienen una teoría procedimental del Estado de Derecho
encontramos a Joseph Raz y Robert Summers, quienes sostienen que:
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“El estado de derecho tomado en su sentido más amplio significa que la gente
debe obedecer el derecho y regirse por él. Sin embargo, en la teoría política y
jurídica ha llegado a ser interpretado en un sentido restringido de que el gobierno
debe ser regido por el derecho y sometido a él” (Raz 2002, 17)
Sobre la base de esta concepción, Raz nos propone ocho principios requeridos para que se
pueda concebir ell Estado de derecho: 1) la prospectividad, transparencia, y claridad; 2)
estabilidad; 3) el establecimiento de disposiciones jurídicas particulares debe ser guiado por
disposiciones jurídicas abiertas, estables, claras, y generales; 4) la independencia judicial;
5) justicia natural; 6) poder de revisión; 7) tribunales accesibles; y 8) órganos de prevención
criminal bien supervisados (Raz 2002). El mismo Raz nos dice que estos ocho principios se
dividen en dos grupos: a) características de las normas del derecho en sí (principios 1-4); y
b) características de la “maquinaria jurídica”, o sea, de las instituciones del aparato de
justicia (principios 5-8). Por este motivo, Raz concibe al Estado de derecho como un
conjunto de principios sobre la ley y las instituciones legales que ayudan a realizar los
primeros principios. De similar forma Summer reconoce principios que deben regir el
Estado de derecho, el cual en ambos casos debe ser “neutral”. Para ambos autores el Estado
de derecho está constituido por reglas formales. En consecuencia, el Estado de derecho no
contiene principios sustantivos o contenidos de la norma, sino sólo límites en la creación y
aplicación de las leyes. Pese a esto, el Estado de derecho es una herramienta que permite
garantizar tanto la libertad como la dignidad humana entendiendo a esta última como la
garantía de autodirección o capacidad de decisión de las personas.

Esta proposición nos impulsa hacia una concepción de Estado de derecho en la que el
hecho de cumplir la ley y contar con instituciones que faciliten esa tarea nos permite
concebirlo como tal. Como sostiene Ingram, “el Estado de derecho no es necesariamente el
estado del “buen” derecho, pero el Estado de derecho si “tiende a ser” un Estado de buen
derecho” (Ingram 2013, 20). En esta concepción se puede prescindir de la democracia
como forma de gobierno, ya que su requisito fundamental es el cumplimiento formal de la
ley y si en un gobierno dictatorial se cumple la Ley, también se puede concebir como un
Estado de derecho.
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Como contracara a esta concepción encontramos la sustancial del Estado de derecho, la


cual como principales exponentes tiene a Elías Díaz y Rodolfo Vázquez. Desde una mirada
sustancial se concibe al Estado derecho como “la institucionalización jurídico-política de la
democracia. Con él se trata de convertir en legalidad “normas, Constitución) el sistema de
valores (libertad como base) que caracteriza a la legitimidad democrática” (Diaz 2002, 61).

De acuerdo con Elías Díaz, y a diferencia de Raz y Summers, el Estado de derecho sí tiene
un contenido. A través del Estado de derecho se legaliza el sistema de valores que
caracteriza a la legitimidad democrática. Esto implica que la legitimidad no se agota en la
legalidad sino que se trata de dos conceptos que pueden coincidir o separarse.

Estos autores reconocen a su vez ciertos atributos para que se pueda desarrollar un Estado
de derecho. De manera amplia, tanto Díaz y como Vásquez, concuerdan plenamente en con
los principios descritos por Raz y Summers, pero agregan un atributo que estos últimos no
consideran: “Respecto y promoción de los derecho fundamentales”. En ese sentido
podemos decir que tanto para Díaz como para Vásquez existe un nexo elemental entre la
efectividad de los derechos humanos y la capacidad para la autonomía individual que se
supone que el Estado de derecho debe proteger. (Ingram 2013)

Esta concepción del Estado de derecho sólo admite regímenes democráticos y


constitucionales, a diferencia de la concepción procedimental que también permite incluir
regímenes autoritarios.

2.2.Democracia.-

Al igual que en el caso del Estado de derecho, cuando hablamos de Democracia no


referimos a un concepto que tiene varias vertientes, las cuales varían de acuerdo al modelo
de Democracia al cual uno haga referencia. Es por eso que nos parece pertinente indicar
este ensayo indicando ¿Qué entendemos por modelos de democracia? Al respecto
Macpherson sostiene que nos referimos con este término a “una construcción teórica,
destinada a exhibir y explicar las relaciones reales, que subyacen a las apariencias,
existentes entre los fenómenos que se estudian o en el interior de cada uno de ellos”
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(Macpherson 1981, 11) Asimismo Daniel Vásquez indica que “los modelos no sólo
incorporan elementos empíricos en su articulación sino también elementos normativos: cuál
es el mejor modelo, qué se espera de cada uno de ellos, cuál coincide con los valores
sociales dominantes” (Vásquez 2013, 21)

Es así que podemos decir que los modelos de democracia son construcciones teóricas
acerca de aspectos políticos, económicos y sociales que tienen como objetivo explicar
cómo se desarrollan en la práctica el entendimiento de democracia y además como debiera
ser esta. A razón de esta aproximación existen varios autores que fueron diseñando y
agrupando los distintos modelos de democracia conforme a características que puedan
hacerlos comunes, por ejemplo la desarrollada por Daniel Vásquez quien ordena los
distintos modelos los tipos generales de: democracia representativa y participativa,
democracia sustancial y procedimental. El siguiente cuadro elaborado por el mismo autor
resume de manera clara lo planteado:

Representativa Participativa
Procedimental Tendencia Liberal-libertaria: Participativas-
- Modelo protección. procedimentales:
- Modelo legal. - Modelo semi-directo.
- Modelo elitista- - Modelo ateniense.
tecnocrático. - Modelo directo.
- Modelo pluralista.
- Modelo de elección
racional.
Sustancial Tendencia liberal-igualitaria: - Modelo
- Modelo de desarrollo Rousseauniano.
- Modelos sustancial
(Vásquez 2013, 23)
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Esta organización nos parece bastante clara para explicar de mejor manera como entienden
a la democracia los distintos modelos. Por motivos de espacio no desarrollaremos
ampliamente cada una de estas categorías y nos limitaremos a indicar el postulado principal
de las mismas:

 Procedimental: Es aquella en la que se sostiene que la democracia es un método de


votación que no tienen objetivos propios.
 Sustancial: En esta perspectiva la democracia no sólo es un método sino un
procedimiento que tiene objetivos sociales predeterminados.
 Representativa: Es aquella en la que el ciudadano no delibera directamente las
decisiones políticas, económicas, etc, sino que lo hace mediante sus representantes.
 Participativa: En esta perspectiva los individuos participan directamente en la toma
de decisiones de la organización política.

En ese sentido se puede resumir que la democracia es una forma de gobierno que un
Estado, o cualquier otra organización política, se adjudica para su funcionamiento que
puede incorporarse en cualquiera de los modelos anteriormente mencionados.

3. Relación conceptual entre Estado de derecho y democracia.-

Habiendo revisado los principales conceptos de la democracia y del Estado de derecho, nos
queda observar sus similitudes y diferencias conceptuales. Para tal fin reduciremos nuestro
campo de análisis a la concepción sustancial y procedimental de la democracia1.

Un primer elemento que tenemos que tomar en cuenta es que cuando hablamos de Estado
de derecho y de democracia, nos referimos a dos conceptos distintos, los cuales
dependiendo la corriente a la cual nos adscribamos presentarán una relación meramente
instrumental o sustancial entre sí. Es así que a partir de los conceptos anteriormente
analizados podemos decir que Estado de derecho es la condición estructural en la que se

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Dejando de lado la concepción representativa y participativa de la democracia por razones metodológicas al
considerar que nos puede dificultar el análisis especialmente por el reducido espacio de este ensayo. Lo cual
no significa que estas concepciones no presenten también profundas similitudes y diferencias con los
conceptos de Estado de derecho.
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encuentra un Estado dado cuando cumple los requisitos y principios de alguna de las dos
concepciones del mismo (procedimental y sustancial). En cambio Democracia es una forma
de gobierno que un Estado, o cualquier otra organización política, se adjudica para su
funcionamiento. En el siguiente cuadro se pretende resumir la relación conceptual:

Democracia Estado de derecho


Procedimental Ambas concepciones consideran que no deben tener objetivos propios en
sí, ni un contenido ético en su desarrollo. Simplemente el cumplimiento
de lo establecido legalmente es requisito necesario para existir.
Método de votación para la toma de No reconoce a la democracia
decisiones. como método indelegable de
Reconoce la importancia de los derechos gobierno.
políticos, aunque relega los derechos No considera como base
sociales, económicos y culturales. fundamental el hecho del
respeto a los Derechos
Humanos.
Sustancial Ambas concepciones reconocen como que se debe tener tiene objetivos
sociales predeterminados, los cuales a su vez deben estar arraigados de un
fuerte contenido ético fundamentado en los Derechos Humanos.
Considera fundamental la incorporación de un modelo democrático de
gobierno para poder existir un Estado de Derecho.
Elaboración propia. Fuentes: (Vásquez 2013, Ingram 2013)

A partir de esta comparación podemos aprender que la relación entre Estado de derecho y
democracia presenta una tensión en la concepción procedimental, especialmente por el
desinterés que presenta esta concepción de Estado de derecho por la democracia. A
diferencia de la concepción sustancial en la que se puede identificar la existencia de puntos
fundamentales de encuentro, los cuales se constituyen en un nexo infranqueable entre estos
dos conceptos, que se exigen mutuamente para sostenerse.
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4. Concepción de Estado de derecho y democracia de Díaz y O`donell.

Como ya se fue desarrollando Elías Díaz circunscribe su argumentación del Estado de


derecho en una concepción sustancial y de la misma forma la democracia. Y esto se puede
percibir desde el carácter histórico que el Díaz reconoce respecto al concepto de Estado de
Derecho, planteando un carácter evolutivo del concepto. Es así que plantea tres grandes
modelos, diferenciados pero relacionados, el Estado liberal, social y democrático de
derecho, mismos que no son para nada intemporales, fijos, eternos, cerrados e inmutables
(Diaz 2002). Respecto al Estado liberal de derecho sostiene que son características de este,
un Estado abstencionista en la regulación económica y laboral pero intervencionista en la
defensa de la propiedad, se genera en una sociedad individualista, fuertemente elitista y
sacralización de la propiedad privada y con un modelo de sufragio censitario.

El Estado social de derecho en cambio presenta características como: un Estado


intervencionista, con mayor participación política (sufragio universal), un amplio pacto
social con un compromiso asumido por el Estado para generar políticas de bienestar,
desarrollarse en una sociedad de masas y mantener el sistema capitalista mediante un
modelo keynesiano. (Diaz 2002, 80-85)

Finalmente el estado democrático de derecho Elías Díaz propone que se mantenga un


Estado interventor pero selectivo en dicha intervención. Además, el Estado democrático de
derecho se caracteriza por la necesidad de generar una sociedad civil más vertebrada, sólida
y fuerte, y de crear un dinámico sector social para fortalecer una economía mixta (Diaz
2002, 85-92). Este es el modelo de Estado de derecho que Díaz defiende. Por consiguiente
podemos concluir indicando para Díaz si bien el Estado de derecho implica la existencia de
un régimen jurídico que conlleve el sometimiento del Estado al derecho, la regulación y
control equilibrado de los poderes por las leyes y la creación de la ley mediante ciertos
procedimientos; para que un régimen jurídico sea Estado de derecho es necesario que su
contenido sea acorde a las exigencias básicas de justicia a partir de los principios de
seguridad, libertad e igualdad y de las tres dimensiones democráticas.
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Guillermo O´Donell por su parte también analiza la situación de los Estados y la


democracia en Latinoamérica, a continuación veremos que planteamientos fundamentales
realiza y cómo se relacionan con una concepción del Estado de derecho actual y de
democracia.

O´Donell reconoce tres características del Estado: a) El aparato estatal, el sector público o
el conjunto de burocracias públicas. b) El sistema legal. c) La dimensión ideológica del
Estado. En torno al aparato estatal, el sector público o el conjunto de burocracias públicas
Guillermo observa que suelen confundirse dos dimensiones diferentes: el tamaño y el peso
relativo del aparato estatal. Los resultados negativos de un Estado grande no deben ser
combatidos mediante la reducción del Estado, sino mediante la agilización de sus
procedimientos. Mediante el sistema legal se formalizan el conjunto de relaciones sociales
que imperan en determinado Estado. En consecuencia, explica el autor, el sistema legal no
es ni igualitario ni socialmente imparcial. Y mediante la dimensión ideológica el Estado
alega ser un aparato estatal para la nación por lo que el orden emanado es igualitario para la
nación. (O´Donell 2002)

A partir de esta caracterización del Estado, se puede identificar su concepción sustancial, ya


que O´Donell, al igual que Díaz, reconoce la necesidad de la sujeción del Estado al
derecho, pero también incorpora el carácter ideológico como característica del Estado, el
cual le permite construir el bien público, pese a la formalización de las asimetrías de poder
y desigualdades, explica Guillermo “que el orden da predictibilidad a la acción a la par que,
mediante los derechos civiles y políticos que supone el funcionamiento de la democracia,
otorga derechos humanos consagrados en la tradición libera” (O´Donell 2002, 247). En este
sentido podemos afirmar que tanto Díaz como O´Donell comparten una concepción
sustancial de Estado de derecho.

Para referirnos a su concepción de democracia citaremos una crítica que hace a la situación
de las democracias representativas poco institucionalizadas en América Latina: “La
democracia delegativa, la debilidad de la accountability horizontal, la esquizofrenia del
Estado, las zonas marrones y la baja intensidad de la ciudadanía forman parte del futuro
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previsible de muchas de las nuevas democracias” (O´Donell 2002, 262). A partir de esta
afirmación, se manifiesta su inclinación a una concepción sustancial y participativa de
democracia, esto bajo el criterio que critica el establecimiento de un modelo delegativo 2 y
reconoce valores y objetivos que puede cumplir la democracia como la promoción efectiva
del ejercicio de los derecho humanos, no considerando solo los políticos sino todos en
general3.

En esta línea podemos afirmar que O´Donell desarrolla el pensamiento de Díaz al


argumentar que una democracia sustancial debería ser la base fundamental de un Estado, al
igual que Díaz al fundamentar el Estado democrático de derecho,

5. Estado de derecho en América Latina.

A partir del estudio de varios trabajos realizados sobre la situación de la democracia y el


Estado de derecho en Latinoamérica, entre los que están los de O´Donell, Javier Couso,
Gargarella, Jorge Correa, Paul Chevigny, etc. Podemos sintetizar en los siguiente puntos
algunas de las debilidades del Estado de derecho planteadas por estos autores.

 Se presentan amplias “zonas marrones”, las cuales se caracterizan por tener áreas
democráticas y autoritarias y por tener ciudadanías de baja intensidad. En el primer
caso conviven zonas donde el Estado es capaz de cumplir con sus funciones y
donde el Estado ha sido desplazado por poderes fácticos establecidos incluso en el
propio aparato estatal. En el segundo caso, en muchas de estas zonas marrones
suelen respetarse los derechos políticos propios de las poliarquías, pero difieren los
grados de justicia e igualdad (O´Donell 2002).
 Ante el aumento de problemas y demandas sociales, la respuesta del Estado se ha
caracterizado por desarrollar acciones de corte presidencialista, las cuales impulsan
hacia gobierno populistas y consiguientemente a la dificultad de asegurar la
reproducción de la solución en el largo plazo. Asimismo se presenta carencia de
una teoría acerca de la relación que existe entre instituciones como el Estado de
2
Por consiguiente presenta una tendencia participativa.
3
Esto en referencia a la baja intensidad de la ciudadanía que se refiere al ejercicio de los derechos político
pero la carencia de cumplimiento de sus derecho sociales, económicos, culturales, civiles, etc.
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derecho, la democracia y el constitucionalismo y la incapacidad para establecer


prioridades (Couso 2010).
 El diseño constitucional en una primera etapa fue desarrollado a partir del modelo
Estadounidense sobre la base de cuatro principios: Motivaciones auto interesadas,
facciones mayoritarias, principio de desconfianza y separación de poderes. Lo
mismo respecto a la concepción “neutral” del Estado (Gargarella 2010).
 A pesar de que los procesos de democratización en la región promovieron el
protagonismo del órganos judicial en la resolución del conflictos, el aumento de
las controversias y el modelo populista-keynesiano el gobierno es un gran inversor
por lo que controlaba precios, sindicatos y empleos; por esta razón, las
instituciones ejecutiva y legislativa son el principal centro de resolución de
disputas (Sutil 2002).
 La violencia y la tortura ejercida por agentes del Estado todavía es una práctica
común, en la que la policía cuenta con diversos poderes especiales que sirven para
enfatizar su independencia respecto de las leyes que rigen al resto del sistema de
justicia criminal. Además de estos poderes especiales también hay múltiples
recursos informales que, en su conjunto, mantienen la impunidad de los
realizadores de tortura y fuerza letal (Chevigny 2002).

6. Posibilidades de fortalecimiento del Estado de derecho en la región.-

Para finalizar esbozaremos algunas ideas o pautas sobre la posibilidad de fortalecimiento


del Estado de derecho en la región, sobre la base del breve diagnostico del acápite anterior.

Debemos comenzar indicando que el marco normativo no es el problema, ya que este en el


transcurso fue desarrollándose ampliamente, sin embargo el problema está en el
cumplimiento de las leyes. Para esto Mathew, citando a Garzón Valdés, propone: 1)
adhesión interna al régimen normativo, y (2) homogeneidad en la capacidad para ejercer los
derechos fundamentales, o sea, en la efectividad de los derechos fundamentales. Esto es,
(adhesión normativa) + (homogeneidad legal) = Estado de derecho. (Ingram 2013, 38).
Adrian Piejko Patiño

Asimismo, el reciente proceso de reformas constitucionales en la mayoría de los países


han abierto la posibilidad de desarrollar principios que no estén fundamentados sobre la
base de la “desconfianza hacia la ciudadanía”, sino desde la concepción de agentes sociales
–como sostiene O´Donell- con capacidades para participar activamente en la construcción
de un Estado democrático de derecho. En este marco pensar en reformas institucionales
tendientes a la homogeneidad legal, pero reconociendo como un valor el pluralismo
jurídico Estatal es una de las premisas fundamentales. De la misma forma la incorporación
de un enfoque de Derechos Humanos en las políticas públicas desarrolladas por el Estado,
tendientes a disminuir, cuando no eliminar, las desigualdades estructurales en la sociedad se
hace una condición impostergable para el fomente de una ciudadanía plena. En este proceso
el discurso sobre derechos humanos en el derecho público internacional se constituye en un
importante aporte, que a través de la estipulación de principios generales de métodos como
la “hermenéutica diatópica” planteada por Boaventura de Sousa Santos, permiten
desarrollar una cultura de derechos humanos en contextos específicos.

Finalmente, el reconocimiento de una concepción sustancial tanto de Democracia como de


Estado de derecho nos permitirá desarrollar acciones tendientes a una justicia social,
recuperando de esta manera la confianza de la ciudadanía en el Estado, procurar la
eliminación de estas “zonas marrones”, el rediseño institucional de instancias como la
policía, los militares, etc, procurando el establecimiento de una cultura de legalidad en su
accionar. Todo este proceso no es algo sencillo ni es una apuesta a corto plazo, sin embargo
si confiamos y estamos convencidos de que es deber del Estado es brindar condiciones de
igualdad de oportunidades para que todos los ciudadanos puedan desarrollarse digna y
plenamente es un compromiso de todas y todos promover estos principios.
Adrian Piejko Patiño

Bibliografía

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Couso, Javier. Los desafíos de la democracia consitucional en América LAtina: entre la tentación
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O´Donell, Guillermo. "Acerca del Estado, la democratización, y algunos problemas conceptuales:


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Vásquez, Daniel. Teoría de la Democracia. México: FLACSO, 2013.

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