Cenizas probablemente partirá fantasmas en dulce erección,
La noche se astilló de esta ausencia que te bebe.
estrellas
mirándome alucinada Despedida
el aire arroja odio Mata su luz un fuego
embellecido su rostro abandonado.
con música. Sube su canto un pájaro
enamorado.
Pronto nos iremos Tantas criaturas ávidas en
mi silencio
Arcano sueño y esta pequeña lluvia que me
antepasado de mi sonrisa acompaña.
el mundo está demacrado
y hay candado pero no Exilio
llaves A Raúl Gustavo Aguirre
y hay pavor pero no Esta manía de saberme
lágrimas. ángel,
sin edad,
¿Qué haré conmigo? sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
Porque a Ti te debo lo que ni por mis huesos que lloran
soy vagando.
Pero no tengo mañana ¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre
Porque a Ti te… amapolas?
¿Y quién no posee un fuego,
La noche sufre. una muerte,
un miedo, algo horrible,
Cuarto solo aunque fuere con plumas,
Si te atreves a sorprender aunque fuere con sonrisas?
la verdad de esta vieja
pared; Siniestro delirio amar a una
y sus fisuras, desgarraduras, sombra.
formando rostros, esfinges, La sombra no muere.
manos, clepsidras, Y mi amor
seguramente vendrá sólo abraza a lo que fluye
una presencia para tu sed, como lava del infierno:
una logia callada,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como
cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.
Hija del viento
Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales
pequeños
perdidos en el desierto.
Han venido
a incendiar la edad del
sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de
movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.
Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus
deseos
y eres más rica que la noche.
Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.