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Ermanno Bencivenga

¿De qué trata la Lógica?


Bencivenga, Ermanno: “What is logic about?”
en Varzi, Achille ed.: The Nature of logic. European Review
of Philosophy, vol. 4. CSLI Publications, Stanford, 1999.
Traducción no publicada Natalia Luna Luna y Arístides
Radilla.

1. Introducción

Voy a contarte una historia aquí. Pero algunas cosas deben quedar claras desde el principio.
Para empezar, esta es una historia imaginaria. Ni siquiera trata de describir las cosas que sucedieron; si lo
leemos de esa manera, sería fuertemente inexacto. Uno podría leerlo como describiendo lo que pudo
haber pasado si de hecho hubiera sido el caso de que "lo que es real es racional"1; o como una teoría de
cómo alguien, que empezó con ciertas intuiciones básicas acerca de la lógica, pudo haber llegado a pensar
el tipo de imagen que ahora tenemos de esta disciplina y con algunos de los problemas a los que nos
enfrentamos. En segundo lugar, es una historia parcial. Puedes no compartir algunas de mis intuiciones
básicas acerca de la lógica, en cuyo caso, mucho de lo que aquí digo no hace sentido para ti. Pero no me
preocupa ese resultado: para mí es una indicación de que mi historia es más teoría que crónica.
Indudablemente debe haber diferentes teorías, pero en este campo frecuentemente tengo la impresión de
que no está ni siquiera claro qué son las teorías. Mi historia trata de clarificar a una de ellas; si te provoca
para que escribas tu propia historia diferente, entonces habrá alcanzado uno de sus principales propósitos.
Por último pero no lo menos importante, no es simplemente una historia. Es más bien una defensa, y ni
siquiera intentaré esconder la moral detrás de este lenguaje figurativo. Te lo voy a poner claro: voy a
señalar que hay en esta investigación muchas confusiones de las que nos tenemos que librar, muchos
pseudo-problemas que deben ser evitados, muchas falsas sutilezas que deben ser explicadas. Por
supuesto, no todos los versos de mi homilía serán nuevos a partir de mí, y ocasionalmente haré un
esfuerzo de referirme a sus padres fundadores, pero la cosa importante es: es hora de juntar algunas de
estas piezas y sugerir una imagen general que otros puedan confrontar y criticar en una manera
constructiva (espero).

2. Oraciones.

En el principio, la lógica trataba acerca de argumentos. Los argumentos del discurso de todos los
días, quiero decir: cosas como

(1) Debí haber esperado que lloviera. Siempre llueve cuando no traigo mi sombrilla, y hoy no la traigo.
o bien

(2) Tú vas a pasar este curso seguramente, porque estudiaste fuertemente, y nadie pasa este curso a
menos que estudie fuertemente.

1Esta afirmación se encuentra en los Elementos de la filosofía del derecho de Hegel (1991, p. 20), aunque su interpretación es
controversial – y no será considerada aquí.
[1]
Había un sentimiento claro de que algunos de estos argumentos eran buenos y otros malos, de
que en algunos casos las premisas apoyaba la conclusión y en otras no lo hacían; la lógica se suponía que
iba codificar, y posiblemente explicar, este sentimiento.

Para codificarlo, no se requería nada más que un catálogo o un canon; pero para explicarlo, uno
necesita mucho más. Uno necesitaba una teoría de que significa que un argumento sea bueno o que sus
premisas “apoyen” su conclusión. Alguna articulación básica de esta noción de apoyo era fácilmente
concebible: la gente estaba preparada para hacerla brillar al decir, más o menos, que “sin importar lo que
sea el caso, si las premisas son verdaderas entonces la conclusión es verdadera”. Algunos incluso
estuvieron tratando de llevar a cabo parte del explans del metalenguaje al lenguaje-objeto y reformularla
como, “sin importar lo que sea el caso, la oración condicional cuyo antecedente es la conjunción de las
premisas y cuyo consecuente es la conclusión es verdadero."2 Pero en este punto termina la parte fácil de
la tarea. Porque incluso asumiendo que sabemos qué significa para una oración ser verdadera, (o falsa)
¿Qué significa exactamente para ellas ser verdadero o falso sin importar lo que sea el caso?

Como usualmente en filosofía, las respuestas iniciales vienen en forma de metáforas que
después se capitalizan en términos teoréticos. La primera fue la metáfora del cuarto cerrado. Supón que
encierran a un lógico con candado en un cuarto obscuro, sin ventanas y que él sabe todo acerca de su
lenguaje pero no sabe nada acerca del mundo exterior. Luego, le presentamos una oración para tratar de
evaluarla, sobre la base de su competencia lingüística. Si puede hacerlo, y específicamente establecer qué
oraciones son verdaderas, entonces la oración es lógicamente verdadera, y si la oración es un condicional
entonces el argumento correspondiente es (lógicamente) válido. La verdad lógica y la validez están
basadas en cómo se define nuestro lenguaje independiente de como pudiera ser la realidad extra
lingüística.3

Muy bien hasta aquí. Pero esto no es el final. Porque parecería que una verdad lógica es un
cierto tipo de verdad, y de allí que una oración lógicamente verdadera sea de hecho verdadera en el
mundo exterior. Si uno ve lo ve de esa manera, uno está listo para una nueva descripción de lo que el
lógico está haciendo en su cuarto cerrado con candado. Uno podría pensar que él está asumiendo que hay
un mundo m más allá de las paredes sin ventanas, pero sin asumir nada con relación a la estructura de w
o, más precisamente, asumiendo que w tiene alguna estructura arbitraria. Si él puede probar con tan
limitados supuestos que la oración es verdadera en w entonces él tiene el derecho de generalizar su
resultado y concluir que no importa cómo sea la estructura de w, la oración es verdadera, lo que parece
ser lo mismo que decir que ninguna consideración factual sino meramente lingüística es relevante para
establecer la verdad de la oración, de ahí que la oración sea lógicamente verdadera. Así ya listo el
escenario para una nueva metáfora, que se materializará tan pronto como uno se pregunte qué es aquello
sobre lo cual el lógico está generalizando. "Las estructuras que el mundo puede tener", la respuesta
natural se da y " los mundos posibles " es una bonita forma compacta de referirnos a tales "entidades".

Mientras que la metáfora del cuarto cerrado con candado se fundaba en el carácter lingüístico
de la verdad lógica la nueva metáfora del mundo posible insistía más en su carácter semántico, y al hacerlo
así modificó la noción misma de verdad. se descubrió una variable escondida en esta noción, y una verdad

2
Muchos preferirían hablar de una proposición, más que una oración. No estoy de acuerdo, pero no quiero (o
necesito) involucrarme en esta discusión aquí. Aquellos que les gustan el discurso-proposición , serán mejor invitados a reformular
lo que dije en términos de proposiciones - y luego a que piensen que mis criterios para la individuación de las proposiciones son
muy estrictos.
3
Veáse la noción de L-Verdad de Carnap en (1947), pp. 8, 10. Y observe cómo, al explotar esa noción, Carnap es "naturalmente"
dirigido de la presente metáfora a la siguiente.
[2]
una vieja verdad no calificada se volvió un caso especial de una nueva moción relativa de verdad-en-un-
mundo.4 Por supuesto que hay un riesgo involucrado en este movimiento: el de tomar la metáfora
demasiado seriamente y olvidarnos del otro lado de la moneda (es decir, del lingüístico). Para evitar el
riesgo uno tiene que acordarse constantemente de la ultimadamente lingüística naturaleza de los mundos
posibles del hecho de que un conjunto de mundos posibles es simplemente un conjunto de estructuras
que nuestro lenguaje puede describir. 5 O bien, para jugar el juego de la reciprocidad, uno podría
“descubrir” la variable escondida en la noción de un mundo posible, partiendo así de los mundos posibles
no cualificados a los mundos-posibles-para-un-lenguaje. Lo que haría a los mundos posibles de los
esquimales ser completamente diferentes de aquellos de los mexicanos, digamos, al menos con relación a
lo que a la nieve concierne.

Pero el proceso de relativización no se detiene aquí. Para los mundos posibles tener una
estructura, y la cantidad de estructura que uno expone es una función del análisis de uno: entre más
profundo sea el análisis, más rica la estructura. En la mayoría de los casos, uno puede tener un veredicto
final de la verdad lógica (o la validez) sin analizar para nada todo lo que hay que analizar. Por ejemplo en el
caso de

(3) O bien llueve o bien no llueve

Uno necesita analizar solamente el lenguaje hasta el nivel de las oraciones atómicas, y el
mundo hasta el nivel de los hechos atómicos: cualquier desarrollo ulterior del análisis o enriquecimiento
de la estructura parecería ser irrelevante. Uno puede establecer la verdad lógica de (3) sin considerar
siquiera la interpretación de palabras como “llueve”; de hecho uno puede abreviar la oración completa
“Llueve” mediante algo que claramente muestra la ausencia de componentes significativos algo como
“p” y consecuentemente abreviar (3) con

(4) p o no p.6

Entonces la verdad lógica de (4) (y aquella (3)) se seguiría de consideraciones generales sobre la
interpretación de las negaciones y las disyunciones resumido en la oración semántica general

(5) Para toda oración p y para todo mundo w, "p o no-p” es verdadero en w.

3. Esquemas

Casos como los de arriba nos quedan a la mano. Para recordarnos que: la lógica se suponía que
nos proveería (entre otras cosas) una codificación o catálogo, y que oraciones generales como (5) hacían
esta tarea mucho más fácil. De una vez por todas, ellos establecieron la verdad lógica no solamente de (3),
sino también de

4
Ver la distinción entre verdad (absoluta) y la "corrección en un dominio individual" en Tarski (1936).
5
Como señalé en Bencivenga 1989, esta no es la única manera en la que uno puede concebir la relación entre el lenguaje y el (los)
mundo(s). Así que aquí surge un claro sentido en el cual mi historia es parcial --específicamente, en una dirección
trascendentalmente idealista. Mas, yo argumentaría que, una historia trascendentalmente realista nos haría precisamente tomar la
metáfora demasiado seriamente, y ultimadamente ser engañados por ella.
6
Llamar a expresiones como (4) "abreviaciones" puede ser considerado como excesivamente (e injustamente) deflacionario de su
significado y valor. Así que déjeseme enfatizar esto, de acuerdo con mi historia, lo que sucede aquí, empecemos, es exactamente lo
mismo que cuando abreviamos digamos, "Estados Unidos" con "U.": si la unidad de los estados es irrelevante a nuestros
propósitos, y todo lo que queremos es distinguir un país de otro, bien podríamos también utilizar una expresión que nos traiga
exactamente lo que aquello lo que estamos interesados. Más adelante en la historia, estas pequeñas economías de respiro (o de
tinta) van a adquirir un estatus mucho más dignificado.
[3]
(6) O bien nieva o no nieva.
(7) O bien la tierra es redonda o no lo es
(8) O bien soy italiano o no lo soy

Así sucesivamente es decir, todas estas situaciones que podrían ser abreviadas (4). Para que
uno no tenga que enlistar todas aquellas infinitamente varias oraciones en el canon de uno. Uno podría
simplemente escribir (4) y considerarla un abreviación (ambigua) de todas ellas.

Los lógicos explotaron esta afortunada circunstancia, y han buscado otras del mismo tipo. Muy
pronto se dieron cuenta que si limitaban su análisis dentro de cierto alcance serían capaces de inferir la
verdad lógica de todas las oraciones cuya verdad lógica fuera descubierta (o descubrible) (mediante tales
medios limitados a partir de oraciones semánticas generales como (5), y de ahí que expresan todo el canon
lógico (dentro de su alcance) mediante abreviaciones como (4) y entonces, inesperadamente algo empezó
a perderse.

Los lógicos (con algunas pocas excepciones notables7) no se conmovieron con la sospecha de
que este resultado nítido era simplemente una consecuencia del nivel rudimentario de su análisis y
podrían desaparecer en tanto el análisis se hiciera más profundo. En lugar de eso, ellos estaban fascinados
por el extraño nuevo look de su canon. Todas esas abreviaciones ya no se veían como las oraciones del
español, sino más bien como piezas de un nuevo simbolismo matemático, que en su turno sugirió la
intrigante posibilidad de que en la lógica finalmente pudiera tener bases más firmes que la competencia
lingüística o la intuición educada que se volviera parte de las matemáticas y compartiera con ella su
absoluta certeza. Una indicación de incrementó en el éxito de esta nueva actitud fue que las abreviaciones
como (4) ahora fueran llamadas “esquemas”, lo que hacía que ella sonaran más importantes; pero tal
cambio de terminología era la menor de las sorpresas que esperaba a la vuelta del esquina.

Incluso en las fases tempranas de este desarrollo, los lógicos solían llamar a las abreviaciones (o
esquemas) lógicamente verdaderos. Era solamente una noción derivativa y secundaria de verdad lógica,
para expresiones que como (4) no podían ellas mismas hacer lógicamente verdaderas (o ni siquiera ser
verdaderas, para ese asunto). Lo que se quería decir era que todas las oraciones que podían ser abreviadas
de esa manera (o aquellas cuya estructura era expuesta mediante ese esquema) eran lógicamente
verdaderas. A medida que el tiempo pasó, sin embargo, ocurrió una curiosa reversa, y los lógicos hablaron
con regularidad creciente de que las oraciones eran lógicamente verdaderas porque ellas instanciaban
(como la nueva regla lo decía) un esquema lógicamente verdadero.

La nueva charla no era, estrictamente hablando inconsistente con la vieja; después de todo una
equivalencia (tal y como aquella entre un esquema y todos sus instancias que son lógicamente verdaderas)
puede ser usada en cualquier dirección. Pero el énfasis de la nueva charla era diferente: ahora sonaba
como si fuera un esquema que era lógicamente verdadero (y tal vez verdadero) en el sentido primario y
una oración que lo instanciara fueran solamente (lógicamente) verdaderas en un sentido derivativo y
secundario. Lo cual constituía solamente un pequeño paso lejos del concebir a la lógica como siendo
primariamente acerca de esquemas, y sólo derivativamente acerca de oraciones (del Español) (o de
argumentos).

El cambio en el énfasis tuvo dos consecuencias mayores. En primer lugar, los esquemas
adquirieron vida en sí mismos, y así lo hicieron los lenguajes artificiales que fueron creados para

7
Véanse las observaciones iluminadoras de Lewis y Langford en 1932 (pp. 179ff), sobre la imposibilidad de hacer una “buena”
lógica exclusivamente en términos de las oraciones universales como la implícita en (4) - y explícita en (5).
[4]
expresarlos; muy pronto de hecho comenzaron a tener una acción retroactiva sobre las oraciones (y sobre
el(los) lenguaje(s) natural(es)) que ultimadamente justificaban su existencia una acción que largamente
tomó la forma de una constelación de nuevos "problemas" acerca de aquellas oraciones que sólo hacían
sentido vía la referencia a los lenguajes artificiales y la relevante revolución copernicana (de ahí
probablemente que no hacían sentido para nada). En segundo lugar, y más importantemente, se generó
una seria dificultad (una a la que se le prestó muy poca atención) en relación a la conexión entre el nuevo
y el viejo sentido en el cual una oración del español es lógicamente verdadera. ¿Eran estos dos sentidos
consistentes uno con otro? ¿Era del cambio en el énfasis eso, es decir sólo un cambio en énfasis?
Consideraré brevemente los "problemas " y después pasaré a la dificultad.

Un "problema" era este. La mayoría de los esquemas contienen expresiones que se comportan
como variables y otras que se comportan como constantes. La razón es obvia: un esquema representa
solamente un análisis lógico parcial de cualquier oración que lo instancia (que es precisamente lo que hace
posible que varias oraciones lo instancien), y las variables representan la parte de la oración que no ha sido
analizada8. Las constantes, por otro lado, son expresiones para las cuales hay en ese contexto un análisis
lógico disponible, de ahí que no es inapropiado referirnos a ellas en ese contexto es decir, en el contexto
de un lenguaje artificial que expresa un parcial (pero, para algunos propósitos, útil) análisis lógico de las
oraciones (del español) como "expresiones lógicas ".

Cuando es visto de esta forma, la noción de una expresión lógica revela su carácter relativo: su
dependencia al nivel del análisis lógico que uno haya alcanzado, de tal forma que en los diferentes niveles
habrá diferentes conjuntos de expresiones lógicas. Pero si la lógica es concebida no como el estudio de
oraciones del español, posiblemente por medio de esquemas y lenguajes artificiales, sino como el estudio
de estos meros esquemas y lenguajes, y si solamente un número limitado de lenguajes artificiales están a la
vista, es tentador considerar la noción de una expresión lógica como absoluta, y entonces tal vez colocar el
“problema” de qué oraciones del español caen en esta categoría. Y una vez que este “problema” es
resuelto, usualmente mediante una esencial y gratuita en limitación a algunos niveles específicos del
análisis,9 el camino está pavimentado para una nueva “definición” de verdad lógica: una oración (en
español) es lógicamente verdadera si es verdadera para toda sustitución (uniforme) de expresiones no-
lógicas para las expresiones no-lógicas que ocurren en él.10

El segundo “problema”: Es obvio a partir de lo que dicho hasta ahora que un esquema que
expresa (una cierta cantidad de) la estructura de las oraciones que instancia. Otra manera de decir decir
esto sería decir que el esquema da la forma lógica de aquellas oraciones en la medida en que puede ser
capturada por el lenguaje artificial al que sistema pertenece (o por el nivel de análisis lógico que lenguaje
representa). Desde este punto de vista, la relación entre los esquemas y la forma lógica es, en el mejor de
los casos ,una de aproximación, pero si el énfasis está puesto en los esquemas y en los lenguajes artificiales
más que las oraciones en el lenguaje natural, y si algún lenguaje artificial adquiere por alguna razón un
8
Hay esquemas "degenerados" que no contienen las variables (por ejemplo, x (x = x) donde la "variable" ligada x no es una
indicación de ninguna falta de análisis: es sólo un artificio utilizado al analizar el pronombre "todo"). El que ellas existan es una clara
indicación del cambio en el énfasis que estoy discutiendo: ¿por qué iba alguien a querer traducir una oración del español en un
simbolismo abstruso sin ninguna ganancia en la generalidad, a menos que ya estuviera convencido de la prioridad de estas
formulaciones? Pero de ahora en adelante, voy a pasar por alto estos casos degenerados.
9
En este sentido, es instructivo considerar la obra de Tarski “¿Qué son las nociones lógicas?” (1986). Este texto procede
venturosamente para definir nociones lógicas como aquellas que son invariantes bajo todas las posibles transformaciones uno-uno
del universo del discurso en sí mismo. Pero al final, esta nítida definición ha estallado por la observación que la membrecía de
teoría de conjuntos no es una noción lógica que dependa de si decidimos tratarla como membrecía o simplemente como otra
relación binaria. Así, a pesar de que es el caso (como afirma Tarski) que todas las nociones de Principia Mathematica son lógicas en
su sentido, este hecho no hace que ninguna de ellas destaque de manera especial.
10
Esta definición es muy popular en los libros de texto de lógica (y muy difícil de justificar a estudiantes de primer año), y es a
menudo asociada con los nombres de Bolzano y Quine.
[5]
papel privilegiado, uno podría sentirse naturalmente inclinado a conceder el esquema formulado en ese
lenguaje como exponiendo la forma lógica de las oraciones (del español) que las instancian, no
simplemente como una aproximación a ellas. Y puede ser tan natural considerar todas las estructuras
oracionales que no encaja en esta cama de Procusto como irrelevantes a las consideraciones lógicas
como parte de la “forma gramatical” de las oraciones.11 Entonces, si la gente difiere sobre a qué lenguaje
artificial le será asignada tal exaltado rol fundacional, el “problema” serio que surgirá es el de cómo
escoger entre los competidores.
Hasta aquí con los “problemas”, y ahora sobre la dificultad (relacionada). Si el cambio en el
énfasis que estamos discutiendo ha sido simplemente ese, y no en cambio, una modificación sustancial de
la noción de verdad lógica, entonces las mismas oraciones del español serían lógicamente verdaderas
dentro de ambas aproximaciones (es decir independientemente de si los esquemas o las oraciones tenían
prioridad definicional). Pero esto no iba a funcionar bien como todo mundo esperaba. Para ver por qué
supongamos que el esquema lógicamente verdadero A da (en términos de algún lenguaje artificial L es
decir, en un nivel del análisis lógico) la forma lógica de alguna oración del español B. A también da la forma
lógica de infinitamente muchas oraciones, infinitamente muchas de las cuales contendrán más estructura
de la que A expone y de ahí que también instanciará otro esquema (más complejo). Supongamos que una
de tales oraciones C, instancia la negación D de un esquema lógicamente verdadero D’; entonces tanto una
oración como su negación resultarán ser lógicamente verdaderas, lo cual es inaceptable. Enfrentado con
esta conclusión, tendremos que negar la verdad lógica de A o de D’. Tal vez nos sintamos inclinados a
favorecer D’ porque representa un nivel más profundo del análisis lógico, pero ¿Qué tal si B está
completamente analizada por A es decir si todas las expresiones del español que ocurren en B y no
corresponden a las constantes lógicas en A son en un sentido absoluto, expresiones no-lógicas (del
español)? Para aquellos que suscriban esta distinción absoluta, negar la verdad lógica de A implicaría
irremediablemente perder la verdad lógica de B, a lo cual ningún análisis ulterior puede acercarnos más.12

El supuesto (llámesele “la hipótesis de consistencia”) de que nada cómo va lo de arriba sucede
jamás que no hay ningún análisis ulterior de instancias de un esquema lógicamente verdadero que vaya a
resultar en la relación de un esquema lógicamente verdadero .
Y de hecho muchos lógicos parecen asumir algo incluso más fuerte, a partir del cual la hipótesis
de consistencia se seguiría: una hipótesis de preservación de acuerdo con la cual, cualquier análisis ulterior
de una oración una vez que es declarada como una instancia de un esquema lógicamente verdadero
siempre va resultar en la oración que instancia un esquema lógicamente verdadero. La hipótesis de
preservación les sonaría verdadera, o al menos sonaría como si debiera ser verdadera. Pero las intuiciones
son frecuentemente erróneas, la mayoría lo son cuando no están cuidadosamente analizadas. Entonces se
llegó el tiempo de poner ambas hipótesis bajo un cuidadoso escrutinio.

4. El análisis

Considera la oración

(9) Es posible que llueva.

Ya sea que favorezcas la metáfora del cuarto cerrado o la metáfora de los mundos posibles, es
difícil cuestionar la verdad lógica de (9) si a “posible” se le da una lectura lo suficientemente general
11
Uno de los principales culpables aquí es, por supuesto, Bertrand Russell.
12 No creo que esta distinción (absoluta) tenga sentido: para mí, una expresión lógica es simplemente una que estudiamos en
lógica. Los que están de acuerdo conmigo tienen (como indico más abajo) una estrategia adicional disponible para manejar esta
dificultad.
[6]
(suficientemente similar a " lógicamente posible"). Si tú sabes cómo se usa "llueva", sabrás que
posiblemente puede llover, y no importa cómo sea el mundo allá afuera, hay ciertamente una estructura
describible por medio de nuestro lenguaje en el que llueve13. Dada la abreviación usual de " es posible que
" y el hecho de que " llueve " es para la mayoría de los autores un caso paradigmático de la expresión no
lógica, el esquema

(10) ◊p
Parecería un proveer un análisis completo de (9); por ello, uno esperaría que (10) fuera
lógicamente verdadero. Pero si ese fuera el caso entonces la oración

(11) Es posible que llueva y no llueva

que también instancia (10), fuera lógicamente verdadera de la misma forma, y que la
negación de (11) sea una oración lógicamente verdadera como, como puede verse al consultar ya sea el
esquema
(12) ◊(q &∼q)

o nuestro sentido común elemental. Así que ya sea (10) o la negación

(13) ∼◊(q &∼q)

de (12) debería serles negado el estatus de un esquema lógicamente verdadero, y el juicio es


probable que resulte en favor de (13) —lo que significa que dentro de este marco conceptual la verdad
lógica de (9) nunca será establecida.14
O considérese la oración

(14) La cosa roja es roja.

He que ir otra vez, uno puede sentirse fuertemente inclinado a considerar (14) lógicamente
verdadero- aunque este caso es menos claro, dado que depende de las intuiciones de uno acerca de los
términos singulares no denotativos. Por razones análogas a las de arriba, el esquema

(15) P( xPx)

parecería dar un análisis completo de (14), pero otra vez uno podría no considerar (15)
lógicamente verdadero, en virtud de instancias como

(16) La cosa que es roja y que no es roja es roja y no roja.

Y cualquiera que sea nuestra actitud hacia los términos singulares no denotativos, ciertamente
suena raro que (14) no pueda ser lógicamente verdadero porque alguna otra oración no lo es. 15
La moral que se puede extraer de estos ejemplos era clara: ni la preservación ni la hipótesis de
consistencia se sostienen, si queremos salvar dentro del nuevo marco conceptual a la verdad lógica de
todas las oraciones que eran (o podían haber sido) lógicamente verdaderas de acuerdo a la antigua. Si la

13
Notesé que no hay razón para tomar esta oración existencial demasiado seriamente: el sentido de "Hay" no añade nada aquí a
nuestro almacén metafísico - al igual que "ciertamente hay algo imposible que yo deseo" no lo hace.
14
Sobre este tema, ver Cocchiarella 1975 y Bencivenga 1981.
15 Ver Bencivenga 1978, 1980.

[7]
hipótesis se sostiene, parece no haber alternativa a la de discriminar de una manera sustancial entre dos
aproximaciones, y transformar el “cambio de énfasis” en una concepción de la lógica completamente
nueva.

Por supuesto, había una alternativa, aunque no una atractiva para la mayoría de los autores
que trabajaban dentro del nuevo marco conceptual (lo que trae una conexión con el primer "problema"
discutido antes). Uno podría negar la verdad lógica de (10) pero recuperar la verdad lógica de (9) mediante
un análisis lógico de la expresión " llueve"; en otras palabras, uno podría bloquear el proceso considerado
arriba al negarse a considerar (10) como un análisis lógico completo de (9). Esta solución habría hecho al
estatus no lógico de "llueve" altamente cuestionable, y si se generalizara habría destruido ultimadamente
incluso la distinción entre expresiones lógicas y no lógicas, pero el hecho de que hubiera una alternativa
disponible es muy importante, porque muestra que la mayoría de los desarrollos que habíamos estado
considerando no eran consecuencias necesarias de las previas. Eran resultados más bien "naturales" de
una nueva manera de ver las cosas, como si hubiera una moda, y compartiera con las modas su aparente
inevitabilidad, de la misma manera que su falta de justificación teórica. No importa que tan
“naturalmente" se siga la distinción entre las expresiones lógicas y las expresiones no lógicas a partir de la
aproximación a la verdad lógica y el creciente énfasis sobre los esquemas y los lenguajes artificiales, no es
una consecuencia necesaria de él.
Sea como sea con esta relación de consecuencia, este es el punto donde nuestra historia toma
un curso precipitado hacia su fin abrupto. Enfrentados con la necesidad de escoger entre las dos
aproximaciones, entre una lógica de enunciados y una lógica de esquemas, la mayoría de los lógicos
favorecen la segunda. Esta elección ha creado complicaciones cmediante para el desarrollo técnico de su
disciplina: se tuvo que desarrollar una semántica “secundarias" para excluir esquemas como (10) del
conjunto de las verdades lógicas. El problema filosófico que permanece sobre qué hacer con oraciones
como (9), de las que puede probarse que son verdaderas debido a fundamentos puramente lingüísticos,
pero al que le falta el estatus necesario de símbolo, de un esquema válido.
Para estar seguros, la nueva actitud trajo algunas buenas noticias. Las lógicas así generadas
podían frecuentemente ser axiomatizadas. Pero esto difícilmente era una justificación de la actitud misma
sea cual fuere su valor práctico. De hecho, debe haber sido muy sospechoso cuando resultó que
ocasionalmente los lenguajes artificiales fueron definidos de tal manera que podían ser axiomatizados.

5. Conclusiones

Deberíamos volver a pensar los fundamentos de la lógica de una mejor manera. La cantidad de
reflexión filosófica en la lógica hoy, si se compara con el número de nuevos sistemas lógicos que son
generados, es totalmente inadecuada –tanto en general como con respecto a asuntos particulares16. Los
teoremas de completud son un centavo en una docena, pero difícilmente hay alguna discusión de qué
significa exactamente probar tal teorema17.
A pesar de todas las discusiones sobre los “compromisos metafísicos” de este o de aquel
sistema lógico, la cosa más cercana a una teoría contemporánea de las relaciones entre la lógica y la

16
Evidencia fidedigna de la enorme cantidad de sistemas lógicos generados en el último medio siglo más o menos es proporcionada
por las muchas investigaciones (grandes) recientes que están (siendo) publicados. Los cuatro volúmenes de los Manual de filosofía
de la lógica (Handbook of philosophical logic) Gabbay y Guenther (1983-89) ya están listos y necesitan (una mejor ampliación)
edición revisada; y en los años 90 también hemos sido testigos de la publicación de un Manual de lógica en la inteligencia artificial
y la programación lógica, Un manual de lógica en Ciencias de la Computación, y un Manual de lógica y lenguaje. Mientras que un
breve vistazo a una de las pocas colecciones dedicadas a la reflexión filosófica en la lógica (por ejemplo, Hughes 1993) revelará lo
poco que se ha hecho recientemente en este campo.
17
Tal discusión fue prometida por Dana Scott en 1976. Pero no he visto que aparezca impresa desde ese entonces.
[8]
metafísica –que se necesita para que los debates relevantes alcancen un nivel teórico respetable- es
todavía el viejo y despreciado positivismo lógico.
Esta falta de reflexión filosófica puede deberse, al menos en parte, a la obsesión filosófica con
los argumentos, Los artículos filosóficos no se suponen que presenten (atractivas o reveladoras) tesis, sino
que argumenten a favor de ellas. Y uno no puede argumentar a favor de los principios de su posición
filosófica; así que lo mejor que le es aconsejado a uno es meterlos escondidos e implícitamente, y después
construir argumentos fantásticos alrededor de ellos.

Mi historia es un intento de ir en una dirección diferente –lo cual explica su polémica


caracterización como una historia. La uso para presentar los huesos desnudos de una visión general de la
lógica, pero no argumento a favor de esa posición. Todo lo que puedo decir a su favor es que parece
manejar exitosamente un gran número de problemas, y eliminar otros tantos; pero esta hazaña podría por
supuesto ser realizada de muchas otras maneras.

Brevemente, la postura es la siguiente. La lógica es una teoría acerca del lenguaje –más
precisamente, una teoría acerca de lo que significa para un argumento en un lenguaje el que sea válido o
inválido. Dado que la noción de la validez de un argumento puede reducirse –dentro de un marco que
incluya estados de cosas alternativos, y la mía los incluye – a la noción de verdad o falsedad de una oración
en un estado de cosas, la lógica también puede ser caracterizada (en tal marco) cono una teoría acerca de
lo que significa que una oración sea verdadera dado un estado de cosas. Dado que esta es la teoría, no
podemos que sus principios sean en sí mismos lógicamente verdaderos. A lo sumo, éstos serán
justificados inductivamente, como aquellos de cualquier otra teoría, con una complicación adicional: que
los datos en ella operen inductivamente son mucho más fáciles de manipular que en la mayoría de los
casos. Es mucho más difícil explicar una cuidadosa observación física que desechar el comportamiento
lógico de uno como simplemente equivocado. La normatividad tiene una manera de levantar su cabeza
aquí.
Un mundo ( o estado de cosas) es un asunto complicado, pero frecuentemente, las palabras de
pleno derecho no son necesarias para establecer la validez de los argumentos o la verdad lógica de las
oraciones: modelos matemáticos simples de mundos ( o menos pretenciosamente, los borradores
rudimentarios de los mismos) lo harán. De una manera paralela, frecuentemente no necesitamos
considerar la las oraciones o argumentos de pleno derecho: será suficiente con considerar los esquemas de
los mismos, que sacarán sus características estructurales más generales. Pero es importante darse cuenta
de que (a) la relevancia del esquema puede muy bien ser local (u esquema que provee un útil resumen
para una clase de verdades lógicas en un contexto puede tener instancias absurdas en otro), y (b) los
esquemas no estarán disponibles en todos los casos- algunas veces, será necesario enfocarse en las
palabras exactas que contiene una oración, como en el caso de

(17) Todo lo que es redondo no es cuadrado


o
(18) Si algo es rojo-de-todos-lados, no es verde de-todos-lados.18

Las razones por las qué oraciones como )17) y (18) son verdaderas no son diferentes de las
razones por las cuales, digamos que (3) es verdadera : Dada la manera en la que nuestro lenguaje
funciona, no podrían sino ser verdaderas —o: nuestro lenguaje no está en una posición a describirse como
una situación en la cual éstas no son verdaderas. Demasiado énfasis en esquemas y modelos matemáticos,
sin embargo, es probable ignorar esta diferencia, y favorecer en cambio dicotomías no motivadas y
peligrosas. Para evitar Tales riesgos, los lógicos deberían mejor estar más conscientes de la ubicación

18
Para un buen ejemplo de que tan lejos puede llegar uno al rechazar hacer justicia a la lógica de palabras tales como “redondo”
“cuadadro”, veáse la “rehabilitación” de Terence Parsons de Meinong en su 1980.
[9]
“geográfica” de su disciplina. Las herramientas matemáticas son útiles en la lógica, como lo son
virtualmente en cualquier otro lugar; pero este papel instrumental es todo el rol que las matemáticas
pueden (y deberían) tener en la lógica.19 La lógica no trata acerca de conjuntos o álgebras Booleanas: trata
acerca del lenguaje, este lenguaje, el que tú y yo hablamos.20

Referencias

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Tarski A., 1986, 'What Are Logical Notions?', editado por J. Corcoran, History and Philosophy of Logic 7, 143-54.

Departamento de Filosofía, Universidad de CaIifornia Irvine, CA EUA

19
Un guiño adicional en la historia real de las relaciones entre la lógica y las matemáticas es aquella de que las matemáticas no
solamente han sido fructíferamente aplicadas a la lógica sino que también algunas de las más profundas e iluminadoras
aplicaciones de la lógica han ocurrido dentro del discurso matemático. Este es un interesante e importante hecho, pero también
uno que (desafortunadamente) ha contribuido a la difundido espejismo de que la lógica es solamente respetable cuando es
producida en términos matemáticos y en un contexto matemático.
20
Agradezco a Achille Varzi por sus comentarios a un borrador anterior de este artículo.
[10]

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