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sobre la prehistoria de la
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ARMANDO
LIST
ARZUBIDE
APUNTES
sobre la prehistoria de la
REVOLUCION
_/
MEXICO
1958
---------------------------- - -----~
INTRODUCCION
EL AUTOR
5
GENESIS DE LA ESCLAVITUD EN MEXICO
1524
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tídos a la más despiadada explotación, a pesar de las bien intencionadas
Leyes de Indias que en la práctica carecían de toda vigencia, expedidas
por Carlos V en 1542, para evitar los abusos de las encomiendas.
El Obispo de Míchoacán, D. Manuel Abad y Queipo, manifestaba
en 1560: "Los españoles compondrán un décimo del total de la pobla-
ción y sin embargo, son dueños de toda la propiedad y la riqueza del
Reino. En América no hay graduaciones o medianías, son todos ricos o
miserables, nobles o infames".
Fray Jerónimo de Mendieta escribía en 1562 al Comisario Busta-
mante: "Siendo yo guardián de la ciudad de Tepeaca vino a mí un
indio y díjome: Padre yo he servido de gañán a fulano, español, y aho-
ra vendió a otro su estancia y labor y al que salió de ella yo no le
quedé a deber nada, y al que entra de nuevo tampoco le debo, no le
quiero servir, sino estarme en mi casa con mi mujer y mis hijos y labrar
mis terrezuelas. Un su criado me hace fuerzas que tome dinero para
obligarme que vuelva a servir en aquella labranza. Ayúdame que yo
no quiero quedar allí cautivo. Supe que el criado de aquel labrador era
mozo portugués y enviéle a rogar que se llegase al Monasterio, y ve-
nido, preguntéle si el indio le debía algún dinero a él o a su amo. Res-
pondióme que no debía dinero, mas que debía servicio, porque era
gañán de la hacienda de su amo y que había de trabajar en ella, a lo
cual le repliqué yo que ¿cómo era gañán de la hacienda de su amo, qué
título u obligación tenía? A esto respondió: Que el título era, que el
DUEI'l"ODE AQUELLA HACIENDA LA HABlA VENDIDO A SU
AMO CON TANTOS GAI'l"ANESDE SERVICIO, Y el uno de ellos era
aquel indio. Entonces le preguntp- y dije: Pues los que tienen haciendas
de labor, cuando las venden a otros, ¿también venden los gañanes con
ellas? Si señor dijo él, y los obrajeros y estancieros y ganaderos, y todos
los que tienen semejantes haciendas las venden con los indios que les
sirven en ellas. ¿Cómo es eso, dije yo? esos indios gañanes o mozos que
sirven son esclavos o libres? Sean esclavos o libres, respondió él, ellos
son de la hacienda, y en ella han de servir y este indio es de la de mí
amo ... "
Ya durante la Colonia surgieron los primeros brotes de rebeldía
contra la despiadada servidumbre a que estaban sometidos los nativos.
Las crónicas recogen la rebelión de los negros en Veracruz, acaudilla-
dos por Yanga en 1609, descendientes de los que habían sido importa-
dos como esclavos a la llegada de los conquistadores; y la sublevación
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de los indios en Yucatán, capitaneados por Canek, que recogía el dolor
ancestral de los mayas.
En su Ensayo Político decía Humboldt, después de que recorrió
nuestro país en viaje detenido de estudio y observación en 1792: "Mé-
xico es el país de la desigualdad. En ninguna parte hay una distribu-
ción más triste de la fortuna, de la cultura, del terreno y de la pobla-
ción".
Del seno mismo de los conquistadores surgieron los primeros após-
toles de la redención del indio, como el Padre Las Casas, el Padre
Motolinia, Fray Jerónimo de Mendieta, el Obispo Abad y Queipo, que
con un gran ademán de misericordia trataron de detener las inmensas
injusticias que se cometían con los naturales, obligados a trabajar jor-
nadas inhumanas, sometidos a los más crueles castigos y privados de
todo lo.que había dado origen a su extraordinaria cultura y sus peculia-
res formas de vida.
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HIDALGO Y MORELOS ANTIESCLAVISTAS
1810
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a~tir con su trabajo e industria. Esta es una de las medidas más impor-
tantes, y por tanto deben destruirse todas las obras de presas, acueduc-
tos, caseríos y demás oficinas de los hacendados pudientes, criollos o
gachupines".
De esta manera los paladines de la Independencia encarnaban en
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aquella hora el pensamiento liberal de nuestro pueblo y levantaban su
encendida demanda por la abolición de los tributos; el derecho a que
el indio trabajara las tierras incultas de los señores; el derecho también
de avecina miento en sus pueblos, y sobre todo, la restitución de sus
tierras para que tuviera una casa y con que alimentarse y dejara de
ser un paria en su propia tierra.
"~ la historia política de México, Hidalgo y Morelos son cum-
bres precursoras; el gobierno insurgente de Guadalajara y los 23
puntos de Chilpancingo fueron normas del genio de Hidalgo y de
Morelos para cimentar la primera ley fundamental del México in-
dependiente. Más que los influjos de la Constitución de Cádiz,
el liberalismo enciclopedista francés, y la cercanía de la guerra de
independencia de las 13 colonias inglesas de N orteamérica, los
constituyentes de Chilpancingo-Apatzingán tuvieron presente la
imagen de un México postrado por mil taras.
Al ser proclamada en Apatzingán, en octubre de 1814, nues-
tra primera Constitución política, su artículo 39 consignó la preo-
cupación insigne de Morelos contenida en el punto 12 de su
mensaje genial: el fomento social de la educación. Legislador y
estadista, Morelos es, con Hidalgo, profeta que atisba por encima
del tiempo y uno de los guías permanentes de México".
Las ideas liberales procedían fundamentalmente de aquel gran mo-
vimiento que se gestara en la Edad Media, sobre la libertad política de
los pueblos, y que en el Siglo XVIII fueran plasmadas por los encíclope-
distas: Voltaire, que demandaba la confiscación de las tierras en manos
de la Iglesia; Montesquieu, que en 1748, en su obra El Espíritu de las
Leyes, limita la autoridad de la Monarquía para que participen de ella
los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial; Juan Jacobo Rous-
seau, que en su obra, Discurso sobre el Origen de la Desigualdad entre
los Hombres, afirma que la propiedad privada es la fuente de todos los
trastornos sociales; Locke y Smith, que con sus ideas políticas y econó-
micas, proscribían privilegios que no se fundaran en la razón y en la
justicia. La traducción de estas obras fue conocida en la Nueva España,
proyectando su influencia decisiva, al mismo tiempo que las colonias
inglesas se rebelaban contra la metrópoli, proclamando su Indepen-
dencia el 4 de julio de 1776, adoptando la forma republicana y demo-
crática de los Estados Unidos de América, consagrada en su Constitu-
ción, y con la toma de la Bastilla, el 14 de julio de 1789, la Revolución
Francesa proclamaba el régimen republicano, los derechos del hombre
y la soberanía del pueblo. Estos hechos influyeron profundamente en
el ánimo de los caudillos insurgentes.
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LA INDEPENDENCIA Y LA LIBERTAD POLITICA
1821
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Imperio, y más tarde Antonio López de Santa Anna que también con
sueños imperiales se hacía llamar "Su Alteza Serenísima".
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DON VALENTIN GOMEZ F ARIAS Y EL DR. MORA
r PRECURSORES DE LA REFORMA
1833
17
A.R.~
... don Valentín Gómez Farías expedía decretos ins-
pirados en un profundo patriotismo y una certera
visión de los problemas nacionales de su tiempo ...
18
popular, que jamás se había encontrado tan disperso, tan desarmado,
tan abatido por el desaliento. Sus prohombres de la Capital o de los
Estados habían muerto o se hallaban en las prisiones o en el destierro,
la prensa estaba amordazada y no quedaban más que órganos que que-
maban incienso al Dictador. Las poblaciones, desde las más grandes
hasta las más pequeñas estaban bajo la opresión de un militar. Fue esta
una dictadura grosera y salvaje, sin una sola tendencia generosa, sin
un fin elevado, sin un motivo patriótico. Habría sido tan larga y tan
sangrienta como la atroz dictadura de Rosas en la Argentina, si no le
hubiera puesto coto la revolución popular de Ayutla. Así se hallaba la
Naciór; Mexicana cuando interrumpió este silencio de muerte el grito
redentor de Ayutla, grito que fue una nueva esperanza para el pueblo".
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AYUTLA, CONTINUIDAD DE LOS POSTULADOS DE LA
INDEPENDENCIA
1854
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La Revolución de Ayutla se propuso de inmediato proscribir el
santanismo restableciendo las libertades democráticas que constituían
ya la suprema aspiración de nuestro pueblo, respondiendo así a la invo-
cación de sus mejores hombres: el General D. Juan Alvarez, figura
impoluta de este movimiento y que había sido compañero de armas de
Guerrero y que al d~r su aceptación para acaudillar el "Ejército Restau-
rador de la Libertad" exclamó: "Mi edad bastante avanzada y mis no-
torias enfermedades me exigían el descanso de la vida privada; mas al
llamado de mis conciudadanos he alejado de mí el bienestar particular
y vengo a sacrificarlo todo a la causa sagrada que desde tiempos muy
atrás sirvo con lealtad, porque ella es la de mi patria; ella es la que
nos mandaron defender los nobles mexicanos que nos antecedieron en
la memorable Guerra de Independencia. Me adhiero solemnemente al
movimiento iniciado en Ayutla protestando acatar las reformas que
la Nación estime conveniente hacerle y no dejar las armas de la mano
hasta que, consumado aquel, ya no sea necesaria mi persona y se hallen
al frente del poder público los dignos mandatarios que sean llamados a
ejercerlo por la libre y espontánea voluntad de los mexicanos ... "; D.
Benito Juárez, el esforzado paladín de la Reforma, D. Melchor Ocam-
po, D. Guillermo Prieto, D. Ignacio Altamirano, D. Ponciano Arriaga,
D. Miguel Lerdo de Tejada. Correspondió a estos hombres la tarea de
consignar en la Constitución de 1857 las bases de un nuevo orden so-
cial, la Reforma, que en lo económico, en lo político y en lo jurídico,
recogía los ideales de la Independencia, de acuerdo con la vieja trayec-
toria democrática que en el transcurso de los años ha conformado el
pensamiento y el espíritu de nuestra nación.
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enseñanza, aniquiló el anacromco monopolio docente e hízola
patrimonio de toda la sociedad, lo que en tal época constituía me-
dida avanzada".
23
elevó a los más altos puestos para que correspondieran a sus bene-
ficios con la mayor gratitud".
24
LA REFORMA Y LA LIBERTAD DE TRABAJO
1857
25
... "Nadie como Juárez amó tanto a México y difícilmente habrá otro
de sus hijos que tenga tal devoción a su patria; ... "
26.
los inversionistas nacionales, iniciándose el florecimiento de la produc-
ción industrial en las fábricas de hilados y tejidos, en los ferrocarriles,
en las minas, en la energía eléctrica, como tremenda amenaza a nuestro
artesanado que hasta entonces, y viniendo de épocas lejanas, había
prosperado sin competencia y que, con el fenómeno de la naciente in-
dustrialización, iba a convertirse en asalariado del capitalismo por su
incapacidad de competir a la maquinaria con sus rudimentarias he-
rramientas.
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bién el mutualismo era tomado a guasa: "En la ciudad de jalapa, a
los veinte días del mes de junio de 1873, reunidas las ciudadanas
tortillera s de esta población con fines mutualistas reasumen su sobera-
nía y decretan: Io.-Desde el 22 del actual nos sujetamos a dar en bene-
ficio público, seis tortillas por medio real, abonando una gordita en
cada peso, propia para enchilar ... Art. 30.-Las personas que quieran
vender nuestras tortillas no podrán dar más de lo estipulado y si para
acreditar sus tranquicholes, dieren de "algo" una bolita de masa para
los pájaros, se les hará volver al orden a golpe de metlapile ... Art. 40.-
Queda prohibido echar tortillas después de las 12 del día y como no
las llevaremos a las casas particulares, las señoritas catrinas al ocurrir
al tortíllaje, se empolvarán convenientemente y nos proponemos elevar
las puertas de nuestros expendios para que no se les atoren los [opos".
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PRIMER GRAN CIRCULO DE OBREROS LIBRES
1872
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Artículo 30.-Es deber forzoso de la junta directiva de cada su-
cursal, estimular a todos los trabajadores, primero a que ocurran al
establecimiento de instrucción, todos los que necesiten de ella; se-
gundo, exigir a todos los que tengan más conocimientos, a que ayu-
den al maestro, en sus trabajos para el adelanto y cultivo de los
mismos trabajadores; tercero, prohibir toda alternativa política o reli-
giosa, para evitar el desorden o tal vez una desgracia en el estableci-
miento; cuarto, procurar que exista un fondo para cubrir los gastos
que se originen en su instrucción; quinto, exigir a los trabajadores,
el cumplimiento de las obligaciones que se han impuesto en el tra-
bajo, según la justicia, para que se hagan acreedores a buen trato.
Artículo 40.-Al dirigirse un trabajador a cualquiera de las fábri-
cas en solicitud de trabajo, tiene la forzosa obligación de presentarse
al C. Presidente de la Sociedad, para que en junta general, se haga
una calificación de las cualidades de su persona, según las fracciones
siguientes: la., por medio de un informe que dé la sociedad a que
haya pertenecido, con la nota de buen o mal comportamiento, para
evitar las desgracias que continuamente acontecen; 2a., que se vea
que es útil, para desempeñar el trabajo que solicita; 3a., que desde
el momento en que reciba el trabajo, quede inscrito en el registro
de la sociedad, con la obligación de ser útil a ella; 4a., si el informe
que diere fuera falso, será aprehendido y entregado a las autoridades
más inmediatas, quedando responsable la persona que falsamente ha-
ya acreditado su conducta; si su conducta fuera buena, la mesa direc-
tiva interpondrá su influencia a quien corresponda, para que llegue
a obtener el trabajo".
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PRIMERAS ASOCIACIONES DE EMPLEADOS DEL GOBIERNO
1875
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Ya se ve como, desde los días en que los trabajadores mexicanos
hacían sus primeras armas para conseguir su emancipación econó-
mica y política, los empleados públicos no se sentían ajenos a este
fenómeno; por el contrario, comprendiendo que su posición de clase
los identificaba con los intereses de los trabajadores, se aprestaron a
sumarse a los contingentes que en aquellos días erguían la bandera
de las reivindicaciones populares.
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PRIMER CONGRESO GENERAL DE OBREROS
SU MANIFIESTO
1876
33
A.R.3
posibilidad de que sea deudor, porque el hambre avasalla muchas
veces el decoro personal".
"Tercero, el empeño eficaz de conseguir que sean en todo tiem-
po, una verdad para el obrero las garantías políticas y sociales, y
que el servicio militar no recaiga exclusivamente en ellos, sino que
se distribuya 'de manera equitativa por medio de una ley especial
entre todos los hijos de la República, ya sean sabios o ignorantes,
ya fueren pobres o ricos".
"Cuarto, el aseguramiento de la más plena libertad en la elec-
ción de los funcionarios públicos; la absoluta autonomía de su con-
ciencia y en su culto; y un sistema de protección ilustrada para la
Industria y para las Artes".
Los capítulos siguientes se refieren a la fijación del tipo del
salario mínimo en todos los Estados de la República; a la creación
de exposiciones industriales de los artesanos donde puedan vender
sus mercancías; a la variación del tipo del jornal, cuando las necesi-
dades del obrero así lo exijan; que el Congreso dedicará atención
preferente al importante asunto de las huelgas, de mejorar las condi-
ciones de la mujer-obrero y "procurará que su programa sea bien
desarrollado y explicado en la Constitución".
El manifiesto del Congreso termina así: "Siguiendo el consejo
de un escritor contemporáneo, el Congreso proclama la felicidad por
la limpieza del corazón y la poesía del sentimiento; predica el amor
a las cosas serias y prácticas; la cultura intelectual y moral, y no
juguemos la suerte del país en discursos y proclamas, de los que
únicamente buscan la habilidad y la elocuencia".
.Hemos querido transcribir la parte medular de este manifiesto
del Primer Congreso General de Obreros, para que se vea con qué
procedimientos tan ingenuos los artesanos y los trabajadores inten-
taban defenderse del desplazamiento para unos y la absorción para
otros, de la industria capitalista que se se hallaba en pleno período
de .consolidación. Con estas medidas proteccionistas "en las que se
proporciona el trabajo al artesano con independencia del capitalista",
demandando "garantías políticas y sociales", "con la limpieza del
corazón y la poesía del sentimiento", nuestros antecesores preten-
dían evadirse de los determinismos históricos que entonces se singu-
Iarízaban por la concentración de los capitales como consecuencia del
acrecentamiento de los latifundios y las primeras manifestaciones del
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capital imperialista que elegía nuestro suelo para trasplantar su ya
floreciente industria.
Al mediar la séptima década del siglo pasado, la clase trabaja-
dora organizada y el artesanado principian a darse cuenta de la
inutilidad de sus esfuerzos en su lucha contra la industria capita-
lista, y tratan entonces de acogerse a las sociedades cooperativas como
una evolución de las mutualistas, con la esperanza de que con este
sistema consiga quebrantar el poderío del capitalismo. Aparecen
entonces en los periódicos proletarios los primeros artículos que in-
tentan demostrar que las sociedades cooperativas, como sistema de
organización, son más avanzadas que las sociedades mutualistas.
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Los más caracterizados escritores de las ideas sociales de en-
tonces se aplicaron a divulgar el cooperativismo como una nueva
esperanza redentora.
En una gacetilla que aparece el 6 de agosto de 1876, informa El
Hito del Trabaio que los colonos de Buena Vista han inaugurado la
primera Sociedad Cooperativa, bajo las mismas bases que sirvieron a
los tejedores de Rochdale en Inglaterra en 1844. (La Asociación
Amistosa de los Equitativos Trabajadores de Rochdale). "Ojalá que
siempre podamos anunciar progresos como éste que libren de la mi-
seria a muchas familias, encontrando en los efectos de la cooperativa,
más bien pesados que los que venden los invasores y especuladores,
una real defensa del poder de compra de su dinero ... "
Ricardo Velati agrega: "Nuestras justas aspiraciones para lo fu-
turo, deben impulsar a todos los que hoy están asociados, para que
el sistema cooperativo llegue cuanto antes a ser una verdad en nues-
tra patria, con tanta más razón, cuanto que el capital extorsiona ca-
si ya por completo al trabajo, sin que por nuestra parte, tengamos
con qué hacer frente al capitalista, lo cual traerá funestos resultados
para toda la clase trabajadora, no tan sólo de la capital, sino de toda
la nación en general. Esto, por un lado; por el otro, tal vez una guerra
social, pues obligados a trabajar por un mezquino salario, no podre-
mos subvenir a las necesidades del hogar. Indispensable es que pro-
curemos no llegar a tal extremo, cuando nosotros mismos podemos
creamos fondos cuantiosos que nos presenten un capital propio, por
medio de las grandes colectividades, pues según nosotros, el sistema
cooperativo es la tabla de salvación del proletario".
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sas. La consolidación de capitalismo, cuando se iniciaba la integración
definitiva de la dictadura porfiriana en 1884, puso fin a las amargas
experiencias del artesanado para dar paso a la lucha abierta y defi-
nida de los capitalistas contra los asalariados.
En teoría, el derecho de huelga aparece consignado por primera
vez, en la Constitución de 1857, al incorporar en su artículo 90. el
derecho de asociación para protegerse de los abusos del capital; y la
lucha es el recurso más eficaz para mejorar las condiciones de trabajo.
"La huelga es el uso del derecho de propiedad protegido por el de-
recho de asociación para evitar la tiranía del capital ... ", escribía don
Guillermo Prieto en agosto de 1875.
La libertad de trabajo dio origen a las primeras huelgas a partir
de 1865, intensificándose 10 años después, cuando en la medida que
avanzaba la industrialización y la proletarización de las masas, se
acentuaba la crueldad para los obreros, que tenían que laborar de
12 a 14 horas diarias, sin descanso dominical, sin asistencia médica,
sin apropiadas condiciones de higiene, para ellos, las mujeres y los
niños, sin pago de salario en efectivo, todo lo cual había creado una
situación peor aún que la que intentaban remediar las Leyes de Indias
de los conquistadores, trescientos años atrás.
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En los meses de mayo y septiembre de 1884, el periódico El Hifo
del Trabaio se refiere a huelgas habidas en las fábricas de Puebla, El
Mayorazgo, La Economía y La Trinidad, con motivo de que los obre-
ros son expulsados para ser sustituídos por muchachos "a quienes res-
paldan las mantas a real. .. "; así como porque se intenta rebajarles el
importe de su jornal, en seis centavos en el precio de cada pieza de
manta. Aparece una nota que textualmente dice: "Las fábricas de Pue-
bla continúan en huelga y los trabajadores sufren grandes privaciones.
En la fábrica La Tlaxcalteca, sólo porque treinta obreros se presentaron
a pedir que se les cubrieran salarios ya devengado s, fueron tratados co-
mo bandoleros por los rurales y se los llevaron entre filas de Panzacola
a Zacatelco, por órdenes del jefe político, donde fueron encerrados en
un calabozo". Los trabajadores de Puebla, que en su generalidad se ha-
bían lanzado a la huelga por solidaridad, reciben auxilio económico de
sus hermanos del Valle de México y por fin, en octubre, reanudan sus
labores, después de firmar un pacto con los industriales, que comienza
diciendo: "Las horas de trabajo en el verano serán de 5 de la mañana
a 9 de la noche, contando con media hora para el desayuno y media
hora para la comida. Todos los pagos o anticipas se harán en moneda,
con exclusión de vales o boletos que no tengan valor legal. . . Los se-
ñores propietarios se servirán certificar, cuál ha sido la conducta de sus
obreros durante la huelga ... ". A los trabajadores de La Tlaxcalteca se
les aumenta un centavo por pieza de telares polkos y un centavo tam-
bién por pieza de telares ingleses... ".
Como estos casos, hubo multitud en toda la República, que defi-
nían ya con claridad la lucha de clases entre el proletariado y el capita-
lismo en pleno desarrollo.
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quer y otras. Juana la Progresista en el número del 22 de mayo de 1876,
de El Hito del Trabaja defiende denodadamente la igualdad de la rnu-
[er, frente a la supuesta superioridad del hombre, que no tiene base
científica, puesto que ambos, fisio16gicamente contienen los mismos
factores, sobre todo de inteligencia. Arremete contra el injusto trato que
se da a las mujeres, por lo cual el hombre tiene siempre preeminencia
en todo: en educaci6n, en oportunidades de trabajo y en trato social, lo
cual las convierte en esclavas. Concluye demandando un lugar para la
mujer en la lucha por el progreso y por la subsistencia "devolvíéndole
con ello la felicidad perdida ... ".
El sastre José María González decía en el peri6dico La Internacio-
nal de julio de 1878: "Vosotros, los que coméis y sois ricos por lo que
robáis al trabajador, pronto estaréis de rodillas implorando misericordia
de los que hoy son vuestras víctimas. Verdugos implacables: pensad
bien lo que hacéis. Estáis coaligados para atormentar y humillar a los
obreros, creyendo que s6is fuertes, y no sabéis que vuestra fuerza es
ilusoria. Miserables: especuláis con el trabajador; el sudor que cae de
su frente amenaza al pan que coméis; y a pesar de eso no lo consideráis
como hermano; ostentáis ricas alhajas, paseáis en elegante carruaje,
tenéis una numerosa servidumbre, os divertís, os reís estrepitosamente,
apuráis el placer, y no os acordáis que una muchedumbre de deshere-
dados se cansa, se fatiga, se muere por proporcionaros todas esas co-
modidades ... Que ¿no oís el eco aterrador de millones de voces de
obreros norteamericanos, que ya no piden pan, sino sangre? que, ¿no
comprendéis que La Internacional ha tenido mejor acogida en América
que en Europa? Sí, La Internacional (no cambiéis de color, ni frunzáis
el ceño), La Internacional que es vuestro juez y que os pide cuentas del
trabajo de los pobres ... Que no te culpen mañana, -exclama, dirigién-
dose al trabajador-, que no te culpen si haciendo a un lado a ese fan-
tasma que se llama gobierno, te gobiernas por tí mismo; que no te cul-
pen mañana si, despreciando a esa meretriz que se llama Justicia, te
haces justicia por tu mano ... Si algún día, en vez de fábricas contem-
pláis ruinas, en vez de telares véís cenizas, en vez de riquezas tenéis
miseria, en vez de pisar alfombras, pisáis sangre, no preguntéis por
qué".
Al mismo tiempo que las Sociedades Mutualistas de Artesanos se
iban debilitando porque sus postulados eran ya inoperantes ante la
transformaci6n que se iba efectuando en nuestra sociedad con el cre-
cimiento de la industria, las ideas políticas y sociales que tenían como
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escenario Europa, llegan hasta nosotros con una resonancia inmediata,
simultáneamente en México y en Estados Unidos. Surgen periódicos
proletarios como La Internacional, La Comuna, El Obrero Internacio-
nal, La Revolución Social y otros, que en su declaración de principios
se orienten ya de manera firme hacia la concepción de las doctrinas de
los ideólogos más relevantes de la Europa de entonces.
El manifiesto del VII Congreso Universal de la Asociación Interna-
cíonal de los Trabajadores, celebrado en Bruselas y dirigido a todas las
Sociedades Obreras, reproducido en los periódicos proletarios de en-
tonces, comienza diciendo:
"Compañeros: En todos los países donde ha estallado la lucha so-
cial entre el capital y el trabajo, el mundo burgués ataca con encarniza-
miento todas las manifestaciones de las clases obreras: la Asociación
Internacional de los Trabajadores es el objeto preferente del odio im-
placable de los hombres de orden; los gobiernos, fieles representantes y
guardianes de los intereses burgueses, han inaugurado contra los obre-
ros socialistas un sistema de persecución digno de los más bárbaros
tiempos. La inmolación del proletariado parisiense en mayo de 1871 y
la deportación en masa de los que sobrevivieron, fueron las señas de
una reacción general en toda Europa. Las leyes de excepción contra
las asociaciones obreras y .La Internacional, el encarcelamiento de los
miembros más activos de estas corporaciones, están a la orden del día
en todos los principales Estados. En España se asesina secretamente
a los obreros miembros de La Internacional".
A continuación hace una amplia exposición de las bases filosóficas
que dier<¡morigen a La Internacional; fundada en septiembre de 1864
en un mitin celebrado en Saint-Martín Hall, al cual asistieron repre-
sentantes de las clases obreras de los países más industriales de Europa.
Da a conocer los estatutos que sirven de norma a la marcha del movi-
miento obrero, enumerándolos así:
"Que la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los
trabajadores mismos;
Que los esfuerzos de los trabajadores para conquistar su emancipa-
ción no han de tender a constituir nuevos privilegios, sino a establecer
para todos los mismos derechos y los mismos deberes;
"Que la sujeción del trabajador al capital es la fuente de toda es-
clavitud política, moral y material;
: "Que por lo mismo, la emancipación económica de los trabajado-
res es el gran objeto a que debe subordinarse todo movimiento político;
40
"Que los esfuerzos hechos hasta ahora han fracasado por falta de
solidaridad entre los obreros de las diferentes profesiones en cada país
y la unión fraternal entre los trabajadores de las diversas regiones;
"Que la emancipación de los trabajadores no es un problema úni-
camente local o nacional; sino que, al contrario, este problema interesa
a todas las naciones civilizadas; estando necesariamente subordinada
su solución al concurso teórico y práctico de las mismas; que el movi-
miento que se está efectuando entre los obreros de los países más in-
dustriales de Europa, al engendrar nuevas esperanzas, da un solemne
aviso para no incurrir en antiguos errores, y aconseja combinar todos
los esfuerzos hasta ahora aislados".
y termina después de hacer la historia de las vicisitudes del movi-
miento obrero en el mundo con este llamado: "Si creéis como nosotros
en la necesidad de una' gran transformación social, no permanezcáis por
más tiempo en una culpable indiferencia; unid vuestros esfuerzos a los
nuestros para generalizar y consolidar las asociaciones y las federacio-
nes obreras; estableced relaciones de solidaridad práctica entre sí, estu-
diar todas las cuestiones sociales y propagar los principios socialistas,
de manera que el pueblo alcance la conciencia de la obra que ha de
realizar; separemos las seducciones burguesas, los consejos del egoísmo,
de la ambición, de la indecisión, de la cobardía; organicémonos para la
acción, según las situaciones especiales de cada nación".
"Por todas partes se acusa a los internacionales de ser perturbado-
res por naturaleza; en todos los países la conducta de la burguesía prue-
ba que no quiere hacer ninguna concesión a los trabajadores; los go-
biernos de todos los grandes Estados organizan implacablemente las
persecuciones contra los socialistas, y crean una situación de donde se
deducirán inevitablemente soluciones violentas.
La reacción burguesa marcha a pasos agigantados y nos aplastará
bien pronto, completamente, si no sabemos servirnos de la sola arma
que nos queda: LA REVOLUCION SOCIAL".
El6 de septiembre de 1884,el periódico El Socialista da a conocer
el manifiesto del Partido Socialista Español a los obreros mexicanos, en
estos términos: "Camaradas: la prueba más concluyente de la perfecta
unidad de miras entre los obreros de ambos mundos, es la solidaridad
que existe en las aspiraciones de los partidos socialistas obreros de
Francia, Alemania, Suiza, Dinamarca, Polonia, Inglaterra, Escocia, Por-
tugal, Bélgica, España y demás países europeos, como los de Argenti-
na, Estados Unidos y México y otros países americanos.
41
l _
Vosotros como nosotros, afirmáis que la base sobre que está orga-
nizada la actual sociedad es injusta; vosotros como nosotros, habéis
comprendido que la posesión del poder político en manos de la clase
media y de la burguesía, es el arma más poderosa de que se vale para
impedir el triunfo del proletariado. Habéis comprendido, hermanos de
lucha, cuál es el camino que conduce a la emancipación de los traba-
jadores.
Todos nuestros esfuerzos debemos dirigirlos a arrebatar el poder
de manos de la burguesía, para reunidos bajo la misma bandera, orga-
nicemos la sociedad científicamente, haciendo que cada uno sea dueño
del producto de su trabajo.
Obreros mexicanos: los socialistas españoles tendrán sumo orgullo
de pelear a vuestro lado por el triunfo de la emancipación social. ..
¡Viva la República Obrera Internacional!. .. ¡Vivan los Socialistas de
ambos mundos .. .1".
En el periódico La Internacional aparece una serie de artículos
para demostrar las falacias de la democracia frente a la realidad obje-
tiva de la sociedad burguesa y expone la situación económica y política
de los trabajadores.
En el mismo periódico, Rafael de Zayas Enríquez surge como un
campeón de los ideales socialistas.
Al instalarse el Congreso Obrero Nacional ya mencionado, en ma-
yo de 1876, Rodacanati pronuncia un discurso que es un índice de la
evolución que se había venido operando en la mentalidad del prole-
tariado, por la influencia de los teorizantes socialistas de Europa, en el
que hay pasajes como éste: "Hoy el socialismo es el único capaz de
obrar en sentido favorable y benéfico para obtener la regeneración del
pueblo, asegurándole su porvenir a través de las inmensas vicisitudes
que agitan a la sociedad, cuyo principio está vinculado en esta fórmula
de Saint Simon: A cada quien según su capacidad; a cada capacidad
según sus obras; y de aquí tiene que desprenderse lógicamente esta
otra fórmula complementaria de todo derecho: A cada uno según sus
necesidades y a cada uno según sus fuerzas ... Cosmopolitas de cora-
zón, somos ciudadanos de todos los países; nuestra patria es el mundo
y todos los hombres son nuestros hermanos ... ".
42
LAS ORGANIZACIONES INDUSTRIALES. IMPRACTICABILIDAD
DEL DERECHO DE HUELGA
43
SEGUNDO CONGRESO Y DECADENCIA DEL
MOVIMIENTO OBRERO
1879
45
PROYECTO
DE
LEY DELPUEB1~
POR El C. CORONEL
ALBERTO SANTA FE .
•••••
::M:EXICO.
TIPOGRAFIA COOPERATIVA.
1883
46
nos recuerdan que el Respeto al Derecho Ajeno es la Paz, y nosotros
preguntamos, ¿quién respeta nuestros derechos? ¿dónde están nuestros
derechos como ciudadanos? ¿dónde como hombres? pues hasta los de-
rechos naturales nos han quitado ... ".
47
de determinados individuos y los Benítez, personas no muy queridas
que digamos, anduvieron en las fábricas trabajando por conseguir de
los operarios algo que no conviniera a éstos; nada obtuvieron pero no
se dieron por vencidos y recurrieron al medio, nada prudente por cier-
to, de pedir al señor Obispo de Puebla que visitase la fábrica; el señor
Obispo al hacer su visita, ha predicado la desunión, ha anatematizado
la asociación considerándola peligrosa para el individuo y la sociedad;
ha pretendido convencer a los obreros de que la asociación es el comu-
nismo, La Internacional, la destrucción, el incendio, el asesinato, ter-
minando por decir que "el obrero debe ver a su patrón como a un dios."
El alma se lastima de ver que una persona tan ilustrada y de reconoci-
das virtudes como el señor Obispo confunda el respeto que se debe al
que nos da trabajo, con la adoración a Dios, y creemos que no estuvo
acertado cuando se aventuró a expresarse de un modo tan amargo al
dirigirse a los obreros... Torturar la conciencia y el pensamiento de
los trabajadores, nos parece que es una obra nada caritativa y muy con-
traria a la misión de paz y amor que tienen los representantes de Je-
sucristo en la tierra".
y en el mismo periódico, poco tiempo después, escribía Tácito:
"Sabrán los lectores de La Luz, que existe una especie de acuerdo entre
los propietarios de molinos y fábricas para que cada hombre que se
asome en busca de trabajo, se le responda que sí se le dará, si es un
buen cristiano y que se le conservará ahí si sabe cumplir con los pre-
ceptos de la religión. El infeliz que se encuentra lleno de familia y no
tiene sustento, contesta que hará todo lo que se le mande en cambio
del jornal. En seguida se le acepta como trabajador.
En el próximo sábado se llama a los operarios para que rayen sus
alcances y se les descuenten dos reales correspondientes a la "Sociedad
Católica", un real para un tramo del enverjado de alguna iglesia, un real
para el sostén de "Los Hermanos de la Vela Verde", real y medio para
el Mes de María y real y medio para el Mes de José, medio para la
misa que se reza en la capilla de la finca, medio y cuartilla para la li-
mosna del Santo Sepulcro de Jerusalén, medio real para las necesidades
de la Iglesia y ¡oh asombro! tres reales para estar suscritos a tres perió-
dicos que defienden la religión en esta capital. .. El trabajador recibe
una friolera para sostener a su familia y esa friolera de moneda macha-
cada, lisa y de cobre, la envuelve en los periódicos religiosos y se mar-
cha en pos de sus hijos, llevando el recuerdo amarguísimo de un robo
y de mucha hambre que los feudales le regalan en nombre de la reli-
48
glOn, que se defiende en Puebla con injurias de taberna y frases de
cuartel".
En febrero de 1885, el periódico católico El Reino Guadalupano
informa que el general Díaz se había comprometido con el Clero a
pactar un concordato con el Papa en 1876 para restaurar las prerrogati-
Vas de la Iglesia, derogando las Leyes de Reforma a cambio de que lo
ayudara a dar un golpe de Estado a don Sebastíán Lerdo de Tejada,
doce años atrás, lo que no se llevó a efecto debido a la oposición del
licenciado don Manuel Dublán.
"EL OBRERO"
49
A.R. {
El que en afanes rudos y prolijos
la sacra fuerza del dolor despliega
en la morada de sus tiernos hijos
y en el taller que con sudor se riega.
50
Mas no las necesita. Al redoble
de sus martillos, los veréis ufanos;
templar, con el trabajo, su alma noble
y hacer cadenas para atar tiranos. .
Anónimo.-"El Anarquista".-1890
51
yo por el pueblo batallo
y por él, nada es sufrir.
He de azotar al burgués
que no paga y extorsiona;
al señor de la matona
y a todos en esta vez.
¡Oh pueblo!, como me ves
he de darme una paseada,
y extenderé la mirada
por todo lo que haya encima...
¡No le hace que el bronce gima
al son de la campana!
Yo he de decir las verdades
porque ante nada me arredro.
Ya me lleva la . . . tristeza,
¡
a con tanta gente inservible.
a,
.,
lIa
el
Hasta parece increíble
01
.e:
que dobleguen su cabeza,
na por una mezquina pieza
et
.u del pan que a otro no le agrada .
al
\(
.9 52
Gente risible y menguada
que con su orgullo lastima
por más que en los aires gima
¡Al son de la campanada!
. Burgueses y señorones,
ignorantes mandatarios.
Científicos. .. (?), propietarios
y deficientes mandones;
ya me fajé los calzones,
porque la hora se aproxima...
con mi banda y con mi espada ...
53
incluímos la Información que reproduce El Hijo del Trabajo en sep-
tiembre de 1877:
"La fábrica Hércules, la han convertido los señores Rubio, en una
especie de REPUBLICA, porque ellos, y no el gobierno, son los que
allí dictan las leyes, las hacen obedecer, castigan a sus infractores,
juzgan a los delincuentes y criminales, pues hay que advertir que en
el punto donde está situada la fábrica, han mandado los señores Rubio
edificar tantas fincas que ya éstas forman hoy un número de calles, en
cuyas fincas habitan más de la mitad de los operarios de las fábricas,
porque los dueños de ellas les han impuesto horas tan precisas para
entrar a trabajar, que no tendrían tiempo para ir y volver a Queré-
taro, si vivieran allí, no concediéndoseles ni un minuto más de la hora
que se les fija, so pena de que, si no entran, por ejemplo, en punto de
las cinco de la mañana, son despojados irremisiblemente del trabajo,
validos los patrones de la escasez de recursos que Querétaro tiene,
validos de la pobreza que lo oprime, de la miseria que lo desgarra; y
como los operarios, no siendo del trabajo de las fábricas, no tienen otra
industria o profesión de que vivir, porque todo el movimiento que el
Estado tiene es el que aquellas le dan, tienen que resignarse con tan
triste suerte; tienen que vivir, quieran o no, en las estrechas acceso-
rias o casas que los dueños de Hércules han edificado en el mismo
punto con objeto de especular con ellas el trabajo de sus operarios.
"También hay, como es natural, en el mismo paraje en que están
las referidas fábricas, todos cuantos elementos y víveres necesitan los
que allí habitan para vivir. Hay, como si fuere una capital de primer
orden, numerosas tiendas de ropa, infinitas tiendas de abarrotes y bas-
tantes sastrerías, zapaterías, boticas, etc., etc., con el objeto de que·los
trabajadores no vayan a Querétaro a comprar en sus mercados todos
estos artículos; y para más obligárseles a hacerlo así, se les da un sin-
número de vales, especie de papel moneda, sólo para el comercio de
aquellas fábricas; en tal virtud, cuando estos desdichados operarios
reciben su mezquina raya, casi entera vuelve a entrar a la caja de sus
patrones, porque tienen que descontar de ella todos los vales que re-
ciben para surtirse de víveres en las casas de comercio que les han
puesto allí, tienen que descontar la renta de las casas en que viven,
y, en fin, tienen que descontar semanariamente, todo cuanto necesitan
para vivir, cuyo dinero, como ya se dijo, vuelve a la caja de los seño-
res Rubio, pues ellos son los dueños, también, de todas las tiendas y
mercados que existen en aquel punto; y por esta razón, esos operarios,
54
siempre obligados, porque siempre están endrogados con sus patro-
nes, a trabajarles donde ellos quieren, a la hora que quieren y como
ellos quieren, y los susodichos patrones más y más se enriquecen cada
día, y, en consecuencia, más injustos son, más exigentes y más infames
con los desgraciados trabajadores.
"Para probar hasta la evidencia, que la fábrica Hércules la han
convertido los señores Rubio en una especie de República, como deci-
mos más arriba, existen allí, para vergüenza de casi todos los gobernan-
tes de Querétaro, una numerosa y disciplinada fuerza que sirve no sólo
para el resguardo de la fábrica, sino para guardar el orden en aque-
lla pequeña República; para castigar allí al que falta a su deber, y
conducirlo a inmunda mazmorra, que también tienen a su disposición
los señores Rubio, para encerrar en ella, después de juzgar y senten-
ciar ellos mismos, al infeliz operario".
55
lo condenaban a una deuda írredímíble que se transmitía de padres a
hiíos en incontables generaciones.
El Lic. Orozco en su obra "Legíslacíón y Jurisprudencia sobre Te-
rrenos Baldíos" dice: "Para afrenta de la civilización en México casi no
han cambiado un ápice las condiciones de la propiedad agraria y las
relaciones entre hacendados y operarios en nuestro país. En ninguna
parte como en las grandes posesiones territoriales, se conservan las
ominosas tradiciones de abyecta servidumbre de abajo y la insolente
tiranía.'de arriba. El peón de las haciendas es todavía hoy el continua-
dor predestinado de la esclavitud del indio; es todavía algo como una
pobre bestia de carga destituída de toda ilusión y de toda esperanza.
El hijo recibe en edad temprana las cadenas que llevó su padre, para
legarlas a la vez a sus hijos; La tienda de raya, paga siempre los sa-
larios en despreciables mercancías; y los cuatro pesos y ración, salario
mensual de los trabajadores, se convierten en una serie de apuntes
que el peón no entiende, ni ·procura entender. El propietario y sobre
todo el administrador de la hacienda, son todavía los déspotas señores
que, látigo en mano, pueden permitirse toda clase de infamias contra
los operarios, sus hijos y sus mujeres. Y el mismo secular sistema de
robarse mutuamente esclavos y señores, hace que nuestra agricultura
sea de las más atrasadas del mundo y que los gravámenes hipotecarios
pesen de un modo terrible sobre casi todas las fincas rústicas del país".
En su libro "La Influencia de España y Estados Unidos sobre Mé-
xico", y después de comparar salarios y precios desde 1792 hasta 1908,
el Íícencíado Toribio Esquivel Obregón dice:
.. "Resulta pues, que el jornalero de la época virreinal, con el produc-
to de 250 días de trabajo, podían comprar 35.71 hectólitros de maíz;
en 1891 podía comprar 42.50 hectólitros y en 1908 solamente 23.51
hectólítros",
En su libro "El Aspecto Agrario de la Revolución Mexicana", el
Lic. Fernando González Roa, transcribe lo dicho por el señor Ing. Ma-
nuel Serrato en estos términos:
"El aumento del precio de las mercancías de primera necesidad,
hace insuficiente para vivir el salario bien corto que el Gobierno Es-
pañol asignó al indio para que no muriera de hambre. Hace unos
veinticinco años, el peón de hacienda conseguía aún con 18 centavos
de salario, seis cuarterones de maíz, de manera que en tres días de
trabajo lograba reunir la semilla que él, con su mujer y dos hijos con-
56
sumen en la semana; un día más de trabajo le proporcionaba el frijol;
otro más le bastaba para comprar jabón, cal, velas, tequesquite, chile,
sal; y con el producto acumulado del sexto día, compraba ropa, som-
brero, huaraches y una que otra golosina para los hijos".
"Hay haciendas en las cuales se pretende seguir pagando a los
peones 18 centavos plata diarios; con los que sólo se pueden comprar
dos cuarterones de maíz en la actualidad; salario con el que se les
condena a comer exclusivamente esa semilla y andar desnudos y su-
cios, descalzos y sin sombrero". (Anales de la Asociación de Ingenieros
y Arquitectos de México).
y luego el mismo licenciado González Roa, agrega: "La Población
del país sin exageración alg~na, ha estado muriendo de hambre hasta
antes de la Revolución, a causa de la exigüedad del salario. Natural-
mente, todas las condiciones de la vida están en relación con el salario
del jornalero. No tiene ninguna satisfacción espiritual de forma eleva-
da. No tiene con qué curarse en caso de enfermedad, y por esto las
epidemias, haciendo presa de una población hambrienta y desvalida,
producen formidables estragos entre nosotros. La vida del peón mexi-
cano difiere poco de la de los animales. No tiene ropa que cambiarse,
y toda su indumentaria se reduce a unas cuantas varas de manta, a
un sombrero de soyate y a veces, a unos huaraches y un sarape. El
confort que han alcanzado las clases pobres de otros países, como una
de las características de la civilización, es una palabra sin significado
aún, para el peón mexicano. En cuanto a su habitación, nos bastará
insertar unas cuantas palabras del señor licenciado Martínez Sobral,
tomadas de su apéndice a Las Instituciones del Progreso Social, de
Carlos Gide: "Si la alimentación de nuestro pueblo presenta caracte-
res deplorables, el alojamiento no es menos digno de conmiseración.
Cualquiera que visite en nuestros barrios bajos la habitación de nuestra
gente pobre, las accesorias en que viven los obreros, podrá advertir
que su alojamiento es positivamente miserable".
57
EL GENERAL TIBURCIO MONTIEL y EL CORONEL SANTA
FE, PRECURSORES DEL MOVIMIENTO AGRARIO
1880
59
indios, como en el caso de los levantamientos indígenas de Hidalgo y
Querétaro, donde se apoderaron de las tierras por la fuerza. El Socia-
lista, al informar de esto, en agosto de 1877,insertaba una información
llegada de Yucatán, en donde se ha vendido una hacienda con cien
peones adeudados, y comenta y reproduce la proclama atribuída al
general Montiel, con el título de "Reflexiones al Pueblo de los Pue-
blos" dirigida a los indígenas y que principia diciendo: "Sabed que se
aproxima con la plenitud del siglo, regenerarse con arreglo al pan
sembrado, tierras y montes yaguas, con arreglo a los títulos de funda-
ciones o buena tradición; porque primero hubo pueblos que hacien-
das, usurpadas del pan sembrado al pueblo de los pueblos. Quienes
se dirigen a vosotros os hacen saber que estas legítimas tradiciones es-
tán asentadas en la Ley Agraria que construyó y circuló el pueblo
, }ll2 2~
son,')'- deben 'considerarse hermanes, y birtt del gobierno nacional, para cada hi-
regi rse por leyes basadas en ese espíritu jo raron que tenga, un lote de terreno de
de fraternidad. " la eapaoidad de dos fanegas de sembrn-
3°. QUE LA "LIBERTAD" del hombre es dura de maíz,-Ia fanega tiene 276 V.(lmB
el orígen único de In libertad pública, y de largo, por 148 de aocho,-y UDe. yun-
qU& 0S3. libertad del hombre se compone ta de bueyes y un arado. tambieu por ea-
de dos "INDEPENDEI'CIAS:" la mdependen- da hijo varón.
cm del cuerpo y _la independencia del Art.2? A las personas que hnynn ser-
'espíritu. ' , -, , vido á la Nacion, bajo cualesquiera ?e .
•- 4· Que pa.ra tener independencia de los gobIernos que ha tenido ..sea en el or-
cuerpo, el hombre necesita tener propie- den militar sea en él CIvil, por largo
dad, Ó. un trabajo seguro y bien retribui- tiempo, agotando en el servicio p~blico
do, que le libre de 11\ coaccion que la ri- la. sávia de su vida, se les capllnhzartln
quezl!o ejerce siempre sobre L, miseria; y los empleos que obtuvieron , y se les pn-
po.m tener iudependencia de espíritu, .garán dos terceras partes en terrenos y,
necesita. pOll6er la ilustracion suficiente una tercera parte en numerario. 6 en bi-
par:¡, conOC61'sus derechos y SUB deberes. tletes del «Banco Agrícolu .• de qWl se
. 5? Que la ignorancia y la miseria 4 ha.blarn despues.
que está coudenada actualmente la gran Art 3? Se licenciará ('1 ejército, a.l
mayoría del pueblo, son coutrarisa al fin menos en su mayor parte' y 1Í los ciuda-
del progreso moral, intelectual y material danos jefes y oficiales qlle no queden em-
que el hombre se propone sobre la tia- pleados en el servicio público, so les con-
rra; hijas do la injusticia social, y de le- aiderarti comprendidos en el art. 2· do
Jes anti-cristinuaa y anti-libernles: esta tey: los ouidadnnos que f?{man la
Con el fiu de establecer la LIDERTAD clase de tropa, serán comprendidos en el
verdadera sobre las iudestructibles ba- arto 1·, si íueren casados: si no Iueren ea-
ses .de In justicia, ha decretado la si- sados recibirñn en el mnuicrpio donde
guiente: quieran radicarse, 10B soldados, una f!l.-
"LEY DEL PUEBLO." nega de terreno y una Y'lUta de bueJ~s:
dos Ianegns y dos yuutas los cabos e in-
8ECCI.ON 1~
dividuos de banda, y tres fanegns y dos.
Artículo 1? Toda familia mexicana cu- yuntas los sargentos primeros y segundos,
yo capital no exceda de tres mil pesos,' Art. 4° Para esta distribucion de .ter-
.., quiera dedicarse á la agricultura, reeí- renos, la Nscion compra y ocupa, hacieu-
60
azteca, y que el pueblo de los pueblos siguió reiterando su derecho
hasta la fecha".
y el domingo 15 de junio, en el mismo periódico el coronel Santa
Fe se queja de que, desde la aparición de su Ley del Pueblo, ha sido
víctima de una persecución feroz, por parte de los latifundistas del
Estado de Puebla, sobre todo el cura Guillow, inglés, jesuíta y podero-
so hacendado de San Martín Texmelucan. Por los hacendados, ha sido
metido a la cárcel y se ha suprimido el periódico Revolución Social,
donde exponía sus ideas.
Años después, en julio de 1881, el periódico El Socialista, informa
que el general Tiburcio Montiel en servicio activo, ha sido reducido
a prisión acusado de sedicioso, levantando a los indios. Reproduce men-
saje del jefe político de Chalco, Hipólito Reyes, dirigido a la Secreta-
ría de Guerra en estos términos:
Los periódicos proletarios del último tercio del siglo pasado reco-
gen informes sobre la protesta incontenible de los indios por las injus-
ticias que los hacendados cometían. Como ejemplo citamos sólo dos
casos: El periódico La Comuna del 11 de febrero de 1883, informa
que en Ciudad del Maíz, S. L. P., los campesinos de la hacienda "Tierra
Nueva", se posesionaron de su cosecha, alegando que lo hacían porque
les pertenecía. Las tropas del Estado, los reprimieron, tomando muchos
prisioneros. El mismo periódico de fecha 20 de julio informa que en
San Luis Potosí, se han levantado en armas cuatrocientos indígenas,
saqueando e incendiando varias haciendas, donde destruyeron libros,
archivos y efectos, proclamando el socialismo y han tomado posesión
de la tierra. Del centro han sido enviadas tropas para someterlos.
61
EL DESPOJO DE LA TIERRA Y SU ACAPARAMIENTO
EN UNAS CUANTAS MANOS
1880
63
Minas, se le vendió un millón y cuarto de hectáreas al precio de trece
centavos la hectárea, y esto es sólo un ejemplo. Cuando los indios ya-
quis intentaron defenderse del despojo de sus tierras, fueron sometidos
con mano sangrienta y brutal. Todos estos grandes latifundios estaban
administrados por capataces casi siempre españoles o franceses, crue-
les y sanguinarios, mientras los dueños despilfarraban en Europa el
producto del trabajo del siervo mexicano.
Según datos de la Sociedad de Geografía y Estadística en 1910,
los dos millones de kilómetros cuadrados de la República, estaban di-
vididos así a principios del siglo.
LA IGLESIA Y LA TIERRA
64
pitales que ascendían a más de 150 millones de pesos; con rentas que
ascendían a ocho millones anuales; con dignatarios que tenían sueldos
de $130,000.00 el Obispo de México; $110,000.00el de Puebla; ., ..
$110,000.00 el de Míchoacán, $90,000.00 el de Jalisco; $35,000.00 el
de Durango, etc., etc.; con una organización privilegiada y con fueros
que lo substraÍan a la soberanía nacional, no era posible que el Go-
bierno mexicano se hiciera obedecer de esa clase poderosa, cuando él
apenas tenía un presupuesto anual (federal) de $24.000,000.00y sus
Presidentes jamás han ganado más de $36,000.00".
Las tierras cultivables estaban en poder como veíamos, de dos
enormes propietarios: El Clero y los criollos hacendados y contra esas
dos grandes organizaciones latifundistas tuvo que luchar el elemento
mestizo apoyado por la población indígena.
Nadie ignora que la Dictadura nunca expidió una ley que limita-
ra la jornada de trabajo, ni especificara las condiciones en que podrían
hacerlo las mujeres y los niños. Tampoco se tomaron en cuenta las
condiciones elementales de salubridad e higiene en los centros labo-
rales. Cuando algún obrero, por accidente quedaba mutilado, no tenía
otro camino que pedir limosna, en tanto que su familia moría de ham-
bre. Y si exasperados por tanta injusticia se rebelaban, se lanzaba con-
tra ellos a los rurales o a los soldados de línea y a sus cabecillas se
les enviaba a las zonas insalubres de Quintana Roo y del Valle Na-
cional. El Gobierno se desentendió de los principales problemas, como
el de la instrucción pública y el de la salubridad, pues por unas cuan-
tas escuelas y hospitales en las capitales de los Estados, el resto del
país se dejó en el más completo abandono. Tres generaciones fueron
testigos del absoluto desprecio sobre el valor del indio y nuestras tra-
diciones nacionales, de acuerdo con esta frase: "¿Cuál es el mejor in-
dio? ... el indio muerto", que pone de manifiesto el profundo desdén
que se tenía por nuestra raza autóctona, que ha sido siempre lo más
vigoroso y lo más puro de nuestra nacionalidad.
En el libro del Lic. González Roa, citado, aparecen las siguientes
líneas:
"No puedo olvidar que una vez leí una sentencia dictada en la
época del General Díaz, por la que se castigaba con severidad a un
65
A. R. 6
miserable peón que había puesto las manos sobre el amo que ultraja-
ba el honor de su esposa, diciendo la sentencia "que el peón no tenía
honor". Recuerdo también un gran escándalo que hubo en una hacíen-
'da y en el cual perdió la vida el hijo del propietario, porque pistola en
mano, arrebató de una boda a la desposada, quitándole al marido y
asesinándolo después porque resistió. Hechos como éstos, son muy
numerosos y la narración de ellos es tan repugnante que preferimos
omitida";
Los peones se levantaban con el alba a las 3 de la mañana bajo el
azote amenazante del capataz, cantaban en coro "el alabado" y salían
al campo para regresar al caer de la noche a rezar otra vez para tender-
se en el suelo en las pocilgas en que los hacinaba la codicia feroz del
hacendado.
Se realizaban algunas obras de pavimentos, de drenaje, de mer-
cados, sólo cuando representaban magníficos negocios para la camari-
lla de los favoritos, pero nunca se pensó en ir al fondo de los grandes
problemas nacionales que eran la causa de ese fermento creciente de
descontento popular que los jerarcas de entonces trataban inútilmente
de disimular con el boato de la aristocracia de las ciudades y con el
falso explendor de las fiestas del Centenario.
El doctor Lara Pardo en su libro "Historia de la Revolución So-
cial de México" dice: "La benevolencia y generosidad, habían sido los
rasgos aparentes del gobierno de Díaz antes de llegar él a la cumbre
de la autocracia. Bajo los oropeles de la abundancia y prosperidad, co-
menzaron a aparecer la crueldad, la intransigencia, la ambición sin
límites y el egoísmo del César".
. "Entonces pudo verse que las verdaderas características de su ré-
gimen eran dos: exterminio y prostitución ... Pocos gobernadores, fa-
raones, sultanes y califas, han hecho más para prostituir a un pueblo,
que el General Díaz para degradar a los mexicanos. .. Su ideal de go-
bierno era imperar sobre una sociedad de cobardes, de esclavos, de
degenerados y de perversos".
y Diego Fernández, en su libro "México-Política Experimental"
manifiesta: "Todo empleado y funcionario protestaba cumplir la Cons-
titución. Todos los empleados y funcionarios tenían que violar sus ju-
rainentos para mantener el despotismo. El régimen del General Díaz
se levantaba. .. sobre el perjurio. ¿Qué fe merecía todo ese mundo
66
educado en la infidelidad? Esa mentira constante, pervierte no sólo
la conciencia política, sino que inficiona también la privada, porque
es imposible señalar linderos que dividan la violación lícita. Educar a
un pueblo en el sentimiento de estar libre de sus juramentos... es
llevar la corrupción al alma nacional y este sistema se implantó treinta
y cinco años en toda la República, ejerciéndose día a día, de momento
a momento".
Respecto al poder Judicial, el señor Bulnes, intelectual predilecto
del porfirismo, se expresa en los siguientes términos: "Se ha acusado de
injusticia a los tribunales de la dictadura de Díaz. La acusación es me-
recida. .. La Suprema Corte Federal, en el tiempo del general Díaz,
fue servil en su docilidad a los decretos de la autoridad más alta, aun
cuando se tratase de una sentencia injusta... De 1882 a 1911... la
Suprema Corte Federal fue el instrumento de toda obra vil o poco lim-
pia del Jefe del Ejecutivo. Este tribunal tuvo especial cuidado de des-
pachar rápida y correctamente, todos los negocios que tenía bajo su
y
conocimiento". Y López Portillo Rojas agrega: "Había también otra
regla: toda diferencia surgida entre mexicanos y extranjeros, era falla-
da a favor de éstos últimos, principalmente cuando eran poderosos o
cuando formaban compañías. Esa norma era parte integrante de la
política del autócrata quien tuvo fija la atención en el exterior, y procu-
ró prestigiarse a los ojos de los extraños. Creía él sin duda que, si los
juicios entablados por extranjeros eran resueltos en su contra, se ele-
varía un gran clamor contra nuestro país, y se crearían dificultades a
la venida de los capitales que necesitaba nuestro progreso material.
La justicia caía inexorable sobre los mexicanos delincuentes; pero res-
petaba a los criminales de los Estados Unidos. Hubo un americano que
asesinó a un negro de su misma nacionalidad cerca de la estación de
Buenavista, y cuando fue aprehendido, dijo que la vida de un hombre
de color no valía nada y era tan despreciada corno la de un perro en
Norteamérica. El crimen se cometió con todas las circunstancias agra-
vantes de alevosía ventaja y falta de provocación, y no obstante eso,
el asesino, que merecía pena de muerte conforme a nuestro Código
criminal, sufrió algún tiempo de detención y fue puesto luego en la
calle".
"El ministro de los Estados Unidos estaba listo para hacer repre-
sentaciones ante nuestro Gobierno, siempre que algún yanqui era
, 67
aprehendido por cualquier motivo que fuese, como si los norteameri-
canos fuesen intangibles, aun siendo delincuentes; y sus representa-
ciones hallaban eco en el Gobierno autocrático, quien se apresuraba
a ordenar a la justicia dictase fallos absolutorios, o poco menos, aún
cuando hubiesen sido probados la estafa, la falsificación o cualquier
delito de sangre que hubiesen cometido los inculpados".
Sistemáticamente mantuvo don Porfirio en la más abyecta ignoran-
cia al pueblo mexicano. Para que se tenga una idea basta decir que
en 1910 había 10,000 escuelas primarias para 15 millones de habitan-
tes entre las cuales nunca se contó con la escuela rural para alfabetizar
al indio además de que la enseñanza superior era privilegio de la
aristocracia.
Otra de las más características tareas del Gral. Díaz en su afán
de corromper al pueblo fue la de la Prensa. Afortunadamente los doce
millones de población mestiza o indígena se salvaron de ese veneno
por el otro empeño porfirista de mantenerlos ignorantes y abúlicos, que
no les dejó aprender a leer. Pero se puede asegurar que en todo el
Continente no ha existido una prensa más abyecta, más corrompida,
más amoral que la prensa que fundó don Porfirio con El Imparcial
y El Debate y que tuvieron sus imitaciones en los Estados.
El Imparcial era sostenido por el Gobierno y en verdad era un
segundo "Periódico Oficial" destinado a torcer los hechos, a desorien-
tar la opinión, a preparar el sentimiento popular para las grandes es-
peculaciones, para el acaparamiento de la tierra, para el otorgamiento
de concesiones leoninas a extranjeros, para distraer la imaginación de
las gentes y hacerlas olvidar la tiranía, para atraer y corromper todo
intelecto joven que asomase entre la clase media o pobre, con síntomas
de carácter y de talento.
El Lic. González Roa agrega en su obra citada: "Con su fachada
liberal, no hemos tenido en el poder gobierno más reaccionario du-
rante toda la Historia de México, desde la conquista. Hubo goberna-
dor de un Estado que contaba el número de millones que había en su
legislatura, envaneciéndose de que se componía de puros hombres ri-
cos, habiendo llegado al extremo de nombrar diputados extraños al
territorio del mismo Estado, tan sólo porque eran gente de fortuna.
En aquel entonces no era lícito exhalar una sola queja, porque inme-
diatamente las clases altas señalaban al traidor que estaba haciendo
bajar los valores mexicanos en las bolsas extranjeras, cuando el mise-
rable peón de los campos, que forma las ocho décimas partes de la
68
nación, hubiera cambiado el crédito mexicano por una tortilla más que
agregar a su diaria alimentación. La clase privilegiada y con ella los
grandes terratenientes, tenían que oprimir al proletariado mexicano
hasta la extrema desesperación. El problema agrario se hizo extraor-
dinariamente agudo, y la revolución estalló inevitablemente, con su
cortejo natural de excesos y persecuciones".
El señor López Portillo y Rojas en su libro sobre Porfirio Díaz tie-
ne un símil admirable por lo gráfico, después de sintetizar el período
autocrático: "El cuadro anterior pone en claro esta verdad de conjun-
to: Díaz abolió la Constitución de 1857. Pero la abolió de hecho; no de
palabra, ni mucho menos por escrito. Protestó veinte veces respetarla,
defenderla, morir por ella; pero en realidad no le dejó hueso sano, la
hizo añicos. Conservó cuidadosamente las formas exteriores Constitu-
cionales; pero arrolló de una manera absoluta toda la substancia cons-
titucional. Podríamos comparar su conducta, valíéndonos de una com-
paración trivial, a la de un ratoncillo astuto, que habiendo horadado
un queso, se hubiese comido todo su interior, y hubiese dejado intacta
solamente la corteza. El queso hubiera parecido completo a los ojos
de cualquier espectador; pero en realidad hubiera estado hueco, vacío
y sin resto de la mejor parte de sus entrañas".
69
"La historia de su gobierno es la más completa confirmación de
ello. En una entrevista que El Imparcial publicó, se lee la declara-
ción de que recién ocupada la capital, uno de los primeros actos de
Díaz, al entrar al poder, fue firmar el contrato para la construcción
del Ferrocarril Central, mediante una subvención crecida. Yeso en los
momentos mismos en que acababa de pedir al Banco Nacional de Mé-
xico, como un favor especial, un préstamo de cinco mil pesos para pa-
gar a la guarnición sus haberes del día. El Imparcial cita el hecho
como una prueba de la fe casi sobrehumana del mandatario, que no
vaciló en contraer un compromiso cuantioso, aun en momentos en que
cualquier otro, que no tuviera su sorprendente clarividencia, habría
vacilado. Para mí, que sé cuán poco entendía el dictador de los bene-
ficios que los ferrocarriles traen consigo; para mí que lo he visto patro-
cinar los proyectos más descabellados y oponerse a los planes más ven-
tajosos para la Nación, cuando no era por la presión extranjera o por la
súplica de los amigos, tal clarividencia es un mito. Para mí la hazaña
que tanto se ha ponderado, demuestra de un modo clarísimo que, en
cuanto se consumó el triunfo, los intereses americanos se apresuraron
a hacer al nuevo mandatario cumplir sus promesas de onerosas con-
cesiones".
70
EL INGENIERO CAMILO ARRIAGA Y SU LLAMADO
A LOS LIBERALES
1898
71
PRIMER CONGRESO DEL PARTIDO UBERAL
1901
73
Desde 1892, siendo estudiantes los hermanos Flores Magón inician su carrera de predestinados, combatiendo
en la tribuna y en el periódico todas las formas de opresión... a fines de siglo se erguían como un remor-
dimiento de conciencia contra la Dictadura que pisoteaba la Constitución... desde la trinchera de EL HIJO
DEL AHUIZOTE, de izquierda a derecha: Federico P. Fernández, Santiago de la Hoz, Manuel Sarabia, Ben-
jamín Millán, Evaristo Guillén y Gabriel Pérez Fernández. En el balcón a la derecha, Juan Sarabia, Antonio
Díaz Soto y Gama, Rosalío Bustamante, Tomás Sarabia, Ricardo y Enrique Flores Magón
como resumen, esta consecuencia: "Porque la administración de Por-
firio Díaz es una madriguera de bandidos ... ". Hubo ligeros siseos y
entonces, para enfrentarse a ellos y desafiarlos, sin contemplaciones de
ningún género, Ricardo volvió a decir... "porque la administración
de Porfirío Díaz es una madriguera de bandidos ... ", y como todavía
persistiera el murmullo, lo acalló recalcando su frase tenaz .. , "sí se-
ñores, porque la administración de Porfírío Díaz es una madriguera de
bandidos ... ". Entonces los delegados tomaron los siseos en aplausos.
LA REPRESION DE LA DICTADURA
75
res Magón, El Colmillo Público. Renacimiento y Demófilo escritos por
Juan Sarabia, Santiago de la Hoz, Santiago R. de la Vega, Alfonso
Gravioto y Rosalío Bustamante.
Pero estos periódicos no podían tener larga vida y para mediados
de 1903 habían sido suprimidos y encarcelados sus redactores en la
fatídica prisión de Belem.
76
des rezumaban un flúido espeso, que impedía secar las expectora-
ciones de los anteriores ocupantes. En un rincón estaba el albañal, que
era un agujero abierto, por donde entraba el aire. Así eran los cala-
bozos en donde el déspota arrojaba a sus opositores con la esperanza
de quebrantar sus espíritus. Mis pulmones, entonces jóvenes, pudieron
resistir el veneno de aquella tumba. Las ratas nos asaltaban en la os-
curidad y nuestro petate y nuestra ropa se mantenían siempre hú-
medos ... ".
77
LOS LIBERALES EN EL DESTIERRO
1904
79
Magón, habían regresado para entonces a El Paso, Texas, para dirigir
los trabajos sobre el levantamiento; pero el gobernador de Chihuahua,
Enrique C. Creel, que ya estaba en antecedentes de los preparativos,
se dirigió al Presidente Díaz poniendo en su conocimiento la proyecta-
da sublevación y los nombres de los dirigentes, ordenando el Dictador,
por sugestiones de Creel, que el General José María de la Vega saliera
a Ciudad Juárez, donde dispuso una celada, siendo capturados el 19
de octubre, Juan Sarabia, César Canales, Lázaro Puente, Abraham
Salcido, Gabriel Rubio, Bruno Treviño, Carlos Uberts, Leonardo Villa-
rreal y otros más. En El Paso, Texas, fueron aprehendidos en la misma
fecha Antonio I. Villarreal, Vicente de la Torre y Lauro Aguirre. Ricar-
do Flores Magón, logró escapar con un impresor llamado Modesto
Díaz. Don Porfirio, al tener conocimiento de las aprehensiones telegra-
fió al Gobernador Creel en estos términos: "Diga usted al juez que el
caso es excepcional y que debe emplear toda la severidad que sea po-
sible y quepa dentro de la Ley, y en algunos casos preparar los pro-
cedimientos para que quepa". Todos los conspiradores fueron recluídos
en San Juan de Ulúa, la siniestra fortaleza que alojaba a los descon-
tentos del régimen imperante. Antonio I. Villarreal consiguió escapar
cuando era conducido a la línea divisoria.
La represión alcanzó también a Librado Rivera que se había que-
dado en San Luis Míssourí dirigiendo Begeneracián; Desde luego, el
periódico fue suprimido de nueva cuenta y Rivera, en poder de la
policía, remitido a la frontera para ser entregado a las autoridades me-
xícanas, pero la protesta de los periódicos de San Luis, detuvo a los
plagiarios y se le condujo nuevamente a esa ciudad para ser juzgado.
El juez, no pudo eludir su responsabilidad, a pesar de la presión de
que era objeto, y tuvo que ponerlo en libertad con esta declaración:
"Los Estados Unidos contra Librado Rivera. Ciudad de San Luis Mis-
souri. Yo, por el presente, certifico que, previa audiencia pública ha-
bida ante mí, en mi oficina de esta ciudad, este día 30 de noviembre de
1906, estando presente el acusado, y habiendo resultado las pruebas
presentadas por los demandantes, en lo absoluto de índole política, el
acusado Librado Rivera, fue absuelto.- Testimonio bajo mi firma y se-
llo.-James R. Cray".
La complicidad y hasta el apoyo con que contaron conspiradores
de otras nacionalidades, incluso el General Díaz que en 1876 al pro-
clamar el Plan de Tuxtepec organizó en tierras americanas, en Browns-
ville una asonada contra el Presidente Lerdo de Tejada, no la hubo
80
para los liberales mexicanos. Debido a esta persecución sufrieron gran-
des penalidades del otro lado del Bravo, acosados sin piedad por la
policía. Muchos fueron entregados a las tropas de Díaz para que se
hiciera con ellos "un corto trabajo" que era la ejecución sin previo
juicio, en el lenguaje de la policía yanqui.
81
A.R."
tulos anteriores he demostrado cómo Estados Unidos viene a ser un
.socío voluntario de la esclavitud y opresión política de "Díazlandía".
.He demostrado cómo, por su alianza comercial, la cooperación de la
.pr:~nsa.Ysus amenazas de intervención y anexión, ha apoyado la dic-
tadura militar de Díaz. Dedicaré este capítulo a la historia de cómo
Estados Unidos ha facilitado sus recursos militares y civiles, y con
este poder ha contribuído a la estabilidad del gobierno porfiriano,
cuando de otra manera hubiera caído; siendo, por tanto, la fuerza, lo
.9,~eha determinado la continuación de un sistema de esclavitud que
·he descrito en los primeros capítulos de éste libro ... ".
y a continuación, Turner relata los múltiples atentados cometidos
.contra los liberales mexicanos desde principios de siglo, para lo cual,
Ios funcionarios americanos no se detuvieron en violar las leyes mexi-
canas y las mejores tradiciones de su país .
. Todavía en 1911 se irguió valeroso desde las páginas de la revista
The Coming Nation en defensa de nuestra soberanía, y en 1916
.condenó con anatemas coléricos la expedición punitiva del mariscal
Pershíng, Su folleto "Manos fuera de México", escrito en 1920, es una
requisitoria formidable contra los magnates petroleros deseosos de so-
.meter.a nuestro país a sus turbios intereses. Pocos mexicanos saben lo
que debemos aJohn Kenneth Turner como defensor de nuestra causa.
.., ;.Sólo un ejemplo citaremos para encontrar la explicación de las
.aeusacíones de Turner: Manuel Sarabia, obrero impresor, pertenecíen-
-te aja Junta Revolucionaria, fue perseguido por la policía norteameri-
.oana y, huyendo, fue a refugiarse en Douglas, Arizona, donde lo re-
'conoció el Cónsul mexicano Antonio Maza; esa misma noche, 30 de
junio de 1907, el ranger Sam Hayhurts, detuvo pistola en mano al me-
.xícano y lo condujo a la cárcel, de donde lo sacó a las once, para me-
terlo 'en un automóvil y llevarlo a la frontera; allí fue entregado a un
.coronel de rurales, quien hizo amarrar a Sarabia en una mula y en me-
. .dío de la tropa que llevaba órdenes de tirar sobre él al primer movi-
miento !que hiciera, fue llevado a la Penitenciaría de Hermosillo en
Sonora; después de cinco días de camino por la sierra. Felizmente, Sa-
rabia al ser obligado a subiral automóvil, gritó su nombre, y la gente
sabiendo lo que pasaba, hizo circular la noticia, y un periodista hon-
.rado,
. .al que no pudo comprar
. el dinero porfiriano, .Franklin B. Dorr,
82
editor de un diario, publicó la información del hecho y pidió se hiciera
luz en el asunto; enardeció el ánimo de los habitantes de Douglas que
organizaron manifestaciones y una noche buscaron al Cónsul Maza,
con una cuerda para ahorcarlo; advertido éste, telegrafió a México y
Sarabia fue devuelto al territorio de la Unión Americana y puesto en
libertad.
Las leyes americanas penan con prisión en la penitenciaría a los
plagiarios. Sin embargo, los que se apoderaron de Sarabia comprados
con el dinero del Cónsul Maza, previa una comedia de juicio, no fue-
ron molestados más.
83
EL PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL
1906
85
Las más generosas ideas del programa del Partido Liberal Mexicano serían recogidas más
tarde en la Constitución de 1917 y estos fueron sus forjadores: sentado, Ricardo Flores Ma-
gón, atrás, Anselmo Figueroa, Praxedis Guerrero, Enrique Flores Magón y Librado Rivera
de control contra el agio, el pauperismo y la carestía de los artículos
de primera necesidad; y, por último, confiscación de los bienes deten-
tados por los sicarios de la Dictadura, aplicando su valor al capítulo
sobre tierras.
La síntesis de este manifiesto revela cuáles eran las condiciones
sociales del pueblo mexicano y explica los acontecimientos históricos
de 1906 en Cananea y 1907 en Río Blanco. Los liberales aparecen en
esa hora como los depositarios del pensamiento emancipador preconi-
zado por Hidalgo, Morelos y Juárez, así como de los reformadores que
habían hecho de la Constitución del 57 un símbolo de los derechos
humanos fundamentales y de nuestra independencia política, económi-
ca y social, que el General Díaz se había encargado de sepultar.
Los levantamientos en Temochic, Chihuahua y Acayucan, Ve-
racruz, así como la huelga de Cananea, son profundamente reveladores
del desarrollo que iba adquiriendo la conciencia revolucionaria de las
masas.
El manifiesto del Partido Liberal Mexicano tuvo una influencia
decisiva en el ánimo de los antiguos liberales, como Heriberto Jara,
Francisco J. Múgica, Alfonso Cravioto, Esteban B. Calderón y otros,
para que fueran incorporados en la Constitución de 1917, los más
avanzados principios sociales, como el 39 que redime la educación del
dogmatismo religioso y la convierte en patrimonio del pueblo; el 27,
que reivindica las riquezas del país para su legítimo provecho y el 123
que establece garantías mínimas y prestaciones elementales para los
trabajadores, hombres, mujeres y menores.
87
LA HUELGA DE CANANEA
1906
89
redujo una cuarta parte el salario de los mineros mexicanos. Cansados
de sufrir tales condiciones, los peones pensaron en pedir un aumento
de salario. Ello. de junio, por la mañana, se presentaron todos al direc-
tor de las minas de Cananea para hacer valer sus reivindicaciones; su
actitud era la de hombres pacíficos.
El Director, coronel Green, rodeado por una banda de sicarios
armados de fusiles, respondió a las justas reivindicaciones de los peti-
cionarios ordenando a sus criados que fusilaran sin piedad a los peones.
La primera descarga fue terrible: cerca de cien cadáveres y varios cen-
tenares de heridos cayeron en tierra. Los mineros trataron de defen-
derse con cuchillos y piedras; hasta intentaron apoderarse de la persona
del coronel Green, pero fueron masacrados, después de una resisten-
cia heroica durante la cual fueron muertos un cierto número de sica-
rios del director.
Esta carnicería tuvo lugar a cuarenta millas aproximadamente de
la frontera de Arizona, en la gran cuenca cuprífera que se extiende
desde los Estados Unidos hacia el centro de México. Como en todos los
otros Estados de la República Mexicana, los capitalistas norteamerica-
nos son enteramente dueños de esa región minera cuya principal com-
pañía es conocida con el nombre de "Creen Consolidated Mining Com-
pany", Han establecido relaciones amistosas con el Gobierno de Díaz
y las autoridades de Sonora.
El Gral. Díaz permitió el paso de tropas norteamericanas para
que asesinaran a nuestros obreros. Sus dirigentes fueron enviados a San
Juan de Ulúa, condenados a 15 años de prisión.
El sábado 2 de junio de 1906, los periódicos de la capital daban a
conocer la noticia escueta de que el Gobernador de Sonora, Izabal,
había pasado a Cananea entrando por territorio americano, al frente de
300 rangers, reproduciendo el informe publicado en Wáshington, sobre
un mensaje enviado desde Naco por el Mayor Wats al Secretario de la
Guerra, que decía: "El Gobernador de Sonora ha estado en Cananea
desde el lo. de junio llevando consigo 250 guardias voluntarios. Los
celadores del Capitán Rynning, de Arizona, fueron con él". Esta noticia,
que provocó la indignación nacional e incluso mereció la desaprobación
de la prensa americana, fue comentada en la primera plana del número
del 11 de junio de El Correo de Sonora, con el rubro de la "La Respon-
sabilidad del Gobernador Izábal".
90
La huelga de Cananea es sólo un episodio de las múltiples trage-
dias populares que tuvieron lugar en la época del Gral Díaz, y que
ni la amenaza ni el soborno pudieron silenciar en los días en que los
plumíferos a sueldo hacían aparecer la' vida de los trabajadores como
floreciente y tranquila. En esta huelga, surgen como precursores del
sindicalismo revolucionario, Manuel M. Diéguez, Esteban B. Calderón,
Plácido Ríos y Lázaro Gutiérrez de Lara.
91
LA HUELGA DE RIO BLANCO
1907
93
diente de la tienda de raya mató de un balazo a un trabajador de los
muchos que estaban situados frente a la fábrica y entonces la multitud
se lanzó al establecimiento y a brazadas arrojó al pueblo hambriento
la mercancía de que estaba abarrotado, prendiéndole fuego después.
Los capataces extranjeros pidieron auxilio a Orizaba y el Jefe Po-
lítico envió a un batallón de rurales. Cuando iba a sonar la orden de
matanza, apareció una mujer, Lucrecia Toriz, hija del pueblo, que se
adelantó levantando en alto una bandera e increpando a los soldados,
deteniendo la masacre. Los obreros siguieron el camino de Orizaba,
arrasando a su paso los empeños de los gachupines, que representaban
otra de las formas inicuas para explotar el hambre de los humildes
Respondiendo a idéntico impulso, los trabajadores de las fábricas San-
ta Rosa, Nogales y El Yute, pusieron en libertad a los presos y
saquearon las tiendas de raya. La multitud, compuesta de hombres,
mujeres y niños, es esperada por el coronel Rosalino Martínez a la
entrada de Nogales, con soldados del 12 Regimiento de Infantería,
quienes reciben a los huelguistas con un huracán de fuego y plomo,
obedeciendo órdenes telegráficas del Presidente Díaz. De Veracruz se
movilizaron más soldados, cerca de 4,000 que fueron arrojados como
hambrienta jauría contra los obreros. Se combatió todo el día 7 en Río
Blanco, entre una soldadesca perfectamente armada y un grupo de
hombres, mujeres y niños hambrientos e inermes. Los días 8 y 9
los aterrados habitantes de Orizaba vieron pasar las plataformas de los
tranvías con montones de cadáveres, seguidos de mujeres y niños que
lloraban sus deudos.
El verdugo Rosalino Martínez fue obsequiado en el hotel Francia
con un lunch champaña al medio día del 8 de enero, por los patrones
españoles y franceses y el miércoles 9 las fábricas volvieron a llamar
con el silbato a los obreros que vieron quebrantada su organización,
muertos o prisioneros sus dirigentes y cómo las fábricas en un alarde
innecesario ya de fuerza eran rodeadas por cordones de soldados con
bayoneta calada. Frente a ellos como "escarmiento" fueron fusilados el
hilandero Manuel Juárez, Secretario del Gran Círculo de Obreros Li-
bres, Rafael Moreno que era su Presidente, y en Nogales el obrero
Celerino Navarro, llevándolo hasta las ruinas de la tienda de raya,como
represalia por haber sido incendiada. La huelga de Río Blanco había
sido vencida. Los capitalistas enviaban -por telégrafo felicitaciones a
Porfirio Díaz, llamándolo el "Héroe de la Paz".
94
Mientras tanto, Ricardo Flores Magón y demás compañeros, entre
ellos Praxedis Guerrero, se refugiaron en los Angeles reapareciendo
su periódico con el nombre de Revolución el lo. de junio de 1907.
Pero el 23 de agosto del mismo año fueron descubiertos y capturados,
haciendo un viaje exprofeso el embajador de México, Creel, para vigilar
que el proceso se llevara con toda actividad. El Procurador General de
Justicia de los Estados Unidos envió un mensaje al Abogado de la
Corte donde se juzgaba a los acusados diciendo: "Resista a toda costa
los procedimientos en el caso de apelación de Magón y compañeros
porque son deseados en México", habiendo sido sentenciados y recluí-
dos en la Penitenciaría de Florence, Arizona.
95
LOS PRIMEROS LEVANTAMIENTOS POPULARES
CONTRA LA DICTADURA
1908
97
A.R. 7
policía y al escaso destacamento,
haciéndose dueños de la situación.
Pero horas después llegaron los fe-
derales en fuertes columnas y los
liberales que se habían apoderado
ya del pueblo, tuvieron que huír.
La insurrección de Valladolid,
Yucatán, (1910) fue encabezada por
Ramirez Bonilla, Kankún y Alber-
tos. Aislados como se hallaban, a
pesar de haber combatido con de-
nuedo durante varias horas. fueron
aniquilados y fusilados los tres ca-
becillas liberales.
El pueblo de Palomas, Chíhua-
hua, fue atacado el primero de ju-
lio por once miembros del partido
liberal, entre ellos Praxedis Gue-
rrero, Francisco Manrique, Enri-
... PRAXEDlS GUERRERO,
en cuanto abrió los ojos a la que Flores Magón, Manuel Sarabia,
razón se rebelaron su corazón Francisco Aguilar, Germán López
y su cerebro contra las condi-
ciones sociales que hacían de y José Inés Salazar. Durante todo
unos hombres señores y de otros el día: se combatió desesperada-
esclavos ...
mente, habiendo llegado los libe-
rales hasta las mismas puertas del cuartel donde se hallaban sitiados
los federales, y cuando ya habían dominado la situación se les agotó
el parque, teniendo que abandonar una plaza que ya· había sido
conquistada.
A fines de junio de 1908 el grupo liberal de Acayucan, Vera cruz,
promovió también la insurrección, capitaneado por Cándido Donato
Padua y Santana Rodríguez, "Santanón", el célebre guerrillero que co-
brara notoriedad por su audacia y su temeridad. Los ínfortunados des-
contentos de Acayucan corrieron la misma suerte que sus compañeros
del resto del país, pues fueron sometidos brutalmente por las tropas del
Dictador.
Habrá que mencionar también el levantamiento del pueblo de
Janos, Chihuahua, por ser este de los que opusieron más larga resisten-
cia al ataque de los soldados de Porfirio Díaz. El heroísmo y el sacri-
ficio de los luchadores fue al fin vencido, y esta insurrección fue aplas-
98
tada también ferozmente. En este combate murió Praxedis Guerrero
el 30 de diciembre de 1910. Nació en 1882, en el Distrito de León,
Estado de Guanajuato, hijo de un rico terrateniente; "en cuanto abrió
los ojos a la razón, se rebelaron su corazón y su cerebro contra las
condiciones sociales que hacían de unos hombres señores y de otros
esclavos; renunció a la herencia paterna y se entregó a la vida del
jornalero proletario; convivió con los pobres, sus hermanos, que le tes-
timoniaron su cariño y su respeto; fue perseguido por el déspota Por-
firio Díaz; tomó parte en las tentativas insurreccionales de septiembre
de 1906, de junio de 1908 y de diciembre de 1910; en esta última
pereció al frente de un grupo de 30 rebeldes, a los 28 años".
"Praxedis era el alma del movimiento libertario", decía de él Ricar-
do Flores Magón. "Sin vacilaciones puedo decir que Praxedis era el
hombre más puro, más inteligente, más abnegado, más valiente con
que contaba la causa de los desheredados, y el vacío que deja tal vez
no se llene nunca. ¿Dónde encontrar un hombre sin ambición de nin-
guna clase, todo cerebro y corazón, valiente y activo como él?"
En agosto de 1910 salieron de la prisión Ricardo Flores Magón y
sus compañeros dirigiéndose a los Angeles donde los socialistas organi-
zaron un gran mitin de solidaridad con los mexicanos, apareciendo de
nueva cuenta Regeneración, el 3 de septiembre de 1910, dirigido por
Anselmo L. Figueroa.
99
FIN DEL PORFIRIATO y PRINCIPIO DE LA REVOLUCION
1910
101
gros, ni las amenazas ni el dinero, ofrendando al final noblemente sus
vidas, con un desinterés ejemplar.
Uno a uno se fueron extinguiendo los miembros de aquella deno-
dada generaci6n de batalladores con los que nuestro pueblo está en
deuda. Todavía en 1914, después de una de tantas veces que salieron de
presidio en Estados Unidos, Ricardo y Enrique Flores Mag6n, Anselmo
Figueroa y Librado Rivera, los fundadores del Partido Liberal hicieron
esta declaraci6n: "Después de la forzada ausencia, nos encontramos
otra vez entre los libres. Entramos al presidio con la frente levantada y
de la misma manera salimos de él, diciéndoles a amigos y enemigos,
¡Aquí estamos! Si el enemigo crey6 aniquilamos, hay que confesar que
el enemigo ha fracasado. Los grillos torturaron nuestra carne, pero
nuestra voluntad está entera y hoy somos los hombres de siempre, los
rebeldes tenaces, los enemigos de la injusticia ... "
Cuando la Primera Guerra Mundial, Ricardo Flores Mag6n lanzó
un manifiesto a los trabajadores del mundo, que también suscribi6
Librado Rivera. La fecha: el 16 de marzo de 1918.
Este manifiesto habría de ser su condena de muerte. Principiaba
con estas palabras: "Compañeros: el reloj de la Historia está próximo
a señalar con su aguja inexorable, el instante en que ha de producir
la muerte de esta sociedad que agoniza. . . El momento es solemne; es
el momento precursor de la más grandiosa catástrofe política y social
que la Historia registra: La insurrección de todos los pueblos contra
las condiciones existentes".
Por este documento fueron condenados a 20 años de presidio.
Años después escribía desde la prisión:
"En el Departamento de Justicia se dijo al Sr. Weinberger que
nada puede hacerse en mi favor si no hago una solicitud de perdón ...
Esto sella mi destino, cegaré, me pudriré y moriré dentro de estas ho-
rrendas paredes que me separan del resto del mundo, porque no voy
a pedir perdón ¡No lo haré! En mis veintinueve años de lucha por la
libertad lo he perdido todo, y toda oportunidad para hacerme rico y
famoso; he consumido muchos años de mi vida en las prisiones; he
experimentado el sendero del vagabundo y del paria; me he visto des-
falleciendo de hambre; mi vida ha estado en peligro muchas veces;
he perdido mi salud; en fin, he perdido todo, menos una cosa: mi honra
como luchador. Pedir perdón significaría que abdico de mis ideales
socialistas, y no me retracto; afirmo, que si la especie humana llega
alguna vez a gozar de verdadera fraternidad, libertad y justicia social,
102
deberá ser por medio del anarquismo. Así pues, estoy condenado a ce-
gar y morir en la prisión; mas prefiero esto que volver la espalda a los
trabajadores, y tener las puertas de la prisión abiertas a precio de mi
vergüenza. No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya"estoyviejorpero
cuando muera, mis amigos quizá inscriban en mi tumba: "Aquí yace
un soñador", y mis enemigos: "Aquí yace un loco". Pero no habrá
nadie que se atreva a estampar esta inscripción: "Aquí yace un cobarde
y traidor a sus ideas".
Murió asesinado antes de cumplir su condena, en su celda de la
Penitenciaría de Leavenworth, Kansas, la noche del 21 de noviembre
de 1922, rehusando poco antes una pensión votada para él y para
Librado Rivera, por la Cámara de Diputados, diciendo que habiendo
militado toda su vida por la causa del pueblo, sólo podría recibir la
ayuda que viniera directamente del pueblo.
103
Ello. de Mayo de 1945 se transladaban los restos de Ricardo Flores Magón a la Rotonda
de los Hombres Ilustres. Se comenzaba a hacer justicia al gran revolucionario ... en la
descubierta de la comitiva, después de las cuatro primeras personas de la izquierda, los
tres hijos de Enrique Flores Magón, José, Enrique y Pedro. Enseguida Enrique Flores
Magón, el Gral. Heriberto Jara, el Gral. Esteban B. Calderón, José María Leyva, Teodoro
Hernández, Luis García y Plácido Ríos... Enrique Flores Magón y el Gral. Esteban B.
Calderón morían pocos años después y la Historia habrá de guardar para ellos el sitio
de honor que les corresponde
nezca cautivo y olvidado de una generación que parece ignorar a qué
precio ha tenido que ir conquistando el pueblo mexicano sus libertades.
Al evocar tantos nombres humildes y heroicos recordamos las
palabras de Séneca: "Ingrato es quien niega el beneficio recibido; in-
grato quien lo disimula; más ingrato quien no lo devuelve y más ingrato
que todos quien se olvida de él ... "
10.5
INDICE
Pigs.
Introducción ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Génesis de la Esclavitud en México. 1524 7
Hidalgo y Morelos Antiesclavistas. 1810 11
La Independencia y la Libertad Política. 1821 15
Don Valentín Gómez Farías y el Dr. Mora Precursores de la Refor-
ma.1833 . 17
Ayutla, Continuidad de los Postulados de la Independencia. 1854 21
La Reforma y la Libertad de Trabajo. 1857 25
Vicisitudes del Artesanado. Las Asociaciones Mutualistas 27
Primer Gran Círculo de Obreros Libres. 1872 29
Primeras Asociaciones de Empleados del Gobierno. 1875 31
Primer Congreso General de Obreros. Su Manifiesto. 1876 33
Declinación del Mutualismo y su Transformación en Cooperati-
vismo 35
Declinación del Cooperativismo Frente al Capitalismo que Surge 36
Las Primeras Huelgas .... ................................... 37
Auge de las Ideas Feministas y Socialistas 38
Las Organizaciones Industriales. Impracticabilidad del Derecho
de Huelga 43
Segundo Congreso y Decadencia del Movimiento Obrero. 1879 45
Esperanzas en la Política Proteccionista 47
Nacimiento del Proletariado. .. . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
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