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TRABAJO DE GRADO I

DELIMITANDO LAS CATEGORIAS CONCEPTUALES- PARTE II

DOCENTE

MARIA BLANCO

PRESENTADO POR:

NIRIA RANGEL CLAVIJO

CORPORACIÓN UNIVERITARIA IBEROAMERICANA


LICENCIATURA EN PEDAGOGIA INFANTIL

VALLEDUPAR

2019
PERSPECTIVAS NECESARIAS SOBRE EDUCACIÓN SUPERIOR INCLUSIVA CON
TECNOLOGÍAS DE LA COMUNICACIÓN EN LA FORMACIÓN DE JÓVENES.

La ONU y la Organización Internacional de la Educación. (2007) plantean la inclusión

educativa como el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades

de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas

y las comunidades; reduce la exclusión en la educación e involucra cambios y

modificaciones en contenidos, enfoques, estructuras y estrategias. Todo con una visión

común en que se incluyan todos los niños, niñas, jóvenes y adultos, realmente la

educación inclusiva no cree en la segregación, ni tampoco considera que haya que

hacerle un lugar especial a la niñez con discapacidad. Sino propone que la escuela como

parte de todos desarrolle un proceso social llamado educación, la idea es transformar,

no sólo es acceder, es sobre todo ofrecer una educación de calidad que dé respuesta a

las diferencias, es tratar de hacer efectivo para todos dichos derechos, con el único fin

de crear una sociedad igualitaria.

Son evidentes las necesidades de pasar de la integración a la inclusión esto

implica generar cambios retomando la inclusión que no restringen a la identificación y

caracterización estadísticas de los estudiantesa; la propuesta de inclusión busca que las

personas puedan recibir una educación que les permita potenciar al máximo el desarrollo

social y académico a partir de sus posibilidades en grupos de estudiantes sin las

etiquetas propias de la exclusión. El diseño de un nuevo currículo que se integre la vida

de los niños y los jóvenes y que dé sentido a sus actividades y aspiraciones sería un

elemento importante para lograr que un mayor número de estudiantes con alto riesgo de
abandono se mantenga en las aulas y finalice exitosamente el ciclo básico de

escolaridad.

Las estrategias institucionales para generar procesos inclusivos requieren ajustes

en la política con modelos realmente inclusivos, que trasformen tanto los procesos

administrativos, como la formación de todos los actores que interactúan con las diversas

poblaciones que llegan a las instituciones de educación superior.

Para la inclusión educativa se requieren formatos pedagógicos con mayor

especificidad. Hoy predomina el aprendizaje memorístico, la falta de conexión de los

aprendizajes con la realidad vivida, la ausencia de los elementos básicos de la cultura

de los niños y jóvenes —música, computadores, redes de información, deporte— entre

los contenidos del aprendizaje y, en suma, la percepción de que lo aprendido carece de

sentido y no merece el esfuerzo requerido. La teoría y la práctica de la inclusión educativa

indican que uno de los elementos que más incide en el proceso de aprendizaje de los

estudiantes tiene que ver con lo que creen, pueden y están dispuestos a hacer los

docentes y con las expectativas sobre los logros de sus alumnos (Martinic).

Al hablar de inclusión se habla tolerancia, respeto y solidaridad, pero, sobre todo,

de aceptación de las personas, independientemente de sus condiciones. Sin hacer

diferencias, sin sobre proteger ni rechazar al otro por sus características, necesidades,

intereses y potencialidades, y mucho menos, por sus limitaciones; como anota Heward

(1997) “(..) para sobrevivir, un grupo social debe adaptar y modificar el ambiente en el

que vive” (p. 62).


La formación de docentes para la inclusión educativa es un asunto prioritario en

los informes y debates políticos de los últimos años (Vaillant 2009). Existe consenso en

que la inclusión educativa de estudiantes no puede realizarse sin una decidida

intervención de los docentes. Para que esto sea posible, es necesario ubicar su

centralidad en la educación y demostrar que no se puede avanzar en este plano sin

mejorar, al mismo tiempo, en la comprensión de lo que cree, puede hacer y hace el

docente.

Un docente formado para las necesidades de una sociedad incluyente, sería

capaz de dar respuestas oportunas y acordes a cada estudiante, buscando alternativas

y estrategias específicas que faciliten el desarrollo de habilidades y competencias en el

proceso de aprendizaje de cada uno de sus alumnos. Realmente la idea es buscar el

cambio de paradigmas y convertir la escuela en un espacio integrador donde la sociedad

converja en un solo objetivo una escuela donde conviva la tradicional, la integradora y

en el mejor de los casos la escuela inclusiva, amplia y plural, donde intervenga toda la

comunidad educativa.

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