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Año 2015

Trabajo Final

Curso Psiquiatría
Forense

Dr. Eduardo Américo Mata


Lic. Paula Kraser

Alumno: Iván Torrisi


Caso Veira / Candelmo

Descripción del caso

El famoso ex jugador y entrenador de fútbol Hector “el Bambino” Veira, fue acusado de la
violación de un menor de 13 años de edad.
El hecho ocurrió el día 17 de octubre de 1987 en un departamento particular de Veira.
Luis José Candelmo, el padre de Sebastián, hizo la denuncia en la comisaría 10 de
Capital, refiriendo que “el Bambino” había violado a su hijo en su departamento de Doblas
1.103.
Veira fue detenido por "intento de violación" y salió con libertad condicional 36 horas
después.
"Le pedí un autógrafo y me dijo que suba a su casa para darme unas fotos. Y allí me
violó", declaró el chico de 13 años ante el juez Eduardo Albano.
El 4 de abril de 1988, Albano condenó a Veira a cuatro años de prisión por "tentativa de
violación y promoción de corrupción de menor". La medida fue apelada y pasó a la Sala VI
de la Cámara del Crimen, que el 30 de agosto del 91 lo sentenció a 6 años por "violación
de un menor".
El Bambino, que era técnico de Vélez, ingresó el 4 de octubre a Devoto. La Corte
Suprema de la Nación, luego de recibir la apelación correspondiente, decidió re caratular
la causa (el 8 de septiembre de 1992) como "intento de violación" y le redujo la pena a
tres años. Como Veira ya había cumplido más de un tercio de la condena, quedó en
libertad condicional el 17 de septiembre por decisión de Albano.
El 25 de marzo de 2010 Hector Veira fue condenado a pagarle 110 mil dólares a la familia
de Sebastián Candelmo por un juez civil.
La sobrina de Veira, quien defendió a su tío, alegando que el día del hecho ella se
encontraba en el departamento, fue condenada a dos años de prisión en suspenso por
falso testimonio.
Veira estuvo preso solo 11 meses, y pese a que todas las pruebas estaban en contra del
famoso ex futbolista, por su popularidad, por sus contactos políticos, mediáticos y
judiciales, “el Bambino” fue absuelto y el delito quedó impune.
Articulación teórica:

El abuso sexual infantil es sin dudas uno de los delitos más aberrantes que un ser
humano puede realizar. Sus efectos sobre la víctima suelen ser devastadores, tanto
físicamente como psíquicamente
Los adultos responsables deben estar atentos y al tanto de todo vínculo que sus menores
a cargo establezcan, sobre todo con personas mayores.
En el caso Veira, el padre de la víctima, tal vez por ingenuidad, o por la alta admiración
que tenía hacia el ex futbolista, descuidó a su hijo, dejándolo subir al departamento solo
con Veira. De ninguna forma se le indilga responsabilidad alguna al padre de Sebastián,
solo se intenta realizar una descripción completa y objetiva de los hechos.
Las estadísticas marcan que el 90% de los casos de abuso sexual infantil son cometidos
por personas pertenecientes al círculo familiar de la víctima. El caso de Candelmo, estaría
dentro del 10% restante, ya que el abuso fue perpetuado por una persona que no
pertenecía ni cercanamente al círculo íntimo de la víctima.
El abuso sexual infantil es un modo de control de la voluntad de alguien mayor o más
fuerte, sobre un sujeto menor de edad. En este caso Veira sometió a Sebastián, quien el
momento de la violación tenía solo 13 años.
Toda actividad de connotación erótica y/o sexual entre un adulto y un niño/a: haya o no
haya violencia; haya o no haya genitalidad involucrada; haya o no haya aceptación del
menor de edad, es considerado abuso sexual. En este caso, hubo violencia, sobre todo
desde el punto de vista físico, manifestada a través del forzamiento al acto sexual; hubo
genitalidad involucrada; y no hubo aceptación por parte del menor, sino inmovilización por
parte del mismo a causa de lo aberrante y terrorífica situación.
El abuso sexual infantil no puede ser tomado como una variante sexual, como un gusto de
minorías exquisitas, ni como un impulso incontrolable. Aquel que lo comete debe atenerse
a las consecuencias legales, dado que es un delito aberrante.
Asimismo hay que desechar de plano la idea de que el niño disfruta ante esta situación.
No lo hace, no solo porque el sometimiento y el abuso en cualquiera de sus formas es
doloroso y trae consecuencias perjudiciales para la persona, sino porque también el
menor está en pleno proceso de desarrollo psíquico, de manera que no puede asimilar la
situación de manera no traumática, porque no tiene aún los recursos necesarios.
El desarrollo psíquico durante el proceso de crecimiento, va acompañado del desarrollo
sexual del niño/a. El abuso sexual infantil atenta contra el proceso de crecimiento.
El desarrollo psico-sexual del niño/a desde su nacimiento hasta su juventud es central
para la salud mental del adulto que será. El Abuso Sexual Infantil es un delito que le
produce al niño/a una angustia profunda y un trauma que arrastrará y se manifestará en
diferentes aspectos, a lo largo de su vida infantil, adolescente y adulta. En este caso
particular los efectos del abuso sobre Sebastián Candelmo, su personalidad, su vida
social y, sobre todo su sexualidad, fueron múltiples.
-El abuso a Candelmo ocurrió en su adolescencia, momento esencial y definitivo para la
construcción de la identidad sexual del sujeto.
-Las primeras reacciones de Sebastián fueron el retraimiento, el aislamiento, la sensación
de “estar sucio”, la profunda tristeza, la vergüenza, la culpa.
-Sebastián cambió su identidad años después a Malena. Se convirtió en travesti. Se
colocó siliconas, hormonas femeninas y se operó los glúteos. Comenzó a prostituirse. Sin
dudas el abuso desestabilizó totalmente la vida e identidad sexual de la víctima.
-Asimismo a causa de la situación de abuso, Candelmo tuvo varios intentos de suicidio,
una depresión profunda, acompañada de abuso de sustancias.
-Desde el punto de vista social, Candelmo quedó estigmatizada como “el chico del caso
Veira”, e increíblemente acusado por parte de la sociedad de haber sido él quien sedujo al
ex futbolista. Esta situación le causó también dificultades para conseguir un trabajo y
relaciones estables.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de las situaciones de abuso sexual ocurren
cuando un adulto está a solas con un niño o niña, como fue en el caso de Veira. De
manera que habría que acordar entre padre y madre, y responsables de niños y niñas lo
siguiente: no naturalizar en el niño y la niña situaciones de intimidad corporal con ellos; no
involucrar a los niños y niñas en “secretos” con adultos; no facilitar situaciones en las que
el niño o niña quede en soledad con adultos; resulta de gran ayuda hablar acerca la de
prevención en la pareja parental, ya que disminuye riesgos de que sus hijos padezcan
abuso sexual.
Dentro de los tipos de abuso sexual, el realizado por Veira sobre Candelmo cabría en la
calificación de estupro. El mismo se define como “la realización del acto sexual
aprovechándose de la inexperiencia sexual de la víctima, o que se basa en una situación
de abuso de autoridad, pudiendo ser víctimas niños/as que tengan entre 12 y 18 años”.
Recordemos que Candelmo tenía, al momento del hecho, 13 años.
Cualquier niño puede ser víctima de abuso sexual, no existe un perfil o característica
especial. Se da en todas las edades, contextos sociales, religiones y niveles socio-
culturales. No obstante se han identificado algunos factores de riesgo que favorecen el
surgimiento de una situación de abuso infantil. Entre ellos Candelmo, encajaba en varios,
entre ellos: carecía de educación sexual (su familia es sumamente religiosa, lo cual
imprime ciertos tabúes a la hora de la comunicación padres-hijos acerca de la
sexualidad); no tenía plena facultades para la toma de decisiones, ya que era un
adolescente en situación de sometimiento ante un adulto; estaba transitando un momento
de desequilibrio emocional y afectivo como es la adolescencia, lo cual hace que todo sea
más confuso de lo que debería ser.
Candelmo relató que durante el viaje en auto de vuelta a su casa, luego del abuso, se
mantuvo en silencio. Recién pudo contar lo sucedido una vez que estuvo en su casa, a
salvo. Se lo contó a su madre, y fue el padre quien hizo la denuncia. En este tipo de
situaciones se recomienda que los padres, o adultos a cargo del niño, actúen con
serenidad, mesura y se dispongan hacia la escucha de la víctima. Lo primero que
necesita saber el niño abusado, es que el adulto a cargo le cree. Comentarios del tipo de
“¿no te habrá parecido?”, o “¿Estás seguro/a?” o “Tal vez no se dio cuenta”, “Cómo decís
eso con lo que te quiere el tío” o similar que muestre algún grado de incredulidad de parte
del adulto, hará que el niño o la niña se retraiga y no pueda contar lo que está viviendo.
Ser creído por su familia y encontrarla dispuesta a escuchar y a actuar en consecuencia
con lo que a el o ella le sucedió, es el puntal más importante de la recuperación de la
salud mental de la víctima de abuso sexual. En el caso Candelmo, los padres lo
escucharon, contuvieron y realizaron los pasos judiciales/legales correspondientes.
Hemos centrado la mayor parte de la articulación en la figura de la víctima, ahora
pasaremos al abusador:
Recordemos para empezar que Veira, además de poseer fama y reconocimiento popular,
era un personaje divertido, carismático y querido por la mayoría de la gente. Esto llevó a
que aún conocida y confirmada la situación de abuso, gran parte de la población
considerara que la causa era un invento, que el niño y su familia querían sacarle dinero,
que “el Bambino” era la víctima.
Las estadísticas marcan que el 90% de los abusadores de menores son hombres
mayores de edad. Mayormente son heterosexuales, con una vida sexual satisfactoria,
muchos de ellos tienen hijos, como en el caso de Veira
A continuación detallaré una serie de características comunes de los abusadores
infantiles que coinciden con la persona de Veira:
- Realización de una vida laboral y social exitosa
- Persona amable, afable y carismática
- Ejerce una profesión atrayente para los niños, como lo es el deporte del futbol
- Su adaptación social hacía imposible reconocerlo como un potencial abusador de
menores
- Dijo luego de la acusación que sobre él caía, que el niño fabulaba
- No mostró jamás culpa ni reconocimiento, siempre se declaró inocente
En lo que Veira sale de la generalidad respecto al resto de los abusadores de menores,
es que los mismos tienen a reincidir en el delito, de manera que gran parte de ellos son
capturados y puestos en prisión luego de cometer varios abusos. Tal vez la razón por la
cual no ha reincidido es por el alto impacto social que tuvo su caso. Veira sabe
perfectamente que está siendo observado por la sociedad entera, y en el caso de que se
de otra denuncia similar, la tendría realmente complicada, no solo a los ojos del pueblo
todo, sino de la justicia, que en una nueva oportunidad no podría hacer lo mismo que en
el caso Candelmo y debería condenarlo a la cantidad de años de prisión que realmente le
corresponden.
Las personas que han sido víctimas de abuso sexual durante su infancia, nos enseñan
que la justicia es –luego del ser creídos y resguardados por algún adulto referente- el más
importante ordenador, del que les llega la posibilidad de sanar sus heridas y poder vivir
con las cicatrices que deja el abuso sexual infantil. En este caso particular, la víctima no
sólo tuvo que convivir con su abusador en libertad, sino que también tuvo que tolerar que
el mismo siguiese trabajando, no solo en el deporte sino en los medios de comunicación.
Asimismo tuvo que soportar que gran parte de la población, lo acuse de haber sido él
quien incitó a Veira a tener una relación sexual. Un disparate desde todo punto de vista.
Lo único que pudo hacer Candelmo, una vez que fue mayor, y ya convertida en Malena,
fue contar su historia en algunos programas televisivos y medios gráficos, infiero que a
modo de catarsis pero también con el fin de dejar clara en la sociedad su postura, y lo que
creo yo personalmente, fue lo que realmente sucedió.
A modo de conclusión describiré una serie de cuestiones que refieren al abuso sexual
como delito en sí:
-Es una obligación ciudadana y una obligación para los profesionales -psicólogo/as,
médico/as, educadore/as, personal de escuela, hospital, etc.-denunciar cuando toman
conocimiento de que un niño o una niña está siendo o fue víctima de abuso sexual.
-A los profesionales la obligación de denunciar los libera, incluso, del secreto profesional.
-Los adultos responsables del niño o niña víctima de abuso sexual, luego de ponerlo a
resguardo del abuso y de la influencia del abusador, deben informarse adecuadamente,
evaluando todas las variables en juego en cada caso, para recurrir a la justicia.
-Encontrar al abogado especialista en el tema, el apoyo psicológico adecuado, es
indispensable. Hacer la denuncia es apenas el primer paso. Sostener en el tiempo la
denuncia de abuso sexual, acompañar al fortalecimiento del niño o niña para que pueda
sostener el relato, y de aquellos adultos que lo acompañan en este proceso, es un trabajo
arduo para el que hay que buscar todos los recursos necesarios para afrontarlo
Para finalizar, y a modo opinión personal, considero que sería conveniente contar con
tribunales más especializados en la materia, lo cual se lograría con la implementación de
estrategias educativas focalizadas en los delitos de abuso sexual y en especial en lo que
respecta al fenómeno de la retractación a fin de que las personas llamadas a resolver
(fiscales, jueces, asesor de menores, auxiliares de la justicia, psicólogos, médicos,
asistentes sociales, entre otros) traten el delito sexual infantil como un delito especial ya
que los especialistas coinciden en cuanto a que el daño psíquico, físico y social que este
ilícito ocasiona en los niños es de extrema gravedad, y en muchas ocasiones esas
consecuencias desagradables se extienden para toda la vida de la víctima, variando de
acuerdo al momento evolutivo en el que el abuso se produjo, la magnitud y duración del
mismo, y a la calidad de la intervención efectuada. De hecho, la frecuente re victimización
a que son sometidos los niños abusados en el actual sistema, perjudica los niños
notoriamente la expectativa de una evolución favorable.
Como vimos, en el caso Candelmo, hay un componente excepcional que corresponde a la
popularidad y la fama del victimario Veira, lo cual hizo que la justicia fallara en contra del
sentido común y de las pruebas judiciales. Esperemos que este caso haya servido al
menos como antecedente, no solo para los miembros del poder judicial, sino para la
sociedad toda, en lo que hace a la cuestión del abuso sexual infantil, y los efectos que
este delito tiene sobre la vida de la víctima. Es esencial que la justicia actúe de manera
efectiva e imparcial, y que la sociedad destierre prejuicios y estigmas absurdos respecto
de las víctimas de este tipo de delitos, para que las mismas en lugar de ser juzgadas y
marginadas, sean contenidas, cuidadas e integradas nuevamente en sociedad.
El material utilizado para la realización del Trabajo Final, fue el brindado por los
profesionales durante el dictado del curso, a modo de diapositivas virtuales
El resto de la información, la que hace a la experiencia de la víctima en torno al abuso de
Veira, fue tomada de una nota publicada en la revista Gente, del año 2001. Aquí cito la
fuente: http://www.gente.com.ar/actualidad/al-bambino-le-diria-que-me-arruino-la-
vida/1496.html

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