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Los gobiernos intervienen sobre la realidad a través de la acción pública con una cierta
intencionalidad, ya sea para modificarla o para intentar mantener el statu quo (sin cambios).
Estas representan la realización concreta de las decisiones o mandatos de los gobiernos. De este
modo, la relación que se da entre el gobierno y la sociedad se encuentra mediada por las
políticas públicas, las cuales son el resultado del proceso político de un país.
La capacidad de los gobiernos para manejar apropiadamente las relaciones entre el Estado y la
sociedad consiste en su habilidad para convertir las demandas sociales en políticas públicas que
satisfagan al mayor número de ciudadanos posibles, en función de las problemáticas que los
afectan. Siguiendo la lógica del óptimo de Pareto, el gobierno debe garantizar que el número
de personas beneficiadas sea siempre mayor que el número de personas que pudieran verse
eventualmente perjudicadas con las iniciativas que se asuman. Aparejado a lo anterior se
encuentra la idea de gobernabilidad, la cual radica en la capacidad de un gobierno para manejar
satisfactoriamente las problemáticas ciudadanas sin llegar a situaciones conflictivas. La
construcción de una agenda pública que dé cuenta de las prioridades de ciertos temas
percibidos como problemas por la ciudadanía y los distintos actores, es una condición
importante para la gobernabilidad, las políticas públicas han reconocido como importantes
focos de acción la disminución de la pobreza, la exclusión social, la ampliación de la igualdad de
oportunidades y la satisfacción de problemáticas más específicas. Tales problemáticas
demandaban una solución por parte de los gobiernos, había que velar por el bienestar social. Es
en ese contexto en donde las políticas públicas recobran una renovada importancia.
Notará importantes vacíos tanto a nivel teórico como metodológico acerca de qué es y cómo
se diseña una política pública. Para la economía, el énfasis está dado en los factores económicos
que influyen en las políticas públicas, tales como el crecimiento económico, la productividad y
el empleo. Para la sociología, en cambio, el énfasis gira en torno al conjunto de demandas que
pueden ejercer la comunidad y los grupos en el proceso de construcción de las políticas públicas.
La ciencia política, por otra parte, enfatiza el papel que juega el proceso político en la generación
e implementación de las políticas públicas. En el caso de la administración pública, se enfatiza la
gerencia de los programas públicos como una parte importante del proceso de desarrollo de
las políticas públicas. A su vez, existe una escasa capacidad de dialogar entre las distintas
disciplinas en torno al conocimiento que cada una de ellas.
En algunos casos, lo que el gobierno a nivel nacional asume como una política pública, no es
más que un conjunto de definiciones básicas y lineamientos generales en torno a la problemática
Un error frecuente en estos debates, consiste en entender que política pública es cualquier
acción del gobierno.
Pese a la frecuencia del uso del concepto de políticas públicas, existen diferencias o
imprecisiones importantes de las que pueden desprenderse equívocos analíticos y dificultades
operativas.
Según Lahera (2002), las políticas públicas son: “cursos de acción y flujos de información
relacionados con un objetivo público definido en forma democrática; los que son desarrollados
por el sector público y, frecuentemente, con la participación de la comunidad y el sector
privado.”
Según May (1992), Las políticas públicas establecen los cursos de acción para abordar los
problemas o para proporcionar los bienes y servicios a los segmentos de la sociedad. Las
políticas hacen más que simplemente anunciar un curso de acción. Típicamente suelen contener
un conjunto de intenciones de objetivos, una mezcla de instrumentos o medios para la
consecución de las intenciones, una designación de entidades gubernamentales o no
gubernamentales encargadas de llevar a cabo las intenciones, y una asignación de recursos para
las tareas requeridas
Las políticas públicas, en tal sentido, constituyen una respuesta o solución a determinadas
situaciones problemáticas o insatisfactorias que han sido identificadas como problemas
relevantes en ciertos ámbitos circunscritos de realidad
Hay que tener presente, sin embargo, que las políticas públicas pueden estar formuladas de
modo explícito o implícito y que, por regla general, es deducible de los objetivos, programas,
planes y asignación de presupuesto o agendas de un gobierno. Lo que parece estar en juego,
más bien, es el grado de formalización y explicitación que pueden o no alcanzar las políticas
públicas, se tiende a perder de vista que “una política pública existe siempre y cuando
instituciones estatales asuman total o parcialmente la tarea de alcanzar objetivos estimados
como deseables o necesarios, por medio de un proceso destinado a cambiar un estado de cosas
percibido como problemático.
Las políticas públicas, por otra parte, son usualmente implementadas bajo la forma de
programas y proyectos. Conjuntamente con precisar qué es una política pública se requiere
también contar con algunos criterios que nos permitan asegurar su calidad.
Entre los principales criterios de calidad que deberían estar presentes en el diseño de una política
pública, deberían considerarse a lo menos los siguientes:
Lo que está en juego aquí es la capacidad de ejecutar las políticas públicas por parte del
Gobierno Regional. Con cierta frecuencia el mayor problema no radica tanto en definir
políticas públicas apropiadas, sino más bien en su capacidad de ponerlas en marcha. En otras
palabras, la implementación de una política pública no garantiza necesariamente el que
finalmente sea ejecutado.
Esto puede ocurrir por varias razones, una de las cuales tiene que ver con su viabilidad. La
viabilidad de las políticas públicas es algo a tener en consideración al momento de su diseño.
Se requiere tener claridad respecto de lo que es realmente susceptible de llevar a cabo de
lo que no lo es.
2. Estabilidad: Las políticas públicas necesitan de un cierto tiempo de ejecución para mostrar
sus resultados y, en consecuencia, la estabilidad se transforma en una condición necesaria
para su éxito. Es decir, las políticas públicas deben ser estables en el tiempo. Esto puede
verse afectado por la acción de actores a nivel regional con una alta capacidad de veto, que
pueden eventualmente plantear importantes desafíos al logro de los objetivos de la política.
3 Adaptabilidad: Las políticas públicas deben tener una cierta capacidad de adaptabilidad
mínima necesaria que le permita hacer frente a las situaciones antes descritas. Es decir, la
adaptabilidad da cuenta de hasta qué punto pueden ajustarse las políticas públicas cuando
fallan o cuando cambian las circunstancias sobre las cuales se basó su planificación.
4. Coherencia y Coordinación: Las políticas públicas regionales deben lograr una adecuada
coherencia interna y externa. La coherencia interna se relaciona con la pertinencia entre los
objetivos de las políticas públicas, los instrumentos de intervención y los problemas que
intenta solucionar. La coherencia externa, en tanto, se refiere al grado de compatibilidad que
puede alcanzar una política pública determinada en relación a otras intervenciones públicas
en la región.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bardach, Eugene (2000), “A Practical Guide for Policy Analysis”. New York: Seven Bridges.
Lahera, Eugenio (2002), “Introducción a las políticas públicas”. Santiago: Fondo de Cultura
Económica.
May, Peter (1992), “Policy Learning and Failure”, en Journal of Public Policy, Vol. 12, N° 4; pp
331 – 354.
Las políticas públicas en su desarrollo atraviesan varias etapas que configuran un ciclo. La noción
de “ciclo” ayuda a analizar las políticas, pero la realidad de algunas de ellas no se ajusta
necesariamente al esquema que se identifica a continuación.
Las fases del ciclo son interdependientes, por lo que el replanteamiento de cualquiera de ellas
afecta a las siguientes. El ciclo, como cualquier sistema, se “cierra” con un proceso de
retroalimentación: la política pública no se extingue con la evaluación de sus resultados, sino
que ésta puede dar lugar a una nueva definición del problema que inició el ciclo. Las principales
fases del ciclo de las políticas públicas son las siguientes: 1) la identificación y definición de
problemas; 2) la formulación de políticas; 3) la adopción de la decisión; 4) la implantación; 5) la
evaluación.
Identificación y
definición de
problemas
Formulación de
Evaluación
políticas
Adopción de la
Implantación
decisión
Ahora bien, no todas las cuestiones que preocupan a la sociedad acaban generando la
formación de una política pública para solucionarlos. Para estudiar estos procesos se utiliza el
concepto de agenda, y se suele distinguir entre agenda sistémica, por una parte, y agenda
política, institucional o de gobierno, por otra. La agenda sistémica está formada por el conjunto
de cuestiones que los miembros de una comunidad política perciben como merecedoras de
atención pública y que, además, caen dentro del ámbito competencial de la autoridad
gubernamental a la que se dirigen; son las cuestiones que preocupan a la sociedad. La agenda
política, institucional o de gobierno está formada por el conjunto de asuntos explícitamente
aceptados para ser considerados seria y activamente por los decisores públicos; son las
cuestiones que preocupan al gobierno. En líneas generales, la agenda de gobierno suele reflejar
la evolución de la agenda sistémica.
La definición de los problemas públicos: En primer lugar, definir un problema significa que, una
vez reconocido como tal e incluido en la agenda de algún gobierno, el problema es percibido
por los distintos actores interesados; es objeto de exploración, articulación e incluso
cuantificación; y, en algunos casos, pero no en todos, se da una definición oficial, o al menos
provisionalmente aceptada, acerca de sus posibles causas, componentes y consecuencias. En
segundo lugar, que una situación concreta se convierta en problema público no es algo que se
base sólo y únicamente en circunstancias objetivas: la elaboración de una situación no deseada
como problema público depende en gran medida de su conexión con los valores dominantes
en ese momento en la sociedad de que se trate y del poder de los actores que promueven su
incorporación a la agenda de gobierno. En tercer lugar, la definición de los problemas públicos
plantean numerosas dificultades porque los problemas públicos son enrevesados, retorcidos,
inéditos: no tienen una formulación definitiva; no suele haber criterios que establezcan cuando
se ha llegado a la solución; la solución no es nunca verdadera o falsa, sino buena o mala, y
carece, además, de una prueba inmediata y resolutoria.
2. La formulación de las políticas. Una vez que el gobierno conoce la existencia de un problema,
lo define y rechaza la opción de no actuar sobre él, comienza la fase de formulación de políticas,
c) La valoración y comparación de las alternativas. Una vez que se han producido y definido las
opciones, que están claras las ventajas y los inconvenientes de cada una de ellas vendría el
momento de utilizar algún tipo de técnica que permita realizar el proceso de elección. Una de
las técnicas más conocidas es el análisis coste-beneficio, que consiste en identificar los costes y
beneficios asociados con cada alternativa y en la cuantificación económica de los mismos, con
el propósito de facilitar la comparación entre las distintas opciones.
3. La adopción de la decisión. Esta fase está exclusivamente en manos de uno o varios decisores
públicos: para que una política sea considerada pública ésta debe haber sido generada por
medios gubernamentales, debe emanar de una autoridad pública. Otras fases del ciclo de las
políticas públicas (la implantación por ejemplo) pueden quedar parcialmente en manos de
actores, individuos u organizaciones que no están investidos de autoridad pública: no es el caso
de la fase de adopción de la decisión.
4. La implantación de las políticas públicas. Esta fase comienza una vez adoptada la decisión, y
comprende todas las actividades y procesos desarrollados hasta que aparecen los efectos
Es un proceso de gran complejidad porque: por una parte, interviene una multitud de actores,
cada uno de los cuales tiene sus propias perspectivas, actitudes e intereses, y cuyo grado de
compromiso con los objetivos del proceso puede variar; por otra, hay una multitud de “puntos
de decisión” (cada vez que se requiere un acto de acuerdo para que el programa siga adelante)
y de “puntos muertos” (cada vez que se requiere que un actor por separado dé su aprobación).
La fase de implantación ha sido conceptualizada adoptando varias perspectivas. La más familiar
la equipara a un proceso descendente, de arriba abajo; estudios posteriores ponen de relieve la
importancia de concebirla también como un proceso ascendente, de abajo arriba. El modelo de
arriba abajo concibe el desarrollo de una política como un proceso que fluye desde la cúspide
de las organizaciones públicas hacia las posiciones jerárquicas inferiores y en el que el
protagonismo corresponde a los decisores públicos. El modelo de abajo arriba sostiene que
también requiere importancia el flujo de abajo arriba que permite adaptar la situación inicial a
la multitud de contextos de implantación, y otorga el protagonismo del proceso a los
implantadores.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Aguilar, Luis (1994), “El estudio de las políticas públicas”. México: MAP; Primera Reimpresión.
Bardach, Eugene (2000), “A Practical Guide for Policy Analysis”. New York: Seven Bridges.
Lindblom, Charles (1991), “El proceso de elaboración de políticas públicas”. México: MAP.
Según Larrañaga (2010), el nacimiento de las políticas de protección social impulsadas desde el
Estado en Chile ocurrieron en las primeras décadas del siglo XX, con la puesta en marcha de un
conjunto de iniciativas en vivienda, trabajo, salud y educación que terminaron con la política de
“laissez faire” del período anterior; estas políticas constituyeron una respuesta de las clases
dirigentes frente a la “cuestión social”, y que se materializaba en crecientes reivindicaciones de
las clases obreras en pos de resguardar sus derechos laborales y mejores condiciones de vida.
Sin embargo, no es hasta 1925 que apareciere un sistema integrado de protección social, donde
las políticas sociales responden a iniciativas específicas, principalmente en materia de protección
de derechos laborales y provisión de servicios básicos a nivel local.
De hecho, básicamente “la agenda de reformas incluía la protección de ingresos por causa de
accidente, invalidez, enfermedad y vejez; la regulación del contrato de trabajo y régimen de
salario; salario mínimo; prohibición de pagos con fichas y control de precios de productos de
primera necesidad” (Larrañaga, 2010, pág. 6).
Entre el periodo de 1925 a 1970, las políticas de protección social se basaron en la diferenciación
por clase social (tipo de política según clase), siguiendo las directrices del modelo corporativista
de Europa Occidental, de esta forma “las políticas económicas y sociales desarrollistas del Estado
chileno lo transformaron en el principal actor, tanto de la industrialización del país, como de la
promoción de su trascendental cambio social. Este rol estatal alcanzó su clímax hacia el fin de
los años 1960” (Olmos & Silva, 2007, pág. 4).
En esta década además, también se institucionalizó el accionar exclusivo del Estado en esta
materia, pues durante el gobierno de Frei Montalva, se creó la ODEPLAN (Oficina de Planificación
Nacional) encargada de la planificación del desarrollo del país a nivel nacional, que incluía el
desarrollo de políticas de protección social, de esta forma se buscaba “consolidar en breve plazo
las reformas estructurales destinadas a terminar con las injusticias sociales y a mejorar
sustancialmente la distribución de ingresos” (Rebolledo, 2005).
En el periodo de 1970 a 1973, influenciado en gran medida por el cambio político que
representaba la llegada al poder del Presidente Salvador Allende y el conglomerado de partidos
que integraban la Unidad Popular que basaban sus propuestas políticas y sociales en un sistema
económico y político de corte socialista, el Estado de Chile ejecutó de manera centralizada las
funciones de financiamiento, gestión y producción de los bienes y servicios sociales sobre la
base de un diseño estandarizado y homogéneo. En otras palabras, “el Estado fue el responsable
de generar la oferta de los bienes y servicios básicos como educación, servicios sanitarios,
sistema de salud y construcción de viviendas, y a la vez, incentivó la demanda de estos bienes y
servicios mediante la concientización de la población acerca de la importancia social de extender
los bienes y servicios básicos a las clases populares y sobre el derecho de la ciudadanía a
demandar al Estado por su provisión” (Olmos & Silva, 2007, pág. 6).
Sin embargo, después de 1973, hubo cambios sustanciales en la configuración de las políticas
de protección social, al responder estas a los cambios que se producen en el sistema económico
nacional, el que se adaptó a un modelo neoliberal de mercado, siendo una de sus características
una reducción significativa del gasto público en materia de protección social.
Durante la década comprendida entre los años 1973-1982, la reducción de la pobreza se convirtió
en el objetivo central de este régimen y se introdujeron mecanismos de mercado en el
funcionamiento de la seguridad social, educación, salud, vivienda y se focalizó la acción pública
en la población pobre y depositó en los individuos la responsabilidad principal del logro de su
bienestar.
El desarrollo general de las intervenciones sociales se vio afectado por la crisis de la deuda
externa de 1982 y la contracción económica de los años siguientes. La profundidad del deterioro
económico desató fuertes protestas políticas que amenazaron con desestabilizar al régimen
militar, que respondió con represión a las manifestaciones, ajustes políticos y de gasto fiscal que
afectaron de manera sustancial las áreas de carácter social (educación, salud, vivienda, etc.).
Dicha política general de recorte fiscal, combinados con otros factores generó que “el número
de personas en situación de pobreza y extrema pobreza alcanzó a cinco millones de habitantes,
según las cifras elaboradas entonces por el economista de la DC: Alejandro Foxley; pobreza
agudizada por la política de privatización de la Salud y la Previsión” (Vitale, 2005)
Posterior a 1990, con el retorno a la democracia y el fin de la dictadura militar en Chile, se vivió
un cambio en materia de protección social, a través de “la innovación en la política social se
produjo a través de la puesta en marcha de programas e instituciones orientadas a los grupos
vulnerables. Estos programas tuvieron un componente participativo y suponían la generación
de capacidades en los individuos beneficiados, así como la valoración de los procesos a través
de los cuales se modificaban las condiciones de vida de estos grupos. (Larrañaga, 2010, pág. 15).
Hacia principios de la década de los noventa, una de las primeras medidas del gobierno de
Aylwin fue la corrección del modelo de libre mercado en una serie de áreas en que el Estado de
Chile había abandonado a un gran número de personas en materia de protección social, lo cual
se refleja principalmente en las altas cifras de pobreza que al inicio de dicha década bordeaban
el 40% de la población. La corrección se basó en un aumento sostenido del “gasto social”, que
permitió “la recuperación de la oferta pública de servicios sociales fue muy exitosa, considerando
que el gasto público social prácticamente se duplicó en términos reales en la década del 90; con
aumentos de 178%, en educación y 166%, en salud. Este gran aumento de la inversión social
De esta forma en dicha década, la política de protección social en Chile se caracterizó por un
esfuerzo decidido en contra de la pobreza, la cual tuvo resultados bastante disímiles, ya que
“durante la primera mitad de los noventa (1990-1996), la tasa de pobreza moderada se redujo
de 38,6 a 23,2 por ciento, y la tasa de indigencia siguió una tendencia similar, al pasar de 12.9 al
5,8 por ciento. Por el contrario, la segunda mitad de los años noventa se caracterizó por relativo
estancamiento, especialmente para la pobreza extrema, que se redujo a sólo 0,1 puntos entre
1996 y 2000. La evidencia de la estrategia del gobierno chileno para reducir la pobreza mostró
su incapacidad para llegar a la población más pobre, que al mismo tiempo eran excluidos del
acceso a los servicios sociales” (Martorano & Sanfilippo, 2012, pág. 1031).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Larragaña, O. (2010). Las nuevas políticas de protección social en perspectiva histórica. Santiago:
ONU-PNUD.
Olmos, C., & Silva, R. (2007). El rol del Estado chileno en el desarrollo de las políticas de bienestar.
Santiago: Expansiva.
Raczynski, D. (1994). Políticas sociales y programas de combate a la pobreza en Chile: Balance y
Desafíos. Santiago: Colección de Estudios CIEPLAN N°39, 9-73.
Rebolledo, R. (2005). La crisis económica de 1967 en el contexto de la ruptura del sistema
democrático. Santiago: Revista Universum No 20 Vol. 1, 124-139.
Vitale, L. (2005). sisib.uchile.cl. Recuperado el 29 de Junio de 2015, de
sisib.uchile.cl:http://mazinger.sisib.uchile.cl/repositorio/lb/filosofia_y_humanidades/vitale/obras/s
ys/f.pdf.
Martorano, B., & Sanfilippo, M. (2012). Innovate features in poverty reduction programmes: An
impact evaluation of Chile Solidario on Households an children. U.K:Journal of International
Development, 1030-1041.
a) La reducción de la pobreza
Chile Solidario se define como una iniciativa de carácter innovador y comprehensivo, puesto que
busca atacar las diferentes dimensiones en que se expresa la pobreza en lugar de circunscribirla
solamente a una carencia de ingresos; tiene como unidad de intervención al grupo familiar antes
que a personas individuales; apuesta por crear capacidades que promuevan autonomía en los
participantes; y aspira a transformar los programas sociales de carácter sectorial en una red
articulada que ofrezca servicios a la población pobre. Los resultados son, sin embargo, mixtos.
El trabajo del Apoyo Familiar ha sido importante puesto que ha permitido fortalecer las
disposiciones y actitudes de las familias participantes, facilitando su acceso a la red pública de
programas y beneficios sociales, y ha hecho posible que Chile Solidario cuente con un buen nivel
de aprobación por parte de sus usuarios. Sin embargo, no hay evidencia clara de que Chile
Solidario haya contribuido a aumentar los niveles promedios de empleo e ingresos de los
participantes, que son dos dimensiones claves de una política orientada a superar la extrema
pobreza a través de la activación de las capacidades. La evaluación de impacto de Chile Solidario
se ve restringida por la disponibilidad de información. Sólo se dispone de datos que permiten
evaluar a las cohortes que ingresaron durante los años 2002 y 2003, y la calidad de estos datos
no es suficientemente buena como para obtener juicios definitivos de la efectividad de la política.
Este es un pasivo importante si se compara con experiencias de política contra la pobreza en
algunos otros países, donde las evaluaciones de calidad han sido claves para extender las
iniciativas en el tiempo y reformular sus aspectos más críticos.
Los antecedentes disponibles muestran que algunos de los postulados de Chile Solidario deben
ser revisados. Los datos longitudinales de la Encuesta Panel Casen y de las fichas CAS dan cuenta
de un considerable grado de movilidad de los hogares desde y hacia el estrato más pobre,
configurando un escenario de vulnerabilidad o riesgo de pobreza antes que la existencia de un
núcleo fijo de familias indigentes. Tampoco parece ser el caso que las familias que participan en
Chile Solidario hayan estado tan marginadas de la economía o de las redes sociales como lo
suponía el diagnóstico inicial, puesto que al momento de ingreso al programa un elevado
porcentaje de familias ya cumple con un gran número de las condiciones mínimas establecidas
como meta.
Figura 20.- Estadístico de Reducción de la Pobreza en Chile. Fuente: Agostini, Brown y Góngora (2008)
A pesar de la fuerte inyección de recursos que el sistema público de salud obtuvo en los años
90, la atención de salud siguió mostrando serias deficiencias en aspectos como la oportunidad
de la prestación médica, el trato otorgado a los usuarios y la eficiencia en el uso de los recursos.
En este período se difundió un estudio interno del sector que daba cuenta de que el número de
prestaciones había permanecido prácticamente constante en esos años, a pesar de la
recuperación en los niveles de gasto. Por otra parte, las encuestas de opinión pública señalaban
que la población se sentía mayoritariamente insatisfecha con la atención médica y desprotegida
ante los problemas de salud.
La reforma resultante tuvo por eje a la Ley AUGE (Acceso Universal con Garantías Explícitas). Esta
seleccionó un conjunto de problemas de salud, los más importantes y frecuentes, y definió
garantías de oportunidad (tiempos de espera), calidad (establecimientos acreditados y médicos
certificados) y protección financiera (desembolso máximo por familia en estos problemas de
salud). La garantía de oportunidad con tiempos de espera definidos y garantizados es
emblemática y se hace efectiva a través de la compra del servicio en el sector privado si no hay
resolución oportuna en el sistema público. De este modo, se debieran terminar las colas
indefinidas y la sensación de desprotección de la población en el acceso a la salud.
El AUGE rige también para los asegurados en las ISAPRES, para los cuales la garantía financiera
limita el porcentaje del ingreso familiar que se gasta en eventos de salud.
En el año 2002 entró en vigor la ley que creó un seguro de desempleo en Chile, el primero de
amplia cobertura y que otorga beneficios significativos a los trabajadores del país. Esta ley llenó
un gran vacío puesto que el país no contaba con un mecanismo apropiado de protección de los
ingresos de los trabajadores en el evento de desempleo, a pesar de que estos seguros han
existido en el mundo desde hace casi un siglo. El diseño del seguro en Chile aprovechó esa vasta
experiencia internacional y se hizo cargo de los problemas que podían surgir, tales como
entregar beneficios a personas menos necesitadas, inducir a colusión entre empleadores y
trabajadores a expensas de fondos comunes y recursos fiscales, y desalentar la búsqueda de
empleo por parte de los trabajadores cesantes.
No obstante, los mecanismos adoptados para evitar abusos y filtraciones de beneficios a grupos
no prioritarios limitaron excesivamente los beneficios del seguro, motivando la necesidad de un
cambio a la ley en el año 2009 con el fin de aumentar los beneficios y extenderlos a grupos no
contemplados en la legislación original.
En primer lugar, la combinación de un ahorro obligatorio con un Fondo Solidario permite evitar
las filtraciones y abusos que caracterizan a la mayoría de seguros de desempleo existentes,
brindando una protección mínima a un costo bajo, sin crear distorsiones significativas. Segundo,
ofrece una protección, aunque menor, a grupos de trabajadores tradicionalmente ignorados,
como los que dejan su trabajo en forma voluntaria. Sin embargo, el seguro deja sin protección
a un porcentaje elevado de la fuerza de trabajo debido a que la estructura del mercado laboral
chileno incluye a un amplio grupo de trabajadores independientes e informales. Asimismo,
postulan que la ley privilegió la eficiencia por sobre la protección.
Debido a que los montos de los beneficios del Fondo de Cesantía Solidario son modestos, y que
las tasas de reemplazo son bajas y decrecientes en el tiempo, se minimizan los incentivos a
cometer posibles abusos pero a costa de restringir el acceso a grupos que sufren una cesantía
inesperadamente prolongada. No obstante, los autores advierten que el seguro de desempleo
debe ser evaluado en conjunto con la indemnización en caso de despido.
Entre ambos brindan una protección relativamente aceptable para el trabajador despedido con
más de un año de antigüedad y de bajos ingresos, con beneficios que rondan el 60-70% del
salario, como sucede en países desarrollados. Entre los desafíos pendientes destacan: el caso de
los trabajadores a contrata en el sector público, que no gozan de estabilidad en el empleo ni de
indemnización en caso de despido; el hecho de que los beneficios del seguro sean bajos para
trabajadores de corta duración en el empleo; que el seguro carece de flexibilidad para responder
a crisis de empleo que se circunscriben a determinados municipios y/o regiones; y que la actual
combinación del seguro y de la indemnización no es la más adecuada porque cumplida cierta
antigüedad en el puesto de trabajo (cuatro a seis años) la indemnización se vuelve menos
necesaria y contamina las relaciones laborales. También se requiere fortalecer las políticas de
capacitación e intermediación laboral.
d) La Reforma Tributaria:
Desde el año 2014, se generó una reestructuración en los gravámenes nacionales, cuyos
principales puntos son:
Este sistema mantiene las tasas contenidas en la Ley N°20.780, del 29 de septiembre del 2014.
Es decir, la tasa de impuesto de primera categoría para la empresa es de 25%, con crédito del
100% del impuesto para los contribuyentes del impuesto global complementario y adicional.
Empresas Individuales
Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada
Sociedades de personas y comunidades, conformadas exclusivamente por personas
naturales con domicilio o residencia en Chile y/o contribuyentes sin domicilio ni
residencia en Chile
Sociedades por Acción (SPA) conformadas exclusivamente por personas naturales con
domicilio o residencia en Chile, y/o contribuyentes sin domicilio ni residencia en Chile.
La cesión de acciones de SPAs acogidas a este sistema, a entidades que no puedan
acogerse a él, deberán ser aprobadas en junta de accionistas por unanimidad
Contribuyentes del artículo 58 N° 1 de Ley de la Renta (establecimientos permanentes
situados en Chile)
Sin perjuicio de la opción de tributar bajo el régimen de Renta Atribuida o Semi Integrado, los
empresarios individuales, EIRL, comunidades y sociedades de personas tributan, a menos que
manifiesten su voluntad en contra, bajo el sistema de Renta Atribuida.
Por el contrario, las SPA y los contribuyentes del artículo 58 N° 1 tributan, salvo que expresen su
voluntad manifiesta en contra, bajo el sistema Semi Integrado.
Se mantienen las tasas establecidas por la Ley de Reforma Tributaria y el crédito parcial en contra
de los impuestos global complementario o adicional (65% del monto del impuesto de primera
categoría).
Para los residentes de países con los cuales Chile tiene vigente un convenio para evitar la doble
tributación, el crédito podrá ser el 100% del impuesto de primera categoría. Adicionalmente la
Ley permite conceder el total del crédito a residentes de países con los cuales Chile haya suscrito
un Convenio de Doble Tributación al 1 de enero de 2017, incluso si a esa fecha el convenio
todavía no está vigente. Esta posibilidad estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2019.
Las empresas con el sistema de Renta Atribuida podrán tener inversiones en empresas del
sistema Semi Integrado. Sin embargo, las empresas del sistema Semi Integrado no podrán tener
inversiones en empresas con el sistema de Renta Atribuida. En efecto, si producto de la venta
de derechos o acciones (en el caso de una sociedad por acciones) la empresa cuyos derechos o
acciones fueron vendidos, tendrá que comenzar a tributar con el sistema de renta Semi
Integrado, a contar del mismo año en que se produjo la venta.
A su vez, se establece una sanción para el socio o accionista que se incorpora. Quien deberá
pagar, en el año en que se incorpora, un impuesto con tasa 45% sobre los retiros o dividendos
que se le distribuyan o sobre la renta que se atribuya.
Las imputaciones de retiros o dividendos se harán en primer término a los remanentes de los
ejercicios anteriores, y luego al término de cada ejercicio.
* Las rentas afectas serán determinadas a partir del capital propio tributario y no del patrimonio
financiero, con lo que se evita que se afecten componentes del patrimonio que no son utilidades,
antes del retiro de otras partidas, tales como ingresos no renta o ingresos exentos de global
complementario.
** Este crédito se calculará como un porcentaje del saldo de créditos existentes en relación al
total de rentas del FUT al término de cada ejercicio.
A partir del 1 de enero de 2015 se eliminó del artículo 59 de la Ley de la Renta la exigencia de
informar operaciones como comisiones, fletes, y telecomunicaciones internacionales, para gozar
de la exención de impuesto adicional, lo que se traducía en la presentación de la Declaración
Jurada 1854.
Beneficio a la inversión
Además, las utilidades afectas al impuesto sustitutivo se podrán retirar o distribuir sin afectarse
con impuestos finales, en cualquier oportunidad en que el contribuyente lo decida, sin tener que
seguir un orden de imputación.
Las cantidades que sean remesadas al exterior, y que hayan pagado el impuesto sustitutivo, no
quedarán sujetas a ningún tipo de retención al momento de la remesa.
Por último, en el caso de haber efectuado reinversiones de utilidades durante el año 2015, se
elimina la obligación de tributar con impuestos finales, por el 50% de las reinversiones
efectuadas. Tampoco tributarán las reinversiones efectuadas en el año 2016, aunque se haya
pagado impuesto sustitutivo.
No afectación con IVA a los contratos de leasing de inmueble no amoblados celebrados antes
del 1 de enero de 2016
Estarán totalmente liberadas de IVA tanto las cuotas de arriendo como las transferencias de
inmuebles no amoblados, pagadas con motivo de contratos de leasing celebrados con
anterioridad al 1 de enero de 2016.
Asimismo, se precisa que los leasing sobre inmuebles estarán gravados cuando sean realizados
por un vendedor, estableciéndose una presunción de habitualidad.
Se amplía el derecho al crédito especial del artículo 21 del Decreto Ley N° 910, a viviendas
financiadas con subsidio del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en aquellos casos que el
subsidio se otorgue a viviendas de hasta 2.200 UF.
Las empresas constructoras que vendan viviendas con subsidio, y por tanto estén exentas de
IVA, podrán utilizar el beneficio que establece el mencionado Decreto Ley N° 910.
A contar del 1 de enero de 2016 las promesas de venta de inmuebles ya no serán hechos
gravados con IVA. De esta forma, los pagos que se realicen al suscribir las promesas no estarán
afectos con IVA, por lo que todo el impuesto que eventualmente corresponda aplicar en una
venta de inmueble, se devengará al momento de suscribirse el contrato de compraventa.
La exención de IVA para la venta de inmuebles con permisos de edificación anterior al 1 de enero
de 2016 se extiende a proyectos que, teniendo dicho permiso a esa fecha, se encuentren
terminados en el año 2016 y cuyas solicitudes de recepción de obra definitiva se haya ingresado
a la Dirección de Obras Municipales, sin que sea relevante la fecha en que se vendan los
inmuebles.
La Ley declara exentas de IVA todas las ventas forzadas, como las que se realizan previo decreto
judicial que las autorice, en procedimientos de cobro de la Tesorería General de la República, o
de bancos y otras entidades financieras. En los casos que el acreedor se haya adjudicado un bien
en tales procedimientos y tenga la obligación legal de enajenarlo dentro de un plazo, en esta
segunda venta tampoco se considerará vendedor habitual.
Al igual que las ventas de viviendas con subsidio, los contratos de leasing de inmuebles
financiados con subsidios estarán exentos de IVA.
Reducción de intereses y costo del terreno de la base imponible del IVA en el leasing
Se podrá rebajar, de la base imponible del impuesto que grava las cuotas de leasing de
inmuebles, el componente correspondiente a intereses.
Efecto en el impuesto a la renta del beneficio del artículo 8° transitorio de la Ley N°20.780
La Ley de Reforma Tributaria permitió a los contribuyentes que a partir del año 2016 deban
recargar el IVA en sus operaciones, puedan reconocer los créditos fiscales de dicho impuesto
que hubiesen soportado en la adquisición o construcción de los inmuebles que vendan a partir
de esa fecha. Dichos créditos solo podrán ser los soportados dentro de los tres años anteriores
a la venta.
La Ley precisa el efecto de esta norma en el Impuesto a la Renta, señalando que dichos créditos
deberán rebajarse del costo del activo, en la medida que hayan formado parte del mismo, lo
que deja sin efecto la interpretación efectuada por el SII, que trataba el crédito fiscal utilizado
como un ingreso afecto al Impuesto a la Renta y a la obligación de realizar pagos provisionales.
Se precisa que no podrán aplicarse estas disposiciones respecto de los efectos provenientes de
hechos, actos o negocios, o conjunto o serie de ellos, realizados o concluidos con anterioridad
al 30 de septiembre de 2015, salvo que a partir de esa fecha se hayan modificado las
características o elementos que determinan sus consecuencias jurídicas para la legislación
tributaria. En ese caso, la norma podrá aplicarse respecto de los efectos que surjan por dichas
modificaciones, y en la medida en que constituyan abuso o simulación.
Además, se precisa que expirado el plazo del SII para contestar dicha consulta, ésta se entenderá
como no presentada para todos los efectos legales.
Otros Ajustes
Extensión de las reglas sobre exceso de endeudamiento a los préstamos que se benefician de
una tasa reducida de Impuesto Adicional, por un tratado de doble tributación.
Para el cálculo de endeudamiento total anual se excluyen los pasivos a corto plazo (90 días o
menos, incluidas las extensiones o renovaciones) con partes no relacionadas.
Simplificación de las normas relativas a los créditos por impuestos pagados en el exterior
La modificación resuelve un problema creado por la Ley de Reforma Tributaria, pues no permitía
a los contribuyentes utilizar la parte del crédito por impuesto pagado en el extranjero que
excedía la tasa del impuesto de primera categoría, aclarando la Ley esta parte será imputable en
contra de los impuestos finales.
e) La Reforma Educacional
La primera etapa del proyecto se enfoca en dos áreas, que son consideradas prioridad para
comenzar esta gran tarea.
El aprendizaje en los niños en la etapa preescolar es clave, a tal punto que la falta de estimulación
y desarrollo cognitivo puede generar consecuencias casi irreparables para sus años posteriores.
Son "lagunas" profundas que no se llenan con facilidad y que siempre le van a pesar a en su
recorrido escolar, por eso en este ámbito hay un relativo consenso.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.8.3 EJEMPLIFICACIÓN
Por un lado, la agenda pública o sistémica “está integrada por todas las cuestiones que los
miembros de una comunidad política perciben comúnmente como merecedoras de la atención
pública y como asuntos que caen dentro de la jurisdicción legítima de la autoridad
gubernamental existente” (Bardach,2000)
La definición del problema presenta un doble desafío. Por un lado, construir y estructurar una
definición aceptable, para lo cual se debe ser capaz de convocar a múltiples actores y tener un
carácter exógeno. Por otro lado, debería conducir a una definición operativa que tenga como
consecuencia una intervención pública viable.
Si un problema se encuentra mal definido, mal planteado y mal estructurado, las soluciones que
se adopten o los caminos por los cuales se opte van a impulsar medidas correctivas que
resultarán peor que la enfermedad. Por ello, los problemas públicos deben ser definidos,
planteados y estructurados de manera que sean social y gubernamentalmente abordables, de
acuerdo con los recursos intelectuales, legales, fiscales, políticos y administrativos disponibles.
2. Evitar que el analista se crea dueño de los problemas con los que trata.
3. Desempacar ->, una buena definición del problema del “paquete” de cuestiones
retóricamente definidas, y evaluar críticamente los componentes factuales o causales que
conllevan ciertas definiciones del problema.
La definición del problema debe ser tan sobria e imparcial como sea posible”, es decir, depurar
o limpiar lo más que se puedan las explicaciones o prescripciones que estén de sobra en la
definición del problema.
El análisis debe encontrar un problema sobre el que se pueda y se deba hacer algo (es decir,
sobre un problema racional), de tal manera que pueda ser resuelto, de acuerdo con los recursos
y capacidades disponibles en un momento determinado.
Definir un problema público es encontrar o crear el balance operativo entre los hechos
indeseados que se van a remover, los objetivos y los medios que posibilitan hacerlo, es decir, los
recursos disponibles para su operación.
Propone avanzar hacia el concepto de creación de problemas, donde lo que se hace es redefinir
el problema, lo cual implica que la racionalidad es creada artificialmente y deberíamos ser
conscientes de que la solución racional es sólo parcial.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bardach, Eugene (2000), “A Practical Guide for Policy Analysis”. New York: Seven Bridges.
Las políticas públicas, no están exentos del debate público en sociedad. En este sentido, es
menester indicar que las personas (actores) son relevantes para determinar el devenir de un
proyecto gubernamental.
Actores Formales:
Estos son tanto los cargos de elección popular como aquellas altas posiciones de autoridad
formal en la estructura del poder ejecutivo.
Aunque el Presidente puede determinar la agenda, no puede dominar las alternativas que son
seriamente consideradas ni menos determinar los resultados finales de los temas de la agenda.
Todos los temas de agenda afectan e incluyen a una diversidad de actores, hay aspectos técnicos
que deben ser abordados, todo lo cual implica que un número de personas más allá del
Presidente y su círculo inmediato intervienen en el proceso.
Adicionalmente, cuando se trata de una política pública que debe materializarse a través de una
ley es necesaria una votación parlamentaria, la que está sujeta al debate político en el Congreso
y al análisis de cómo esa ley afecta los intereses que cada uno de los parlamentarios representa.
(i) Los recursos institucionales a su disposición , señalados en la Constitución y las leyes, que
incluyen, entre muchos, la iniciativa de ley, las atribuciones de gasto, la capacidad de veto y la
potestad de contratar a personas para desempeñar los cargos claves en el gobierno y
despedirlos si dejan de contar con su confianza.
(ii) Comparado con el Congreso, el poder ejecutivo es más unitario en sus decisiones y depende
esencialmente de la voluntad del Presidente. El Presidente es quien encabeza el poder ejecutivo,
lidera la coalición de gobierno y tiene la facultad de – o se espera que ejerza su liderazgo para
– resolver los conflictos que surgen en el gabinete, coalición o en el equipo de gobierno.
(iii) El Presidente atrae la atención pública más que ningún otro actor en el proceso de la política
pública. Los medios de comunicación cubren prioritariamente la actividad del Presidente antes
que la de cualquier otro actor político. Así, a través de la captura de la atención pública el
Presidente difunde la posición de su administración en los temas que aborda la Agenda Pública,
fija y refuerza las prioridades y los modos como los temas de la agenda serán – o están siendo
– abordados por su administración. Ello también es un llamado a los miembros de su equipo a
trabajar en consonancia con la posición explicitada por el Presidente, porque no es esperable
que, cuando el Presidente fija la línea de trabajo de su administración, algún miembro de su
equipo de trabajo actúe apartado de ella.
• Cargos de confianza política. Aunque el Presidente puede establecer los temas, los énfasis y
las prioridades que se abordarán en su administración y tomará las decisiones finales, para que
los enunciados que él ha señalado se transformen en acción, es necesario que él delegue en un
conjunto de colaboradores los aspectos prácticos y operativos del proceso.
(i) Autoridad legal. Dado que nuevas políticas o cambios de políticas requieren nueva legislación,
ellos deben aprobarla.
(ii) Atraen atención pública a través de sus intervenciones públicas, las entrevistas que dan, su
participación en debates, todo lo cual es cubierto por los medios y, así, comunicado al resto del
país. Adicionalmente, los parlamentarios son líderes detrás de los cuales hay personas e intereses
concretos. De esta manera crean, generan e influyen en la opinión pública.
(iv) Es usual que los parlamentarios cumplan varios periodos lo que les da longevidad política,
conocimiento privilegiado de los mecanismos de influencia política, mayor visibilidad,
reputación, todo lo cual implica altos grados de influencia.
Actores Informales
Estos son actores que se ubican fuera de la estructura del Estado y que el desempeño de sus
roles en el proceso de política pública no está reglado, al modo como lo está el de los actores
formales. Los actores que estas notas abordan son los grupos de presión o interés, los partidos
políticos, la academia y los medios de comunicación.
a) Grupos de interés.
Esta expresión alude a los grupos organizados que tienen conciencia que serán afectados o
beneficiados por la aplicación de una política pública y que, a raíz de ello, realizan esfuerzos
conscientes por alterar los resultados de la política en su favor. Los típicos grupos de interés son
las asociaciones empresariales o patronales, de trabajadores, de profesionales (como las
Asociaciones de Médicos, Sindicatos de Profesores o Maestros, por ejemplo), asociaciones
gremiales, agrupaciones que surgen en torno a una causa (Green Peace, Médicos sin Frontera,
por ejemplo) y similares.
Los intereses de un grupo pueden ser contradictorios con los de otro grupo y ellos pueden
ubicarse en el mismo sector de actividad. Por ejemplo, normalmente los intereses de los grupos
prestadores privados de la salud, de las Asociaciones Médicas, de los Trabajadores de la Salud
y de las agrupaciones de pacientes – en los países en que existen – son claramente disímiles e,
incluso, en la mayor parte de las veces son contradictorios, aunque todos argumentan a favor
de una mejor atención de salud.
La actividad de los grupos de interés es variada. Algunos de ellos afectan la agenda, otros afectan
las alternativas consideradas, otros promueven nuevas iniciativas y otros se movilizan para
bloquear cambios de política o el surgimiento de iniciativas que estiman que les afectará
negativamente. Los grupos de interés movilizan apoyo, escriben cartas, envían delegaciones,
hacen asambleas, hacen lobby, llaman la atención de medios de comunicación, se alían con
Según Kingdon (1995), los grupos de interés más bien afectan las alternativas que son
consideradas en un determinado tema sobre el que se establecerá una política pública, pero
raramente hacen surgir una iniciativa de política pública. Incluso si ellos levantan un tema, no
necesariamente controlan el debate sobre ese tema ni menos los resultados.
¿Cuáles son los recursos de estos grupos para influir en la política pública?
(i) Dada la dispersión y concentración geográfica de algunos grupos, pueden llegar a afectar los
resultados electorales – especialmente en aquellos distritos donde tienen mayores fortalezas –
a través de la movilización de sus miembros y simpatizantes.
(ii) Cohesión. Dado que los grupos surgen y se mantienen en torno a la defensa de intereses
concretos, las acciones que emprenden son percibidas comparativamente y con alta
consistencia. Por ello, su mensaje es claramente percibido y la presión que ejercen es por
intereses concretos y sentidos por sus miembros.
(iii) Dinero. Los grupos también alcanzan influencia en los resultados de política a través del
financiamiento de campañas de candidatos que pueden influir – en beneficio de sus intereses –
en los resultados de la política pública. También pueden influir en el financiamiento de campañas
comunicacionales, de sostenimiento de activistas, mantenimiento de medios de comunicación y
toda la gama de influencias que produce el dinero.
(iv) Red de relaciones. La red de relaciones de los grupos de interés es diversa y amplia, lo que
se transforma en un vehículo que ellos utilizan para alcanzar persuasión. Cada uno de los
integrantes se inserta en diversos círculos lo que les permite difundir sus ideas y proclamas en
diversos círculos sociales.
b) Partidos Políticos.
Los partidos políticos son actores protagónicos del proceso político que se da alrededor de toda
política pública y desde ahí influyen en su formulación. Los partidos políticos son máquinas de
poder: organizan y articulan las demandas ciudadanas hacia el sistema político, representan y
expresan intereses coincidentes con sus definiciones doctrinarias e ideológicas, reclutan líderes
y personas que potencialmente pueden llegar a desempeñar cargos y funciones en el aparato
de gobierno, seleccionan postulantes y definen las listas de candidatos que presentarán a las
elecciones que determinarán a quienes ocupan los cargos formales de poder.
Visto desde la perspectiva contraria: las personas que ocupan los cargos formales de poder, que
tomarán las decisiones sobre política pública, llegan a esas posiciones a través o con apoyo de
los partidos políticos.
Alcanzan influencia por la vía del conocimiento que han desarrollado sobre los aspectos
sustantivos de los temas y problemas que aborda la política pública. Normalmente las
propuestas de política pública citan literatura especializada, investigaciones recientes, evidencia
que ha sido recopilada y conocimiento sistematizado, todo lo cual es el producto del trabajo de
académicos, investigadores y expertos.
Adicionalmente, es normal que destacados académicos sean citados a las audiencias del
Congreso donde se debate un proyecto de ley o que los documentos gubernamentales que
diseñan y proponen políticas públicas citen estudios sobre el tema. También, es frecuente que
en períodos de debate sobre propuestas de política pública, los medios de comunicación
entrevisten o citen los aportes de académicos, investigadores y expertos. A partir de la
experiencia de los países desarrollados, en variados países subdesarrollados se ha ido avanzado
en la construcción de una sólida tradición de formulación de propuestas de política pública
basadas en conocimiento y evidencia.
Los medios afectan la agenda, aunque, según Kingdon (1995), es menos importante que la
acción de los grupos de interés. La razón sería que, por un lado, los medios reportan los temas
por un corto periodo y luego cubren otro tema, con lo que diluyen su impacto. Por otro, los
medios reportan lo que pasa en el gobierno sobre los temas sustantivos de la agenda, con lo
que se diluye su impacto. Aunque el efecto de los medios de comunicación es menor que el
anticipado, ellos afectan la agenda de las siguientes maneras:
(i) Actúan como comunicadores en la comunidad interesada en los temas de política pública.
(iii) Los medios pueden tener un efecto sobre la política pública cuando afectan a actores
protagónicos que participan en el proceso de elaboración de política pública.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Kingdon, John W. (1995), “Agendas, Alternatives, and Public Policy”, 2nd edition New York: Harper
Collins.
Mapear los actores sociales. Existen muchas maneras de hacer mapas con el listado de actores
sociales que han identificado. Les presentamos tres alternativas que sirven para cumplir
propósitos distintos. Pueden optar por desarrollar una o varias, según sus intereses o inventar
una distinta que se acomode mejor a lo que buscan.
1. Mapa de intereses: El propósito de esta técnica es organizar a los actores según los intereses
que tengan en común. Esto les permitirá organizar estrategias dirigidas a construir alianzas que
puedan orientarse hacia el apoyo de su propuesta. Para organizar este mapa deberán seguir los
siguientes pasos: Escriban los nombres de todos los actores en tarjetas y ubíquenlos en una
mesa. Según los intereses de cada actor, deben empezar a armar grupos de actores según los
intereses que tengan en común. Si un actor tiene intereses en común con más de un grupo,
hagan una nueva tarjeta y ubíquenla en el grupo correspondiente. Cuando ya hayan organizados
los grupos, asígnenle un color y un título a cada grupo y escriban nuevamente los nombres de
Figura 23.- Ejemplo de mapa de interés. Fuente: Diego Durán, 2018, elaborado para el módulo
Introducción a la gestión pública, AIEP
2. Mapa de interés e influencia: Esta técnica permite organizar a los actores según su interés y
su capacidad de incidir en la adopción de la propuesta de política pública que ustedes están
presentando. De esta manera, ustedes podrán identificar cuáles son los actores a los que
deberán darles prioridad en el diseño de su plan de acción. Para hacer un mapa de interés e
influencia deben dibujar un plano de cuatro cuadrantes. Allí deberán ubicar los nombres de los
actores sociales que identificaron, según el análisis que hicieron de los niveles de interés y de
influencia de cada uno de ellos. Es importante que realicen colectivamente este ejercicio, pues
de las percepciones del grupo dependerá saber exactamente qué posición ocupará cada uno.
3. Influencia y posición: Esta técnica permite organizar a los actores seleccionados según su nivel
de apoyo u oposición a la propuesta que el grupo está presentando. Es un ejercicio muy similar
al anterior, con la diferencia que, en lugar de tener un eje de interés, tendrán uno que va desde
oposición a postura favorable, y de movilización activa a una de carácter más pacífico.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Silva, Santiago (2016). “Identificando a los protagonistas: el mapeo de actores como herramienta
para el diseño y análisis de políticas públicas”. Gobernar: The Journal of Latin American Public
Policy and Governance.
1.9.4 EJEMPLIFICACIÓN
A continuación, se presentan una serie de recursos complementarios con tal de reforzar los
contenidos vistos precedentemente, entre los cuales se destacan: