El Testamento de Abraham
Versión 1
1. Abraham vivió la medida de su vida, novecientos noventa y cin-
co años, y habiendo vivido todos los años de su vida en la quietud,
la mansedumbre y la justicia, el justo fue muy hospitalario; Porque,
arrastrando su tienda en las encrucijadas del roble de Mamre, recibía
a todos, ricos y pobres, reyes y gobernantes, mutilados e indefensos,
amigos y extraños, vecinos y viajeros, todos igualmente devotos, To-
do-santo, justo, y hospitalario Abraham entretener. Incluso sobre él,
sin embargo, vino la masa común, inexorable, amarga de la muerte,
y el final incierto de la vida. Por tanto, el Señor Dios, convocando a
su arcángel Miguel, le dijo: Baja al capitán capitán Miguel, a Abraham
y habla con él acerca de su muerte, para que ordene sus asuntos,
porque lo he bendecido como las estrellas de El cielo y la arena junto
a la orilla del mar, y está en abundancia de larga vida y muchas pose-
siones, y se hace más rico. Más allá de todos los hombres, además,
es justo en toda bondad, hospitalario y amoroso hasta el fin de su
vida; Pero vayan, arcángel Miguel, a Abraham, mi amado amigo, y
anuncienle su muerte y asegúrenle así: “En este tiempo os apartaréis
de este mundo vano, y abandonaréis el cuerpo, e iréis a vuestro pro-
pio Señor entre los buenos .
2 Y salió el capitán de delante de la faz de Dios, y descendió á Abra-
ham hasta el roble de Mamre, y halló al justo Abraham en el campo
cerca de él, sentado junto a yugos de bueyes para arar, junto con
los hijos de Masek y otros siervos, al número de doce. Y he aquí el
jefe de los capitanes se le acercó, y Abraham, viendo desde lejos al
capitán capitán Miguel, como un guerrero muy hermoso, se levantó
y se encontró con él como era su costumbre, encontrando y entret-
eniendo a todos los extranjeros. Y el capitán lo saludó y dijo: Salve,
muy honrado padre, alma justa elegida de Dios, verdadero hijo del
celestial. Abraham le dijo al jefe capitán: Salve, el más honrado guer-
rero, brillante como el sol y más bello sobre todos los hijos de los
hombres; de nada; Por tanto, suplica tu presencia, dime de dónde ha
venido la juventud de tu edad; Enséñame, tu suplicante, de dónde y
de qué ejército y de qué viaje ha venido tu belleza. El jefe capitán dijo:
Yo, oh Abraham justo, vengo de la gran ciudad. He sido enviado por
el gran rey para tomar el lugar de un buen amigo suyo, porque el rey
lo ha convocado. Y Abraham dijo: Ven, Señor mío, ve conmigo hasta
mi campo. El jefe capitán dijo: Yo vengo; Y entrando en el campo del
arado, se sentaron junto a la compañía. Y Abraham dijo a sus sier-
vos, los hijos de Masek: Ve al rebaño de caballos, y trae dos caballos,
tranquilos, mansos y mansos, para que yo y este forastero podamos
sentarnos en él. Pero el jefe capitán dijo: No, mi Señor Abraham,
no traigan caballos, porque me abstengo de estar sentado en alguna
bestia de cuatro patas. ¿No es mi rey rico en muchas mercaderías,
teniendo poder sobre los hombres y sobre toda clase de ganado?
Pero me abstengo de sentarme nunca sobre una bestia de cuatro pa-
tas. Vamos, pues, oh alma justa, caminando ligeramente hasta llegar a
tu casa. Y Abraham dijo: Amén, sea así.
3. Y como iban del campo hacia su casa, al lado de ese camino había
un ciprés, y por el mandamiento del Señor el árbol gritó con voz
humana, diciendo: Santo, santo, santo es el Señor Dios Que se llama
a los que le aman; Pero Abraham ocultó el misterio, pensando que
el capitán no había oído la voz del árbol. Y acercándose a la casa,
se sentaron en el atrio, e Isaac viendo el rostro del ángel, dijo a Sara
su madre: Mi madre, he aquí que el hombre sentado con mi padre
Abraham no es hijo de la raza de los que Habitar en la tierra. Y Isaac
corrió, lo saludó y cayó a los pies del Incorpóreo, y el Incorpóreo lo
bendijo y dijo: El Señor Dios te concederá su promesa que hizo a tu
padre Abraham ya su simiente, y también te concederá La preciosa
oración de tu padre y de tu madre. Abraham le dijo a Isaac su hijo,
hijo Isaac, que sacara agua del pozo y me la trajera en el vaso, para
que lavemos los pies de este extraño, porque está cansado, habiendo
venido de un largo viaje. E Isaac corrió al pozo y tomó agua en el
vaso, y se lo trajo, y Abraham subió y lavó los pies del capitán jefe
Miguel, y el corazón de Abraham se movió, y lloró sobre el extraño.
Y Isaac, viendo llorar a su padre, lloró también, y el capitán, al verlos
llorar, también lloró con ellos, y las lágrimas del jefe capitán cayeron
sobre el recipiente en el agua de la cuenca y se convirtieron en piedras
preciosas. Y Abraham, viendo la maravilla, y asombrado, tomó en
secreto las piedras, y ocultó el misterio, guardándolo en su corazón.
4. Y Abraham le dijo a Isaac su hijo: Ve, mi hijo amado, a la cámara
interior de la casa y embela. Se extendió para nosotros dos sofás,
uno para mí y otro para este hombre que es invitado con nosotros
este día. Prepara para nosotros un asiento y un candelero y una mesa
con abundancia de todo lo bueno. Embellece la cámara, hijo mío, y
extiende debajo de nosotros el lino, la púrpura y el lino fino. Quemad
allí todos los inciensos preciosos y excelentes, y trae plantas dulces
del jardín y llenan nuestra casa con ellos. Enciende siete lámparas
llenas de aceite, para que nos regocijemos, porque este hombre que
es nuestro invitado este día es más glorioso que reyes o gobernantes,
y su aspecto supera a todos los hijos de los hombres. Y Isaac preparó
todas las cosas bien, y Abraham tomando al arcángel Miguel entró
en la cámara, y ambos se sentaron sobre los sofás, y entre ellos puso
una mesa con abundancia de todo lo bueno. Entonces el capitán se
levantó y salió, como que por la fuerza de su vientre para hacer agua,
y ascendió al cielo en un abrir y cerrar de ojos, y se puso delante del
Señor, y le dijo: Señor y Maestro, El poder sabe que soy incapaz de
recordar a ese hombre justo de su muerte, porque no he visto en la
tierra a un hombre como él, lamentable, hospitalario, justo, veraz,
devoto, absteniéndose de toda mala acción. Y ahora sé, Señor, que
no puedo recordarle su muerte. Y el Señor dijo: Baja, capitán jefe,
Miguel, a mi amigo Abraham, y haz lo que él te diga, y come con él
todo lo que come. Y enviaré mi Espíritu Santo sobre su hijo Isaac, y
pondré el recuerdo de su muerte en el corazón de Isaac, para que aun
en sueños vea la muerte de su padre, e Isaac relatará el sueño, y tú
Lo interpretará, y él mismo conocerá su fin. Y el capitán dijo: Señor,
todos los espíritus celestiales son incorpóreos, y no comen ni beben,
y este hombre ha puesto delante de mí una mesa con abundancia de
todas las cosas buenas terrenales y corruptibles. Ahora, Señor, ¿qué
debo hacer? ¿Cómo escaparé de él, sentado a una mesa con él? El
Señor dijo: “Vete a él, y no pienses en esto, porque cuando te sientes
con él, enviaré sobre ti espíritu devorador, y consumirá de tus manos
y por tu boca todo lo que está en el mesa. Alégrense con él en todo,
sólo ustedes interpretarán bien las cosas de la visión, para que Abra-
ham conozca la hoz de la muerte y el fin incierto de la vida, y pueda
deshacerse de todos sus bienes, porque lo he bendecido por encima
de la arena Del mar y como las estrellas del cielo.
5. Entonces el capitán descendió a la casa de Abraham, y se sentó con
él a la mesa, y Isaac les sirvió. Y cuando la cena terminó, Abraham
oró según su costumbre, y el capitán jefe oró junto con él, y cada uno
se acostó para dormir en su sofá. Y Isaac dijo a su padre: Padre, yo
también quiero dormir contigo en este aposento, para que yo tam-
bién oiga tu discurso, porque me encanta escuchar la excelencia de
la conversación de este hombre virtuoso. Abraham dijo: «No, hijo
mío, pero vete a tu habitación y duerma en tu sillón, para que no
seamos molestos con este hombre. Entonces Isaac, habiendo rec-
ibido la oración de ellos, y habiéndolos bendecido, fue a su propia
cámara y se recostó en su lecho. Pero el Señor puso el pensamiento
de la muerte en el corazón de Isaac como en un sueño, y alrededor
de la tercera hora de la noche Isaac despertó y se levantó de su sofá,
y vino corriendo a la habitación donde su padre dormía junto con
el arcángel . Isaac, por lo tanto, al llegar a la puerta gritó, diciendo:
Abraham mi padre, levántate y ábreme rápidamente, para que entre
y cuelgue en tu cuello, y te abrace antes de que te lleven lejos de mí.
Entonces Abraham se levantó y se le abrió, y Isaac entró y colgó so-
bre su cuello, y comenzó a llorar a gran voz. Abraham, pues, movido
de corazón, también lloró a gran voz, y el capitán jefe, al verlos llorar,
también lloró. Sara, estando en su habitación, oyó su llanto, y vino
corriendo hacia ellos, y los encontró abrazados y llorando. Y Sara dijo
con lloro, Señor Abraham, ¿qué es esto que lloras? Dígame, mi Señor,
¿tiene este hermano que ha sido entretenido por nosotros este día le
trajo noticias de Lot, el hijo de su hermano, que está muerto? ¿Es por
esto que te aflijas así? El capitán respondió y le dijo: No, hermana
Sara, no es como tú dices, pero tu hijo Isaac, pensaba, contempló un
sueño, y vino a nosotros llorando, y nosotros, viéndolo, nos movimos
en nuestros corazones y Lloró 6. Entonces Sara, oyendo la excelencia
de la conversación del capitán jefe, inmediatamente supo que era un
ángel del Señor que hablaba. Sara, pues, significó a Abraham que
saliera hacia la puerta y le dijera: Señor Abraham, ¿sabes quién es
este hombre? Abraham dijo: No lo sé. Sara dijo: Señor mío, los tres
hombres del cielo que fueron entretenidos por nosotros en nuestra
tienda junto al roble de Mamre, cuando mataste al niño sin mancha,
y pusiste una mesa delante de ellos. Después de haberse comido la
carne, el niño se levantó de nuevo, y succionó a su madre con gran
alegría. ¿No sabéis, Señor Abraham, que por la promesa nos dieron
Isaac como el fruto del vientre? De estos tres santos, éste es uno.
Abraham dijo, oh Sara, en esto hablas la verdad. Gloria y alabanza de
nuestro Dios y Padre. Porque tarde en la noche, cuando lavé sus pies
en la vasija, dije en mi corazón: Estos son los pies de uno de los tres
hombres que lavé entonces; Y sus lágrimas que cayeron en la cuenca
se convirtieron en piedras preciosas. Y sacándolos de su regazo, se
los dio a Sara, diciendo: Si no me creéis, mirad ahora estos. Y recibi-
endo a Sara, se inclinaron y saludaron, y dijeron: Gloria a Dios que
nos muestra cosas maravillosas. Y ahora sé, Señor Abraham, que hay
entre nosotros la revelación de algo, ya sea malo o bueno.
7. Y Abraham dejó a Sara, y entró en el aposento, y dijo a Isaac:
Ven aquí, mi amado hijo, dime la verdad, qué viste y qué te sucedió,
que viniste tan apresuradamente a nosotros. Y respondiendo Isaac
comenzó a decir: Yo vi, mi Señor, en esta noche el sol y la luna sobre
mi cabeza, rodeándome con sus rayos y dándome luz. Mientras con-
templaba esto y me regocijaba, vi que el cielo se abría y un hombre
que llevaba luz descendía de él, brillando más de siete soles. Y este
hombre como el sol vino y me quitó el sol de mi cabeza, y subió a
los cielos de donde él vino, pero me entristeció mucho que me quitó
el sol. Después de un poco de dolor y de angustia, vi a este hombre
que salía del cielo una segunda vez, y me quitó la luna también de mi
cabeza, y lloré mucho y llamé a aquel hombre de luz , Y dijo: No, mi
Señor, quitar mi gloria de mí; Me compadece y me oye, y si me quitas
el sol, entonces deja la luna para mí. Dijo: Dejad que sean llevados
al rey de arriba, porque allí los desea. Y los quitó de mí, pero dejó
los rayos sobre mí. El capitán dijo: Escucha, justo Abraham; El sol
que tu hijo vio es tu padre, y la luna también es Sara su madre. El
hombre que lleva la luz que descendió del cielo, éste es el enviado de
Dios que debe quitar de ti tu alma justa. Y ahora sé, oh muy honrado
Abraham, que en este tiempo dejarás esta vida terrena, y te llevarás a
Dios. ¡Abraham dijo al jefe capitán, ¡Oh, la más extraña de las mar-
avillas! ¿Y ahora eres tú el que quitará mi alma de mí? El capitán le
dijo: Yo soy el capitán capitán Miguel, que está delante del Señor, y
fui enviado a ti para recordarle tu muerte, y luego me iré a él como
me mandaron. Abraham dijo: Ahora sé que sois un ángel del Señor, y
fuiste enviado para tomar mi alma, pero yo no iré con vosotros; Pero
haz lo que te manden.
8. El jefe-capitán que oyó estas palabras desapareció inmediatamente,
y al ascender al cielo se paró delante de Dios, y contó todo lo que
había visto en la casa de Abraham; Y el jefe capitán dijo esto también
a su Señor: Así dice tu amigo Abraham: No iré contigo, sino haré lo
que se te ordene; Y ahora, oh Señor Todopoderoso, ¿tu reino y tu
reino inmortal ordenan algo? Dios dijo al capitán jefe Miguel: Ve a
mi amigo Abraham una vez más, y hablale así: Así dice el SEÑOR
tu Dios, el que te introdujo en la tierra de la promesa, que te bendijo
por encima de la arena del mar Y por encima de las estrellas del cielo,
que abrió el vientre de la esterilidad de Sara, y te concedió Isaac como
el fruto del vientre en la vejez, en verdad te digo que la bendición te
bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente, Y os daré todo lo
que pidáis de mí, porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios, y fuera de
mí no hay otro. Dime por qué te has rebelado contra mí, y por qué
hay dolor en ti, y por qué te rebelaste contra mi arcángel Miguel? ¿No
sabéis que todos los que han venido de Adán y Eva han muerto, y
que ninguno de los profetas ha escapado de la muerte? Ninguno de
los que gobiernan como reyes es inmortal; Ninguno de tus antepasa-
dos ha escapado del misterio de la muerte. Todos ellos han muerto,
todos han partido al Hades, todos están reunidos por la hoz de la
muerte. Pero sobre ti no he enviado la muerte, no he sufrido ninguna
enfermedad mortal que venga sobre ti, no he permitido que la hoz
de la muerte te encuentre, no he permitido que las redes del Hades te
envuelvan, nunca te he deseado Para encontrarse con cualquier mal.
Pero para el buen consuelo que he enviado a mi capitán jefe Michael
a usted, para que usted pueda saber su partida del mundo, y poner su
casa en orden, y todo lo que le pertenece, y bendecir a Isaac, su hijo
querido. Y ahora sé que he hecho esto no deseando afligirte. ¿Por
qué, pues, has dicho a mi capitán jefe que no iré contigo? ¿Por qué
has hablado así? ¿No sabes que si doy permiso a la muerte y él viene
sobre ti, entonces veré si vendrías o no?
9. Y el capitán jefe que recibió las exhortaciones de Jehová descendió
a Abraham, y viéndole al justo, cayó sobre su rostro como un muerto,
y el capitán le contó todo lo que había oído del Altísimo Alto. En-
tonces el santo y justo Abraham levantándose con muchas lágrimas
cayó a los pies del Incorpóreo, y lo rogó, diciendo: Te ruego, capitán
de las huestes de arriba, que has sido totalmente digno de venir a mí
mismo pecador y Todo tu siervo indigno, te ruego ahora, oh capitán,
que vuelva a llevar mi palabra al Altísimo, y tú le dirás: Así dice Abra-
ham tu siervo, Señor, Señor, en toda obra y palabra Que yo te he
pedido, me has oído, y has cumplido todo mi consejo. Ahora, Señor,
no resisto su poder, porque yo también sé que no soy inmortal sino
mortal. Por lo tanto, a tu orden todas las cosas se rinden, temen y
tiemblan ante la faz de vuestro poder, también temo, pero os pido
una petición, y ahora, Señor y Maestro, escuchad mi oración; Deseo
ver toda la tierra habitada, y todas las creaciones que establecisteis
por una palabra, y cuando las veo, entonces si me apartare de la vida
estaré sin dolor. Entonces el capitán volvió y se puso delante de Dios,
y le contó todo, diciendo: Así dice tu amigo Abraham: Yo quería
ver toda la tierra en mi vida antes de morir. Y el Altísimo oyó esto,
mandó de nuevo al capitán jefe Miguel, y le dijo: Toma una nube de
luz, y los ángeles que tienen poder sobre los carros, y desciende, toma
al justo Abraham sobre un carro de los querubines , Y exaltarlo en
el aire del cielo para que contemple toda la tierra. 10. Y el arcángel
Miguel descendió y tomó a Abraham en un carro de los querubines, y
lo exaltó en el aire del cielo, y lo llevó sobre la nube junto con sesenta
ángeles, y Abraham ascendió sobre el carro sobre toda la tierra. Y
Abraham vio el mundo tal como era en aquel día, unos arando, otros
conduciendo vientos, en un lugar los hombres ganando rebaños, y
en otro observándolos por la noche, y bailando y jugando y arpando,
en otro lugar los hombres luchando y luchando en la ley , En otros
lugares llorando y teniendo a los muertos en recuerdo. Vio también
a los recién casados recibidos con honor, y en una palabra vio todas
las cosas que se hacen en el mundo, buenas y malas. Abraham, por
lo tanto, pasando por encima de ellos vio a los hombres que llevaban
espadas, blandiendo en sus manos espadas afiladas, y Abraham le
preguntó al capitán jefe: ¿Quiénes son éstos? El capitán dijo: Estos
son ladrones, que pretenden cometer asesinato, y robar, quemar y
destruir. Abraham dijo: “Señor, Señor, escucha mi voz y ordena que
las fieras salgan del bosque y las devoren”. Y mientras hablaba, salían
bestias salvajes del bosque y las devoraban. Y vio en otro lugar a un
hombre con una mujer que se fornicaba el uno con el otro, y dijo:
Señor, Señor, ordena que la tierra los abra y trague, y enseguida la tier-
ra se hendió y los tragó. Y vió en otro lugar hombres cavando en una
casa, y llevando las posesiones de otros hombres, y dijo: Señor, Señor,
manda que el fuego descienda del cielo y los consuma. Y mientras
hablaba, fuego descendía del cielo y los consumía. Y luego vino una
voz del cielo al capitán jefe, diciendo así: Oh capitán jefe Miguel, or-
dena que el carro se detenga, y aleje a Abraham para que no vea toda
la tierra, porque si ve todo lo que vive en Maldad, destruirá toda la
creación. Porque he aquí, Abraham no ha pecado, ni tiene compasión
de los pecadores, sino que he hecho el mundo, y no deseo destruir a
ninguno de ellos, sino esperar a la muerte del pecador, hasta que se
convierta y viva. Pero llevad a Abraham a la primera puerta del cielo,
para que vea allí los juicios y las recompensas, y se arrepienta de las
almas de los pecadores que ha destruido.
11. Entonces Miguel volvió el carro y trajo a Abraham al este, a la pri-
mera puerta del cielo; Y Abraham vio dos caminos, el uno estrecho y
contraído, el otro amplio y espacioso, y allí vio dos puertas, una ancha
en el camino ancho, y la otra estrecha en el camino estrecho. Y fuera
de las dos puertas, vio a un hombre sentado sobre un trono dorado, y
la apariencia de aquel hombre era terrible, como del Señor. Y vieron
muchas almas conducidas por ángeles y conducidas a través de la
puerta ancha, y otras almas, pocas en número, que fueron tomadas
por los ángeles a través de la puerta estrecha. Y cuando el maravilloso
que estaba sentado sobre el trono de oro vio a pocos entrando por
la puerta estrecha, y muchos entrando por el ancho, inmediatamente
aquel maravilloso rasgó los cabellos de su cabeza y los costados de su
barba y se tiró al suelo Desde su trono, llorando y lamentando. Pero
cuando vio entrar muchas almas por la puerta estrecha, se levantó de
la tierra y se sentó en su trono con gran alegría, regocijándose y ex-
ultando. Y Abraham le preguntó al jefe capitán, mi señor capitán, que
es este hombre maravilloso, adornado con tal gloria, ya veces llora y
lamenta, ya veces se regocija y exulta? El incorpóreo dijo: Este es el
Adán creado por primera vez que está en tal gloria, y mira al mundo
porque todos nacen de él, y cuando ve muchas almas atravesando la
puerta estrecha, entonces se levanta y se sienta sobre su Trono rego-
cijándose y gozando de alegría, porque esta puerta estrecha es la de
los justos, que lleva a la vida, y los que entran por ella van al Paraíso.
Para esto, entonces, el primer Adán creado se regocija, porque ve las
almas que son salvas. Pero cuando ve muchas almas entrando por
la puerta ancha, entonces saca los cabellos de su cabeza, y se lanza
sobre el suelo llorando y lamentando amargamente, porque la puerta
ancha es la de los pecadores, que conduce a la destrucción y castigo
eterno. Y para esto el Adán primeramente formado cae de su trono
llorando y lamentando por la destrucción de los pecadores, porque
son muchos los que están perdidos, y son pocos los que son salvos,
porque en siete mil apenas se encuentra un alma salvada, siendo Jus-
tos e incontaminados.
12. Mientras él aún me decía estas cosas, he aquí dos ángeles, de
aspecto ardiente, y sin piedad en la mente, y severos en la mirada, y
ellos empujaron a miles de almas, azotándolos sin piedad con correas
ardientes. El ángel tomó una sola alma, y condujeron a todas las al-
mas a la puerta ancha a la destrucción. Así que también fuimos con
los ángeles, y entramos dentro de aquella puerta ancha, y entre las dos
puertas había un trono terrible de aspecto, de terrible cristal, reluc-
iente como fuego, y sobre él estaba sentado un hombre maravilloso
brillante como el sol, el hijo de Dios. Delante de él había una mesa de
cristal, todo de oro y de lino fino, y sobre la mesa había un libro, de
seis codos de espesor, de diez codos de ancho, y de derecha a izqui-
erda, Ángeles que sostienen el papel y la tinta y la pluma. Antes de
la mesa estaba sentado un ángel de luz, sosteniendo en su mano un
equilibrio, ya su izquierda estaba sentado un ángel ardiente, despiada-
do y severo, sosteniendo en su mano una trompeta, teniendo en su
interior el fuego que consumía para probar el Pecadores El hombre
maravilloso que se sentó en el trono mismo juzgó y sentenció a las
almas, y los dos ángeles a la derecha ya la izquierda anotaron, el de la
derecha la justicia y el de la izquierda la maldad. El que estaba delante
de la mesa, que sostenía el equilibrio, pesaba las almas, y el ángel ardi-
ente, que sostenía el fuego, probó las almas. Y Abraham le preguntó
al jefe capitán Miguel: ¿Qué es esto que vemos? Y el capitán dijo:
Estas cosas que ves, santo Abraham, son el juicio y la recompensa. Y
he aquí el ángel que tiene el alma en su mano, y la trajo ante el juez, y
el juez dijo a uno de los ángeles que lo sirvieron: ábrame este libro y
descubre los pecados de esta alma. Y abriendo el libro encontró sus
pecados y su justicia igualmente equilibrada, y no la dio a los ator-
mentadores, ni a los que fueron salvos, sino que lo puso en medio.
13. Y Abraham dijo: Señor Jefe capitán, ¿quién es este juez tan mara-
villoso? ¿Y quiénes son los ángeles que escriben? ¿Y quién es el ángel
como el sol, sosteniendo el equilibrio? ¿Y quién es el ángel ardiente
que sostiene el fuego? El capitán dijo: “¿Ves, oh santísimo Abraham,
el hombre terrible que está sentado en el trono?” Éste es el hijo del
primer Adán creado, llamado Abel, a quien mató el malvado Caín, y
se sienta así para juzgar Toda criatura, y examina a los justos ya los
pecadores, porque Dios ha dicho: No os juzgaré, mas todo hombre
nacido del hombre será juzgado, por lo cual le ha dado juicio para
juzgar al mundo hasta su venida grande y gloriosa, Y luego, oh justo
Abraham, es el juicio perfecto y la recompensa, eterna e inmutable,
que nadie puede alterar, porque cada hombre ha venido de los prim-
eros-creado, y por lo tanto son primero juzgado aquí por su hijo, y
en el segundo Vendrán serán juzgados por las doce tribus de Israel,
cada aliento y toda criatura, pero la tercera vez serán juzgados por
el Señor Dios de todos, y entonces, ciertamente, el fin de ese juicio
está cerca, y la sentencia terrible , Y no hay ninguno para entregar.
Y ahora por tres tribunales el juicio de El mundo y la recompensa se
hace, y por esta razón un asunto no es finalmente confirmado por
uno o dos testigos, pero por tres testigos se establecerá todo. Los dos
ángeles a la derecha ya la izquierda, éstos son los que escriben los
pecados y la justicia, el de la mano derecha escribe la justicia y el de la
izquierda los pecados. El ángel como el sol, sosteniendo el equilibrio
en su mano, es el arcángel Dokiel, el justo pesador, y pesa las justicia
y los pecados con la justicia de Dios. El ardiente y despiadado ángel,
que tiene el fuego en la mano, es el arcángel Puruel, que tiene poder
sobre el fuego, e intenta las obras de los hombres a través del fuego, y
si el fuego consume la obra de cualquier hombre, Él, y lo lleva al lugar
de los pecadores, un lugar más amargo de castigo. Pero si el fuego
aprueba la obra de cualquiera, y no se apodera de ella, ese hombre es
justificado, y el ángel de la justicia lo toma y lo lleva para ser salvo en
la suerte de los justos. Y así, el más justo Abraham, todas las cosas en
todos los hombres son probados por el fuego y el equilibrio. “
14. Y Abraham dijo al Jefe-capitán, Señor mío, el capitán principal, el
alma que el ángel tenía en su mano, ¿por qué se juzgó que se pusiera
en medio? El capitán dijo: Escucha, justo Abraham. Porque el juez
encontró sus pecados. Y sus justas iguales, él ni lo confió al juicio ni
para ser salvo, hasta que el juez de todos venga. Abraham le dijo al
capitán jefe: ¿Y qué falta todavía para que el alma sea salva? El jefe-
capitán dijo: Si obtiene una justicia por encima de sus pecados, en-
tra en salvación. Abraham dijo al capitán jefe: Ven aquí, capitán jefe
Miguel, hagamos oración por esta alma, y veamos si Dios nos oirá. El
capitán dijo: Amén, sea así; Y oraban y rogaban por el alma, y Dios
los oyó, y cuando se levantaron de su oración no vieron al alma de pie
allí. Y Abraham dijo al ángel: ¿Dónde está el alma que tenías en me-
dio? Y el ángel respondió: Ha sido salvado por tu oración justa, y he
aquí un ángel de luz la ha tomado y la ha llevado al Paraíso. Abraham
dijo: Yo glorifico el nombre de Dios, el Altísimo, y su inmensa mis-
ericordia. Y Abraham dijo al capitán jefe: Te suplico, arcángel, que
escuches mi oración, y aun invocemos al Señor, y suplicamos su com-
pasión, y suplicamos su misericordia por las almas de los pecadores a
quienes yo anteriormente Ira, maldita y destruida, a quien la tierra de-
voró, y las fieras desgarradas, y el fuego consumido por mis palabras.
Ahora sé que he pecado delante del Señor nuestro Dios. Ven, pues,
oh Miguel, capitán de las huestes de arriba, venid, invocemos a Dios
con lágrimas para que me perdone mi pecado y me lo conceda. Y
oyéndole el capitán jefe, e hicieron súplicas delante de Jehová, y cuan-
do le llamaron por un largo espacio, vino una voz del cielo diciendo:
Abraham, Abraham, he escuchado tu voz y tu oración, Y perdonaré
tu pecado, y los que piensas que destruí, los he llamado y los he dado
vida por mi misericordia, porque por un tiempo los he retribuido
en juicio, y los que destruyo viviendo en la tierra, No requite en la
muerte. 15. Y la voz del Señor dijo también al jefe de los capitanes
Miguel: Mi siervo Miguel, volve a Abraham a su casa, porque su fin
se ha acercado y se ha cumplido la medida de su vida, Todas las co-
sas en orden, y luego tomarlo y traerlo a mí. Entonces el jefe de los
capitanes, volviendo el carro y la nube, trajo a Abraham a su casa, y
entrando en su aposento, se sentó en su lecho. Y Sara, su mujer, vino
y abrazó los pies del Incorpóreo, y habló humildemente, diciendo: Te
doy gracias, Señor mío, que has traído a mi Señor Abraham, porque
he aquí pensamos que había sido tomado de nosotros. Y su hijo Isaac
también vino y cayó sobre su cuello, y de la misma manera todos
sus hombres-esclavos y mujeres-esclavos rodearon a Abraham y lo
abrazaron, glorificando a Dios. Y el Incorpóreo les dijo: Escuchad,
justo Abraham. He aquí a tu mujer Sara, he aquí también a tu amado
hijo Isaac, y también a todos tus siervos y siervas alrededor de ti.
Haced de todo lo que tenéis, porque ha llegado el día en que os apar-
taréis del cuerpo e iréis al Señor una vez por todas. Abraham dijo: ¿El
Señor lo ha dicho, o tú dices esto de ti mismo? El capitán respondió:
Escucha, justo Abraham. El Señor ha mandado, y yo te lo digo. Abra-
ham dijo: No iré contigo. El capitán, oyendo estas palabras, salió
inmediatamente de la presencia de Abraham, y subió a los cielos, y
se puso delante de Dios Altísimo, y dijo: ¡Señor Todopoderoso !, he
aquí he escuchado a tu amigo Abraham en todo lo que él Te ha dicho,
y ha cumplido con sus peticiones. Le he mostrado su poder, y toda
la tierra y el mar que está debajo del cielo. Le he mostrado juicio y
recompensa por medio de la nube y los carros, y otra vez dice: No iré
contigo. Y el Altísimo dijo al ángel: ¿Me dice así mi amigo Abraham
otra vez: No iré contigo? El arcángel dijo: Señor Todopoderoso, dice
así, y me abstengo de imponerle las manos, porque desde el principio
es tu amigo, y ha hecho todas las cosas agradables a tus ojos. No hay
hombre como él en la tierra, ni siquiera Job, el hombre maravilloso,
y por lo tanto me abstengo de imponerle las manos. Ordena, por lo
tanto, Rey Inmortal, lo que se hará.
16. Entonces el Altísimo dijo: Llámame aquí la Muerte que se llama
el semblante desvergonzado y la mirada despiadada. Y Miguel el In-
corpóreo fue y dijo a la Muerte: Ven aquí; El Señor de la creación, el
rey inmortal, te llama. Y la Muerte, oyendo esto, se estremeció y tem-
bló, poseída de gran terror, y con gran temor se puso ante el padre
invisible, temblando, gimiendo y temblando, esperando el mandato
del Señor. Por lo tanto, el Dios invisible dijo a la Muerte: Ven acá,
amargo y feroz nombre del mundo, esconda su ferocidad, cubra su
corrupción y arroje su amargura de usted, y ponga su belleza y toda
su gloria, y baje a Abraham mi amigo, y tomarlo y traerlo a mí. Pero
ahora también os digo que no lo aterroricéis, sino que lo traigáis con
palabras justas, porque él es mi propio amigo. Habiendo oído esto, la
Muerte salió de la presencia del Altísimo, y se puso un manto de gran
resplandor, y apareció como el sol, y se hizo hermoso y hermoso por
encima de los hijos de los hombres, asumiendo la forma de un arcán-
gel, Y sus mejillas ardían de fuego, y se fue a Abraham. Y el justo
Abraham salió de su aposento, y se sentó bajo los árboles de Mamre,
sosteniendo su barbilla en su mano, y esperando la venida del arcán-
gel Miguel. Y he aquí un olor de olor dulce vino a él, y un destello
de luz, y Abraham se volvió y vio a la Muerte venir hacia él en gran
gloria y belleza. Y Abraham se levantó y fue a recibirle, pensando
que era el capitán jefe de Dios, y la Muerte que lo miraba lo saludó,
diciendo: Regocija, precioso Abraham, alma justa, verdadero amigo
del Dios Altísimo y compañero de los santos Ángeles Abraham le
dijo a la Muerte: “Salve de apariencia y forma como el sol, glorioso
ayudante, portador de la luz, hombre maravilloso, ¿de dónde viene
tu gloria a nosotros, y quién eres tú, y de dónde vienes? Entonces
la Muerte dijo: “Muy justo Abraham, he aquí yo te digo la verdad.
Yo soy la amarga suerte de la muerte. Abraham le dijo: “No, pero
tú eres la hermosura del mundo, tú eres la gloria y la belleza de los
ángeles y los hombres, eres más justo en forma que todos los demás,
y dices: Yo soy el amargo de la muerte, No más bien, soy más justo
que todo lo bueno. La Muerte dijo, te digo la verdad. Lo que el Señor
me ha nombrado, eso también te lo digo. Abraham dijo: ¿Por qué has
venido aquí? La muerte dijo: Por tu santa alma he venido. Entonces
Abraham dijo: Yo sé lo que quieres decir, pero yo no iré contigo; Y la
Muerte calló y no le respondió palabra.
17 Entonces Abraham se levantó, y entró en su casa, y la muerte tam-
bién le acompañó allí. Y Abraham subió a su aposento, y la muerte
subió con él. Y Abraham se acostó en su lecho, y la Muerte vino y se
sentó a sus pies. Entonces Abraham dijo: Apártate, apartaos de mí,
porque yo quiero descansar sobre mi sillón. La muerte dijo: No me
apartaré hasta que yo tome tu espíritu de ti. Abraham le dijo: Por el
Dios inmortal te ordeno que me digas la verdad. ¿Estás muerto? La
muerte le dijo: Yo soy la muerte. Yo soy el destructor del mundo.
Abraham dijo: Te suplico, puesto que tú eres Muerte, dime si vienes
así a todos con tanta justicia, gloria y belleza. La muerte dijo: “No, mi
Señor Abraham, por tus justas, y el mar ilimitado de tu hospitalidad,
y la grandeza de tu amor hacia Dios se ha convertido en una corona
sobre mi cabeza, y en belleza y gran paz y mansedumbre me acerco a
los justos, Pero a los pecadores vengo en gran corrupción y ferocidad
y la mayor amargura y con mirada feroz e impiedosa. Abraham dijo:
Te ruego, escucha, y muéstrame tu ferocidad y toda tu corrupción y
amargura. Y la Muerte dijo: No puedes contemplar mi ferocidad, el
más justo Abraham. Abraham dijo: Sí, seré capaz de contemplar todo
vuestro fervor por medio del nombre del Dios vivo, porque el poder
de mi Dios que está en los cielos está conmigo. Entonces la Muerte
despojó toda su belleza y belleza, toda su gloria y la forma como el
sol con el cual estaba vestido, y puso sobre sí una túnica de tirano, y
apareció sombrío y más feroz que toda clase de bestias salvajes, y más
Inmundo que toda inmundicia. Y mostró a Abraham siete cabezas
de serpientes y catorce caras de fuego ardiente y de gran ferocidad, y
un rostro de oscuridad, y un rostro sombrío de víbora, y una cara de
un precipicio terrible, y Una cara más feroz que un asp, y una cara de
un león terrible, y una cara de un cerastes y un basilisco. Le mostró
también un rostro de cimitarra ardiente, un rostro que daba espada
y un rostro de relámpagos, que iluminaba terriblemente, y un ruido
de espantoso trueno. Le mostró también otro rostro de un mar feroz
y tempestuoso, un río feroz, una terrible serpiente de tres cabezas
y una copa mezclada con venenos, y en pocas palabras le mostró
un gran ferocidad y una amargura inenarrable, y toda enfermedad
mortal Como del olor de la Muerte. Y de la gran amargura y feroz
murieron sirvientes y sirvientas en número de aproximadamente si-
ete mil, y el justo Abraham entró en la indiferencia de la muerte para
que su espíritu le falló.
18. Y el todo santo Abraham, viendo estas cosas así, dijo a la Muerte,
os ruego, que destruís la Muerte, ocultáis vuestra ferocidad, y reve-
stiréis vuestra hermosura y la forma que teníais antes. Y luego la
Muerte ocultó su ferocidad, y se puso su belleza que tenía antes. Y
Abraham dijo a la Muerte: ¿Por qué has hecho esto, que has matado
a todos mis siervos y siervas? ¿Te ha enviado Dios aquí para este día?
La muerte dijo: “No, mi Señor Abraham, no es como usted dice, pero
por su cuenta fui enviado aquí. Abraham le dijo a la Muerte: ¿Cómo,
pues, han muerto? ¿No lo ha dicho el Señor? La Muerte dijo: Creed,
el más justo Abraham, que también esto es maravilloso, que tampoco
fuisteis llevados con ellos. Sin embargo, os digo la verdad, porque si
la mano derecha de Dios no hubiera estado con vosotros en ese tiem-
po, también habríais tenido que apartaros de esta vida. El justo Abra-
ham dijo: Ahora sé que he entrado en la indiferencia de la muerte,
para que mi espíritu fracasa, pero yo te ruego, destruyendo la muerte,
ya que mis siervos han muerto antes de su tiempo, vamos a orar al
Señor nuestro Dios, para que nos oiga y resucite a los que murieron
por su ferocidad antes de su tiempo. Y la Muerte dijo: Amén, sea así.
Por lo tanto, Abraham se levantó y cayó sobre la faz de la tierra en la
oración, y la muerte junto con él, y el Señor envió un espíritu de vida
sobre los que estaban muertos y fueron hechos vivos. Entonces el
justo Abraham dio gloria a Dios.
19 Y subiendo a su aposento se acostó, y vino la Muerte y se puso
delante de él. Y Abraham le dijo: Apártate de mí, porque yo quiero
descansar, porque mi espíritu está en la indiferencia. La muerte dijo:
No te apartaré de ti hasta que tome tu alma. Y Abraham, con rostro
austero y mirada furiosa, dijo a la Muerte: ¿Quién te ha mandado
decir esto? Dices estas palabras de ti mismo jactanciosamente, y no
iré contigo hasta que el capitán jefe Michael venga a mí, y yo iré con
él. Pero esto también os digo, si queréis que os acompañe, explicad-
me todos vuestros cambios, las siete fieras cabezas de serpientes y
cuál es la cara del precipicio, y cuál es la espada afilada, Río, y lo que
el tempestuoso mar que rabia tan ferozmente. Enséñame también
el temible trueno, el terrible relámpago y la copa maligna mezclada
con venenos. Enséñame acerca de todo esto. Y la muerte respondió:
Escucha, justo Abraham. Por siete edades destruyo el mundo y con-
dujo a todos a Hades, reyes y gobernantes, ricos y pobres, esclavos
y hombres libres, convoqué hasta el fondo del Hades, y para esto les
mostré las siete cabezas de serpientes. La cara de fuego os lo mostré
porque muchos mueren consumidos por el fuego, y he aquí la muerte
por el rostro de fuego. La cara del precipicio que te mostré, porque
muchos hombres mueren descendiendo de las copas de los árboles o
terribles precipicios y perdiendo su vida, y ven la muerte en la forma
de un precipicio terrible. La cara de la espada te mostré porque mu-
chos son muertos en las guerras por la espada, y ven la muerte como
una espada. El rostro del gran arroyo que te mostré, porque muchos
se ahogan y perecen arrebatados por el cruce de muchas aguas y
llevados por los grandes ríos, y ven la muerte antes de su tiempo.
El rostro del furioso mar de furia te lo mostré porque muchos en el
mar cayendo en grandes oleadas y naufragando son tragados y ven la
muerte como el mar. El trueno insoportable y el terrible relámpago
que te mostré porque muchos hombres en el momento de la ira se
encuentran con un trueno insoportable y un terrible rayo que viene a
apoderarse de los hombres, y ver así la muerte. Te mostré también las
bestias venenosas, las aspas y los basiliscos, los leopardos y los leones,
los cachorros de los leones, los osos y las víboras, y en resumen la
cara de toda bestia salvaje que te mostré, la más justa, porque muchos
hombres son destruidos por bestias salvajes , Y otros por serpientes
venenosas, serpientes y asps y cerastes y basiliscos y víboras, exhalan
su vida y mueren. Les mostré también las copas destruyentes mezcla-
das con veneno, porque muchos hombres que reciben veneno para
beber por otros hombres inmediatamente salen inesperadamente.
20. Dijo Abraham: Os ruego, ¿hay también una muerte inesperada?
Dime. La muerte dijo: De cierto, de cierto te digo en la verdad de
Dios que hay setenta y dos muertes. Una es la muerte justa, compran-
do su tiempo fijo, y muchos hombres en una hora entran en la muerte
que es entregada a la tumba. He aquí, yo os he dicho todo lo que
habéis pedido, ahora os digo, el más justo Abraham, que desechéis
todo consejo, y dejéis de pedir algo de una vez por todas, y venid
conmigo, como el Dios y juez de todos Me mandó Abraham dijo a la
Muerte: Apartate un poco de mí, para que yo descanse en mi lecho,
porque estoy muy desmayado de corazón, porque desde que te he
visto con mis ojos mi fuerza me ha fallado, todos los miembros de
mi carne parecen Para mí un peso como de plomo, y mi espíritu se
angustia enormemente. Salida para un poco; Porque he dicho que no
puedo soportar ver tu forma. Entonces Isaac su hijo vino y se postró
sobre su pecho llorando, y su mujer Sara vino y abrazó sus pies,
lamentándose amargamente. Llegaron también sus hombres esclavos
y esclavas y rodearon su lecho, lamentándose mucho. Y Abraham en-
tró en la indiferencia de la muerte, y la Muerte dijo a Abraham: “Ven,
toma mi mano derecha, y que la alegría, la vida y la fuerza vienen a ti.
Porque la muerte engañó a Abraham, y tomó su diestra, y enseguida
su alma se adhirió a la mano de la muerte. Y de inmediato el arcángel
Miguel vino con una multitud de ángeles y tomó su preciosa alma en
sus manos en una tela divinamente tejida, y ellos tendieron el cuerpo
del justo Abraham con ungüentos divinos y perfumes hasta el tercer
día después de su muerte, y Lo enterraron en la tierra de la promesa,
el roble de Mamre, pero los ángeles recibieron su preciosa alma y as-
cendieron al cielo, cantando el himno de “tres veces santo” al Señor
el Dios de todos, y lo pusieron allí para adorar al Dios y Padre. Y
después que hubo gran alabanza y gloria al SEÑOR, y Abraham se
inclinó para adorar, vino la voz inmaculada del Dios y Padre diciendo
así: Toma, pues, a mi amigo Abraham al Paraíso, donde están los
tabernáculos de mis justos, Y las moradas de mis santos Isaac y Jacob
en su seno, donde no hay problemas, ni dolor, ni suspiros, sino paz
y alegría y vida sin fin. (Y también nosotros, mis amados hermanos,
imitamos la hospitalidad del patriarca Abraham, y alcanzamos su
modo de vida virtuoso, para que seamos dignos de la vida eterna,
glorificando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, a quien Sea la gloria
y el poder para siempre Amén.).
Versión 2
1. Cuando los días de la muerte de Abraham se acercaron, el Señor le
dijo a Miguel: Levántate, vete a Abraham, mi siervo, y dile: Te apar-
tarás de la vida; Se cumplen los días de vuestra vida temporal, para
poner su casa en orden antes de morir.
2. Y fué Miguel, y vino a Abraham, y lo halló sentado delante de sus
bueyes para arar, y él era muy viejo en apariencia, y tenía a su hijo en
sus brazos. Abraham, por tanto, al ver al arcángel Miguel, se levantó
de la tierra y lo saludó, sin saber quién era, y le dijo: El Señor te prote-
ja. Que tu viaje sea próspero contigo. Y Miguel le respondió: Tú eres
bueno, buen padre. Abraham respondió y le dijo: “Ven, acércate a mí,
hermano, y siéntate un poco, para que yo pida que se traiga una bestia
para que vayamos a mi casa, y puedas descansar conmigo, porque es
Hacia la tarde, y por la mañana, levántate y vete a donde quieras, para
que ninguna bestia malvada te encuentre y te haga daño. Y Miguel le
preguntó a Abraham, diciendo: Dime tu nombre, antes de entrar en
tu casa, para que yo no te sea pesado. Abraham respondió y dijo: Mis
padres me llamaron Abrán, y el Señor me nombró a Abraham, dici-
endo: Levántate y vete de tu casa y de tu parentela, y ve a la tierra que
yo te mostraré. Y cuando me fui a la tierra que el Señor me mostró,
me dijo: No se llamará tu nombre Abram, sino que tu nombre será
Abraham. Y respondiendo Miguel, le dijo: Perdóname, padre exper-
imentado de Dios, porque soy extranjero, y he oído de ti que fuiste
cuarenta estadios, y trajiste una cabra y la mataste, entreteniendo
ángeles en tu casa, Ellos podrían descansar allí. Así hablando juntos,
se levantaron y se dirigieron hacia la casa. Y Abraham llamó a uno
de sus siervos, y le dijo: Ve, tráeme una bestia para que el forastero
se siente sobre ella, porque se cansa de su viaje. Y Michael dijo: No
os preocupéis por la juventud, sino que vayamos a la ligera hasta que
lleguemos a la casa, porque amo vuestra compañía.
3. Y al irse, y al acercarse a la ciudad, a unos tres estadios de ella, hal-
laron un gran árbol que tenía trescientas ramas, como un tamarisco.
Y oyeron una voz de sus ramas que cantaba: “Santo eres tú, porque
has guardado el propósito para el cual fuiste enviado.” Y oyó Abra-
ham la voz, y ocultó el misterio en su corazón, diciendo dentro de sí
mismo: ¿Cuál es el misterio que he oído? Al entrar en la casa, Abra-
ham dijo a sus siervos: Levántate, sal a los rebaños, y trae tres ovejas,
y mátalas rápidamente, y preparadlas para que comamos y bebamos,
porque este día es una fiesta para nosotros . Y los siervos trajeron
las ovejas, y Abraham llamó a su hijo Isaac, y le dijo: Hijo mío Isaac,
levántate y pon en el vaso agua para lavar los pies de este extraño. Y
lo trajo como se le había ordenado, y Abraham dijo: Percibo, y así
será, que en esta cuenca nunca más lavaré los pies de ningún hombre
que venga a nosotros como huésped. E Isaac, oyendo a su padre, dijo
esto, y le dijo: ¡Padre mío! ¿Qué es esto que dices? Esta es mi última
vez para lavar los pies de un extraño? Y viendo Abraham a su hijo
llorando, también lloró mucho, y Miguel, viéndolos llorar, lloró tam-
bién, y las lágrimas de Miguel cayeron sobre el vaso y se convirtieron
en piedra preciosa.
4. Cuando Sara, estando en su casa, oyó su llanto, salió y dijo a Abra-
ham: Señor, ¿por qué lloras así? Respondió Abraham, y le dijo: No es
mal. Vayan a su casa y hagan su propio trabajo, para que no seamos
molestos con el hombre. Y Sara se fue, preparando la cena. Y el sol se
acercó a la puesta, y Michael salió de la casa, y fue llevado a los cielos
para adorar delante de Dios, porque al atardecer todos los ángeles
adoran a Dios y Michael mismo es el primero de los ángeles. Y todos
le adoraron, y fueron cada uno a su lugar, pero Miguel habló delante
de Jehová y dijo: Señor, ordena que me interrogue delante de tu santa
gloria. Y el Señor le dijo a Miguel: Anuncia lo que quieras. Y el arcán-
gel respondió y dijo: Señor, tú me enviaste a Abraham para decirle:
Apartaos de vuestro cuerpo, y dejad este mundo; El Señor te llama;
Y no me atrevo, Señor, a revelarme a él, porque él es tu amigo, y un
hombre justo, y uno que recibe a extraños. Pero yo te ruego, Señor,
que mires el recuerdo de la muerte de Abraham a entrar en su propio
corazón, y no ordenes que se lo diga, porque es una gran brusque-
dad decir: Deja el mundo y sobre todo abandona el propio cuerpo,
Porque lo creaste desde el principio para tener piedad de las almas
de todos los hombres. Entonces el Señor le dijo a Miguel: Levántate,
vete a Abraham, y acomoda con él; y lo que sea que le veas comer,
comerás también y dormirás allí donde duerma. Pondré la idea de la
muerte de Abraham en el corazón de Isaac su hijo en un sueño.
5. Entonces Miguel entró en la casa de Abraham aquella tarde, y los
encontró preparando la cena, y comieron y bebieron y se alegraron.
Y Abraham le dijo a su hijo Isaac: Levántate, hijo mío, y extiende
el sillón del hombre para que duerma, y ponga la lámpara sobre el
estrado. Y Isaac hizo lo que su padre le había ordenado, e Isaac dijo
a su padre: Yo también voy a dormir contigo. Abraham le respondió:
“No, hijo mío, no sea que le molestemos a este hombre, sino que
vaya a su habitación y duerma. E Isaac, que no quería desobedecer
el mandamiento de su padre, se fue y durmió en su propia cámara.
6. Y aconteció alrededor de la hora séptima de la noche Isaac des-
pertó, y vino a la puerta de la cámara de su padre, gritando y diciendo,
Abierto, padre, que puedo tocarte antes de que te lleven lejos de mí.
Abraham se levantó y se le abrió, e Isaac entró y colgó sobre el cuello
de su padre llorando, y lo besó con lamentos. Y Abraham lloró junto
a su hijo, y Miguel los vio llorar y llorar también. Y oyendo a Sara
llorando desde su alcoba, dijo: Señor Abraham, ¿por qué llorar? ¿Te
ha dicho el extraño que Lot, hijo de tu hermano, está muerto? ¿O
nos ha sucedido algo más? Respondió Miguel, y dijo a Sara: No, Sara,
no he traído ninguna noticia de Lot, pero yo sabía de toda tu bondad
de corazón, para que sobresalgas en la tierra todos los hombres, y
el Señor te ha recordado. Entonces Sara dijo a Abraham: ¿Cómo te
atreves a llorar cuando el hombre de Dios ha venido a ti, y por qué
tus ojos derraman lágrimas por hoy hay gran regocijo? Abraham le
dijo: ¿Cómo sabes que este es un hombre de Dios? Respondió Sara,
y dijo: Porque digo y declaro que este es uno de los tres hombres
que fueron entretenidos por nosotros en el roble de Mamre, cuando
uno de los siervos fue y trajo un niño y tú lo mataste, y me dijiste:
Levántate , Preparaos para comer con estos hombres en nuestra casa.
Respondió Abraham y dijo: Tú has percibido bien, oh mujer, porque
yo también, cuando lavé sus pies supe en mi corazón que estos eran
los pies que había lavado en el roble de Mamre, y cuando comencé
a preguntar acerca de su viaje , Me dijo: Yo voy a preservar a Lot tu
hermano de los hombres de Sodoma, y entonces conocí el misterio.
7. Y Abraham dijo a Miguel: Dime, hombre de Dios, y muéstrame
por qué has venido aquí. Y dijo Miguel: Tu hijo Isaac te lo mostrará.
Y Abraham le dijo a su hijo: Mi amado hijo, dime lo que has visto en
tu sueño hoy, y te asustaste. Relaciónalo conmigo. Isaac respondió a
su padre, vi en mi sueño el sol y la luna, y había una corona sobre mi
cabeza, y vino del cielo un hombre de gran tamaño, y brillando como
la luz que se llama el padre de la luz. Él tomó el sol de mi cabeza,
y sin embargo dejó los rayos detrás conmigo. Y lloré y dije: Ruego,
Señor mío, no quites la gloria de mi cabeza, y la luz de mi casa, y toda
mi gloria. Y el sol, la luna y las estrellas se lamentaron, diciendo: No
quites la gloria de nuestro poder. Y aquel hombre resplandeciente
respondió y me dijo: No llores que yo tome la luz de tu casa, porque
es levantada de los desórdenes en reposo, de un estado bajo al alto;
Lo levantan de un lugar estrecho a un lugar ancho; Lo levantan de
las tinieblas a la luz. Y le dije: Te ruego, Señor, que también lleves los
rayos con él. Me dijo: “Hay doce horas del día, y entonces tomaré to-
dos los rayos. Como el hombre brillante dijo esto, vi el sol de mi casa
ascendiendo al cielo, pero esa corona no vi más, y ese sol era como tú
mi padre. Y dijo Miguel a Abraham: Tu hijo Isaac ha dicho la verdad,
porque irás y serás llevado a los cielos, pero tu cuerpo permanecerá
en la tierra, hasta que se cumplan siete mil años, porque entonces
toda carne se levantará. Ahora, pues, Abraham, pon tu casa en or-
den, y vuestros hijos, porque habéis oído bien lo que se decreta sobre
vosotros. Respondió Abraham y dijo a Miguel: Te ruego, Señor, que
si me apartare de mi cuerpo, he deseado ser tomado en mi cuerpo
para ver las criaturas que el Señor mi Dios ha creado en el cielo y en
la tierra. Respondió Miguel, y dijo: Esto no es para mí, sino que iré
a decirle al Señor de esto, y si se me manda, te mostraré todas estas
cosas.
8. Y subió Miguel al cielo, y habló delante de Jehová acerca de Abra-
ham, y el Señor respondió a Miguel: Ve y toma a Abraham en el
cuerpo, y muéstrale todas las cosas, y todo lo que él te diga le hará
a él como mi amigo. Así que Miguel salió y tomó a Abraham en el
cuerpo sobre una nube, y lo llevó al río del Océano.
12. Después que Abraham vio el lugar del juicio, la nube lo derribó
sobre el firmamento de abajo, y Abraham, mirando la tierra, vio a
un hombre cometer adulterio con una mujer casada. Y volviéndose
Abraham, dijo a Miguel: ¿Veis esta maldad? Pero, Señor, envía fuego
del cielo para consumirlos. Y luego descendió el fuego y los consum-
ió, porque el Señor había dicho a Miguel, haced lo que Abraham os
pida que hagáis por él. Abraham volvió a mirar y vio a otros hom-
bres que estaban atormentando a sus compañeros, y les dijo: Abran
la tierra y tragábanlos, y mientras hablaba, la tierra los tragó vivos.
Otra vez la nube lo llevó a otro lugar, y Abraham vio a algunos ir
a un lugar desierto para cometer asesinato, y le dijo a Miguel: ¿Ves
esta maldad? Pero salgan del desierto las bestias salvajes, y las des-
pedazen, y en la misma hora salieron del desierto fieras y las devora-
ron. Entonces el Señor Dios le habló a Miguel, diciendo: Vuelve a
Abraham a su casa, y no vaya a dar la vuelta a toda la creación que
he hecho, porque no tiene compasión de los pecadores, pero tengo
compasión de los pecadores para que se vuelvan y Vivir y arrepen-
tirse de sus pecados y ser salvos.
8. Y Abraham miró y vio dos puertas, una pequeña y la otra grande,
y entre las dos puertas estaba sentado un hombre sobre un trono de
gran gloria, y una multitud de ángeles alrededor de él, y lloraba, y
otra vez riendo , Pero su llanto superó su risa siete veces. Y Abraham
le dijo a Miguel: ¿Quién es éste que se sienta entre las dos puertas
en gran gloria? A veces se ríe, ya veces llora, y su lloro supera siete
veces su risa? Y dijo Miguel a Abraham: ¿No sabes quién es? Y él
dijo: No, Señor. Y dijo Miguel a Abraham: ¿Ves estas dos puertas, las
pequeñas y las grandes? Estos son los que conducen a la vida ya la
destrucción. Este hombre que se sienta entre ellos es Adán, el primer
hombre que el Señor creó, y lo puso en este lugar para ver cada alma
que se aleja del cuerpo, viendo que todos son de él. Cuando, por
lo tanto, lo ves llorando, sé que ha visto muchas almas llevadas a la
destrucción, pero cuando lo ves reír, ha visto muchas almas llevadas
a la vida. ¿Ves cómo su llanto excede su risa? Puesto que ve la mayor
parte del mundo siendo llevado a través de la puerta ancha a la de-
strucción, por lo tanto su llanto excede su risa siete veces.
9. Y Abraham dijo: ¿Y el que no puede entrar por la puerta estrecha,
no puede entrar en la vida? Entonces Abraham lloró, diciendo: Ay
de mí, ¿qué haré? Porque yo soy un hombre de cuerpo amplio, y
¿cómo podré entrar por la puerta estrecha, por la cual un mucha-
cho de quince años no puede entrar? Respondió Miguel, y dijo a
Abraham: No temas, padre, ni afligíos, porque entraréis por él sin
obstáculos, y todos los que son como tú. Y como Abraham se paró
y se maravilló, he aquí un ángel del Señor que conduce a la destruc-
ción a sesenta mil almas de pecadores. Y Abraham le dijo a Miguel:
¿Todos estos van a la destrucción? Y le dijo Miguel: Sí, pero vamos
a buscar entre estas almas, si hay entre ellos un solo justo. Y cuando
iban, hallaron un ángel sosteniendo en su mano un alma de una mujer
de entre sesenta mil, porque había hallado sus pecados que pesaban
igualmente con todas sus obras, y no estaban ni en movimiento ni en
reposo, sino en una Estado entre; Pero las otras almas lo llevaron a la
destrucción. Abraham dijo a Miguel, Señor, ¿es este el ángel que quita
las almas del cuerpo o no? Miguel respondió y dijo: Esto es muerte, y
los conduce al lugar del juicio, para que el juez los juzgue.
10. Y Abraham dijo: Señor mío, te ruego que me lleves al lugar del
juicio, para que yo también vea cómo son juzgados. Entonces Miguel
tomó a Abraham en una nube, y lo llevó al Paraíso, y cuando llegó
al lugar donde estaba el juez, el ángel vino y le dio esa alma al juez.
Y el alma dijo: Señor ten piedad de mí. Y el juez dijo: ¿Cómo tendré
misericordia de vosotros, cuando no tenéis misericordia de vuestra
hija que tenéis, el fruto de vuestro vientre? ¿Por qué la mataste? Re-
spondió: No, Señor, la matanza no ha sido hecha por mí, pero mi
hija ha mentido sobre mí. Pero el juez le ordenó venir, que anotó los
registros, y he aquí querubines con dos libros. Y había con ellos un
hombre de gran estatura, que tenía sobre la cabeza tres coronas, y una
corona más alta que las otras dos. Estos se llaman las coronas de los
testigos. Y el hombre tenía en su mano una pluma de oro, y el juez le
dijo: Exhiba el pecado de esta alma. Y aquel hombre, abriendo uno
de los libros de los querubines, buscó el pecado del alma de la mujer
y lo encontró. Y el juez dijo, ¡Oh miserable alma !, ¿por qué dices que
no has hecho asesinato? ¿Acaso no habéis cometido adulterio con el
marido de vuestra hija después de la muerte de vuestro esposo y la
habéis matado? Y él la condenó también de sus otros pecados, todo
lo que había hecho desde su juventud. Al oír estas cosas, la mujer
gritó, diciendo: Ay de mí, todos los pecados que hice en el mundo
que olvidé, pero aquí no fueron olvidados. Entonces la llevaron tam-
bién y la entregaron a los atormentadores.
11. Y Abraham le dijo a Miguel: Señor, ¿quién es este juez, y quién
es el otro, que condena los pecados? Y dijo Miguel a Abraham: ¿Ves
al juez? Este es Abel, que primero testificó, y Dios lo trajo aquí para
juzgar, y el que da testimonio aquí es el maestro del cielo y la tierra,
y el escriba de la justicia, Enoc, porque el Señor los envió aquí a
anotar los pecados y Justicia de cada uno. Abraham dijo: ¿Y cómo
puede Enoc soportar el peso de las almas, no haber visto la muerte?
¿O cómo puede dar sentencia a todas las almas? Dijo Miguel: Si él
da sentencia concerniente a las almas, no está permitido; Pero Enoc
mismo no da sentencia, pero es el Señor quien lo hace, y no tiene más
que hacer que sólo escribir. Porque Enoc oró al Señor diciendo: No
deseo, Señor, que pronuncie sentencia sobre las almas, para que no
sea penoso para nadie; Y el Señor dijo a Enoc, te ordenaré que es-
cribas los pecados del alma que hace expiación, y entrará en vida, y si
el alma no hace expiación y arrepentimiento, encontrarás sus pecados
escritos y será Castigo. Y alrededor de la hora novena, Michael trajo a
Abraham de regreso a su casa. Pero Sara, su mujer, no viendo lo que
había sido de Abraham, se consumió de dolor, y entregó el espíritu,
y después del regreso de Abraham, la encontró muerta y la sepultó.
13. Pero cuando se acercó el día de la muerte de Abraham, el Señor
Dios le dijo a Miguel: La muerte no se atreverá a acercarse a quitar
el alma de mi siervo, porque es mi amigo; Y enviarlo así a Abra-
ham, para que lo vea con sus ojos. Y Miguel, como le mandaron,
adornó a la Muerte con gran belleza, y lo envió así a Abraham para
que lo viera. Y se sentó cerca de Abraham, y Abraham viendo a la
Muerte sentada cerca de él temió con gran temor. Y la Muerte dijo a
Abraham: ¡Salve, alma santa! ¡Salve, amigo del Señor Dios! ¡Granizo,
consuelo y entretenimiento de los viajeros! Y Abraham dijo: Bien-
venido, siervo del Altísimo. Dios. Os ruego que me digáis quién sois;
Y entrando en mi casa comiendo de comer y de beber, y apartarse
de mí, porque desde que te he visto sentada cerca de mí mi alma se
ha turbado. Porque no soy digno de acercarme a ti, porque eres un
espíritu exaltado y yo soy carne y sangre, y por lo tanto no puedo
soportar tu gloria, porque veo que tu belleza no es de este mundo. Y
la muerte dijo a Abraham, te digo, en toda la creación que Dios ha
hecho, no se ha encontrado uno como tú, porque ni el Señor mis-
mo, al buscarlo, no ha encontrado a tal persona en toda la tierra. Y
Abraham le dijo a la Muerte: ¿Cómo te atreves a mentir? Porque veo
que tu belleza no es de este mundo. Y la Muerte dijo a Abraham: No
penséis, Abraham, que esta belleza es mía, o que yo vengo así a cada
hombre. Pero si alguno es justo como vosotros, así yo tomo coronas
y vengo a él, pero si es un pecador, vengo en gran corrupción, y de
su pecado hago una corona para mi cabeza, y los sacudo con Gran
temor, para que estén consternados. Entonces Abraham le dijo: ¿De
dónde viene tu hermosura? Y la Muerte dijo: No hay nadie más lleno
de corrupción que yo. Abraham le dijo: ¿Y tú, ciertamente, eres el
que se llama Muerte? Le respondió y dijo: Yo soy el nombre amargo.
Estoy llorando
14. Y Abraham dijo a la Muerte: Muéstranos tu corrupción. Y la
Muerte manifestó su corrupción; Y él tenía dos cabezas, la una tenía
la cara de una serpiente y por ella algunas mueren a la vez por asps,
y la otra cabeza era como una espada; Por ella algunos mueren por
la espada como por arcos. En aquel día los siervos de Abraham mu-
rieron por temor a la muerte, y Abraham los vio orar al Señor, y los
levantó. Pero Dios volvió y quitó el alma de Abraham como en un
sueño, y el arcángel Miguel lo tomó en los cielos. Isaac enterró a su
padre junto a su madre Sara, glorificando y alabando a Dios, porque
a él se le debe la gloria, el honor y la adoración del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo, ahora y siempre y por toda la eternidad. Amén.
EL TESTAMENTO DE ISAAC
El Testamento de Isaac es una obra ahora considerada como parte
del Apócrifo del Antiguo Testamento. Es A menudo tratado como
uno de un trío de obras muy similares, los otros dos de los cuales
son el Testamento de Abraham y Testamento de Jacob, aunque no
hay razón para suponer que originalmente eran Solo trabajo Las tres
obras están basadas en la Bendición de Jacob, encontrada en la Bib-
lia, en su estilo. Hay acuerdo en que el Testamento de Isaac, que no
se menciona en las listas antiguas de Antiguo Testamento apócrifo,
depende del Testamento de Abraham, pero la fecha exacta es Difícil
de discernir. P. Nagel piensa que fue escrito alrededor de 400 dC y
M. Delcor afirma su Precocidad, lo que sugiere por afinidades con
los Rollos del Mar Muerto que puede provenir Aproximadamente el
mismo medio y fecha que el Testamento de Abraham. Kuhn advi-
erte, sin embargo, Que realmente no hay evidencia convincente para
una datación precisa del Testamento de Isaac. Nagel Argumenta que
la versión Sahidic, la más temprana, es traducida del griego. Kuhn
responde que Nagel Argumento publicado es cuestionable. El Testa-
mento de Isaac tiene pesados temas cristianos, aunque los elementos
cristianos son usualmente Considerados como adiciones posteriores
a lo que originalmente era una obra puramente judía. Los elementos
cristianos en el texto no están gramaticalmente ligados a las frases
contiguas y Parecen interrumpir el flujo de pensamiento (es decir,
14v, primera oración, de 16r, última oración, a 17r, primero frase; 24v,
segunda oración; 25v, declaración final). Otros pasos (por ejemplo,
15r, tercero Frase) son similares a las tradiciones en el Nuevo Tes-
tamento, pero es difícil rastrear la dirección de Influencia, si la hay.
EL TESTAMENTO DE ISAAC
Traducido por K. H. KUHN. “Traducción al inglés del Sahidic
Versión del “Testamento de Isaac” en JTS N.S .. xviii (1967)
Esta es la salida del cuerpo de Isaac el patriarca: murió el veinticuatro
de Mesore (17 de agosto) en la paz de Dios. Amén.
1 Y está viniendo para usted él mismo. Ahora Isaac el patriarca es-
cribe que su trono ha sido creado para ti cerca de tu Testamento
y direcciones de las palabras del padre Abraham - Nuestra porción
Instrucción a Jacobo hijo y a todos los amados de el Se reunieron
alrededor de él. Lazo bendiciones de corbata otros la totalidad de la
creación de Dios que Patriarca estará en los que vienen después de 1S
wh! ‘ Te han dado por siempre El nombre de Pátriarca y el Padre del
mundo. Pero el hombre viejo Isaac Dijo al ángel, estoy asombrado
por Nosotros, incluso los que escuchan estas palabras, Las siguientes
palabras de instruction y el se Medica de la vida, por lo que la gracia
de DI-OS Ay con todos los que creen. Esto es !’ O para Eres padre’.
El Angel El ‘fin de la obediencia, como es escrito. Tu respondiste . M
amado Isaac, yo soy el ángel A ti a tu padre A Braham. Pero Regocí-
jate ahora, porque yo te sacaré de Dolor en los niños, o su sufrir para
descansar Gracia a los que creen: el que cree por sí mismo. Estoy a
punto de ir a Irán para ir a la cárcel a Las palabras de Dios y de sus
santos serán un lugar donde pueda correr? Por lo menos Lugar de
gozo y alegría: voy a llevarte A donde hay luz y La alegría y la abun-
dancia que nunca falla, En, elaborar su testamento y un Declaración
para su hogar, ya que estoy Irán te pisa para descansar por toda la
eternidad, Bendecido Es tu fe quien te engendró: bienaventurados
Tú también: bendito es tu hijo Jacob; y Benditos sean tus descendi-
entes que vendrán Lave oído una palabra, déjelo acatar con usted -
Lo que significa que un hombre debe esforzars P alienígenas con lo
que oye, dioses En el herito r o t el K en g do m o 1 Dios, Dios ha
Con las generaciones pasadas, lo cual Han fallecido debido a su
La inocencia y la fe con Dios, Él Con las ed gio n es para co m e lso,
Yo i N o c a c e a p a ss, el momento en que O m e para la P ariarc a
Isaac para ir a f rm a m a s después de v o u El cuerpo, Dios le envió
la e Un día Abraham a la madrugada de la veintena - Eco n d o f M
eso re, H e dijo h im, H ail, so n F p ro m ise 1 (No es la costumbre
cotidiana de El anciano justo Isaac a conversar con él, pero no dijo
nada. Uur tather Isaac dijo a Cuando Jacob los escuchó hablar,
E ángeles,) Él encendió su cara hasta el hecho El ángel con un
corazón pesado. Qué debo hacer El ángel: él lo vio asumiendo el
alrededor de Ue “ot ffl!” ^ I ^ l hijo amado Jaca F o r m a f r a d e
d e c o m e r Hágale saber cómo se sienta la situación, Lk en e ss o
t su fa th er Abraham; y el Levantó su voz y levantó la voz. He visto
tu rostro ángel le dijo: ‘Amado Isaac, si todos Como alguien que ha
visto la vida de Dios, las iglesias en la tierra se reunieron, El ángel
le dijo: ¡Escucha, amado mío! No sería capaz de brindar estas Saac:
He sido enviado por Dios para que las bendiciones pronunciadas
sobre Jacob a nada. Ake usted a los cielos y le fijó al lado de cuando
usted lo bendijo, el padre y el e Nuestro padre Braham, para que
puedas ver que todo el Hijo y el Espíritu Santo lo bendijo; y Él los
santos; Porque tu padre está ‘esperándote Michael y Giabnel y todos
los ángeles y Todos los celestiales y los espíritus de todos El justo y
tu padre Abraham todo -replicó Amén. Por lo tanto, la espada No
tocar su cuerpo; Pero será detenido en Alto honor y crecer grande y
extenderse lejos Y ancho, y doce tronos saldrán de él’. Nuestro pa-
dre Isaac dijo a la Ángel: ‘Usted me ha dado mucho consuelo, Pero
no deje que Jacob sepa si es afligido’. El ángel le dijo: Amado Isaac,
bendito es siempre justo Hombre que sale del cuerpo: bendito Son
ellos cuando se encuentran con Dios. Aflicción. Ay, ay, tres veces
¡ay del pecador, Porque ha nacido en este mundo: Grandes sufrim-
ientos vendrán a él. Isaac, Amado de Dios. Dar estas instrucciones,
Por lo tanto, a sus hijos, y las instrucciones Su padre le ha dado. No
oculte nada De Jacob, para que pueda escribirlas como Instrucciones
para las generaciones que Ven después de ti Y los que aman a Dios
Pueden vivir sus vidas de acuerdo con ellos. Y cuídate de que yo
pueda ir a buscarte con alegría. sin retraso. La paz de mi Señor que
me ha dado. Te doy, como yo Ve a aquel que me envió “. T “, Y
cuando el ángel había dicho esto, él Se levantó de la cama en la que
estaba Isaac Regresó a los mundos Mientras nuestro padre Isaac le
dijo: Una lista de la v isio n e h ade s, A n d e h Dijo: “No voy a ver
la luz del día b Enviado para ‘, Y mientras él estaba pensando que es,
B e h o 1 d, J a c o b o g o t u p e n c a m e a la puerta de el cuarto.
El ángel había echado un sueño sobre Él para que no los oyera; y el
Se levantó y corrió a donde dormía su padre y Le dijo: “Mi padre,
¿a quién has Ha estado hablando? ‘, Nuestro padre Isaac dijo a Él:
‘Ustedes han oído, mi hijo: su edad Padre ha sido enviado para ser
tomado de Usted, y Jacob puso sus brazos alrededor de su El cuello
del padre y lloró, diciendo: “¡Ah, yo! Mi La fuerza me ha dejado: hoy
has hecho Yo un huérfano, mi padre “. Nuestro padre Isaac Abrazó a
su hijo Jacob y lloró; y ambos Lloraron juntos hasta que no pudieron
llorar más Y Jacob dijo: “Llévame contigo, padre Isaac ‘. Pero Isaac
respondió: T no tendría Así es, hijo mío; Espera hasta que te envíen,
mi ser amado. Recuerdo el día en que el La tierra entera fue sacudida
de extremo a extremo Hablando con mi señor y padre Abraham,
y yo No tenía fuerzas para hacer nada. Que dios Ha ordenado, ha
ordenado para cada uno Por autoridad segura: sus ordenanzas son
inmutable. Pero lo sé, y me alegro de que Para ir a Dios, y estoy for-
talecido por un Espíritu guía; Porque esta es una manera que nadie
Puede escapar. Escucha, hijo mío, ¿dónde está el Primera creación
de las manos de Dios - nuestra Padre Adán y nuestra madre Eva?
Dónde está Abel, y después de él Mahalalel y Jared, Y nuestro padre
Enoc, y Matusalén, y Nuestro padre Noé, y sus hijos Sem, Cam, Y
Jafet? Después de estos Arpachshad, y Cainán, Selá, Eber y Reu, y
Serug, y Nahor, y Terah, y mi Bendito padre Abraham, y Lot su
¿hermano? Todas estas muertes experimentadas excepto El perfecto,
nuestro padre Enoc. .Después Estas, cuarenta y dos generaciones
más pasarán Hasta que Cristo venga, nacido de una virgen pura
Llamada María. Pasará treinta años Predicando en el mundo. Al final
de todo esto, Él escogerá a doce hombres y revelará a Ellos sus mis-
terios y enseñarles sobre el Arquetipo de su cuerpo y su verdadera
sangre Pan y vino; y el pan Convertirse en el cuerpo de Dios y el vino
Convertido en la sangre de Dios. Y entonces él Ascender el árbol de
la cruz y morir por el Toda la creación, y se levantará al tercer día y
Despojar al infierno y liberar a toda la humanidad el enemigo. Las
generaciones venideras serán Salvado por su cuerpo y por su sangre
hasta la fin del tiempo. Los sacrificios de los cristianos No cesará
hasta el final de los tiempos, ya sea Ofrecidos en secreto o abierta-
mente; Y el Anticristo No aparecerán siempre que ofrezcan su Sac-
rilice Bienaventurado es cada hombre que realiza eso Servicio y cree
en ello, porque la El servicio arquetípico está en los cielos; y Ellos
celebrarán con el Hijo de Dios en Su reino “. Mentira el Maldito
Padre Isaac, fue decir i El hogar es una ronda Viejo hombre, nuestro
Esto todo su Y lloró, su Hijo dijo a todos sus parientes, y vinieron
a amar; Porque soy carne y sangre y corro Él en lágrimas. Y nuestro
padre Isaac te había contaminado, para que me purificas. yo Para sí
un dormitorio en su casa; Y estoy sobrecargado, y le pido que m ayest
Cuando su vista empezó a fallar, se retiró para aclarar su carga: un
fuego quemará madera, En ella y se quedó allí por un centenar y tu
m ercy tomará aw ay m ine Años, ayuno diario hasta la noche, e iniq-
uidades. Perdona en e, m e que soy un pecador: I Ofreciendo para sí
y para su casa a perdonar toda la creación que has Animal joven para
su alma. Y él pasó un día, no tengo ninguna queja contra nadie: yo
La mitad de la noche en oración y alabanza de Giod. Estoy en paz
con todo lo que se hace en tu Así él vivió una vida ascética por cien
imágenes: Yo estoy impasible por todo el mal años. Y mantuvo tres
períodos de cuarenta razonamientos que han sido traídos antes Días
como ayunos cada año, ni bebiéndome, soy tu siervo y el hijo de tu
Vino ni comer fruta ni dormir en su cama. Sirvienta: Yo soy el que
peca, tú eres Y oró y dio gracias a Dios el que perdona: perdóname y
habilita continuamente. Para que yo esté en tu lugar santo, La receta
es aceptable, por lo que no se 6r e j e c tm e debido a que o m i s s n
s; Bruja. Ahora bien, cuando te fue conocido en general, a pesar de
mis muchos pecados, Que el hombre de Dios había recuperado su
vista, oveja que se ha extraviado, Dios que tiene Gente g un d re d a él
de todas partes, Escuchar en g sus palabras de vida; para ellos En un
santo plan de Dios fue Con nuestro fiel Adán, y Abel, un N o ah, y d
o u r fath er A b rah am, an d h is so n Isaac, que has sido con Jacob,
sea tú Hablando en él, Los grandes que vinieron con el ffle als0 - ni
remve ffl 1 sacrillce tr0D1 Le dijo: “Ahora puedes ver claramente m
y h an d. Suficiente: ¿cómo es que después de vuestra vista? ¿Recitas
todo esto, toma tu sacrificio y ¿Ha fracasado? ¿Lo has recuperado
ahora? Oferta lt; Y luchar por el cielo por causa de El anciano amante
de Dios sonrió y dijo a U: sacri fi cación de Dios, Ellos: “Hijos y her-
manos, el Dios de mi desagrado, para que el padre de la p rie st sea
Padre Abraham ha llevado esto a “° sni a”? ‘ Consuéleme en mi vejez.
Pero el sacerdote de Dios le dijo: “Dime lo que debo hacer Hacer,
mi padre Isaac ‘, su padre Isaac dijo a’ Ever! ‘ Sacerdote hoy (y hasta
el final de Él: “Mantén tu cuerpo santo, para la época del templo),
sea templado en cuanto a su comida De Dios está puesto en ella, No
entrometerse en y beber y dormir; Tampoco debería hablar La con-
troversia con el otro en caso de que un enojado acerca de los eventos
relacionados con este mundo, ni La palabra escapa a su m. B ay de
tu guardia escucha a cualquiera que esté hablando de ellos, Contra el
mal hablar, contra la vanagloria, y más bien debería pasar toda su vida
Contra pronunciar cualquier palabra irreflexiva; Y ocupados con la
oración y las vigilias y Vea que sus manos no se extienden después
de la recitación hasta que nuestro Dios lo envía en Lo que no es
tuyo, No ofreces un sacrificio de paz, Cada hombre en e arth, sea el
sacerdote o Con una mancha en ella; Y lavarse con el monje (para
después de un rato largo ellos amarán Agua al acercarse al altar, No
la vida de santo retiro), debe renunciar al Mezclar los pensamientos
del mundo con el mundo y todos sus malos cuidados y unirse en el
Pensamientos de Dios cuando estás delante de él. El servicio santo
que los ángeles hacen en p u ridad a Haga todo lo posible para estar
en paz con Dios. Y ellos serán honrados ante Dios todo el mundo.
Cuando estés delante de Dios y de sus ángeles por causa de su santo
Ofrezca su sacrificio, cuando usted venga a ofrecer a los críficos y al
servicio de mensajería, cuál es En el altar, deberías recitar privada-
mente a como el arquetipo que se traduce en el Cientos de oraciones
a Dios y hacer este cielo, y los ángeles serán su Confesión a Dios
diciendo: ‘Oh Dios, los amigos, por su perfecta fe y Incomprensible,
suma de su pureza; Y grande es su honor antes Inalcanzable, el tesoro
puro, purificarme en G o d. En una palabra, cuando era grande o pe-
queño, Sin pecado se requiere de nosotros. El jefe peca a los tortura-
dores: pasan un año atormentando Dignos de arrepentimiento son
estos: ¿Lo amarás para siempre? Una hora en la que pasó No matar
con la espada; No matarás a su prójimo “. El ángel me dijo también:
Con la lengua o bien: No cometerás ‘Mi amado Isaac, ¿crees que
estos son Fornicación con tu cuerpo; ¿No seréis los únicos? B elieve
me Isaac, amado de Fornica con tus pensamientos; Dios, hay seisci-
entos mil No entrará a los jóvenes para contaminarlos; Torm entors.
Pasan un año atormentando un No tendrás envidia; No serás hom-
bre por cada hora que gaste pecando - Enojado hasta que el sol se ha
puesto; No lo harás si no lo hiciste, es decir, si fuiste Orgulloso en
dispositon; No te alegrarás del cuerpo. Sobre la caída de tu prójimo:
No calumnia; Usted no debe mirar a una mujer con ^ Un ojo lujurio-
so; y. No escuche con facilidad a los niños, calumnia. Debemos tener
cuidado con estas cosas, Y de otros como ellos, hasta que cada uno
de nosotros es Seguro de la ira que se revelará del cielo. Río, las aguas
de w ich eran un ell alto, Y su ruido como el ruido de los cielos Y vi
una multitud de almas Sumergido en ella; Y que estaban en el mundo
8r i v er gritó y lloró en voz alta, y el re Ahora, cuando la gente re-
unida era una gran emoción y mucho gemido. Él lo oyó, gritaron en
voz alta, diciendo: “Pero es un fuego discernedor que no debe Esto
es justo y correcto, Amén, Pero el Dios- el justo, sin embargo, que-
ma a los pecadores y hierve El anciano cariñoso guardó silencio: los
atrajo en el hedor que los rodea, yo Manta: cubrió su fa cía, y la gente
vio también el pozo del abismo, el humo de Y el sacerdote estaba en
silencio, por lo que podía ser lo que tenía en cuenta; Me hundieron
los hombres Descansa un poco, Pero el ángel de su él estrujando sus
dientes, gritando y Antes de que Abraham se acercara a él y lo llevara
consigo, y cada uno de ellos, Hacia arriba en los cielos, Él vio terrores
y El ángel me dijo, Mire y vea estos Los tumultos se extendieron por
el lado y en los o’ers a o, A n d cuando yo h ad miró un t th em, ese; Y
es un terro r y un tu m u Temor 1 el ángel me dijo, “Estos son los que
sí que Para mirar, algunos tenían la cara de un camello, han cometido
el pecado de S o d o m; estos son Otros tenían el rostro de un león; Vi
también hoyos llenos La cara de un perro, otros sólo tenían un ojo y
de gusanos que no duermen; Yo vi H ad to n g s en el s e rd e s, d e l e
l e lo s, a 11 A b d e m erero s que están a cargo de la de hierro. Miré,
y he aquí, un hombre era castigo, hecho todo de fuego, amenazando
B ro u g h t, y un d th ose que b ro u g h t im fue el torrn entors en
el infierno y diciendo. Los come Cuando llegaron a las bestias, hasta
que saben que Dios es. El mismo que vi que con él con d re w a uno
vi un h o u se mal de ardiente sto n e, y el re Lado: el león avanzó
hacia él, se rasgaron los hombres crecidos debajo de él, gritando Él
aparte en pequeños pedazos, y tragado y lamentando. El ángel me
dijo: Mira él ; Es decir, en los ojos y en la cara Lik e h im se si ag a en;
Y las p u n is h am a s d e p ro d u c io n s. Le dije al ángel:. Mis ojos
Él de la misma manera, En resumen, no podían soportarlo; Por cuan-
to tiempo debe Le pasó de uno a otro; Cada uno de ellos es p u n ish
m en is g o on? Uno se haría en pedazos, permitió que H e sa id m e,
U n til el m ere if u 1 G o d h a s H im, y la n o v o m h h u u p; Y la
identidad, Volver a ser como él de nuevo, dije al Angel: W hatsin tiene
este hombre com m itted, m y - * ^ Señor, que todo esto se haga a él?
El ángel 1 U. A Ella este el ángel me tomó en Me dijo: ‘Este hombre
estás mirando los cielos; Vi a mi padre, A b rah an, y yo Ahora tenía
una pelea con su vecino, y se hizo reverencia a mi hija. Se saludó Él
murió sin ser reconciliado. Ver, ,,, [U saiDtS] y, los santos me honra-
ron Él ha sido entregado a cinco jefe porque de m v f a t h e r: I t h
e v caminó conmigo Y me llevó a mi Padre, lo adoré Con todos los
santos. Canciones de alabanza sonaron, Tú eres santo, tú eres santo,
tú eres santo. Rey, Señor Sabaoth: los cielos y los cielos La tierra está
llena de tu santa gloria. El Señor Dijo a mi padre desde el lugar santo:
Bueno que hayas venido, Abraham, tu Raíz justa y santo fiel: es bueno
Que has venido a nuestra ciudad. Lo que sea Usted puede querer pre-
guntar ahora, haga su Peticiones en nombre de tu amada hijo Isaac,
y ellos serán tuyos ciertamente ‘. Mi Dijo el padre Abraham. ‘Tuyo
es el poder, Oh Señor Todopoderoso ‘. El Señor le dijo a Abraham:
A quienes se les da el nombre de mi amado Isaac, que cada uno de
ellos copie su Testamento y honrarlo, y alimentar a un pobre Hom-
bre con pan en el nombre de mi amado Isaac en el día de su santo
conmemoración; A ustedes les concederé como Hijos en mi reino
“. Abraham dijo. ‘Mi Señor Todopoderoso, si un hombre no puede
Testamento, ‘no puedes en tu misericordia Acepta, porque eres mis-
ericordioso y ¿compasivo?’ El Señor le dijo a Abraham: Pobre con
pan, y le daré Como un regalo y como un hijo en mi reino, Y ven-
drá con vosotros a la primera hora De los mil años. Abraham dijo:
‘Supongamos que es pobre y ha ¿No hay manera de conseguir pan?
El Señor dijo, Que pase la noche de mi amada La conmemoración de
Isaac sin dormir, y yo Le dará a usted como un regalo y un Heredero
en mi reino “. Mi padre Abraham dijo ‘Supongamos que es débil y ha
No hay fuerza, no puedes en tu misericordia ¿Lo acepta enamorado?
‘. El Señor le dijo. “Deje que le ofrezca un poco de incienso en el
nombre De tu amado hijo Isaac, y te daré A ti como hijo en mi reino.
Si él No tiene medios para obtener incienso, Buscar una copia de su
testamento y leerlo En el día de mi amado Isaac. Si no puede leer
Lo dejó ir y escuchar a otros que pueden. Si No puede hacer ninguna
de estas cosas, Ir a su casa y decir cien Oraciones, y yo le daré a usted
como un hijo En mi reino. Pero lo más esencial De todo es que él
debe ofrecer un sacrificio en mi Amado nombre de Isaac, porque su
cuerpo era Ofrecido como un sacrificio. Pero no sólo voy a Darte a
todos los llamados por mi amado El nombre de Isaac como hijo en
mi Reino; Yo les daré también a todos los que Hace una de las cosas
que he mencionado. Y te daré a todos los que te preocupen Mismo
acerca de la vida de Isaac y su testamento, O hace cualquier acto
compasivo. como Dar a alguien una taza de agua para beber, o Quien
copia su testamento con su propio La mano, y los que lo leyeron con
toda su Corazón en la fe, creyendo todo lo que yo ha dicho. Mi poder
y el poder de mi Hijo amado y el Espíritu Santo serán Con ellos, y yo
les los daré como Hijos en mi reino. Paz a todos ustedes, todos Mis
santos “. 11 Cuando lo había dicho. La alabanza resonó. Tú eres san-
to, tú eres santo, Tú eres santo. Rey. Señor, S abaoth; el Las levaduras
y la tierra son la caída de los santos gloria. El Padre dijo a M ich ael
de la Santo lugar: ‘M ic h a e 1, mi guiso y r, ir Rápidamente y juntos
con los ángeles y Todas las cosas, para que puedan venir y Conocer
a mi amado Isaac. Y Michael Sonó el animal de inmediato, Todos los
santos G un th ered con los ángeles y llegó a la Sofá de nuestra fa ía es
un ac: ‘el Señor m o u nd e Lisch ario t, y los serafín estaban delante
De la que se trata con la edad, y cuando llegaron A nuestro fath er el
sofá de Isaac, nuestro fa th er Isaac Contempló el rostro de nuestro
Señor Para estar lleno de gozo. Él gritó: “Es Bien que te has comido,
Señor, y tu Gran arcángel M ich ael: es bueno para ti Han com e, tny
fa th er A b rah am, y d a 11 e Santos 11 Cuando lo había dicho.
La alabanza resonó. Tú eres santo, tú eres santo, Tú eres santo. Rey.
Señor, S abaoth; el Las levaduras y la tierra son la caída de los santos
gloria. El Padre le dijo a Michael Lugar santo: ‘Miguel 1, mi mayordo-
mo, vete Rápidamente y reúna a los ángeles y Todos los santos, para
que vengan y Conocer a mi amado Isaac. Y Michael Sonó la trompeta
al mismo tiempo, Todos los santos Se reunieron con los ángeles y
vinieron a Sofá de nuestra hija Isaac: ‘el Señor montado Lischariot, y
los serafines estaban delante De él con los ángeles, Y cuando vinieron
Al sofá de nuestro padre Isaac, nuestra hija Isaac Contempló el rostro
de nuestro Señor Para alegrarlo lleno de gozo. Él gritó: “Es Bien que
has venido, mi Señor, y tu Gran arcángel Michael: es bueno para ti
Han venido,mi padre Abraham, y un 11 el Santos 12. Cuando dijo
que era Jacob, Abrazó a su Padre; Besó su boca Y lloró, con la mirada
fija en Isaac Él y le hizo un gesto para besilent. Tu El padre Isaac dijo
al Señor: “Recuerda mi Amado Jacob “. El Señor le dijo: Poder estar
con él; Y cuando el tiempo Viene y me hago hombre y muero y me
levanto De los muertos al tercer día, pondré Tu nombre en la mente
de todos, y ellos Te invocan como su padre. Isaac dijo a Jacob: “Mi
amado hijo, esto es El último mandamiento que os doy hoy; Manten-
er un ojo agudo en ti mismo No Deshonrar la imagen de Dios; Por lo
que tu Hacer a la imagen del hombre, lo haces a la imagen De Dios, y
Dios lo hará a ti también en el Lugar donde lo encontrarás. Este es el
Principio y final. Ahora, cuando Dijo esto, nuestro Señor sacó su
alma de Su cuerpo, y era blanco como la nieve. Él Lo saludó: lo puso
en el carro con él: Lo tomó en los cielos, con el Serafín haciendo
música antes que él, y todos Los ángeles y los santos. Él concedió
libremente Él las cosas buenas de su reino para siempre, Y todas las
peticiones que nuestro padre Abraham tuvo Le pidió al Señor que lo
concediera libremente como Pacto para siempre. 13 Esto es salir del
cuerpo De nuestro padre Isaac, el padre de la Veinticuatro del mes de
mayo. Día en el que su padre Abraham o ffered Como sacrificio es el
octavo en Mechir, (2 de febrero) Los cielos y los Estaban llenos del
olor calmante de nuestra Isaac, como la plata de elección: ésta es la
Sacrificio de nuestro padre Isaac el patriarca, Cuando Abraham le
ofreció como sacrificio a Dios, el olor calmante del sacrificio de Isaac
Subió a los cielos. Bendito es cada Hombre que realiza un acto de
misericordia en el Nombre de los sepatriarchs, porque serán Los hi-
jos del reino de los cielos. Nuestro Señor ha hecho con ellos un pacto
Para siempre, que todo aquel que realiza un acto De misericordia el
día de su conmemoración Se les dará como hijo en el Reino de los
cielos para siempre, Y ellos Llegará a la primera hora del Años, de ac-
uerdo con la promesa de nuestro Señor, nuestro Dios y nuestro Sal-
vador Jesús Cristo, a través del cual cada año se debe a Él y su buen
Padre y el Espíritu Santo, Dador de vida a toda la creación y uno en
Estar con el Padre y el Hijo, ahora y Siempre, para siempre. Amén”
MODELO 2
EL TESTAMENTO DE ISAAC
INTRODUCCIÓN (De Wikipedia y Earlyjewishwritings.com)
El Testamento de Isaac es un trabajo ahora considerado Como parte
del Apócrifo del Antiguo Testamento. Es A menudo tratado como
uno de un trío de Obras muy similares, las otras dos de las cuales
son el Testamento de Abraham y Testamento de Jacob, aunque no
hay razón para suponer que originalmente eran Solo trabajo Las tres
obras están basadas en la Bendición de Jacob, encontrada en la Biblia,
en su estilo. Hay acuerdo en que la Prueba De Isaac, que no soy yo
En antiguas listas de Antiguos Testamento apócrifo obras, depende
de la Testamento de Abraham, Pero la fecha exacta es Difícil de dis-
cernir. P. Nagel Piensa que fue escrito alrededor de A.D. 400 y M.
Delcor afirma su Precocidad, lo que sugiere por afinidades con Los
Rollos del Mar Muerto de los cuales puede provenir Aproximada-
mente el mismo medio y fecha que el Testamento de Abraham. Kuhn
advierte, sin embargo, Que realmente no hay pruebas convincentes
de una Datación precisa del Testamento de Isaac. Nagel Argumenta
que la versión Sahidic, la más temprana, es traducida del griego. Kuhn
responde que Nagel Argumento publicado es cuestionable. El Tes-
tamento de Isaac tiene cristianos pesados Es, aunque los elementos
cristianos son usualmente Consideradas como adiciones posteriores
a Era originalmente una obra puramente judía. Los elementos cris-
tianos en el texto no están gramaticalmente Oraciones contiguas y
Parecen interrumpir el flujo del pensamiento (es decir, 14v, primeros
Sentencia t Desde 16r, última oración, hasta 17r, primero frase; 24v,
segunda oración; 25v, concluyendo declaración). Otros pasos (por
ejemplo, 15r, tercero) Son similares a las tradiciones del Nuevo Tes-
tamento Pero es difícil rastrear la dirección de la Influencia, si la hay.
EL TESTAMENTO DE ISAAC
Traducido por K. H. KUHN. Ana Traducción del Sahidic Versión del
“Testamento de Isaac “en JTS N.S .. xviii (1967) Esta es la salida del
cuerpo de Isaac El patriarca: murió el veinticuatro de Mesore (17 de
agosto) enPaz de Dios. Amén. 1030/5000
1 Ahora Isaac el patriarca escribe suTestamento y aborda sus pal-
abras de Instrucción a su hijo Jacob ya todos aquellos Se reunieron
alrededor de él. Las bendiciones del Patriarca estará en los que vie-
nen después Los que escuchamos estas palabras, Estas palabras de
instrucción y estas Medicinas de la vida, para que la gracia de Dios
Puede ser con todos aquellos quien cree. Esto es El fin de la obedi-
encia, como es weitten. Tú Han oído una palabra, deje que se acerque
con usted - Lo que significa que un hombre debe esforzarse Pacien-
temente con lo que oye. Dios da Gracia a los que creen: el que cree
Las palabras de Dios y de Sus santos serán un Heredero del Reino
de Dios. Dios tiene Sido con las generaciones pasadas, que Han fall-
ecido debido a su Inocencia y su fe hacia Dios. Él Será con las gen-
eraciones venideras también. 2. Ahora sucedía, cuando había llegado
el momento Vienen para que el Patriarca Isaac salga de El cuerpo,
Dios le envió el ángel de su Padre Abraham en la madrugada de
los veinticinco años, Segundo de Mesore. Él le dijo. Saludo hijo De
la promesa! (Ahora era la costumbre cotidiana de El anciano justo
Isaac para conversar con Los ángeles.) Él levantó su cara hasta la
cara Del ángel: lo vio asumiendo la Semejanza de su padre Abraham;
y el Abrió la boca y alzó la voz y Gritó con gran alegría, He visto tu
cara Como alguien que ha visto El cordón de Dios. El ángel le dijo.
Escucha mi amado Isaac: He sido enviado por Dios por ti Llevarte al
cielo y ponerte al lado Tu padre Abraham, para que puedas ver todo
los Santos; Porque tu padre te espera Y viene por ti mismo. He aquí
un Trono ha sido creado para usted cerca de su Padre Abraham, y
tu porción y tu El hijo de Jacob querido sobrepasará el de Todos los
demás en el conjunto De la creación de Dios Es por eso que te han
dado para siempre El nombre de Patriarca y Padre de la Mundo. Pero
el viejo Dios-hombre Isaac Dijo al ángel: “Estoy asombrado por Tu,
porque tu eres mi padre. contestada. Mi amado Isaac, yo soy el ángel
Que ministra a tu padre Abraham. Pero Regocíjate ahora, porque yo
te sacaré de Tristeza en alegría, fuera Del sufrimiento para descansar
por sienpre. Debo llevarte de la cárcel a Un lugar donde se puede
ir a voluntad - a un Lugar de gozo y alegría: voy a llevarte A donde
hay luz y alegría y Regocijo y abundancia que nunca falla. Asi que
Entonces, elabora tu testamento y Declaración para su hogar. Para
que yo sea Traducir a descansar por toda la eternidad. Bendito Es tu
padre que te engendró: bienaventurados Tú también: bendito es tu
hijo Jacob; y Benditos sean tus descendientes que vendrán Después
de ti. 3 . Y Jacob los oyó hablar juntos, Pero no dijo nada. Nuestra
Padre Isaac dijo a El ángel con el corazón pesado. Qué debo hacer
Sobre la luz de mis ojos, mi amado hijo Jacob? Porque tengo miedo
de lo que Esaú Hacerle - usted sabe la situación. los Ángel le dijo: “Mi
Amado Isaac, si todos Las naciones en la tierra se reunieron, Ellos
no podrían traer estos Bendiciones pronunciadas sobre Jacob a nada.
Cuando lo bendijiste, el Padre y el El Hijo y el Espíritu Santo lo
bendijeron; y Michael y Giabriel y todos los ángeles y Todos los ce-
lestiales y los espíritus de todos El justo y tu padre Abraham todo
-replicó Amén. Por lo tanto, la espada No tocar su cuerpo; Pero será
detenido en Alto honor y crecer grande y extenderse lejos Y ancho,
y doce Los tronos saldrán de él’. Nuestro padre Isaac dijo a la Ángel:
‘Usted me ha dado mucho consuelo, Pero no deje que Jacob sepa si
es afligido’. El ángel le dijo: Amado Isaac, bendito es siempre justo
Hombre que sale del cuerpo: bendito Son ellos cuando se encuen-
tran con Dios. Aflicción. Ay, ay, tres veces ¡ay del pecador, Porque
ha nacido en este mundo: Grandes sufrimientos vendrán a él. Isaac,
Amado de Dios. Dar estas instrucciones, Por lo tanto, a sus hijos, y
las instrucciones Su padre le ha dado. No oculte nada De Jacob, para
que pueda escribirlas como Instrucciones para las generaciones que
Ven después de ti Y los que aman a Dios Pueden vivir sus vidas
de acuerdo con ellos. Y cuídate de que yo pueda ir a buscarte con
alegría. sin retraso. La paz de mi Señor que me ha dado. Te doy,
como yo Ve a aquel que me envió “. 4 . Y cuando el ángel había
dicho esto, él Se levantó de la cama en la que estaba Isaac dormido.
Volvió a los mundos Mientras nuestro padre Isaac lo observaba ir,
Asombrado por la visión que había visto. Y el Dijo: ‘No veré la luz
del día antes de que yo sea enviado por’. Y mientras pensaba en esto,
He aquí, Jacob se levantó y vino A la puerta de el cuarto. El ángel
había echado un sueño sobre Él para que no los oyera; y el Se levantó
y corrió a donde Su padre dormía y Le dijo: “Mi padre, ¿a quién has
Ha estado hablando? ‘, Nuestro padre Isaac dijo a Él: ‘Ustedes han
oído, mi hijo: su edad Padre ha sido enviado para ser tomado de
Usted, y Jacob puso sus brazos alrededor de su El cuello del padre y
lloró, diciendo: “¡Ah, yo! Mi La fuerza me ha dejado: hoy has hecho
Yo un huérfano, mi padre “. Nuestro padre Isaac Abrazó a su hijo Ja-
cob y lloró; y ambos Lloraron juntos hasta que No podría llorar más
Y Jacob dijo: “Llévame contigo, padre Isaac ‘. Pero Isaac replie D:
‘No tendría Así es, hijo mío; Espera hasta que te envíen, mi ser ama-
do. Recuerdo el día en que el La tierra entera fue sacudida de ex-
tremo a extremo Hablando con mi señor y padre Abraham, y yo No
tenía fuerzas para hacer nada. Que dios Ha ordenado, ha ordenado
para cada uno Por autoridad segura: sus ordenanzas son inmutable.
Pero lo sé, y me alegro de que Para ir a Dios, y estoy fortalecido
por un Espíritu guía; Porque esta es una manera que nadie Puede
escapar. Escucha, hijo mío, es el Primera creación de las manos de
Dios - nuestra Padre Adán y nuestra madre Eva? Dónde está Abel, y
después de él Ma Halalel y Jared, Y nuestro padre Enoc, Y Matusalén,
y Nuestro padre Noé, y Sus hijos Sem, Ham, Y Jafet? Después de
estos Arpachshad, y Cainán, Selá, Eber y Reu, y Serug, y Nahor, y
Terah, y mi Bendito padre Abraham, y Lot su ¿hermano? Todas estas
muertes experimentadas excepto El perfecto, nuestro padre Enoc.
.Después Estas, cuarenta y dos generaciones más pasarán Hasta que
Cristo venga, nacido de una virgen pura Llamada María. Pasará tre-
inta años Predicando en el mundo. Al final de todo esto, Él escogerá
a doce hombres y revelará a Ellos sus misterios y enseñarles sobre el
Arquetipo de su cuerpo y su verdadera sangre Pan y vino; y el pan
Convertirse en el cuerpo de Dios y el vino Convertido en la sangre
de Dios. Y entonces él Ascender el árbol de la cruz y morir por el
Toda la creación, y se levantará al tercer día y Despojar al infierno y
liberar a toda la humanidad el enemigo. Las generaciones venideras
serán Salvado por su cuerpo y por su sangre hasta la fin del tiempo.
Los sacrificios de los cristianos No cesará hasta el final de los tiem-
pos, ya sea Ofrecidos en secreto o abiertamente; Y el Anticristo No
aparecerán siempre que ofrezcan su Sacrilice Bienaventurado es cada
hombre que realiza eso Servicio y cree en ello, porque la El servicio
arquetípico está en los cielos; y Ellos celebrarán con el Hijo de Dios
en Su reino “. 5. Mientras el anciano amante de Dios, nuestro
Padre Isaac, estaba diciendo esto, todos sus La casa se reunió alre-
dedor de él y lloró. Su Hijo dijo a todos sus parientes, y vinieron a
Él en lágrimas. Ahora nuestro padre Isaac había hecho Para sí un
dormitorio en su casa; y Cuando su vista comenzó a fallar, se retiró
Y permaneció allí durante cien Años, ayunando diariamente hasta la
noche, y Ofreciendo para sí y para su familia un Animal joven para
su alma. Y gastó La mitad de la noche en oración y alabanza de Dios.
Así vivió una vida ascética por cien años. Y mantuvo tres períodos de
cuarenta Días como los ayunos cada año, ni beber Vino ni comer fru-
ta Ni dormir en su cama. Y oró y dio gracias a Dios continuamente.
6. Ahora, cuando se hizo conocido Que el hombre de Dios ha Rep-
rimió su vista, Gente reunida desde todas partes, Escuchando sus
palabras de vida; para ellos Se dio cuenta de que un espíritu santo
de Dios Hablando en él. Los grandes que vinieron Le dijo: “Ahora
puedes ver claramente Suficiente: ¿cómo es que Después de tu vista
¿Habías fallado, ahora lo has recuperado? El anciano que ama a Dios
Sonrió y dijo a Hijos míos y hermanos, el Dios de mis Padre Abra-
ham ha traído esto a Consuéleme en mi vejez. Pero el sacerdote de
Dios le dijo: ‘Dime lo que debo hacer Hacer, mi padre Isaac ‘. Nues-
tro padre Isaac dijo: “Mantén tu cuerpo santo, porque el templo De
Dios está puesto en ella. No participar en Controversia con otros
Hombres en caso de un enojado Palabra escapa de su boca. Estar en
guardia Contra el mal-hablando, contra la vanagloria, y Contra pro-
nunciar cualquier palabra irreflexiva; y Vea que sus manos no llegan
después de Lo que no es tuyo Hacer No ofrecer un sacrificio Con
una mancha en ella; Y lávese con Agua cuando te acercas el altar. No
haga Mezclar los pensamientos del mundo con el Pensamientos de
Dios cuando estás delante de él. Hacer todo lo posible para estar en
paz con todo el mundo. Cuando estás delante de Dios y Ofrezca su
sacrificio. Cuando vienes a ofrecer En el altar, debes recitar en priva-
do un Cientos de oraciones a Dios y hacer esto Confesión a Dios dic-
iendo: ‘Oh Dios, el Incomprensible, lo insondable, lo Inalcanzable,
el puro tesoro, me purifica amor; Porque soy carne y sangre y corro
Contaminado contigo, para que me purifiques. yo Vienen cargados, y
les pido que puedan Aligerar mi carga El fuego quemará la madera,
Y tu misericordia me quitará la mía injusticias. Perdóname Que soy
un pecador: yo Perdona toda la creación que has Hecha, no tengo
ninguna queja contra nadie: Estoy en paz con todo lo que se hace en
tu Image: Estoy impasible por todo el mal Razonamientos que se han
presentado antes yo. Yo soy tu siervo y el hijo de tu Sirvienta: Yo soy
el que peca, tú eres El que perdona: perdóname y habilita Yo para es-
tar en tu lugar santo. Deja mi Sacrificio sea aceptable delante de ti: no
Rechazame por causa de mis pecados; Pero recibeme A ti, a pesar
de mis muchos pecados, como un Oveja que se ha extraviado. Dios
que tiene Estado con nuestro padre Adán, y Abel. y Noé, y nuestro
padre Abraham, y su hijo Isaac, que has estado con Jacob, Conmigo
también, y recibir mi sacrilicio de mi mano’. Mientras recitas todo
esto, toma tu sacrificio y ofrecelo; Y esforzarse hacia el cielo debido a
El sacrificio de Dios, Para que no lo hagas Desagradarle Porque la
obra del sacerdote es No hay cosa pequeña. 7. Cada sacerdote de hoy
(y hasta el final de Tiempo) debe ser templado en cuanto a su comida
Y beber y dormir; Tampoco debería hablar Acerca de eventos rela-
cionados con este mundo, ni Escuchar a cualquiera que esté hablan-
do de ellos. Más bien debería pasar toda su vida Ocupado con la
oración y las vigilias y Recitación hasta que nuestro Dios lo envíe en
paz. Todo hombre en la tierra, sea sacerdote o Monje (para después
de un largo Tiempo que les encantará La vida de retiro sagrado), debe
renunciar a la Mundo y todos sus malos cuidados y participar en el
Servicio sagrado que los ángeles hacen en pureza para Dios. Y serán
honrados ante Dios Y sus ángeles por sus santas Sacrificios y su ser-
vicio angelical, que es Como el arquetipo que se traduce en el Cielos.
Y los ángeles serán sus Amigos, debido a su perfecta fe y Su pureza;
Y grande es su honor antes Dios. En una palabra, sea grande o pe-
queño, Sin pecado se requiere de nosotros. Los principales pecados
Digno de arrepentimiento son los siguientes: No matar con la es-
pada; No matarás Con la lengua: No cometerás Fornicación con tu
cuerpo; Tu no debes Fornica con tus pensamientos; Tú No entrará a
los jóvenes para contaminarlos; No tendrás envidia; No serás Enoja-
do hasta que el sol conjunto; No serás Orgulloso en dispositon; No
te alegrarás Sobre la caída de tu prójimo: No calumnia; No deberías
mirar a una mujer con Un ojo lujurioso; y. Hacer No escuchar fácil-
mente calumnia. Debemos tener cuidado con estas cosas, Y de otros
como ellos, Hasta que cada uno de nosotros es Seguro de la ira Se
revelará del cielo. 8 . Ahora, cuando la gente se reunió alrededor Él
lo oyó, gritaron en voz alta diciendo. Esto es cumplir y justo. Amén.
Pero el Dios- El anciano cariñoso guardaba silencio: Cubierto su ros-
tro. Y la gente Y el sacerdote guardó silencio, para que pudiera Des-
cansar un poco. Pero el ángel de su Abraham se le acercó y lo llevó
Hacia arriba en los cielos. Vio terrores y Los tumultos se extendieron
por este lado y por ese; Y fue un terror y un tumulto temeroso con-
templar. Algunos tenían la cara de un camello, Otros tenían la cara
de un león; Cara de perro, otros tenían un solo ojo y Tenía pinzas en
sus manos, tres largos de hierro. Miré, y he aquí, un hombre estaba
Trajeron, y los que lo trajeron con él. Cuando llegaron a las bestias,
Los que iban con él se retiraron a uno Lado: el león avanzó hacia él,
rasgó Él aparte en pequeñas piezas, y tragado él; Entonces lo vomitó
y se convirtió en Como él otra vez; Y la siguiente bestia tratada Él
de la misma manera. En pocas palabras, Le pasó de uno a otro; cada
Uno lo arrancaría en pedazos, lo tragaría Él, y luego vomitarlo; Y lo
haría Volver a ser como él de nuevo. Dije a la Ángel: ¿Qué pecado
ha cometido este hombre, mi Señor, que todo esto es Hecho a él
El Angel Me dijo: “Este hombre al que estás mirando Ahora tenía
una pelea con Su vecino, y Murió sin su Siendo reconciliados. Ver,
Ha sido entregado a cinco jefes Atormentadores: pasan un año ator-
mentando Él por cada hora que él Discutiendo con Su vecino “. El
ángel me dijo también: “Mi amado Isaac, ¿crees que estos son ¿los
únicos? Créeme Isaac. Amado de Dios, hay seiscientos mil Atormen-
tadores Pasan un año atormentando un Hombre por cada hora que
gasta pecando - Si no se arrepintió, es decir, antes de irse Adelante
Del cuerpo. 9. Me guió y me llevó a un fuego río. Las aguas de las
cuales eran un alto, Y su ruido como el ruido de los cielos trueno. Y
vi una multitud de almas Sumergido en ella; Y los que estaban en ese
Río gritó y lloró en voz alta, y allí Fue una gran conmoción y mucho
gemido. Pero es un fuego perspicaz que no se toca Los justos, sin
embargo, quemaduras Hasta pecadores y furúnculos Ellos en el he-
dor que los rodea. yo Vio también el pozo de la El abismo, el humo
de Que subía en las nubes; Vi a hombres hundidos en Rechinando
los dientes, gritando y Gimiendo, y cada uno gemía. El ángel me dijo.
Mire y vea estos Otros también. Y cuando los había mirado. El án-
gel me dijo: Estos son los que Han cometido el pecado de Sodoma;
estos son De hecho, en gran angustia. Vi también hoyos llenos De
gusanos que no duermen; Yo vi Abdemerouchos, que está a cargo de
la Castigos, hecho todo de fuego, amenazante Los torturadores en el
infierno y diciendo. Batirlos hasta que sepan que Dios es. Vi una casa
construida de piedra ardiente, y allí Eran hombres crecidos debajo
de ella, gritando Y lamentos. El ángel me dijo. Mira Con tus ojos un
Contemplar el Castigos. Le dije al ángel: “Mis ojos No podía sopor-
tarlo; Por cuanto tiempo debe ¿Estos castigos siguen? Él me dijo.
Hasta que el misericordioso Dios lástima. 10 . Después de esto el
ángel me tomó en los cielos; Vi a mi padre, Abraham y yo Le hicier-
on reverencia. Él me saludó, con Todos los santos y los santos me
honraron Por causa de mi padre; yo Ellos caminaron conmigo Y me
llevó a mi Padre, lo adoré Con todos los santos. Canciones de ala-
banza sonaron, Tú eres santo, tú eres santo, tú eres santo. Rey, Señor
Sabaoth: los cielos y los cielos La tierra está llena de tu santa gloria. El
Señor Dijo a mi padre desde el lugar santo: Bueno que hayas venido,
Abraham, tu Raíz justa y fe Santo santo: es bueno Que has venido a
nuestra ciudad. Lo que sea Usted puede querer preguntar ahora, haga
su Peticiones en nombre de tu amado hijo Isaac, y ellos serán tuyos
ciertamente ‘. Mi Padre Abraham dijo. ‘Tuyo es el poder, Oh Señor
Todopoderoso ‘. El Señor le dijo a Abraham: A quienes se les da el
nombre de mi amado Isaac, que cada uno de ellos copie su Testamen-
to y honrarlo, y alimentar a un pobre Hombre con pan en el nombre
de mi amado Isaac en el día de su santo conmemoración; A ustedes
les concederé como Hijos en mi reino “. Abraham dijo. ‘Mi Señor
Todopoderoso, si un hombre no puede Testamento, ‘no puedes en
tu misericordia Acepta, porque eres misericordioso y ¿compasivo?’
El Señor le dijo a Abraham: Pobre con pan, y le daré Como un regalo
y como un hijo en mi reino, Y vendrá con vosotros a la primera hora
De los mil años. Abraham dijo: ‘Supongamos que es pobre y ha No
hay manera de obtener pan? “El Señor dijo, Que pase la noche de mi
amada La conmemoración de Isaac sin dormir, y yo Le dará a usted
como un regalo y un Heredero en mi reino “. Mi padre Abraham
dijo ‘Supongamos que es débil y ha No hay fuerza, no puedes en tu
misericordia ¿Lo acepta enamorado? ‘. El Señor le dijo. “Deje que le
ofrezca un poco de incienso en el nombre De tu amado hijo Isaac,
y te daré A ti como hijo en mi reino. Si él No tiene medios para ob-
tener incienso, Buscar una copia de su testamento y leerlo En el día
de mi amado Isaac. Si no puede leer Lo dejó ir y escuchar a otros
que pueden. Si No puede hacer ninguna de estas cosas, Ir a su casa Y
decir cien Oraciones, y yo le daré a usted como un hijo En mi reino.
Pero lo más esencial De todo es que debería Ofrecer un sacrificio en
mi Amado nombre de Isaac, porque su cuerpo era Ofrecido como un
sacrificio.’Yet no sólo voy a Darte a todos los llamados por mi amado
El nombre de Isaac como hijo en mi Reino; Yo les daré también a
todos los que Hace una de las cosas que he mencionado. Y te daré a
todos los que te preocupen Mismo acerca de la vida de Isaac y su tes-
tamento, O hace cualquier acto compasivo. como Dar a alguien una
taza de agua para beber, o Quien copia su testamento con su propio
La mano, y los que lo leyeron con toda su Corazón en la fe, creyendo
todo lo que yo ha dicho. Mi poder y el poder de mi Hijo amado y el
Espíritu Santo serán Con ellos, y yo les los daré como Hijos en mi rei-
no. Paz a todos ustedes, todos Mis santos “. 11. Ahora, cuando había
dicho esto, canciones de La alabanza resonó. Tú eres santo, tú eres
santo, Tú eres santo. Rey. Señor. el Cielos y la tierra están llenos de tu
santo gloria. El Padre le dijo a Miguel Lugar santo , Mi mayordomo,
va Rápidamente y reunir a los ángeles y Todos los santos, para que
vengan y Conocer a mi amado Isaac. Y Michael Sonó la trompeta a la
vez. Todos los santos Se reunieron con los ángeles y Sofá de nuestro
padre Isaac: ‘el Señor montado Su carro, y los serafines estaban de-
lante De él con los ángeles. Y cuando vinieron Al sofá de nuestro pa-
dre Isaac, nuestro padre Isaac Contempló el rostro de nuestro Señor
Hacia él lleno de alegría. Él gritó: “Es Bien que has venido, mi Señor,
y tu Gran arcángel Miguel: es bueno que tú Han venido, padre Abra-
ham, y todos los Santos 12. Ahora, cuando había dicho esto, Jacob
Abrazó a su Padre; Besó su boca Y lloró. Nuestro padre Isaac fijó
sus ojos en Él le indicó que se callara. Nuestra Padre Isaac dijo a El
Señor: “Recuerda mi Amado Jacob “. El Señor le dijo: “Mi El poder
estará con él; Y cuando el tiempo Viene y me hago hombre y muero
y me levanto De los muertos al tercer día, pondré Tu nombre en
la mente de todos, y ellos Te invocan como su padre. Isaac dijo a
Jacob: “Mi amado hijo, esto es El último mandamiento que os doy
hoy; Mantener un ojo agudo en ti mismo No Deshonrar la imagen
de Dios; Por lo que tu Hacer a la imagen del hombre, lo haces a la
imagen De Dios, y Dios lo hará a ti también en el Lugar donde lo
encontrarás. Este es el Principio y final. Ahora, cuando Dijo esto,
nuestro Señor sacó su alma de Su cuerpo, y era blanco como la nieve.
Él Lo saludó: lo puso en el carro con él: Lo tomó en los cielos, con
el Serafín haciendo música antes que él, y todos Los ángeles y los
santos. Él concedió libremente Él las cosas buenas de su reino para
siempre, Y todas las peticiones que nuestro padre Abraham tuvo Le
pidió al Señor que lo concediera libremente como Pacto para siem-
pre. 13 . Esta es la salida del cuerpo De nuestro padre Isaac, el patri-
arca, Veinticuatro del mes de Mesore. Día en que su padre Abraham
ofreció Como sacrificio es el decimoctavo de Mechir. (12 de febrero)
Los cielos y el cielo La tierra estaba llena del olor calmante de nuestra
Padre Isaac, como plata de elección: ésta es la Sacrificio de nuestro
padre Isaac el patriarca. Cuando Abraham le ofreció como sacrifi-
cio a Dios, el olor calmante del sacrificio de Isaac Subió a los cielos.
Bendito es cada Hombre que realiza un Acto de misericordia en el
Nombre de estos patriarcas Hs, porque serán Sus hijos en el reino
de los cielos. Porque nuestro Señor ha hecho con ellos un pacto Para
siempre, que todo aquel que realice un acto De misericordia el día de
su conmemoración Se les dará como hijo en la Reino de los cielos
para siempre. Y ellos Llegará a la primera hora de los mil Años, de
acuerdo con la promesa de nuestro Señor, nuestro Dios y nuestro
Salvador Jesús Cristo, por quien toda gloria se debe a Él y su buen
Padre y el Espíritu Santo, Dador de vida a toda la creación y uno en
Estar con el Padre y el Hijo, ahora y Siempre, por los siglos de los
siglos. Amén’’
Testamento de Job
El inocente, el sacrificio, el conquistador en muchas contiendas. Libro
de Job, llamado Jobab, su vida y la transcripción de su Testamento.
Traducido por M. R. James (Apocrypha anecdota 2. Textos y Estu-
dios 5/1, Cambridge: University Press, 1897)
Capítulo 1
1 El día en que se enfermó y supo que tendría que abandonar su
morada corporal, llamó a sus siete hijos ya sus tres hijas, y les habló
de la siguiente manera: 2 “Formen un círculo alrededor de mí, niños,
y Escuchad y os contaré lo que el Señor hizo por mí y por todo lo
que me pasó.3 Porque yo soy Job tu padre. 4 Conoced, pues, hijos
míos, que sois la generación de los elegidos, noble de nacimiento. 5
Porque yo soy de los hijos de Esaú. Mi hermano es Nahor, y tu madre
es Dinah. Por ella me he convertido en tu padre. 6 Porque mi primera
mujer murió con mis otros diez hijos en amarga muerte. 7 Oíd ahora,
hijos, y os revelaré lo que me pasó. 8 Yo era un hombre muy rico que
vivía en Oriente en la tierra Ausitis, (Utz) y antes de que el Señor me
nombrara Job, me llamaron Jobab. 9 El comienzo de mi juicio fue
así. 10. Cerca de mi casa estaba el ídolo de uno que era adorado por
el pueblo; Y vi constantemente holocaustos que se le traían como un
dios.10 Entonces pensé y dije a mí mismo: “¿Es éste el que hizo el
cielo y la tierra, el mar y todos nosotros? ¿Cómo conoceré la verdad”
11 Y en aquella noche, mientras dormía, se oyó una voz que decía:
Jobab, Jobab, levántate, y yo te diré quién es el que tú quieres saber:
12 Esto, sin embargo, a quien el pueblo trae quemado - ofrendas y
libaciones, no es Dios, pero éste es el poder y la obra del Seductor
(Satanás) por el cual seduce al pueblo “. 13 Y cuando oí esto, caí
sobre la tierra y me postré diciendo: 14 “Señor mío, que hablas por
la salvación de mi alma, te ruego, si es el ídolo de Satanás, Por tanto,
destruidlo y purifiquen este lugar, 15 porque no hay nadie que me
pueda prohibir hacer esto, como yo soy el rey de esta tierra, para que
los que en ella viven ya no se extravíen “.16 Y la voz que me habló
de la llama me respondió: -Puedes purificar este lugar, pero yo te
anuncio lo que el Señor me mandó decirte, porque yo soy el arcángel
del Dios. 18 Y dije: “Todo lo que se dijere a su siervo, yo oiré”. 19.
Y el arcángel me dijo: Así habla el Señor: Si te empeñas en destruir
y quitar la imagen de Satanás, se pondrá con ira para pelear contra
ti, y mostrará contra ti toda su maldad 21 Él traerá sobre ti muchas
plagas severas, y tomará de ti todo lo que tienes, 21 quitará a tus hijos,
e infligirá muchos males sobre ti. 22 Entonces debes luchar como un
atleta y resistir el dolor, seguro de Tu recompensa, vencer pruebas y
aflicciones. 23 Mas cuando perseveres, haré tu nombre renombrado
por todas las generaciones de la tierra hasta el fin del mundo. 24 Y
te restauraré todo lo que tuviste, y la doble parte de lo que pierdes
te será dada para que sepas que Dios no considera a la persona, sino
que da a cada quien merece lo bueno. 25 Y también a ti se te dará, y
pondrás una corona de amaranto. 26 Y en la resurrección despertarás
para la vida eterna. Entonces sabrás que el Señor es justo, y verdade-
ro y poderoso “. 27 Por lo cual, hijos míos, respondí: “De amor de
Dios perduraré hasta la muerte todo lo que vendrá sobre mí, y no me
retraeré”. 28 Entonces el ángel me puso su sello y me dejó.
Capitulo 2
1 Después de esto me levanté en la noche y tomé cincuenta esclavos,
y fui al templo del ídolo y lo destruí hasta la tierra. 2. Así que volví a
mi casa y di órdenes de que la puerta estuviera firmemente cerrada;
Diciendo a mis porteros: 3 “Si alguno me pide, no me traigas ningún
reporte, sino dile: investiga asuntos urgentes, está dentro”. 4 Satanás
se disfrazó de mendigo y golpeó fuertemente a la puerta, diciendo
al portero: 5 “Denuncie a Job y diga que deseo conocerlo ‘’, 6 Y el
portero entró y me dijo eso, pero oyó de mí que yo estaba estudian-
do. 7 El Maligno, habiendo fracasado en esto, se fue y tomó sobre
su hombro un cesto viejo y desgarrado, y entró y le habló al portero
diciendo: “Dígale a Job: Dame pan de tus manos que pueda comer”.
8 Y cuando oí esto, le di el pan quemado para darlo, y le dije: “Espera
no comer de mi pan, porque te está prohibido”. 9 Pero el portero,
avergonzado de entregarle pan quemado y ceniza, como no sabía
que era Satanás, tomó de su propio pan fino y se lo dio. 10 Pero él la
tomó y, sabiendo lo que había ocurrido, dijo a la doncella: “Ve, pues,
siervo malo, y tráeme el pan que se te ha dado a mí”. 11 Y el siervo
clamó y dijo con tristeza: «Hablas la verdad, diciendo que soy un mal
criado, porque no he hecho lo que mi amo me había enseñado». 12
Y él se volvió y le trajo el pan quemado, y le dijo: Así dijo mi señor:
No comerás más de mi pan, porque te está prohibido, 13 y esto me
dio [diciendo: ] Para que la acusación no se lleve contra mí, que yo
no diera al enemigo que le pidiera “. 14 Y cuando Satanás oyó esto,
me envió al siervo diciendo:” Como ves este pan todo quemado , Así
pronto quemaré tu cuerpo para hacerlo así “. 15 Y yo respondí: “Haz
lo que quieras hacer, y haz lo que quieras, porque estoy dispuesto a
soportar todo lo que me traes”. 16 Y cuando el diablo oyó esto, me
dejó, y caminando por debajo del cielo, tomó de Jehová el juramento
que él tenía sobre todos mis bienes. 17 Después de haber tomado el
poder, se fue, y al instante se llevó todas mis riquezas.
Capítulo 3
1 Porque yo tenía ciento ochenta mil ovejas, y de éstas separé si-
ete mil para vestidos de huérfanos y viudas, y para los necesitados
y enfermos. 2 Tenía un rebaño de ochocientos perros que vigilaban
mis ovejas y además de estos doscientos para vigilar mi casa. 3 Y
tenía nueve ingenios trabajando para toda la ciudad, y los barcos para
transportar mercancías, y los asiento en cada ciudad y en las aldeas a
los débiles y enfermos ya los que eran desafortunados. 4 Y tuve tres-
cientos cuarenta mil asnos nómadas, y de éstos dejo quinientos, y la
descendencia de éstos ordené que se vendiera, y se diera el producto
a los pobres y necesitados. 5 Porque de todas las tierras vinieron los
pobres a mi encuentro. 6 Porque se abrieron las cuatro puertas de mi
casa, cada una de las cuales estaba a cargo de un vigilante que tenía
que ver si había gente que venía pidiendo limosna, y si me verían
sentado a una de las puertas para que pudieran salir El otro y tomar
lo que necesitaban. 7 Tenía también treinta tablas inmutable a todas
horas para los extranjeros, y también tenía doce mesas para las viu-
das. 8 Y si alguno venía pidiendo limosna, hallaba comida en mi mesa
para tomar todo lo que necesitaba, y no volví a nadie para salir de mi
puerta con el estómago vacío. 9 También tenía tres mil quinientos
yugos de bueyes, y escogí de estos quinientos, y los hice tender al
arado. 10 Y con ellos había hecho toda la obra en cada campo por
los que querían, tomándola a cargo y la renta de sus cosechas, dejé
a un lado a los pobres sobre su mesa. 11 También tenía cincuenta
panaderías, de las cuales mandé el pan a la mesa para los pobres. 12
Y tuve esclavos escogidos para su servicio. 13 También hubo algunos
extranjeros que vieron mi buena voluntad; Ellos querían servir como
camareros ellos mismos. 14 Otros, estando angustiados e incapaces
de ganarse la vida, vinieron con la petición diciendo: 15 “Te rogamos,
pues también podemos ocupar este puesto de camareros (diáconos)
y no tener posesión, ten piedad de nosotros y adelantar dinero a Para
que podamos ir a las grandes ciudades y vender mercancía, 16 y el
excedente de nuestro beneficio que podemos dar como ayuda a los
pobres, y entonces volveremos a ti tuyo (dinero) .17 Y cuando oí
esto , Me alegré de que ellos tomen todo de mí para la crianza de la
caridad para los pobres.18 Y con un corazón dispuesto les di lo que
ellos querían, y yo acepté su vínculo escrito, pero no quitaría ninguna
otra seguridad de ellos Excepto el documento escrito.19 Y salieron al
extranjero y dieron tiempo hasta el punto de ser pobres, en la medida
en que tuvieron éxito.20 Con frecuencia, sin embargo, algunos de sus
bienes se perdieron en el camino o en el mar, o le robaron. Entonces
ellos vinieron y dijeron: “Te rogamos, actúa generosamente hacia no-
sotros para que podamos Ee cómo podemos restaurar a los tuyos “.
22 Y cuando oí esto, tuve simpatía con ellos, y les entregué su vínculo,
y muchas veces lo había leído antes de que lo rasgaran y los liberaran
de su deuda. Diciéndoles: 23 “Lo que he consagrado en beneficio
de los pobres, no los quitaré.” 24 Así que no acepté nada de mi deu-
dor, 25 y cuando un hombre de corazón alegre vino a mí diciendo:
No necesito ser obligado a ser un obrero pagado por los pobres, 26
pero yo quiero servir a los necesitados en tu mesa “, y él consentió
trabajar, y él comió su parte. 27 Por lo tanto, le di su salario, y fui a
casa a regocijo. 28 Y cuando él no quiso tomarlo, lo obligué a hacer-
lo, diciendo: “Yo sé que tú eres un trabajador que busca y espera su
salario, y tú debes tomarlo”. 29 Nunca he dejado de pagar la paga del
jornalero o de ninguna otra persona, ni de retener en mi casa por una
sola noche la suya que se le debía. 30 Los que ordeñaban las vacas y
las ovejas señalaban a los transeúntes que debían tomar su parte. 31
Porque la leche fluía en tal cantidad que se cuajaba en mantequilla en
las colinas y por el lado de la carretera; Y por las rocas y las colinas,
el ganado que había dado a luz a su descendencia. 32 Porque mis
siervos se cansaron de guardar la carne de las viudas y de los pobres,
y la dividieron en pedazos pequeños. 33 Porque ellos maldecirían y
dirían: “Oh, que tuviéramos de su carne para que pudiéramos estar
satisfechos”, aunque yo era muy amable con ellos, 34 Yo también
tenía seis arpas [y seis esclavos para tocar las arpas] y también un ci-
thara, un decachord, y lo golpeé durante el día. 35 Y tomé el Cithara,
y las viudas respondieron después de sus comidas. 36 Y con el Instru-
mento musical Les recordé a Dios que deberían alabar al Señor. 37 Y
cuando murmuraron mis esclavas, tomé los instrumentos musicales
y hice todo lo que hubiesen hecho por su salario, y les di un respiro
de su trabajo y suspiros.
Capítulo 4
1 Y mis hijos, después de ocuparse del servicio, comían cada día con
sus tres hermanas, comenzando con el hermano mayor, y hacían una
fiesta. 2 Y me levanté por la mañana, y ofrecí como ofrenda por
el pecado cincuenta carneros y diecinueve ovejas, y lo que quedaba
como residuo era consagrado a los pobres. 3 Y les dije: Tomad esto
como restos, y orad por mis hijos: 4 Por cierto que mis hijos pecaron
delante de Jehová, diciendo con altanería de espíritu: Somos hijos
de este hombre rico. Nosotros somos siervos de los pobres “5 Y
hablando así con un espíritu altivo, ellos pudieron provocar la ira
de Dios, porque la soberana soberbia es una abominación delante
de Jehová”. 6 Así que traje bueyes como ofrendas al sacerdote en
el altar diciendo: “Que mis hijos nunca piensen mal en Dios en sus
corazones”. 7 Mientras yo vivía de esta manera, el Seductor no podía
soportar ver el bien, y exigió la guerra de Dios contra mí. 8 Y él vino
sobre mí cruelmente. 9 Primero quemó el gran número de ovejas,
luego los camellos, luego quemó el ganado y todos mis rebaños; O
fueron capturados no sólo por enemigos sino también por aquellos
que habían recibido beneficios de mí. 10 Y vinieron los pastores y
me lo anunciaron. 11 Pero cuando lo oí, alabé a Dios y no blasfeme.
12 Y cuando el Seductor se enteró de mi fortaleza, planeó algo nuevo
contra mí. 13 Se disfrazó de Rey de Persia y sitió mi ciudad, y después
de haber sacado a todos los que estaban en ella, les habló con mali-
cia, diciendo en lenguaje jactancioso: 14 Este hombre Job, que ha
obtenido todos los bienes de la tierra Y no dejó nada por los demás,
destruyó y derribó el templo de Dios, 15 por lo cual le pagaré lo que
ha hecho a la casa del gran dios. 16 Ahora, venid conmigo y saqueare-
mos todo lo que queda en su casa. 17 Y ellos respondieron y le di-
jeron: Tiene siete hijos y tres hijas. 18 Mirad que huyan a otras tierras
y se conviertan en nuestros tiranos, y luego vengan sobre nosotros
con fuerza y nos maten. 19 Y dijo: No tengas miedo. 20 Y habiendo
dicho así, fue y echó la casa sobre mis hijos, y los mató. Y viendo con
mis propios ojos el pillaje de mi casa, y los hombres sin cultura y sin
misericordia, y viendo lo que había dicho por él, vino y me persiguió,
y me robó todo lo que había en mi casa. Sin honor se sentó a mi
mesa y en mis sofás, y no pude protestar contra ellos.23 Porque yo
estaba agotada como una mujer con sus lomos sueltos de la multitud
de dolores, recordando principalmente que esta guerra me había sido
predicha por el Señor A través de su ángel, 24 y me hice como uno
que, viendo el mar áspero y los vientos adversos, mientras la carga
del barco en medio del océano es demasiado pesada, arroja la carga al
mar, diciendo: Destruir todo esto sólo con el fin de llegar con seguri-
dad a la ciudad para que pueda tomar como beneficio el rescate s La
cadera y lo mejor de mis cosas “. 26 Así manejé mis propios asuntos.
27 Pero vino otro mensajero y me anunció la ruina de mis propios
hijos, y fui sacudido de terror. 28 Y rasgué mis vestidos, y dije: Jehová
ha dado, Jehová ha tomado. Como ha considerado mejor al Señor, así
ha llegado a ser. Que el nombre del Señor sea bendito “.
Capítulo 5
1 Y cuando Satanás vio que no podía desesperarme, se fue y preguntó
a mi cuerpo del Señor para infligirme plaga, porque el Maligno no
podía soportar mi paciencia. 2 Entonces el Señor me entregó en sus
manos para usar mi cuerpo como él quería, pero él no le dio poder
sobre mi alma. 3. Y vino a mí cuando yo estaba sentado en mi trono
todavía llorando por mis hijos. 4 Y él se parecía a un gran huracán,
y volvió sobre mi trono y me arrojó por tierra. 5 Y continué tirado
en el suelo durante tres horas. Y me hirió con una dura plaga desde
la cima de mi cabeza hasta los dedos de los pies. 6 Y salí de la ciudad
con gran terror y desgracia, y me senté sobre un muladar, mi cuerpo
estaba siendo comido de gusano. 7 Y mojé la tierra con la humedad
de mi cuerpo dolorido, porque la materia fluyó de mi cuerpo, y mu-
chos gusanos lo cubrieron. 8 Y cuando un solo gusano se arrancó de
mi cuerpo, lo puse de nuevo diciendo: “Permanece en el lugar donde
has sido colocado hasta que El que te envió te ordenará a otra parte”.
9 Así padeció durante varios años, sentado en un monte de estiércol
afuera de la ciudad, mientras estaba atormentado por la peste. 10
Y vi con mis propios ojos a mis anhelados hijos [llevados por los
ángeles al cielo] 11 Y a mi humilde esposa que había sido llevada a
su recámara nupcial en tan lujoso lujo y con lanceros como guardias
del cuerpo. La vi hacer un trabajo de portador de agua como un es-
clavo en la casa de un hombre común con el fin de ganar un poco de
pan y traer a mí. 12 Y en mi dolorosa aflicción dije: “¡Oh, que estos
jactanciosos gobernantes de la ciudad, a quienes yo no pensaba ser
iguales a mis pastores, ahora empleen a mi esposa como sierva!” 13 Y
después de esto volví a tomar valor. 14 Y después de esto, retuvieron
el pan, para que sólo tuviera su propio alimento. 15 Pero ella la tomó
y la dividió entre ella y yo, diciendo tristemente: “¡Ay de mí !, pues
ya no puede alimentarse de pan, y no puede ir al mercado pedir pan
de los vendedores de pan para traerlo 16 Y cuando Satanás se enteró
de esto, tomó la apariencia de vendedor de pan, y fue como si por
casualidad mi esposa lo hubiera encontrado y le pidiera pan creyendo
que era ese tipo de hombre. 17 Pero Satanás le dijo: “Dame el valor,
y luego toma lo que quieras.” 18 Entonces ella respondió diciendo:
¿Dónde conseguiré dinero? ¿No sabes qué desgracia me sucedió? Si
tienes piedad, muéstrate a mí; Si no, verás. “19 Y él respondió dicien-
do:” Si no merecías esta desgracia, no hubieras sufrido todo esto. 20
Ahora bien, si no hay pieza de plata en tu mano, dame el cabello de tu
cabeza y tómale tres panes para que vivas allí tres días. 21 Entonces se
dijo a sí misma: ¿Qué es el cabello de mi cabeza en comparación con
mi marido hambriento? 22 Y después de haber reflexionado sobre
el asunto, ella le dijo: Levántate y corta mi pelo. 3 Entonces tomó
unas tijeras y se quitó el pelo de su cabeza delante de todos, y le dio
tres panes. 24 Entonces ella los tomó y me los trajo. Y Satanás se
fue detrás de ella en el camino, escondiéndose mientras caminaba y
preocupando mucho su corazón.
Capítulo 6
1 Y de inmediato mi mujer se acercó a mí y clamó en voz alta y lloró,
diciendo: «Job, Job, ¿cuánto tiempo te sentarás sobre la colina de los
estiércol fuera de la ciudad, reflexionando todavía un rato y esper-
ando obtener tu esperada salvación ! “ 2 Y he estado vagando de un
lugar a otro, vagando como un empleado, he aquí que la memoria ya
ha muerto lejos de la tierra. 3 Y mis hijos y las hijas que llevo sobre
mi pecho y las fatigas y dolores que sostuve han sido para nada. 4 Y
tú te sientas en el estado maloliente de dolor y gusanos, pasando las
noches en el aire frío. 5 Y he sufrido todas las pruebas y angustias y
dolores, día y noche, hasta que logré traer pan a ti. 6 Porque ya no
me es permitido el excedente de pan; Y como apenas puedo tomar
mi propia comida y dividirla entre nosotros, medité en mi corazón
que no era correcto que tuvieras dolor y hambre de pan. 7 Y así me
aventuré a ir al mercado sin timidez. Y cuando el vendedor de pan
me dijo: “Dame dinero, y tendrás pan.” Le revelé nuestro estado de
angustia. “8 Entonces le oí decir:” Si no tienes dinero, dame el pelo
de Tu cabeza, y toma tres panes para que viváis en ellos tres días “.
9 Y me entregué al mal, y le dije: «¡Levántate, y quíteme el cabello!»
Y se levantó y en desgracia cortó con las tijeras los cabellos de mi
cabeza en el mercado, mientras la multitud se paraba y se preguntaba.
¿Quién no se asombraría diciendo: “Es esta Sitis, la esposa de Job,
que tenía catorce cortinas para cubrir su salón interior, y las puertas
dentro de las puertas, de modo que era muy honrado que se acercara
a ella, y ahora he aquí, ¡Ella trota su pelo por el pan! 11 El cual tenía
camellos cargados de bienes. Y fueron llevados a tierras remotas a los
pobres, ¡y ahora vende sus cabellos por pan! 12 He aquí a la que tenía
siete mesas inmutablemente colocadas en su casa, en las cuales cada
pobre y cada extranjero comían, y ahora vende sus cabellos por pan.
13 He aquí a la que tenía el lavabo con que lavar sus pies de oro y
plata, y ahora camina sobre la tierra y vende sus cabellos por el pan.
14 He aquí a la que tenía sus vestidos de bisutería entretejidos de oro,
y ahora intercambia su pelo por pan. 15 He aquí la que tenía sillones
de oro y de plata, y ahora vende sus cabellos por pan. 16 En resumen,
pues, Job, después de las muchas cosas que se me han dicho, ahora
les digo en una palabra: 17 “Puesto que la debilidad de mi corazón ha
aplastado mis huesos, levántate y toma estos panes y disfruta Ellos,
y luego hablar alguna palabra contra el Señor y morir! 18 Porque yo
también cambiaría el torpor de la muerte por el sustento de mi cu-
erpo “. 19 Pero yo le respondí: “He aquí que he sido por estos siete
años plagados, y he soportado las lombrices de mi cuerpo, y no he
sido pesado en mi alma por todos estos dolores.” 20 Y en cuanto a
la palabra que Tú dices: ‘Habla alguna palabra contra Dios y muere’,
junto con ti sostendré el mal que ves, y soportaremos la ruina de
todo lo que tenemos. “21 Sin embargo, tú deseas que digamos alguna
palabra contra Dios Y que Él debe ser cambiado por el gran Plutón.
[22] ¿Por qué no te acuerdas de los grandes bienes que poseíamos Si
estos bienes vienen de las tierras del Señor, ¿no debemos soportar
también los males y ser De alta mente en todo hasta que el Señor
tenga misericordia de nuevo y tenga piedad de nosotros 23 ¿No ves
que el seductor está detrás de ti y confundir tus pensamientos con el
fin de que me seducir 24 Y se volvió a Satanás y dijo: “¿Por qué dost
No vienes abiertamente a mí Deja de ocultarte a ti miserable uno, 25
¿El lio N demostrar su fuerza en la jaula de la comadreja O el pájaro
vuela en la cesta Te digo ahora: Vete y libra tu guerra contra mí “.
26 Y salió de detrás de mi mujer, y se puso delante de mí, llorando,
y dijo: He aquí, Job, yo me rindo y cediendo a ti que no eres sino
carne mientras soy espíritu. 27 Tú eres plagada, pero yo estoy en gran
angustia. 28 Porque yo soy como un luchador que se disputa con un
luchador que, en un combate de una sola mano, derribó a su antag-
onista y lo cubrió con polvo y rompió cada uno de sus miembros,
mientras que el otro que se encuentra debajo, que ha mostrado su
valentía, Emite sonidos de triunfo que atestiguan su excelencia supe-
rior. 29 Así que tú, oh Job, estás por debajo, y has sufrido de plaga y
de dolor, y sin embargo has llevado conmigo la victoria en la pelea,
y he aquí que me rindo ante ti. Hijos míos, manifiestáis también un
corazón firme en todo el mal que os sucede, porque más que todas
las cosas es firmeza de corazón.
Capítulo 7
1 En aquel tiempo los reyes oyeron lo que me había sucedido y se le-
vantaron y vinieron a mí. Cada uno de su tierra para visitarme y para
consolarme. 2. Y cuando llegaron cerca de mí, lloraron a gran voz y
cada uno rasgó sus ropas. 3 Y después que se postraron, tocando la
tierra con sus cabezas, se sentaron a mi lado siete días y siete noches,
y ninguno pronunció palabra. 4 Ellos eran cuatro en número: Eliplaz,
el rey de Teman, Balad, Sophar y Elilhu. 5 Y cuando se sentaron,
hablaron de lo que me había sucedido. 6 Y cuando por primera vez
habían venido a mí y les había mostrado mis piedras preciosas, se
maravillaron y dijeron: 7 “Si de nosotros tres reyes todas nuestras
posesiones fueran reunidas en una sola, no llegaría a Las piedras pre-
ciosas del reino de Jabab, porque tú eres de mayor nobleza que todo
el pueblo de Oriente. “8 Y cuando llegaron a la tierra de Ausitis” Uz
“para visitarme, 9 Y les dijeron acerca de mí: “Se sienta en el monte
de estiércol afuera de la ciudad, porque no ha entrado en la ciudad”
por siete años “. De nuevo me preguntaron acerca de mis posesiones,
y les fue revelado todo lo que me sucedió. »11 Y cuando lo supi-
eron, salieron de la ciudad con los habitantes, y mis conciudadanos
me los señalaron. Pero estos protestaron y dijeron: “Seguramente,
esto no es Jobab ‘’. 13 Y mientras titubeaban, dijo Elifaz. El Rey de
Temán: “Vengan, hagamos un acercamiento y veamos”. 14 Y cuando
llegaron cerca me acordé de ellos, y lloré mucho cuando aprendí el
propósito de su viaje. 15 Y arrojé la tierra sobre mi cabeza, y mientras
sacudía mi cabeza, les revelé que yo era [Job]. 16 Y cuando me vieron
sacudir la cabeza, se echaron sobre la tierra, todos ellos vencidos de
emoción. 17 Y mientras sus huestes estaban de pie, vi que los tres
reyes yacían en el suelo tres horas como muertos. 18 Entonces se
levantaron y se dijeron el uno al otro: No podemos creer que este sea
Jobab. 19 Y finalmente, después de haber consultado durante siete
días sobre todo lo que me concernía y buscando mis ovejas y otras
posesiones, dijeron: No sabe cuántas mercancías fueron enviadas por
él a las ciudades y los pueblos alrededor de ser dado a los pobres,
aparte de todo lo que fue entregado por él dentro de su propia casa
¿Cómo, pues, podría haber caído en tal estado de perdición y Miseria
“. 21 Y después de los siete días, Eliú dijo a los reyes:” Vamos a acer-
carnos y examinarle con exactitud, si él realmente es Jobab o no “. 22
Y ellos, no siendo ni media milla (estadio) distante de su mal olor Se
levantaron y se acercaron, llevando perfume en sus manos, mientras
que sus soldados fueron con ellos y arrojaron incienso aromático
alrededor de ellos para que pudieran acercarse a mí. 23 Y después
de haber pasado así tres horas, cubriendo el camino con aroma 24
Y Eliphaz comenzó y sai D: “¿Eres tú, Job, nuestro compañero rey?
¿Eres tú el que poseías la gran gloria? 25 Eres tú el que una vez brilló
como el sol del día en toda la tierra ¿Eres tú quien una vez se parecía
a la luna ya las estrellas 26 Y yo le respondí y dije: Yo soy, y todos
lloraron y lloraron, y cantaron un canto real de lamentación, y todo
su ejército se unió a ellos en un coro. 27 Y me dijo también Elifaz:
“¿Eres tú el que había ordenado que se dieran siete mil ovejas por
vestidura del pobre, a donde ha ido la gloria de tu trono 28 ¿Eres tú
el que había ordenado tres mil cabezas de ganado para hacer el arado
del campo para el pobre Wither? 29 ¿Eres tú el que tenía sillones de
oro, y ahora estás sentado sobre una colina de estiércol? 30 ¿Eres
tú el que tenía sesenta mesas para los pobres? ¿Eres tú el que tenía
incensario para el perfume fino hecho de piedras preciosas, y ahora
estás en un estado maloliente hacia donde ha ido tu gloria? 31 Eres
tú el que tenía candelabros de oro puestos sobre plata; Y ahora debes
anhelar el resplandor natural de la luna [“¿Adónde ha ido tu gloria?”]
32 ¿Tú eres el que tenía ungüento hecho de las especias de incienso,
y ahora estás en un estado de repulsión! [¿A dónde ha ido tu gloria?]
33 ¡Eres tú el que se burló de los malhechores y de los pecadores,
y ahora te has convertido en un motivo de burla para todos! »[¿A
dónde ha ido tu gloria?
34 Y cuando Elifaz hubo llorado y lamentado durante largo tiempo,
mientras todos los otros se habían reunido con él, de modo que la
conmoción era muy grande, les dije: 35 Acuérdate y yo te mostraré
mi trono, y la gloria de su esplendor Mi gloria será eterna. 36 El
mundo entero perecerá, y su gloria desaparecerá, y todos los que se
aferran a ella permanecerán debajo, pero mi trono está en el mundo
superior y su gloria y esplendor será
Capítulo 8
Cuando les hablé así a ellos, Ehiphaz. Se enojó y dijo a los otros ami-
gos: “¿Por qué es que hemos venido aquí con nuestras huestes para
consolarlo?” 9 He aquí, nos reprende, volvamos a nuestros países.
2 Este hombre se sienta aquí en la miseria sembrada de gusanos en
medio de un insoportable estado de putrefacción y, sin embargo, de-
safía su salvación: “Los reinos perecerán y sus gobernantes, pero mi
reino, dice él, durará para siempre.” 3 Eliphaz, Se levantó en gran
conmoción, y, apartándose de ellos con gran furia, dijo: “Voy por
aquí. Hemos venido a consolarlo, pero él nos declara la guerra en vis-
ta de nuestros ejércitos. “4 Pero Baldad lo tomó de la mano y dijo:”
No así debe hablar a un hombre afligido, y especialmente a un afec-
tado Abajo con tantas plagas. 5 He aquí, nosotros, en buen estado
de salud, no osamos acercarnos a él por el olor ofensivo, sino con la
ayuda de abundante aroma aromático. Pero tú, Elifaz. Arte olvidad-
izo de todo esto. 6 Déjame hablar claramente. Seamos magnánimos
y aprendamos cuál es la causa Debe él en recordar sus días anteriores
de felicidad no se vuelven locos en su mente 7 ¿Quién no debe estar
completamente perplejo viéndose así caer en la desgracia y las plagas
Pero permítanme paso cerca de él que pueda encontrar ¿Por qué
motivo es así? “9 Y Baldad se levantó y se me acercó diciendo:” Tú
eres Job “y él dijo:” ¿Está tu corazón todavía en buen estado? 9 Y
dije: “No me aferré a las cosas terrenales, La tierra con todos los que
la habitan es inestable, pero mi corazón se aferra al cielo, porque no
hay problemas en el cielo “. 10 Entonces Baldad respondió y dijo:
“Sabemos que la tierra es inestable, porque cambia según la estación,
a veces está en estado de paz y, a veces, en estado de guerra. Que está
perfectamente estable, 11 pero verdaderamente estás en un estado de
calma. Por tanto, permíteme preguntar y hablar, y cuando me respon-
das a mi primera palabra, tendré una segunda pregunta que hacer, y
si vuelves a contestar bien, Establecer palabras, será manifiesto que
tu corazón no ha sido desequilibrado “. 12 Y dije: “¿Sobre qué has
puesto tu esperanza?” Y dije: “Sobre el Dios vivo”. 13. Y me dijo:
“¿Quién te privó de todo lo que poseías, y que te infligió estas pla-
gas?” 9 Y dije: “Dios”. 14 Y él dijo: “Si sigues depositando tu espe-
ranza en Dios, ¿cómo puede hacer mal en el juicio, habiendo traído
sobre ti estas plagas y desgracias, y habiendo quitado de ti todas tus
posesiones? Que no te ha dado nada: ningún rey deshonrará a su sol-
dado que le ha servido bien como guardia del cuerpo “16 [Y respondí
diciendo]:” Quien entiende las profundidades del Señor y de su sabi-
duría para poder acusar a Dios De la injusticia “17 [Y Baldad dijo]:”
Respóndeme, Job, a esto: De nuevo te digo: ‘Si estás en un estado de
calma razon, enséñame si tienes sabiduría: 18 ¿Por qué vemos la El
sol se levanta en el Este y se pone en Occidente Y de nuevo al levan-
tarse en la mañana lo encontramos levantarse en el Oriente Dime tu-
pensamiento acerca de esto ‘’ 19 Entonces dije: “¿Por qué traicionaré
los poderosos misterios De Dios Y mi boca tropezar en revelar cosas
pertenecientes al Maestro Nunca! 20 ¿Quiénes somos nosotros para
que hagamos preguntas sobre el mundo superior mientras somos
sólo de carne, no, tierra y ceniza? 21 Para que sepas que mi corazón
está sano, oye lo que te pido: 22 Por el estómago viene comida, y
agua bebes por la boca, y luego fluye por la misma garganta, y cuan-
do los dos bajan para llegar a ser Excremento, nuevamente parte;
Quien efectúa esta separación. “23 Y Baldad dijo:” No lo sé “, y yo
le respondí y le dije:” Si no entiendes ni las salidas del cuerpo, ¿cómo
puedes entender los circuitos celestiales “
24 Y respondió Sophar, y dijo: No investigamos nuestros propios
asuntos, sino que deseamos saber si estás en buen estado, y he aquí
vemos que tu razón no ha sido sacudida. Que debemos hacer por ti.
He aquí, hemos venido aquí y traído a los médicos de tres reyes, y si
lo deseas, tú puedes curar por ellos “. 26 Pero yo respondí y dije: “Mi
cura y mi restauración provienen de Dios, el Creador de los médi-
cos”.
Capítulo 9
1 Y cuando les hablé así, he aquí que mi esposa Sitis llegó corriendo,
vestida de harapos. Del servicio del amo por el cual fue empleada
como esclava, aunque se le había prohibido salir, para que los reyes,
al verla, pudieran tomarla como cautiva. 2 Y cuando ella vino, ella
se arrojó postrada a sus pies, llorando y diciendo: “Recuerda”. Eli-
faz y otros amigos, lo que una vez estuve con vosotros, y cómo he
cambiado, cómo estoy ahora vestido para encontraros con vosotros.
“3 Entonces los reyes estallaron en gran llanto y, estando en doble
perplejidad, guardaron silencio. Pero Eliphaz tomó su manto púrpura
y lo arrojó alrededor de ella para envolverse con él. 4 Pero ella le pre-
guntó diciendo: -Por favor, señores, pido que ordenes a tus soldados
que caven entre las ruinas de nuestra casa que cayeron sobre mis
hijos, para que sus huesos puedan ser llevados en perfecto estado A
los sepulcros.5 Tenemos, como lo hemos hecho, por causa de nuestra
desgracia, ningún poder en absoluto, y por lo menos podemos ver sus
huesos.6 Porque yo tengo como un bruto el sentimiento maternal de
bestias salvajes que mis diez hijos habrían perecido En un día y no
en uno de ellos podría dar un entierro decente “7 Y los reyes dieron
orden de que las ruinas de mi casa fueran desenterradas, pero yo lo
prohibí, salvando 8 ‘’ No vayas al problema en Vanidoso, porque mis
hijos no serán hallados, porque están en la guarda de su Creador y
Gobernante “. 9 Y los reyes respondieron, y dijeron: ¿Quién negará
que está fuera de su mente y raves? 10 Porque mientras deseamos
traer los huesos de sus hijos de nuevo, él nos prohíbe hacer esto
diciendo: ‘Han sido tomados y colocados La guarda de su Hacedor.
“Por tanto, probadnos la verdad”. 11 Y yo les dije: Levántenme para
que me levante, y ellos me alzaron levantando los brazos de ambos
lados, 12 y me paré en pie, y pronuncié primero la alabanza de Dios, y
después de la oración que les dije : “Mira con tus ojos hacia el Este”.
13 Y miraron y vieron a mis hijos con coronas cerca de la gloria del
Rey, el Gobernante de los cielos. 14 Y viendo esto mi mujer Sitis, cayó
al suelo y se postró delante de Dios, diciendo: “Ahora sé que mi me-
moria permanece con el Señor.” 15 Y después de haber dicho esto,
y la tarde vino , Fue a la ciudad, de vuelta al amo a quien ella servía
como esclava, y se acostó en el pesebre del ganado y murió allí de
agotamiento. 16 Y cuando su despótico maestro la buscó y no la en-
contró, él vino Hasta el rebaño de sus rebaños, y allí la vio extendida
sobre el pesebre muerto, mientras todos los animales de alrededor
clamaban por ella.17 Y todos los que la veían lloraban y se lamenta-
ban, y el grito se extendía por toda la ciudad. 19 Y los pobres de la
ciudad hicieron un gran luto por ella, y dijeron: “He aquí este Sitis,
cuyo semejante en nobleza y en gloria es No se encuentra en ninguna
mujer. ¡Ay! Ella no fue hallada digna de una tumba apropiada! “20 El
adrede para ella lo encontrarás en el expediente.
Capítulo 10
Pero Elifaz y los que estaban con él se asombraron de estas cosas, y
se sentaron conmigo y me respondieron, y hablaron con jactanciosas
palabras acerca de mí durante veintisiete días. 2 Y lo repetían una y
otra vez, que sufriendo merecidamente por haber cometido muchos
pecados, y que no había esperanza para mí, sino que respondí a estos
hombres con entusiasmo. 3 Y se levantaron en cólera, dispuestos a
unirse en espíritu de ira. Pero Elihu los conjuró a que se quedaran un
poco más hasta que él les mostrara lo que era. 4 “Pues”, dijo, “pasa-
ron tantos días, permitiendo que Job se gloríe de que él es justo, pero
ya no lo sufriré.” 5 Porque desde el principio seguí llorando por él,
recordando su felicidad anterior. Pero ahora habla con jactanciosidad
y con soberbio orgullo dice que tiene su trono en los cielos.6 Por
tanto, oídme, y yo os diré cuál es la causa de su destino.7 Entonces,
imbuido del espíritu de Satanás, Eliú Habló palabras duras que se
anotan en los registros de izquierda de Eliú. 8 Y después de haber
terminado, Dios se me apareció en una tormenta y en nubes, y habló,
culpando a Eliú y mostrándome que el que había hablado no era un
hombre, Sino una bestia salvaje. 9 Y cuando Dios hubo terminado de
hablarme, el Señor habló a Elifaz: “Tú y tus amigos pecaron porque
no habéis dicho la verdad acerca de mi siervo Job. 10 Por tanto, leván-
tate y haz que traiga una ofrenda por el pecado para ti Para que tus
pecados sean perdonados, porque si no fuera por él, yo te habría de-
struido. “11 Y me trajeron todo lo que pertenecía a un sacrificio, y lo
tomé y traje para ellos una ofrenda por el pecado 12 Y cuando Elifaz,
Baldad y Sophar vieron que Dios había perdonado graciosamente su
pecado por medio de su siervo Job, pero que no se dignó perdonar
a Eliú, entonces Elifaz comenzó a cantar Un himno, mientras los
otros respondían, sus soldados también se unían al pie del altar. 13
Eliphaz habló así “Se quita el pecado Y nuestra injusticia desapare-
cida; 14 Pero Eliú, el maligno, no tendrá memoria entre los vivos; Su
luminaria se extingue y ha perdido su luz. 15 La gloria de su lámpara
se anunciará para él, porque él es el hijo de las tinieblas. Y no de luz.
16 Los porteros del lugar de las tinieblas le darán su gloria y su her-
mosura como parte; Su reino se ha desvanecido, su trono se ha der-
retido, y el honor de su estatura está en el Seol. 17 Porque ha amado
la belleza de la serpiente y las escamas del dragón, su hiel y su veneno
pertenece al Norte (Zphuni = Adder). 18 Porque no se poseyó al
Señor, ni le temió, sino que odió a los que había escogido. 19 Así
que Dios se olvidó de él, y “los santos” lo abandonaron, su ira y su
ira serán para él desolación, y no tendrá misericordia en su corazón
ni paz, porque tuvo el veneno de un sumador en su lengua. 20 Justo
es el Señor, y sus juicios son verdaderos; con él no hay preferencia
de persona, porque juzga a todos por igual. 21 He aquí que viene el
Señor. He aquí, los “santos” han sido preparados: ¡Las coronas y los
premios de los vencedores los preceden! 22 Que los santos se rego-
cijen, y que sus corazones se alegren de alegría; Porque recibirán la
gloria que les es útil.
Coro.
23 Nuestros pecados son perdonados, nuestra injusticia ha sido puri-
ficada, pero Eliú no tiene recuerdo entre los vivientes “. 24 Después
de que Elifaz hubo terminado el himno, nos levantamos y volvimos
a la ciudad, cada uno a la casa donde vivían. 25 Y el pueblo me hizo
banquete por gratitud y gozo de Dios, y todos mis amigos volvieron
a mí. 26 Y todos los que me habían visto en mi anterior estado de
felicidad, me preguntaron diciendo: “¿Cuáles son esas tres cosas aquí
entre nosotros”
Capítulo 11
1 Pero yo deseando volver a tomar mi obra de benevolencia por los
pobres, les dije: “Dame cada uno cordero para vestir a los pobres en
su desnudez, y cuatro dracmas de plata o oro “3 Entonces el Señor
bendijo todo lo que me quedaba, y al cabo de unos días me volví rica
en mercaderías, en rebaños y en todo lo que había perdido, y volví a
recibir en doble número. 4 Y tomé también por esposa a tu madre, y
te puse por diez en lugar de los diez hijos que habían muerto.
5 Y ahora, hijos míos, permítanme que os diga: “He aquí que yo
moriré, y tomaréis mi lugar. 6 No abandones al Señor. Sea caritativo
hacia los pobres; No menosprecie a los débiles. No seáis esposas de
extraños. 7 He aquí, hijos míos, dividiré entre vosotros lo que poseo,
para que cada uno tenga control sobre los suyos y tenga poder para
hacer el bien con su parte. “8 Y después de haber hablado así, trajo
todos sus bienes y Los dividió entre sus siete hijos, pero no dio nada
de sus bienes a sus hijas. 9 Entonces dijeron a su padre: Nuestro señor
y padre, ¿no somos nosotros también tus hijos? ¿Por qué no nos das
tu parte de tus bienes? 10 Entonces Job dijo a sus hijas: Hijas, no te
he olvidado, he aquí, yo te he conservado una posesión mejor que la
que tus hermanos han tomado “. 11 Y llamó a su hija, que se llamaba
Yemima, y le dijo: Toma este anillo doble como llave, y ve a la casa del
tesoro, y tráeme el ataúd de oro, para que yo te dé tu posesión. 12 Y
ella fue y la trajo a él, y la abrió, y sacó unos cinturones de tres cuerdas
sobre la apariencia de que ningún hombre puede hablar.13 Porque no
eran obra terrenal, sino destellos de luz celestiales brillaron a través
de ellos como el 14 Y dio una cuerda a cada una de sus hijas y les dijo:
“Pónganlos como cinturones alrededor de ustedes, para que todos
los días de su vida los rodeen y les dan todo lo bueno”. 15 Y la otra
hija, cuyo nombre era Kassías, dijo: ¿Es esta la posesión de la que
dices que es mejor que la de nuestros hermanos? ¿Y ahora qué pode-
mos vivir de esto? 16 Y su padre les dijo: Suficientes para vivir, pero
éstos te llevan a un mundo mejor para vivir en los cielos, 17 ¿O no
conoces a mis hijos, el valor de estas cosas aquí? Escuchen, entonces,
cuando el Señor me había considerado digno de tener compasión Y
que me quitó el cuerpo de las plagas y de los gusanos, me llamó y
me dio estas tres cuerdas. 15 Y me dijo: Levántate, y ceñe tus lomos
como un hombre que yo te pediré y te declararé 19 Y las tomé y las
sujeté alrededor de mis lomos, y de inmediato los gusanos salieron de
mi cuerpo, y también las plagas, y todo mi cuerpo tomó nueva fuerza
por el Señor, y así pasé, como si yo 20 Pero también en mi corazón
me olvidé de los dolores. Entonces habló el Señor a mí en su gran
poder y sho Llevadme todo lo que fue y será.
21 Ahora pues, hijos míos, al guardar esto, no tendréis el enemi-
go conspirando contra vosotros ni las intenciones [mal] en vuestra
mente porque esto es un encanto (Phylacterion) del Señor. 22 Leván-
tate y ciérralos a tu alrededor antes de morir, para que veáis a los
ángeles venir a mi despedida, para que contempléis con admiración
los poderes de Dios. “23 Entonces se levantó el que se llamaba Día
(Yemima) E inmediatamente se alejó de su cuerpo, como le había
dicho su padre, y se puso otro corazón, como si nunca se preocupara
por las cosas terrenales.24 Y cantó himnos angélicos en la voz de los
ángeles, y cantó la alabanza angelical De Dios mientras bailaba.
25 Entonces la otra hija, Kassia por su nombre, se puso el cinturón,
y su corazón se transformó, de modo que ya no deseaba cosas mun-
danas. 26 Y su boca asumió el dialecto de los gobernantes celestiales
(Arcángeles) y ella cantó la donología de la obra del Alto Lugar y si
alguien desea conocer la obra de los cielos puede tomar una visión
de los himnos de Kassia. 27 Entonces la otra hija, con el nombre de
Corneta de Amaltea (Keren Happukh) se ceñía y su boca hablaba
en el lenguaje de los de arriba; Porque su corazón fue transformado,
siendo levantado sobre las cosas mundanas. 28 Habló en el dialec-
to de los Querubines, cantando la alabanza del Gobernante de las
virtudes cósmicas (virtudes) y exaltando su (Su) gloria. 29 Y el que
quiera seguir los vestigios de la “Gloria del Padre” los encontrará
escritos en las oraciones del Cuerno de Amaltea.
Capítulo 12
1 Después de estos tres habían terminado de cantar himnos. Yo,
Naor (Neros), hermano de Job, me senté junto a él mientras él se
acostaba. 2 Y oí las cosas maravillosas de las tres hijas de mi herma-
no, una que siempre sucedía a la otra en medio de un terrible silencio.
3 Y escribí este libro que contenía los himnos, excepto los himnos y
las señales del [santo] Verbo, porque éstas eran las grandes cosas de
Dios. 4 Y Job se echó de la enfermedad en su lecho, pero sin dolor
ni sufrimiento, porque su dolor no se apoderó fuertemente de él por
causa del encanto del cinturón que había arrollado alrededor de sí
mismo. 5 Pero después de tres días, Job vio a los santos ángeles venir
por su alma, y al instante se levantó y tomó el cithara y se lo dio a
su hija Día (Yemima). 6 Y a Kassia dio un incensario (con perfume
= Kassia, y al cuerno de Amalthea (= música) él dio un timbrel para
poder bendecir a los santos ángeles que vinieron por su alma. 7 Y
tomaron esto, y cantaron, y tocaron en el salterio, y alabaron y glori-
ficaron a Dios en el dialecto santo. 8 Y después de esto vino Aquel
que se sentó en el gran carro y besó a Job, mientras sus tres hijas
miraban, pero los demás no lo vieron. 9 Y tomó el alma de Job, y
subió al cielo, tomándola por el brazo y llevándola sobre el carro, y
se dirigió hacia el oriente. 10 Su cuerpo, sin embargo, fue llevado a
la tumba, mientras las tres hijas marchaban delante, poniéndose sus
cinturones y cantando himnos en alabanza a Dios. 11 Entonces tomó
Naor (Nereos) su hermano y sus siete hijos, con el resto del pueblo y
los pobres, los huérfanos y los débiles, un gran llanto por él, diciendo:
12 Ay de nosotros, porque hoy nos ha sido quitada la fuerza de los
débiles, la luz de los ciegos, el padre de los huérfanos; 13 El séquito
de extraños ha sido quitado del líder de los errantes, la cubierta de los
desnudos. El escudo de las viudas. ¡Quién no lloraría por el hombre
de Dios! 14 Y como estaban de luto en esta y en esa forma, no quis-
ieron que lo pusieran en el sepulcro. 15 Después de tres días, sin em-
bargo, fue finalmente puesto en la tumba, como uno en sueño dulce,
y recibió el nombre de los buenos (hermosos) que permanecerán
reconocidos por todas las generaciones del mundo.
16 Dejó siete hijos y tres hijas, y no hubo hijas en la tierra tan her-
mosas como las hijas de Job. 17 El nombre de Job era Jobab, y fue
llamado Job por el Señor. 18 Había vivido antes de su plaga ochenta
y cinco años, y después de la plaga tomó la doble parte de todos;
De ahí también su año se duplicó, que es de 170 años. Así vivió en
total 255 años. 19 Y vio a los hijos de sus hijos hasta la cuarta gener-
ación. Está escrito que se levantará con aquellos a quienes el Señor
despertará. A nuestro Señor por gloria. Amén. Escaneado y editado
por Diane Morgan para el Wesley Centro de Tecnología Aplicada En
la Universidad Noroeste del Nazareno Copyright 2000 del Wesley
Center for Applied Theology El texto puede ser usado libremente
para propósitos personales o académicos o reflejado en otros sitios
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Testamento de JOB
Escrito Intertestamentario. Testamento de Job. 48-50. Las hijas de
Job hablaban lenguas. Hemera. Casia. Amaltea. Escrito Intertesta-
mentario. Testamento de Job. 48-50. Las hijas de Job hablaban len-
guas. Hemera. Casia. Amaltea. En el debate sobre el don de lenguas
han surgido muchas preguntas entre los intérpretes en los últimos
años. Ya he comentado anteriormente sobre el don de lenguas, en
el comentario que estado escribiendo sobre 1 Corintios 12-14. Fee y
Witherington están de acuerdo que Pablo cuando dice ‘Si yo hablase
lenguas humanas y angélicas’ se está refiriendo a las lenguas angélicas
que se estaban hablando en Corinto. Fee dice ‘Esta oración inicial es
la razón del debate entero: [1] Sigue diciendo:
‘Que por lo menos los corintios, y probablemente también Pablo,
consideraran las lenguas como el idioma o los idiomas[2] de los ánge-
les, parece sumamente probable, por dos razones: (1) Existe cierta
evidencia, por fuentes judías, de que se creía que los ángeles tenían su
propio lenguaje (o dialectos) celestial, y que por medio del «Espíritu»
uno podía hablar tales dialectos. Es así como, en el Testamento de
Job 48–50, a las tres hijas de Job se les dan «cinturones carismáti-
cos»; cuando estos cinturones se ponían en la cintura le permitían a
Hemera, por ejemplo, hablar «extáticamente en un dialecto angélico,
haciendo subir un himno a Dios con el estilo hímnico de los ánge-
les. Y al hablar ella extáticamente, permitía que ‘El Espíritu’ quedara
inscrito en su vestidura.» Esa manera de ver el habla celestial podría
hallarse también detrás del modo de expresarse en 1 Corintios 14:2
(«por el Espíritu habla misterios»). (2) Como se ha argumentado en
otros lugares, puede explicarse bastante bien la manera en que los
corintios entendían la «espiritualidad», si creían que ya habían entrado
en cierta expresión de la existencia angélica. Esto explicaría su rec-
hazo de la vida sexual y de los papeles sexuales (cf. 7:1–7; 11:2–16)
y también explicaría en parte su negación de una futura existencia
corporal (15:12, 35). Para ellos, la evidencia de que habían «llegado» a
ese tipo de estado «espiritual» sería el hecho de que hablaban «lenguas
angélicas». De allí la altísima estima en que tenían ese don.[3]
Soy consciente que algunos dicen que simplemente esta declaración
Paulina es simplemente una hipérbole, sin embargo, algunos han di-
cho que tenemos esta evidencia del Testamento de Job al cual posi-
blemente aludía Pablo y que no solo eran los corintios que pensaban
que hablaban lenguas angélicas, sino también Pablo. No solo son Fee
y Witherington que sostienen esta posición, los intérpretes son mu-
chos, por lo que se dice en 1 de Corintios 14.
En esta entrada solamente quiero transcribir estos tres capítulos del
Testamento de Job los cuales posiblemente nos ayuden a interpretar
y dar luz sobre esta sección difícil escrita a los Corintios. Transcribo:
Capítulo 48
Titulo: Efectos de los cinturones
A estas palabras se levantó una de las tres hijas, la llamada Hemera, y
se ciño como le había dicho su padre. Recibió otro corazón, de modo
que ya no pensaba en las cosas terrenas. Pronunció palabras solemnes
en la lengua de los ángeles y entonó un himno a Dios, al igual que los
himnos de los seres angélicos. Y mientras entonaba los signos, per-
mitió el Espíritu que quedaran grabados en su vestido.
Capítulo 49.
Entonces se ciño Casia, y se le cambió el corazón, de modo que no
podía preocuparse de las cosas terrenales. Su boca se expresaba en el
dialecto de los príncipes celestes y glorificó la obra del Alto Lugar. Si
alguno desea conocer la Obra de los cielos podrá encontrarla en los
Himnos de Casia.
Capítulo 50.
Entonces se ciño también la otra hija la llamada Cuerno de Amaltea,
y su boca comenzó a proferir palabras en la lengua de los seres de lo
alto, puesto que también su corazón se había cambiado, apartándose
de las cosas terrenales. Habló, en efecto, en la lengua de los queru-
bines, alabando al Señor de las virtudes y narrando su gloria. El que
quiera, por lo demás, captar las huellas de la gloria del Padre puede
encontrarlas en las Plegarias de Cuerno de Amaltea[4].
Después de hablar sobre las lenguas y los diferentes debates sobre el
pneuma en nuestros tiempos, James D. G. Dunn dice:
‘La impresión general y permanente, sin embargo, es de la vitalidad
de la adoración de Corinto, con 14:26[5] como lo más cercano que
tenemos a una descripción de la adoración cristiana de primera gen-
eración. Aquellos que deseen hacer 14:40 la norma para todo el culto
deben de recordar qué clase de iglesia estaba siendo dirigida la carta’.
[6] Dios los bendiga!
[1] Fee, G. D. (1994). Primera Epístola a los Corintios (p. 714). Grand
Rapids, MI: Nueva Creación. [2] Existen algunos intérpretes que pos-
tulan el don de lenguas como ‘múltiples manifestaciones”, es decir
no solo es una clase de lengua sino varias. Thiselton es uno de ellos.
Note el plural también en 1 Cor 12. [3] Fee, G. D. (1994). Primera
Epístola a los Corintios (pp. 714–715). Grand Rapids, MI: Nueva
Creación. [4] Apócrifos del Antiguo Testamento. Vol 4. P.209-210.
Ediciones Cristiandad. A. Diez Macho. En la pagina 209 dice Macho
‘posiblemente una fenómeno de glosolalia’.
[5]‘¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vo-
sotros tiene salmo, tiene doctrina, ti porqueene lengua, tiene revel-
ación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación’. Note que
el apóstol no dice ‘ustedes solo tienen que predicar doctrinalmente’.
Esta es una gran falla de hoy, pensar que todo lo que se necesita es
buena doctrina. Claro que eso es esencial pero no es todo. Por todos
lados se puede ver una ortodoxia muerta. Si usted está familiarizado
con el Nuevo Testamento entenderá que el Espiritu también inspiró
himnos. El Espiritu no solo regenera, él hace miles de cosas. Para mí,
la nueva era profética del Espíritu inicial en el Pentecostés tiene su
trasfondo en Números 11.
[6]Dunn, J. D. G. (1999). 1 Corinthians (pp. 83–84). London; New
York: T&T Clark.
La Asunción De Moisés
La Asunción de Moisés también conocida como El Testamento de
Moisés1
El Testamento de Moisés incluso las cosas que él mandó en el año
ciento veinte de su vida, que es el dos mil quinientos años desde la
creación del mundo: [Pero según el cálculo oriental los dos mil se-
tecientos, y El cuatrocientos después de la partida de Fenicia], cuando
el pueblo había salido después del Éxodo que fue hecho por Moisés
a Ammán, más allá del Jordán, en la profecía que Moisés hizo en el
libro Deuteronomio. Hijo de Nun, hombre aprobado por Jehová,
para que fuese ministro del pueblo y del tabernáculo del testimonio
con todas sus cosas santas, y para llevar al pueblo a la tierra dada a
sus padres, Se les debe dar según el pacto y el juramento que hizo en
el tabernáculo para darlo por Josué, diciendo a Josué estas palabras:
Fuerte y valiente para hacer con tu poder Todo lo que se ha manda-
do que usted pueda Sea irreprensible para Dios “. Así dice el Señor
del mundo. Porque Él ha creado el mundo en nombre de Su pueblo.
Pero no se complació en manifestar este propósito de la creación
desde la fundación del mundo, para que los gentiles pudieran ser
condenados de esta manera, y para su propia humillación podrían
(con) sus argumentos condenarse unos a otros. Por lo tanto, Él me
diseñó y me ideó, y me preparó antes de la fundación del mundo,
para que yo fuera el mediador de su pacto. Y ahora os declaro que el
tiempo de los años de mi vida se ha cumplido y yo estoy falleciendo
para dormir con mis padres, incluso en presencia de todo el pueblo.
Y reciben esta escritura para que sepáis conservar los libros que yo Y
los pondrás en aceite de cedro, y los pondrás en vasijas de barro en
el lugar que hizo desde el principio de la creación del mundo, para
que se llamara su nombre hasta que El día del arrepentimiento en la
visitación con que el Señor los visitará en la consumación del fin de
los días.
2Y ahora irán por medio de vosotros a la tierra que Él determinó y
prometió dar a sus padres, en la cual bendeciréis y les daréis individ-
ualmente, y confirmaré su heredad en mí, y estableceré para ellos el
reino, y Los nombrarás magistrados locales conforme al beneplácito
de su Señor en el juicio y la justicia. Y cinco años después de que
entran en la tierra, que después serán gobernados por jefes y reyes
durante dieciocho años, y durante diecinueve años las diez tribus se
separarán. Y las doce tribus bajarán y trasladarán el tabernáculo del
testimonio. Entonces el Dios del cielo hará la corte de su tabernáculo
y la torre de su santuario, y las dos tribus sagradas serán establecidas;
mas las diez tribus establecerán reinos para sí según sus propias orde-
nanzas. Y ofrecerán sacrificios por veinte años; y siete atrincherarán
las murallas, y protegeré a nueve, pero cuatro transgredirán el pacto
del Señor, y profanarán el juramento que el Señor hizo con ellos. Y
sacrificarán sus hijos a dioses ajenos, y pondrán ídolos en el santuario,
para adorarlos. Y en la casa de Jehová obrarán la impiedad y grabarán
toda forma de bestia, incluso muchas abominaciones.
3 Y en aquellos días vendrá contra ellos un rey del oriente, y su ca-
ballería cubrirá su tierra. Y quemará su colonia con fuego junto con
el templo santo de Jehová, y llevará todos los utensilios sagrados. Y
arrojará a todo el pueblo, y los llevará a la tierra de su nacimiento, y
tomará consigo a las dos tribus. Entonces las dos tribus invocarán a
las diez tribus, y marcharán como una leona en las llanuras polvori-
entas, teniendo hambre y sed. Y clamarán en alta voz: “Justo y santo
es Jehová, porque en cuanto habéis pecado, también nosotros hemos
sido llevados con vosotros, juntamente con nuestros hijos”. Entonc-
es las diez tribus se lamentarán al oír los reproches de las dos tribus,
y dirán: “¿Qué os hemos hecho, hermanos? ¿No ha llegado esta trib-
ulación a toda la casa de Israel?” Y todas las tribus se lamentarán, Y
diciendo: Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob, acuér-
date de tu pacto que hiciste con ellos, y del juramento que le hiciste
por ti mismo, para que su simiente no cesa en la tierra que has dado
ellos.’ Entonces se acordarán de mí, diciendo: En aquel día, tribu a
tribu y cada uno a su prójimo: ¿No es esto lo que Moisés nos dijo en
profecías, que sufrió muchas cosas en Egipto y en el Mar Rojo y en
El desierto durante cuarenta años; y ciertamente llamó al cielo ya la
tierra para que testificen contra nosotros, para que no transgredamos
sus mandamientos, en los cuales él fue mediador para nosotros. He
aquí que estas cosas nos han sucedido después de su muerte según su
declaración, Declarado a nosotros en ese tiempo, sí, he aquí estos han
ocurrido incluso a ser llevados cautivos a la tierra del oriente. Quien
también estará en servidumbre por cerca de setenta y siete años.
4 Entonces entrará uno que está sobre ellos, y extenderá sus manos,
y arrodillará sobre sus rodillas, y orará por ellos diciendo: “Señor de
todos, Rey en el trono elevado, que gobierna el mundo, e hizo eso
Este pueblo debe ser tu pueblo elegido, y tú has querido que te llamas
su Dios, conforme al pacto que hiciste con sus padres. 3 Y han ido
en cautiverio en otra tierra con sus mujeres y sus hijos, y alrededor
de las puertas de pueblos extraños, y donde hay gran vanidad. Mirad
y tened compasión de ellos, oh Señor del cielo. Entonces Dios se
acordará de ellos por el pacto que hizo con sus padres. Y manifestará
Su compasión en aquellos tiempos también. Y lo pondrá en la mente
de un rey para tener compasión de ellos, y los enviará a su tierra y
país. Entonces subirán algunas partes de las tribus, y vendrán a su
lugar designado, y rodearán de nuevo el lugar con muros. Y las dos
tribus seguirán en su fe prescrita, tristes y lamentables porque no
podrán ofrecer sacrificios al Señor de sus padres. Y las diez tribus se
multiplicarán y multiplicarán entre los gentiles durante el tiempo de
su cautiverio.
5 Y cuando los tiempos del castigo se acercan y la venganza surge a
través de los reyes que participan en su culpabilidad y los castigan,
también ellos serán divididos en cuanto a la verdad. Por eso se ha
dicho: “Se apartarán de la justicia y se acercarán a la iniquidad, y con-
taminarán con contaminación la casa de su adoración”, y [porque]
se prostituirán con dioses ajenos “. Porque no seguirán la verdad de
Dios, sino que algunos contaminarán el altar con los dones que ofre-
cen al Señor, que no son sacerdotes sino esclavos, hijos de esclavos. Y
muchos en aquellos tiempos tendrán respeto a las personas deseables
y recibirán dones, y pervertirán el juicio [al recibir regalos]. Y por esta
razón la colonia y los límites de su morada serán llenos de maldades
e iniquidades: los que se apartan con maldad de Jehová serán jueces;
estarán dispuestos a juzgar por dinero como quiera.
6 Entonces se levantarán para ellos reyes que gobiernan, y se lla-
marán sacerdotes del Dios Altísimo; ciertamente harán iniquidad en
el santo de los santos. Y un rey insolente les sucederá, que no será
de la raza de los sacerdotes, un hombre audaz y sin vergüenza, y los
juzgará como ellos se merecen. Y cortará a cuchillo a sus jefes, y los
destruirá en lugares secretos, para que nadie sepa dónde están sus cu-
erpos. Matará al viejo y al joven, y no perdonará. Entonces el temor
de él será amargo para ellos en su tierra. Y él ejecutará juicios sobre
ellos como los egipcios ejecutaron sobre ellos, durante treinta y cuat-
ro años, y él los castigará. Y él engendrará hijos, (quien) sucediendo a
él gobernará por períodos más cortos. En sus partes vendrán cohort-
es y un poderoso rey del occidente, que los conquistará; y los llevará
cautivos, y quemará una parte de su templo con fuego, y crucificará a
algunos alrededor de su colonia.
7 Y cuando esto se haga los tiempos se terminarán, en un momento
el (segundo) curso será (terminado), las cuatro horas vendrán. Ellos
serán forzados. . . . Y en el tiempo de estos, hombres destructivos e
impíos gobernarán, diciendo que son justos. Y éstos despertarán el
veneno de sus mentes, siendo hombres traidores, complacientes, disi-
muladores en todos sus asuntos y amantes de los banquetes a cada
hora del día. Glotones, gourmands ... Devoradores de los bienes de
los (pobres) diciendo que lo hacen sobre la base de su justicia, pero
en realidad para destruirlos, quejumbrosos, engañosos, ocultándose
para que no sean reconocidos, impíos, llenos Con la iniquidad y la in-
iquidad desde el amanecer hasta el atardecer, diciendo: “Tendremos
banquetes y lujo, comiendo y bebiendo, y nos estimaremos como
príncipes”. Y aunque sus manos y sus mentes toquen cosas impuras,
su boca hablará grandes cosas, y dirán además: “No me toques para
que no me contamines en el lugar donde estoy”. . .
8 Y vendrá sobre ellos una segunda visitación e ira, como no les
ha sucedido desde el principio hasta ese tiempo, en que Él suscitará
contra ellos al rey de los reyes de la tierra y uno que gobierna con
gran poder, que Crucificarán a los que confiesan a su circuncisión,
y los que lo oculten lo torturarán y entregarán para ser atados y lle-
vados a la cárcel. Y sus mujeres serán entregadas a los dioses entre
los gentiles, y sus hijos jóvenes serán operados por los médicos con
el fin de adelantar su prepucio. Y otros entre ellos serán castigados
con torturas, fuego y espada, y se verán obligados a llevar en público
sus ídolos, contaminados como son los que guardan. ellos. Y serán
obligados también por los que los torturan a entrar en su santuario
íntimo, y serán obligados por aguijones a blasfemar con insolencia la
palabra, finalmente después de estas cosas las leyes y lo que tenían
sobre su altar.
9 Entonces en aquel día habrá un varón de la tribu de Leví, cuyo
nombre será Taxo, quien habiendo siete hijos les hablará, exhortán-
doles: “Observad, hijos míos, he aquí que una segunda visita inmac-
ulada (y) inmunda Venga sobre el pueblo, y un castigo despiadado y
muy superior al primero. ¿Por qué nación o región, o qué pueblo de
los impíos que han hecho muchas abominaciones, han sufrido las
grandes calamidades que nos han sobrevenido? Ahora, pues, hijos
míos, escuchadme; Los padres y sus antepasados tienta a Dios, para
transgredir sus mandamientos. Y ustedes saben que esta es nuestra
fuerza, y así lo haremos. Ayunemos por el espacio de tres días y el
cuarto entremos en una cueva que está en el campo, y moramos antes
que transgredamos los mandamientos del Señor de los Señores, el
Dios de nuestros padres. Porque si hacemos esto y morimos, nuestra
sangre será vengada delante del Señor.
10Y entonces su reino aparecerá en toda Su creación, Y entonces Sa-
tanás ya no será más, Y el dolor se irá con él. Entonces las manos del
ángel serán llenadas ¿Quién ha sido nombrado jefe, Y él inmediata-
mente los vengará de sus enemigos. Porque el Celestial se levantará
de Su trono real, Y saldrá de su morada santa Con indignación e ira
por sus hijos. Y la tierra temblará; a sus confines será sacudida: Y las
altas montañas se harán bajas Y las colinas serán sacudidas y caerán.
Y los cuernos del sol serán quebrados y se convertirá en tinieblas;
Y la luna no dará su luz, y se convertirá enteramente en sangre.
Y el círculo de las estrellas será perturbado. Y el mar se retirará al
abismo, Y las fuentes de las aguas fracasarán, Y los ríos se secarán.
Porque el Altísimo se levantará, el Dios Eterno solo, Y Él parecerá
castigar a los gentiles, Y Él destruirá todos sus ídolos. Entonces tú, oh
Israel, serás feliz, Y tú montarás sobre los cuellos y las alas del águila,
Y se acabarán. Y Dios te exaltará, Y Él te hará acercarte al cielo de las
estrellas, En el lugar de su morada. Y mirarás desde lo alto y verás a
tus enemigos en Ge (henna) Y los reconoceréis y alegraros, Y darás
gracias y confesarás a tu Creador. Y usted; Josué (hijo de) Nun, guar-
da estas palabras y este libro; Porque de mi muerte [asunción] hasta
Su venida habrá 250 veces [= año-semana = 1750 años]. Y este es el
curso de los tiempos que perseguirán hasta que sean consumados. Y
me acostaré con mis padres. Por lo cual, Josué tú (hijo de) Nun, (se
fuerte y) ser de buen ánimo; (Dios) ha elegido para ser ministro en
el mismo pacto. 11 Y cuando Josué oyó las palabras de Moisés que
estaban escritas en sus escritos todo lo que había dicho antes, rasgó
sus vestidos y se arrojó a los pies de Moisés. Y Moisés lo consoló y
lloró con él. Y respondiendo Josué, le dijo: ¿Por qué me consolas,
señor Moisés? Y cómo me consolará con la amarga palabra que has
pronunciado, que salió de tu boca, llena de lágrimas y lamentos , En
que te apartas de este pueblo (pero ahora) ¿qué lugar te recibirá? ¿O
qué será el signo que marca tu sepulcro? ¿O quién se atreverá a mover
tu cuerpo desde allí como el de un simple hombre de un lugar a otro?
Todos los hombres cuando mueren tienen según su edad sus sepul-
cros en la tierra; Pero tu sepulcro es desde el alzamiento hasta el sol
poniente, y desde el sur hasta los confines del norte: todo el mundo
es tu sepulcro. Señor mío, te marchas, y quién alimentará a este pueb-
lo, o quién estará allí, que tenga compasión de ellos y que sea su guía
por el camino. ¿O quién orará por ellos, sin omitir un solo día, para
que yo pueda Conducirlos a la tierra de sus antepasados. ¿Cómo,
pues, debo alentar a este pueblo como padre, hijo único, o como
amante de su hija, virgen que está preparada para ser dada al marido
a quien venerará, Ella protege a su persona del sol y (se ocupa) de
que sus pies no están desnudos para correr sobre el suelo. (Y cómo)
les daré de comer y beber según el gusto de su voluntad, porque de
ellos habrá 600.000 hombres, porque éstos se han multiplicado a este
grado por medio de vuestras oraciones, mi señor Moisés. ¿Y qué
sabiduría o entendimiento tengo para que yo juzgue o responda por
palabra en la casa de Jehová? Y los reyes de los amorreos también
cuando oigan que los estamos atacando, creyendo que ya no hay en-
tre ellos el espíritu santo Digno de Jehová, infinito e incomprensible,
señor de la palabra, fiel en todas las cosas, principal profeta de Dios
en toda la tierra, el maestro más perfecto del mundo, que no está
entre ellos, Si el enemigo ha obrado impiamente una vez contra su
Señor, no tienen ningún defensor para ofrecer oraciones a su favor
al Señor, como Moisés, el gran mensajero, que cada hora, día y no-
che, tenía las rodillas fijadas A la tierra, orando y buscando ayuda al
que gobierna todo el mundo con compasión y rectitud, recordándole
el pacto de los padres y propiciando al Señor con el juramento “.
Porque ellos dirán: “No está con ellos; vamos, pues, y destruidlos de
sobre la faz de la tierra”. ¿Qué será de este pueblo, mi señor Moisés,
12 Y cuando Josué terminó estas palabras, volvió a ponerse a los pies
de Moisés. Entonces Moisés tomó su mano y lo levantó en el asien-
to delante de él, y respondió y le dijo: Josué, no te desprecies; Pero
deja tu mente tranquila y escucha mis palabras. Todas las naciones
que están en la tierra Dios nos ha creado y nosotros, las ha previsto
desde el principio de la creación de la tierra hasta el fin del mundo,
y nada ha sido descuidado por él hasta lo más mínimo, pero Todo
lo que El ha previsto y ha hecho que todo salga. (Sí) todas las cosas
que han de ser en esta tierra que el Señor ha previsto y, miren, son
llevadas adelante (a la luz ... El Señor,) me ha designado para orar por
sus pecados y (Interceda) por ellos. Porque no por ninguna virtud
o fortaleza mía, sino por su buena voluntad, que su compasión y
paciencia han caído en mi
El Martirio de Isaías
From-The Apocrypha y Pseudepigrapha del Antiguo Testamento
R.H. Charles Oxford: Clarendon Press, 1913
[Capítulo 1]
1 Y aconteció que en el año vigésimo sexto del reinado de Ezequías,
rey de Judá, 2 Manasés su hijo. Ahora él era su único. Y lo llamó
delante de Isaías hijo de Amoz, el profeta; Y en la presencia de Josab
hijo de Isaías. 6b, 7 Y mientras él (Ezequías) daba órdenes, Josab hijo
de Isaías estaba junto a él, dijo Isaías al rey Ezequías, pero no en pres-
encia de Manasés, sino que le dijo: “Vive Jehová, cuyo nombre ha Y
como el Espíritu que habla en mí vive, todos estos mandamientos y
estas palabras serán hechos de ningún efecto por Manasés tu hijo, ya
través de la agencia de Sus manos me apartaré de la tortura de
8 mi cuerpo. Y Sammael Maljira servirá a Manasés, y ejecutará todo
su deseo, y él 9 convertirse en un seguidor de Beliar más que de mí.
Y muchos en Jerusalén y en Judea hará abandonar la fe verdadera,
y Beliar habitará en Manasés, y por sus manos seré 10 aserrado. Y
oyendo Ezequías estas palabras, lloró muy amargamente, y rasgó
sus vestiduras, 11 y puso la tierra sobre su cabeza, y cayó sobre su
rostro. Y Isaías le dijo: ‘El consejo de 12 Sammael contra Manasés
es consumado: nada te servirá. Y aquel día Ezequías 13 resolvió en
su corazón matar a Manasés, su hijo. E Isaías dijo a Ezequías: “El
Amado no hizo ningún efecto en tu designio, y el propósito de tu
corazón no se cumplirá, porque con este llamado he sido llamado [y
heredaré la herencia del Amado]. ‘
[Capitulo 2]
1 Sucedió después que Ezequías murió y Manasés se hizo rey, que
no se acordó de los mandamientos de Ezequías su padre, sino que
los olvidó, y Sammael se quedó en Manasés 2 y se aferraban a él.
Y Manasés dejó el servicio del Dios de su padre, y sirvió 3 Satanás
y sus ángeles y sus poderes. Y apartó la casa de su padre que había
sido 4 delante de Ezechîas las palabras de sabiduría y de servicio de
Dios. Y Manasés apartó su corazón para servir a Beliar; Porque el
ángel de la iniquidad, que es el gobernante de este mundo, es Beliar,
cuyo nombre es Matanbuchus. Y se deleitó en Jerusalén por causa
de Manasés, y lo hizo fuerte en la apostasía (Israel) y en la iniquidad
que se extendió en Jerusalén 5 Y la brujería y la magia aumentaron,
la adivinación, la fornicación, y la persecución de los justos por
Manasés y Beláchira y Tobías el cananeo, y Juan 6 de Anatot, y por
Zadok el jefe de las obras, y el resto de los hechos, he aquí que están
escritos 7 en el libro de los reyes de Judá e Israel. Y cuando Isaías,
hijo de Amoz, vio la iniquidad que se perpetraba en Jerusalén y la
adoración de Satanás y su despreocupación, 8 se retiró de Jerusalén
y se estableció en Belén de Judá. Y allí también había mucho 9 y
se retiró de Belén, se estableció en un monte en un lugar desierto.
[Y el profeta Micaías, los ancianos Ananías, Joel y Habacuc, y su
hijo Josab, y muchos de los fieles que creyeron en la ascensión al
cielo, se retiraron y se establecieron en el monte.] 10 Todos estaban
vestidos de pelo, y todos eran profetas. Y ellos no tenían nada con
ellos, sino que estaban desnudos, y todos se lamentaron con una
gran lamentación debido a la marcha 11 desviado de Israel. Y és-
tos no comen nada excepto hierbas salvajes que se juntaron en los
montes, y después de cocinarlos, vivieron allí junto con el profeta
Isaías. Y pasaron dos años de 12 días en las montañas y colinas. [Y
después de esto, mientras estaban en el desierto, había un hom-
bre en Samaria llamado Belcro, de la familia de Sedequías, hijo de
Chenaan, un falso profeta cuya morada estaba en Belén. Ezequías,
hijo de Chanani, hermano de su padre, y en los días de Acab rey de
Israel, había sido maestro de los 400 profetas de Baal, 13 él mismo
había herido y reprendido a Micaías, hijo de Amada, el profeta. Y él,
Micaías, había sido reprendido por Acab y echado en la cárcel. (Y
él era) con Sedequías el profeta: ellos eran 14 con Ocozías hijo de
Acab, rey de Samaria. Y Elías profeta de Tebón de Galaad reprendió
a Ocozías y Samaria, y profetizó acerca de Ocozías que moriría en
su lecho de enfermedad, y que Samaria sería entregada en la mano
de Leba Nasr por haber matado 15 los profetas de Dios. Y cuando
los falsos profetas, que estaban con Ocozías hijo de Acab y 16 su
maestro Gemarias, del monte Joel, había oído decir que ahora era
hermano de Sedechîas; cuando oyeron, persuadieron a Ocozías, rey
de Aguarón, y mataron a Micaías.
[Capítulo 3]
1 Belchro reconoció y vio el lugar de Isaías y de los profetas que
estaban con él; Porque habitaba en la región de Belén, y era un ad-
herente de Manasés. Y profetizó falsamente en Jerusalén, y muchos
de los que pertenecían a Jerusalén se confederaron con él, y él era
un samaritano. 2 Y sucedió que Alagar Zagar, rey de Asiria, había veni-
do y había capturado a Samaria, y tomado a las nueve (y media) tribus
cautivas, y las llevó a los montes de los Medos y 3 ríos de Tazon; Éste
(Belchira), siendo aún joven, había escapado y había llegado a Jerusalén
en los días de Ezequías, rey de Judá, pero no anduvo en los caminos
de su padre de Samaria; Porque temía 4 Ezequías. Y fue hallado en
los días de Ezequías, hablando palabras de iniquidad en Jerusalén. 5 Y
los siervos de Ezequías le acusaron, y se escapó a la región de Belén.
6 Y persuadieron. . . Y Belchrra acusó a Isaías ya los profetas que es-
taban con él, diciendo: Isaías y los que están con él profetizan contra
Jerusalén y contra las ciudades de Judá, que serán destruidos y contra
los hijos de Judá y Benjamín, Irán en cautiverio, y también contra ti, oh
señor el rey, que irás (atado) con ganchos 8 y cadenas de hierro: Pero
profetizan falsamente contra Israel y contra Judá. Y el propio Isaías
9 dijo: “Veo más que el profeta Moisés”. Pero Moisés dijo: “Nadie
puede ver a Dios y vivir” 10 E Isaías dijo: “He visto a Dios y he aquí
vivo.” Sabed, pues, oh rey, que está mintiendo. También llamó a Je-
rusalén a Sodoma, ya los príncipes de Judá y de Jerusalén declaró ser
el pueblo de Gomorra. Y trajo muchas acusaciones contra Isaías y la
11 profetas delante de Manasés. Pero Beliar habitó en el corazón de
Manasés y en el corazón de la 12 príncipes de Judá y de Benjamín, y
de los eunucos y de los consejeros del rey. Y las palabras de Belchira le
agradaron [excesivamente], y envió y tomó a Isaías.
[Capítulo 5]
1b, 2 Y lo aserró con una sierra de madera. Y cuando Isaías estaba sien-
do aserrada, Balchlra se levantó, acusándolo, y todos los falsos profetas
se pusieron de pie, riéndose y alegrándose porque 3 de Isaías. Y Balchl-
ra, con la ayuda de Mechembechus, se puso de pie ante Isaías, [riendo]
4 burlándose; Y Belchro dijo a Isaías: “Di:” He mentido en todo lo que
he dicho, y también 5 Los caminos de Manasés son buenos y rectos.
Y los caminos también de Balchlra y de sus asociados son 6 Y bien le
dijo esto cuando empezó a ser aserrado, pero Isaías fue absorbido, 8
En una visión del Señor, y aunque sus ojos estaban abiertos, los vio. Y
Balchlra habló así a Isaías: “Di lo que te digo, y yo volveré su corazón,
y obligaré a Manasés 9 Y los príncipes de Judá, y el pueblo, y toda Je-
rusalén, para que te reverencien. E Isaías respondió y dijo: “Hasta don-
de yo he dicho (digo): Maldito y maldito seas tú y todos tus poderes y
10, 11 toda tu casa. Porque no puedes tomar de mí más que la piel de
mi cuerpo. Y ellos 12 Se apoderó y aserró a Isaías, hijo de Amoz, con
una sierra de madera. Y Manasés y 13 Balclrra y los falsos profetas, y
los príncipes, y el pueblo, y todos se quedaron mirando. Y a los pro-
fetas que estaban con él dijo antes de ser aserrado en la lluvia: “Id a
la región 14 de Tiro y Sidón; Porque para mí sólo Dios ha mezclado
la copa. Y cuando Isaías estaba siendo aserrado, no lloraba ni lloraba,
sino que sus labios hablaban con el Espíritu Santo hasta que él era
aserrado en dos. Escaneado y editado por Joshua Williams Northwest
Nazarene College, 1995