Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Es por eso que desde el embarazo hay que comenzar a pensar en nuestro hijo
y dejar la individualidad propia a un lado, priorizando como eje de nuestras
vidas a ser que es fruto del amor.
Debemos darle una vida cubriendo todas sus necesidades con todo lo que sea
necesario, si bien esto no quiere decir que tenemos que llenarlos de cosas
innecesarias, así como también el hecho de no ser una familia acaudalada
implica que nuestro hijo va a vivir carencias. Puesto que cubrir esas
necesidades económicas es sólo una parte de asumir esa paternidad y
maternidad responsable.
Alguien bien informado por el cargo que ocupa me cuenta que la empresa
Inditex (ya saben, esa de las tiendas Zara, entre otras) ha cambiado su política
de personal. Sostienen que los costes que acarrea la contratación de mujeres
son demasiado elevados para estos tiempos de crisis. No se trata sólo de los
costes del permiso de maternidad (o de las eventuales bajas si el embarazo lo
requiere), sino de lo que viene después: las mujeres reclaman el ejercicio de su
derecho a la reducción de jornada para el cuidado de hijas e hijos, lo que obliga
a la empresa a hacer más contrataciones. Así que parece que a partir de ahora
contratarán preferentemente a hombres y problema resuelto. Para la empresa,
claro. No para las mujeres ni tampoco para los hombres. Las estadísticas
cantan: más del 80% de contratos a tiempo parcial lo son de mujeres, 9 de
cada 10 personas en situación de precariedad laboral son mujeres, más del
90% de las personas que solicitan reducciones de jornada y excedencias para
el cuidado de hijas e hijos o de personas dependientes son mujeres eso
significa que sobre las mujeres recae casi la totalidad del peso de la crianza y
el cuidado y que la paternidad se sigue ejerciendo a modo de sustento
económico casi exclusivamente. Con estos mimbres ¿cómo se puede hablar de
corresponsabilidad? En un contexto de escasez de servicios públicos para la
atención y el cuidado de las personas (que, de otro lado, no tienen ni la
flexibilidad horaria necesaria ni están en los lugares adecuados) y de trabas
cada vez mayores por parte de las empresas para poder sostener
mínimamente esa parte de la vida ajena al mundo de la producción, es cada
vez más difícil aspirar a cambiar los roles y estereotipos en que se nos enjaula
a mujeres y a hombres. Éstos se pierden el ejercicio de una paternidad
afectiva. Las mujeres perdemos casi todo, hasta la ocasión de ser madres. No
es casual que se retrase la edad de la maternidad (supera los 30 años). En
buena medida, el ajuste del sistema de pensiones está relacionado con las
bajísimas tasas de fecundidad. Mientras tanto, las empresas se dedican a
penalizar la maternidad e, indirectamente, el ejercicio de una paternidad
responsable sin reparar (¿o sí?, qué indecencia entonces) que eso
precisamente es lo que les procura el capital humano del que necesitan nutrirse
¿Qué tiene que pasar para que nos demos cuenta de que el sostenimiento del
mundo reproductivo es una cuestión de responsabilidad de toda la sociedad y
no sólo de las mujeres?
Conclusión
Cuántas veces se carga el peso de los hijos sólo sobre la mujer, la ley tiene
que protegerlas también a ellas, porque no solamente ella es responsable,
también el hombre es responsable, son dos responsables.
Buena noticia, que haya leyes que obliguen a los hombres a no ser tan
machistas, a que se hagan responsables de sus actos frente a los hijos que
han tenido, no importa quienes sean éstos.