Vous êtes sur la page 1sur 12

Fisiología de la puesta de la gallina.

Las gallinas se caracterizan por la ausencia o atrofia del ovario y oviducto derecho y por presentar
un oviducto izquierdo muy alargado.

La formación del huevo es un proceso de gran complejidad y que está estrechamente relacionado
con la fisiología de los órganos reproductores de la gallina.

La reproducción de las aves y de los mamíferos es muy distinta, tanto si hablamos de su aparato
reproductivo como de su mecanismo regulador neuro-endocrino.

Así pues, a diferencia de los mamíferos, la gallina no forma cuerpo lúteo, es decir que no existe
alternancia o variación de las fases folicular y lútea.

Por lo tanto, la gallina presenta un proceso reproductivo que consta de ovulación, ovoposición e
incubación, mientras que en los mamíferos se produce ovulación, gestación, parto y lactación.

Desarrollo del aparato reproductor de la gallina.

El aparato reproductor de la gallina consta de dos partes bien diferenciadas: el ovario y


el oviducto.

En el embrión, durante el séptimo día de incubación, empiezan a diferenciarse las gónadas


primitivas procedentes el mesonefros. Concretamente, en los embriones hembra, empieza a
desarrollarse la gónada izquierda, pero la derecha inicia un proceso de atrofia por falta de epitelio
gonadal. No obstante, en ocasiones la gónada derecha puede persistir. A partir del undécimo día,
el oviducto derecho también empieza a degenerarse.
En el nacimiento, el ovario izquierdo es pequeño, pero ya presenta folículos y va creciendo
lentamente, hasta que a partir de las 16 semanas de edad, éste ya alcanza los 50 gramos. Es decir,
que durante las 3 semanas previas a la puesta del primer huevo, cuando llega a la madurez
sexual, el aparato reproductor de la gallina sufre un crecimiento muy rápido a nivel morfológico
y funcional.

El crecimiento del ovario depende la acción de la LH y la FSH, que inducen la síntesis de las
hormonas esteroides.

El crecimiento del oviducto también es un proceso lento, y no es hasta que la gallina se acerca a la
madurez sexual, que ya mide 70 centímetros de longitud. En esta etapa también se unen el
oviducto y la cloaca.

Ovario y oviducto en la gallina adulta.

El ovario izquierdo está situado en la cavidad abdominal izquierda y se encuentra sujeto por el
ligamento mesoovárico.

Anatómicamente, el ovario se caracteriza por tener una forma de racimo, debido a la presencia
de numerosos folículos, contiene más de 4000 óvulos microscópicos. De éstos sólo un número
reducido se desarrollará y formará la yema.

El ovario dispone de gran inervación, y el riego sanguíneo procede de la arteria renal anterior. La
circulación de retorno del ovario es llevada a cabo por las venas ováricas que desembocan en la
vena cava superior.

El oviducto tiene una coloración rosada y pálida, éste es un órgano de estructura tubular que
transcurre desde el ovario hasta desembocar en la cloaca y está sujeto por dos ligamentos (dorsal
y ventral).

En ocasiones, se observa que el oviducto derecho no ha degenerado totalmente y también


podrían encontrarse ambos oviductos totalmente desarrollados.

El oviducto se divide en una serie de segmentos con funciones determinadas y en éstos se irán
depositando los diferentes componentes que conformarán el huevo:

Infundíbulo.

Primer segmento del oviducto con una forma parecida a un embudo invertido y con paredes finas.
Lugar donde la yema o vitelo es capturada tras la ovulación.

Magnum.

Segmento de mayor longitud y con grandes pliegues. En él se encuentran gran cantidad de células
y glándulas secretoras que formaran la clara o albumen.

Istmo.
Segmento de pequeño diámetro y pliegues menos acentuados. Aquí se formará la membrana
proteica que protege la clara, la membrana testácea interna.

Útero. (Shell gland)

Tiene gran diámetro y sus paredes musculares son muy espesas, también posee gran cantidad de
pliegues que van en varias direcciones. En esta zona hay glándulas que formaran el agregado de
calcio, dando lugar a la cáscara.

Vagina.

Une el útero con la cloaca. Tiene una pared interna con pliegues longitudinales y no presenta
glándulas secretoras. En este lugar del oviducto se forma la cutícula, que evita el paso de
microorganismos.

Relación entre las hormonas y el ovario.

La reproducción de las gallinas ha sido modificada genéticamente para alcanzar antes su


actividad reproductiva y llegar a poner una gran cantidad de huevos de forma continua; y para
ello se necesita que la ovulación sea continua.

La actividad coordinada del eje hipotalámico- hipofisario – gonadal regula la producción de


hormonas endocrinas, hormonas ováricas y factores de crecimiento para poder iniciar y mantener
el crecimiento de los folículos ováricos y producir la ovulación.

El hipotálamo sintetiza la hormona liberadora de la hormona luteinizante, LHRH; la adenohipófisis


sintetiza las hormonas gonadotrópicas FSH (hormona estimulante folicular) y la LH (hormona
luteinizante), y por último, el ovario produce estrógenos, andrógenos, progesterona y factores de
crecimiento intraováricos como IGF, EGF o BMP.

Hormonas hipotalámicas.

La LHRH producida en el hipotálamo, regula la síntesis de LH a nivel de la hipófisis, por lo tanto,


influirá en la ovulación.

Las aves expresan dos formas diferentes de LHRH, la LHRH- I y la LHRH-II. El fotoperiodo influye en
la síntesis de la LHRH, así cuando aumentan las horas de luz, aumentará su síntesis.

En la gallina, los estímulos en forma de luz son captados por el nervio óptico y la glándula pineal, y
actúan sobre los núcleos hipotálamicos que secretaran los factores de descarga (LHRH). El
hipotálamo, se comunica después con lóbulo anterior de la hipófisis por un sistema vascular de
una única dirección.

Hormonas hipofisarias.

En la hipófisis se secretan varias hormonas como:


FSH, responsable del crecimiento folicular y de la producción de estrógenos.

Produce la diferenciación de las células de la granulosa presentes en los folículos que no se


encuentran en la fase de crecimiento rápido. También interviene en la destrucción de los folículos
que nunca ovularan (atresia folicular).

LH, también responsable del desarrollo del ovario y responsable de la ovulación.

El aumento de la LH en el plasma provoca la maduración del núcleo del oocito más maduro que
estaba parado en la fase de vesícula germinal. También estimula la síntesis de progesterona y
testosterona, además de la producción de prostaglandinas que ayudan a la rotura del folículo en la
zona del estigma, paso imprescindible para la ovulación.

En los folículos pequeños, las células de la granulosa presentan receptores para la FSH, pero
cuando un folículo es seleccionado, estas células pasan de ser FSH dependientes a ser LH
dependientes, y así en los folículos de mayor tamaño ya sólo existen receptores para la LH.

El pico preovulatorio de LH se produce 4-6 horas antes de la ovulación y coincide con un


incremento de progesterona debido a que la progesterona, la LHRH y la LH, estimulan su
liberación entre ellas.

A pesar de esta retroalimentación positiva, cuando la concentración plasmática de progesterona


es muy elevada, está inhibe la liberación de LH.

LTH, o prolactina, es responsable de la cloquez o incubación sin puesta.

El comportamiento maternal y la muda. También puede intervenir en el metabolismo del agua, y


es antagónica a la FSH y LH, y por tanto, su predominio durante un tiempo prolongado podría
inhibir la puesta.

Hormonas ováricas.

Las hormonas gonadales se producen en el folículo y su secreción está bajo el control de las
hormonas hipofisarias y en función del estadio de la ovulación.

Estrógenos (estrona, estradiol).

El nivel de estrógenos aumenta a medida que se acerca la madurez sexual. Los estrógenos se
sintetizan en la teca externa a partir de los andrógenos. Estos alcanzan sus máximos niveles a las
6-4h previas a la ovulación, a la vez que se produce un incremento de los niveles plasmáticos de
progesterona y LH.

Los estrógenos intervienen en el desarrollo del oviducto, inhiben la producción de prolactina.


Además, los estrógenos participan en la regulación del metabolismo del calcio para la formación
de la cáscara y hueso medular, inducen la síntesis de sus propios receptores en el oviducto, así
como de los receptores para la progesterona en el ovario y el tracto reproductivo.
Los estrógenos también regulan la formación de componentes presentes en la clara y la yema de
huevo como ovoalbúmina, conalbúmina, ovomucoide y lisozima en el magno y la de vitelogenina
en el hígado.

Andrógenos (testosterona, 5α-dihidrotestosterona y androstendiona).

Los andrógenos son sintetizados por la teca interna, y serán los precursores de estrógenos. Entre
otras funciones, intervienen en el crecimiento de la cresta, son responsables de la aparición de
caracteres sexuales secundarios, y el desarrollo del oviducto. También inducen la síntesis de
proteínas en el oviducto y actúan junto a los estrógenos induciendo la osificación medular.

Progesterona.

La progesterona se sintetiza sólo en las células de la granulosa en los folículos mayores, gracias a
su actividad enzimática, es decir que se sintetiza más a medida que crece el folículo.

La progesterona interviene en los ritmos de ovulación, potenciando el pico preovulatorio de LH, en


la ovoposición y contracción del miometro y en la síntesis de la cáscara y avidina. Dificulta el
crecimiento del oviducto, en contraposición de los estrógenos.

Efecto de la luz sobre la ovulación.

Las gallinas empiezan a ovular el primer óvulo de una serie de puesta durante la fotofase, es decir
que la ovulación estará sincronizada con la duración de las horas de luz. No obstante, el pico
preovulatorio de la hormona luteinizante ocurre cada 24 horas en la ectofase o fase de oscuridad.
Este pequeño pico, inducirá un feedback positivo con la LHRH y la progesterona. Así pues, se
producirá ovulación cuando exista un óvulo maduro y con gran producción de progesterona que
estimula la secreción de más LH.

El período entre dos ovoposiciones sucesivas es aproximadamente de 25 horas, pero la puesta de


cada huevo se hace un poco más tarde que la del día anterior hasta el final de la serie de puesta.
Esto es debido, al desfase que existe entre la secreción de LH producida en el eje hipotalámico-
pituitario durante la extinción de la luz y ritmo endógeno de maduración del oocito. Es decir, si la
ovulación no se produce un día no se producirá una puesta de huevo al día siguiente lo que
implicará el final de una serie de puesta.

Después de esta pausa, en el ovario volverá a existir un folículo capaz de responder al estímulo del
pico de LH que se producirá en la siguiente ectofase, con lo que se iniciará de nuevo una serie de
puesta.

La ovulación también se puede sincronizar con otros ritmos circadianos cuando se pierde la
alternancia luz-oscuridad como son: el ciclo de la temperatura, el ritmo de alimentación o la
concentración plasmática de calcio iónico. Es decir, por ejemplo, se necesita un nivel mínimo de
calcio iónico en sangre para que la progesterona produzca un feedback positivo con la LHRH y
aumente la LH preovulatoria.
El efecto de la luz no sólo depende de la duración o fotoperiodo, sino que también está
determinado por su intensidad y color. La intensidad de luz puede oscilar en 5 y 10 lux, intensidad
baja pero suficiente para que una gallina la capte. Si la intensidad de luz fuera más alta,
posiblemente causaría un aumento en el picaje de las gallinas. En cuanto al color de la luz, las
gallinas son más sensibles a coloraciones en longitudes de onda entre el rojo y el amarillo,
mientras que son menos sensibles a la longitud de onda azul.

La ovulación suele producir entre 15 y 75 minutos después de la anterior puesta de huevo,


pero conforme avanza la edad de las gallinas se reduce el número de ovulaciones, por una
disminución de hormonas esteroides y gonadotropinas de la gallina. Este hecho produce, una
reducción en la producción de huevos pero un aumento en su tamaño y el porcentaje de roturas
de cáscara también aumenta.

Efecto de la muda en la producción de huevos.

De forma natural, las gallinas después de un periodo continúo de producción de huevos, tienen un
tiempo de descanso en el que no ponen huevos que coincide con las épocas del año en que hay
periodos de luz decrecientes y cortos.

Durante esta fase también caen las plumas y, después de un tiempo, vuelven a emplumarse y
reinician un nuevo ciclo de puesta. En las ponedoras modernas, este proceso de muda no se
presenta antes de 12 meses de producción. Así pues, el reemplazamiento del plumaje gastado se
produce a la vez que la regresión total de los órganos reproductivos y el cese de la puesta.

La muda puede ser natural o inducida. Los procesos fisiológicos observados durante la muda
inducida o artificial son parecidos a los que ocurren después de la muda natural. La muda causa la
regeneración o rejuvenecimiento de los tejidos reproductivos para poder iniciar otro ciclo de
puesta.

La muda inducida permite alargar más el período reproductivo de la gallina y permite mejorar el
porcentaje de puesta, la calidad de la cáscara y la altura del albumen. El tamaño del huevo no se
altera después de la muda y seguirá aumentando después de reanudar la producción.

Hormonalmente, la muda se produce cuando los niveles de estrógenos, progesterona, LH,


prolactina y hormona del crecimiento son bajos; mientras que los de las hormonas tiroideas y la
corticosterona son elevados.

Programas de luz para gallinas ponedoras.

El programa de luz que se usará en el período de puesta, está determinado por el programa de luz
que se aplicado durante la cría-recría. Luz en granja de gallinas ponedoras. Foto: Hato Agricultural
Lighting.

El estímulo lumínico suele iniciarse a las 17-19 semanas de edad. Se empieza por aumentar la
duración del fotoperiodo unas dos horas de golpe y posteriormente se irá incrementando unos 15-
30 minutos cada semana hasta alcanzar unas 17 horas de luz y se mantendrán hasta el final del
ciclo de puesta. Las aves deben tener 8 horas de oscuridad para tener un buen descanso.

Aparato reproductor de las aves. Órganos y formación del huevo


Aparato reproductor de las aves

Órganos sexuales en aves

El proceso a través del cual una célula se convierte en un huevo para dar paso a un hermoso
polluelo, es realmente fascinante, y para lograr una buena comprensión del tema es necesario
conocer un poco mejor la anatomía y funcionamiento del aparato reproductor de las aves.

En ocasiones es difícil diferenciar a las aves, tomando en cuenta solo sus rasgos externos, sin
embargo, diferencias marcadas se observan en ambos sexos dese el punto de vista del aparato
reproductor de las aves.

Las gónadas son los órganos sexuales donde se producen el esperma y los óvulos. En el caso del
macho reciben el nombre de testículos y en la hembra de ovarios. En la mayoría de
los mamíferos los testículos están alojados en el escroto, el cual está localizado fuera del cuerpo,
sin embargo en las aves, tanto los testículos como los ovarios se encuentran localizados dentro de
la cavidad abdominal y, a diferencia de los mamíferos, las hembras poseen solo un ovario
funcional.

Aparato reproductor de las aves: machos

El aparato reproductor de las aves machos está conformado por un par de testículos, el epidídimo,
ductos deferentes y órgano copulador o falo, este último presente solo en algunas ejemplares
(patos, cigüeñas y avestruces). Glándulas sexuales como la próstata, la vesícula seminal y la
glándula bulbo uretral que están presentes en mamíferos, no se encuentran en las aves.
En el caso de los testículos, ubicados en lo alto del abdomen y cerca de los riñones, tienen como
función principal producir esperma y testosterona (hormona masculina). Morfológicamente los
testículos son similares a un frijol, pequeños, avasculares, de superficie lisa y de color blanco,
aunque en algunas especies pueden ser total o parcialmente pigmentados.

Su tamaño puede variar, dependiendo de la edad del ejemplar y de la temporada en la cual se


encuentre, siendo más largos y grandes en los machos maduros que se encuentran en temporada
de apareamiento. En aves que presentan diferentes ciclos de apareamiento, los testículos suelen
disminuir su tamaño luego del celo.

Durante el apareamiento, los espermatozoides que ya han madurado a nivel del epidídimo, viajan
a través de los conductos deferentes donde serán almacenados o retenidos hasta el momento de
la cópula.

Es de resaltar que al igual que los mamíferos, los espermatozoides requieren de bajas
temperaturas para madurar, y en el caso de las aves esto se resuelve disminuyendo la
temperatura corporal por las noches o almacenando el esperma a nivel de la pelvis inferior, donde
la temperatura es más baja que el resto del cuerpo.

En aves sexualmente activas, el esperma tarda menos de dos días en formarse y liberarse.

En la mayoría de las aves, el apareamiento suele llevarse a cabo a través de un breve y repetido
contacto entre las cloacas de ambos sexos, aunque en los ejemplares que tienen falo hay una
cópula con penetración, que facilita la transferencia de espermatozoides.

En el aparato reproductor de las aves (machos) es de destacar que la testosterona se produce a


nivel de células intersticiales, localizadas entre los espacios de los túbulos seminíferos, que se
encuentran en el interior de los testículos. Esta hormona será responsable de ayudar a mantener
el proceso de espermatogénesis, así como de algunas de las características sexuales secundarias,
tales como el comportamiento sexual del macho, forma y color de las plumas (si es diferente de la
hembra), así como del desarrollo de estructuras accesorias en algunas especies.

En relación al falo, este es similar al pene en los mamíferos y está localizado en la parte ventral del
ave. A diferencia de los mamíferos, el falo tiene un mecanismo eréctil de tipo linfático y el semen
hace un recorrido a través de una superficie externa.

Como dato curioso relacionado con el aparato reproductor de las aves, el promedio de líquido
seminal en una eyaculación varía dependiendo de la especie, siendo aproximadamente de 0,5 ml
en el caso de las gallinas. El líquido resulta altamente viscoso debido a la densidad de esperma
por unidad de volumen u una vez que ha ocurrido la inseminación, el esperma podrá mantener su
capacidad fertilizadora por un período de días a semanas.

Aparato reproductor de las aves: hembras


En el caso del aparato reproductor de las aves hembras, está adaptado para producir
descendencia que se desarrollara en huevos y fuera del cuerpo de la madre. Este sistema en las
aves, está conformado por dos ovarios y un oviducto, que a la vez conduce a una cloaca.

Como dato a destacar en el aparato reproductor de las aves hembras, es el hecho de que solo es
funcional el ovario izquierdo, ya que el derecho degenera durante las primeras etapas del
desarrollo. Estructuralmente el ovario consta de dos partes, médula y córtex. La médula está
formada de tejido conectivo, nervios, musculatura lisa y vasos sanguíneos, mientras que el córtex
recubre la médula y contiene el oogonio, estructura formada por células precursoras que darán
lugar a los óvulos (oocitos). Cada óvulo comienza como una sola célula rodeado de una membrana
(vitelo), y a medida que se desarrolla se forma una yema, cuyo color dependerá de los pigmentos
liposolubles presentes en la dieta del ave. Finalmente cuando el óvulo madura (proceso
denominado ovulación), será liberado del ovario hacia el oviducto.

Los ovarios de las hembras maduras presentan grupos de pequeños folículos, que durante la
época de apareamiento entran en una fase rápida de crecimiento y maduración, sin embargo
luego de una actividad sexual tienden a disminuir su tamaño. El número de óvulos y de huevos
producidos dependerá de la especie.

Aparte de producir óvulos, el ovario también tiene como función liberar hormonas femeninas
(estrógeno y progesterona).

En el caso del oviducto, se trata de un tubo estrecho y uniforme en diámetro, con glándulas que
secretan sustancias que formarán parte del huevo, como son la albúmina (clara del huevo) y la
cáscara. En aves que son activas sexualmente el oviducto ocupa gran parte de la cavidad
abdominal.

Formación del huevo.

Hay 5 regiones asociadas con la formación del huevo: el infundíbulo, magnum, istmo, útero y
vagina.

El infundíbulo, es la primera parte del oviducto, donde se recibe el óvulo liberado por el ovario y
posteriormente es en ese mismo sitio, donde ocurrirá la fertilización.

El magnum, es la segunda y más larga sección del oviducto, encargada de secretar la albúmina
alrededor del óvulo fertilizado.

El istmo, es una región corta que produce las membranas interna y externa de la cáscara, las
cuales son secretadas alrededor del óvulo y la albúmina.

El útero es un segmento del oviducto, de paredes gruesas, ubicado justo después del istmo y
donde normalmente es retenido el huevo mientras se forma la cáscara, hecha principalmente de
carbonato de calcio. Por lo general el huevo permanece en el útero aproximadamente 20 horas.
Finalmente, en el aparato reproductor de las aves hembras, está la vagina, que aunque no
participa en la formación del huevo, ayuda en la expulsión del mismo a través de la cloaca,
estructura por donde también el ave elimina orina y heces.

Al final todos los nutrientes que el embrión necesita para desarrollarse van a estar contenidos en
el producto final, que es el huevo.

Proceso de incubación de las aves. Incubadoras de huevos.

La incubación artificial, es la incubación de huevos mediante máquinas incubadoras que brindan


un medio ambiente adecuado y controlado para que se desarrollen las crías de aves y reptiles. A
nivel comercial está ampliamente difundido el uso de incubación artificial para criar gallinas, patos
o codornices. Es necesario que durante la incubación la ventilación sea buena de manera de
proveer oxígeno al embrión. Los huevos más viejos requieren de mayores niveles de ventilación.

Numerosas incubadoras comerciales son anaqueles de dimensiones industriales con capacidad

para miles de huevos, poseen un sistema de rotación de huevos completamente automatizados.


Las incubadoras caseras son cajas con capacidad que varía entre 6 a 75 huevos; por lo general son
alimentadas eléctricamente, pero antiguamente eran calefaccionadas con una lámpara de aceite o
parafina.
El proceso de incubación de las aves es muy complejo, pero para que lo puedas entender un poco
más, te hablamos de él muy claramente:

Al comenzar la incubación, dentro de la cáscara porosa del huevo, se empiezan a desarrollar tres
membranas: el amnios, el corion y el alantoides. Este sistema de membranas tiene vasos
sanguíneos que permiten al ave en desarrollo obtener oxígeno y desechar dióxido de carbono. En
su interior se encuentra la clara (sustancia que contiene albúmina entre otros importantes
componentes) y la yema (que contiene gran cantidad de vitelo nutritivo).

Podemos definir al régimen de incubación como el conjunto de factores físicos presentes en el


medio ambiente que rodea al huevo. Los factores que lo integran son:

Temperatura, humedad, ventilación y volteo de los huevos. De todos ellos la temperatura es el


factor de mayor importancia, ya que, pequeñas variaciones en sus valores pueden resultar letales
para muchos embriones.
Los cambios que tienen lugar en el huevo durante la incubación se presentan regidos por leyes
físicas. Estos cambios se producen, con normalidad, solamente bajo niveles determinados de
temperatura, humedad, contenido químico del aire y posiciones del huevo. Por otra parte, el
mismo huevo incubado modifica el medio que lo rodea al emitir calor, gases y vapor de agua.

El periodo de incubación de los huevos de gallina es de 21 días, pero a partir del día 18 no deben
tocarse ni debe abrirse la incubadora.

El tamaño y el tipo de incubadora seleccionados depende de las necesidades y de los planes


futuros de cada productor. Muchos tipos de modelos están disponibles. Para los ajustes continuos,
se recomiendan unidades separadas de incubadora y criadoras. Pero si todos los huevos en la
unidad están en la misma etapa de la incubación, una sola unidad puede ser utilizada.

Los resultados pobres en nacimientos, se producen comúnmente por un control incorrecto de la


temperatura y/o de la humedad. El control incorrecto significa que la temperatura o la humedad
fueron demasiado altas o demasiado bajas por un lapso suficiente de tiempo que interfirió con el
crecimiento y el desarrollo normales del embrión. Los resultados pobres también ocurren por una
ventilación incorrecta, no mover los huevos y la limpieza de las máquinas o de los huevos.

En las grandes incubadoras comerciales, tienen huevos con diferentes tiempos de incubación
colocados en tramos que se transfieren a menudo a una unidad separada antes de eclosionar. Las
unidades separadas para eclosionar permiten tomar medidas sanitarias apropiadas para el control
de enfermedades al ser realizadas con las nuevas parvadas de polluelos. Y también los polluelos
pueden nacer sin perturbar a los otros huevos de la incubadora.

En MAQUITULS te ofrecemos diferentes tipos de incubadoras para que puedas escoger la que
mejor te convenga en cada momento. Recuerda que contamos con el mayor equipo de
profesionales, cuya única finalidad es satisfacer las necesidades de nuestros clientes más
exigentes.

Vous aimerez peut-être aussi