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EDULCORANTES CARCINÓGENOS

La amarga verdad.
julio 29, 2018

Casi todos los humanos modernos tienen una fuerte adicción al azúcar. Tal es nuestra
dependencia al sabor dulce que aceptamos sustituir al azúcar de caña, de la que tanto
abusamos desde fines del siglo XIX, con endulzantes artificiales no alimenticios. El
motivo de este autoengaño al paladar es que ya se ha hecho evidente el efecto destructivo
que la sacarosa, la glucosa, la fructosa, etc. causan en la salud, y también, por supuesto,
el miedo a engordar.

El romance de la civilización occidental con los carbohidratos refinados,


sumado al prevalente sedentarismo, viene empujando a los habitantes de las
ciudades hacia la diabesidad*, la osteoporosis, la demencia vascular, la
esteatosis hepática, los infartos y el cáncer, a una velocidad nunca antes
registrada en los anales de la enfermedad humana. Lamentablemente,
“endulzar” con pseudoazúcares (aspartame, acesulfame, neotame) así como
realzar los sabores con saborizantes conteniendo MSG (glutamato
monosódico) tiene efectos nefastos sobre el cerebro, ademas de ser
carcinógenos.

En nuestra extensa experiencia clínica con la dieta cetogénica para el tratamiento de los
tumores sólidos, un frecuente problema es el síndrome de abstinencia que se produce al
abandonar los carbohidratos. Además del mal humor, es aquí donde la tentación de
endulzar de algún modo la comida o de deslizar algún “permitido” se vuelve mayor. Los
edulcorantes artificiales, si bien no suben la glucemia tanto como el azúcar, sí alteran la
secreción de la hormona insulina y perpetúan la dependencia de este sabor dulce a nivel
cerebral. Se ha podido establecer además con certeza que, por su propia estructura
química, los edulcorantes son claramente tóxicos, e incluso carcinógenos.(1-4)

El más dramático de los informes negativos sobre los efectos de la ingestión prolongada
de edulcorantes es sin duda el de Victoria Inness-Brown, una escritora técnica con
formación en matemáticas que llevó a cabo su propio experimento privado con el popular
aditivo NutraSweet (aspartame). Poniendo bajo observación a 48 ratones con una dieta
normal sin aditivos (grupo control), y agregando NutraSweet líquido a otros 60 ratones,
30 machos y 30 hembras (grupo tratado), se dedicó a reportar y fotografiar el proceso a
lo largo de 2,5 años. Dado que no tenía acceso a aspartame puro, la autora del ensayo
empleó directamente el edulcorante comercial, dándoles ~ 40 mg/Kg de peso corporal
cada día, equivalentes a una 14 latas de refresco light en humanos.(5)
Fig.1 Las ratas que consumieron aspartame líquido (NutraSweet) mezclado con su agua durante 30
meses desarrollaron enormes tumores en un alto porcentaje (67% las hembras, 21% los machos),
además de otros muchos trastornos neurológicos, dermatológicos y metabólicos. El aspartame se
sintetiza de modo que resulta una combinación de tres moléculas: Ácido aspártico, fenilalanina y
metanol (alcohol de madera).

Tras 2,5 años, la autora de este estudio autofinanciado dio por concluida la primera fase
del experimento, y reportó los siguientes resultados: En el grupo sometido al aspartame,
el 67% de las ratoncitas desarrollaron tumores visibles, muchos de ellos del tamaño de
una pelota de golf. Al mismo tiempo, el 21 % de los ratoncitos desarrollaron tumores (en
la misma proporción 3:1 advertida por otros investigadores en investigaciones sobre
humanos). Se cree que la presencia de estrógenos -o de las hormonas sexuales femeninas
en general- es el factor responsable de dicha diferencia. En el grupo de control, ninguno
de los ratoncitos machos contrajo cáncer, y solo 2 de cada 10 ratoncitas desarrolló
tumoraciones, si bien muy pequeñas, en promedio, comparadas con las del grupo tratado
con NutraSweet. Es importante notar el hecho de que el experimento utilizó la forma
líquida del aspartame, no el DKP (diketopiperazina), un subproducto sólido del aspartame
normalmente utilizado en los experimentos.

Se ha observado que los edulcorantes artificiales producen una elevación en los niveles
de insulina.(6) Esto es muy negativo en varios sentidos. Además del aspartame, los
edulcorantes tienen otros componentes con impacto metabólico: maltodextrina y
dextrosa, con obvia acción glucogénica, los cuales, si bien se consideraban inertes,
pueden haber contribuido activamente a los desastrosos resultados del
experimento. Desde el comienzo, la aprobación del aspartame como aditivo alimentario
generó una tremenda polémica, no resuelta hasta la fecha. Existe escandalosa evidencia
de que los ensayos experimentales diseñados para evaluar la seguridad del aspartame han
estado plagados de errores metodológicos (e incluso de fraudes). Es particularmente
preocupante la existencia de severos conflictos de interés: dichos estudios de seguridad
son financiados por las propias empresas productoras (inicialmente Monsanto), al tiempo
que diversos oficiales senior de las entidades regulatorias como la FDA mantenían
cuantiosas posiciones accionarias en las compañías que fabricaban o distribuían
edulcorantes.

Sabiendo los efectos neurotóxicos, proinsulínicos y carcinógenos del aspartame, el


ciclamato y el saborizante MSG, más el hecho de que endulzar artificialmente la comida
acentúa la dependencia de lo dulce, la pregunta entonces es: ¿Deben usarse edulcorantes
artificiales para reemplazar los azúcares y realzar el gusto? La respuesta más directa
es...¡NO!

(*) El termino diabesidad es un portmanteau recientemente acuñado, resultante de combinar diabetes


y obesidad.

Ernesto Prieto Gratacós.

Laboratorio de Terapia Metabólica, Buenos Aires.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución -


NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

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REFERENCIAS:

Life-span exposure to low doses of aspartame beginning during prenatal life increases cancer effects in
rats. Soffritti M1, Belpoggi F, Tibaldi E, Esposti DD, Lauriola Environ Health Perspect. 2007
Sep;115(9):1293-7.

The carcinogenic effects of aspartame: The urgent need for regulatory re-evaluation. Soffritti
M1, Padovani M, Tibaldi E, Falcioni L, Manservisi F, Belpoggi F. Am J Ind Med. 2014 Apr
Excitotoxins: The Taste That Kills [Russell L. Blaylock, Tom Weiner]

The BRESSLER REPORT on the G.D. Searle Company

My Aspartame Experiment: Report From a Private Citizen Inness-Brown, V.

ASPARTAME DISEASE: An Ignored Epidemic. H.J. Roberts

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