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Hablar con uno mismo mejora la autoestima

Cada uno de nosotros vive en un entorno determinado y con una serie de personas con las que
se lleva mejor o peor. Sin embargo, más allá de todo ese contexto, con quien compartimos la
vida realmente es con nosotros mismos. ¿Por qué excluirnos entonces de esa ecuación? ¿Por
qué no quedar con uno mismo a lo largo del día para tomar un té o un café y hablar sobre
cómo va todo?

Nadie nos tildará de locos, y quien lo haga se pierde seguramente una de las mejores técnicas
de autoayuda y crecimiento personal. Estas son unas pequeñas muestras de ello.

 Hablar con uno mismo nos permite “centrarnos en el momento presente con las
emociones presentes” para tomar conciencia de ellas, entenderlas, gestionarlas.

 El diálogo interno es también una poderosa fuente de motivación, la más sincera, la


más confiable y la que nunca debe fallarnos. Así, y aún en las situaciones más
adversas, nada puede ser más energético que decirnos a nosotros mismos eso
de“adelante, Ángela, lo estás pasando mal pero no puedes rendirte ahora, vamos allá”.

 Por otro lado, algo que también nos explican en una publicación del “Quarterly Journal
of Experimental Psychology” es que al hablar en voz alta activamos un “interruptor” en
la corteza cerebral, ese donde se asienta la conciencia del “yo”. De este modo,
desarrollamos un mejor control psicológico para pensar con mayor claridad y de forma
más eficiente.

 Asimismo, al dar paso a esa voz interior más calmada y más segura, ganamos en
perspectiva y relativizamos los pensamientos negativos y rumiantes.

Para concluir, algo que conviene tener claro sobre los beneficios de hablar con uno mismo es
que estos solo serán posibles si somos capaces primero de controlar la conversación interna
negativa. Esa que cada poco nos susurra eso de “que hagas lo que hagas todo va a salir mal” o
que “te has equivocado una vez más, está claro que no tienes remedio”.

Evitémoslo. Al fin y al cabo no hay nada peor que convertirnos en nuestros peores enemigos.
Recordemos, por ejemplo, el modo en que definió Sócrates a los pensamientos: “son una
conversación honesta que alma tiene consigo misma”. Procuremos entonces no maltratarla,
cuidémosla como el bien preciado que es y hablemos con ella de forma positiva, constructiva y
afectiva.

Los beneficios de hablar con uno


mismo
Suele decirse que hablar consigo mismo es el primer signo revelador de locura inminente;
pero si esto fuera cierto, la mayoría de nosotros habríamos recibido un diagnóstico
psiquiátrico a los cinco años (edad de adquisición del habla autodirigida).
La ciencia del “hablar con uno mismo” o del “habla privada” ya cuenta con una trayectoria,
pero todavía desconocemos cómo, cuándo y por qué este fenómeno se produjo por primera
vez.

En las últimas décadas, los científicos han descubierto que el “habla privada” actúa como
un mecanismo biológico que otorga mayor eficiencia al funcionamiento de nuestro cerebro.
Así, permite al ser humano resolver problemas, lograr una mayor concentración, realizar una
toma de decisiones más racional y aliviar el estrés.

Veamos de manera más detallada algunos de los beneficios de este diálogo con tu ego.

Beneficios de hablar consigo mismo:

Fortalece la memoria
Los psicólogos Lupyan y Swingley llevaron a cabo un experimento en el que se demostró
que el habla autodirigida ayuda en el proceso de memorización. El procedimiento del estudio
fue el siguiente: se llevó a 20 voluntarios a un supermercado y se les mostraron algunos de
los artículos comercializados para que con posterioridad los recordasen y los encontrasen
en la tienda. A la mitad de los participantes se les indicó que repitiesen en voz alta el nombre
de los objetos, la otra mitad debió mantenerse en silencio. Los resultados indicaron que las
personas que habían verbalizado el nombre de los objetos, los encontraron más rápido,
entre 50 y 100 milisegundos menos que “los silenciosos”.

Actúa como guía de comportamiento


De acuerdo con Live Science, hablar con uno mismo puede ayudar a guiar el
comportamiento infantil. Un ejemplo sería cuando los niños van diciendo en alto los pasos
de una tarea (ej: atarse los cordones de los zapatos), como si se fuesen recordando a sí
mismos los pasos para concentrarse mejor en la actividad.

Ayuda a alcanzar objetivos


Al hablar con uno mismo sobre los objetivos que se quieren alcanzar, la atención se centra
en la propia voz, se refuerza el mensaje, se adquiere un mayor control de las emociones y
se inhiben los distractores.

Facilita la organización del pensamiento y la


toma de decisiones
Hablar solo ayuda a validar las decisiones importantes y difíciles. Permite clarificar los
pensamientos, identificar los de mayor relevancia y concretar las decisiones.

Hablar con uno mismo: signo de


buena salud
Hablas contigo mismo en voz alta? ¿Eso significa que te estás volviendo loco? ¿Perdiendo la
cabeza? ¿Listo para el manicomio? Para nada.

A pesar de que vivimos en un mundo ruidoso, mucha gente lidia con demasiado silencio en sus
vidas, gente que vive sola o que vive con otras personas que están absortas en sus propias cosas.

Cuando te sientes solo, lo más probable es que estés dejando de prestar atención suficiente a
una persona muy especial. Una que siempre está ahí contigo. ¿Quién es? Eres tú, por supuesto.

Hablar con uno mismo no sólo alivia la soledad, también puede hacerte más inteligente. Te
ayuda a aclarar tus pensamientos, descubrir lo que es importante y confirmar para arriba
cualquier decisión que estés contemplando. Sólo hay una condición: Te vuelves más inteligente
sólo si hablas con respeto a ti mismo.

Aquí hay cuatro tipos de auto-conversación que te harán más inteligente y conseguiran que te
sientas mejor acerca de tí mismo:
1. Halagador. ¿Por qué esperar a obtener elogios de otro? Si te los mereces,
elógiate tú mismo. Además, la mayoría de la gente no va a tener ni la más
remota idea acerca de las pequeñas acciones que haces bien. Cómo por
ejemplo que decidiste pasar de largo la heladería para mantener tu
compromiso acerca de perder peso. ¿Eso no merece un elogio, tal como:
“Estoy orgulloso de ti“?
2. De motivación. Es posible que no tengas ganas de hacer las tareas
aburridas o difíciles, cómo ordenar tu cuarto o estudiar, pero todo se hace
más fácil si estás recibiendo ánimos. Algo así como, ¡Vamos campeón,
arregla esto durante la mañana y por la tarde serás libre! ¿Por qué no
decirtelo a tí mismo.
3. Diálogo Exterior. ¿Tienes problemas con tomar una decisión? Si te
quedas o vas? ¿Si hablas o permaneces en silencio? Las opciones no son
fáciles. En efecto, debido a que son muy difíciles, a menudo no llegamos
a hacer una elección realmente, tenemos por costumbre responder
impulsivamente por hábito o ansiedad. Es mucho más eficaz, sin
embargo, crear un diálogo contigo mismo para poder oír lo que opinas.
“Quiero quedarme por x pero quiero ir por y. Estoy claramente
ambivalente. Sin embargo, necesito saber que decisión tomar. Es hora de
tener un interesante diálogo conmigo mismo y ver en qué dirección sopla
el viento“. Tener este tipo de diálogo puede ayudarle a hacer un
compromiso digno de elogio o una conciliación viable entre sus deseos,
sus necesidades y expectativas de los demás.
4. El establecimiento de objetivos. Digamos que estás tratando de ser mejor
organizado para que las vacaciones no sean tan frenéticas. Establecer un
objetivo y hacer un plan (es decir, qué hacer, cuándo hacerlo, cómo
hacerlo) puede ser de gran ayuda. Claro que puedes simplemente hacer
una lista, pero decirlo en voz alta centra tu atención, refuerza el mensaje,
controla tus emociones fuera de control y te aleja de las distracciones.
Los mejores atletas hacen esto todo el tiempo diciéndose a si mismos
“Mantén la cabeza hacia abajo. Mantén tus ojos en la pelota. Respira“.
A ellos les funciona, ¿por qué no te va a funcionar a ti?

Tanto si estás viviendo por tu cuenta o vives con más gente, siempre estás
vivendo contigo mismo. Así que no te dejes fuera de la ecuación. Conversa,
charla, comunicate respetuosamente contigo mismo. No es un signo de locura.
Es un signo de buena salud.

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