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C a p ítu lo
LOS CRITERIOS DE CREACIÓN
DE LA LEY PENAL ECONÓMICA
I. INTRODUCCIÓN
Para poder sancionar penalmente las conductas disfuncionales en el
ámbito de la economía, el principio de legalidad exige la presencia de una
ley previa que precise los rasgos esenciales de estas conductas, así como
también la pena a imponer. Sin embargo, la incriminación de una conduc
ta no se justifica simplemente con la expedición formal de una ley penal,
sino que ésta debe ser producto de un proceso racionalmente ordenado
de creación legislativa. El estudio sistemático de este proceso es llevado a
cabo por la denominación teoría de la legislación17101. En efecto, la teoría de
la legislación es la disciplina que estudia la forma y contenido de las leyes
con la finalidad de obtener criterios, directrices e instrucciones para una
elaboración y configuración más racional de las mismas17111.
17101 Vid., con mayor detalle, K a u f m a n n , Arthur, Filosofía del Derecho, p. 5 4 y ss.
17111 V id ., e n e ste se n tid o , N o ll, Gesetzgebungslehre, p . 15.
17121 Destacan O s s a n d ó n W id o w , La formulación de los tipos penales, p. 38; N a v a r r o
F r í a s , Estudios Penales y Criminológicos, vol. X X X (2010), p. 232, que para la
creación de la ley es importante tener en cuenta el concreto sector en el que incide
la regulación.
17131 Vid., M a r a t , Plan de legislación criminal, p. 66 y s.
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17201 S o b r e el r ie s g o d e in tr o d u c c ió n d e d is fu n c io n e s s o c ia le s a p a r e n te s , v id ., D ie z
R i p o l l é s , La racionalidad de las leyes penales, p . 21.
17211 En este sentido, O tto , GS-Schróder, p. 55. Hace referencia a la necesidad de utilizar
reglas técnicas, Pa r e d e s C a s t a ñ ó n , en Estudios, Mir y otros (coord.), p. 98 y s.
17221 Vid., así, K a u f m a n n , Arthur, Filosofía del Derecho, p. 56: “El legislador reúne un
grupo de actuaciones fácticas vitales que, desde un punto de vista contemplado como
esencial (por ejemplo unos intereses específicos o la lesión contra determinado bien
jurídico), se evidencian semejantes para la formulación conceptual de una norma
jurídica y por eso ordena una consecuencia jurídica".
17231 No hay duda que la exigencia de una especial lesividad social para autorizar el
recurso a las penas responde también al principio de proporcionalidad [vid., en
este sentido, H a m a n n , Grundgesetz, p. 28; T i e d e m a n n , Tatbestandsfunktionen,
p. 143 y s.: “entre el medio utilizado y el fin perseguido debe existir una relación
proporcional (p. 1 4 4 )]. Lo que habrá que determinar será el criterio de referencia
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17301 En general esta crítica a las teorías constitucionalistas del bien jurídico, S il v a
S á n c h e z , Aproximación, p. 273 y s.
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17331 Una exposición crítica al pensamiento de Jakobs por estar basado solamente en la
idea de la necesidad, V o l k , ZStW 97 (1985), p. 893 y s.
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del sistema jurídico existen otros sectores específicos que con sus pro
pios mecanismos resuelven la desorientación de los agentes económi
cos que determinadas conductas provocan, entonces resultará indicado
hacer una valoración global de todos estos mecanismos extrapenales y
determinar, en función de ello, si se necesita específicamente la utili
zación de la represión penal para resolver la situación en cuestión17381.
Esto es lo que se conoce como el carácter de última ratio del Derecho
penal17391, según el cual, el legislador tendría que renunciar al Derecho
penal si el bien jurídico se puede proteger de forma satisfactoria por
otros sistemas de control social o con los mecanismos de reacción de
otros ámbitos jurídicos menos gravosos. Este criterio de necesidad debe
ser igualmente observado en la represión de los delitos económicos17401,
de manera tal que si las condiciones idóneas para el desarrollo de los
agentes económicos se pueden mantener con medidas menos gravosas,
entonces deberá abstenerse el legislador penal de realizar una labor de
criminalización.
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17541 Vid., en este sentido, D íez R i p o l l é s , La racionalidad de las leyes penales, p. 96.
17551 Vid., N a v a r r o F r í a s , Estudios Penales y Criminológicos, vol. XX X (2010), p. 248,
postulando una comprensión amplia que incluye, más allá de una coherencia lógica,
una coherencia axiológica y teleológica.
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C a p ítu lo V
APLICACIÓN DE LA
LEY PENAL ECONÓMICA
I. INTRODUCCIÓN
La realidad en la que se enmarcan los delitos económicos presenta
ciertas particularidades que suscitan problemas especiales en la aplicación
temporal, espacial y personal de la ley penal. Este capítulo se ocupará preci
samente de identificar cuáles son esas dificultades, procurando resolverlos
con la vista puesta en las exigencias que impone el principio de legalidad.
De inicio puede decirse que las situaciones problemáticas que la aplicación
de la ley penal económica plantea, se circunscriben sobre todo al aspecto
temporal y espacial, a diferencia de la aplicación personal en la que apenas
tiene lugar algún tipo de complicación.
1. Fundamento
Si entre el momento de la realización de un delito económico y el mo
mento de la condena tiene lugar una modificación de la regulación penal
correspondiente, se presenta una situación de conflicto de leyes penales
en el tiempo que obliga a decidir cuál de las leyes penales resulta aplicable
al caso concreto. Lo usual es solucionar este conflicto acudiendo a la idea
de que la ley penal aplicable fue la que debió ser observada por el autor al
momento de actuar. En este orden de ideas, el artículo 6 del CP establece
que la ley penal aplicable es la vigente al momento del hecho y que sólo si
la ley penal posterior es más favorable, se podrá aplicar retroactivamente.
La retroactividad benigna alcanza incluso a los casos en los que se está eje
cutando una condena ya impuesta, pues el segundo párrafo del artículo 6
del CP señala que si durante la ejecución de la pena se dictare una ley penal
más favorable, el juez sustituirá la pena impuesta por la que corresponda
con base en la nueva ley penal.
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[7561 En este sentido, para el Derecho penal general, J a k o b s , Strafrecht, AT, Apdo 4, n.m.
50. Igualmente, como criterio de aplicación judicial, pero manteniendo una visión
preventiva (por ejemplo, con el llamado criterio de la previsibilidad) T i e d e m a n n ,
FS-Peters, p. 197; E l M i s m o / D a n n e c k e r , Die gesetzliche Milderung, p. 13 y ss.;
D a n n e c k e r , Das intertemporale Strafrecht, p. 229 y ss.
[757! En este sentido J a k o b s , Strafrecht, AT, Apdo 4, n.m. 50, señala que no basta que
en el pasado la amenaza penal esté contemplada en la ley, sino que debe requerirse
que esa amenaza se materialice. Fundamental, en este sentido, es que los casos
antiguos (Altfälle) continúen siendo un conflicto social en la nueva regulación
jurídica, en el sentido de una continuidad del injusto (vid., la misma idea, aunque
desde otra perspectiva, T i e d e m a n n , FS-Peters, p. 204 y ss.; E l M i s m o / D a n n e c k e r ,
Die gesetzliche Milderung, p. 19).
17581 Vid., en este sentido, con base en un fundamento material: Evitar las penas
innecesarias, Ja k o b s , Strafrecht, AT, Apdo 4, n.m. 51.
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Problemáticos son los casos en los que la ley penal económica entra
en vigencia entre el inicio y la finalización de la acción u omisión que con
figura el delito. Esta situación se presenta en el caso de los llamados delitos
económicos permanentes y continuados, en los que la acción lesiva se rea
liza en un espacio de tiempo dentro del cual entra en vigencia la ley penal
que dispone su represión17661. En la medida que se trata de una conducta
permanente o continuada, la entrada en vigencia de la ley penal durante el
periodo de permanencia o continuidad de la conducta constituirá también
una ley vigente al momento del hecho, pues el hecho sigue en permanente
o continua ejecución. Sin embargo, queda claro que el juicio de desvalor
penal no podrá tener en consideración la parte precedente del hecho per
manente o continuado, pues su realización se hizo antes de la entrada en
vigencia de la ley penal.
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17791 E nel mismo sentido, T i e d e m a n n , FS-Peters, 205 y s., con base en la acción lesiva
y las formas de ataque del bien jurídico. Similarmente, M o h r b o t t e r , ZStW 88
(1976), p. 942; E s e r , en Schönke/ Schröreder StGB, § 2, n.m. 25.
17801 En este sentido, J a k o b s , Strafrecht, AT, Apdo 4, n.m. 74.
17811 Así, J a k o b s , Strafrecht, AT, Apdo 4, n .m . 75.
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a. Criterio de determinación
Si la ley vigente al momento de la sentencia no es completamente idén
tica a la ley vigente al momento del hecho, se aplica la ley más favorable,
salvo que se haya interrumpido la continuidad del injusto y quede impune,
por tanto, la conducta del autor. No obstante, el problema no se soluciona
con señalar que la ley aplicable es la más favorable al autor, sino que se re
quiere determinar cuál es efectivamente la que más le favorece.
La determinación de la ley penal más favorable resulta poco proble
mática en caso que se suprima una agravante o se reduzca el marco penal
máximo o mínimo del delito17831. No obstante, la comparación de las leyes
no se queda en ese nivel general, sino que entra usualmente en un plano
mucho más concreto. En la doctrina penal existe acuerdo en afirmar que la
ley más favorable debe determinarse a través de una perspectiva de análisis
concreta, esto es, no mediante una comparación abstracta de los textos le
gales, sino mediante una referencia al caso concreto17841.
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tencia17911. Como puede verse, esta regulación jurídica admite una excep
ción al principio general que establece que, en caso de derogación de la ley
penal, debe procederse a la absolución del autor117921. Sin embargo, para dar
cabida a esta excepción es necesario que, como requisito formal, se fije el
plazo de vigencia de la ley penal, sea mediante una determinación calenda
ría o mediante la referencia al hecho determinante de la temporalidad (una
situación de guerra, por ejemplo).
El carácter dinámico de la economía hace necesario que el legislador
penal recurra a técnicas de tipificación que le den a la ley penal econó
mica una mayor capacidad de adaptación a nuevas circunstancias17931. Si
identifica situaciones de carácter coyuntural que precisan de una inter
vención penal, lo razonable será que expida leyes penales temporales di
rigidas a mantener la identidad normativa de la sociedad durante tales
situaciones. Una vez superada la coyuntura que motivó la expedición de
la ley penal temporal, queda claro que ésta no deberá aplicarse a nuevos
casos. Sin embargo, como la identidad normativa de la sociedad sigue
siendo la misma, se necesita mantenerla frente a los casos antiguos que
la pusieron en cuestión durante la vigencia de la ley penal temporal17941.
Sólo en caso de un cambio de la identidad normativa de la sociedad, po
drá fundamentarse una falta de necesidad de castigar los casos antiguos
con la ley penal temporal. El artículo 8 del CP admite precisamente, como
excepción, la posibilidad de que se disponga una no aplicación de la ley
penal temporal a supuestos antiguos al agregar la frase “salvo disposición
en contrario”.
17921 Pero no se trata de una excepción al principio de aplicación de la ley más favorable
[así, por ejemplo, R o x i n , Strafrecht, AT, § 5, n.m. 66; T i e d e m a n n , Voz: Zeitgesetz,
en HWiStR, Krekeler/Tiedemann/Ulsenheider/Weinmann (Hrsg.), p. 1], sino al
principio de que las infracciones a una ley derogada no requieren ser reestabilizadas.
17931 Vid., así, T i e d e m a n n , Anuario de Derecho penal, 1996, Hurtado Pozo (dr.), p. 14
y s.
17941 En el mismo sentido, pero con base en el principio de proporcionalidad, L a s c u r a í n
S á n c h e z , Sobre la retroactividad, p. 41 y s.
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Los casos más claros de ley penal temporal en el Derecho penal eco
nómico son aquéllos en los que se busca salir al frente ante una coyuntu
ra económica17951. Esto resulta bastante claro en el caso de una situación
de guerra o de postguerra, en donde se requiere de la expedición de leyes
penales que sirvan de respaldo a la actividad de dirección económica
que el Estado debe desplegar para hacer frente a la situación de crisis que
motiva el contexto bélico17961. Las leyes temporales permiten reaccionar
rápida y flexiblemente ante la variación de las circunstancias económi-
cas17971.
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que esta regulación persigue18071. Dentro del primer supuesto podría entrar
el delito de funcionamiento ilegal de casinos del artículo 243A del CP, si
los requisitos legales omitidos ya no se exigen en una regulación adminis
trativa posterior. Un ejemplo claro del segundo grupo de leyes penales en
blanco es el delito de la falsificación de dinero que luego deja de tener curso
legal, pues si bien la regulación monetaria, sobre cuyos efectos se configura
la ley penal en blanco, deja de estar vigente, esto no afectará la responsa
bilidad penal del autor en el sentido de una derogación de la regulación
extrapenal de remisión18081.
La discusión entre la perspectiva unitaria y la diferenciadora se ha he
cho especialmente intensa en relación con el delito de defraudación tribu
taria. Para los defensores de la perspectiva diferenciadora, la modificación
de las leyes tributarias de remisión no significa propiamente una modifica
ción de la ley penal en blanco que lleve consigo la impunidad del autor del
delito tributario cometido sobre los efectos de la anterior regulación tri
butaria18091. La punición del delito tributario se rige por la deuda tributaria
tal y como existe o se origina en el momento del hecho18101. Sólo si la pre
tensión tributaria del Estado deja de tener fundamento en la nueva regula
ción, podría aplicarse lo más favorable al reo y declarar la impunidad de su
conducta. En contraposición a lo anterior, los defensores de la perspectiva
unitaria señalan que no interesa si la pretensión tributaria surgida con la
legislación tributaria anterior se mantiene también en la nueva regulación
tributaria. Esta postura alega una separación de la regulación jurídica tri
butaria frente a la penal, en el sentido de que no interesa si tributariamente
18071 Vid., J a k o b s , Strafrecht, AT, Apdo 4 , n.m. 70 y ss. Sigue este criterio, R u d o l p h i , SK
§ 2, n.m. 8a y 8b, señalando que en el fondo las normas jurídicas que complementan
leyes penales se diferencian de aquéllas que se refieren a elementos normativos del
tipo penal. Considera que el criterio de Jakobs es similar al basado en la continuidad
del injusto, E s e r , en Schónke/Schróreder StGB, § 2, n.m. 26. Críticamente ante este
criterio diferenciador, H a s s e m e r , N K § 2, n.m. 36, por considerarlo demasiado
vago e innecesariamente complicado y que finalmente en los casos concretos resulta
difícil de separar.
18081 Con mayores ejemplos, Ja k o b s , Strafrecht, AT, Apdo 4, n.m. 72; R u d o l p h i , SK §
2, n.m. 8c. En el mismo sentido, L a s c u r a í n S á n c h e z , Sobre la retroactividad, p.
90 y s., negando la existencia propiamente de una sucesión de leyes.
18091 En el mismo sentido, L a s c u r a í n S á n c h e z , Sobre la retroactividad, p. 1 1 4 y s.
18101 Vid,, J a k o b s , Strafrecht, AT, Apdo 4 , n .m . 72; R u d o l p h i , SK § 2, n .m . 8c.
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18171 Vid., en este sentido, R ü p i n g , NStZ 1984, p. 451: la ley penal (defraudación tributaria)
sólo se remite al Derecho tributario para determinar el origen y monto de la deuda
tributaria, de manera que un cambio de contenido en las leyes tributarias debe
también tener efecto en la determinación de la ley penal. Similarmente, G r i b b o h m ,
LK § 2, n.m. 37.
I8i8] ^ s í, fun¿ am entalmente, F r a n z h e i m , N StZ 1982, p. 137 y s.; K o h l m a n n ,
Steuerstrafrecht, § 370, n .m . 10.3; S a m s o n , Steuerstrafrecht, F r a n z e n /G a s t /S a m s o n , §
369 n.m. 25a; L a s c u r a í n S á n c h e z , Manuales de Formación Continuada, 4 (1999),
p. 359 y ss.; P i ñ a G a r r i d o , en Derecho penal de la empresa, Corcoy Bidasolo (dr.),
p. 281. P o r su parte K u n e r t , NStZ 1982, p. 278, señala que no puede hacerse
una afirmación general sobre el carácter temporal del tipo penal de defraudación
tributaria, sino que este carácter depende de la regulación tributaria específica; en
este sentido, sólo una consideración individualizada permite determinar si el delito
de defraudación tributaria es una ley penal en blanco temporal, lo cual debe hacerse
con una valoración ex ante de la específica legislación tributaria (del impuesto a
la renta, a las ventas, etc.).
18191 Cuando menos para los casos del impuesto a la renta y el im puesto a las
corporaciones, pues en impuestos en los que se persigue un determinado objetivo
político-fiscal, puede presentarse una ley temporal. Vid., con mayor profundidad,
T i e d e m a n n / D a n n e c k e r , Die gesetzliche Milderung, p. 40 y ss.; T i e d e m a n n ,
Einführung, § 4, n.m. 161.
18201 V id ., c o n m a y o r d e talle , T i e d e m a n n / D a n n e c k e r , Die gesetzliche Milderung, p. 38.
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[835i Q fr m ü l l e r - G u g e n b e r g e r , en Wirtschaftsstrafrecht , M ü ll e r - G u g e n b e r g e r /
B ie n e c k (H r s g .), § 5 n .m . 1 y ss.; S i e b e r , e n Hacia un Derecho penal, p. 6 0 5 y ss.;
G r a c i a M a r t í n , e n LH-Cerezo Mir, p. 3 7 4 . V id ., e n g e n e ra l, so b r e lo s p r o c e s o s
d e re g io n a liz a c ió n d e l a lu c h a c o n tr a la d e lin c u e n c ia e c o n ó m ic a (U n ió n E u ro p e a ,
M e rc o su r, e tc .), T i e d e m a n n , Einführung, In tr o d u c c ió n , n .m . 9.
[836] Niega ja existencia de una coactividad, M ü l l e r -G u g e n b e r g e r , en Wirtschaftsstrafrecht,
Müller-Gugenberger/Bieneck (Hrsg.), § 5 n.m. 7.
[837J Vid., en este sentido, W e i g e n d , ZStW 105 (1 9 9 3 ), p. 777.
[838) Se entendía que el originario art. 8 7 Ha del Tratado de la Comunidad Europea sólo
autorizaba a elaborar dispositivos que impongan multas. Vid., en este sentido, O t t o ,
ZStW 9 6 (1 9 8 4 ), p. 37 4 ; T i e d e m a n n , NJW 199 3 , p. 2 7 ; E l M is m o , Einführung,
§ 2, n.m. 82; E l M i s m o , LH-Peña Cabrera, p. 52; M ü l l e r /W a b n i t z /J a n o v s k y ,
Wirtschaftskriminalität, p. 19.
18391 H a s ta an te s d e l T ra ta d o d e L isb o a , se te n ía claro q u e la UE n o te n ía c o m p e te n c ia s p a r a
la c re a c ió n d e u n D e r e c h o p e n a l c o m u n ita rio . C fr. T i e d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht,
I, p . 2 1 6 ; E l M i s m o , NJW 199 3 , p. 2 3 ; S i e b e r , ZStW 103 (1 9 9 1 ), p. 9 5 7 y s.; E l
M i s m o , e n Hacia un Derecho penal, p. 6 1 9 ; D a n n e c k e r , e n Wirtschaftskriminalität,
G r o p p (H r s g .), p . 162; G r a c i a M a r t í n , e n LH-Cerezo Mir, p . 375.
[840] v i d . , T i e d e m a n n , Einführung, § 2 , n .m . 84.
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18461 Vid., en este sentido, B o t t k e , wistra 1991, p. 5; S i e b e r , ZStW 103 (1991), p. 965;
T i e d e m a n n , NJW 1993, p. 23; D a n n e c k e r , en Wirtschaftskriminalität, Gropp
(Hrsg.), p. 171; M ü l l e r /W a b n i t z / J a n o v s k y , Wirtschaftskriminalität, p. 19: “el
Consejo de la Unión Europea obliga a los Estados miembros a proteger penalmente
mediante leyes nacionales los intereses financieros de la Unión".
18471 Vid., e n e ste se n tid o , W e i g e n d , ZStW 105 (1993), p. 775; S il v a S á n c h e z , e n
Fundamentos, S ilv a S á n c h e z (e d .), p. 11 y ss.; C a r m o n a , Premesse, p. 116 y ss. U n
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paso en este sentido constituye la elaboración del Corpus Iuris para la protección de
los intereses financieros de la Unión Europea y el documento de los “Eurodelitos”.
Vid., sobre el primero, B a jo F e r n á n d e z /S . B a c i g a l u p o , Derecho penal económico,
p. 313 y ss.; G r a c i a M a r t í n , en LH-Cerezo Mir, p. 380 y s.; sobre el segundo,
Eurodelitos. El Derecho penal económico en la Unión Europea, Tiedemann (dr.),
Cuenca, 2004.
[848] D estaca las excepciones al principio de territorialidad en el Derecho penal económico,
W e b e r , ZStW 96 (1984), p. 384.
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a. El alcance de la ubicuidad
El principio de territorialidad, asumido como el punto de vinculación
primario por nuestro Código Penal, no exige como condición para su utili
zación que el delito haya sido completamente realizado dentro del territo
rio nacional18521. El artículo 5 del CP asume como criterio de determinación
del lugar del hecho la llamada teoría de la ubicuidad, conforme a la cual se
entiende que el delito se comete tanto en el lugar donde se realiza la acción,
como donde se produce el resultado18531. En consecuencia, la ley penal pe
ruana podrá aplicarse, sin mayor inconveniente, a los delitos a distancia
y de tránsito, siempre que una parte de la acción o el resultado se hayan
materializado en el territorio nacional.
La doctrina penal aparentemente no comparte la conclusión a la que
se llega en el párrafo precedente, al menos para el caso de los delitos de
tránsito. En el ejemplo clásico de estos delitos, referido a la carta injuriante
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que escribe un sujeto desde el país A dirigida a otro sujeto que vive en el
país B y que pasa por los países C y D, la respuesta de la doctrina ha sido
clara en el sentido de negar la competencia del Derecho penal interno de
los países C y D[854]. Sin embargo, si se descubre cuál es la verdadera razón
en la que se sustenta esta solución doctrinal, se podrá ver con facilidad que
también en los países de tránsito podría presentarse una actuación penal
mente relevante que justifique la aplicación de la ley penal interna.
Supongamos, para hacer más real nuestra exposición, un proceso de
lavado de activos en el que el dinero pasa por distintos países en un circui
to económico organizado para impedir precisamente el seguimiento del
dinero por parte de organismos de control nacionales. Si en el Perú no
está permitido participar en estos circuitos de lavado (Decreto Legislativo
1106), una participación, aunque sea parcial, en el mencionado circuito
significaría la infracción de la norma penal y, por tanto, la posibilidad de
sancionar el delito con base en el Derecho penal peruano. En este sentido,
no será necesario que la acción delictiva se realice plenamente en el Perú
para poder abarcarlo mediante el principio de ubicuidad (por el lugar de la
acción), sino que bastará con que se produzca dentro del país una conducta
típicamente relevante, para que se entienda que el delito ha sido realizado
en el Perú18551. Si en el caso de la carta injuriante la doctrina tradicional no
consideró aplicable el Derecho penal de los países de tránsito, seguramente
fue porque los carteros en los países de tránsito actuaron en estricto cum
plimiento de su rol y, por lo tanto, de forma típicamente irrelevante. Por lo
tanto, la impunidad no viene por un tema de inaplicación de la ley penal
nacional, sino por ausencia de los presupuestos necesarios para realizar
una imputación penal.
Las ventajas que ofrece la teoría de la ubicuidad para resolver los de
litos cometidos en diversos países no deben conducir, sin embargo, a una
desnaturalización del principio de territorialidad. En este sentido, consi
[8541 Vid., así, por ejemplo, O e h l e r , Intemationales Strafrecht, §1, n.m. 267; L e m k e
N K § 9, n.m. 11; H u r t a d o P o z o , Mariual, PG, 2a ed., p. 216 y s. De otro parecer,
G r i b b o h m , LK § 9, n.m. 12.
295
P e r c y G a r c ía C a v er ò
deramos que el tenor literal del artículo 5 del CP que regula el principio
de ubicuidad, resulta extremadamente amplio, pues, por un lado, alude al
lugar de actuación y omisión de la obligación de actuar de los autores y
partícipes, mientras que respecto del resultado utiliza el término general de
“efectos del delito”. En la medida que con una redacción tal podría incluirse
supuestos que claramente rompen con la idea mínima de territorialidad y
entran en ámbitos propios de otros principios de vinculación del Derecho
penal internacional, resulta necesaria una interpretación sistemática cohe
rente que no desdibuje el orden de los distintos principios regulatorios de
la aplicación de la ley en el espacio. Para alcanzar este orden sistemático, el
artículo 5 del CP debe ser interpretado restrictivamente18561.
En primer lugar, resulta conveniente referir la parte de la actuación
o la omisión de la obligación de actuar del autor y partícipe solamente a la
ejecución del hecho principal. Los actos preparatorios por sí mismos no
tienen que estar incluidos en esta regulación18571, pues, de lo contrario, se
podría llegar a resultados contradictorios en caso de tratarse de una actua
ción del autor o una del partícipe. Si, por ejemplo, un autor realiza los actos
preparatorios dentro del Perú y luego la acción típica completamente en el
extranjero, no podrá ser alcanzado por el principio de ubicuidad, pues en el
Perú no ha realizado aún ninguna acción delictiva, en tanto los actos prepa
ratorios como tales no son, en principio, punibles18581. Sin embargo, el caso
de un partícipe que dentro del territorio nacional contribuye solamente en
la fase preparatoria del hecho, podría ser alcanzado por la redacción literal
del artículo 5 del CP, en tanto se considera que lugar de comisión del hecho
es también aquél en el cual el partícipe ha actuado u omitido su obligación
(de no favorecer la comisión de un delito). Como puede verse, una misma
actuación puede en algunos casos caer dentro y en otros fuera del principio
de territorialidad sin una razón material que lo justifique. Por ello, resulta
296
A p l ic a c ió n d e l a Ley P en a l E c o n ó m ic a
297
P e r c y G a r c ía C a v e r ò
El que toma parte en la fase preparatoria realizada dentro del país res
pecto de un delito ejecutado por otro fuera del país, no puede ser castigado
tomando en cuenta el Derecho penal interno, pues se trata de una actua
ción aún permitida18641. En este caso, el fundamento para sancionar la con
298
A p l ic a c ió n d e l a L e y P e n a l E c o n ó m ic a
ducta del partícipe se ha verificado fuera del país (la realización del delito),
de manera que no puede ofrecerse un criterio válido desde el principio de
territorialidad para castigar el hecho con el Derecho penal interno[865]. Si,
por el contrario, el resultado del delito se verifica dentro del país, entonces
sí podrá aplicarse el Derecho penal interno, pues en este caso se presentan
las condiciones para la utilización de la teoría de la ubicuidad, concreta
mente, por el lugar del resultado18661. En caso que el partícipe, que preparó
el delito fuera del país, tome parte en la ejecución del delito realizado den
tro del país, no habrá mayor inconveniente para incluir este supuesto en el
artículo 5 del CP, en tanto la acción o el resultado del hecho principal se
verifican dentro del país y entran, por tanto, en el concepto de ubicuidad.
En estos casos, el partícipe ha infringido su rol al favorecer la realización
(o la consumación) de un hecho que se ha llevado a cabo o se ha realizado
dentro del país.
la ley extranjera no sancione ese hecho. Consideran, en este sentido, que estos
supuestos de participación también están abarcados por el Derecho penal interno,
B i n d i n g , Handbuch, I, p. 425; M e i l i , Lehrbuch, p. 126 y ss.; W e g n e r , FS-Frank,
I, p. 145; S c h r ó d e r , ZStW 61 (1942), pp. 79, 94; B e r g m a n n , Begehungsort, p. 45
y ss.; Z i e h e r , Das sog. internationale Strafrecht, p. 39. Por el contrario, F r a n k ,
Das Strafgesetzbuch, p. 31 consideraba que si el Derecho extranjero no castiga la
conducta del autor, no resulta posible castigar al partícipe con el Derecho nacional.
En este sentido, N e u m e y e r , ZStW 23 (1903), p. 440, señaló que el carácter delictivo
de la actividad de un inductor o cooperador de un extranjero que ha cometido un
hecho en el extranjero sólo puede determinarse por el Derecho extranjero. En la
actualidad mantiene este parecer, J u n g , JZ 1979, p. 326, con mayores referencias,
mientras que G r i b b o h m , JR 1998, p. 177, considera adecuada la regulación del
S tG B .
299
P e r c y G a r c ía C a v e r ò
18671 Este el conocido caso del “product dumping” que sobre todo se discute en la
responsabilidad por el producto. Sobre esto vid., con mayores indicaciones, V o g e l ,
GA 1990, p. 253 y s.
[sea] obviamente se necesita que los directores de la empresa extranjera tengan una
idea general sobre la antijuricidad de su hecho en el Derecho penal peruano, sin
requerirse de un conocimiento detallado. Vid., en este sentido, Z i e h e r , Das sog.
internationale Strafrecht, p. 69.
18691 B r a m o n t A r i a s , La ley penal, p . 152, c o n s id e r a b a q u e el d elito , e n e s to s c a s o s ,
e r a ú n ic o y ú n ic o ta m b ié n el tr a ta m ie n to p e n a l, a u n q u e a lg u n o s h a y a n o b r a d o en
el e x tran je ro .
300
A p l ic a c ió n d e l a L e y P e n a l E c o n ó m ic a
C. El principio de universalidad
El artículo 2 inciso 5 del CP señala que la ley penal peruana se aplica
a todo delito cometido en el extranjero, cuando el Perú está obligado a
reprimirlo conforme a los tratados internacionales. En este sentido, el
compromiso estatal de enfrentar delitos de carácter transnacional, como
sucede, por ejemplo, con la Convención de Palermo respecto de la crimi
nalidad organizada, permitirá aplicar la ley penal nacional a ciertos deli
tos cometidos en el extranjero. El fundamento jurídico para la aplicación
302
A p l ic a c ió n d e l a L e y P e n a l E c o n ó m ic a
18761 Vid., P é r e z C e p e d a , Gaceta Penal & Procesal Penal 56, febrero (2014), p. 215.
18771 Así, C e r e z o M i r , Derecho penal, P G , p. 256. No obstante, L e m k e , Nk StGB, § 6,
n.m. 15, admite la posibilidad de que en el propio tratado internacional se haya
acordado su ejecutabilidad, lo que bastaría para permitir la aplicación del principio
de universalidad sin una norma interna de desarrollo.
18781 Vid., Ja k o b s , Strafrecht, AT, Apdo 5, n.m. 20.
303
P e r c y G a r c ía C a v er ò
304
A p l ic a c ió n de la L e y P e n a l E c o n ó m ic a
la ley, sino que buscan, más bien, ajustar las leyes penales a las diversas si
tuaciones que presenta la realidad18801.
305
P e r c y G a r c ía C a v e r ò
tes de ciertos grupos económicos por el rescate financiero del Banco Wiese
Ltdo en 1999, archivándose dicho proceso por la inexistencia de algún tipo
de conducta defraudatoria del Estado. Este procesamiento innecesario se
habría podido evitar, de haber seguido nuestra legislación criterios moder
nos para la regulación de las situaciones de crisis en el sector bancario y
financiero.
306
VI
C a p ítu lo
LA INTERPRETACIÓN DE
LA LEY PENAL ECONÓMICA
I. INTRODUCCIÓN
Otro de los temas centrales relacionados con la aplicación de la ley
penal económica es el referido a su interpretación. Ya que del tenor de la
ley penal no puede extraerse deductivamente la solución para el caso con
creto18821, el juez debe realizar siempre una labor de interpretación18831. Esta
labor no se lleva a cabo mecánicamente18841, sino que requiere de una acti
vidad comprensiva que tiene lugar a través de un ir y venir de la ley general
al caso concreto18851. A pesar de que el juez cuenta con cierta autonomía
para interpretar la ley, esta interpretación no se lleva a cabo de una manera
absolutamente discrecional, sino que está sujeta a ciertas reglas lógicas y a
un contexto normativo que debe ser necesariamente observado. El estable
cimiento de tal procedimiento y los métodos disponibles configura lo que
la doctrina llama teoría de la interpretaciónl886].
309
P e r c y G a r c ía C a v e r ò
1. Consideraciones generales
T i e d e m a n n afirma que la unidad del ordenamiento jurídico, como
un todo ideal sin contradicciones, no excluye la formación de ámbitos
parciales independientes del Derecho con objetivos y contenidos con
una interpretación (el llamado círculo hermenéutico). Siguiendo una fuerte opinión
doctrinal, A r o c e n a , Interpretación, p. 30 y s., destaca la importancia primordial
de la interpretación teleológica. De una opinión distinta es H a s s e m e r , N K § 1,
n.m. 114, quien cuestiona la interpretación teleológica como un criterio externo,
y lo considera no más que un aspecto que está en la cabeza del juez.
[888] Así, T i e d e m a n n , Voz: Auslegung, en HWiStR, Krekeler/Tiedemann/Ulsenheider/
Weinmann (Hrsg.), p. 1, indica que entre los criterios de interpretación no existe
una jerarquía, si bien la doctrina especializada considera que la interpretación
teleológica es la decisiva.
[889] Yid ; sobre esta perspectiva de análisis utilizada desde hace mucho por la
jurisprudencia de los tribunales alemanes, B r u n s , GA 1982, p . 22; E l M i s m o , JR
1984, p. 136; G ü b e l , Die Auswirkungen, p. 103.
[aso] y y ( as^ en ej D ereCho penal patrimonial, K i n d h á u s e r , Strafrecht, BT, II, p. 43.
En el Perú, en relación con los delitos contra el medio ambiente, C a r o C o r i a ,
Derecho penal, p. 120.
310
La in t e r p r e t a c ió n d e l a L ey P en a l E c o n ó m ic a
[898] yj(j^ supuestos en los que puede rendir utilidad la perspectiva fáctica de análisis,
B r u n s , JR 1984, p. 136 y ss.; C a d u s , Die faktische Betrachtungsweise, p. 74.
312
La in t e r p r e t a c ió n d e l a Ley P en a l E c o n ó m ic a
2. Supuestos especiales
Las consideraciones que hasta ahora se han hecho sobre la autonomía
interpretativa de la ley penal económica adquieren una especial importan
cia en la utilización de dos mecanismos de imputación que son usuales en
313
P e r c y G a r c ía C a v er ò
314
La in t e r p r e t a c ió n d e l a L e y P e n a l E c o n ó m ic a
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P e r c y G a r c ía C a v er ò
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La in t e r p r e t a c ió n d e l a L e y P e n a l E c o n ó m ic a
317
P e r c y G a r c ía C a v er ò
del levantamiento del velo se engloba en el tema más general de las conduc
tas o negocios aparentes19201. Se trata de un caso de simulación absoluta, pues
se aparenta una persona jurídica pantalla que no existe realmente y que lo
único que busca es generar una situación de error para proceder a una estafa
o defraudación especial (defraudación tributaria, por ejemplo). En el fraude
a la ley, por el contrario, la conducta u operación presentada es realmente lle
vada a cabo, colocándose la simulación en el plano de los efectos económicos
de la operación, pues mediante actos posteriores de ejecución o rectificación,
se consigue obtener los beneficios económicos que no se habrían alcanzado
de haber seguido el camino regular.
Pese a la diferencia conceptual entre la doctrina del levantamiento del
velo (negocio aparente) y el fraude a la ley, no puede negarse que ambos
mecanismos apuntan igualmente a hacer frente a actos de evasión de la
responsabilidad penal. Por esta razón, la doctrina penal coincide en se
ñalar que también en el levantamiento del velo societario debe utilizarse
una perspectiva fáctica de análisis19211. Sin embargo, la admisión de una
interpretación de carácter económico no autoriza a desbordar el espacio de
libertad interpretativa que ofrece el tenor del tipo penal correspondiente,
lo que significa que bajo ningún concepto se puede dar cabida a una infrac
ción del principio de legalidad19221. En esta línea garantista, conviene que,
así como en los casos más usuales de fraude a la ley penal el legislador es
tablece regulaciones específicas para sancionar estas conductas de evasión,
se promulguen también disposiciones penales que permitan, conforme a
determinados requisitos19231, un levantamiento del velo en la persecución
318
La in t e r p r e t a c ió n d e l a L e y P e n a l E c o n ó m ic a
1. Consideraciones generales
Un sector importante de la doctrina penal defiende el carácter acce
sorio de la protección que ofrece el Derecho penal económico19271, lo que
significa sostener una interpretación de la ley penal económica fuertemen
te vinculada a lo establecido en la normativa extrapenal de los sectores
económicos en los que el delito económico tiene lugar. Por nuestra parte,
como ya lo adelantamos, consideramos que el Derecho penal económico
lleva a cabo una interpretación autónoma de las leyes en atención al senti
do de las consecuencias jurídicas de la regulación penal. En este orden de
ideas, el hecho de que el objeto de regulación penal esté configurado por
320
La in t e r p r e t a c ió n d e l a L ey Pen a l E c o n ó m ic a
2. Supuestos especiales
En las líneas precedentes se ha reconocido que la interpretación de la
ley penal económica es, por lo general, autónoma y sólo en ciertos supues
tos se vincula a la normativa extrapenal mediante instituciones específicas.
Esta afirmación general encuentra, sin embargo, ciertos casos de excepción
en los que, fuera de la protección institucional, la interpretación apunta
a ser también accesoria. Nos estamos refiriendo concretamente a los su
puestos de las leyes penales en blanco y de los tipos penales que recogen la
llamada accesoriedad administrativa de acto. En lo que sigue, nos ocupare
mos de analizar cómo debe llevarse a cabo la interpretación de la ley penal
en estos supuestos especiales.
321
P e r c y G a r c ía C a v er ò
322
La in t e r p r e t a c ió n d e l a L ey P en a l E c o n ó m ic a
19371 En la doctrina penal existe disparidad de opiniones sobre estas dos formas de
estructuración de los tipos penales. Un sector de la doctrina considera que estos
conceptos no se identifican ( G a r c í a A r á n , EPCrXVl, p. 68 y ss.; A b a n t o V á s q u e z ,
RPCP 9, p. 19 y s.; T i e d e m a n n , Einführung, §4, n.m. 108), mientras que otro sector
entiende que se trata de conceptos coincidentes ( S i l v a S á n c h e z , La ley penal, p.
51 y s.; M a r t í n e z - B u j á n P é r e z , Derecho penal económico, P G , p. 250; D o v a l
P a ís , Posibilidades y límites, p. 124 y s.; Y o n R u e s t a , I us et veritas 22, p. 235). Una
posición intermedia considera que, en la interpretación judicial, no conllevan un
procedimiento idéntico de determinación, pero que en la imputación subjetiva no
presentan mayores diferencias [ T ie d e m a n n , Tatbestandsfunktionen, p. 387 y ss.; E l
M is m o , Anuario de Derecho Penal, 1993, Hurtado Pozo (dir.), p. 14],
[938] e n e ste s e n t i d ^ F a k h o u r i G ó m e z , InDret 4/2009, p. 11, señalando que estos
fines nada tienen que ver con la teoría dogmática del error.
19391 Desde una perspectiva similar, en el sentido de distinta forma de interpretación,
W i l k e n b a u e r , Zur Verwaltungsakzessorietat, p. 15. Para elementos normativos
323
P e r c y G a r c ía C a v e r ò
que no están recogidos en normas jurídicas, como las reglas de la técnica, cabe
llegar a la misma conclusión: El juez debe determinar con sus propios criterios la
relevancia de estas reglas en la determinación de la conducta prohibida (en esta
línea, S c h ü n e m a n n , FS-Lackner, 396 y s.; A b a n t o Vá s q u e z , RPCP 9, p. 24).
[940) Así, admite la posibilidad de una ley penal en blanco mediante una remisión a
actos de la Administración, W i l k e n b a u e r , Zur Verwaltungsakzessorietät, p. 13;
S c h u s t e r , Das Verhältnis, p. 117.
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