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Por Javier Alsina

Universidad de Buenos Aires – Facultad de Filosofía y Letras


javialsina@gmail.com

El mundo cognoscible de los despiertos y los dormidos

Es interesante analizar la construcción teórica que realiza Heráclito sobre como el


mundo se constituye, siendo el Logos la acepción que dará fundamento a todo, desde
una concepción cosmológica hasta el discurso verdadero. En este trabajo, se realizará un
análisis del concepto de Logos, su movimiento y como lo puede percibir el individuo.

El Logos

Según Heráclito existe un mundo verdadero y común al que los individuos pueden
acceder, y este se denomina Logos1. Si bien de los fragmentos recuperados de Heráclito
no se encuentra una definición del Logos, se puede inferir la misma de distintos
fragmentos2.

El fragmento Nº 103 expresa “Las cosas en conjunto son todo y no todo, idéntico
y no idéntico, armónico y no armónico, lo uno nace del todo y del uno nacen todas las
cosas.”. De este fragmento se desprende que el Logos contiene de una misma cosa sus
opuestos.

Dicha apreciación del conjunto se puede observar en el fragmento Nº 61 al


establecer que “El mar es agua (a la vez) purísima e impurísima: para los peces es
potable y salutífera, para los hombres, impotable y deletérea.”4. El agua, como objeto
perteneciente al Logos, sigue siendo la misma, pero depende de quien interactúe con
ella para que el individuo pueda determinar su característica o finalidad.

1 (Marcovich, 1968, pág. 21 (frag. 1) y 41 (frag. 10))


2 (Marcovich, 1968, pág. 42)
3 (Kirk, Raven, & Schofield, 1970, pág. 221)
4 (Marcovich, 1968, pág. 56)
La cosmovisión del conjunto en el Logos abarca desde las cosas naturales (como
es el agua en el ejemplo del fragmento Nº 61) hasta los Dioses, porque si bien se trata
de deidades diferentes, Dionisio y Hades, ambos se corresponden a un mismo Dios5.

Asimismo, para Heráclito el Logos no solo contiene el conjunto de cosas que


posee un objeto, sino que además el individuo conoce sus características por su opuesto;
no es posible para un individuo conocer la buena salud, sin haber conocido la
enfermedad, la saciedad sin haber sentido el hambre, la justicia sin haber experimentado
la injusticia6.

Es en esta danza armónica de opuestos que Heráclito concibe al Logos, donde


todo se encuentra en un constante movimiento y cambio. Razón por lo cual el fuego
resulta el motor inicial de todas las cosas y el fin de las estas.

El motor de todas las cosas

Para Heráclito el fuego es el punto de partida para la constitución de todas las cosas7, y
también el encargado de finalizar y juzgar a todos los seres vivientes 8. Es necesario
aclarar que el concepto de fuego no se trata del fuego material, sino del constante
movimiento que el fuego posee, ya que como se señaló en párrafos precedentes, para
Heráclito los opuestos crean una tensión entre sí, y en esta contradicción existe
armonía9.

El fragmento Nº 3210 establece que “Un (Ser), el único (Ser verdaderamente)


sabio, no admite y admite ser llamado con el nombre de Zeus”, y el fragmento Nº 6711
indica:

“Dios es: día y noche, invierno y verano, guerra y paz, saciedad y hambre; él
toma diferentes formas, lo mismo que el fuego, que al mezclarse con los sahumerios
(inciensos) es llamado según el aroma de cada cual de estos.”.

5 (Marcovich, 1968, pág. 68/69 (frag. 15))


6 (Marcovich, 1968, pág. 63 (frag. 111 y 23))
7 (Laercio, 2007, pág. 460)
8 (Marcovich, 1968, pág. 102 (frag. 66))
9 (Marcovich, 1968, pág. 44/45 (frag. 51))
10 (Marcovich, 1968, pág. 105)
11 (Marcovich, 1968, pág. 98)
Por Javier Alsina
Universidad de Buenos Aires – Facultad de Filosofía y Letras
javialsina@gmail.com

De los fragmentos transcriptos se puede inferir que Zeus (como Dios-rey del
panteón de la mitología griega) es equiparable al fuego, ya que toma diferentes formas y
Zeus sería una de ellas, pero también es otra cosa que no es Zeus.

Con respecto a la última oración del fragmento Nº 67, si se realiza una


resonancia con el fragmento Nº 7, se puede derivar que las transformaciones o
propiedades que tenga un objeto, serán por la esencia del fuego12 y que dichas
propiedades son perceptibles para los individuos.

Los despiertos y los dormidos

El logos, según la teoría de Heráclito, es cognoscible para los individuos. Esto quiere
decir que esta verdad no está oculta, sino que existen métodos para conocerla, ya que no
se manifiesta sino a través de signos13.

Se distinguen dos clases de individuos, los dormidos y los despiertos14. Los


dormidos son sujetos que no perciben las cosas como realmente son, no perciben el
Logos, su conocimiento y saber los apartan a su propio mundo15. Heráclito indica que el
conocimiento de muchas cosas no enseña inteligencia –refiriéndose al Logos- y eso se
traduce en una estéril erudición y mala artimaña16.

En cambio, los despiertos perciben el mundo único y común, perciben el Logos.


Para ello Heráclito indica como los sujetos pueden conocerlo, y es en primera instancia
mediante la experiencia empírica de los sentidos, al indicar en el fragmento Nº 55 “De
cuantas cosas se da visión, audición, percepción, a estas yo doy preferencia.”17 y en el
fragmento Nº 101a “Los ojos son testigos más exactos que los oídos.”18, aclarando que
los sentidos son el método de conocimiento y no que otra persona te instruya con
respecto al Logos.

12 (Marcovich, 1968, pág. 98/99 (frag. 7))


13 (Marcovich, 1968, pág. 31 (frag. 93))
14 (Marcovich, 1968, pág. 21/22 (frag. 1))
15 (Marcovich, 1968, pág. 41 (frag. 89))
16 (Marcovich, 1968, pág. 34/35 (frag. 40 y 129))
17 (Marcovich, 1968, pág. 25)
18 (Marcovich, 1968, pág. 25)
Pero el Logos no se manifiesta directamente a los individuos, sino mediante
signos. Por ello Heráclito aclara que para poder observar el Logos el individuo debe
tener confianza en su percepción y un alma que pueda entender el lenguaje del Logos19.

Por otro lado, a diferencia de los hombres, los Dioses si pueden percibir el
Logos, y por ello en el fragmento Nº 102 se expresa que “Para Dios todas las cosas son
bellas (buenas) y justas, pero los hombres han supuesto a las unas injustas, a las / otras
justas.”20.

Con esta última aclaración, se plasma la coherencia en el pensamiento de


Heráclito, ya que es el individuo que necesita percibir al Logos mediante su opuesto
(estar enfermo para conocer la buena salud, lo húmedo y lo seco, etc.), ya que a
diferencia de los Dioses “La índole humana no posee conocimientos, y la divina sí los
posee.”21.

Conclusión

La teoría del Logos de Heráclito demuestra claros fundamentos y construcción


empírica, donde la naturaleza es percibida como un constante movimiento. Si bien la
teoría puede parecer simple –por lo menos en comparación a teorías filosóficas
posteriores-, no hay que perder de vista que únicamente conocemos a Heráclito por
fragmentos escritos que se encontraron en otras obras.

Con respecto al contenido de la teoría, encuentro similitudes con la estructura


teórica de Juan Escoto Eriúgena al indicar que el origen de la naturaleza es por una
causa primera (Dios), ya que Heráclito también considera una causa primera, pero en
vez de ser abundancia, se trata de un movimiento permanente.

19 (Marcovich, 1968, pág. 30 (frag. 86 y 107))


20 (Marcovich, 1968, pág. 112)
21 (Marcovich, 1968, pág. 112 (frag. 78))
Por Javier Alsina
Universidad de Buenos Aires – Facultad de Filosofía y Letras
javialsina@gmail.com

Bibliografía
Kirk, G. S., Raven, J. E., & Schofield, M. (1970). Los filósofos presocráticos. Historia
crítica con selección de textos. Parte I. (J. G. Fernández, Trad.) Madrid: Gredos.

Laercio, D. (2007). Vidas y opiniones de los filósofos ilustres. (C. G. Gual, Trad.)
Madrid: Alianza Editorial.

Marcovich, M. (1968). Heraclitus. Merida, Venezuela: Talleres Gráficos Universitarios.

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