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“la historia no es la biología molecular o la física teórica cuyo progreso está asegurado
por la ruptura continua de los antiguos paradigmas. La historia avanza mediante
procesos de estratificaciones sucesivas en los cuales lo nuevo viene de la real capacidad
de organizar lo antiguo”
Ruggiero Romano 1
1Monedas , seudomonedas y circulación monetaria en las economías de México, México FCE ECM 1998
p. 249
8
Por estas razones el presente trabajo comienza en 1740, fecha en que la
monarquía borbónica, obligada por las guerras que jalonaron el siglo, iniciaba
los grandes cambios que se tradujeron en la modificación de las relaciones
comerciales con América. Nos interesa destacar los mecanismos financieros y
fiscales que utilizaron los gremios mercantiles tanto de la ciudad de México
como de Lima así como el papel jugado por otros erigidos en América a fines
del siglo XVIII. Hacia 1824 estas corporaciones en México independiente
habían cesado en sus funciones mientras el consulado de Lima se consolidaba
hacia 1840 por el resto del siglo XIX. Interrogante central de esta investigación
es el cómo y el por qué de estas diferencias en la evolución de los gremios
mercantiles de Nueva España y el Perú en la transición de la colonia a la
república.
Mediante la aplicación de una metodología comparativa veremos
la actitud de los gremios en Nueva España, de manera referencial,2 para
establecer analogías o diferencias con respecto a los métodos empleados en
Lima, frente a las exigencias de la Corona y de los estados republicanos
durante las guerras que jalonaron el siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX.
Compararemos métodos de financiación, estrategias de recaudación y la
reacción de dichas corporaciones frente a la instauración de los nuevos
consulados a fines del siglo. Estas comparaciones nos permitirán analizar los
efectos de las guerras tanto en España como en América y cómo estas
desarticularon el espacio colonial americano y permitieron a largo plazo la
construcción de las nuevas naciones. Al detectar situaciones análogas, en la
actuación de dichas corporaciones en una y otra realidad la comparación
funcionará como un “ejercicio básico de toda actividad cognoscitiva” y nos
permitirá identificar las especificidades ante un mismo problema. 3
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Para el caso de México, siguiendo a Elliot, tomamos los trabajos escritos de importantes
investigadores que se dedicaron al tema consular, mientras que para el Perú, objetivo de nuestra
investigación, incursionaremos en archivos y fuentes específicas recopiladas en el Archivo
Histórico de Lima. Ver John Elliot La Historia Comparativa, 1999, p.230
3 Sartori et al. (comps.), Comparación, 1994. Esta obra contiene frases útiles, como las siguientes:
“Comparar nos da la clave para comprender, explicar e interpretar” (Charles Ragin, p. 30); “El
enfoque científico es inevitablemente comparativo” (Lassell, p. 32); “Comparar implica asimilar
y diferenciar en los límites [...] Hay que precisar qué aspectos son comparables, es decir
9
Veremos de qué manera se distorsionaron las relaciones de poder entre
la Corona y las corporaciones consulares que se vieron fuertemente presionadas
por los préstamos forzosos. Luego de la Independencia, se generaron nuevas
alianzas entre los sectores económicos y la organización política, lo que nos
lleva a reflexionar sobre el surgimiento de estados republicanos como
“asociaciones políticas” débiles para utilizar los términos de Max Weber. 4
Como sugiere Charles Tilly, las guerras y la coerción ejercida desde el Estado
ayudaron a construir las naciones produciendo una imbricación entre el capital,
el ejército y la política. 5
Pocos son los trabajos comparativos que se han realizado sobre México y
el Perú. Un estudio pionero fue el realizado por Brian Hamnett “Revolución y
contrarrevolución en México y Perú” en el cual, el autor estudia el impacto del
constitucionalismo liberal español y los movimientos revolucionarios
hispanoamericanos así como también los conflictos entre los grupos políticos
que luchaban por el poder. 6 En una edición dirigida por Heraclio Bonilla sobre
el Sistema colonial de la América española, se publicaron varios artículos
comparativos entre México y Perú. Entre ellos se destacan el de Herbert Klein
quien ha comparado las economías de Nueva España y el Perú entre 1609 y
1809 a través del análisis de las Cajas Reales como un medio de ver el desarrollo
económico diferente en ambas regiones; el de Magnus Mörner que habla de la
problemática comparativa al analizar la crisis colonial en dos unidades
virreinales que difieren mucho en complejidad y dimensión; otro de Juan
Carlos Garavaglia analiza el mercado interno en México y el Perú y el peso de
individualizar los casos comparables” (Leonardo Morlino, p. 17); por último, León Campbell
señala que los estudios de caso son en realidad el fundamento de gran parte de la investigación
comparativa (p. 72). Todo ello nos conduce a la necesidad de establecer en primer término los
elementos comparables entre una y otra región.
4 El concepto de estado es tomado desde el punto de vista de sistema de gobierno o forma de
poder político dado que el estado es una construcción mucho más compleja que se consolida
recién a fines del siglo XIX.
5 Charles Tilly Coerción. 1992.
6 Hamnett, Revolución, 1978. Este trabajo, además, fue uno de los primeros en prestar atención a
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las manufacturas europeas en ese ámbito a fines del siglo XVIII, además el de
Miño Grijalva que se refiere a los obrajes andinos y el caso novohispano y la
relación de estos con el auge y decadencia del sector minero.7 Estos trabajos
comparativos desde el punto de vista económico evidencian el crecimiento del
Virreinato de Nueva España y el estancamiento del Perú en el siglo XVIII. Sin
embargo no se ha hecho un trabajo comparativo que incluya a los consulados
frente a los cambios operados durante el siglo y que demandó el envío de
importantes cantidades de numerario a la Corona.
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producción textil y la producción agrícola, en las cuales el capital mercantil tuvo
importante participación. Sin entrar en un debate historiográfico al respecto,
consideramos fundamental mostrar las características de dicha estructura
económica, especialmente frente al impacto que sufrió con las reformas
borbónicas desde mediados del siglo XVIII y estimar la forma en que estos
sectores se vincularon con los comerciantes y con las corporaciones consulares.
en América. Dicha palabra apareció en el siglo XVIII con la creación del virreinato del Río de la
Plata y el virreinato de Nueva Granada en 1739.
9 Fisher, Minas 1977 para el caso de Cerro de Pasco, y Contreras, Mineros 1995, para el de
Hualgayoc.
10 Brading, Mineros, 1984.
11 Los préstamos en el Perú para la explotación minera tenían una tasa de interés del 72% anual.
En México, un comerciante destinaba entre 50 000 y 100 000 pesos para el laboreo de las minas,
mientras que en el Perú tan solo entre 10 000 y 12 000 pesos. En este último país, los
habilitadores recibían en pago por cada habilitación, seis pesos y cuatro reales, y luego de
fundida la plata, se les abonaba siete pesos y tres reales, obteniendo una ganancia del 16 por
ciento. Ver Cornblit, “Levantamientos”, 1978, pp. 77-78.
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terminados.12 Los obrajes textiles peruanos en la zona andina aparentemente no
atrajeron el mismo grado de inversión de los comerciantes. Nuevamente fueron
los aviadores que habilitaron a los obrajeros.
Las haciendas agrícolas y ganaderas constituyeron otro sector que
evidencia diferencias y similitudes entre Nueva España y el Perú. Los trabajos
de Eric Van Young sobre la región de Guadalajara muestran que los
comerciantes y mineros actuaron como impulsores de la explotación de las
haciendas en la medida que hubo inversión en la compra de nuevas tierras por
parte de los capitalistas. No hubo aumento de las dimensiones ni tampoco una
modernización en los métodos sino una más racional utilización de la mano de
obra. Los grandes comerciantes mexicanos, Antonio Bassocco, Gabriel Yermo,
Francisco Iraeta compraron haciendas de laicos y religiosos sobre todo las
expropiadas a los jesuitas y administradas por temporalidades, las capitalizaron
y convirtieron en complejos industriales como los del aguardiente.13
12 Para el Perú consultar Escandell-Tur, Producción, 1997; y Salas, Estructura, 1998. Para México,
Salvucci, Textiles, 1987; y Miño, “Protoindustria”, 1999.
13 Huerta, Empresarios, México 1993
14 Sobre el tema mercantil en el Perú contamos con los siguientes trabajos: Mazzeo, Comercio,
1994; Mazzeo (ed.), Comerciantes, 1999; Hernández, Peregrinación, 2006; Condori, Lucas,
15 En Europa, la consolidación de la elite mercantil se dio un siglo antes. Se tiene el caso, por
ejemplo, de la elite nobiliaria y mercantil de Flandes y Amberes. Para ver las diferencias entre
las elites de Holanda e Italia consultar Burke, Venecia, 1996.
13
comercio los grandes comerciantes novohispanos reorientaron sus inversiones a
otros sectores económicos.16
A fines del siglo XVIII las guerras ejercieron mayor presión económica
sobre los Consulados de Nueva España por lo que las exacciones fueron
Ver los trabajos de Guillermina del Valle, Carmen Yuste, Cristina Torales y María Teresa
16
Huerta.
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mayores debido al aumento de la producción de las minas de plata. En el Perú,
en cambio, las reformas recortaron el territorio al crearse los nuevos virreinatos
de Nueva Granada y Río de la Plata y perderse las minas de Potosí. Ante estas
circunstancias, las nuevas instituciones entraron en competencia con las
antiguas. ¿Qué diferencia existió entre los antiguos y nuevos consulados de
Nueva España y el de Lima? ¿Actuaron en ambos casos como entes financieros
o, en el caso del Perú la institución se mantuvo como un simple instrumento
para la recaudación de nuevos impuestos? ¿cuáles eran los beneficios que estas
corporaciones recibían al financiar al estado colonial?.
Objetivo de la investigación
El objetivo central del presente estudio es examinar la relación de las
corporaciones con el poder político para diferenciar cuándo actuaron como
entes financieros de los estados o cuando simplemente fueron
“administradores” de la recaudación de diversos empréstitos, donativos o
préstamos solicitados por la Corona y las nacientes repúblicas en épocas de
guerra. Pero, dado que el Perú, es el objeto central de nuestro estudio y la
corporación se mantuvo a lo largo del siglo XIX, la pregunta clave es ¿por qué
una institución de carácter corporativo pervivió en el Perú y por el contrario
desapareció en todo el ámbito americano luego de la Independencia?¿Qué
elementos jugaron a su favor y, por el contrario ¿cual fue la razón, para que en
el caso de México independiente, los tres organismos consulares que existieron
al tiempo de la Independencia fueran disueltos? y al desaparecer aquellos
¿cómo se rigieron las relaciones entre los comerciantes y el Estado?
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corporaciones frente a esas presiones borbónicas? ¿Hubo rivalidades entre las
antiguas corporaciones y las nuevas instaladas a fines del siglo XVIII?
¿Lograron estas últimas desarticular a las antiguas corporaciones mercantiles?,
¿Por qué en el virreinato del Perú ya separado de Nueva Granada y el Río de la
Plata no surgieron nuevos consulados como fue el caso de Nueva España con
Guadalajara y Veracruz?
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La implementación de los navíos de registro, pérdida territorial y por
consiguiente las minas de Potosí, más la habilitación de puertos, como
Valparaíso y Buenos Aires, le restó poder de negociación y jurisdicción al
Consulado del Perú a fines del siglo XVIII. Sin embargo la corporación siguió
manteniendo relaciones fiscales y financieras con la Corona y fue el mejor
sostén de las políticas de los virreyes en especial a comienzos del proceso de la
guerra de Independencia.
La crisis política que se desató a fines del siglo XVIII con el incremento
de las guerras internacionales obligó a la Corona a utilizar nuevamente las
embarcaciones neutrales, lo que generó una mayor competencia mercantil en
las colonias momento a partir del cual colapsó el sistema de intercambio entre
España y América. Esta situación generó la necesidad de instalar las nuevas
corporaciones en los puertos habilitados para ayudar a España a la recaudación
de los empréstitos forzosos promovidos por la Corona para apoyar
económicamente a dichas guerras. Ya en el Reglamento del Libre Comercio se
hablaba de la necesidad de instalar en los nuevos puertos estas corporaciones,
sin embargo, fue recién con el inicio de las guerras de fines de siglo que se
aplicó la medida.
La Corona tomó actitudes políticas diferentes frente al virreinato de
Nueva España y el Perú que repercutieron de manera distinta en los
Consulados de México y Lima, nuestra hipótesis es que en un primer momento,
a mediados del siglo XVIII el Consulado de Lima perdió el apoyo borbónico
restarle la posibilidad de seguir recaudando los impuestos al comercio, pero
luego, lo restableció debido a las urgencias económicas a fines de siglo. En
cambio en Nueva España el rompimiento de la Corona y el Consulado de
México se habría producido entre 1810 y 1814 cuando la economía en general
colapsó.
El quiebre del poder colonial dio lugar en México a la presencia de
fuertes poderes locales que promovió la emergencia del regionalismo el cual
terminó por hacer desaparecer las entidades consulares. Consideramos que los
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comerciantes ya no necesitaron de dichas entidades para la obtención de
beneficios arancelarios al entrar en negociaciones directas con los gobiernos de
turno. Mientras que en el caso del Perú la centralización del poder en Lima
permitió el resurgimiento del Consulado de comercio como ente financiero de
la primera república porque ahí se encontraba el grueso del poder económico
mercantil. No obstante, en ambos casos, nos encontramos frente a estados
débiles que dependieron económicamente de los grupos mercantiles para la
obtención de recursos económicos y solventar las guerras. Las ideas liberales se
manifestaron más claramente en el México independiente que en el Perú
especialmente en el poder legislativo, que ayudó a la desaparición de los
consulados en México. En el Perú, en cambio, el enfrentamiento entre los
liberales y conservadores, entre el mariscal Santa Cruz y el mariscal Gamarra
impactaron en la disolución. Aunque luego con la recomposición de la elite
mercantil se reinstaló la corporación, primero en 1826 de manera precaria y
luego en 1829 de forma definitiva.
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entre los años 1740 y 1778. Analizaremos el papel de los Consulados como
organismos administrativos de los reales derechos, y por qué causa a mediados
del siglo XVIII los impuestos dejaron de ser recaudados por las corporaciones.
Veremos también el impacto de las nuevas medidas para reducir el
contrabando y cómo afectó esto a las corporaciones, para finalizar con una
reflexión sobre el comercio libre y los efectos que este produjo sobre la elite
mercantil que siguió prestando a la Corona a la par que obtenía menores
beneficios regios.
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Cuáles fueron estos y qué tanto afectaron el poder de los Consulados en Nueva
España y el Perú.
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Este trabajo entonces, se encuadra en las relaciones del Consulado con la
Corona española y el estado republicano en el Perú. No se trata solo de una
historia institucional sino que nos interesa esclarecer de qué manera actuaron
las personas que estuvieron vinculadas a la corporación, quienes la dirigían y
con qué ventajas contaban, además de establecer sus vínculos personales con el
estado tanto colonial como republicano, cuánto y cómo prestaron y qué ganaron
con ello. Comprende también el tema de las continuidades, a partir de una
investigación sistemática en el Archivo General de la Nación de Lima, los
documentos referidos a la Sección República, los cuales hasta el momento han
sido poco consultados. Ese fondo documental muy extenso que reúne no solo
información referida al Consulado de Lima sino también a otros aspectos como
el tipo de préstamos concedidos al gobierno por la elite mercantil, la cual, lejos
de haberse desintegrado, continuó mayoritariamente en el país o se nacionalizó
para seguir comerciando.
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