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DERECHOS PUBLICOS

EJE TEMÁTICO: DERECHO CONSTITUCIONAL

SUB-EJE TEMATICO 1: TEORÍA CONSTITUCIONAL Y FEDERALISMO

Introducción:

El Derecho constitucional es una rama del Derecho público cuyo campo de estudio incluye el
análisis de las leyes fundamentales que definen un Estado. De esta manera, es materia de
estudio todo lo relativo a la forma de Estado, forma de gobierno, derechos fundamentales y la
regulación de los poderes públicos, incluyendo tanto las relaciones entre poderes públicos,
como las relaciones entre los poderes públicos y los ciudadanos.

La Constitución Es un texto de carácter jurídico-político fruto del poder constituyente que


fundamenta (según el normativismo) todo el ordenamiento, situándose en él como norma que
recoge, define y crea los poderes constituidos limitándolos al servicio de la persona humana.
Además, tendrá el carácter de norma suprema, de manera que prevalecerá sobre cualquier
otra que fuese posterior y contraria a ella (jerarquía constitucional). Al decir de Kelsen, es la
norma que da lógica a todo el sistema. El derecho común surgirá de ella por mecanismos de
derivación y aplicación

Poder Constituyente:

- Concepto:

Definido por Linares Quintana, “la facultad soberana del pueblo a darse su ordenamiento
jurídico-político fundamental originario, por medio de una Constitución y a revisar a ésta total
o parcialmente cuando sea necesario”.

- Clasificación:

Poder Constituyente Originario: El Originario es aquél que aparece en el primer momento en


que se sanciona la Constitución;

Poder Constituyente Derivado: El Derivado es aquel cuyo ejercicio se manifiesta con su


reforma.

- Titular del Poder Constituyente

Es el pueblo. El fundamento de que la titularidad del poder constituyente corresponde al


pueblo constituye la base de la legitimidad democrática y del Estado de derecho. No es la
Nación la que se constituye sino su establecimiento político. El poder constituyente originario
tiene como titular al pueblo o la comunidad, porque es la colectividad toda la que debe
proveer a su organización política y jurídica en el momento de crearse el estado. La noción
responde a la búsqueda de la legitimidad en el uso del poder constituyente originario. El
preámbulo de nuestra constitución de 1853-1860 acoge este principio definitorio cuando
incluye la fórmula de “nos los representantes del pueblo…”.
- Limites

En principio el “poder constituyente originario es ilimitado”. Por su parte Bidart Campos


establece ciertos límites: A) Límites del valor justicia o derecho natural; B) Límites que puedan
derivar del derecho internacional público (tratados); C) El condicionamiento de la realidad
social. Valores naturales y absolutos como la libertad, la dignidad del hombre, la justicia, etc.,
Vélez Sarsfield sostenía “Que estos derechos son superiores a toda Constitución, superiores a
toda ley y a todo cuerpo legislativo, y tan extensos que no pueden estar escritos en la
Constitución”. En cuanto al “poder constituyente derivado, es esencialmente limitado”, porque
tiene que cumplir con las prescripciones que al respecto le ha fijado la propia Constitución
sobre los órganos destinados a la reforma.

Supremacía Constitucional

- Recepción en el texto de la Constitución Nacional. El orden Jerárquico de las normas y


los tratados. Supremacía y Bloque de constitucionalidad federal

Concepto procedente del antiquísimo precedente jurisprudencial 'Marbury vs Madison", y que


supone la estructuración del ordenamiento jurídico en una pirámide jerárquica en la que la
Constitución ocuparía la cúspide. Así, la supremacía supone el punto más alto en la escala
jerárquica normativa, de manera que cualquier norma posterior y contraria que
eventualmente entrase en colisión con la norma suprema provocaría la nulidad de la norma
inferior.

En la República Argentina ha existido un conflicto jurisprudencial sobre la jerarquía de los


tratados internacionales que fue finalmente resuelto con la reforma constitucional de 1994. El
artículo 75 inciso 22 de la Constitución Argentina otorga la misma jerarquía de la constitución a
un grupo de tratados internacionales sobre Derechos Humanos. También en la misma reforma
se estableció un proceso legislativo particular para anexar otros tratados a ese grupo, sin
necesidad de reformar nuevamente la Constitución. La pirámide jurídica en Argentina quedaría
con la Constitución y los Tratados sobre DD.HH. en la cima, los demás tratados internacionales
inmediatamente después y las demás leyes por debajo.

Desde 1994; El punto de partida sigue siendo el artículo 31 de la Constitución Nacional, que
reza: “ Esta Constitución, las leyes de la nación que en su consecuencia se dicten por el
Congreso y los tratados con las potencia extranjeras son la ley suprema de la Nación, ...”

Es decir que debajo de la Constitución, con la misma jerarquía, pero sin la posibilidad de
modificar la 1ª parte de la misma, está los tratados y convenciones internacionales del Art. 75
inc. 22 CN. Los cuales gozan de una presunción de constitucionalidad por haber sido analizados
pormenorizadamente por los convencionales constituyentes.

Por debajo de los mismos se encuentran los convenios y tratados internacionales de derechos
Humanos aprobados por el Congreso con mayoría agravada, y gozan de la misma jerarquía
constitucional que los anteriores.
Por último se encuentran los tratados que no son de derechos humanos, pero que han sido
aprobados y ratificados por nuestro país. Éstos tienen jerarquía superior a las leyes federales.

Debajo de las leyes federales, se encuentran los Tratado que el Art. 124 CN les permite
celebrar a las provincias.

De esta manera queda conformada nuestra pirámide después de la reforma constitucional de


1994. Bidart Campos, en oportunidad de la reforma, elabora la doctrina del “Bloque de
Constitucionalidad Federal”. Este bloque está formado por la Constitución Nacional y los 11
tratados del artículo 75 inc. 22 CN. Estos tratados no están incorporados a la CN, está
enumerado en la misma, pero gozan de supremacía constitucional.

Por lo tanto la interpretación en cuanto a que los derechos que sean reconocidos por tratados
no sólo pertenecen al derecho interno sino que no es necesario un posterior reconocimiento
por parte del Estado, (Corte Interamericana, Ekmedjian c/ Sofovich) DERECHO A REPLICA
aparece reconocido implícitamente por la CN y expresamente por la Convención Americana
sobre Derechos Humanos Art. 14 ley 23.054., y esa va a ser la interpretación que la Corte va a
adoptar en los sucesivos fallos.

Incisos 22 y 24 del art. 75. De estos puede extraerse la siguiente clasificación:

a) Tratados de derechos humanos: ver detalle en inciso 22 artículo 75. Estos tratados se
incorporan con jerarquía constitucional y las siguientes características: 1°) “En las condiciones
de su vigencia”. 2°) Si bien tienen jerarquía constitucional, “no derogan artículo alguno de la
primera parte de la Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y
garantías por ella reconocidos.;

b) Tratados de integración: Las normas dictadas tienen jerarquía superior a las leyes, pero
inferior a la Constitución, la técnica legislativa para aprobar estos tratados de Latinoamérica,
en cuyo caso requieren la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara.
En cambio, en la hipótesis de tratados con otros estados, el procedimiento es complejo o de
doble aprobación: 1° el Congreso declara la conveniencia con la mayoría absoluta de los
miembros presentes de cada Cámara y 2° dentro de los 120 días posteriores el tratado debe
ser aprobado por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara.

c) Tratados y concordatos comunes: tienen jerarquía superior a las leyes. PIRÁMIDE JURÍDICA:
1° Constitución y Tratados sobre derechos humanos, con la única salvedad que los tratados no
deroguen artículo alguno de la primera parte de la Constitución y además deben entenderse
como complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos. 2°) Tratados de
integración. 3°) Las Leyes de la Nación que se sancionen “en consecuencia” de la Constitución.

Control de Constitucional

- Clasificación de los sistemas de control en el derecho comparado

El Control de constitucionalidad: es el mecanismo jurídico por el cual, para asegurar el


cumplimiento de las normas constitucionales, se realiza un procedimiento de revisión de las
normas ordinarias, y en caso de contradicción con la Constitución se procede a la invalidación
de las normas de rango inferior que no hayan sido hechas en conformidad con aquellas. El
fundamento de este control es el mantenimiento del Principio de Supremacía Constitucional.
Hablar de la importancia del control de constitucionalidad es hablar de la importancia misma
que cada ordenamiento jurídico estatal le asigna a su propio texto constitucional,
reconociéndolo como la base inexorable de toda la estructura normativa que sobre él se
construye, y a la cual debe integrarse armónicamente.

Si son hoy reconocidas como premisas válidas las que establecen que la Constitución es la ley
suprema de un Estado y que a ella debe acomodarse todo el ordenamiento jurídico, se
desprende como necesaria conclusión la necesidad de la existencia de mecanismos aptos e
idóneos que certifiquen y aseguren tal correspondencia, y con ello la vigencia y el respeto de
los derechos fundamentales y las libertades públicas contenidos en el texto legal supremo.

Justamente el control de constitucionalidad tiene esa clara finalidad: verificar si determinadas


normas o determinados actos guardan congruencia con la Constitución, pudiendo, llegado el
caso, a declarar la invalidez de aquellos que se encuentren en pugna con ella, asegurando de
tal modo, el imperio o supremacía constitucional.

La Constitución solo puede erigirse como norma fundamental y funcionar en la práctica como
tal, únicamente si ella es debidamente resguardada y para ello es que se han creado los
diversos mecanismos que, funcionando como verdaderos medios o canales, permiten plasmar
en la realidad esta función de control, como son las acciones de habeas corpus, habeas data,
acción de amparo, el recurso extraordinario federal y la acción declarativa de
inconstitucionalidad , acciones todas que participan de un idéntico fin que es obtener el mayor
grado de cumplimiento de los preceptos constitucionales.

El llamado “Estado de derecho” , en contraposición con lo que sucede en los regímenes


totalitarios y contrarios al sentir republicano, es aquel que asegura a los habitantes un acabado
respeto de todas las normas que lo integran, comenzando justamente desde la norma de
mayor rango que es la Constitución. Y el respeto, solo se alcanza mediante el adecuado
control.

- Definición del control de constitucionalidad

En términos sencillos, el control de constitucionalidad es aquel proceso que permite verificar y


establecer si los actos, provenientes éstos tanto de particulares como de agentes estatales,
derivados de tanto de acciones como de omisiones, y las normas que conforman el plexo
normativo, colisionan con las reglas que integran el texto de la Constitución Nacional, teniendo
siempre y en todos los casos como propósito último el hacer efectiva la supremacía
constitucional.

- Los diversos sistemas de control constitucional. El control de constitucionalidad en la


República Argentina

Los distintos Estados han ido construyendo a partir de sus regímenes jurídicos, distintos
mecanismos para llevar adelante el control constitucional, pero sin embargo podemos precisar
tres sistemas de control por ser éstos los mayormente elegidos por la legislación en occidente:

o El Sistema Político

o El Sistema Jurisdiccional Concentrado

o El Sistema Jurisdiccional Difuso


En el sistema político, también se encuentra presente la idéntica finalidad de resguardo de la
supremacía constitucional, ni tampoco presenta diferencias en lo que respecta al alcance de la
decisión, sino que, lo que lo distingue radica esencialmente en como está compuesto el órgano
a cargo del ejercicio de la función.

Es diferente en cuanto al órgano ya que no es requisito sine qua non que se trate de juristas ya
que la función de control también puede ser llevada adelante por personas ajenas al Poder
Judicial.

En el sistema jurisdiccional serán miembros de aquel Poder quienes se encarguen de


éste ejercicio de función de control, idea lógica si se entiende que el Poder Judicial es el que
tiene la misión principal de control permaneciendo siempre fuera de la ejecución del poder
político.

Cuando en manos de cualquier magistrado recae la función de llevar adelante el control de


constitucionalidad, estamos en condiciones de afirmar de que se trata de un sistema de
control difuso; cuando por el contrario cuenta con dicha facultad un tribunal específico para
realizarlo, lo denominamos control de constitucionalidad concentrado.

Características del sistema argentino de control de constitucionalidad en el orden Federal

En la República Argentina, el sistema de control es jurisdiccional difuso, en oposición al


control de constitucionalidad europeo-continental que se caracteriza por la existencia de un
único tribunal u órgano creado para tales fines, que cumple la función de resolver toda
cuestión atinente a la inconstitucionalidad, con un efecto erga omnes de su decisión.

En el control difuso de constitucionalidad, la función jurisdiccional que cabe a cada uno de los
jueces, es comprensiva de seleccionar la norma aplicable, juzgar su validez si se hubiese
cuestionado su armonía con el texto constitucional, así como también cerciorarse de que se
trata de un caso justiciable.

El resultado de ese análisis, es decir, la decisión judicial a la que se arribe, solo podrá ser
cuestionada - si se encuentra comprometida una cuestión federal suficiente- , a través de los
recursos que establece la Ley 48 en su artículo 14 (recurso extraordinario federal) y siempre
que se trate de una sentencia definitiva o asimilable a ella.

Los constituyentes de la Convención de 1853 optaron, al momento de elegir la conformación


de las normas de nuestro texto constitucional, servirse en muchos aspectos de la Constitución
Norteamericana. Entonces, adoptó con ello un mecanismo de control de constitucionalidad,
que luego fundamentó en los arts. 100 y 101 de la Carta Magna, solo que en ellos tampoco se
brindaba explicación acerca del funcionamiento y el alcance de dicho poder de revisión.

Según la interpretación que históricamente se le ha dado a dichos artículos, el Poder Judicial


puede conocer en todas las causas que versaren sobre puntos regidos por la Constitución, y
con ello la facultad del Poder Judicial de declarar la inconstitucionalidad de las leyes del
Congreso y los actos provenientes del Poder Ejecutivo.

Este poder o esta función que ejerce prioritariamente la Corte Suprema de la Nación, y que
pertenece a todos los tribunales –federales y provinciales – es el que le ha permitido tener en
la realidad un papel preponderante al Poder Judicial en todo lo relativo a la resolución de los
casos de crisis constitucionales, así también como ha suscitado innumerables casos de
controversia sobre el alcance de dicho control sobre leyes y actos propios de otros poderes de
la Nación, argumentando a este último respecto que un poder no puede influir en las esferas
que le son privativas de los otros.

Son éstas preguntas que a lo largo del desarrollo de la doctrina sobre el control de
constitucionalidad se han ido tratando de responder ante –como he dicho- la falta de
descripción en aquellas dos normas constitucionales.

El primer precedente relativo al control de constitucionalidad en nuestro país lo constituye el


caso “Sojo” . En este fallo lo que el Tribunal analiza es la facultad de esa Corte para conocer
originaria y exclusivamente en el mismo ó si por el contrario, le compete dicho conocimiento a
otro Juez del Poder Judicial.

Por un dibujo aparecido en el periódico Don Quijote, el 4 de septiembre de 1887, el redactor,


Eduardo Sojo, fue puesto en prisión por orden de la Cámara de Diputados de la Nación hasta el
término del periodo de sesiones. Sojo interpuso una acción de habeas corpus ante la Suprema
Corte, fundando la competencia de la misma para entender en esta cuestión en el art. 20 de la
ley del 14 de septiembre de 1863 sobre jurisdicción y competencia de los tribunales
nacionales.

Dice la Suprema Corte:

“La misión que incumbe a la Suprema Corte de mantener a los diversos poderes, tanto
nacionales como provinciales de la esfera de las facultades trazadas por la Constitución, la
obliga a ella misma a absoluta estrictez para no extralimitar la suya, como la mayor garantía
que puede ofrecer a los derechos individuales.

En estos casos, (los de jurisdicción federal establecidos por el artículo anterior) dice el art. 101,
la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según las reglas y excepciones que
prescriba el Congreso, pero en todos los asuntos concernientes a embajadores, ministros y
cónsules extranjeros y en los que alguna provincia fuere parte, la ejercerá originaria y
exclusivamente.

La garantía acordada por el recurso de habeas corpus, fundada en la igualdad ante la ley, no
tiene otra excepción que cuando la persona ha sido objeto de un mandato indebido contra su
libertad, pueda extraer un conflicto internacional. En los demás casos, el juez más inmediato,
más expedito en sus resoluciones, es y debe ser el objeto primordial de las leyes, la condición
esencial de los fallos de la justicia federal.

No es posible reconocer en el H. Cámara de Diputados de la Nación, de cuyo mandamiento de


prisión procede el recurso entablado de habeas corpus, el carácter de tribunal en el caso,
sujeto al recurso de apelación para ante esta Corte. Ello es repugnante a la independencia de
los Poderes Legislativo y Judicial y a otros principios fundamentales del orden constitucional
que nos rigen. Para tal consideración sería necesario que esta Corte hubiese sido investida de
la facultad de revisar los actos de las Cámaras Legislativas en los casos en que ellas tienen
peculiar y exclusiva jurisdicción, lo que no se puede sostener sin evidente error.

No puede fundarse pues, el derecho de ocurrir en apelación a esta Corte, de un acto de una
Cámara Legislativa, en que se recurre en los Estados Unidos de autos de los jueces o tribunales
de justicia.
Por las consideraciones expuestas, se declara que esta Corte no tiene jurisdicción originaria en
la presente causa, debiendo el recurrente ocurrir donde corresponda”.

Formas de Estado

- Clasificación de las formas de Estado (Unitarios, Federales y Confederales)

La constitución argentina de 1853-1860 acoge la forma federal de estado. Ella importa una
relación entre el poder y el territorio, en cuanto el poder se descentraliza políticamente con
base física, geográfica o territorial.

El federalismo es la forma opuesta a la unitaria, que centraliza territorialmente al poder del


estado.

El federalismo significa una combinación de dos fuerzas: la centrípeta y la centrífuga, en


cuanto compensa en la unidad de un solo estado la pluralidad y la autonomía de varios. El
estado federal se compone de muchos estados miembros (que en nuestro caso se llaman
“provincias”), organizando una dualidad de poderes: el del estado federal, y tantos locales
cuantas unidades políticas lo forman.

Esta dualidad de poderes se triplica cuando tomamos en cuenta que con la reforma de 1994
no es posible dudar de que, dentro de cada provincia, los municipios invisten un tercer poder,
que es el poder municipal, también autónomo; lo atestigua, en respaldo del viejo art. 5º, el
actual art. 123.

El origen lógico (o la base) de todo estado federal es siempre su constitución. El origen


histórico o cronológico es, en cambio, variable y propio de cada federación; algunas pueden
surgir a posteriori de una confederación; otras, convirtiendo en federal a un estado unitario.

Desde el punto de vista del derecho constitucional cuando hablamos de Estado hablamos de
Estado de Derecho, que se caracteriza por establecer la división del poder en funciones,
garantizar a los ciudadanos sus derechos fundamentales, limitando eficazmente el poder
político por medio de normas constitucionales. Hermann Séller “lo mismo las comunidades
que las sociedades precisan siempre de la organización para conseguir la capacidad de decisión
y acción”. El pueblo tiene la potestad de darse su propio orden jurídico a través del ejercicio
del poder constituyente en donde la sociedad se juridiza y da nacimiento institucional y
jurídico al Estado. El Estado está conformado por una serie de elementos esenciales como son:
Territorio, Población y Poder, algunos constitucionalistas (Bidart Campos) le agregan un cuarto
elemento como lo es el Gobierno. Nacimiento del Estado Argentino es la fecha de sanción de la
Constitución Nacional en el año 1853. La forma de Estado, conforme la doctrina tradicional, se
identifica con el modo en que se establecen las normas constitucionales relacionadas al
ejercicio del poder del Estado en su aspecto espacial o territorial.

Para estudiar la forma de Estado debemos preguntarnos ¿Cómo se manda?

A) Estado Unitario: centralización del poder estatal, quedando fraccionado el territorio en


meras secciones administrativas. Tenemos el caso de fuerzas centrípetas, tienden a
concentrarse en un solo núcleo de poder (ejemplo Panamá, Chile, Paraguay, Portugal,
Noruega, Francia, etc.). Antecedentes en Argentina, constituciones 1819 y 1826.
B) Estado Federal: descentralización del ejercicio del poder del Estado, el poder no se
concentra en un solo órgano de decisión y de acción del cual dependa toda la estructura y
actividad estatal. Se produce un fenómeno de correlación e integración de competencias y
factores de poderes que se identifican como fuerzas centrípetas (de un nivel de gobierno
regional o estadal al nacional o central) y centrífuga (que van del orden nacional o central al
orden local o provincial) produciéndose una relación de solidaridad, integración, colaboración
y coordinación. Con respecto al grado de competencias de las órbitas de gobierno tenemos:
soberanía, autonomía y autarquía. Algunos autores nos recuerdan que existe la llamada
descentralización administrativa en donde se mantienen lazos de subordinación con el poder
central y que se utiliza a los fines de la prestación de ciertos servicios públicos. Kelsen nos
enseña que la descentralización del poder del Estado tiene un carácter normativo, en el
sentido de la validez de las normas o leyes dictadas referidas a todo el territorio o a una parte
de él. De lo que se desprende, que el objeto de la descentralización lo constituye la actividad,
las normas y los órganos del Estado. Ejemplos: Estados Unidos, Canadá, Brasil, México,
Venezuela, Argentina, Alemania, Suiza, Austria.

C) Estados confederados: la característica principal es que surge de la unión de varios estados


independientes. Los estados partes mantienen su soberanía y ciertos derechos concretos
como son los de secesión posibilidad de retirarse de la confederación en el momento que lo
crean oportuno y por lo tanto denunciar el pacto, y la nulificación lo cual le permite no aplicar
las normas generales en su territorio y que fueran sancionadas por los órganos de la
Confederación. Según Jellinek: “el poder de la confederación sólo se ejerce sobre los órganos
de los estados confederados y no sobre los ciudadanos particulares que integran cada uno de
estos últimos”. Existe un órgano de gobierno de la confederación denominado dieta. Ejemplo:
Unión Europea, la extinta URSS se consideraba intermedia entre un Estado Federal y una
confederación.

El Federalismo Argentino

- Su evolución. Relaciones de subordinación, participación y coordinación. El sistema de


distribución de competencias en el Federalismo Argentino Nuestra Constitución recepta, según
lo observamos en los arts. 1°, 5°, 6°, 44 y 121 al 128, aun no siendo muy clara en lo que hace a
la terminología para diferenciar la forma de Estado y de gobierno, la Forma de Estado es
“Federal”, ya que existen dos órbitas de gobierno: la provincial (estados partes denominados
provincias) y la nacional o federal, en donde están representados los estados partes, habiendo
surgido gracias a la unión de las provincias preexistentes en el momento de sancionarse la
Constitución Nacional.

Las tres relaciones típicas de la estructura federal

La estructura constitucional de nuestra federación presenta los rasgos fundamentales de todos


los estados federales, a saber, las tres relaciones vertebrales: a) de subordinación; b) de
participación, colaboración o inordinación; c) de coordinación.

- La subordinación: La relación de subordinación se expresa en la llamada supremacía


federal. El equilibrio del principio de unidad con el de pluralidad tiende a proporcionar
cohesión y armonía mediante la subordinación de los ordenamientos jurídico-políticos locales
al ordenamiento federal, para que las "partes" sean congruentes con el "todo". Ello quiere
decir que la constitución federal impone ciertas pautas en las estructuras de lineamiento que
deben ser acatadas y reproducidas por las constituciones de los estados miembros. A partir de
la reforma de 1994 podemos comprender que el principio de subordinación viene formulado
por la interrelación de los arts. 5º, 31, 123, y 75 incisos 22 y 24. A su modo, hay que computar
asimismo el art. 128, que reproduce el texto del viejo art. 110. La relación de subordinación no
permite decir que los "gobiernos" provinciales se subordinan al "gobierno" federal, ni siquiera
que las "provincias" se subordinan al "estado" federal, porque lo que se subordina es el "orden
jurídico" provincial al "orden jurídico" federal. Aquellas formulaciones no son, en rigor,
correctas.

- La participación: La relación de participación implica reconocer en alguna medida la


colaboración de las provincias en la formación de decisiones del gobierno federal. Nuestra
constitución la institucionaliza componiendo dentro del gobierno federal al órgano congreso
con una cámara de senadores, cuyos miembros representan a las provincias. Nuestro
bicamarismo responde, pues, a la forma federal del estado. Cabe también incluir, con un
sentido amplio de la relación de participación, todo lo que el llamado federalismo concertado
presupone en materia de negociación, cooperación, coordinación, y lealtad federal (ver nos. 64
y 65).

- La coordinación: La relación de coordinación delimita las competencias propias del


estado federal y de las provincias. Se trata de distribuir o repartir las competencias que caen
en el área del gobierno federal y de los gobiernos locales.

Para ello, el derecho comparado sigue sistemas diversos: a) todo lo que la constitución federal
no atribuye al estado federal, se considera reservado a los estados miembros; la capacidad es
la regla para éstos, y la incapacidad es la excepción, en tanto para el estado federal ocurre lo
contrario: la incapacidad es la regla, y la capacidad es la excepción; b) inversamente, todo lo
que la constitución federal no atribuye a los estados miembros, se considera reservado al
estado federal, para quien, entonces, la capacidad es la regla y la incapacidad es la excepción;
c) enumeración de las competencias que incumben al estado federal y a los estados miembros.

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