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¿Es esto algo que otras personas aparte de los ultra ricos están considerando y por
razones distintas de la optimización de impuestos? Y si es así, ¿por qué?
A medida que más países cierran sus fronteras y los caminos a la inmigración, una
nueva industria está trabajando para evitar esas restricciones, a cambio de una alta
tarifa.
Canadá y la isla caribeña de San Cristóbal y Nieves comenzaron los suyos en los
años 80 y Estados Unidos y Reino Unido en los 90.
Los programas de ciudadanía permiten a los extranjeros invertir en negocios,
comprar propiedades o donar dinero directamente al gobierno de un país a cambio
de una visa o pasaporte.
Sólo atrajo a unos cientos de participantes al principio. Pero, para 2009, los
pasaportes de la isla recibieron acceso sin visado a los 26 países del espacio
Schengen y la demanda aumentó rápidamente.
Esta industria ha experimentado un enorme crecimiento en los últimos años. El
año 2014 fue el primero en que EE.UU. se quedó sin visas de
inmigrante para inversionistas antes del final del periodo fiscal.
"Estamos viendo grandes cambios", dice el CEO, Micha Emmett. "(Personas de)
países que nunca habían estado interesados en una segunda ciudadanía por
inversión hacen preguntas por internet. Por ejemplo, aumentaron en 400% las
consultas de Turquía en marzo".
Por qué el referendo que da mayores poderes al presidente Erdogan (y que la oposición impugna)
supone un giro histórico para Turquía
Eventos como la decisión deReino Unido de abandonar la Unión Europea y las
elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU. están generando interés en ello.
"El día que se anunció el resultado del Brexit, nuestros teléfonos no dejaron de
sonar, hubo un pánico muy evidente", añade Emmett.
El FMI dice que la ciudadanía por programas de inversión ascendió al 14% del PIB
de San Cristóbal y Nieves en 2014, y otras estimaciones dicen que el programa
podría haber representado hasta el 30% de los ingresos del gobierno en 2015.
Pero cada vez son más los países ricos que están ofreciendo "la ciudadanía por un
precio". Programas comparables en Nueva Zelanda cuestan NZ$1,5 millones
(US$1,07 millones), una opción popular entre la élite tecnológica de Silicon Valley
(California, EE.UU.) recientemente, o £2 millones (US$2,58 millones) para Reino
Unido y US$500.000 para EE.UU.
Joseph dice que el programa EB-5 es muy valioso para el país, ya que aporta más
de US$1.000 millones de dólares a la economía de EE.UU. cada trimestre.
"Hemos visto un crecimiento exponencial desde la crisis financiera de 2008 con un
aumento de más de 1.200% hasta hoy", dice.
EE.UU. limita el número total de visas concedidas cada año a través del programa
a 10.000.
"Pero hay actualmente más de 23.000 peticiones de inversionistas pendientes", dice
Joseph.
Casi la mitad de todos los estados miembros de la UE ofrecen ahora alguna forma
de residencia de inversión o programas de ciudadanía.
La movilidad es la llave
Por tan poco como US$50.000 (en Letonia) o hasta US$10 millones (en Francia),
los extranjeros pueden comprar estatus legal para vivir, trabajar y tener vida
financiera en varios países.
Tal vez lo más importante, es que compran acceso a viajes sin visados a países de
todo el mundo.
"Algunas personas determinan (el valor) por el número de países a los que una
persona puede viajar sin visado. Así que creo que ahora, el pasaporte alemán es
con el que se puede viajar a más países", dice Emmett.
"Creo que el mundo se está volviendo más nómada. La gente quiere tener una o
dos o tres bases por razones de estilo de vida y pagar impuestos razonables, y eso
es lo que se está volviendo más accesible", comenta.
Williams dice que la industria puede ser vista como un barómetro de la agitación en
el mundo y que muchos de los inversionistas con los que trabaja ven estos
programas como una red de seguridad.
"Es un error tener un camino especial para la ciudadanía para los ricos, mientras
que millones esperan para las visas", dijo Feinstein.
Otros muestran preocupaciones por el lavado de dinero, la actividad criminal y la
elusión de los sistemas normales de inmigración.
Un programa polémico de EE.UU., señalado por permitir la "compra de visas"