Biótico hace referencia a aquello que resulta característico de los
organismos vivientes o que mantiene un vínculo con ellos. Puede
también ser aquello que pertenece o se asocia a la biota, un concepto que permite nombrar a la fauna y la flora de un cierto territorio.
Abiótico, en cambio, refiere al entorno en el que no puede desarrollarse la
vida; es el término opuesto a biótico, ya que nombra a lo que no se incluye o no es un producto de los seres con vida. Los factores bióticos que forman parte de un ecosistema son la fauna y la flora. Incluyen a todos los seres que disponen de vida, ya sean plantas, bacterias, animales, y a los productos de estos organismos. Los factores abióticos, por su parte, aparecen por la acción de los componentes químicos y físicos del entorno (el aire, el agua, el suelo, el sol). Por ejemplo: las vacas, los caballos y las cabras, que pertenecen al grupo biótico, conviven en un mismo ecosistema, que puede ser un campo. Para su subsistencia, necesitan de distintos factores abióticos, como el aire y el agua. Cabe destacar que los elementos probióticos son unos determinados componentes que se emplean al producir alimentos como embutidos o lácteos, con el objetivo de sumar propiedades benéficas y de incrementar la calidad. Los agregados probióticos presentan bacterias que resultan beneficiosas para el organismo. Podemos mencionar, por último, que el campo biótico es el campo electrodinámico que está vinculado a las biomembranas existentes en las cloroplastos y las mitocondrias de las células eucariotas y también en diversas regiones de las células procariotas. Alimentación macrobiótica Como tantas otras tendencias sociales, la alimentación macrobiótica es un concepto que nace a partir de la cultura oriental. En este caso, se basa en el principio del Yin y el Yang, y propone que existe siempre un equilibrio entre estas dos fuerzas, las cuales presentan una proporción diferente en cada caso. Aplicado a la alimentación, se habla del balance entre sodio y potasio, y se establece que para conseguir un equilibrio es necesario consumir una unidad del último por cada cinco del primero. Durante la digestión, los alimentos ingeridos son descompuestos para extraer los elementos moleculares que luego se introducen en la sangre. El propósito de este estilo de vida es colaborar con el proceso de asimilación, para evitar que el organismo se fatigue, lo cual puede acarrear enfermedades. Volviendo al Yin y el Yang, los alimentos se clasifican en dos grupos, para facilitar una elección equilibrada, procurando respetar esa razón de 5 a 1 definida anteriormente. Se habla de dos procesos que buscan balancear las comidas: de yanguización, para eliminar el exceso de Yin, que se consigue por medio de la cocción, del agregado de sal, etcétera; y de yinización, a partir de la fermentación o la maceración, entre otras técnicas. Los antibióticos Reciben el nombre de antibióticos aquellos compuestos químicos que se utilizan con el fin de eliminar o inhibir el desarrollo de organismos infecciosos. Todos comparten la propiedad de la toxicidad selectiva, o sea, superior al enfrentarse a los entes invasores que a los animales o seres humanos. Entre los antibióticos más conocidos se encuentran la penicilina, que ha sido utilizada en el tratamiento de enfermedades infecciosas como sífilis y tétanos, y la estreptomicina, útil contra la tuberculosis. Originariamente, la palabra antibiótico se utilizaba como sinónimo de compuestos orgánicos provenientes de bacterias y hongos que fueran tóxicos para otros seres vivos. Actualmente, también se refiere a productos sintéticos o semisintéticos. Entre las categorías en las que se pueden clasificar estos fármacos, se encuentran los antibacterianos, los antipalúdicos, los antivirales y los antiprotozoos.
Un factor es un agente que desarrolla acciones en conjunto con otros
elementos. Abiótico, en tanto, es aquello que no tiene vida, en oposición a lo biótico (lo que caracteriza a los organismos vivientes o constituye la biota). En cualquier ecosistema, podemos distinguir entre los factores bióticos y los factores abióticos. Los factores bióticos son la fauna, la flora y el resto de los seres vivos presentes en una zona; es decir, los animales, las plantas, los hongos, etc. Los factores abióticos, en cambio, son los que surgen a través de los componentes químicos y físicos del entorno. De este modo, podemos nombrar como factores abióticos al aire, el agua y el suelo, por ejemplo. Aunque los factores abióticos carezcan de vida, resultan indispensables para el nacimiento, el desarrollo, la subsistencia y la reproducción de todos los organismos vivos. Una vaca, por citar un caso, necesita aire y agua: si no tiene acceso a estos factores abióticos, muere. Por eso puede decirse que los factores bióticos requieren la presencia de factores abióticos para existir. Uno de los factores abióticos más importantes es la luz del sol, que es una gran fuente de energía, sino la fundamental. Las plantas pueden convertir la energía lumínica en energía química a través de la fotosíntesis. Esa misma energía está presente en todas las sustancias orgánicas que producen las plantas y es ingerida por los animales mediante la alimentación. La luz solar, por otra parte, determina el desarrollo de los ritmos biológicos. Según las características de este factor abiótico, las especies viven de una u otra manera. Con respecto a su variabilidad, podemos decir que se ve afectada por diversas causas, entre las cuales se encuentran los movimientos de traslación y rotación de nuestro planeta. Dado que la Tierra no permanece en la misma posición todo el tiempo, sino que rota y se desplaza constantemente alrededor del Sol, se produce lo que se conoce como foto período, la cantidad de luz correspondiente a un momento en el tiempo, y esto deriva en inevitables cambios de tipo periódico y fisiológico. Este factor abiótico es absolutamente necesario para nuestro desarrollo, y es importante señalar que si bien se considera “inagotable”, tan sólo una porción de ella llega a la superficie de nuestro planeta: aproximadamente 1,94 calorías por centímetro cuadrado de energía solar alcanza la Tierra cada minuto, pero 0,582 vuelven al espacio a causa del reflejo con las nubes y el polvo de nuestra atmósfera, y 0,388 calorías quedan en las capas de la atmósfera por medio de la absorción. La relevancia de la luz solar como factor abiótico para el ecosistema es tal que, en pocas palabras, no habría vida en nuestro planeta si no fuera por ella. Cabe señalar que el Sol nos provee de otros tipos de energía, además de la luz visible, entre los cuales se encuentran los rayos gamma, la luz ultravioleta, la radiación infrarroja (el calor) y las ondas de radio. La luz ultravioleta no puede ser percibida por el ser humano, pero los insectos la aprovechan para distinguir las diferentes flores, por ejemplo. Otro de los principales factores abióticos es la temperatura, la cual necesitan los individuos que pertenecen al grupo de los organismos ectotérmicos, es decir aquellos que no pueden regular la temperatura de su propio cuerpo (por ejemplo, los reptiles, los anfibios y los peces). El proceso de la fotosíntesis, por otro lado, también se vale de una porción de calor, aunque pequeña. Como se menciona anteriormente, el agua es también un factor abiótico indispensable para el desarrollo de los seres vivos. Tanto es así que los científicos aseguran que el origen de la vida en nuestro planeta tuvo lugar precisamente en el agua.