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LA ICONOGRAFÍA
Desde San Ireneo de Lyon en el siglo segundo, la iconografía cristiana asoció un tanto
forzadamente a cada evangelista una de las cuatro misteriosas figuras que aparecen en
la vocación del profeta Ezequiel en el capítulo 1, 4 - 20 donde cada uno de estos seres
tiene cuatro caras: ser humano, de león, de toro y de águila, y estos seres cargaban el
trono de Dios. Figuras que reaparecen en el vidente del apocalipsis en el capítulo 4, 6 – 8
simbolizando con el 4 la totalidad del cosmos donde Dios gobierna con fortaleza, poder y
sabiduría; representando el león lo más noble, el toro lo mas fuerte, el hombre lo más
sabio y el águila lo más ágil de la creación.
A San Lucas se le atribuye el simbolismo del toro o el buey,
por que al principio de su evangelio habla de la labor del
sacerdote Zacarías y su ofrenda en el templo ( Lc 1,5-25)
donde se sacrificaban animales como bueyes terneros y
ovejas. El evangelio de Lucas comienza y termina en el
templo, al final, el último versículo nos cuenta que los
discípulos de Jesús se pasaban el día en el templo alabando
a Dios (Lc 4,53). Algunos relacionarán además el simbolismo
con la descripción del nacimiento de Jesús en un pesebre.
La mayoría de las grandes escenas de la historia
de la salvación en el nuevo testamento, han
pasado a la memoria pública por la estupenda
descripción que nos trae San Lucas, sus
estupendas descripciones hacen de Lucas el
gran iconógrafo del NT. Cuando pensamos en la
anunciación, la visitación, la navidad, la
Ascensión, Pentecostés, etc es la descripción de
San Lucas, la que tenemos al fondo, pues
además de ser el escritor del nuevo testamento
con el mejor manejo del lenguaje griego,
continuamente manifiesta su genio artístico en
un estilo vivo, sugestivo y penetrante; Esta
misma situación sumada a que es el escritor del
nuevo testamento que más tradiciones nos conservó sobre la virgen María, dió pie a la
difundida leyenda de que San Lucas fuera el pintor de la Virgen Maria.
El testimonio más antiguo de esta leyenda que muestra a Lucas como pintor de la Virgen
nos lo presenta Teodoro el Lector, que vivió en el siglo VI y hacia el 530 escribió: “La
reina Eudoxia le envió a Pulqueria desde Jerusalem el cuadro de la Virgen pintado por
Lucas”.
Entre otras obras importantes que lo representan como pintor, está la de Francisco de
Zurbarán en su obra San Lucas pintando a Cristo en la cruz, que se conserva en el
museo del Prado y en la obra del Greco que se conserva en la catedral de Toledo