Vous êtes sur la page 1sur 2

Taller de Análisis Lingüístico

María Luisa de Santiago Guardado

Resumen

Baylon, C. y Fabre, P. “21. Semántica y análisis del discurso” en La semántica: con


ejercicios prácticos y sus soluciones, España: Paidós, 1994. pp. 241-254.

De manera cotidiana se analiza un texto en la medida en que parezca encerrar otro sentido no
inmediatamente accesible. Toda lectura es análisis del discurso cuando no reduce el texto a
una serie de mensajes informativos cuyo sentido sea unívoco y dirigido a un destinatario
preciso.
No existe un acuerdo general sobre la definición de discurso. La oración, como signo,
es la unidad del discurso. Por lo tanto, el análisis de las series formadas por oraciones
corresponde al análisis del discurso. El objetivo de este análisis es descubrir el sentido bajo
el discurso, algo que se ha dicho sin intención de haberlo dicho, a partir de las mismas
formulaciones del hablante.
Este sentido se puede desprender del interior del sistema de signos o de una relación
de referencia al universo extralingüístico. A lo anterior corresponden dos formas de
significar. La semiótica: forma de significar propia del signo lingüístico que es independiente
a toda referencia, y la semántica: se identifica con el mundo de la enunciación y con el
universo del discurso. Por lo tanto, para descubrir el sentido del discurso hay que tener en
cuenta tanto las estructuras de la lengua como las estructuras sociales.
Además, el análisis puede crear una producción del sentido del discurso, es decir,
restituir al discurso su significado impuesto o presupuesto. El análisis pone en orden los
elementos de información contenidos en el texto. No es una descripción del sentido del texto
original, sino una propuesta de lectura.
En cuanto a la relación de lingüística y análisis del discurso hay que tomar en cuenta
que la lengua posibilita el discurso: los sistemas fonológico, morfológico y sintáctico son la
base a partir de la cual se desarrollan los procesos discursivos. El texto posee un aspecto
verbal que se conforma de elementos propiamente lingüísticos, y un aspecto semántico,
producto del contenido semántico de las unidades lingüísticas.
Existen dos clases de utilización de la lengua: la historia no toma en cuenta al
interlocutor, mientras que el discurso toma en cuenta al interlocutor, la enunciación, los
aspectos comunicativos, la expresión del hablante, y al referente.
En análisis del discurso, a partir de la semántica, busca extraer el sentido del discurso:
el origen de los contenidos que se transmiten en él. Para ello, el discurso de puede considerar
individual, con una significación inmediata o con una significación que es necesario producir.
El sentido puede ser producido por el autor o revelado por el lector. En el segundo caso, el
sentido se comunica a través de la palabra sin que el hablante lo exprese explícitamente.
No es posible dejar de lado el aspecto social e ideológico del proceso de búsqueda de
sentido porque el discurso es un reflejo de la actividad lingüística, la cual es un reflejo del
mundo. Si se considera la lengua como instrumento de acción, la atribución de un valor
semántico no puede darse sin dar al mismo tiempo indicaciones sobre su utilización eventual.
El enunciado posee dos sentidos: una significación o sentido literal que es un objeto
teórico y no un acto de comunicación; y un sentido que se manifiesta por los actos particulares
de enunciación efectuados en circunstancias determinadas.

Vous aimerez peut-être aussi