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Como centro religioso, las huacas son también famosas por ser el lugar en el que se depositaban
ofrendas. Por esta razón fueron víctimas de saqueo durante los primeros años de la invasión española
al Perú (siglo XVI), tanto por su fama de contener tesoros, como por ser el centro de la religiosidad
local en el antiguo Perú.
“Término quechua que hace referencia a un lugar u objeto sagrado. Por lo tanto, huaca puede ser una
construcción religiosa, un cerro, una laguna, un riachuelo, un árbol, una cueva o cualquier lugar u
objeto (una piedra, un ídolo o una momia) que los antiguos peruanos consideraban sagrado. Con el
tiempo, el término ha cambiado de connotación y hoy llamamos huaca a todo el patrimonio
monumental y arquitectónico prehispánico como templos, centros administrativos, fortalezas,
cementerios, etc” Definición tomada de “Huacas de Lima” Autor: Orrego Penagos, Juan Luis.
Disponible en: http://blog.pucp.edu.pe/item/39801/huacas-de-lima
¿QUÉ ES UNA HUACA O WAKA? Por definición, huaca es el término quechua que hace
referencia a un lugar u objeto sagrado. Por lo tanto, huaca puede ser una construcción religiosa, un
cerro, una laguna, un riachuelo, un árbol, una cueva o cualquier lugar u objeto (una piedra, un ídolo
o una momia) que los antiguos peruanos consideraban sagrado. Con el tiempo, el término ha
cambiado de connotación y hoy llamamos huaca a todo el patrimonio monumental y arquitectónico
prehispánico como templos, centros administrativos, fortalezas, cementerios, etc. Es decir, los
peruanos actuales, asociamos el término con cualquier construcción física levantada por nuestros
antepasados. De la misma manera, aplicamos el término huaco a casi cualquier objeto de cerámica
precolombina cuando, en realidad, alude a un “cántaro ceremonial”.
En la costa peruana, suele reservarse el nombre de huaca a pequeñas pirámides escalonadas o a un
montecillo artificial, que hacían de figura cónica, en que ponían el cadáver sentado con todas sus
alhajas y riquezas. Los españoles, poco después de la conquista dieron en abrirlas para sacar el oro
y la plata, y los indios, para deslumbrarlos, en el paraje en que había alguna hacían otras muchísimas
iguales, pero vacías, por lo cual se abandonó este modo de enriquecer, en que algunos
empobrecieron gastando en excavar huacas vacías, pero algunos se hicieron ricos (Antonio de
Alcedo).
LIMA, UN ROSARIO DE HUACAS.- En el siglo XVI, cuando llegaron los españoles a nuestras
tierras, la costa central, la zona comprendida entre los valles del río Chillón, Rímac y Lurín, era la
más densamente poblada. Por ello, dentro del perímetro de la Gran Lima, podemos encontrar
numerosas muestras de la arquitectura prehispánica, popularmente llamadas “huacas”. Según cálculos
del INC, en Lima existen 250 huacas. La gran mayoría de ellas, lamentablemente, está en abandono.
Cuando se fundó la ciudad de Lima, los españoles destruyeron muchas huacas en búsqueda de tesoros
escondidos. Luego, con el proceso de evangelización, los curas doctrineros continuaron con la
destrucción de cualquier vestigio que hiciera recordar a los indios su religión ancestral. Ya entrada la
república, en el siglo XIX, muchas huacas fueron utilizadas como cementerios ante la escasez de
nuevos camposantos (especialmente, personas de otras religiones que no era la católica o cuando los
muertos abundaban debido a una epidemia). Luego, con la rápida expansión urbana e inmobiliaria de
la Capital, a lo largo del siglo XX, se continuó con la destrucción de estos recintos prehispánicos ante
la ausencia de control por parte de las instituciones del Estado. Esto sin mencionar la depredación de
los “huaqueros” en busca de posibles tesoros prehispánicos.
Incluso, actualmente, vemos cómo muchas huacas limeñas han sido invadidas con viviendas
informales, tienen canchas de fulbito, son escondite de gente de mal vivir, refugio de animales sin
dueño (incluso lechuzas) o son usadas como improvisados talleres de mecánica. Es urgente, entonces,
la intervención del Estado y de la empresa privada para rescatar, restaurar y poner en valor estos
importantes vestigios de los antiguos habitantes de Lima y, por qué no, integrarlos en los circuitos
turísticos de nuestra ciudad.
¿Nunca habías relacionado arqueología con activismo? Pues tal vez deberías empezar a hacerlo. En
el Perú, tierra de culturas milenarias, diversos grupos de ciudadanos están desarrollando distintas
iniciativas para que el inmenso patrimonio arqueológico de la nación no se pierda y sea parte del
orgullo de los peruanos.
Salvemos las Huacas es un proyecto cuyo origen se puede rastrear al año 2001 cuando con los
alumnos del colegio limeño donde trabajaba, el profesor Koke Contreras trató de generar redes
ciudadanas para la preservación y defensa del patrimonio arqueológico:
Pero ¿qué es una huaca? El historiador Juan Luis Orrego Penagos lo explica:
Por definición, huaca es el término quechua que hace referencia a un lugar u objeto sagrado. Por lo
tanto, huaca puede ser una construcción religiosa, un cerro, una laguna, un riachuelo, un árbol, una
cueva o cualquier lugar u objeto (una piedra, un ídolo o una momia) que los antiguos peruanos
consideraban sagrado. Con el tiempo, el término ha cambiado de connotación y hoy llamamos huaca
a todo el patrimonio monumental y arquitectónico prehispánico como templos, centros
administrativos, fortalezas, cementerios, etc. Es decir, los peruanos actuales asociamos el término con
cualquier construcción física levantada por nuestros antepasados.
Salvemos las Huacas tiene dos metas: trazar mapas de los restos arqueológicos de Lima a través de
su plataforma web y generar conciencia entre los ciudadanos de la importancia de estos restos en la
identidad nacional y local. Para ello, realizan actividades, como las caminatas arqueológicas “con la
intención de identificar el estado en que se encuentra nuestro patrimonio arqueológico, buscar,
registrar y documentar sus actuales condiciones, para luego trazar mapas de nuevos sitios en la
plataforma” que además sirven para atraer el interés de más ciudadanos.
Algunas caminatas cuentan con el apoyo de arqueólogos que explican a los asistentes la historia de
las huacas y qué se está haciendo para recuperarlas, como se ve en estos videos:
En un post para el blog de Salvemos las Huacas, Koke Contreras reflexiona sobre lo que vieron los
participantes de una de las caminatas en las Murallas de Chuquitanta, sitio arqueológico en los
alrededores de Lima:
Avanzamos a buscar las demás murallas hasta que ante nuestros ojos apareció una invitación a vivir
en esta tranquila zona de Lima. En efecto el boom inmobiliario se hizo presente, no podía faltar. Una
muralla de barro prehispánica a punto de colapsar nos daba la bienvenida. Un cartel nos invita a vivir
en esta bucólica parte del valle. Aproveche la ocasión, separe con tiempo, marque su lote, coloque su
piedra, su cerco e imagine la casa soñada ¿Podrá soportar esa muralla defensiva que repelió los
ataques e invasiones de otras comarcas antes de la llegada de los Incas la invasión inmobiliaria?
Por su parte y en la misma línea, el Colectivo Colli desarrolla actividades que promueven la identidad
local a partir del conocimiento y valoración de la historia, sobre todo en el distrito limeño de Comas,
en la zona norte de Lima y sus alrededores.
El Colectivo Colli es una organización conformada por niños, niñas, púberes, adolescentes, jóvenes
y personas interesadas en la protección del patrimonio arqueológico, cuyo principal objetivo es la
sensibilización para la defensa y conservación de los diferentes monumentos, construcciones,
caminos, murallas y expresiones materiales de los antiguos pobladores prehipanicos de la zona de
Lima Norte.
Una de las actividades del Colectivo es la limpieza de huacas, que se realiza con apoyo técnico
especializado y la colaboración de escolares de la zona
Por otra parte, el Círculo Ciclista Protector de las Huacas también contribuye con la revalorización
del patrimonio material e inmaterial y promueve la bicicleta como medio de transporte, a través
de salidas ciclistas o bicicleteadas arqueológicas:
La actividad se compone de una visita guiada al mes por las diferentes Huacas de los distritos de
Lima, donde se explica el papel que cumplían en su contexto histórico, se evalúa su estado de
conservación y finalmente pedalean en círculos a su alrededor para reconectarse con ella y revitalizar
su energía protectora.
Estos y otros proyectos como Cuida tu Huaca PLO, Instituto de Cultura, Historia y Medio Ambiente
– ICHMA, HistoriActual, Fortaleza de Campoy y varios más, conforman una red de estudiosos,
activistas y personas de todas las edades que promueven la valoración y toma de conciencia sobre la
necesidad de conservar el patrimonio arqueológico de la nación.
Cultura no tiene presupuesto y se requieren convenios con comunas y empresas. Sector solo
mantiene 15 sitios de la capital.
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Alianzas estratégicas son claves para salvar 377 huacas de Lima - 1
Redacción EC02.06.2014 / 09:04 am
Son fumaderos, basurales, letrinas y hasta pistas de bicicross. A eso se han reducido muchas de
las centenarias huacas de Lima. Aunque la ciudad cuenta con un rico patrimonio de 392
monumentos arqueológicos declarados, el Ministerio de Cultura solo ejecuta proyectos de
conservación en 15 de ellos, es decir, en el 3,8% del total.
Mientras aún el Ministerio de Cultura dice no saber cuánto invertirá para construir el
anunciado museo nacional en Pachacámac, la situación de las huacas capitalinas es lamentable. El
Comerciorecorrió cinco centros arqueológicos que, en opinión de varios especialistas, tienen gran
valor histórico. Se constató que en cuatro de ellos la presencia del Estado es mínima. Es decir, no
se encontraron arqueólogos ni guardianes ni cercos de protección.
El caso más grave es el de la huaca La Florida (1.800 a.C.), ubicada en la urbanización del mismo
nombre, en el Rímac. Para llegar a este centro arqueológico se debe escalar montículos de basura y
armarse de valor debido a que los ‘fumones’ son habituales en el lugar.
“Siempre vienen delincuentes a drogarse en la huaca. A veces traen colchones y duermen ahí”,
comenta Paola Calle, quien vive frente a La Florida.
Según el arquitecto e historiador José Canziani, La Florida es uno de los templos en forma de U
más antiguos y representativos del valle del Rímac. Hoy, este centro está tan deteriorado que resulta
difícil imaginar las dimensiones que tuvo.
La situación también es triste en la huaca Mangomarca (900 d.C.), ubicada en San Juan de
Lurigancho. Aunque el municipio distrital construyó un parque y plantó árboles cerca, algunas
personas siguen quemando basura y utilizan los montículos de adobe para practicar acrobacias en
moto. Según el instituto Rurichancho, Mangomarca ha perdido el 70% de su estructura
original.
La huaca Los Perales (1.470 d.C.), ubicada en Santa Anita, no tiene cercos y es usada
como campo de juego por los alumnos de un colegio aledaño. “Antes estaba peor. Ahora, por lo
menos, la municipalidad limpia la huaca”, dice Lisbeth Canales, vecina de la calle Los Álamos.
Y la huaca Gloria, que es un complejo de piedra ubicado en un cerro de Ate, es custodiada por
humildes lugareñas como Marcelina Medina. En ese centro no trabaja ningún arqueólogo y los
estragos que dejaron los huaqueros son evidentes.
Donde sí se ejecutan trabajos de investigación es en la huaca Huaycán de Cieneguilla. Aunque
este gran complejo ha sido amenazado por invasores de terrenos, en la actualidad es protegido por
un equipo de arqueólogos del proyecto Qhapaq Ñan.
Luis Felipe Mejía, jefe de la Dirección de Patrimonio Arqueológico Inmueble del Ministerio de
Cultura, señala a El Comercio que de las 377 huacas limeñas que no reciben mantenimiento del
Estado, un 30% se encuentra en buen estado de conservación y el resto no. “Nuestros recursos son
limitados. Por eso es muy importante fomentar asociaciones con municipios o privados para la
recuperación de las huacas”, admite Mejía.
Para José Canziani, la inversión privada es fundamental, no obstante el primer paso para poner en
valor las huacas es trabajar más en investigación. “Nadie va a invertir dinero en algo que no
conoce”, dice Canziani.
El arquitecto Juan Carlos Zapata señala que las municipalidades también son responsables de la
revalorización del patrimonio. Estas deben generar áreas verdes, zonas recreativas y mejorar la
seguridad ciudadana cerca a las huacas.
Lima posee más zonas arqueológicas precolombinas que cualquier otra ciudad de Sudamérica. Se
estima que Perú cuenta con alrededor de 46,000 sitios precolombinos, de los cuales unos 400 se
encuentran en la capital.
Debido al crecimiento de la ciudad, estos sitios -conocidos como ´huacas´- están empezando a quedar
acorralados en medio de la arquitectura moderna.
Para evidenciar este proceso de” asfixiamiento”, el fotógrafo Rodrigo Abd de la agencia AP filmó y
fotografió la capital peruana con un dron. Así se observa cómo los sitios arqueológicos precolombinos
colindan con edificios de muchos pisos, un estadio de fútbol o se ven atravesados por una carretera.
El arqueólogo local Héctor Walde comentó la situación explicando que "desde la fundación de Lima
no hubo ninguna relación de la gente con las ´huacas´, más allá de verlas como montículos o para
buscar tesoros". “Huaca” en quechua significa “oráculo” o lugar sagrado”.
Acerca de esta dislocación, un pequeño grupo de arqueólogos trabaja para revertir el proceso y
preservar estos sitios que se encuentran ´apretados´ por la expansión urbana. "La idea es que los
peruanos sientan que el patrimonio es algo que se disfruta ", señaló a AP Jorge Arrunátegui,
viceministro peruano de Patrimonio Cultural.
Mientras tanto, construcciones originadas antes de la llegada de los españoles, conviven con los
nuevos proyectos inmobiliarios y carreteras, luchando por espacio en la Lima del siglo XXI.
Una torre de departamentos y una carretera rodean un cementerio de adobe construido hace más de
900 años atrás.
Algunos modelos de gestión de monumentos arqueológicos recuperados
de Lima Metropolitana
1. Complejo Arqueológico Maranga (San miguel), siendo investigado,
conservado y mantenido por el Patronato del Parque de las Leyendas.
Iniciativa tiene como objetivo lograr la conservación de los monumentos arqueológicos ubicados
en diversos distritos de Lima Metropolitana, para ser replicada posteriormente en todo el país.
A través del programa "Lima, la ciudad de las huacas", el Ministerio de Cultura buscará
involucrar a los gobiernos locales, la empresa privada y a la sociedad civil organizada; a promover
acciones orientadas a la protección, puesta en valor, uso social y disfrute de estos monumentos
arqueológicos prehispánicos, que encierran cientos de años de historia.
PUEDES VER: Conozca Caral: un paraíso desértico con gran valor de identidad cultural
"El programa será de alcance nacional. Tenemos ya avanzadas las reuniones al interior del país
con gobernadores y alcaldesprovinciales para que este programa se realice en las demás ciudades y
poder recuperar un elemento esencial de nuestra identidad, e incorporar los monumentos
de patrimonio arqueológico a la vida cotidiana de las personas”, afirmó el Ministro de
Cultura, Jorge Nieto Montesinos, durante la ceremonia realizada en el Complejo Arqueológico
Mateo Salado, en el Cercado de Lima.
Cabe indicar que debido al estado de abandono en que se encuentran estos recintos, actualmente
muchos de ellos sirven de botaderos de basura, o lugar de encuentro de personas de mal vivir,
resultando más afectada la población que habita alrededor de ellas.
Para cambiar este panorama es que ya existen iniciativas en desarrollo, como el sitio arqueológico
Huantinamarca (San Miguel), puesto en valor por iniciativa privada, formando parte del desarrollo
urbano moderno que lo rodea. También el sitio arqueológico Huantille (Magdalena), recuperado
con la gestión de la Municipalidad de Magdalena del Mar y el Plan COPESCO Nacional desde hace
10 años; entre otros.
Esta iniciativa tiene como objetivo asegurar la conservación de los monumentos arqueológicos
ubicados en diversas zonas de Lima Metropolitana.
Según el Ministerio de Cultura, en Lima existen alrededor de 431 huacas identificadas. De ellas, 377
han sido declaradas como patrimonio cultural de la nación y solo 27 han sido acondicionadas y
puestas en valor.
En la mayoría de distritos, estos monumentos arqueológicos prehispánicos, con más de 4000 años de
antigüedad, se encontraban en estado vulnerable, siendo utilizadas de forma inadecuada como
botaderos de basura o lugares de reunión, convirtiéndose en espacios inseguros.
Debido a ello y con el objetivo de garantizar la preservación del patrimonio arqueológico local, el
Ministerio de Cultura viene desarrollando, desde hace un año, el programa “Lima, la ciudad de las
huacas”.
Esta iniciativa cuenta el apoyo de la oficina de la UNESCO en Lima. Junto a este organismo, se han
planteado modelos de gestión participativa para la protección y uso social de nuestro patrimonio
arqueológico local.
Estos son algunos monumentos arqueológicos recuperados que sirven de modelo para el programa:
Complejo Arqueológico Maranga (San Miguel). Fue investigado, conservado y mantenido por el
Patronato del Parque de las Leyendas.
Zona arqueológica Mateo Salado (Cercado de Lima). Se puesta en valor ha forjado un espacio
cultural en el que se llevan a cabo obras de teatro, conciertos, proyección de películas, cuentacuentos
y otras actividades que acerca la huaca a la comunidad.
Zona Arqueológica El Paraíso (San Martín de Porres). Cuenta con vigilancia permanente y se
sigue desarrollando el proyecto de investigación para su puesta en valor. Se espera, que a mediano
plazo, se convierta en un espacio cultural de primer orden para los vecinos de la zona norte de Lima.
Zona Arqueológica Huaycán (Cieneguilla). Desde abril del 2015 cuenta con un centro de visitantes
abierto al público. Se ha convertido en uno de los espacios culturales más importantes del distrito.
Tú también puedes contribuir a que estas iniciativas salgan adelante. Demuestra tu amor por el Perú
cuidando y difundiendo nuestro patrimonio cultural con quienes nos visitan.
La Huaca Mateo Salado fue escenario para el lanzamiento del programa “Lima, ciudad de las huacas”,
y es que son legados culturales e históricos que nos ayudan a darnos una idea de cómo era la
civilización hace muchos años, es por eso la importancia que debemos darle a su preservación y a la
difusión de su historia.
Para Luis Enrique López-Hurtado, Coordinador de Sector de Cultura de UNESCO Perú, “las huacas
son restos patrimoniales de igual o mayor importancia que aquellos que provienen de otras
épocas” y la importancia de cuidarlas es por “ser legados del Perú prehispánicos y testigos de las
grandes civilizaciones que se desarrollaron en este territorio antes de la llegada de los españoles”.
Por su parte el ministro de Cultura, Jorge Nieto Montesinos, indicó que para la preservación de las
Huacas se necesita de un trabajo en conjunto con las municipalidades pues son quienes están más
cerca de la gente, “lo que se trata es de generar un nuevo nivel de conciencia en nuestra sociedad
sobre la importancia de este patrimonio cultural”.
Asimismo, Nieto manifestó que, en conjunto con el Ministerio de Trabajo, se generarán puestos
temporales para jóvenes que deseen trabajar junto con los arqueólogos en la preservación y cuidado
de las huacas en todo el país, “es un adicional al programa que cobra un nuevo valor tratando de
ofertar estas plazas de trabajo para jóvenes que se dediquen a defender su patrimonio cultural”.
Sobre las invasiones de las huacas en el país, el ministro Jorge Nieto, aseguró que de forma pacífica
y mediante el diálogo llegarán a acuerdos para que esas invasiones no prosperen y se pueda dar el uso
correcto al Patrimonio Cultural, “no podemos permitir que nuestro patrimonio cultural se pierda, lo
que tenemos es muy valioso y si lo perdemos, será irreversible.”, recalcó.
Por su parte la representante de la UNICEF, Dina Paucar, manifestó que su trabajo será el de
incentivar a los colegios al cuidado de nuestra cultura, además, hizo un llamado de atención. “No
hagamos que nuestro lugar histórico se convierta en un basural o en un lugar olvidado, tenemos que
revalorar nuestro patrimonio”.
COMPLEJO ARQUEOLÓGICO MONUMENTAL MATEO SALADO
PRESENTACIÓN
Mateo Salado se ubica en el Cercado de Lima, colindante con los distritos de Pueblo Libre y Breña.
Por su extensión (casi 17 hectáreas) y monumentalidad, es uno de los complejos arqueológicos más
importantes de la capital, constituyendo, a la vez, una de las máximas expresiones de la arquitectura
prehispánica de esta.
Desde julio de 2007, el actual Ministerio de Cultura asumió la recuperación de este complejo
arqueológico monumental que durante siglos permaneció en el abandono y sujeto a una paulatina
destrucción. Así, mediante trabajos de investigación, conservación y habilitación para visitas, se ha
puesto en valor tres de las cinco pirámides que lo conforman: la pirámide A (2007 – 2008), la B (2008
– 2010) y la E (2012 – 2014). La inversión realizada en ello ha sido de cuatro millones de soles
íntegramente asumidos por el Estado, y sus excelentes resultados, aunados al programa de gestión
hacia la comunidad que se lleva a cabo allí, han convertido a Mateo Salado en un modelo de
recuperación del patrimonio arqueológico por el Estado Peruano a través del Ministerio de Cultura.
Desde el año 2014, el complejo arqueológico ha abierto sus puertas al público, atendiendo de
miércoles a domingo de 9 am a 4 pm.
MATEO SALADO: DE LOS YCHSMA A LOS INCAS
El complejo arqueológico monumental Mateo Salado presenta cinco pirámides escalonadas truncas
(designadas como A, B, C, D y E) construidas en tapia. La más grande de estas (Pirámide A) fue un
templo en torno al cual se construyeron las otras cuatro, que funcionaron posiblemente como palacios
(es el caso de la Pirámide B) o templos secundarios (Pirámide E). Las pirámides A, B y C estuvieron
rodeadas por una muralla perimetral cuyo tramo mejor conservado puede verse a la altura de la cuadra
16 de la avenida Tingo María. Mateo Salado fue un centro administrativo–ceremonial Ychsma,
reocupado luego por los Incas. Estos habilitaron un camino amurallado al lado de la Pirámide A,
típico de la red costera del Qhapaq Ñan.
Los Ychsma se desarrollaron autónomamente entre los años 1100 y 1450 de nuestra era, y bajo el
dominio de los incas entre 1450 y 1535. Fueron una confederación de pequeñas naciones, conocidas
como “Curacazgos” por haber estado bajo el mando de un gobernante al que se denominaba Curaca.
Gracias a documentos de los siglos XVI y XVII, se sabe los nombres de varios curacazgos del valle
del Rímac: Lati (en el actual distrito de Ate y parte de La Molina), Huaca (San Isidro), Sulco (Surco
y Chorrillos), Maranga (que comprendía San Miguel y Pueblo Libre), Piti-Piti (en El Callao), etc.
Cada una de estos tenía un centro administrativo – ceremonial que era la sede del mismo y donde se
encontraba el templo principal, probables templos secundarios y palacios. Mateo Salado habría sido
la capital de uno de estos curacazgos, sin embargo aún no se sabe con certeza a cuál perteneció.
En los centros administrativos-ceremoniales como Mateo Salado sólo residieron las élites, es decir,
el sacerdote, el curaca y los familiares de estos. El pueblo vivía en caseríos de los alrededores,
dedicados a la agricultura y ocupando casas de esteras o cañas. Cada cierto tiempo el sacerdote o el
curaca convocaban a los pobladores para que asistieran a los centros administrativos-ceremoniales a
construir, erigiendo nuevos edificios o engrandeciendo los ya existentes. Durante las jornadas de
trabajo, el curaca o el sacerdote estaban en la obligación de mantener a los constructores, dotándoles
de ropa, vestido y alimentación según las reglas de la reciprocidad andina.
Los Ychsmas de Mateo Salado cultivaban maíz, maní, etc. Complementaban su alimentación con
camarones obtenidos del río y quizás de los grandes canales de regadío, y con productos marinos
(moluscos diversos, peces y cangrejos) intercambiados con los curacazgos vecinos a la playa como
Maranga o Sulco.
Los arqueólogos han venido planteando que todos los curacazgos Ychsma del valle del Rímac
estuvieron siempre sujetos al santuario de Pachacamac. Sin embargo, cabe la posibilidad que esta
situación de dominio total haya sido propiciada recién por los incas, y que algunos curacazgos, como
Maranga, pudieron previamente haber tenido independencia política y religiosa.
EL PORQUÉ DEL NOMBRE “MATEO SALADO”
El complejo arqueológico debe su nombre al francés Matheus Salade (castellanizado como “Mateo
Salado”), quien huyendo de la persecución religiosa en Europa se refugió allí hasta que fue
aprehendido por la Inquisición, acusado de hereje y ejecutado en la hoguera el año 1573, en lo que
fue el primer acto de fe realizado en Lima.
El nombre original del complejo arqueológico es todavía materia de estudio. En el siglo XVI,
indígenas de Maranga, Huadca, Lima, Pacán y Amancaes fueron agrupados en el pueblo de Santa
María Magdalena de Chacalea (actual centro histórico de Pueblo Libre), a un kilómetro al sur de
Mateo Salado. En las primeras décadas del siglo XX, investigadores como Pedro Villar Córdova
retomaron con ciertas modificaciones el nombre del pueblo de indígenas y lo aplicaron al complejo
arqueológico, denominándolo “Chayacala”, “Chayacalca” o “Chayacalta”. Por lo tanto, es todavía un
nombre arbitrario.
PRIMERAS MENCIONES E INVESTIGACIONES
Se remonta a 1638 la primera mención conocida sobre el complejo arqueológico monumental Mateo
Salado, cuando Antonio de la Calancha en su “Crónica Moralizada” escribió que fue residencia del
inca y templo de los pescadores. Calancha, así mismo, explicó la denominación del complejo
arqueológico, narrando la historia de Matheus Salade. Mucho después, un documento de 1774
registró que era llamado “Huacas Chacra Ríos”, por la hacienda en la que se encontraba y que era
propiedad de la familia Ríos. Más tarde, en 1873, el viajero peruanista Thomas J. Hutchinson publicó
descripciones generales y dibujos de las pirámides.
Julio C. Tello (1935 – 1941) realizó los primeros planos y estudios científicos sobre Mateo Salado,
así como una férrea defensa de este ante la destrucción emprendida por los ladrilleros. Otros
investigadores que lo exploraron y describieron fueron Pedro Villar Córdova (1941), Hermann Buse
(1960), el arquitecto Santiago Agurto (1984), el arqueólogo Rogger Ravines (1985), entre otros. Sin
embargo, el registro más completo de las cinco pirámides fue realizado entre 1962 y 1963 por Duccio
Bonavia, Ramiro Matos y Félix Caycho. En la Pirámide B, ellos descubrieron un friso en relieve
representando a dos aves marinas unidas por el pico, el cual fue vuelto a cubrir para evitar su deterioro.
Desgraciadamente, años después, el friso se perdió al ser destruido el muro en el que se hallaba. Una
recreación del dibujo hecho entonces por Félix Caycho es el actual logo del complejo arqueológico.
Se tuvo que esperar hasta el año 2000 para que Mateo Salado llamara nuevamente la atención de los
investigadores. En dicho año y durante una corta temporada, la arqueóloga Maritza Pérez hizo
excavaciones y trabajos de conservación y restauración en el sector B de la Pirámide B, financiados
por el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.
SIGLOS DE DESTRUCCIÓN
En contraste con la gran extensión (mucho mayor que la actual) e importancia que tuvo en la época
prehispánica, desde la Colonia, el complejo arqueológico monumental Mateo Salado fue víctima de
un proceso de destrucción que estuvo a punto de desaparecerlo. Grandes saqueos, en busca de tesoros,
fueron hechos entre los siglos XVI y XIX en la cima de las dos pirámides mayores (A y B). De la
misma forma, el avance de los campos agrícolas empezó a cercenarlo. Entre la segunda mitad del
siglo XIX y la primera mitad del XX, compañías ladrilleras se instalaron allí y empezaron a demoler
las pirámides para reutilizar la tierra de los muros. Como se señaló antes, debemos a Julio C. Tello la
defensa de Mateo Salado ante esta amenaza y la retirada de la mayoría de ladrilleros, aunque,
desafortunadamente, poco después el desordenado crecimiento de la ciudad terminó fragmentando el
conjunto en tres sectores separados y encerrados entre urbanizaciones modernas. Peor aún, en la
década de 1960 a 1980, varias familias invasoras ocuparon parte de la zona.
DECLARATORIA COMO PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN
La importancia del complejo arqueológico monumental Mateo Salado es reconocida por la
Resolución Directoral Nacional N° 019/INC del 08 de enero de 2001, que lo declara Patrimonio
Cultural de la Nación y aprueba su delimitación como zona arqueológica intangible dividida en tres
sectores que totalizan cerca de 17 hectáreas.
PUESTA EN VALOR
La recuperación de Mateo Salado es iniciada por el hoy Ministerio de Cultura en el año 2007. En
primera instancia, se intervinieron, como explicamos antes, las pirámides A, B y E a través de labores
de investigación, conservación y habilitación para visitas. Tales intervenciones han significado la
puesta en valor de casi un 35% del área total del complejo arqueológico.
Las investigaciones han permitido caracterizar a los Ychsma de Mateo Salado como una sociedad
políticamente autónoma pero inmersa en una red de intercambio económico. A lo largo de su historia,
estuvo sujeta a marcados cambios internos, ganando prestigio al movilizar cada vez mayores
cantidades de mano de obra para la construcción y renovación de sus pirámides. Posiblemente, al
llegar los Incas, las pirámides A y B estuvieron ya en abandono parcial. En la Pirámide E se ha
descubierto un recinto para el almacenamiento de productos alimenticios que podría haber sido
construido durante la ocupación cusqueña, luego de lo cual el edificio se reutiliza como cementerio.
Se han descubierto restos de hasta 53 entierros Ychsma de la época Inca en dicha pirámide, entre
ellos algunos fardos funerarios bien conservados. Como parte de tales entierros, se ha podido
recuperar vasijas, implementos de textilería y herramientas de labranza.
El estudio arqueológico de Mateo Salado no se ha ceñido únicamente a lo prehispánico. Se han
registrado interesantes evidencias de la actividad de saqueo durante la época Colonial, de los
ladrilleros asentados en el sitio y de los modos de vida de los migrantes chinos que laboraban en las
haciendas en el siglo XIX, como lo atestigua un enterramiento de estos hallado en la Pirámide E.
La conservación y restauración realizadas se han orientado no sólo a solucionar problemáticas de
preservación, sino a dar al visitante una lectura del sitio que resulte comprensible, disfrutable y
científicamente fundamentada; observando criterios de autenticidad y mínima intervención. Para el
caso, en los últimos años se han desarrollado técnicas propias de conservación y acabados que han
logrado una presentación más amable de las zonas intervenidas.
La habilitación para visitas permite un recorrido por el interior de las pirámides lo que, a su turno,
deviene en una mayor compenetración del visitante con el monumento. Para ello, se han tomado
previsiones (rellenado de senderos, circulación por áreas abiertas, etc.) a fin de que el tránsito no dañe
estructuras subyacentes. Se ha procurado también hacer un circuito confortable escalonando
pendientes pronunciadas, emplazando zonas de descanso estratégicamente ubicadas, entre otros. El
visitante tiene así la oportunidad tanto de recorrer descansadamente una, dos o las tres pirámides
intervenidas si así lo desea, como de obtener una vista total de Lima desde el “Mirador Panorámico”
en la cima de la Pirámide A, lo que le permite comprender la evolución completa de un entorno que
hoy se observa del todo urbanizado.
Por otra parte, el 2010 se construyó un espacio lúdico-educativo denominado “Huaca para Niños”,
que replica en menor escala las características más resaltantes de la Pirámide A. Esta pequeña huaca
es usada en actividades con menores de edad y como un auditorio para eventos culturales
(presentaciones escénicas, cine, conversatorios, etc.) de ingreso libre.
Finalmente, el Plan COPESCO Nacional ha construido un módulo de servicios turísticos (con
boletería, centro de interpretación y baños) e instalado un sistema de iluminación para visitas
nocturnas que serán próximamente entregados al Ministerio de Cultura y puestos a disposición del
público.
SANEAMIENTO FÍSICO-LEGAL
Las labores anteriores no se habrían podido efectuar sin que el Ministerio de Cultura realice también
una recuperación sostenida de las áreas ocupadas ilegalmente en el complejo arqueológico. Este
trabajo de saneamiento continúa, habiéndose tenido logros muy importantes al respecto:
Erradicación de los mecánicos informales que ocupaban el área colindante con la avenida Ernesto
Malinowski (marzo del 2010).
Desocupación y desmontaje de vivienda en la cima de la Pirámide C (setiembre del 2010).
Desmontaje de vivienda en el sector B (agosto del 2011).
Recuperación de la plaza prehispánica principal de Mateo Salado (“Explanada Norte”), la cual era
indebidamente usada como campo de fútbol (diciembre 2011 – marzo 2012).
Recuperación y cercado provisional del sector B (2013).
Recuperación de zonas ocupadas por viviendas informales (2013 – 2014).
Cercado permanente del Sector B (2015).
GESTIÓN HACIA LA COMUNIDAD
Desde el año 2011, la dirección del complejo arqueológico monumental Mateo Salado ha
implementado un plan de gestión que tiene como directriz la necesidad de interrelacionar a la
población con el monumento y convertirlo en un recurso integral de desarrollo. En tal sentido, se han
venido realizando una serie de actividades artísticas y culturales de libre acceso para los vecinos.
A partir del año mencionado, y hasta poco antes de la apertura del complejo arqueológico al público,
se ofrecieron guiados gratuitos dirigidos a los vecinos de El Cercado, Breña y Pueblo Libre.
Dichos guiados han permitido recoger las opiniones y expectativas de la comunidad con respecto a
Mateo Salado. Jornadas de cuentacuentos, realizadas igualmente desde el 2011, han servido para estos
mismos fines, incidiendo en escolares vecinos. Así mismo, durante ese año se inicia en Mateo Salado
la intervención de los colectivos Ambre (artes plásticas) y Payaseres (clown), actualmente unificados
bajo el nombre de Asociación Comunespacio. Tal asociación ha venido dando varios talleres
artísticos para menores de edad vecinos al complejo arqueológico, con una gran aceptación y
reconocimiento por parte de la comunidad.
Con el objetivo de no estereotipar al complejo arqueológico como un “sitio del pasado”, así como
evitar una visión localista del mismo, se ha acogido y coorganizado eventos de arte moderno no
convencional (performance, danza alternativa, danza butoh, etc.), haciendo posible que los vecinos
tomen contacto y disfruten de las más diversas de manifestaciones de la cultura en el mundo.
Se ha realizado también eventos académicos como lo ha sido el Simposio “El objeto y la escritura:
diálogos interdisciplinarios” (2013) en la Biblioteca Nacional del Perú, conmemorando el 440
aniversario de la muerte de Matheus Salade; y el Conversatorio–exposición “Reflexiones en torno a
la Gesta Libertadora” (2014) en la Huaca para Niños.
Ciertas actividades anuales vienen posicionándose como emblemáticas de Mateo Salado. Estas son
el recital “La Huaca es Poesía”, en el cual poetas consagrados leen sus composiciones y alternan con
los vecinos; “Papalotes al Cielo”, donde padres e hijos comparten y continúan la tradición de elaborar
y volar cometas; y los talleres teórico–prácticos “Método Harris de registro Estratigráfico”, dirigidos
a la capacitación de estudiantes de arqueología.
HUACA MANGOMARCA
El complejo arqueológico Mangomarca (en quechua: Manqu Marka, ‘pueblo del señor’)?, conocido
también como la Huaca Mangomarca o Templo Nuevo de Mangomarca, se encuentra situado en el
valle bajo del Rímac, en el distrito de San Juan de Lurigancho, Lima, Perú. Es un conjunto
arquitectónico hecho a base de tapial y de adobe, que floreció durante el Intermedio Tardío, como
capital del curacazgo de Lurigancho o Ruricancho, que obedecía al Señorío Ichma(900-1470 d. C.).
Ubicación geográfica
Mangomarca surge, al parecer, hacia el 300 d.C., en el Intermedio Temprano, influenciado por
la cultura Lima. En los entierros o sepulturas de Mangomarca se hallaron restos de cerámica de estilo
Nievería, de fino acabado y elegante decoración con fondo anaranjado, estilo propio de la fase final
de la cultura Lima, hacia el 600-700 d. C. Éste fue un periodo de influencias foráneas, que culmina
con la conquista de los huaris o waris.
Algunos han sostenido que Lurigancho deriva de Hurin Huancho, nombre que alude a la etnia de los
huanchos, quienes procedentes de la sierra (al igual que los huallas) serían los fundadores del
cacicazgo, tesis que no es compartida por otros investigadores.
Otros sitios importantes del curacazgo de Lurigancho eran Canto Chico y Campoy.
Hacia 1200 d. C. los Ichmas se aliaron con sus vecinos los Colleq, del bajo valle
del Chillón (Collique), y contuvieron la invasión de los yauyos y chacllas provenientes de las zonas
andinas.
Hacia 1470 d. C. se produjo la llegada de los incas, quienes anexaron a los señoríos Ichma y Collique
al Tahuantinsuyo.
Descripción
Ministerio de Cultura inicia los trabajos de conservación de la Huaca Mangomarca en San Juan
de Lurigancho
La capacitación se desarrollará entre marzo y setiembre de este año y estará dirigida, especialmente,
a los vecinos e interesados en la protección y difusión de la zona arqueológica.
Esta recuperación se suma a otras intervenciones, realizadas durante el 2017, en las zonas
arqueológicas Tambo Inga, en Puente Piedra; y Huaca Los Perales, en Santa Anita. Ambas destinadas
a conocer y, posteriormente, elaborar proyectos de inversión que permitan su puesta en valor.
El crecimiento urbano, especialmente a partir de 1940 en que los fundos agrícolas empezaron a ser
lotizados para la construcción, redujo la zona arqueológica a un área de seis hectáreas, poco menos
de la tercera parte de lo que fue su extensión original, según documentos históricos.
El sitio arqueológico fue construido, probablemente, a partir de los primeros siglos de la era cristiana
pero alcanzó su apogeo a partir del siglo V. Originalmente estuvo compuesto por un conjunto de
pirámides, plazas, patios y accesos en rampas, todo construido sobre la base de barro, sea por medio
de tapiales o los adobes con forma de paralelepípedo rectangular en posición vertical que
caracterizan a la cultura Lima.
La técnica constructiva predominante consiste en colocar los adobes en posición vertical con la
argamasa en la base y en la parte superior dejando a los lados pequeños espacios vacíos; esto le da un
aspecto de libros en un estante, motivo por el cual el estudioso Pedro Villar Córdova le denominó
‘técnica del librero’.
Asimismo, los muros están formados por paneles de forma trapezoidal y tienen una ligera inclinación
que lleva a que los muros tengan la base más ancha que la cabecera, alcanzando así un equilibrio
físico y estético.
Lo que se puede observar del sitio en la actualidad es el resultado de sucesivas construcciones
realizadas tras el relleno de las anteriores; el edificio alcanza así su altura y área actual. Debajo de lo
que se observa hoy se hallan edificios anteriores sepultados por gran cantidad de relleno de cantos
rodados y arena gris.
Las poblaciones que tributaban a Pucllana y requerían sus servicios religiosos fueron agricultores y
pescadores, debiendo estos últimos tener cierta importancia debido a la reiterativa presencia de
figuras asociadas al mar halladas en diversos objetos rituales.
Se han hallado evidencias de numerosas remodelaciones en la ladera a causa de derrumbes que echan
por tierra los intentos de su recuperación. En medio de los derrumbes se encuentran restos de
pequeñas habitaciones construidas de manera aún más sencilla que los muros ya mencionados,
refugios temporales de personas que iban de tránsito hacia el litoral o la red de caminos que existía
en ese entonces.
La Huaca Pucllana forma parte de la cultura Lima y sus primeros habitantes la ocuparon entre los años
400 y 700 d.C.
Luego del fin de la Cultura Lima, la Huaca Pucllana fue habitada por la Cultura Huari entre el
800 y el 900 d.C. Durante este periodo el uso de la zona arqueológica fue funerario. Del año
1000 al 1532 fue utilizada como repositorio de ofrendas, cementerio y como aldea.
CONSERVACIÓN
Actualmente dentro de la Huaca Pucllana hay un museo de sitio donde se exhiben los restos
encontrados durante las excavaciones. También se muestran las plantas y animales que se
cultivaron y criaron durante su ocupación. Destacan las plantas de guayaba,maís, y tuna.
mientras que los animales del periodo son los cuyes y los perros peruanos sin pelo.
En la ladera oeste se realizaron importantes hallazgos sobre la ocupación tardía del sitio
con muros de adobitos derrumbados, asociados a pisos y ofrendas con cerámica de estilo
Ychsma.
En la zona noroeste de la sexta plataforma de la Gran Pirámide se definió y excavó tumbas
Wari con diverso grado de alteración, en algunas de ellas se conservaban los fardos en
buenas condiciones, llevándose a cabo desenfardados que proporcionaron, entre otros,
valiosa evidencia acerca de un individuo masculino ligado a las actividades de pesca.
El retiro de desmonte y rellenos colapsados de la ladera oeste permitió la exposición de la
arquitectura Lima en esta zona, así como el hallazgo de material tardío: ofrendas de
cerámica, maíz y sapos continúan siendo recurrentes, así como presencia de fragmentos de
diversos tipos de vasijas del llamado estilo Ychsma.
Las últimas temporadas de excavación, en los años 2013 y 2014, supusieron la intervención de
la plataforma 6 y del acceso entre ésta y la plataforma 5. Se expusieron nuevos recintos con
configuraciones distintas a los característicos patios con banquetas, que proporcionan
información acerca de las ocupaciones Lima, la transición de Lima a Wari, e incluso de la
ocupación funeraria Wari, con el hallazgo, entre otros materiales, de una tumba intacta. En el
Complejo Noreste, la excavación de un importante contexto de desechos arrojó información
acerca de posibles actividades desarrolladas en el centro ceremonial, especialmente
relacionadas a la manufactura textil.
En el año 2015 se inició el registro, inventario y análisis de los materiales recuperados de las
excavaciones de la temporada anterior. Es en esta etapa donde todo el trabajo de campo es
interpretado y los materiales trascienden su existencia física para explicar diferentes aspectos
de nuestra historia. Arqueólogos y especialistas en las diferentes áreas se abocan a la
elaboración del informe final, un documento donde se sintetiza todo el trabajo de la temporada.
Asimismo, se prepara el proyecto de investigación, luego de cuya aprobación, se retomarán las
labores en el campo, dando inicio a una nueva temporada.
http://salvemoslashuacas.pe/info/acerca-de
http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/848E1A46D31A4F4E05257D6D00793
981/$FILE/NIRN%C2%B0005-14_15_HUACAS.pdf
http://rpp.pe/peruanos-camiseta/conoce-mas-sobre-el-programa-lima-ciudad-de-las-huacas-noticia-
1086557 Lima ciudad de huacas. programa