Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
pág. 1
indice
....................................................................................................................................................... 2
AZANGARO ......................................................................................Error! Bookmark not defined.
LAMPA ........................................................................................................................................... 2
CARABAYA ..................................................................................................................................... 4
SAN ANTONIO DE PUTINA ............................................................................................................. 5
SANDIA .......................................................................................................................................... 6
HUANCANE .................................................................................................................................. 10
MOHO.......................................................................................................................................... 13
YUNGUYO ................................................................................................................................... 18
ILAVE............................................................................................................................................ 19
PUNO ...............................................................................................Error! Bookmark not defined.
pág. 2
criaba a la mujercita. Le daba toda clase de carne: carne asada,
carne cocida. Cuando habían estado unos años juntos, ella llego a
ser mujer. La jovencita dio a luz un niñito, pero lloraba día y noche
por su padre, a quien había dejado en la comunidad. “¿Cómo puede
estar solo mi padre? ¿Quién está cuidando a mi padre? ¿Quién está
cuidando a mis ovejitas? Devuélveme al lugar de donde me trajiste.
Devuélveme allá”, le suplicaba al cóndor. Pero él no le hacia caso.
pág. 3
sabes que desgracia hay en tu casa”.
“¿Que ha pasado?” el cóndor le preguntó.
“Tu mujer y tu hijo se han convertido en sapos”. Bueno, el cóndor se
fue volando a ver. Ni la joven, ni su hijo estaban dentro del nicho,
solamente dos sapos. El cóndor se asustó, pero no pudo hacer nada;
y el picaflorcito está todos los días entre las flores en la casa de la
jovencita. Mientras ella, su hijo y su padre viven felices en la
comunidad.
EL CONDENADO
pág. 4
para reparar la pérdida tenía que trabajar el resto de su vida y tal vez
hasta sus descendientes, impetraba de rodillas a los causantes
quienes por la codicia del dinero tornándose indolentes y sordos al
clamor el pobre indio cuyas inocentes lágrimas llegaron hasta el cielo
en procura de la justicia divina.
LA LAGUNA DE PACA
Esta laguna guarda entre sus aguas las más fascinantes historias y
relatos, ubicada en el Valle de Mantaro, en la provincia de Jauja. Se
ha convertido en el punto de encuentro de propios y extraños.
Una vez bajo dios a la tierra. Llamo a la puerta de una casa. Sin abrir
le gritaron, ¡fuera sucio! Entonces siguió su camino. A poco llamo a
otra puerta, vivían allí dos pobres viejecitos que a esa hora
preparaban su comida en una ollita de barro. La comida era tan
pág. 5
escasa que apenas alcanzaba para una persona, entonces dios puso
las manos sobre la ollita y la comida aumento y de ella comieron los
tres. Cuando terminaron dijo dios: Vamos. El viejito antes de salir
sacó de su casa su tambor. Subieron un cerro. Los viejitos caminaban
por delante, dios por detrás. Al cabo de un rato dios pidió al viejito su
tambor. Entonces dijo dios: no vayan a volver la cara y soltó el
tambor. El tambor rodaba sonando cada vez más fuerte. Los viejitos
volvieron la cara y quedaron convertidos en piedra blanca. El tambor
rodaba, rodaba, hasta que llego al pueblo y reventó. De él salio tanta
agua que anego los campos, las casas, hasta convertir el pueblo en
una laguna.
Relato de José Dávila. Recogido en Paca, Junín.
pág. 6
punto de rebasar la cueva, la cumbre se elevó hacia el cielo. No
una sino varias veces la montaña creció a su antojo para ponerlos
a salvo y los hermanos dejaron de tener miedo.
pág. 7
El joven se sobresaltó.
pág. 8
¡La visión fue impactante para ellos! ¡Quienes les habían dejado la
comida eran cinco loros que iban cubiertos con ropas de
personas!… ¡Y volvían cargados con más alimentos!
– ¡Ja, ja, ja! ¡¿Pero qué hacen estos guacamayos vestidos así?!
– Sí… ¡Ja, ja, ja! ¡En mi vida he visto cosa igual! Se ve que vienen
de una fiesta de disfraces o algo así.
pág. 9
– ¡Gracias por volver, amigos! Hemos sido muy desconsiderados
con vosotros y os prometemos que no volverá a suceder.
El tiempo fue pasando y el nivel del agua que lo cubría todo fue
descendiendo poco a poco. El sol, cada vez más brillante e
intenso, ayudó a secar la tierra y a que el paisaje recuperara el
esplendor de antaño.
pág. 10
Los niños, perplejos, se quedaron mirando cómo trabajaba. La
barra era grande, más o menos del tamaño un paraguas, y no
entendían con qué objetivo la restregaba sin parar en una piedra
que parecía la rueda de un molino de agua.
pág. 11
A la anciana le molestó que los muchachos se burlaran de ella y
su cara se llenó de tristeza.
– Reíros todo lo que queráis, pero os aseguro que algún día esta
barra será una finísima aguja de coser. Y ahora iros al colegio, que
es donde podréis aprender lo que es la constancia.
pág. 12
Los niños se quedaron pensando en estas palabras y
preguntándose si el maestro estaría en lo cierto o simplemente se
trataba de una absurda fantasía.
pág. 13
sin embargo, se hizo adulto y su carácter arisco no cambió para
nada. Muy por el contrario su vida se hizo misteriosa, ni siquiera
llegaba a pasar la noche en su casa, casi ya no vivía bajo techo.
Sobre su vida empezaron a tejerse una serie de historias, unos
decían que la enorme serpiente se lo había tragado y que solo el
espectro de Chirihuano vagaba penando por los caminos y
roquedales. Los demás, decían que se ha convertido en el
sacerdote de la sierpe y quizá su guardián y que ambos acechaban
a las presas. Todo un misterio vinculaba a Chirihuano, con el
fabuloso reptil. Inclusive decían que era caníbal. Así pasaron
varios años zurciendo el misterio, y Chirihuano ya no se dejaba ver
ni compartía palabra con los mortales.
pág. 14
temblar la tierra y los tímpanos parecían estallar, y poco a poco se
fue ahogando el chillido. Y todo volvió a la calma.. Solo el polvo en
remolino se levantaba hacia arriba ensombreciendo la quebrada. El
fabuloso reptil había quedado sepultado para siempre en la caverna.
Chirihuano desde que se había marchado de su casa había apilado
sigilosamente miles de piedras durante varios años sobre el barranco
que emergía sobre la caverna de la serpiente. Si hubiera comentado
de su plan, nadie lo hubiera apoyado en su proyecto, quizá lo
hubieran expulsado de la comarca, hasta lo hubieran capturado y
ofrecido como sacrificio a la enorme bestia. Chirihuano, sabía que la
enorme serpiente tenía miedo a los rayos y truenos, y aprovechando
esta debilidad del monstruo, cumplió su plan, también sacó ventaja
de lo resbaladizo de las rocas después de las tormentas. Los
lugareños venciendo sus miedos, poco a poco se fueron reuniendo a
una considerable distancia de la caverna, cuyo horrible hoyo estaba
cubierto por completo por el deslizamiento de las rocas, y cerca yacía
el cuerpo de Chirihuano, parecía aun moverse, pero estaba en sus
último minutos de vida. Chirihuano al provocar el deslizamiento de
las rocas había caído por el barranco atrapado por la violencia del
deslizamiento, sin embargo con su vida había salvado a su pueblo
del yugo de la serpiente. Todos lloraron su muerte, y en su honor se
llamaron Chirihuanos para emular su valentía La enorme serpiente
nunca más pudo salir de la caverna, ahora dicen que al no poder salir
de la tierra provoca temblores y terremotos. Y el día que salga por
algún hoyo devorará al mundo entero.
pág. 15
Una hermosa tarde de primavera, un viejo labrador que llevaba
varias horas cultivando la tierra decidió hacer una parada en su
trabajo.
– ¡Uf, qué cansado estoy! Iré a pasear un rato por el campo y luego
continuaré con la faena.
Caminó por sus tierras sin rumbo fijo, disfrutando de la brisa y del
calorcito del mes de abril. Deambulaba feliz, sin pensar en nada
más que en respirar bocanadas de aire fresco y estirar un poco las
piernas, cuando de pronto notó que una cosa extraña se movía
entre la hierba.
– ¡Pobrecilla, con lo hermosa que es! ¡No puedo dejarla morir así!
pág. 16
plumaje y emprendió el vuelo hasta desaparecer en el cielo.El
labrador se quedó un poco confundido.
pág. 17
EL CANTO DE LA MUJER PEZ
pág. 18
LEYENDA DEL DIOS VIRACOCHA
Cuenta la leyenda, que el dios Viracocha, creó un mundo sin luz y dio
vida a unos gigantes que no lo respetaron ni lo obedecieron.
Disconforme con el resultado de su creación, Viracocha envió un
diluvio que sumergió a la tierra transformándola completamente.
Una vez que los gigantes desaparecieron, Viracocha decidió crear
hombres pero de un tamaño semejante al suyo.
Para que los hombres pudieran apreciar su obra resolvió iluminar la
tierra por medio del sol, la luna y las estrellas. Creo también plantas
árboles y animales.
Viracocha hizo aparecer a un enviado suyo, Viracochan, un hombre
que imponía respeto, para que instruyera a los hombres sobre la
manera de conducirse para vivir en paz y armonía. El les enseñaba
como cultivar y cuando cosechar. Las hierbas que podían utilizar
como medicina, y los vestidos que debían usar. Les enseñaba con
bondad y mucha paciencia.
A pesar de todos los beneficios que las enseñanzas de Virocochan
les producía, muchos hombres lo injuriaron y se reían de él porque
vestía una túnica andrajosa. Ellos fueron convertidos en piedras.
Hubo quienes trataron de escapar de su furia, pero fueron
alcanzados por fuego volcánico. Solo allí se dieron cuenta que
estaban ante un ser poderoso al que le debían obediencia y respeto.
Viracochan hizo un largo recorrido. Al llegar a un hermoso valle creó
a una persona a la que llamó Alcaviza y a ese lugar le dio por nombre
Cuzco. Luego exclamó: Después de Alcaviza, llegarán los incas
orejones. Mi deseo es que sean respetados.
Este era un anticipo de la llegada a Cuzco de Ayar Manco y Mama
Ocllo, fundadores del Imperio Inca
pág. 19
Viracochan tenía muchos nombres: Tumupa, Tarapacá, Viracochan,
Pachayachicachan, Bichaycamayoc, Cunacuycamayoc, Pachacan.
Todos esos nombres significan: El enviado de Viracocha, su fuente,
el predicador, el encargado del presente o el conocedor del tiempo.
Cuando Viracochan llegó cerca del Ecuador, les anticipó a los
hombres muchas cosas que habrían de suceder y luego se introdujo
en el mar caminando sobre el agua.
Comentario:Los mitos y leyendas forman parte de nuestra
tradición y han sido transmitidos de generación en generación,
ya sea oral o en forma escrita. Nuestro país, una nación
multiétnica es un emporio vivo de mitos y leyendas diversas, por
doquiera que uno va encontrará un poblador ansioso de contarle
un mito o leyenda de su pueblo.
Fuente: profesor de historia: Raúl Porras Barrenechea.
pág. 20
AVES MENSAJERAS DE LA NATURALEZA
pág. 21
importaba.
Al verlo, le preguntó con curiosidad que hacía y este le respondió que
trabajaba en su capa para ponérsela el día de la fiesta en el lago, el
zorro le respondió que cómo iba a alcanzar a terminarla si la fiesta
era esa noche. El quirquincho pensóque había pasado el tiempo sin
notarlo. Siempre le sucedía lo mismo... Calculaba mal las horas... Al
pobre Tatú se le fue el alma a los pies. Una gruesa lágrima rodó por
sus mejillas. Tanto prepararse para la ceremonia... El encuentro con
susamigos lo había imaginado distinto de lo que sería ahora.
¿Tendría fuerzas y tiempo para terminar su manto tan hermosamente
comenzado?
El zorro captó su desesperación, y sin decir más se alejó riendo entre
dientes. Sin buscarlo había encontrado el modo de inquietar a
alguien...y eso le producía un extraño placer. Tatú tendría que
apurarse mucho si quería ir con vestido nuevo ala fiesta. Y así fue.
Sus manitos continuaron el trabajo moviéndose con rapidez y
destreza, pero debió recurrir a un truco para que le cundiera. Tomó
hilos gruesos y toscos que le hicieron avanzar más rápido. Pero, la
belleza y finura iniciales del tejido se fueron perdiendo a medida que
avanzaba y quedaba al descubierto una urdimbre más suelta.
Finalmente todo estuvo listo y Tatú se engalanó para asistir a su
fiesta.
Entonces respiró hondo, y con un suspiro de alivio miró al
cieloestirando sus extremidades para sacudirse el cansancio de tanto
trabajo. En ese instante advirtió el engaño... ¡Si la luna todavía no
estaba llena! Lo miraba curiosa desde sus tres cuartos de creciente...
Un primer pensamiento de cólera contra el viejo zorro le cruzó su
cabecita. Pero al mirar su manto nuevamente bajo la luz brillante que
caía también de las estrellas, se dio cuenta de que, si bien no había
pág. 22
quedado como él lo imaginara, de todosmodos el resultado era de
auténtica belleza y esplendor. No tendría para qué deshacerlo.
Quizás así estaba mejor, más suelto y aireado en su parte final, lo
cual le otorgaba un toque exótico y atractivo. El zorro se asombraría
cuando lo viera... Y, además, no le guardaría rencor, porque sido su
propia culpa creerle a alguien que tenía fama de travieso y juguetón.
Simplemente él no podía resistir la tentación de andar burlándose de
todos... y siempre encontraba alguna víctima.
Pero esta vez todo salió bien: el zorro le había hecho un favor. Porque
Tatú se lució efectivamente, y causó gran sensación con su manto
nuevo cuando llegó, al fin, el momento de su aparición triunfal.
El gran lago Titicaca, de aguas dulces, el más grande de Sudamérica,
a cuatro mil metros de altura en el Altiplano, ubicado entre Bolivia y
Perú, era para los Incas un lugar sagrado, pues creían que allí habían
bajado los primeros hijos del sol.
pág. 23
Llegó un día en que el cielo y la tierra se hallaron bañados por una
luz roja que despedía una nube. Luego se escuchó un relámpago y
un tremendo trueno, y la tierra se abrió. Quedaron edificios de piedra
en pìe, pero comenzó a caer una lluvia roja, la tierra volvió a abrirse
y uno a uno fueron cayendo las fuertes construcciones, los canales
de riego se destruyeron, los ríos se desbordaron e inundaron lo poco
que quedaba de la ciudad cuyos habitantes eran tan arrogantes y
orgullosos.
pág. 24
"Esta es una de las leyendas màs conocidas y significativas de
Puno, fue proporcionada por el Inca Garcilaso de la Vega (1539
– 1616). Cronista hijo de un capitán español Sebastián Garcilaso
de la Vega y de la ñusta Isabel Chimpu Ocllo, nieta de Túpac
Yupanqui. Su anciano tío , fue el que más información le
proporcionó. Poniendo el relato en boca de su tío, relata
Garcilaso esta leyenda."
"El sol, viendo el estado penoso de los hombres, creó una
pareja: Manco Capac el varón y Mama Ocllo, su esposa y
hermana; les colocó un cetro de oro y les ordenó ir por el mundo
para civilizar a los pobladores. Les encargó fundar un reino, e
implantar en él el culto al sol.Manco Capac y Mama Ocllo
salieron de las espumas del Lago Titicaca y avanzaron hacia el
norte. El cetro de oro les serviría para encontrar el lugar ideal
para la fundación del Imperio, pues en él se hundiría el bastón
hasta desaparecer.
Decidieron separarse, marchando Manco Capac al norte y Mama
Ocllo al sur del valle, para convocar a la gente y someterla. Los
habitantes de todo el valle no tardaron en reconocerlos como
pág. 25
EL ORIGEN DEL LAGO TITICACA
pág. 26
Entonces los hombres intentaron subir el santuario, cuando Dios
pág. 27
"EL GUAGOR"
Un espinoso como verde de cactus es la planta agresiva y original
que da a brotar a la flor del guagor, es del cinabrio o de la glosularia?
hermosa, el sol del medio día se ha licuado en su cáliz y dado a
reverberar tonos granates en engarce con el oro y la laca para
engalanar la puna y hacer delirar a la fantasía.
El Chamuchuy
pág. 28
Por sobre el tapiz verde de la jalca donde enseñorean los títulos
reales la Pagra, la rima rima y el guagor, están los seductores
chamuchuyes, florecillas humildes y vivaces que salpican el
alfombrado de la puna con aquellos sus pétalos de oro o púrpura, el
campo gélido o ahíto está como tachonado de topacios para decorar
el escenario o albergar el consuelo, en algún festín sideral se
vaciaron un cúmulo de estrellas incandescentes para engarzarse en
el manto de esmeralda de los llanos de la jalca carece de tallo el
chamuchuy, la flor surge y brota de entre el terso césped como un
copo de nube amarilla o como trocitos de luna por sobre aquella
sábana florida sobreviene el idilio pastoril más tierno y puro de las
alturas haciendo rodar los cuerpos por entre pajonales y
chamuchuyes, mas abajo y al calor del aprisco las parejas reeditan
las escenas, y nada es más ensoñador que un pastor galante y una
gacela en celo, el viajero que cruza la pampa tiene ante su vista un
escenario fabuloso cuajado de florecillas maravillosas, camina entre
un cielo estrellado o por las praderas de alguna alborada? virginales
aquellas flores son de rocío, de copos de alba, de haces de luz o de
fantasías de cierzo tornasolado? aquellas florecillas luminiscentes no
están esparcidas al azar, ellas marcan las coordenadas del viajero y
el laberinto que el pastor recorre a diario por entre el millar de rutas
de la puna.
pág. 29
ACIQUES Y KURACCAS
!agua, agua, agua!
Hizo de los cuatro barrios un edén florido, donde cada una de sus
amantes le prodigaban sus encantos, la red de agua iba tatuada en
medio del seno de cada una de las mujeres y debería transmitirse
igual en la doncella primogénita de la estirpe, al correr del tiempo se
secó una vertiente, por el éxodo de las primogénitas no había el plano
para la relimpia, la sed y la sequía agobiaban. En algunos pozos una
esponja mitigaba la sed, doña Hermelinda fina, última primogénita de
la estirpe de Huaynamango casada en buenas nupcias con don
pág. 30
Ángel Lagomecino hubo de irse a Chachapoyas a raíz de la expulsión
de los jesuitas en la provincia, en la época del virrey Amat, ante la
amenaza de sequía un lejano antecesor de don Nabucodonosor
Ecobinarrobles se constituyó donde fina y tras un violento proceso
judicial se tomó copia de la red de irrigación que escondían los
opulentos, marfíleos y pundonorosos senos de la real dama.
pág. 31
cascos herrados hacían brotar chispas del empedrado de las calles,
los jinetes encabritaban a los potros, los hacían relinchar o piafar
dantescamente y con una habilidad extremada retenían a los
enajenados animales logrando empalmar un paso galano y marcial,
aquellos pasos emparejados eran como endechas y resonaban como
himnos triunfales.
pág. 32
EL RAPTO
Legendaria es la fama de Tambamba, escenario ensoñador del
paisaje, olímpico parnaso de los bates y templo de cupido en
Pallasca, riñó allí un antecesor del príncipe Apu Pomachaico con el
cacique Atun Osco y se quedó con la bella Llullu Urpe, princesa de
marca Huamachuco, hermosura primaveral que en peregrinaje idílico
acampara en Tambamba para pasar a Cuyubamba a prestar
juramento de amor.
pág. 33
CORY SAYA
la comunidad de Taule, de milenaria estirpe pre-inca es sucesora de
aguerridas generaciones que siguen defendiendo los intereses de la
comarca, un regimiento taulino por orden de Huayna Capac fue
trasladado en misión especial a la región de Andahuaylas quedando
desde entonces vínculos inolvidables.
pág. 34
Las pepitas de Catalina
En Aracabo, a inmediaciones de Cabana Catalina Pashas laboraba
en los molinetes y cada vez que advertía incrustado o suelto alguna
chispa o pepita de oro insensiblemente se la echaba al seno, los
mozos que las mismas faenas trabajaban con Catalina sabían de la
predilección de ésta y al final de la jornada diaria con una discreción
inaudita hendían las manos en el seno y soltaban allí el puñado de
chispas, de paso aquellas manos topaban las "pepitas" de los senos
y como si hubiera estallado una corriente aquellas manos salían
electrizadas, en el camino los mozos se disputaban el privilegio de
acompañarla y el asedio amoroso era creciente, Catalina que no
alentaba a ninguno se creía obligada on sus "proveedores" a
disimular por igual la zalamería de su sonrisa como gratitud
compensatoria, Cata tenía veinte años y hacía cuatro que pallaba
diariamente para si de veinte a treinta gramos de oro, la mina era un
emporio y no se reparaba en menudencias, alta y esbelta era
Catalina, una belleza campesina arrogante y turbadora, en la piel de
canela el sol fulgía reflejos de ónix, sus piernas garbosas y fuertes,
las caderas suculentas y el torso exhúbero, en el pecho enhiesto las
dos pomas de los senos, duros y rebosantes, pugnaban por volar, y
los pezones, es decir "las pepitas de oro" que superaban a los de
Bethsabé en la pintura de Rembrandt, eran las falenas refulgentes de
la lubricidad victoriosa, el cuerpo se había burilado en los molinetes
de las minas y aquellas piernas que movían una mole de granito de
diez quintales tenía a raya a sus pretendientes.
pág. 35
de cuarzo con chispas de oro que fuera el orgullo de su colección
fuera a aumentar el tesoro de catalina.. una noche tropezó catalina
con una jauría de sátiros que se habían apostado para asaltarla, el
lazo que anuló sus brazos dejó libre los pies, aquellos pies que
molían cuarzo, molieron costillas aquella noche, al siguiente día
tuvieron que enyesar aquellos huesos y examinar las magulladuras
que el lazo
hubiera causado en el torso de Catalina, y cuántos estuvieron en el
acto se deslumbraron ante las "pepitas de oro" que llamaban a los
senos de catalina, eran más próvidos y más ricos que los cuernos de
la abundancia, aquellos senos de bronce pulido llevaban dos broches
de rubí por pezones, los vecinos de Llactabamba celebraban el
primero de mayo aquella antigua leyenda de las nupcias del sol con
la primavera, don Anlogelio Soria hacia de sol y Catalina de
primavera.
pág. 36
ALEGORIAS PAGANAS
La orquídea y la shona
pág. 37
imponderable de la creación artística.Con el recuerdo de sus aires de
gacela y del alto encaje de su blusa al que una falda aleonada daba
a su persona fisonomía de fiesta y de conquista...acampé en
Talavera de la Reina.
Con mejores recados nadie como ella habría colmado mis mochillas,
en Talavera la colonial encontré su cabellera en la espiga de sus
trigales y en las flores del campo que salpicaban las praderas
encontré la lozana primavera de su belleza divina, el sol diáfano y
dorado tenía el resplandor de sus miradas y el céfiro galano y
odorante la melodía de su garbo de bayadera.
Por las noches aquella imagen es una blonda y tibia sensación que
se arrulla a mi cuerpo como un copo de armiño o un lazo de lirio.
pág. 38
Al amanecer el trino de las aves del jardín me obsequia su himno
matinal y por entre los intersticios de las puertas y ventanas se filtra
el sol como una bandada de canarios, en la mañana es otra maravilla,
igual que su rostro radiante y la música de su voz se deja oír.
Elegías
Y adoré más para valorar mejor; por que el bien es más codiciado
cuando falta que cuando se tiene, conocí el valor del consuelo, de la
ternura, de la esperanza y también sufrí el temor del olvido.
pág. 39
sienes en la loza áspera y fría no se serenaron y más bien percibían
aquel olor sensual que brota del roce del granito con el pedernal.
El beso para ser tal, debería expresar una pasión, decía Shören
según referías, pero tú, eximio estilista del beso le añadías el acto
eucarístico, el sentimiento de la eternidad y la sensación de lo
sublime, era así el beso "la comunión de dos almas en una sola
eucaristía".
pág. 40
AÑORANZAS DE AMOR
Huataullo
pág. 41
arpegio de los zagales tremolaban en el bosque para dormir a las
serpientes; se sumía en el vértigo de un sopor embriagador.
pág. 42
mostraban las alhajas de sus primaverales encantos de mujer, y las
manos expertas, milímetro a milímetro recorrían por su cuerpo
comprobando los quilates de cada una de aquellas joyas de arte.
pág. 43
DORALISA
El geólogo Morris Scitovsky estudiaba los lavaderos de oro de
Maybur, cuando su esposa conoció a Doralisa en aquél su
campamento de Shindol, Litta, como así la llamaban a aquella
excepcional gacela, era un capullo de dieciséis años, más linda que
las flores del vergel y más luminosa que las estrellas, su lejano
ancestro europeo se delataba en aquél su tinte de melancolía y
nostalgia que hacían de ella una flor exótica.
pág. 44
del romance hasta que en mayo de 1923 Litta decidió asistir a una
festividad de Shindol, Vallejo se las compuso para emprender la
jornada, Demócrito Brún, amigo de Vallejo y señor feudal de los lares
de huarasácape y sus contornos facilitó el hospedaje y la movilidad,
y el jolgorio en Shindol fue apoteósico y gloriosa la fiesta.
pág. 45
Matías hecho mano a las armas de la elocuencia y a las galas del
arte; rezagó al padre Eleorobarrutia con aquél su verbo esmaltado
lleno de sugestión y hechizo y las Carbajal de un edén pasaron a un
empíreo.
pág. 46
.CAPITULO II
pág. 47
Aquél viejo instrumento familiar que la madre hubiera pulsado en el
pináculo de su belleza era para él no sólo una reliquia, sino la fiel
amada que la acompañaba desde su niñez. Había entre él y la
guitarra tal entrañamiento que las cuerdas vibraban al sólo deseo del
mago y como transidas por un delirio musical volcaban la idea y el
sentimiento poblando el escenario de voces sortílegas. Aquella
guitarra era una persona más en la familia. En siglos de arpegio había
llegado a tal sensibilidad que parecía hablar: el eco de la voz era
suficiente para hacerla vibrar. Al lado de ella no se estaba sólo.
pág. 48
Esta guitarra estuvo en Arabia en una tienda de Tebuk y en las orgías
de los sérralos de aquellos ardientes arenales, laudó melodías, nació
el poemario erótico del desierto; cautiva en el castillo de Hussiff tuvo
impostaciones de melancolía y los arrebatos del mar al estrellarse en
aquella isla. Ben Abulá al término de la guerra de la liga con la media
luna la llevó a Venecia y ahí la música nocturna sobre las aguas
amortiguaron su angustia. Estuvo en la corte de Viena en poder de
un noble español y la guitarra se impregnó de las nostálgicas del vals;
llevada a Sevilla se contagió de los ritmos alegres de la región.
Invadida España por Napoleón, el Conde de San Donas la llevo al
Perú, y en su refugio de Yánac, aquella guitarra orquestó el idilio
principesco de San Donas con la marquesa Carlota. A la suerte de
los nobles la guitarra se quedó en Huashcao y allí la madre de Goyo
vivió el mundo maravilloso de aquél madero. El instrumento prendado
de la belleza de su dueña renovó su destino romántico y melodramó
las escenas de gloria y quebranto de aquella excelsa mujer.
Muy poco cumplió el bardo esta promesa. Entre tanto la guitarra está
como en espera. El aire o el eco del menor ruido la hace vibrar y
rememorar.
pág. 49
Juan Gregorio tenía una regia apostura y una masculinidad plástica
y musical. La cabeza erguida y el ceño firme, la riqueza de los
músculos y su vehemente expresión le daban una talla de luchador.
Era la concepción del "David" de Miguel Angel. Es fácil imaginarse la
elegancia con que alternara en la vida social. Era el paradigma de la
hidalguía.
pág. 50
y el embrujo de sus caricias, comprobar que la realidad supera a la
fantasía y que el transporte del espíritu es un estado natural, es una
gracia y un portento y también algo así como un tesoro que habrá de
enriquecer toda una existencia.
pág. 51
Aquí en el punto de encuentro de dos miradas las almas comulgan
mientras las sonrisas orquestan himnos nupciales. Aquí la sonrisa es
el boceto de alguna flor que se nos ha abierto en el corazón o la luz
de alguna ilusión que ha despertado en el alma. Aquí el sino del ser
está en una sonrisa: prodigada ella el destino de los corazones esta
sellado. Es que la sonrisa es la balada del ensueño y la entelequia
del amor.
La mujer fue en la vida de Goyo una melodía más o una canción más.
Buscó en ellas los matices de la belleza; de algunas tomó el garbo y
la sonrisa, de otras acaso sólo la mirada o la música de su voz o bien
la dulzura de la fisonomía. Jamás supo cuantas fueron sus amadas.
De cada jolgorio salía con dos o más citas amorosas. Nunca hizo
ostentación de su fortuna de galán.. Sus amantes le adoraron desde
la veneración religiosa hasta la idolatría.
Jamás acabó de amar. Tubo la pasión de Poe. Cada mujer era una
nueva revelación del arte. Y toda su actitud estaba condicionada por
su euforia erótica. Se trataba de una potencia o una plenitud sensorial
que le daba poderío y fuerza. Un rumor rugiente de sexo saturaba su
vida. Algo mítico y legendario que daba a su persona una áurea de
sensualidad que trascendía a principios metafísicos: amor y creación.
Es decir el sentido de la vida para él. Por mucho que sublimó su
erotismo o que lo hubiera transpuesto a la metáfora o al símbolo
aquellas transfiguraciones dejaban un tono sutil impregnado de
suaves efervescencias que hacían más penetrante é intima la ilusión.
pág. 52
belleza y en el arte. Era como un afán de perfección o una inquietud
de encontrar donde diluirse. Esto es un estado de ascetismo místico.
Ser amado, era algo que rebasaba a toda su ambición. Era como
figurarse una deidad. Jamás supo de donde le venía la ansiedad de
su pasión, menos se detuvo a meditar que aquello no fuera acaso
más que la consecuencia de aquella tormentosa búsqueda de lo
imposible o el encuentro sin esperanza con la belleza inigualada de
su madre.
pág. 53
Pese aquello de sus amores eternos y pasiones vitales no fue un
esclavo de ellas, porque el siguiente amor le liberaba enseguida. No
es que los olvidara; no. Algunas veces volvió por el aroma o la gracia
de alguna de sus amadas. Y éste reencuentro le era acto más dulce.
pág. 54
Jamás rehuyó la lid del amor.. Admiraba a la que desechando
prejuicios le declaraban su amor. No las desilusionó . Tuvo para ellas
el fervor de su hidalguía galante y hasta la gentilidad de su
admiración.
Tal era Milushka. Algo había en ella de magia o embrujo. Una flor
clorótica a la que un fuego interior hacía arder como un incienso.
Éramos vecinos de goyo. Y la alta tensión de estos personajes acabó
uniéndolos.
pág. 55
Gregorio encontró en Milushka aquél inefable encanto que brota de
la honestidad y felicidad; y para él, libertino y precario estos
sentimientos fueron cordiales y la revelación de un mundo superior.
pág. 56
soledad y otros para afrontar la vida. Un cortejo de normas
sistematicales con cierto sentido poético.
pág. 57
aquella su gama de poesía lírica y sortilegio romántico y desde cuya
posición se contempla la belleza y el arte como valores eternos que
se siente y vive.
pág. 58
BESO DE LOS ANDES
La fibra de las almas grandes viene de muy lejos y va muy allá, por
eso sienten más intensamente la vida y quieren vivir más. En Juan
Gregorio la vida se ha radicado como una vehemencia angustiosa y
la montaña ha impreso su carácter huraño y contemplativo. De aquí
su curiosidad insatisfecha, su actitud mística y su agitada inquietud
espiritual. En torno suyo el elemento humano se ha estado evadiendo
y en su escenario ha repercutido solo el eco de la piedra y de la
naturaleza. Los sinfines ilimitados del horizonte despertaron en su
fantasía un anhelo casi morboso de lejanías y de ensueños. Este
aguilucho hecho para habitar los riscos más abstractos y elevados
del pensamiento vivía hasta hace poco una intensa vida imaginativa,
interrogando diariamente a la naturaleza y buscando a los hombres
en el fondo de su alma. Vencido por la tortura introspectiva del
análisis se iba consumiendo una efusión mística hasta que un día su
afán de infinito le llevó a tentar horizontes nuevos por el valle del
Santa. Las magníficas partituras melódicas del río urgieron su
curiosidad y ansió conocer los esteros y las playas donde la música
del río acaso meciera sus ondas armónicas en estancias edénicas .
pág. 59
pág. 60