Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Notas de Clase
Microeconomía I
Año 2015
Tema:
1. Bienes Públicos
1.1 Introducción
Los bienes públicos representan una importante falla de mercado, y su
tratamiento ha suscitado importantes debates entre los economistas especialistas en
teoría del sector público desde que Paul Samuelson escribiera el primer paper al
respecto (The Pure Theory of Public Expenditure, 1953).
Para que un bien sea considerado como un bien público puro es necesario que
tenga dos propiedades: debe ser no rival y no excluyente. Estas dos características
tienen como consecuencia que el bien en cuestión no sea provisto de manera privada a
través de un mecanismo de mercado, razón por la cual usualmente es el Estado el que
termina encargándose de la provisión del mismo.
A continuación examinaremos en detalle estas dos propiedades especiales de los
bienes públicos – una de las cuales tiene como corolario el problema del free-rider o
polizón, al que estudiaremos por separado. A su vez, también analizaremos las críticas a
la teoría de los bienes públicos puros desarrolladas a partir del trabajo de Samuelson, y
las diferentes categorías de bienes públicos impuros que surgieron de dicha crítica.
Por último, haremos un breve comentario sobre un tipo particular de bienes
públicos, los bienes públicos globales, cuyo estudio es relativamente reciente dentro del
campo de la economía del sector público, pero que sin embargo tienen una enorme
relevancia a la hora de analizar los problemas más graves que la humanidad deberá
enfrentar en las próximas décadas.
1
Nota de clase preparada por: Sebastián Bauer
Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ciencias Económicas
considera que son pocos los bienes públicos que cumplen estrictamente las condiciones
de no rivalidad y no exclusión. La defensa nacional es uno de los pocos ejemplos que
suele mencionarse como un bien público puro.
Sin embargo, sí es posible encontrar una gran variedad de bienes que no
cumplen totalmente las condiciones de no rivalidad o no exclusión, o que cumplen una
de las condiciones pero no la otra. O inclusive es posible que un bien que no cumpla las
dos condiciones de bien público puro a nivel nacional lo haga cuando uno se traslada a
un nivel de análisis subnacional. Todas estas situaciones corresponden a bienes públicos
impuros, y muchas veces la provisión estatal sigue siendo necesaria o deseable.
Los bienes que cumplen la condición de no exclusión pero no la de no rivalidad
se suelen denominar bienes de uso común, y suelen ser particularmente problemáticos,
ya que dado que no puede cobrarse por su uso pero que sin embargo los costos
marginales son mayores a cero, suele haber un consumo excesivo del bien. Los recursos
pesqueros de un lago o las calles del centro de una ciudad son ejemplos de este tipo de
bien. Usualmente el Estado suele regular las actividades en torno a estos bienes, para
tratar de evitar el consumo excesivo.
Por otro lado, existen bienes que cumplen únicamente la condición de no
rivalidad, pero cuyo consumo puede impedirse. Estos bienes son usualmente
denominados bienes club o bienes artificialmente escasos. El desarrollo de la teoría
concerniente a este tipo de bienes suele ser atribuida al economista norteamericano y
premio Nobel de economía James Buchanan, quien escribió el paper de 1965 An
economic theory of clubs. En él, Buchanan demuestra que una gran variedad de bienes
que dentro de un rango presentan costos marginales nulos pueden ser provistos
eficientemente a través de un acuerdo de las partes involucradas en el consumo del
mismo, que pagarán una membresía para poder acceder al bien, con el fin de limitar el
número de consumidores a un nivel en el que los costos marginales sean iguales o
similares a 0. Las instalaciones de un club privado son el ejemplo más corriente de
dichos bienes. Otro ejemplo podrían ser los lugares comunes de un edificio (pasillos,
hall de entrada, etc.). Es común encontrar bienes que en un cierto intervalo presenten
costos marginales nulos, pero que sin embargo sean objeto de un mecanismo de
exclusión vía precio. Esto se hace con la finalidad de evitar consumos no necesarios y
mantenerse en la zona de costos marginales nulos, ya que la imposición de un precio
confronta al consumidor con el costo de su decisión de consumir.
Por último, hay varios bienes que pueden no ser públicos en un territorio amplio,
como una nación, pero que bien pueden cumplir las características de no rivalidad y no
exclusión a nivel local. Estos bienes se denominan bienes públicos locales, y por su
naturaleza suelen ser provistos eficientemente por una autoridad supranacional. El
alumbrado público constituye un ejemplo muy claro de este tipo de bienes. Un poste de
luz que ilumine la esquina de Córdoba y Junín excluye a todas las personas que no
pasen por la zona de sus beneficios, pero sin embargo cualquier persona que pase por la
zona no puede ser excluida de los mismos. Por otra parte, también es posible que un
bien cumpla las características de un bien público en ciertas localidades, pero no en
otras. Los servicios de los bomberos son un ejemplo de esto. Mientras que su consumo
es excluible en localidades rurales de muy baja densidad poblacional (a través de tarifas
de cobertura), resulta imposible o extremadamente costoso realizar una exclusión en
ciudades densamente pobladas, debido a la naturaleza expansiva del fuego (los
bomberos deberían apagar un incendio de una persona no asegurada por temor a que el
fuego se expanda a las casas de las personas aseguradas).
Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ciencias Económicas
2. Externalidades
2.1 Introducción
En la sección anterior hemos hablado extensamente sobre como el Estado
usualmente se encarga de proveer los bienes públicos. Sin embargo, el estado provee
también un montón de otros bienes, que si son rivales y excluyentes, como por ejemplo
la Salud o la Educación. Existen varias razones por las cuales esto es así, pero uno de
los motivos frecuentemente esgrimidos es que en la provisión de Salud o Educación se
genera beneficios sociales que no son tenidos en cuenta por el productor privado. A su
vez existen varias situaciones en las que se produce el fenómeno inverso: el productor
de una fábrica de aceite industrial que vierte sus residuos al río no tiene en cuenta a la
hora de definir el nivel de producción los perjuicios sociales que genera.
Estos son distintos ejemplos de externalidades económicas. Una externalidad
ocurre cuando por el resultado de una acción de uno o más individuos se produce un
costo o un beneficio que afecta a terceros que no participaron de dicha acción. Cuando
el accionar produce un costo en terceros, se dice que se ha producido una externalidad
negativa, mientras que cuando se produce un beneficio para terceros, el resultado es una
externalidad positiva.
En las siguientes secciones estudiaremos ambos tipos de externalidades,
analizando que consecuencias tienen y de que maneras se las puede solucionar, tanto
privada como públicamente.
productor de manzanas necesita abejas para que polinicen sus flores. Aquí también el
apicultor está beneficiando al productor de manzanas sin quererlo. En ambos casos, los
beneficios individuales que recibe el productor por su actividad son menores a los
beneficios sociales que su actividad genera dentro de la sociedad apicultor-productor de
manzanas.
Si tomamos esta diferencia entre costes sociales y costes privados como
definición fundamental de externalidad, podemos ver claramente que los bienes
públicos constituyen en realidad un caso extremo de externalidad: el coste privado del
consumo de un bien público es nulo, por lo cual todo el costo de dichos bienes es de
carácter social.
impuesto igual a esa diferencia entre costos, estará alineando los intereses individuales y
sociales. El productor y los consumidores verán entonces el verdadero costo de sus
acciones, y la externalidad quedará internalizada vía impuestos.
Existen sin embargo algunos problemas respecto a esta solución. Usualmente no
resulta tan fácil medir el valor de la externalidad, ni la diferencia entre los costes
individuales y sociales. Pero incluso en los casos en los que estos valores pueden
estimarse con un buen grado de aproximación, persiste la dificultad de que la
administración de un sistema de impuestos conlleva un costo, y muchas veces el tamaño
de la externalidad generada no justifica la incursión en dicho costo administrativo.
El otro aspecto que abarcaremos en este curso es el de la regulación de un
mercado afectado por externalidades. La cuestión de la regulación de mercados ya fue
tratado en clases anteriores, pero en el caso de las externalidades existe un aspecto
particular que mencionaremos brevemente: la dicotomía entre la regulación por
resultados y la regulación por factores.
Frente a una externalidad, la autoridad estatal puede elegir regular directamente
el mercado. Sin embargo debe elegir si regulará el resultado final (la generación de la
externalidad) o los medios para llegar a este resultado. Si tomamos el ejemplo de una
planta generadora de energía eléctrica, la regulación por resultados implicaría imponer a
la planta un límite de emisión de contaminantes, mientras que la regulación por factores
sería equivalente a hacer obligatoria la introducción de un filtro en las chimeneas, a
modo de disminuir las emisiones.
Si bien la diferencia parece sutil, las implicaciones económicas son de gran
magnitud. La imposición de una regulación por resultados lleva a que la empresa
busque el modo más eficiente de reducir sus emisiones, lo cual incentiva la innovación
tecnológica. La regulación por factores, por otro lado, pone el foco en el lugar
equivocado. Esto se debe a que, dado que la empresa deberá colocar el filtro de una u
otra manera, ésta buscará minimizar el costo del mismo, por lo cual la innovación de la
empresa apuntará hacia ese objetivo. Sin embargo, la regulación por factores tiene la
ventaja de que es más fácil de observar que la regulación por resultados, por lo cual
usualmente conlleva menores costos para el Estado.
muy probable que la sociedad no esté dispuesta a incurrir en ellos, puesto que implicaría
desatender otras necesidades humanas.
Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ciencias Económicas
Bibliografía