Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Carlos Maturana T.
Universidad de Concepción
2018
A) NACIONALIDAD.
La nacionalidad puede definirse como el “vínculo específico que une a una persona
determinada con un Estado en particular, fija su pertenencia a dicho Estado, le da derecho a
reclamar la protección del mismo y la somete a las obligaciones impuestas por sus leyes”1.
- Toda persona tiene derecho a contar con una nacionalidad. El Derecho rechaza la
situación de las personas apátridas, es decir, que carecen de nacionalidad. Por ello se
consagra como derecho fundamental precisamente el derecho a una nacionalidad y, en caso
de no ser aplicable ninguna otra fuente de nacionalidad, el derecho a la nacionalidad del
Estado en cuyo territorio se nació2.
1
Enciclopedia Jurídica Omeba. Tomo XX, 1963, Buenos Aires, página 34. Citado por Verónica PASTORINI
RIQUELME, Pluralidad de nacionalidades en Chile y su comparación con otras legislaciones. Memoria de
prueba, Universidad de Concepción, 2004, pág. 16.
2
Pacto de San José de Costa Rica, artículo 20, números 1 y 2.
1
- Toda persona tiene derecho a cambiar de nacionalidad3.
También se señalaba, como principio, que toda persona tenía derecho a una sola
nacionalidad, es decir, en general no se aceptaba la pluralidad de nacionalidades. No
obstante, en nuestro sistema, y a partir de la reforma constitucional de la ley Nº 20.050, ese
principio se ha relativizado bastante, como tendremos oportunidad de examinar.
Las fuentes originarias, también llamadas naturales o biológicas, son aquellas que
atribuyen la nacionalidad por el hecho del nacimiento, distinguiéndose el ius (jus) soli (o
derecho del suelo) y el ius (jus) sanguinis (o derecho de la sangre). El ius soli atribuye a la
persona la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nace; en cambio, el ius sanguinis
atribuye a la persona la nacionalidad que los padres tienen al momento del nacimiento,
independientemente del lugar en que este último ha ocurrido.
Las fuentes derivadas, legales o adquiridas, por su parte, asignan a una persona la
nacionalidad de un Estado en razón de circunstancias posteriores al nacimiento. En nuestra
Constitución se consagran la nacionalización por carta y la nacionalización por ley.
También debe señalarse que las fuentes originarias son fuentes por atribución o
imperativas, es decir, asignan o atribuyen la nacionalidad chilena independientemente de la
voluntad de la persona o, más precisamente, de sus padres. Ello no obsta a que, en
determinadas circunstancias, sobre todo tratándose del ius sanguinis, sea necesario efectuar
determinadas tramitaciones para el reconocimiento oficial de la nacionalidad chilena, que
dependen de la voluntad del interesado, pero estas actuaciones no son atributivas de
nacionalidad, sino simplemente declarativas de la misma. Por su parte, las fuentes
derivadas suponen la voluntad del extranjero de obtener la nacionalidad chilena, incluso en
la nacionalización por ley, ya que si bien esta última forma es un acto unilateral del Estado,
que no requiere petición del interesado, lo cierto es que entendemos que debe haber una
voluntad de aceptación del extranjero, dado que no podemos admitir una hipótesis de
imposición de la nacionalidad chilena por ley.
3
Pacto de San José de Costa Rica, artículo 20, número 3.
2
Cabe agregar, aunque resulte evidente, que la obtención de la nacionalidad chilena
no es un requisito de permanencia en el territorio nacional, de manera que un extranjero
puede radicarse definitivamente en Chile sin necesidad de nacionalizarse.
Por último, debe tenerse presente que la Constitución chilena sólo puede determinar
quienes tienen la nacionalidad chilena, pero no le es posible atribuir la nacionalidad de
terceros Estados. Quienes no tengan la condición de chilenos para nuestro derecho serán
simplemente extranjeros, y su nacionalidad efectiva, si la tienen, deberá ser determinada
por aplicación de los otros ordenamientos jurídicos que resulten pertinentes. Por ello, el
artículo 56 del Código Civil prescribe que “Son chilenos los que la Constitución del Estado
declara tales. Los demás son extranjeros”. De este modo, entonces, los apátridas son
también extranjeros para nuestro sistema normativo.
a) Ius soli.
“1º.- Los nacidos en el territorio de Chile, con excepción de los hijos de extranjeros
que se encuentren en Chile en servicio de su Gobierno, y de los hijos de extranjeros
transeúntes, todos los que, sin embargo, podrán optar por la nacionalidad chilena”.
De este modo, para adquirir la nacionalidad chilena por esta fuente es necesario que
se cumplan los siguientes requisitos:
4
La citada disposición establece que “La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al
separarse completamente de su madre.
La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada de su madre,
o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás”.
5
El artículo 593 del Código Civil dispone que El mar adyacente, hasta la distancia de doce millas marinas
medidas desde las respectivas líneas de base, es mar territorial y de dominio nacional. Pero, para objetos
concernientes a la prevención y sanción de las infracciones de sus leyes y reglamentos aduaneros, fiscales, de
3
Ahora bien, junto a los espacios anteriormente indicados, que en su conjunto se
denominan territorio real o físico, la doctrina internacional reconoce ciertos bienes a los
cuales designa como “territorio ficto o ficticio”, por cuanto se asimilan al territorio real, sin
serlo. Hoy en día esta teoría del territorio ficticio tiende a ser sustituida por la doctrina de
las inviolabilidades diplomáticas y de la inmunidad de jurisdicción 6, no obstante lo cual, en
la materia que tratamos, los efectos de una y otra son los mismos.
- Las naves y aeronaves públicas, es decir, del Estado, en cualquier lugar en que
se encuentren7.
- Los edificios de las embajadas y legaciones diplomáticas.
- Las naves y aeronaves privadas, de bandera chilena, que se encuentren en el
territorio del Estado o en, o sobre, según el caso, la alta mar8.
Todos estos requisitos deben darse al momento del nacimiento, sin importar las
situaciones anteriores o posteriores al mismo.
inmigración o sanitarios, el Estado ejerce jurisdicción sobre un espacio marítimo denominado zona contigua,
que se extiende hasta la distancia de veinticuatro millas marinas, medidas de la misma manera.
Las aguas situadas en el interior de las líneas de base del mar territorial, forman parte de las aguas interiores
del Estado”.
Y el artículo 596 agrega que “El mar adyacente que se extiende hasta las doscientas millas marinas contadas
desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial, y más allá de este último,
se denomina zona económica exclusiva. En ella el Estado ejerce derechos de soberanía para explorar,
explotar, conservar y administrar los recursos naturales vivos y no vivos de las aguas suprayacentes al lecho,
del lecho y el subsuelo del mar, y para desarrollar cualesquiera otras actividades con miras a la exploración y
explotación económica de esa zona”.
6
MOLINA GUAITA, Hernán. Derecho Constitucional, edición 2006, obra citada, página 107.
7
Seguimos en este punto a José Luis CEA EGAÑA, Derecho Constitucional Chileno, obra citada, Tomo I,
página 294.Según algunos autores, el concepto se restringe sólo a las naves y aeronaves de guerra.
8
Id. anterior.
4
Ahora bien, se ha señalado que el extranjero debe encontrarse prestando servicios al
Gobierno del Estado cuya nacionalidad posee; ese sería el sentido de la expresión “su
Gobierno”9.
Además, se sostiene que la voz Gobierno debe entenderse referida a los órganos
encargados de las sub funciones ejecutiva, administrativa y política, es decir, en el mismo
sentido que la emplea el Capítulo IV de nuestra Constitución; y no como referencia a todos
los órganos del Estado10.
Derecho de opción.
Ahora bien, para que se adquiera la nacionalidad chilena, la opción debe ser ejercida
en ciertas condiciones, previstas en el D. S. Nº 5.142, de 1960, del Ministerio del Interior,
que fija el texto refundido de las disposiciones sobre nacionalización de extranjeros, y que
son las siguientes11:
- El interesado debe hacer una declaración expresa en el sentido que opta por la
nacionalidad chilena.
- La declaración debe efectuarse dentro del plazo fatal de un año, contado desde que
la persona cumple los 18 años de edad.
9
MOLINA GUAITA, Hernán. Derecho Constitucional, edición 2006, página 109.
10
CEA EGAÑA, José Luis. Derecho Constitucional Chileno, obra citada, Tomo I, página 295.
11
El referido decreto supremo fija el texto refundido del decreto ley N° 747, de 1925, y de ley N° 13.955, de
1960. Ver artículo 10.
,
5
- La declaración debe hacerse ante el Intendente o Gobernador respectivo, en Chile,
o ante el Agente Diplomático o Cónsul de la República en el extranjero.
Efectuada la opción, la persona adquiere la nacionalidad chilena por ius soli. Cabe
precisar que, en nuestra opinión, la persona es chilena por nacimiento, pero no desde el
nacimiento, sino desde la opción, es decir, la adquisición de la nacionalidad no opera con
efecto retroactivo12.
b) Ius sanguinis.
Esta redacción fue fijada por la reforma constitucional del año 2005, que sustituyó
las dos fuentes de ius sanguinis que reconocía el texto original por la fuente única que
acabamos de transcribir.
1.- La persona debe nacer en el extranjero, es decir, fuera del territorio del Estado de
Chile, ya que en caso contrario se aplicaría la fuente del ius soli.
2.- Se requiere que cualquiera de los padres sea chileno, por cualquier fuente.
3.- Se exige, además, que cualquiera de sus ascendientes en línea recta, en primer o
segundo grado, haya adquirido la nacionalidad chilena por ius soli, por carta o por ley, es
decir, por una fuente distinta del ius sanguinis.
Cabe señalar que este último requisito lo puede cumplir uno de los padres y, en caso
de no ser así, se recurre a los ascendientes.
Todos estos requisitos deben existir al momento del nacimiento, siendo irrelevante,
para efectos de la nacionalidad, las situaciones de sus padres y abuelos antes y después de
dicho evento.
12
En sentido contrario, es decir, que se es chileno desde el nacimiento, José Luis CEA EGAÑA, Derecho
Constitucional Chileno, Tomo I, obra citada, página 295.
6
La finalidad del tercer requisito mencionado es evitar que la nacionalidad chilena se
pueda transmitir en el extranjero, por el solo ius sanguinis, de manera indefinida,
limitándose esta posibilidad hasta la segunda generación nacida fuera del país, como
máximo.
La norma en comentario consagra el ius sanguinis en forma más pura que el texto
original, dado que el único elemento que considera, para atribuir la nacionalidad chilena, es
la nacionalidad de los padres y, eventualmente, de los abuelos13.
13
Antes de la reforma del 2005, el ius sanguinis, además del nacimiento en el extranjero y la nacionalidad
chilena de uno de los padres, exigía la prestación de servicios a la República, por uno cualquiera de los
padres, o el avecindamiento por al menos un año en Chile.
7
Este requisito busca garantizar que el extranjero ha permanecido el tiempo
suficiente para crear vínculos con el Estado, que justifiquen el otorgamiento de la
nacionalidad.
3.- Se exige, además, ser titular del permiso de permanencia definitiva. Este
permiso es una autorización otorgada por el Estado a un extranjero, a través del Ministerio
del Interior, que le permite radicarse indefinidamente en el país y ejercer actividades
remuneradas15.
Como aparece de la normativa expuesta, esta fuente opera a solicitud del interesado,
debe haber una manifestación expresa del extranjero en orden a querer obtener la
nacionalidad chilena, y, consecuencialmente, la concesión de la nacionalidad no es un
derecho del extranjero, sino que un privilegio, beneficio o gracia que otorga el Estado17.
Ahora bien, el mismo D. S. Nº 5.142, en su artículo 3º, establece que son inhábiles
para nacionalizarse:
“1. o Los que hayan sido condenados y los que estén actualmente procesados por
simples delitos o crímenes, hasta que se sobresea definitivamente a su respecto.
14
La norma original exigía que la residencia fuera “continuada”, pero tal requisito fue eliminado por la ley N°
20.888. Sin embargo, el mismo artículo 2° del D. S. N° 5.142 sigue disponiendo que “Corresponderá al
Ministro del Interior calificar, atendidas las circunstancias, si viajes accidentales al extranjero han
interrumpido o no la residencia continuada, a que se refiere el inciso precedente”. Entendemos que se trata
simplemente de inconsistencia derivada de una mala técnica legislativa.
15
Ver artículo 41 de la ley de extranjería (D. L. Nº 1.094).
16
No obstante, la ley N° 20.888, de 2016, que modifica los requisitos para obtener la nacionalización, no
eliminó la exigencia de la renuncia a la nacionalidad anterior.
17
En forma excepcional, según lo dispuesto en el artículo 11 del DFL Nº 69, de 1953, del Ministerio de
Hacienda, los extranjeros con visa de inmigración, tienen derecho a la nacionalidad chilena, si durante cinco
años hubieren permanecido ininterrumpidamente en el país, demostrando buenas costumbres, ejercitando
actividades lícitas y siempre que no se encuentren procesados ni hayan sido condenados por delito que
merezca pena aflictiva.
18
Conforme lo dispuesto en la ley Nº 16.436, de 1966, los decretos que otorgan y deniegan la nacionalidad
chilena se firman por el Ministro del Interior bajo la fórmula “Por orden del Presidente de la República”.
8
2. o Los que no estén capacitados para ganarse la vida.
3. o Derogado.
4. o Los que practiquen o difundan doctrinas que puedan producir la alteración
revolucionaria del régimen social o político o que puedan afectar a la integridad nacional.
5° Los que se dediquen a trabajos ilícitos o que pugnen con las buenas costumbres,
la moral o el orden público y, en general, aquellos extranjeros cuya nacionalización no se
estime conveniente por razones de seguridad nacional”.
A lo anterior habría que agregar que son también inhábiles para nacionalizarse los
que hayan perdido la nacionalidad chilena por cualquier causa, ya que ellos, conforme al
artículo 11 de la Constitución, sólo pueden recuperar la nacionalidad chilena por ley.
Como se aprecia de la simple lectura del precepto, también esta es una fuente
graciosa, se concede a voluntad del Estado de Chile, pero, a diferencia de la anterior, no es
necesaria solicitud del extranjero ni está sujeta al cumplimiento de requisitos específicos.
En general no hay diferencia entre los chilenos, en razón de la fuente por la cual
hayan adquirido la nacionalidad.
19
MOLINA GUAITA, Hernán, Derecho Constitucional, 2007, obra citada, página 118.
9
Sin embargo, en algunos aspectos específicos, vinculados al ejercicio de derechos
políticos, el constituyente efectúa algunas diferencias, a saber:
- Sólo los chilenos por ius soli o ius sanguinis pueden ser candidatos a Presidente
de la República (artículo 25).
- Los chilenos por ius sanguinis y los nacionalizados por ley sólo pueden ejercer
los derechos derivados de la ciudadanía después de un año de avecindamiento en
Chile (artículo 13).
- Los nacionalizados por carta tienen opción a cargos públicos de elección popular
sólo después de 5 años de estar en posesión de sus cartas de nacionalización
(artículo 14).
La reforma del año 2005 eliminó la regulación de la doble nacionalidad, por lo que,
hoy en día, esa materia queda entregada exclusivamente a los tratados internacionales
suscritos o que, a futuro, pueda suscribir Chile20.
Al igual que ocurre con las fuentes, el constituyente señala taxativamente las
circunstancias que provocan que una persona pierda la nacionalidad chilena, y se
encuentran contempladas en el artículo 11.
20
El único tratado sobre nacionalidad suscrito por Chile, y que se encuentra vigente, es el del año 1958, con
España.
10
En consecuencia, se pierde la nacionalidad chilena por el hecho de obtener una
nacionalidad extranjera, unido a la circunstancia de renunciar expresamente y
voluntariamente a la nacionalidad chilena. La adquisición de una nacionalidad extranjera
viene a ser la condición necesaria para que la posterior renuncia a la nacionalidad chilena
produzca efectos jurídicos.
Además, la Carta dispone expresamente que la renuncia debe ser voluntaria. De esta
manera, no produce efecto en Chile la renuncia impuesta en país extranjero, como
condición para nacionalizarse en él. Y, por lo mismo, tampoco puede exigirse, en Chile, que
un chileno nacionalizado en el extranjero renuncie a su nacionalidad chilena, es decir,
conforme a la normativa actual, un chileno puede nacionalizarse en el extranjero
manteniendo su nacionalidad chilena.
Por su parte, los servicios pueden ser de cualquier naturaleza, no sólo bélicos (venta
de armas y suministros, espionaje, provisión de tecnología e insumos, etc.), aunque
estimamos que deben excluirse aquellos servicios humanitarios que siempre corresponde
prestar, aunque se trate de enemigos.
Esta causal es aplicable al chileno que lo sea por cualquier fuente y, eventualmente
podría dejar a la persona en condición de apátrida, lo que, en le caso de los chilenos por ius
soli, pugnaría con lo dispuesto en el artículo 20 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, o pacto de San José de Costa Rica, que reconoce a toda persona el
“derecho a una nacionalidad”, agregando que si no tiene otra, la persona tiene derecho a la
nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació.
La ley a que elude el precepto es una ley ordinaria o común, ya que no se exige
quórum especial para su aprobación21.
Recuperación de la nacionalidad.
Dispone el artículo 11, en su inciso final, que los que hubieren perdido la
nacionalidad chilena por cualquiera de las causales establecidas en ese artículo, sólo podrán
ser rehabilitados por ley.
21
Ver ley N° 20.826 que revoca la nacionalidad chilena concedida por gracia a don John Joseph Reilly
(nacionalidad que se le había concedido por ley N° 20.311).
13
que la privación de la nacionalidad se produce por un acto de la autoridad administrativa, y
más específicamente mediante un decreto supremo.
B) CIUDADANIA.
1. REQUISITOS.
14
Esta exigencia encuentra su fundamento en que “la ciudadanía otorga los derechos
políticos, y la nacionalidad es la mayor garantía de fidelidad en el ejercicio de esos
derechos”22.
c) Por último, la Carta exige un requisito negativo, esto es, no haber sido condenado
a pena aflictiva24.
Respecto de las personas que reúnan los dos primeros requisitos mencionados, la
condena opera como una inhabilidad, como un impedimento que obsta a la atribución de la
ciudadanía.
Ahora bien, se señala que el artículo 13 es incompleto en este último punto, por
cuanto, posteriormente, el artículo 17 de la Carta establece como causal de pérdida de la
ciudadanía el haber sido condenado por delito que la ley califique como conducta terrorista,
sin atender a la entidad de la pena. De lo anterior se concluye que si la condena por delito
de terrorismo configura una causal de pérdida de la ciudadanía, aún cuando se trate de una
pena no aflictiva, también debe ser considerada como un impedimento para adquirirla.
22
MOLINA GUAITA, Hernán. Derecho Constitucional, 2006, obra citada, página 131.
23
La Carta de 1925 utilizaba la misma expresión, sin embargo en un principio se entendió que comprendía
sólo a los hombres y que el constituyente había habilitado al legislador para determinar, en el futuro, la
incorporación de las mujeres a la ciudadanía. De hecho, el voto femenino en las elecciones municipales se
consagró recién en 1934 (ley 5.537) y el sufragio en las elecciones presidenciales y parlamentarias se
reconoció en 1949 (ley 9.292).
24
Según el artículo 37, del Código Penal, “Para los efectos legales se reputan aflictivas todas las penas de
crímenes y respecto de las de simples delitos, las de presidio, reclusión, confinamiento, extrañamiento y
relegación menores en sus grados máximos”.
25
Se discute por algunos autores la actual pertinencia de esta exigencia. Por ejemplo, ver Pablo MARSHALL
BARBERÁN, “La pena y la ciudadanía: problemas constitucionales”. En “Estudios Constitucionales”, K.
Cazor y C. Salas, coordinadores, Librotecnia, 2010, página 249 y siguientes.
15
Además, debe recordarse que la Ley de Reforma Constitucional Nº 20.337,
publicada en el Diario Oficial de fecha 4 de abril de 2009, agregó un nuevo inciso segundo
al artículo 18 de la Carta Fundamental, en virtud del cual se ordena al legislador orgánico
establecer “un sistema de registro electoral (...) al que se incorporarán, por el solo
ministerio de la ley, quienes cumplan los requisitos establecidos por esta Constitución”.
Además, otorga el derecho de sufragio pasivo, esto es, el derecho a optar a los
cargos de elección popular. En todo caso, en este aspecto hay que tener presente que para
los cargos de elección popular no basta la sola condición de ciudadano, sino que la
Constitución incorpora mayores exigencias. Así, por ejemplo, para ser candidato a
Presidente de la República es necesario tener 35 años de edad y ser chileno por ius soli o
ius sanguinis.
Estos son los principales derechos que otorga la ciudadanía, no obstante que pueden
mencionarse otros, como el derecho a formar partidos políticos o a actuar como apoderado
de una candidatura en una elección o plebiscito de reforma constitucional.
"Los ciudadanos con derecho a sufragio que se encuentren fuera del país podrán
16
sufragar desde el extranjero en las elecciones primarias presidenciales, en las elecciones de
Presidente de la República y en los plebiscitos nacionales. Una ley orgánica constitucional
establecerá el procedimiento para materializar la inscripción en el registro electoral y
regulará la manera en que se realizarán los procesos electorales y plebiscitarios en el
extranjero, en conformidad con lo dispuesto en los incisos primero y segundo del artículo
18."
3. CARACTERÍSTICAS DE SUFRAGIO.
26
MOLINA GUAITA, Hernán. Derecho Constitucional, 2006, obra citada, página 134.
27
CEA EGAÑA, José L. Derecho Constitucional Chileno, Tomo I, obra citada, página 328.
17
- Es personal, es decir, el elector debe concurrir por sí mismo a emitir su sufragio,
sin que pueda sufragar por intermedio de otra persona.
- Es voluntario.
Otras características del sufragio, que no aparecen expresas en el artículo 15, son las
siguientes:
28
Ley N° 18.556, Orgánica Constitucional sobre Sistema de Inscripciones Electorales y Servicio Electoral.
29
Publicada en el Diario Oficial del 4 de abril de 2009.
30
Señala esta disposición transitoria: “Las reformas introducidas a los artículos 15 y 18 sobre voluntariedad
del voto e incorporación al registro electoral por el solo ministerio de la ley, regirán al momento de entrar en
vigencia la respectiva ley orgánica constitucional a que se refiere el inciso segundo del artículo 18 que se
introduce mediante dichas reformas”.
31
Publicada en el Diario Oficial del 31 de enero de 2012.
18
- Es universal, en cuanto las restricciones para concederlo son mínimas, permitiendo
que un amplio porcentaje de la población puedan ser electores.
- Es directo, dado que en todas las elecciones populares que contempla la Carta, y
en los plebiscitos, el elector vota de un modo inmediato por alguno de los candidatos o de
las opciones en disputa.
A objeto de dar precisión a la causal, y evitar posible abusos, se optó por exigir que
la demencia, en los términos indicados, fuera declarada por resolución judicial, evitando así
la intervención de cualquier otra autoridad. Es decir, no basta la sola demencia para
suspender el derecho de sufragio, sino que debe estar declarada judicialmente.
2.- Por hallarse la persona acusada por delito que merezca pena aflictiva o por delito
que la ley califique como conducta terrorista.
32
Ver Título XXV, del Libro I, del Código Civil, artículos 456 y siguientes.
19
fundamento serio para enjuiciar al imputado contra quien se hubiere formalizado la
misma33.
Ahora bien, para que se produzca la suspensión del derecho de sufragio es necesario
que, alternativamente:
a) La persona sea acusada por delito que merezca pena aflictiva. Se atiende aquí a la
pena asignada al delito.
b) La persona sea acusada por delito que la ley califique como conducta terrorista.
En esta situación sólo importa la naturaleza del delito, sin considerar la pena asignada por
la ley al mismo, la cual podrá ser aflictiva o no aflictiva.
Esta causal se refiere a las personas que han sido sancionadas por el Tribunal
Constitucional por haber tenido participación en los hechos que motivan la declaración de
inconstitucionalidad de un partido, movimiento u organización, según estudiáramos al
analizar el pluralismo ideológico.
Agrega el artículo 16 que “los que por esta causa se hallaren privados del ejercicio
del derecho de sufragio lo recuperarán al término de cinco años, contado desde la
declaración del Tribunal. Esta suspensión no producirá otro efecto legal, sin perjuicio de lo
dispuesto en el inciso séptimo del número 15º del artículo 19”.
33
El artículo 248 del Código Procesal Penal dispone, en lo pertinente, que “Practicadas las diligencias
necesarias para la averiguación del hecho punible y sus autores, cómplices o encubridores, el fiscal declarará
cerrada la investigación y podrá, dentro de los diez días siguientes: a) Solicitar el sobreseimiento definitivo o
temporal de la causa; b) Formular acusación, cuando estimare que la investigación proporciona fundamento
serio para el enjuiciamiento del imputado contra quien se hubiere formalizado la misma, o c) Comunicar la
decisión del ministerio público de no perseverar en el procedimiento, por no haberse reunido durante la
investigación los antecedentes suficientes para fundar una acusación.”
20
2.- Por condena a pena aflictiva. Se atiende aquí a la pena efectivamente impuesta
en la sentencia condenatoria, la cual debe encontrarse, evidentemente, firme o ejecutoriada.
No importa la naturaleza del delito, sólo la pena.
3.- Por condena por delitos que la ley califique como conducta terrorista y los
relativos al tráfico de estupefacientes y que hubieren merecido, además, pena aflictiva.
La nueva redacción de este precepto fue fijada por ley Nº 20.050, y resulta
francamente deficiente.
Para entender el precepto deben distinguirse las dos hipótesis que contempla.
6. REHABILITACIÓN EN LA CIUDADANÍA.
Según la causal que haya operado, la ciudadanía se recupera por alguno de los
siguientes modos:
2.- Los que hubieren perdido la ciudadanía por condena a pena aflictiva, la
recuperarán en conformidad a la ley, una vez extinguida su responsabilidad penal.
3.- Por último, los que hubieren perdido la ciudadanía por condena por delito
calificado por ley como conducta terrorista o por condena a pena aflictiva por delito de
tráfico de estupefacientes, podrán solicitar su rehabilitación al Senado una vez cumplida la
condena.
21
Cabe agregar que no es obligatorio para el Senado el otorgar la rehabilitación, sino
que deberá resolver caso a caso si accede a lo solicitado, en función de las características y
circunstancias específicas invocadas en cada solicitud.
22