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Resumen del documental

“Home”
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE COLOMBIA

(FACULTAD DE INGENIERIA AMBIENTAL)

Oscar Corba R. | Ecología | 13/02/2019


Las especies habitan en la tierra desde hace 4,000 mil millones de años y el homo
sapiens (hombre que piensa), lleva en ella únicamente 200,000 mil años y en
aproximadamente 60 años está acabando con gran parte de las especies que la
habitan.

La tierra en sus inicios era un caos de fuego y polvo como cualquier otro que existe
en el universo, sin embargo, en ésta es en el único lugar en donde existe el milagro
de la vida. Hoy en día, nuestra vida, como seres humanos, es sólo un eslabón de una
cadena que une a innumerables seres vivos que se han ido sucediendo unos a otros.

Un día, la tierra se enfrió, el vapor se condensó transformándose en lluvia y gracias a


que la tierra se encuentra a una distancia óptima del sol, ni muy lejos, ni muy cerca y
gracias a este equilibrio perfecto, la tierra pudo conservar el agua en estado líquido.

En los manantiales calientes del planeta, se originaron las primeras arquebacterias


que se alimentan del calor de la tierra, de todas estas arquebacterias, la zinaobacteria
o alga azul verdosa, es la única q tiene la capacidad de volverse hacia la luz del sol
para captar su energía. Esta bacteria diminuta, es uno de los ancestros de millones
de plantas, y millones de sus descendientes que cambiaron el destino de nuestro
planeta, transformando su atmósfera. Por otro lado, el carbono que antes llenaba el
cielo se aprisionó en las rocas que hoy cubren la tierra, y fue también gracias a que el
carbono desapareció de la tierra, que otra clase de vida pudo originarse.

Es lo orgánico lo que transformó a la atmósfera, el mundo vegetal que se alimenta de


la energía del sol y que permite romper la molécula de agua y tomar el oxígeno que
llena el aire.

El ciclo del agua en la tierra, se repite eternamente, su ciclo nunca se rompe, siempre
hay la misma cantidad de agua en la tierra y es la misma que han bebido todas las
especies que han existido. El agua es capaz de tomar la forma líquida, la gaseosa o
la sólida.

El motor de la vida es el vínculo, todo está vinculado, nada se basta a sí mismo, el


agua y el aire son inseparables, están unidos de por vida y por nuestra vida en la
tierra, todo se comparte. El 70% del oxígeno que entra a nuestros pulmones, proviene
de las algas que colorean los océanos. Nuestra vida proviene de un equilibrio en
donde cada uno tiene su lugar y uno solo existe, gracias a la existencia del otro.

Los corales nacen de la unión de las algas y las conchas, y aunque cubren menos del
1% del océano, albergan miles de especies de peces, algas y moluscos. El equilibrio
de todos los océanos, depende de los corales.

En la cadena de las especies, el árbol, es un logro en sí, ya que tardó más de 4 mil
millones de años en formarse, se alimenta y crece de la luz, capta su energía, la
acumula y la transforma en madera y hojas, formándose los suelos.

En los suelos viven los microorganismos que fabrican el humus, manto fértil al cual
toda forma de vida está vinculada. En los suelos, se formaron familias de animales
que perduran de generación en generación. Algunos de los animales se han adaptado
a la naturaleza de su pasto y su pasto se adaptado a ellos, cada cual, sale ganando.
El animal puede saciar su hambre y el árbol puede retoñar.

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Es entonces cuando aparece el homo sapiens, quien disfruta de la herencia fabulosa
de más de 4 mil millones de años de creación de especies que se han desarrollado,
cada una a su ritmo y tan sólo en 200 mil años en la tierra, y en menos de 60 con la
deforestación y consumo irracional de recursos y energía vino a cambiar la faz del
mundo.

Sin embargo, el carbón, el gas y el petróleo liberaron al hombre del trabajo de la tierra,
con el petróleo, algunos hemos conocido un confort, del cual, la humanidad jamás se
había beneficiado.

En 60 años, hemos modificado la tierra más rápido que todos los hombres que nos
han precedido, la población se ha triplicado, y se ha ido a las ciudades, todo se
acelera.

La ciudad de Nueva York es el símbolo de la explotación de todas las energías que


ofrece la tierra al genio de los hombres. En el campo las máquinas nos reemplazan,
un litro de petróleo produce la energía de 100 pares de brazos durante 24 horas. La
agricultura se vale de pesticidas y miles de productos tóxicos, abonos y plásticos que
dañan a la naturaleza, a la humanidad y a sus especies para ser más productiva. Las
especies que llevaban miles de años en determinados lugares, han sido
reemplazadas por especies más productivas, es así como en un siglo tres cuartos de
las variedades, han desaparecido.

Cuando más se desarrolla un país, más carne consumen sus habitantes, para fabricar
carne más rápido, los animales se alimentan de cereales que se transforman en
toneladas de carne. Nuestra agricultura, se ha convertido en una agricultura petrolera,
que nos ha permitido alimentar a un número dos veces mayor de seres humanos en
el planeta, pero ha reemplazado la diversidad por la estandarización.

Sabemos que el fin del petróleo se acerca, pero nos negamos a creerlo, las ciudades
con casas estandarizadas como Los Ángeles se han convertido en el modelo a seguir
gracias a la televisión, el automóvil se ha convertido en el símbolo del bienestar y del
progreso. Cuanto más se desarrolla el mundo, más aumenta la sed de energía y las
máquinas cada vez más rápido, arrancan a la tierra lo que se ha creado en miles de
millones de años.

Desde 1950, los intercambios internacionales, se han multiplicado por veinte, el 90%
de los intercambios se realizan por vía marítima, se transportan 500 millones de
contenedores al año y sus destinos son los grandes centros de consumo del mundo,
como Dubái, país que no cuenta con recursos naturales, ni agua pero puede lograr
traer todo al país a un precio energético muy elevado porque tiene petróleo.
Dubái es el nuevo faro de todo el dinero del mundo, nada parece más alejado de la
naturaleza, y a la vez nada depende más de la naturaleza.

No hemos tomado conciencia de que estamos tomando lo que la naturaleza, nos


ofrece. Desde 1950, el volumen de pesca, ha subido de 18 a 100 millones de
toneladas por año, 5 veces más, miles de barcos fábricas vacían los océanos y las
especies de gran tamaño están desapareciendo porque no les da tiempo de
reproducirse. Estamos rompiendo el ciclo de una vida que se nos había ofrecido, el
pescado escasea, siendo el alimento base de uno de cada cinco hombres en este
planeta.

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Los recursos son escasos para millones de hombres que viven en el desierto donde
escasea el agua y el agua fósil se agota. Las necesidades de agua aumentan cada
vez más con las exportaciones. En el planeta uno de cada diez ríos no alcanza a llegar
al mar durante varios meses al año. India es el país más afectado por la escasez de
agua, sin embargo, en Las Vegas se consumen entre 800 y mil litros de agua al día y
por persona. Los pantanos son medios indispensables para regenerar y purificar el
agua y en nuestra carrera por conquistar tierras, los hemos acaparado.

La tierra ya no puede seguir a este paso desenfrenado, todo está vivo y todo está
vinculado, el aire, el agua, el fuego, los árboles, toda la magia del mundo que se realiza
ante nuestros ojos.

Los árboles y selvas son una de las piezas angulares del equilibrio climático, del cual
dependemos todos. De las selvas vienen las sustancias que nos curan, pero en 40
años, la selva Amazónica, ha perdido una quinta parte de sus dimensiones para
alimentar el ganado de otras partes del mundo. La deforestación de los bosques está
acabando con los ciclos orgánicos. La deforestación destruye lo esencial para producir
lo superfluo.

En la Isla de Pascua, se explotaron los recursos hasta el final, su civilización no


sobrevivió a ello. Fueron brillantes en todos sentidos, pero fueron víctimas de la
deforestación y agotamiento de los recursos porque no reaccionaron a tiempo.

Desde 1950, la población se ha triplicado y hemos modificado nuestra tierra más que
en nuestros 200 mil millones de años en ella. La mitad de los pobres viven en países
ricos en recursos, pero nuestra forma de desarrollo no ha cumplido para nada sus
promesas, en 50 años, la pobreza ha aumentado como nunca y la mitad de la riqueza
mundial está en manos del 2% de la población.

Semejantes desigualdades son las que provocan el desplazamiento de personas a


lugares urbanos, todos ellos, motivados por la pobreza, no por la riqueza. Uno de cada
seis seres humanos vive en condiciones insalubres y precarias. El hambre aumenta y
mil millones de personas es víctima de ello.

El consumo de energía y agua es catastrófico y nada parece más urgente que vaciar
los pozos de petróleo, exigimos cada vez más combustibles.

La atmósfera se está calentando con la gran cantidad de dióxido de carbono que


producimos con nuestras actividades. Hemos trastornado el equilibrio climático de la
tierra, esto se ve claramente en los polos que se derriten a pasos agigantados. En el
polo norte la banquisa ha perdido el 30% de la superficie en 30 años y el agua dulce
de todo un continente se añade al agua salada de los océanos. En el Himalaya y el
Kilimanjaro están desapareciendo las nieves y los glaciares que desembocan en los
ríos más importantes y son su fuente de agua más importante. Las sequías aumentan
y el equilibrio climático que ha permitido nuestro desarrollo está totalmente
perturbado.

El nivel del agua sube y todo se está desajustando, los corales están desapareciendo,
siendo uno de los principales eslabones de las especies, el ciclo de los vientos y las
lluvias se ha alterado, la geografía de los climas cambia y los habitantes amenazados
buscan nuevas tierras para instalarse.

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Estemos donde estemos las repercusiones de nuestras acciones afectan a cada lugar
de la tierra, a la humanidad sólo nos quedan 10 años para revertir todo esto, estamos
rompiendo la unión en nuestra tierra y somos los únicos responsables de este
desbalance. Las consecuencias de nuestras acciones son descomunales, y otros
pagan el precio sin ser responsables. Seamos consumidores responsables y
pensemos en lo que compramos. Estemos donde estemos las repercusiones de
nuestras acciones afectan a cada lugar de la tierra.

Conclusiones

La industria petrolera y la economía por así llamarla, ha terminado por reemplazar la


biodiversidad del mundo por la estandarización de productos más comerciales y
fácilmente manejables, llevándose a su paso miles de especies que dependían de la
biosfera original. Como consecuencia de esta locura consumista los bosques se
trasforman en sembradíos, los polos se derriten, Siberia no retendrá más de diez años
el metano en su permafrost, ¼ de las especies estarán en peligro de extinción, el agua
se acaba y la esperanza de vida saludable muere. Como humanos deberíamos pensar
que es un poco tarde y que muchas consecuencias son ya imparables, pero esas
mismas consecuencias serán las que abran los ojos y despierten la responsabilidad
inadecuada por parte de nosotros. Mientras se debe seguir concienciando a todos los
que podamos, mostrando, hablando y participando desde nuestros hogares para
reducir estos efectos humanos que producimos.

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