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ALTERACIONES COGNITIVAS:
Atención: Incapacidad para la detección, focalización y mantenimiento del nivel de
vigilacia; distractibilidad; disminución de la capacidad y velocidad de procesamiento de la
información; problemas para prestar atención de manera simultánea o sucesiva a los
estímulos. Es importante evaluar atención sostenida, selectiva, dividida, alternante,
velocidad de procesamiento y control mental. Las dificultades de atención están
relacionadas con lesiones del lóbulo frontal.
Especial interés merece un síndrome que actualmente se considera un problema de atención
y que por ese motivo describo en este apartado. Se trata del Síndrome de negligencia que
implica la incapacidad de un paciente para atender, orientarse, representar o responder a los
estímulos situados en el hemicampo contralateral al lado de la lesión cerebral en ausencia
de déficit sensorial o motor que pueda explicarlo (Heilman et al., 1993). Ignoran de forma
selectiva todo lo que sucede sobre el lado afectado (actualmente se considera un problema
de atención, por eso la importancia de hablar y estimular al paciente desde el lado afectado,
intentando que tome conciencia de que existe ese hemicampo). Al tratarse de un síndrome
que aparece especialmente en lesiones parietales derechas, se habla del Síndrome de
heminegligencia izquierda.
Memoria: Incapacidad o dificultad para el registro, mantenimiento, consolidación, recuerdo
y/o recuperación de la información. Dificultades para el aprendizaje y adquisición de nueva
información. Debemos valorar la capacidad de aprendizaje y memoria, la memoria visual y
la auditiva-verbal (para poder trabajar posteriormente las estrategias más eficaces para la
personas).
Lenguaje: alteraciones adquiridas que pueden afectar a toda la capacidad lingüística o a
áreas concretas (denominación, repetición, comprensión, etc). Son características las afasias
(Wernicke, Broca, Nominal, Transcortical, de Conducción). Se conoce también la alexia,
agrafía y acalculia. El 34% de los pacientes que padecen un ictus presentan una afasia en la
fase aguda y al cabo de un año, dos tercios de estos pacientes mantienen algún defecto del
lenguaje. Afasia y depresión están muy relacionados (tres meses y un año después del ictus,
el 70% y el 62% de los afásicos cumplen criterios de depresión).
Es importante explorar estas áreas: Habla espontánea, denominación, compresión auditiva,
repetición, lectura, escritura. El profesional especializado en estas alteraciones es el
logopeda.
Praxias: Se produce una incapacidad para realizar movimientos aprendidos, secuenciados y
coordinados dirigidos a un fin que no puede ser explicada por alteraciones elementales
sensitivas o motoras. El déficit puede implicar planificación, secuenciación o ejecución del
movimiento. Incapacidad en la captación, estructuración y manejo del espacio (apraxias
ideacionales, ideomotoras, visuoconstructivas y del vestido). La intervención iría
encaminada a que los pacientes vuelvan a automatizar los pasos a seguir al realizar las
tareas; es importante empezar por actividades sencillas, descomponerlas e ir reforzando
mediante la repetición hasta que la persona los vaya integrando de nuevo.
Percepción: a pesar de que hay una gran variedad de déficit, los más significativos y
comunes son:
Alteración de la imagen corporal: dificultades para percibir la localización y la
relación de las partes del cuerpo; dichas alteraciones afectan al movimiento voluntario
y ejecución de la tarea ya que suponen la falta de conciencia de una parte del cuerpo
(anosognosia).
Déficits espaciales: incapacidad para manejar conceptos como arriba, abajo, detrás,
etc.En muchos casos hay que realizar modificaciones ambientales en el domicilio para
facilitar el contacto con el entorno. Las técnicas de compensación son importantes.
Agnosia que supone la incapacidad de identificación, reconocimiento e integración de
la información que no dependen de alteraciones elementales perceptivas. Dependiendo
de la modalidad la agnosia puede ser sensorial (agnosia visual, ceguera cortical,
agnosia auditiva, amusias, sordera cortical, agnosia digital), espacial (de la propia
persona y del entorno) y de los símbolos abstractos (habla, escritura, lectura). Uno de
los déficits visuales más comunes es la hemianopsia (incapacidad de ver parte de su
campo visual mientras dirige la mirada directamente hacia delante).