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ARISTARCO DE SAMOS
(Samos, actual Grecia, 310 a.C. - Alejandría, actual Egipto, 230 a.C.)
Astrónomo griego. Pasó la mayor parte de su vida en Alejandría. De
la obra científica de Aristarco de Samos sólo se ha conservado De la
magnitud y la distancia del Sol y de la Luna. En ella calculó que la
Tierra se encuentra unas 18 veces más distante del Sol que de la
Luna, y que el Sol era unas 300 veces mayor que la Tierra.
Aristarco perfeccionó además la teoría de la rotación de la Tierra sobre su propio eje, explicó el ciclo
de las estaciones y realizó nuevas y más precisas mediciones del año trópico.
ARQUÍMEDES
En torno a él tejieron la trama de una figura legendaria primero sus conciudadanos y los romanos,
después los escritores antiguos y por último los árabes; ya Plutarco atribuyó una «inteligencia
sobrehumana» a este gran matemático e ingeniero.
Una de las proposiciones iniciales de su obra Sobre los cuerpos flotantes, pionera de la hidrostática,
que sería estudiada cuidadosamente por los fundadores de la ciencia moderna, entre ellos Galileo.
Corresponde al famoso principio de Arquímedes (todo cuerpo sumergido en un líquido experimenta
un empuje hacia arriba igual al peso del volumen de agua que desaloja), y, como allí se explica,
haciendo uso de él es posible calcular la ley de una aleación.
En la obra Sobre la esfera y el cilindro utilizó el método denominado de exhaustión, precedente del
cálculo integral, para determinar la superficie de una esfera y para establecer la relación entre una
esfera y el cilindro circunscrito en ella. Este último resultado pasó por ser su teorema favorito, que
por expreso deseo suyo se grabó sobre su tumba, hecho gracias al cual Cicerón pudo recuperar la
figura de Arquímedes cuando ésta había sido ya olvidada.
Según se dice, los ingenios bélicos cuya paternidad le atribuye la tradición permitieron a Siracusa
resistir tres años el asedio romano, antes de caer en manos de las tropas de Marcelo. Mientras
saqueaban Siracusa los soldados de Marcelo, que al fin habían conseguido expugnar la ciudad, el
viejo matemático estaba meditando, olvidado de todo, en sus problemas de geometría.
Sorprendido por un soldado que le preguntó quién era, Arquímedes no le respondió, o, según otra
versión, le respondió irritado que no le molestara ni le estropeara los dibujos que había trazado en
la arena; y el soldado, encolerizado, lo mató. Marcelo se entristeció mucho al saberlo y mandó que
le levantaran un monumento, sacando su figura del tratado Sobre la esfera y del cilindro. Cicerón
reconoció por esta figura, muchos años más tarde, su tumba olvidada.
HIPARCO
Hiparco de Nicea comparó la posición de las estrellas de su tiempo con los resultados obtenidos
siglo y medio antes por Timocharis, y calculó que la diferencia era mayor de lo que cabría esperar
de posibles errores en la medición (concretamente, de 45 segundos de arco en un año, valor muy
próximo a los 50,27 segundos aceptados actualmente), y dedujo que tal diferencia no era debida al
movimiento de las estrellas, sino al movimiento o precesión de este a oeste del punto equinoccial
(es decir, el punto de intersección de la eclíptica con el ecuador celeste). Precisó el período del año
solar en 365 días y 6 horas.
Se sabe poco acerca de los instrumentos que utilizaba para sus observaciones, aunque Tolomeo
le atribuye la invención de un teodolito que mejoró la medición de los ángulos. En el campo de la
geografía destacan sus trabajos sobre trigonometría esférica, gracias a los cuales le fue posible
precisar la localización de puntos en la superficie terrestre por medio de su latitud y longitud.
CLAUDIUS PTOLOMEO
Utilizando los datos recogidos por sus predecesores, especialmente por Hiparco, Tolomeo
construyó un sistema del mundo que representaba con un grado de precisión satisfactoria los
movimientos aparentes del Sol, la Luna y los cinco planetas entonces conocidos, mediante recursos
geométricos y calculísticos de considerable complejidad; se trata de un sistema geocéntrico según
el cual la Tierra se encuentra inmóvil en el centro del universo, mientras que en torno a ella giran,
en orden creciente de distancia, la Luna,
Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y
Saturno.
Entre las demás obras de Tolomeo figura la Óptica, en cinco volúmenes, que versa sobre la teoría
de los espejos y sobre la reflexión y la refracción de la luz, fenómenos de los que tuvo en
consideración sus consecuencias sobre las observaciones astronómicas. Se le atribuye también la
autoría de un tratado de astrología, el Tetrabiblos, que presenta las características de otros escritos
suyos y que le valió buena parte de la fama de que gozó en la Edad Media.
NICOLÁS COPÉRNICO
Consciente de la novedad de sus ideas y temeroso de las críticas que podían suscitar al hacerse
públicas, Copérnico no llegó a dar la obra a la imprenta. Su publicación se produjo gracias a la
intervención de un astrónomo protestante, Georg Joachim von Lauchen, conocido como Rheticus,
quien visitó a Copérnico de 1539 a 1541 y lo convenció de la necesidad de imprimir el tratado, de
lo cual se ocupó él mismo. La obra apareció pocas semanas antes del fallecimiento de su autor; iba
precedida de un prefacio anónimo, obra del editor Andreas Osiander, en el que el sistema
copernicano se presentaba como una hipótesis, a título de medida precautoria y en contra de lo que
fue el convencimiento de Copérnico.
La teoría heliocéntrica
El modelo heliocéntrico de Nicolás Copérnico fue una aportación decisiva a la ciencia del
Renacimiento. La concepción geocéntrica del universo, teorizada por Tolomeo, había imperado
durante catorce siglos. Si bien le cabe a Copérnico el mérito de iniciar la obra de destrucción de la
astronomía tolemaica, en realidad su objetivo fue muy limitado y tendía sólo a una simplificación del
sistema tradicional, que había llegado ya a un estado de insoportable complejidad. En la evolución
del sistema tolemaico, el progreso de las observaciones había hecho necesarios unos ochenta
círculos (epiciclos, excéntricos y ecuantes) para explicar el movimiento de siete planetas errantes,
sin aportar, pese a ello, previsiones lo suficientemente exactas. Dada esta situación, Copérnico
intuyó que la hipótesis heliocéntrica eliminaría muchas dificultades y haría más económico el
sistema; bastaba con sustituir la Tierra por el Sol
como centro del universo, manteniendo intacto el
resto del esquema.
GALILEO GALILEI
Un deseo que al fin comenzaba a materializarse, pues fue en la Universidad de Pisa donde se
inscribió para estudiar medicina; institución donde también recibió formación académica en filosofía
y matemáticas, mostrando grandes habilidades en esta última disciplina. Fue notorio su descontento
por la corriente de pensamiento aristotélica, doctrina científica influyente en la Edad Media.
La mente inquieta e ingeniosa de Galileo lo llevó a descubrir en su etapa estudiantil, la Ley que rige
el movimiento del péndulo, pero a pesar de tan grande logro y por inconvenientes con algunos de
sus profesores no tuvo más opción que retirarse de la universidad sin haber obtenido su título.
La física, matemática y experimentación siguen latentes en el espíritu inquieto de Galilei, es por eso
que no se detiene y sigue avanzando. Empieza a dar clases en la Universidad de Pisa y en la
Universidad de Padua, es durante este tiempo donde se acrecienta aún más su interés por la
astronomía.
La bomba de agua y las leyes de los movimientos de los cuerpos, son inventos que pudo desarrollar
por su amor en lo que hacía y al contar una mente brillante; sobre todo en el área de la física.
La invención del telescopio en Holanda, en 1609; fue un detonante sin lugar a dudas para Galileo,
esto lo motivó a construir uno de esos aparatos. Pero no fue una tarea sencilla de realizar, sus
conocimientos no eran los requeridos para tan ardua labor, sin embargo, intentó una y otra vez,
hasta que poco a poco los descubrimientos que pudo realizar alterarían drásticamente la
compresión astronómica de aquellos tiempos.
Pudo descubrir que los cielos no eran perfectos, algo que contradecía la doctrina aristotélica, pues
esta decía que los cielos eran perfectos e inmutables y que en conjunto giraban alrededor de la
tierra, tal como lo indicó Claudio Ptolomeo.
Galileo, demostró que el modelo de Copérnico era el más correcto, según sus observaciones;
especificó que tanto la tierra como los planetas, giraban todos alrededor del sol. Sus aseveraciones
le otorgaron gran prestigio y a su vez, le ocasionaron fuertes enemistades. La hipótesis heliocéntrica
de Copérnico en 1616, es censurada por la Inquisición.
Esto no lo detuvo, siguió adelante y defendiendo sus observaciones y deducciones como certeras.
Como era de esperarse sus enemigos no contentos con todo lo que Galileo había revolucionado,
lograron juzgarlo en 1633 y es condenado de por vida, a pagar arresto domiciliario.
Escribió algunas obras relacionadas con la mecánica, no puede seguir trabajando desde 1638 pues
quedó ciego. Fallece en Florencia Italia el 8 de enero de 1642.
JOHANNES KEPLER
En 1611 fallecieron su esposa y uno de sus tres hijos; poco tiempo después, tras el óbito del
emperador y la subida al trono de su hermano Matías de Habsburgo, fue nombrado profesor de
matemáticas en Linz. Allí residió Kepler hasta que, en 1626, las dificultades económicas y el clima
de inestabilidad originado por la guerra de los Treinta Años lo llevaron a Ulm, donde supervisó la
impresión de las Tablas rudolfinas, iniciadas por Brahe y completadas en 1624 por él mismo
utilizando las leyes relativas a los movimientos planetarios que aquél estableció. En 1628 pasó al
servicio de Albrecht von Wallenstein, en Sagan (Silesia), quien le prometió, en vano, resarcirle de
la deuda contraída con él por la Corona a lo largo de los años. Un mes antes de morir, víctima de
la fiebre, Kepler había abandonado Silesia en busca de un nuevo empleo.
La primera etapa en la obra de Kepler, desarrollada durante sus años en Graz, se centró en los
problemas relacionados con las órbitas planetarias, así como en las velocidades variables con que
los planetas las recorren, para lo que partió de la antigua concepción de la escuela de Pitágoras,
según la cual el mundo se rige en base a una armonía preestablecida. Tras intentar una solución
aritmética de la cuestión, creyó encontrar una respuesta geométrica relacionando los intervalos
entre las órbitas de los seis planetas entonces conocidos con los cinco sólidos regulares. Juzgó
haber resuelto así un «misterio cosmográfico» que expuso en su primera obra, Mysterium
cosmographicum (El misterio cosmográfico, 1596), de la que envió un ejemplar a Brahe y otro
a Galileo, con el cual mantuvo una esporádica relación epistolar y a quien se unió en la defensa de
la causa copernicana.
Durante el tiempo que permaneció en Praga, Kepler realizó una notable labor en el campo de la
óptica: enunció una primera aproximación satisfactoria de la ley de la refracción, distinguió por vez
primera claramente entre los problemas físicos de la visión y sus aspectos fisiológicos y analizó el
aspecto geométrico de diversos sistemas ópticos.
Pero el trabajo más importante de Kepler fue la revisión de los esquemas cosmológicos conocidos
a partir de la gran cantidad de observaciones acumuladas por Brahe (en especial, las relativas a
Marte), labor que desembocó en la publicación, en 1609, de la Astronomia nova (Nueva
astronomía), la obra que contenía las dos primeras leyes llamadas de Kepler, relativas a la
elipticidad de las órbitas y a la igualdad de las áreas barridas, en tiempos iguales, por los radios
vectores que unen los planetas con el Sol.
Culminó su obra durante su estancia en Linz, en donde enunció la tercera de sus leyes, que
relaciona numéricamente los períodos de revolución de los planetas con sus distancias medias al
Sol; la publicó en 1619 en Harmonices mundi (Sobre la armonía del mundo), como una más de las
armonías de la naturaleza, cuyo secreto creyó haber conseguido desvelar merced a una peculiar
síntesis entre la astronomía, la música y la geometría.
EVANGELISTA TORRICELI
Tras muchas observaciones, concluyó que las variaciones en la altura de la columna de mercurio
se deben a cambios en la presión atmosférica. Nunca llegó a publicar estas conclusiones, dado que
se entregó de lleno al estudio de la matemática pura, incluyendo en su labor cálculos sobre la
cicloide y otras figuras geométricas complejas.
En su obra Opera geometrica, publicada en 1644, expuso también sus hallazgos sobre fenómenos
de mecánica de fluidos y sobre el movimiento de proyectiles.
ISAAC NEWTON
(Woolsthorpe, Lincolnshire, 1642 - Londres, 1727) Científico inglés. Fundador de la física clásica,
que mantendría plena vigencia hasta los tiempos de Einstein, la obra de Newton representa la
culminación de la revolución científica iniciada un siglo antes por Copérnico. En sus Principios
matemáticos de la filosofía natural (1687) estableció las tres leyes fundamentales del movimiento y
dedujo de ellas la cuarta ley o ley de gravitación universal, que explicaba con total exactitud las
órbitas de los planetas, logrando así la unificación de la mecánica terrestre y celeste.
Hijo póstumo y prematuro, su madre preparó para él un destino de granjero; pero finalmente se
convenció del talento del muchacho y le envió a la Universidad de Cambridge, en donde hubo de
trabajar para pagarse los estudios. Allí Newton no destacó especialmente, pero asimiló los
conocimientos y principios científicos y filosóficos de mediados del siglo XVII, con las innovaciones
introducidas por Galileo Galilei, Johannes Kepler, Francis Bacon, René Descartes y otros.
Tras su graduación en 1665, Isaac Newton se orientó hacia la investigación en física y matemáticas,
con tal acierto que a los 29 años ya había formulado teorías que señalarían el camino de la ciencia
moderna hasta el siglo XX; por entonces había ya obtenido una cátedra en su universidad (1669).
Protagonista fundamental de la «Revolución
científica» de los siglos XVI y XVII y padre de la
mecánica clásica, Newton siempre fue remiso a dar
publicidad a sus descubrimientos, razón por la que
muchos de ellos se conocieron con años de retraso.
Newton coincidió con Leibniz en el descubrimiento
del cálculo integral, que contribuiría a una profunda
renovación de las matemáticas; también formuló el
teorema del binomio (binomio de Newton).
La mecánica newtoniana
De estas tres leyes dedujo una cuarta, que es la más conocida: la ley de la gravedad, que según la
leyenda le fue sugerida por la observación de la caída de una manzana del árbol. Descubrió que la
fuerza de atracción entre la Tierra y la Luna era directamente proporcional al producto de sus masas
e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa, calculándose dicha fuerza
mediante el producto de ese cociente por una constante G; al extender ese principio general a todos
los cuerpos del Universo lo convirtió en la ley de gravitación universal.
La mayor parte de estas ideas circulaban ya en el ambiente científico de la época; pero Newton les
dio el carácter sistemático de una teoría general, capaz de sustentar la concepción científica del
Universo durante más de dos siglos. Si todavía en nuestros días resulta admirable la elegancia y
sencillez de la mecánica newtoniana, puede imaginarse el deslumbramiento que produjo en sus
contemporáneos aquella clarificación de un vasto conjunto de fenómenos; así lo expresó un
compatriota suyo, el poeta Alexander Pope: "La Naturaleza y sus leyes yacían ocultas en la noche,
pero dijo Dios: ¡Hágase la luz!, y nació Isaac Newton".
Hasta que terminó su trabajo científico propiamente dicho (hacia 1693), Newton se dedicó a aplicar
sus principios generales a la resolución de problemas concretos, como la predicción de la posición
exacta de los cuerpos celestes, convirtiéndose en el mayor astrónomo del siglo. Sobre todos estos
temas mantuvo agrios debates con otros científicos (como Edmund Halley, Robert Hooke, John
Flamsteed o el citado Leibniz), en los que encajó mal las críticas y se mostró extremadamente
celoso de sus posiciones.
Como profesor de Cambridge, Newton se enfrentó a los abusos de Jacobo II contra la universidad,
lo cual le llevó a aceptar un escaño en el Parlamento surgido de la «Gloriosa Revolución» (1689-
90). En 1696 el régimen le nombró director de la Casa de la Moneda, buscando en él un
administrador inteligente y honrado para poner coto a las falsificaciones. Volvería a representar a
su universidad en el Parlamento en 1701. En 1703 fue nombrado presidente de la Royal Society de
Londres. Y en 1705 culminó la ascensión de su prestigio al ser nombrado caballero.
Vuelto a la patria, Julius von Mayer se estableció en su ciudad natal y ejerció como cirujano. Durante
su tiempo libre profundizó las observaciones llevadas a cabo en Java, y estudió la relación entre el
calor animal y el trabajo efectuado. Divulgó los resultados en su obra Fuerzas de la naturaleza
inorgánica, aparecida en los anales Woehler's und Liebig's Annalen der Chemie en 1842, en la cual
exponía un nuevo sistema para el cálculo del equivalente mecánico del calor.
Tres años más tarde dio a conocer El movimiento orgánico en relación con el metabolismo (1845),
trabajo en que formulaba el primer principio de la termodinámica; sin embargo, otros científicos
como Helmholtz y Joule reclamaron como propia y anterior la paternidad del descubrimiento, lo que
le sumiría en la depresión, llegando incluso a intentar quitarse la vida en 1850. Sólo póstumamente
se reconoció el valor de sus aportaciones, y actualmente es considerado como uno de los
fundadores de la termodinámica. Los textos de Julius von Mayer quedaron reunidos en el
volumen La mecánica del calor (1867 y 1893).
Inventó el motor eléctrico, pudo demostrar que al fluir por un conductor una corriente eléctrica,
aumenta su temperatura y pudo encontrar relación entre el calor disipado y la corriente eléctrica que
atraviesa una resistencia.
Junto a William Thomson, físico de profesión, descubrió que la temperatura de un gas baja cuando
se expande sin efectuar ningún trabajo. Fenómeno el cual se conoce como efecto Joule-Thomson,
necesario en la refrigeración y el sistema de aire acondicionado.
Luego de enviar en 1840, a la Royal Society un manuscrito donde se nombraba la ley que hoy
conocemos como ley de Joule, solo se publicó un resumen muy breve. Esto no lo desalentó, Joule
continuó pacientemente sus experimentos y logro excelentes resultados en el tema de la energía,
demostrando la equivalencia entre la energía mecánica y el calor.
El físico alemán logró determinar que los rayos se propagaban en línea recta, y también demostrar
que eran de alta energía, pues ionizaban el aire y no se desviaban por los campos eléctricos y
magnéticos. Al no presentar ninguna de las propiedades comunes de la luz, como la reflexión y la
refracción, W. C. Roentgen pensó erróneamente que estos rayos no estaban relacionados con ella.
En razón, pues, de su extraña naturaleza, denominó a este tipo de radiación rayos X.
El descubrimiento de los rayos X supuso una revolución en los campos de la física y la medicina, y
buena parte del mundo científico se volcó en su estudio. Su descubrimiento hizo que la radiología
fuera contemplada como una rama de la ciencia y señaló el comienzo de la era de la electrónica,
además de proveer a la medicina de un nuevo método de diagnóstico.
Por otra parte, los bulos acerca de las extraordinarias propiedades de los rayos X tuvieron un gran
impacto social. Algunos ignorantes detractores intentaron vetarlos (decían que con ellos era posible
ver a las mujeres desnudas), y los mercachifles se aprovecharon del desconocimiento general, al
extremo de que varios fabricantes de ropa interior se enriquecieron notablemente vendiendo
prendas anti-rayos X. El absurdo llegó hasta los legisladores; en el estado de Nueva Jersey se
prohibió instalar rayos X en los gemelos de teatro para salvaguardar la intimidad de las coristas.
Thomas empezó a recibir clases en la escuela pública en 1854, sus maestros se quejaban
continuamente pues era un niño inquieto y distraído, por esta razón, su madre lo retiró de la escuela
y empezó a recibir enseñanza en casa. Pero poseía un espíritu sediento de conocimiento y empezó
a leer libros de diferentes temas.
Toda esta situación lo llevó a desarrollar un proceso de auto-educación y aprendizaje que ejercía
de manera independiente, algo que marcó su vida y lo llevó a ir en contra de aquellos que obtenían
títulos universitarios; Nikola Tesla, fue una de las personas con quien sostuvo una rivalidad
encarnizada, por esta razón.
Un heroico acto, al salvar a un pequeño de apenas tres años, hijo de un telegrafista de morir
arrollado por un tren; incentivo al padre de este pequeño en agradecimiento por tan noble labor, a
enseñarle a Thomas, el oficio de telegrafista; el cual desempeñó por cinco años y simultáneamente
viajó por todo el Oeste Americano trabajando como telegrafista itinerante.
Trabajó en The Associated Press, allí se desenvolvió sin problema alguno, pero la tecnología
avanzaba y los clics permitían que los telegrafistas pudieran leer los mensajes por el sonido, lo cual
afectó y dejó en desventaja a Thomas, reduciendo sus expectativas laborales.
En 1868, viaja a Indianápolis y consigue un empleo en la Western Union Company, empresa con la
cual su vida se vincularía estrechamente. Fue en ese mismo año en el que logra patentar una
máquina para contar votos, pero para un grupo de congresistas estadounidenses, este invento no
aportaba nada.
En 1880, se asocia con el multimillonario John Pierpont Morgan, y es así como se crea la General
Electric. Luego en 1887, construyó un laboratorio de investigación industrial en Nueva Jersey y de
ahí en adelante surgieron muchos otros inventos más.
A los 84 años y a causa de complicaciones con la diabetes, muere Thomas, en su casa de West
Orange en Nueva Jersey, el 18 de octubre de 1931.
NICOLA TESLA
(Smiljan, actual Croacia, 1856 - Nueva York, 1943) Físico estadounidense de origen serbio. Estudió
en las universidades de Graz (Austria) y Praga. Después de haber trabajado en varias industrias
eléctricas en París y en Budapest, se trasladó a Estados Unidos (1884), donde trabajó a las órdenes
de Thomas A. Edison, entonces partidario de la corriente eléctrica continua.
Sus invenciones y patentes se sucedieron con cierta rapidez. En 1887, y como consecuencia del
descubrimiento llevado a cabo por John Hopkinson en 1880, según el cual tres corrientes alternas
y desfasadas entre sí pueden ser trasladadas de manera más sencilla que una corriente alterna
normal, Tesla inventó el motor de inducción de corriente trifásica.
En ese motor las tres fases actúan sobre el inducido de forma que se logra que éste gire al
generarse un campo magnético rotatorio. No obstante, el rotor se movía con un cierto retraso
respecto a la frecuencia de la corriente. Basándose en este invento, el sueco Ernst Danielson creó
en 1902 el motor sincrónico, en el que sustituyó el material del inducido, que no era magnético, por
un imán permanente o electroimán, lo que le permitió conseguir un motor que rotaba con un número
de revoluciones por minuto igual a las de la frecuencia de la corriente.
En 1891 Tesla inventó la bobina que lleva su nombre, que consiste en un trasformador que consta
de un núcleo de aire y con espirales primaria y secundaria en resonancia paralela. Con esta bobina
fue capaz de crear un campo de alta tensión y alta frecuencia. Dos años después descubrió el
fenómeno de carácter ondulatorio denominado "luz de Tesla" en las corrientes alternas de alta
tensión y alta frecuencia; mediante el estudio de estas corrientes, observó que las lámparas de
incandescencia de un único polo emiten luz cuando se las aproxima a un conductor por el que pasa
corriente eléctrica, y que los tubos de vidrio vacíos brillan aunque carezcan de electrodo si se les
conecta por uno de sus extremos y se aproxima el otro a un conductor por el que fluye corriente de
alta frecuencia. También se percató de que el cuerpo humano es capaz de conducir estas corrientes
de alta frecuencia sin experimentar daño alguno.
PIERRE CURIE
En los siguientes cuatro años los Curie, trabajando en condiciones muy precarias, trataron una
tonelada de pechblenda, de la que aislaron una fracción de radio de un gramo.
En 1903 compartieron con Becquerel el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de
los elementos radiactivos. Marie Curie fue la primera mujer en recibir un Nobel. En 1904 le
nombraron profesor de Física en la Universidad de París, y en 1905 miembro de la Academia
Francesa.
Pierre Curie murió en París el 19 de abril de 1906, tras ser atropellado por un coche de caballos.
Finalizó la secundaria en 1883 obteniendo medalla de oro y en 1891 viaja a París, Francia y se
inscribe en el curso de ciencias de la Universidad de la Sorbona. Luego de dos años finalizó sus
estudios, ocupando el primer lugar de su promoción. Simultáneamente con su formación académica,
recibió también clases de actuación en un teatro para principiantes.
En 1894, conoce a Pierre Curie; quien posteriormente se convirtió en su esposo y con quien realizo
los estudios relacionados con la radioactividad. En 1903 obtiene su doctorado, con la tesis titulada:
Investigaciones sobre sustancias radiactivas, la misma que la hizo merecedora de la mención Cum
Laude, un año de éxitos y triunfos para Marie, pues también recibió el Premio Nobel de Física,
siendo la primera mujer en recibir esta clase de galardón.
Pero este premio no fue solo de Marie, ella muy merecidamente quiso compartirlo con su
esposo Pierre y con Henri Becquerel, en reconocimiento por sus investigaciones sobre la radiación
descubierta por Becquerel.
Un suceso trágico ocasiona la muerte de su esposo Pierre el 19 de abril de 1906, con la mayor
responsabilidad y osadía asumió la cátedra de física que su marido impartía, convirtiéndose así,
en la primera mujer en dar una clase en la Sorbona de París.
ALBERT EINSTEIN
Desde 1908 ejerció como profesor de física en la universidad de Berna, posteriormente en Praga y
Berlín; ciudad donde vivió, hasta que el régimen nazi lo obligara de abandonar dichas tierras, por lo
cual tuvo que trasladarse en 1932 a los Estados Unidos.
Continuó con su trabajo como docente en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, obtuvo
la nacionalidad estadounidense y luego siguió insistiendo, en tratar de integrar las leyes físicas de
la gravitación y el electromagnetismo, se encargó de dar a conocer los valores socialistas, pacifistas
y sionistas.
Una labor que realizó sin descanso, hasta el 18 de abril de 1955, cuando muere a los 76 años, por
hemorragia interna.
Luego del nacimiento de su hijo, la familia retornó a Londres, en 1950 se trasladaron a St. Albans y
allí empezó sus estudios de primaria y secundaria. Posteriormente inició su formación profesional
en la universidad donde también estudió su padre, en el University College de Oxford, inclinándose
por la física.
Una situación difícil que afrontó Stephen fue su enfermedad, en 1963 le diagnosticaron, esclerosis
lateral amieotrófica, o mejor conocida como el Mal de Lou Gehrig, una patología degenerativa, que
lejos de reducirlo, lo animó a continuar adelante con su vida, contrajo matrimonio en 1965, con Jane
Wilde, con quien tuvo tres hijos; Lucy, Timothy y Roberth.
En 1990 y luego de veinticinco años de matrimonio, decidieron divorciarse. El amor le volvió a
sonreír y fue así, como contrajo nupcias con Elaine Mason; una de las enfermeras que lo atendía y
con quien duró casado, hasta el 2007.
Su vida poco a poco empezó a presentar limitaciones debido a la esclerosis, pero su trabajo
intelectual no se detuvo, empezó a acrecentarse de manera considerable, convirtiéndose en poco
tiempo en uno de los científicos e investigadores del mundo, con más popularidad después de
Einstein.
Esta enfermedad fue progresiva, sus extremidades inferiores empezaron a paralizarse, luego el
resto de su cuerpo, desafortunadamente una neumonía también le afectó a tal punto, que tuvieron
que practicarle una traqueotomía y de ahí en adelante, perdió la capacidad para hablar. Dependía
de un sintetizador y de una silla de ruedas, las 24 horas del día.
Este gran hombre no declinó y continuo con la investigación, dictó conferencias, escribió 7 libros
relacionados con los agujeros negros, el Big Bang y el universo en general; también publicó artículos
científicos.
Algunas obras que este científico e investigador nos dejó como herencia fueron:
Breve historia del tiempo, La teoría de todo, El universo en una cáscara de nuez, Agujeros negros
y pequeños universos.
En 1989, Premio Príncipe de Asturias; en 1988, Premio Wolf en Física; en 1978, Premio Albert
Einstein; en 1979, Medalla Albert Einstein; en 2008, Premio Fonseca, entre muchos otros.
Murió el 14 de marzo de 2018, a los 76 años de edad, en Cambridge. Stephen Hawking “un genio
con luz propia”