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PENSAMIENTO Y LENGUAJE

En la antigüedad no se estudiaba -y mucho menos se entendía- la relación que existe entre el


pensamiento y el lenguaje, incluyendo otros procesos psicológicos como son memoria o atención.
Sin embargo, nuevas teorías establecen que el pensamiento es “habla sin sonido”, lo consideran
un reflejo inhibido en su parte motora. Pero los estudios que se han realizado han abordado estas
funciones de forma independiente, por lo que se propone el “análisis semántico” como el método
más apropiado para estudiar tales aspectos. El método consiste en estudiar el desarrollo, el
funcionamiento y la estructura interrelacionada entre el pensamiento y el lenguaje, pues combina
las ventajas del análisis y la síntesis, y permite el estudio adecuando de los totales complejos.

LA TEORÍA DE PIAGET SOBRE EL LENGUAJE Y PENSAMIENTO DEL NIÑO

Jean Piaget fue el primero en estudiar sistemáticamente la percepción y la lógica del niño. Centró
sus estudios en las diversas características del pensamiento del infante, pero se enfocó más en lo
que éste tiene que en lo que no posee.
Proporcionó pruebas experimentales para probar que el niño no es un adulto en miniatura y su
mente no es la mente de un adulto en pequeña escala, argumentando que su pensamiento y
lenguaje evoluciona con el paso del tiempo.
Según Piaget, el nexo que unifica todas las características específicas de la lógica del niño es el
egocentrismo de su pensamiento. Describe al egocentrismo como el vínculo genético entre el
pensamiento autista y el dirigido. Todo ello ha sido tomado de la teoría psicoanalítica, dice que: el
pensamiento dirigido es consciente y social, persigue propósitos presentes en la mente del sujeto
que piensa. Se adapta a la realidad y se esfuerza por influir en ella. Mientras que el pensamiento
autista es subconsciente e individualista, las metas que persigue no están presentes en la
conciencia; y aunque se adapta a la realidad externa crea una realidad de imaginación y sueños.
La concepción del desarrollo del pensamiento, según Piaget, está basada en la premisa tomada
del psicoanálisis que establece que el pensamiento de niño es original y naturalmente autista y
evoluciona hacia el pensamiento realista sólo bajo un prolongada y sostenida presión social; y la
lógica aparece relativamente tarde. A pesar de ello, cuando comienza a configurarse el
pensamiento socializado, las formas egocéntricas no se desvanecen súbitamente.
También, establece que las conversaciones de los niños encajan en dos grupos: El egocéntrico y el
socializado que son diferentes únicamente es sus funciones. En el lenguaje egocéntrico el niño
habla sólo sobre sí mismo, no toma en cuenta a su interlocutor, no trata de comunicarse ni espera
respuesta, y a menudo ni siquiera le interesa si los otros le prestan atención. En el lenguaje
socializado, el pequeño intenta un intercambio con los demás, ruega, ordena, amenaza, trasmite
información, y hace preguntas. Las experiencias de Piaget indican que la mayor parte de la
conversación del preescolar es egocéntrica y cree que con el paso del tiempo desparece en su
totalidad.
Más tarde, después de tales cambios en el habla y el pensamiento, según el autor, existe un
lenguaje interiorizado que en el adulto representa su “pensamiento para sí”, y tiene la misma
función que el lenguaje egocéntrico en el niño.
La generalidad de este lenguaje es que la etapa egocéntrica es una etapa de transición en la
evolución, que va del lenguaje verbal convirtiéndose a lenguaje interiorizado. Se tiene la hipótesis
de que el proceso del lenguaje interiorizado se desarrolla y se torna estable aproximadamente al
comienzo de la edad escolar y este hecho causa la rápida caída del lenguaje egocéntrico.
En conclusión, la concepción del autor es que la verdadera dirección del desarrollo del
pensamiento no va del individual al socializado, sino del social al individual; y aunque se han
realizado una gran cantidad de investigaciones para llegar a un acuerdo respecto a lo que Piaget
menciona, se debe tomar en cuenta que fueron realizados bajo condiciones muy específicas. Cabe
destacar, que lo anterior no significa que las investigaciones de Piaget no sean de gran importancia
en el campo de la Psicología.

LA TEORÍA STERN SOBRE EL DESARROLLO DEL LENGUAJE

W. Stern distingue tres raíces del lenguaje: la tendencia expresiva, la social y la “internacional”.
Mientras que las dos primeras sustentan también los fundamentos del habla observados en los
animales, la tercera es específicamente humana. Menciona que en una determinada etapa del
desarrollo psíquico, el hombre adquiere la habilidad de dar a entender algo, de referirse a algo
objetivo cuando articula sonidos, como consecuencia define la intencionalidad como la dirección
hacia un cierto contenido o significado siendo característica del lenguaje avanzado.
Aunque Stern apenas se ocupa de tópicos tan importantes como lenguaje interiorizado, su
surgimiento y su relación con el pensamiento, si cree que las palabras del niño no pueden ser
interpretadas desde una perspectiva intelectualista que establece que las primeras palabras del
niño designan realmente los objetos como tales, ni tampoco desde una perspectiva emotiva
volutiva que afirma que las palabras son simplemente expresiones de emociones y deseos. Su
interpretación de las primeras palabras del niño dice que su traslado al lenguaje más avanzado no
significa solo la palabra en sí, sino una oración semejante. Aunado a esto, algunos investigadores
indican que sólo se aprende la relación entre signo y significado a una edad ya avanzada;
evidentemente esto está bastante lejos del alcance del un niño de dos años
Stern también afirma que el medio ambiente social constituye un factor fundamental en el
desarrollo del lenguaje, de hecho influye en la aceleración o retardo del desarrollo mismo.

LAS RAÍCES GENÉTICAS DEL PENSAMIENTO Y EL LENGUAJE

A través del estudio genético de pensamiento y el lenguaje se ha descubierto que su relación sufre
muchos cambios y se ha establecido que sus progresos no son paralelos. Por ejemplo, en los
animales estas funciones provienen de distintas raíces genéticas y se desarrollan a lo largo de
líneas diferentes.
Las experiencias de Koehler probaron que la aparición de una inteligencia embrionaria en los
animales, específicamente pensamiento, no está de ningún modo relacionado con el lenguaje.
Para comprobarlo, algunos investigadores dicen que, por ejemplo, las acciones de los chimpancés
están completamente desconectadas del lenguaje: y que en el hombre el pensamiento
involucrado en el uso de herramientas está menos conectado con el habla.
Cabe destacar que la fonética humana y la de los chimpancés tienen muchos elementos en común.
En el caso de los chimpancés, su aparato fonador está bien desarrollado y funciona como en del
hombre. Lo que falla es la tendencia a imitar sonidos. Su mímica depende enteramente de sus
estímulos ópticos; copian las acciones pero no los sonidos.
Finalmente, a modo de conclusión se puede decir que tanto el pensamiento como el lenguaje
tienen diferentes raíces genéticas, ambos se desarrollan a lo largo de líneas diferentes,
independientemente una de otra; aún no existe una correlación definida y constante entre ellos. Y
aunque los antropoides ponen de manifiesto una inteligencia semejante a la de hombre en ciertos
aspectos y un lenguaje en parte parecido al humano no existe una estrecha correspondencia entre
sus características.
Ahora bien, la existencia de una fase prelingüística del desarrollo del pensamiento de los niños ha
sido recientemente corroborada por pruebas objetivas. Existen experimentos con los chimpancés
que fueron modificados y utilizados con niños que aún no habían aprendido a hablar. Como
resultado se obtuvo que tanto en los experimentos realizados con niños como en lo efectuados
con monos los descubrimientos fueron similares. Las acciones de los niños son exactamente
iguales a las de los chimpancés y correspondería a los 10, 11 y 12 meses de edad y un poco más
tarde se manifiesta la función social del lenguaje, en la etapa preintelectual del desarrollo del
mismo.
Aproximadamente a los dos años de edad, las curvas de desarrollo del pensamiento y del lenguaje,
hasta entonces separadas, se encuentran y se unen para iniciar una nueva forma de
comportamiento, lo que significa que cuando ambas líneas se encuentran el pensamiento se torna
verbal y el lenguaje, racional.
Retomando información anterior, muchos consideran al lenguaje interiorizado como habla
inhibida, sin sonido. Watson dice que no conocemos en qué punto de su desarrollo los niños pasan
del leguaje al cuchicheo y de éste al lenguaje interiorizado. Sin embargo, se considera que el
eslabón que los une es el lenguaje egocéntrico.
La razón por la que el lenguaje se vuelve interiorizado es porque cambia su función. En este punto
el lenguaje tiene tres etapas, y no son la que menciona Watson, sino que son: lenguaje externo,
lenguaje egocéntrico y lenguaje interiorizado.
El desarrollo del lenguaje sigue el mismo curso y obedece a las mismas leyes que otras
operaciones mentales: La primera etapa se manifiesta por el uso correcto de las formas y
estructuras gramaticales, antes que la lógica. La segunda etapa se caracteriza por el uso de signos
externos utilizados para la solución de problemas internos. Y la última etapa aparece la memoria
lógica y surge una interacción entre las operaciones externas e internas.
Con ello podemos concluir que el desarrollo del pensamiento está determinado por el lenguaje, es
decir, por las herramientas lingüísticas de pensamiento y la experiencia sociocultural del niño.

UN ESTUDIO EXPERIMENTAL DE LA FORMACIÓN DEL CONCEPTO

Con el paso del tiempo se han generado algunos métodos tradicionales para el estudio de los
conceptos: el primero el llamado de definición y el segundo comprende métodos utilizados en el
estudio de la abstracción, la desventaja es que ambos separan la palabra del material perceptivo.
Afortunadamente se ha creado un método que contiene las ventajas de los dos métodos
tradicionales y se puede utilizar tanto con niños como con adultos, puesto que no presupone la
experiencia previa o conocimiento por parte del sujeto. Este método esta dirigido a una parte
activa del proceso intelectual, comprendida en servir a la comunicación, a la comprensión y a la
solución de problemas.
Desafortunadamente, son factores que aún no se han estudiado los responsables de la diferencia
esencial entre el pensamiento conceptual del adulto y las formas de pensamiento características
de los niños pequeños. No dejando de lado que los niños establecen un entendimiento mutuo con
los adultos aunque aun no compartan el mismo nivel conceptual.
La evolución de los procesos de los cuales resulta la formación del concepto, comienza en la
primera infancia, pero las funciones intelectuales que forman la base psicológica del proceso de
formación del concepto maduran, toman forma y se desarrollan en la pubertad puesto que
intervienen funciones intelectuales básicas como la asociación, la atención, la imaginación, la
inferencia, entre otras.
Unido a lo anterior, existen formas básicas del pensamiento concreto. La primera etapa involucra
tres más, conocidas como ensayo y error, organización del campo visual y elementos que ya han
sido formados anteriormente por el niño. La segunda etapa conocida como pensamiento en
complejos incluye cuatro complejos; complejo asociativo, complejo de colecciones, complejos
cadena, complejo difuso y pseudo-concepto. Finalmente, la tercera se llama etapa de abstracción.
Evidentemente estas etapas no aparecen en la realidad como estados puros, sino que se van
intercalando conforme avanza el desarrollo del niño.

DESARROLLO DE LOS CONCEPTOS CIENTÍFICOS EN LA INFANCIA

En diferentes ocasiones se han presentado concepciones sobre qué sucede en la mente infantil
cuando recibe los conceptos científicos que se le enseñan en la escuela, lo cual es complicado
porque es un acto del pensamiento complejo y genuino que puede verificarse cuando el mismo
desarrollo mental del niño ha alcanzado el nivel requerido y no puede ser enseñado por medio de
la instrucción.
A partir de la simple observación sabemos qué conceptos se forman y desarrollan bajo
condiciones internas y externas totalmente diferentes, y depende de sí se originan en la
instrucción escolar o en la experiencia personal de niño, incluso los motivos que lo predisponen a
formar los dos tipos de conceptos no son los mismos, pues la mente enfrenta problemas
diferentes cuando asimila conceptos de la escuela y cuando se deja a libre voluntad.
Es importante mencionar que la instrucción forma parte importante de la adquisición de
conceptos. Han surgido algunas teorías que intentan explicar la relación de la instrucción escolar
con el desarrollo mental del niño, pero aún no se ha llegado a una única conclusión, el único
acuerdo al que se ha llegado es que la instrucción empieza mucho tiempo antes de que las
funciones psíquicas hayan madurado.
Lo anterior va de la mano con la afirmación de que el lenguaje escrito es una función lingüística
separada, que difiere del lenguaje oral tanto en estructura como en su forma y funcionamiento,
así como la gramática y la escritura ayudan al niño a alcanzar un nivel superior en la evolución del
lenguaje.

PENSAMIENTO Y PALABRA

El pasamiento y la palabra son dos procesos que tiene una conexión entre sí, pues la ausencia de
un vinculo primario no implica que entre ellos sólo pueda formarse una conexión mecánica;
ninguno de los dos posee por separado, las cualidades del conjunto. El pensamiento no se expresa
simplemente en palabras.
La evolución histórica del lenguaje también cambia la estructura del significado y su naturaleza
psicológica. Sin embargo, se pasa por alto que cada pensamiento es una generalización, y estudia
la palabra y el significado sin referirse a un proceso evolutivo.
Retomando el lenguaje interiorizado, se debe mencionar que se considera un pensamiento
relacionados con palabras, que posee tres elementos: el primero se denomina, Significado
refiriéndose a una palabra que adquiere un sentido del contexto que la contiene, cambia su
sentido en diferentes contextos. Después está la aglutinación que es una forma de combinar
palabras bastante común en algunos lenguajes y comparativamente rara en otros y la tercera la
forma en que los sentidos de las palabras se combinan y unen
Finalmente y para concluir, el pensamiento se origina a partir de las motivaciones, es decir, de
nuestros deseos y necesidades, interés y emociones.

BIBLIOGRAFÍA
 Vigotsky, L. (2012). Pensamiento y lenguaje. México: Quinto Sol.

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