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Se define como disminución de la TA sistólica ≥20 mmHg y TA diastólica ≥10 mmHg en los 3
primeros minutos en bipedestación. Afecta al 20% y 30% de los mayores de 65 y 75 años,
respectivamente. En bipedestación se almacena la sangre en los miembros inferiores y en el área
esplácnica, disminuye el retorno venoso, el Gc, y se estimulan los barorreceptores (aórticos
carotídeos y cardiopulmonares). Para mantener la TA estable hay una hiperactividad simpática y
una inhibición parasimpática lo que origina un aumento de la Fc y de las Rp. L
Se trata de una situación clínica cada vez más prevalente en sujetos de edad avanzada que suelen
tener comorbilidades que afectan al sistema nervioso autónomo y que se encuentran bajo
tratamiento con fármacos hipotensores y diuréticos. Otro factor condicionante es la disminución
de la sensación de sed, lo que puede agravar la hipovolemia. Para estos pacientes se debe reducir
el tratamiento antihipertensivo, reintroducir hidratación y, en muchas ocasiones, implementar
medidas de compresión de las extremidades inferiores mediante medias compresiva
Otras enfermedades que pueden producir este fenómeno incluyen enfermedad de Parkinson,
enfermedad de Adison, porfiria y tabes dorsal, entre otras.
La hipotensión ortostática se define como una disminución de la presión arterial sistólica (PAS) >
20 a 30 mm Hg y una caída en la presión arterial diastólica (PAD) > 10 a 15 mm Hg al incorporarse.
Se estima que alrededor de 30% de los pacientes mayores de 75 años tiene hipotensión
ortostática. Algunos estudios han demostrado que es un factor de riesgo importante para caídas,
dificultad para caminar y síncope.
Es importante considerar que en la población geriátrica hay una variación considerable en la
presión arterial postural a lo largo del día. Los ancianos tienen problemas con la autorregulación
del flujo periférico y cerebral y son muy susceptibles a la hipotensión ortostática y en
consecuencia presentan una tendencia a frecuencias cardiacas más bajas en reposo y más
hipertensos en la noche.
Una condición específica causante de hipotensión y que merece mención especial debido a su alta
prevalencia en la población geriátrica es la hipotensión posprandial.
Este fenómeno se define como una caída de la presión arterial > 30 mm Hg en los primeros 75 min
después de comer. Se ha descrito hasta en 90% de los pacientes ancianos hospitalizados y en 50%
de los pacientes con síncope inexplicable. Los grupos de riesgo incluyen aquellos con disfunción
autonómica, HAS, enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson, pero también se ha
observado en 33% de pacientes relativamente sanos.
La hipotensión posprandial es poco reconocida debido a que los síntomas son sutiles (debilidad o
mareo). No obstante, la hipotensión resultante puede ser lo suficientemente profunda como para
contribuir al síncope, caídas, angina y enfermedades cerebrovasculares. Este grupo tiene riesgo de
desarrollar isquemia cerebral.
La relevancia de este fenómeno es que en los casos de síncope que no se identifica una causa
evidente del mismo, la hipotensión posprandial es el único factor predisponente en hasta 50% de
los ancianos.
Por último, existen circunstancias específicas en las cuales la variación del tono autonómico se
asocia a síncope. Dentro de las causas más comunes están la deglución, defecación, accesos de tos
y micción. El mecanismo de esos tipos de síncope está relacionado con el cambio abrupto en el
tono autonómico y la presión del líquido cefalorraquídeo.
Debido a que estas situaciones desencadenan los eventos de síncope, esta variedad de síncope
reflejo algunos autores la describen como “síncope situacional”. Todas estas circunstancias
parecen involucrar una respuesta hemodinámica inadecuada a reflejos cardiovasculares
específicos
❚ Realizar una ingesta suficiente de agua y sal, hasta llegar a los 2 l de fluidos al día y 10 g de NaCl.
❚ Ingesta rápida de agua fría puede ser efectiva para combatir la intolerancia ortostática y la
hipotensión posprandial.
❚ Dormir con el cabecero elevado 10º previene la poliuria nocturna, mantiene una distribución
más favorable de los fluidos corporales y mejora la hipertensión nocturna.
❚ La midodrina es útil como coadyuvante cuando el paciente presenta disfunción crónica del
sistema nervioso autónomo. Aumenta la TA tanto en supino como en posición vertical mejorando
los síntomas de hipotensión ortostática. Dosis 5-20 mg tres veces al día se han demostrado
efectivas (nivel de evidencia B, clase IIA).
❚ Otros tratamientos adicionales menos usados son: desmopresina en pacientes con poliuria
nocturna; octeótrida en hipotensión posprandial, eritropoyetina en anemia y piridogstigmina.