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CA0100_M3AA2L2_Dimensiones
Versión: Septiembre 2012
Revisor: Alfredo Ramos Vázquez

         Las  dimensiones  de  la  sustentabilidad  


 
por Irma Hurtado de Mendoza Torres
 

Como ya lo has visto, la problemática ambiental actual es compleja y cada vez más extendida a los
diferentes ecosistemas.

Ya estudiaste la problemática en los factores abióticos como el suelo, aire y agua, así como lo que
ocurre dentro de la biodiversidad. Cabe destacar que los factores que están impactando al medio
ambiente, en su mayoría son antropogénicos y que el planteamiento del desarrollo sustentable o
sustentabilidad es también a nivel sistémico.

Cuando pienses en esta complejidad debes reconocer que los componentes del sistema están
indudablemente interrelacionados entre sí e involucran muchos aspectos.

La sustentabilidad plantea que deberemos considerar tres esferas o dimensiones que están
relacionadas con lo ambiental, social y económico.

Figura 1..

 
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©UVEG. Derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida, modificada, distribuida, ni transmitida, parcial o totalmente, mediante cualquier medio, método o
sistema impreso, electrónico, magnético, incluyendo el fotocopiado, la fotografía, la grabación o un sistema de recuperación de la información, sin la autorización por
escrito de la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato.
 
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¿Por qué esas y no otras? Diferentes autores han explorado diversas dimensiones y consideran que
esas tres incluyen todo aquello que el sistema contiene, así por ejemplo la esfera social contiene la
tecnología, la educación, la salud, la vivienda, etc.; la económica, incluye el dinero, los sistemas
financieros, etc.; la ambiental, contiene el suelo, agua, aire, energía y biodiversidad.

Claro está que existen traslapes de las tres esferas porque en nuestro modelo de desarrollo éstas son
interdependientes, por ejemplo, en relación con la agricultura, encontramos que se cultivan diferentes
especies de plantas que al cosecharse se venden en mercados locales o globales. Dicha situación,
involucra el aspecto ambiental, social y económico; el primero en relación con el establecimiento,
crecimiento, desarrollo y producción de las especies establecidas, el segundo por la venta de la
producción y su posterior ganancia y el tercero en la generación de puestos de trabajo en el ciclo del
cultivo. Sin olvidar que todo esto está relacionado con la producción de alimento, que es fundamental
para la sociedad.

Otro ejemplo, sería el de la pesca a gran escala que se realiza en todo el planeta, la cual ésta
relacionada con los sistemas vivos, debido a la captura de los individuos de determinadas especies y
sus poblaciones; también, está relacionado con lo económico por las ganancias obtenidas por su venta
y en lo social por los puestos de trabajo generados en la captura y venta de éstos, así como en la
alimentación que nos ofrece dicha pesca. Lo mismo se puede decir de la silvicultura o minería entre
muchos otros casos.

En la actualidad se pueden observar esas tres dimensiones en toda la actividad diaria, aunque en la
mayoría de los casos las esferas no son de la misma dimensión. Un ejemplo de ello sería el tirar basura
al aire libre, en cuyo caso, al hacer un análisis, puedes darte cuenta de lo siguiente: la esfera ambiental
está sufriendo una alteración por la basura acumulada y en descomposición, ya que contamina el suelo,
aire y agua; en la esfera social se genera un impacto a la salud de las personas que habitan o trabajan
cerca de donde se tira la basura y dentro de la económica, hay un gasto, ya que en algún momento se
deberá pagar el tratamiento ante la enfermedad causada por el problema ambiental, entre otro tipo de
gastos (disponer la basura de manera correcta, por ejemplo).

El desequilibrio de las tres dimensiones hace que esa actividad no sea sustentable.

Hoy en día es común que el sistema esté desequilibrado, lo cual puedes corroborar, ya que a diario se
escuchan noticias sobre la desaparición de bosques y selvas, la sobrexplotación de pesquerías y
matanza de mamíferos marinos, además de los procesos de contaminación, erosión y desertifización
de muchos sitios.

Además existen problemas graves como el cambio climático, el adelgazamiento de la capa de ozono y
la pérdida de la biodiversidad, la cual además de ser fruto de miles de millones de años de evolución,
representa actualmente la oportunidad de más medicamentos y alimentos para las generaciones
futuras.

En la medida que el tiempo pasa, mayor es el número de voces que claman por políticas y estrategias
que promuevan el desarrollo de procesos industriales ecológicos, agrícolas y urbanos correctos; así
como de nuevos patrones de producción y consumo que reduzcan el flujo de materiales y de energía
 
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por unidad de actividad económica. Estas manifestaciones son ingredientes que motivan el abordar la
sustentabilidad desde enfoques múltiples con el propósito de entender las condiciones sociales,
económicas, técnicas, ambientales y legislativas, bajo las cuales opera un modelo económico
específico (Meppem y Gil, 1998, citado por Díaz y Escárcega, 2009).

En la actualidad, se ha incrementado la conciencia sobre la necesidad de implementar políticas de


sustentabilidad, como un proceso social de cambio que privilegie la consideración de lo ambiental en el
desarrollo económico y social de las diferentes regiones del planeta.

Dado que el Planeta Tierra es un sistema cerrado en materiales (es decir, que no
intercambia materia con su entorno) y abierto en energía (que recibe diariamente la
radiación solar y emite calor hacia el espacio), hoy se sabe que la sustentabilidad de la
biósfera puede construirse cerrando los ciclos de materiales y apoyándose, para ello, en la
energía solar: en la biósfera la energía solar mueve los ciclos de materiales como el agua la
rueda de un molino (Naredo, 2006, p. 132).

Esos ciclos hacen que todo lo que se considera residuo de un proceso previo, pase a ser materia prima
del que se continúa con lo que al final no existen desechos, sino redes de procesos complementarios
que utilizan todo.

Aquí es en donde radica el cambio, si la industria cerrara los procesos de materia, reconvirtiendo sus
residuos en recursos, con ayuda energética alternativa, no tendría problema en bajar los costos de su
producción y a la vez, mantendría su propia calidad interna.

A la luz de lo anterior, se puede afirmar que un sistema económico se hace globalmente


más insostenible a medida que utiliza (directa o indirectamente) y degrada cantidades
crecientes de la energía y los materiales extraídos de la corteza terrestre o de los obtenidos
de la sobreexplotación de los ecosistemas, especies o recursos considerados renovables.
Estos usos arrojan una huella de deterioro ecológico observable sobre el territorio por el
espacio requerido para obtener los recursos o para depositar o digerir los residuos. A la vez
que el deterioro de la calidad interna de dicho sistema puede acarrear su insostenibilidad,
no solo global, sino también local (Naredo, 2005, párr. 13).

Uno de los problemas actuales en cuanto a la insostenibilidad del medio ambiente, es que se percibe y
se estudia al medio ambiente, la sociedad y la economía de manera aislada, impidiendo que exista una
solución integral (holística).

Con base en este paradigma, cada entidad pública va por su lado, los consejos para el desarrollo
económico tratan de crear empleos, la seguridad social se enfoca hacia los servicios de salud y
vivienda y finalmente, las oficinas del medio ambiente tratan de prevenir y corregir los problemas de
contaminación. Este enfoque, poco sistémico, puede generar un número importante de efectos
colaterales negativos.

En vez de continuar con un enfoque no sistémico, lo que se requiere es un punto de vista en el que la
comunidad tome en cuenta las relaciones entre la economía, el medio ambiente y la sociedad, por lo
que las acciones que se llevarán a cabo para mejorar las condiciones de una comunidad que transita
hacia la sustentabilidad, deberá de tomar muy en cuenta estas relaciones.

 
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La economía está inmersa dentro de la sociedad, dado que todas las partes de la economía humana
requieren de la interacción entre toda la gente. Sin, embargo la sociedad es algo más que economía, es
también amigos, familias, música, arte, religión y valores que son elementos importantes de la
sociedad.

Cabe destacar que la sociedad actual existe totalmente dentro del medio ambiente. Nuestros
requerimientos básicos (aire, alimentos y agua) vienen del medio ambiente, así como la energía y la
materia prima para los hogares, el transporte y los productos de los cuales dependemos.

En síntesis el medio ambiente envuelve a la sociedad. Desde los primeros tiempos de la historia
humana, el ambiente ha determinado el tipo de sociedad. Actualmente lo opuesto es cierto: la actividad
humana está rediseñando el medio ambiente en una tasa siempre creciente. Las partes que no han
sido afectadas son cada vez más pequeñas. Dado que la gente necesita alimentos y agua para
sobrevivir.

Dimensión  económica.  
De acuerdo con Guimaräes (2002) “los objetivos económicos del progreso deben estar subordinados a
las leyes de funcionamiento de los sistemas naturales y a los criterios de respeto a la dignidad humana
y de mejoría de la calidad de vida de las personas” (p. 66). Por tanto, la dimensión económica en
relación con la sustentabilidad debe mantener el desarrollo económico en dirección óptima hacia el
bienestar humano, reduciendo la desigualdad existente. Tomando el cuenta las restricciones que
impone el capital natural ((Priego, 2003, citado por Díaz y Escárcega, 2009).

Dimensión  social.  
La dimensión social de la sustentabilidad consiste en reconocer el derecho a un acceso equitativo a
bienes comunes para todos los seres humanos, en términos intrageneracionales (todas las
generaciones que estamos vivas ahora) e intergeneracionales (de las generaciones actuales con las
generaciones que están por nacer), tanto entre géneros como entre culturas (Enkerlin, et al., 2000).

Para que la dimensión social se dé, deberá existir equidad: “Cuando los costos y beneficios del
sistema general son distribuidos de manera adecuada tanto en el total de la población actual,
como con la población futura” (Enkerlin, et al., 2000, p. 512)

Así mismo, como menciona Guimaräes (2002) el fundamento de la política de la sustentabilidad se


relaciona con una democracia efectiva, que construya ciudadanía y ofrezca información a ésta para que
participe de forma efectiva dentro del desarrollo de la comunidad.

 
 
 
 
 
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Dimensión  ambiental  
Esta dimensión surge del postulado que afirma que el futuro del desarrollo depende de la capacidad
que tengan los actores institucionales y los agentes económicos para conocer y manejar, según una
perspectiva a largo plazo, su stock de recursos naturales renovables y su medio ambiente. En esta
dimensión se presta especial atención a la biodiversidad y, principalmente a los recursos como el suelo,
agua y cobertura vegetal (bosque), que son los factores que en un plazo menor determinan la
capacidad productiva de determinados espacios (Sepúlveda, et al., 1998, citado por Díaz y Escárcega,
2009, p. 122).

Como ya se explicó anteriormente, si no cierran los ciclos de producción tratando de imitar lo que la
naturaleza hace (Biomímica), no se podrá salir de los procesos contaminantes y degradantes que
hemos venido usando hasta ahora.

Para llegar a este nivel, en la actualidad se estudian los ciclos de vida del producto, es decir, desde su
origen hasta su disposición final. Este modelo debe de considerar varios aspectos importantes para
acercar el proceso hacia la sustentabilidad:

• La elección de materias primas que garanticen una verdadera sustentabilidad a la hora de


producir, cuidando que no existan residuos dañinos para el medio ambiente o para la salud de
los pobladores, más aún, cuidando que no existan residuos o que éstos sean parte de otra
cadena productiva.

• Aplicar el principio de “quien contamina paga” a la hora de fijar precios. (considerar las
externalidades), en caso de que la producción contamine alguno de los factores abióticos o
bióticos y no hubiera manera de mitigar el impacto.

• Otra es la elección informada del consumidor mediante el etiquetado, (ética mercadológica), y la


educación ambiental. Aplicación de los criterios de comercio justo y consumo responsable.

• Avanzar hacia el diseño ecológico del producto, (diseño sustentable), que considere la etapa en
que el producto será desechado por el consumidor final, en cuanto a su biodegradabilidad y/o
reuso o reciclamiento.

La humanidad tendrá que conocer e implementar criterios económicos que, como leíste en los párrafos
anteriores, consideren los procesos humanos y ambientales con una ética, considerada como la ética
de la sustentabilidad.

 
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Referencias      

Díaz, R. y Escárcega, S. (2009). Desarrollo sustentable. Oportunidad para la


vida. México: Mc Graw Hill.

Enkerlin, E. C., Cano, G., Garza, R. A. y Vogel, E. (2000). Ciencia ambiental y


Desarrollo Sostenible. México, D.F.: Thomson Editores, México, D.F.

Guimaräes, R. (2002). La ética de la sustentabilidad y la formulación de políticas


de desarrollo. En: Ecología Política: Naturaleza, Sociedad y Utopía (H. Alimonda,
compilador). CLACSO, Buenos Aires, Argentina. Recuperado el 09 de agosto de 2012, de
http://168.96.200.17/ar/libros/ecologia/guimaraes.pdf

Naredo, J. M. (2005, 02 de junio). Instrumentos para paliar la insostenibilidad de


los sistemas urbanos. [Mensaje en Blog]. Recuperado el 23 de agosto de 2010, de
http://moratorialitoral.blogia.com/2005/060204-instrumentos-para-paliar-la-insostenibilidad-
de-los-sistemas-urbanos.php

Naredo, J. M. (2006). Raíces económicas del deterioro ecológico y social. Más


allá de los dogmas. España: Siglo XXI.

 
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