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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

1. Origen y Originalidad: Una necesaria precisión.

La filosofía, como toda ciencia, tiene, que duda cabe, una historia, su historia, en la doble
acepción que el término implica:
a) Tanto como serie temporal del acontecer.
b) Y, en cuanta exposición de carácter científico.

En tanto serie temporal es necesario y conveniente precisar no solo el tiempo, sino también
el o los lugares donde se habría originado la Filosofía o se habrían producido los primero
escareos y divagaciones o, en otras palabras, se habría iniciado la búsqueda de
respuestas racionales a los problemas e interrogantes que la realidad natural y social le
planteaba al individuo humano y si estas respuestas fueron originales. Esta reflexión nos
conduce a conocer el significado de los vocablos origen y originalidad.

La palabra Origen, procede del latín origen – ginem, que significa procedencia, comienzo,
causa, raíz y tiene como sinónimos las siguientes, entre otras, palabras: procedencia,
comienzo, causa, fundamento, génesis, inicio, etc. En este sentido decir que la filosofía se
origina en un lugar determinado, por ejemplo, Grecia, es afirmar, sin lugar a dudas, que fue
allí, en Grecia, donde se inició o empezó la gesta humana del pensamiento, donde
podemos encontrar la génesis de la capacidad de buscar racionalmente respuestas a los
hechos o fenómenos que acaecen en la naturaleza y en la sociedad en su tiempo
específico y su realidad concreta.

La palabra originalidad u original, procede del latín originalis, perteneciente o relativo al


origen. Aplicase a toda obra del ingenio humano que no es copia, imitación o traducción
de otra. Dícese de todo aquello que no denota estudio de imitación y se distingue por su
novedad. Registra los siguientes sinónimos, personalidad, carácter, estilo, creación,
innovación, inusitado, nuevo, único, especial entre otros.

Coincidiendo con Karl Jaspers, la búsqueda de respuestas racionales ante lo desconocido


e ignoto, a las interrogantes y dudas que le planteaba la realidad material y socio – política
que una decisión que adoptó el individuo humano hacia el año 500 a. de C. en un proceso
espiritual que acontece en un periodo que transcurre entre los siglos 800 y 200 a. de C. allí
encuentra Jaspers, el corte mas profundo de la historia. A este tiempo denominará tiempo
– eje. El pensamiento reflexivo se echó a andar en ese tiempo y en diferentes lugares del
planeta, alejados el uno del otro, sin que medie influencia alguna del uno sobre el otro.

En esta línea de pensamiento la Filosofía no tuvo un solo lugar de origen, ella surgirá al
unisonó en varios lugares en un mismo tiempo histórico. La India, la China, Persia- Iran,
Palestina, Israel, Grecia y en cada uno de esos lugares el discurrir filofófico fue original, es
decir, las respuestas que dieron a los problemas que les acaecieron fueron originales y
respondieron a cada una de sus propias realidades materiales y espirituales de allí sus
características que les son propias y de allí también las líneas de pensamiento que
privilegiaron y desarrollaron.

Considerar una historia de la Filosofía que considere a Grecia como el origen de la


Filosofía, omitiendo el pensamiento filosófico de la India, la China, es decir, al pensamiento
oriental, es mutilarla, o, en todo caso, tratase de una historia de la Filosofía de Occidente.

La historia de la Filosofía suele ser dividida en cuatro grandes etapas o periodos. Esta
periodización no tiene en cuenta lo que Marias considera:

“…el oscuro problema de la filosofía oriental – India, China – donde lo mas problemático es
el sentido de la palabra misma filosofía…”
Jaspers preocupado por la unidad que nadie posee en torno a la cual deben girar los
esfuerzos serios de la filosofía una y eterna para lo cual debemos recurrir al fondo histórico
de nuestro pensar si queremos pensar en esencia y con la conciencia clara. Asi escribe
que:

“La filosofía no puede luchar, no puede probarse, pero puede comunicarse. No presenta
resistencia allí donde se la rechaza, ni se jacta allí donde se la escucha. Vive en la
atmosfera de la unanimidad que en el fondo de la humanidad puede unir a todos con
todos.

“En gran estilo sistemáticamente desarrollada hoy filosofía desde hace dos mil quinientos
años en occidente, en China y en la India. Una hace dos mil quinientos años en
Occidente, en China y en la India. Una gran tradición nos dirige la palabra. La
multiformidad del filosofar las contradicciones y las sentencias con pretensiones de verdad
pero muatuamente excluyentes no pueden impedir que en el fondo opere una unidad que
nadie posee pero en torno a la cual giran en todo tiempo todos los esfuerzos serios: la
filosofía una y eterna, la philosophia perennis. A este fondo histórico de nuestro pensar
nos encontramos remitidos, si queremos pensar esencialmente y con la conciencia mas
clara posible”1

En la tarea de recurrir a ese fondo histórico, se aboca Harré para quien la filosofía en la
media, exhibe un doble carácter.

Primero, apunta a la edificación de una cosmología comprensiva, capaz de albergar en su


sino los ejes de la “mejor vida”. Segundo, se encamina a la extracción y al diestro
escrutinio de las presuposiciones subyacentes a la cosmologías con sus correspondientes
concepciones de las formas adecuadas de vivir.

La filosofía India ha estado dominada durante muchos milenios por los Vedas que es un
CORPUES constituido por una serie de escritos sagrados de raíces ancestrales de autoría
desconocida. En su versión canónica está filosofía ha consistido en comentarios de las
Upanisad. De las fuentes Védicas surgirán en la antigüedad dos grandes escuelas de
filosofía crítica y analíticos: los sistemas SANKHYA y Yoga que evolucionando de los
Vedos, diferían en el rol asignado por cada uno de los sistemas a un dios personal. Una
tercera escuela, suceda de las enseñanzas de Siddartha Goutama, Buda, recibirá el
nombre de budismo que es una elaboración compleja de exhortación moral y de
profundidad filosófica.

Finalmente, aún cuando una característica del pensamiento indio era su rico panteísmo,
este era ateísta en el sentido de que la esencia espiritual del mundo no se hallaba
personificada. 2

Con respecto a la Filosofía China, dice Harré que:

Desde el punto de vista temático, la filosofía china se halla dominada por los problemas
centrales de la vida política. Los filósofos no se ocupaban tanto como en la India y
Occidente de la metafísica de la Etica, sino de las relaciones entre los seres humanos y el
Estado. Esto puede ser analizado en los escritos de Confusio, en el contexto de un
compromiso pleno entre ciudadanos y administradores. Asimismo, puede discutirse en
exclusiva con relación a los modos de apartar a la persona de la vida cívica y urbana como
ocurre en los escritos de los primeros tavistas.3

Considera Harré que:

1
Marias, Julian. Historia de la Filosofía. Manuales de la Revista de Occidente, Decimo nona reimpresión, 1988, pág. 14
2
Harre, Ron. 1,000 años de filosofía. TAURUS, Madrid – España, 2002, pág.46
3
Harré, Rom. Ob. Cit pág.94
“La concepción confuciona de la vida no es un dogma carente de fundamento. Se basa en
análisis de la naturaleza de los seres humanaos y de sus posibles modos de asociación.
Es deudora de una concepción anti individualista del conocimiento. Si bien es cierto que
su fundamentación crítica sistemática sólo llegaría de la mano de Moncio”.

“Se desarrolló mediante una combinación de análisis conceptual y observación empírica.


El mundo del confuciano es también un mundo posible. Dado que se basa en reflexiones
concernientes a la naturaleza de los seres humanos tal como estos se muestran así
mismos, los ideales políticos formulados en el libro (Las Analetas) sugieren fórmulas
ideales de asociación cuya plasmación efectiva se hallá, no obstante, al alcance de los
ciudadano. Al menos podemos estar seguros que esto es lo que creía Confucio. Mas que
la santa virtud , todo cuanto se requiere de quines están llamados a construir un mundo
semejante es la decencia cotidiana. Transcurridos dos milenios y medio, esta idea no es
hoy menos cierta ni al parecer menos imposible de hacer realidad.4

Emily Brehier, considera que el escribir una hisotira de la filosofía sujiere que se han
planteado y resuelto, por lo menos, provisionalmente tres problemas:

a. Los orígenes de la Filosofía y sus fronteras


b. El grado de independencia de la historia de la filosofía con relación a la historia de los
demás disciplinas científicas.
c. Si la filosofía posee una ley de desarrollo que le es propia o si la sucesión de sistemas es
contingente y depende de los temperamentos individuales.

Para nuestro propósito, en este acápite, es importante el punto a) los orígenes de la filosofía y
sus fronteras - Para Brehier los orígenes son imprecisos. Algunos, con Aristoteles, hacen de
Tales de Mileto (siglo VI a. de C.) el primer filósofo y, otros, como Diógenes Laercio que en su
obra vidas de los Filósofos refiere el origen de la filosofía a la antigüedad persa y egipcia.

Según Brehier es impósible no captar la semejanza o la conexión que existe entre la tesis de
Tales de Mileto, que todas las cosas están hechas de agua y el inicio del Poema de la
Creación, escrito siglos antes en Mesopotamia:

“Cuando en lo alto del cielo era aun innomimnado y abajo la tierra tampo tenía nombre, las
aguas se confundían en un todo, ante el Apsu, primigenio, padre, y la tumultuosa Tramat,
madre de todos.

Estos textos nos orientan a pensar y concluir que tales no serían el autor de la tesis o que, en
todo caso, era una forma nueva de expresar un tema de vieja date.

Brehier, ha escrito que:

“Es la filosofía griega aparecen, en efecto ratos intelectuales que sólo tienen analogía en
mortalidades primitivas las nociones que emplean los primeros filósofos, como los de destino,
justicia, alma, dios, no han sido creados ni elaborados por ellos, son ideas populares,
representaciones colectivas que ellos encontraron. Al parecer, son estos las nociones que les
sirvieron como esquemas o categorías para concebir la naturaleza exterior. La idea de los
filósofos léxicos sobre el orden de la naturaleza, como una agrupación regular de seres o
fuerzas a los que el destino soberano impone límites, se debe a la trasposición del orden
social al mundo, exterior. Quizás la filosofía no fue, en su origen, sino una amplia metáfora
social.5

4
Harre. Rom. Ob.cit pág. 96
5
Brehier, Emile. Historia de la Filosofía, Editorial Techos S.A. Madrid, 1988. Pág. 19 (PRESSES UNIVERSITAIRES DE FRANCE, 1931
– 1938).
En esa línea de pensamiento, la filosofía griega en sus inicios no es, de ninguna manera,
primitiva sino la forma elaborada de un pensamiento más antiguo. Y es aquí, sin ningún ápice
de duda, donde se encontraría el origen del pensamiento filosófico o, en todo caso, de una de
sus orientaciones. Los primeros filósofos griegos no inventaron nada sino que trabajaron con
representaciones de cuya complejidad, riqueza y confesiones es difícil hacernos una idea.
Los filósofos griegos no necesitaron investigar, lo que hicieron fue clasificar y solucionar o, en
otras palabras, la invención consistió en esta solución y allí estaría su originaliad.

Brehier, escribe, si “…hacemos que nuestra historia comience en Tales, no es porque


ignoremos la larga prehistoria en que se elaboró el pensamiento filosófico, sino por la razón
práctica de que los documentos epigráficos de las civilizaciones mesopotámicas son poco
numerosos y de difícil acceso y también porque los documentos sobre los pueblos salvajes no
pueden proporcionarles indicaciones sobre lo que haya podido ser la gracia primitiva” 6

En relación al problema de las fronteras de la historia de la filosofía vinculada a sus orígenes,


no puede ser resuelta con exactitud escribiendo Brhier, al respecto que:

“Es innegable que hubo en ciertas épocas, en los países de exremo Oriente y sobre todo en la
India, una verdadera floración de sistemas filosóficos. Pero se trata de saber si el mundo
greco – romano y después cristiano, por una parte, y el mundo extremo – oriental por otra,
tuvieron un desarrollo intelectual completamente independiente el uno del otro, en tal caso,
sería lícito hacer abstracción de la filosofía de Extremo Oriente en una exposición de la
filosofía occidental. Pero la situación está muy lejos de ser, tan nítida”7

Sin embargo, acota, Brehier:

“A pesar de estas dificultades, una historia de la filosofía no puede ignorar el pensamiento


extremo oriental. Ciertamente, en una obra de las características de esta no podemos
exponer, por si sola, la filosofía india, impresa difícil incluso para los especialistas, dado el
reducido número de estudios de detalle, y que para nosotros sería imposible”

Esta actitud cauta, severa y reflexiva es menester, resaltar, pues evita el caer en aquello que
hoy se denuncia como furocentrismo, es decir, Europa como centro de creación, acumulación
y distribución del saber y de cultura, la misma que constituye un equívoco histórico
discriminatorio y excluyente con rasgos racistas, considero, al respecto, que la posición
adoptada por Jáspers y H.G. Wells a quienes hemos citado en el Primer capítulo, es mucho
mas clara Jaspers ubica lo que el denomina el “tiempo eje” en el cual en diferentes espacios
geográficos, muy alejados entre si, surge el pensamiento racional con características propias,
singulares en cada una de esas áreas geográficas, constituyéndose, ciertamente, en claras
respuestas a los problemas e interrogantes que le plantea la naturaleza y la sociedad de su
tiempo, alejándolos gradual, pero inexorablemente del pensamiento mítico. Las influencias
recíprocas vendrán después, pero al principio fueron elaboraciones propias.

Frederick Kopleston, en su libro “Historia de la Filosofía”, expresa su admiración por la filosofía


griega. Inicia su trabajo con la filosofía griega y romana, citando a Hegel, escribe que:

“…el nombre de Grecia les es querido y familiar a todos los hombres cultos de Europa”.

Afirma, además, que:

“Nadie negará que los griegos llegaron un imperecedero legado… a nuestro mundo europeo”.

“Tanto, continúa, por ser la primera fase de la especulación europea como por su valor
intrínseco, no puede menos de interesar profundamente a todo estudiante de filosofía.”

6
Brehier, Emile, ob.cit.pág.20
7
Brehier, Emile, ob. Cit. Pág. 20-21
“La filosofía griega – escribe – fue, en realidad, un logro de los griegos, fruto de su vigor y
lozanía mental, lo mismo que lo fueron su literatura y su arte. No permitamos que el laudoble
deseo de tomar en consideración a otros posibles influencias no griegas nos lleve a exagerar
la importancia de éstas y a estimar en menos de lo debido. La originalidad del espíritu
helénico, …8

Considera, en cita que corresponde a Burnel (Greek Philoco phy, I. p.9)

“…en verdad, es mucho mas probable que subestimemos la originalidad de los griegos que no
que la exageremos”

Nadie objeta el hecho innegable e incuestionable que el pensamiento griego nos ha legado un
patrimonio intectivo de incuestionable valia, no solo para el pensamiento europeo sino para el
pensamiento en todos los demás continentes. Asimismo, reiterando, el pensameinto racional
especulativo hizo su aparición en un proceso gradual en diferentes áreas geográficas,
alejadas, una de la otra, con sus características propias. Son procesos independientes y
autótonos. Ninguna ejerció influencia sobre la otra. Finalmente, así como, no es laudable
exagerar la importancia del pensamiento oriental (Indio, chino, etc), tampoco es laudable omitir
u olvidar deliberadamente o no, su existencia.

Nicolas Abbaganno, con respecto al “Pretendido Origen Oriental de la filosofía (subtitulo del
Capítulo I “Orígenes y carácter de la Filosofía griega”), hace referencia a una tradición que se
remonta a los filósofos judaicos de Alejandría (siglo I a. de J.C.) afirma que la filosofía griega
procede de oriente. Los principales filósofos griegos habrían tomado de doctrinas hebraicas,
egipcias, babilónicas e indias no solo sus descubrimientos científicos sino también sus
concepciones filosóficas mas personales. Esta opinión se fue difundiendo cada vez mas
durante los siglos siguientes, culminó en la opinión del neo pitagórico Numenio, que llegó a
llamar a Platón “Moisés en versión ática”, y de él pasó a los escritores cristianos”9

Sin embargo, sostiene, tal opinión carece de fundamento alguno en testimonios más antiguos.
Es cierto, reconoce, que se habla de viajes de varios filósofos a oriente, especialmente a
Egipto. Pitágoras habría viajado a Egipto. Demócrito lo hizo a Orienta y Platón a Egipto.
Señala, así mismo, que ha sido Platón quien (República, IV 435) ha contrapuesto el espíritu
científico de los griegos al afán de fuero propio de los egipcios y fenicios, hechos que se
excluye a la posibilidad de que esos pueblos se haya podido o se pueda hallar inspiración
para la filosofía. Además, argumenta, que las indicaciones cronológicas de que se dispone
son tan vagas que ha de considerarse como imposible el poder establecer la prioridad
cronológica de tales doctores, sobre las griegas, mucho mas verosímil, considera la
procedencia oriental de la ciencia griega. La geometría desarrollada en Egipto, a causa de
media la tierra y distribuirla después de las periódicas inundaciones del rio Nilo, la Astronomía,
en Babilonia, como consecuencia de sus creencias astrológicas.

Afirma, Abbaganano, que la tradición a que hace referencia, fue sugerida, en una época
dominada por el interés religioso, por la creencia de que los pueblos orientales estaban en
posesión de una sabiduría originaria y por el afán de vincular a dicha sabiduría las principales
manifestaciones del pensamiento griego. Para Abbagnano la observación cardinal y
concluyente que es necesaria efectuar con respecto al origen oriental de la Filosofía es que
aunque quedará mostrada la procedencia oriental de algunas de las doctrinas de la Grecia
antigua, ello no implicaría aun el origen oriental de la filosofía griega. Considera que la
sabiduría oriental es fundamentalmente de carácter religioso, constituye el patrimonio de una
casta sacerdotal con una preocupación y actividad secular y notable que es la de difundirla y

8
Kopleston, Frederick, Historia de la filosofía, Ariel. 1994. Pág.10
9
Abbagmano, Nicol{as, Historia de la Filosofía, Hora S.A., Barcelona, España, 1994, pág.3
trasmitirla en toda su pureza. Para nuestro antes, el fundamento único de la sabiduría oriental
es la tradición. En contrario sensu, la filosofía griega es investigación. Nace de un acto cuyo
cimiento es la libertad frente a la tradición, las creencias y costumbres.

El fundamento de la filosofía griega radica en la idea de que el hombre no posee la sabiduría


sino que debe buscarla. No es sofia sino filosofía amor a la sabiduría, exploración, indagación
directa para rastrearla verdad màs allà de las costumbres, de las tradiciones y de o aparente.
Con esta afirmación, el problema de la relación entre la filosofía griega y la cultura oriental
carece de significado.

Concluyendo que “…, aunque se admita a la luz de los pocos e inseguros datos que
poseemos, no arrebata a los griegos el merito de su originalidad”10

Rafael Gambra, con respecto a los orígenes de la filosofía ha escrito que:

“Aunque la verdad no se halla siempre en el termino medio, como acontece con la virtud, si
parece encontrarse en este caso. Es cierto que en los libros sagrados de Confucio y en las
Vedas se halla toda una concepción del universo expresada en mil màximas éticas y
sicològicas. No lo es menos que el hombre ejercitó desde su origen la facultad racional, que
no es monopolio de invención de ningún pueblo. Sin embargo, ha de afirmarse también que
es en Grecia donde por primera vez aparece un planteamiento verdaderamente filosófico, es
decir, donde se concibe a la realidad como asequible a la razón y a esta como el instrumento
adecuado para lograr una concepción del universo.

No debe despreciarse, pues, el caudal da sabiduría filosófica que se encierra en las literaturas
orientales, pero es justo que comencemos por Grecia nuestro estudio de este esfuerzo titánico
del hombre contra el misterio que le rodea que llamamos filosofía, porque allá encontramos las
primeras soluciones verdaderamente racionales. La sabiduría oriental, por otra parte, influye
sobre numerosos temas del pensamiento griego, con lo que, indirectamente, habremos de
entrar en contacto con su contenido y con su espíritu.”11

2. La Historia de la Filosofía: Concepto.


Según Dilthey la Historia de la Filosofía es:
“…una filosofía empírica que intenta captar sin prejuicios los hechos de la experiencia interna
e histórica, protegiendo los resultados de su estudio frente al mundo exterior. Por eso estas
lecciones arrancan de la total conexión estructural contenida en cada hombre y que despliega
su realidad en las épocas históricas, y sobre esta base es como tratan de comprender los
sistemas.

Por eso, …, no se explica el desenvolvimiento de la filosofía en virtud de las relaciones que


mantienen entre si los conceptos en el pensamiento abstracto, sino en virtud de los cambios
que se realizan en el hombre entero según su vida y realidad plenos. Por esto se procura
averiguar la conexión causal que los sistemas filosóficos han mantenido con la totalidad de la
cultura y con la cual han influido sobre esta. Toda actitud nueva de la conciencia frente a la
realidad, que se traduce en pensamiento filosófico, se hace valor, a la vez, en el conocimiento
de esta realidad, en las apreciaciones axiológicas de esa realidad por el sentimiento y en las
acciones de la voluntad, tanto en la conducta de la vida como en la dirección de la sociedad.
La historia de la filosofía nos hace patentes las actitudes de la conciencia ante la realidad, las
relaciones reales entre estas actitudes y el desarrollo que así surge. De esta suerte nos
ofrece la posibilidad de conocer el lugar histórico de cada una de las manifestaciones de la

10
Abbagnano, Nicolas, ob. Cit. Pàg.14
11
Gambra, Rafael. Historia sencilla de la Filosofía, Decimocuarta Edición, Ediciones RIALP. S.A. Madrid, 1985, pág.45
literatura, de la teología y de las ciencias. La base justa no puede ser establecida más que
por el método fiilológico (literario).12

La Historia de la Filosofía como problema a investigar, estudiar y esclarecer, es de reciente


data y se la conceptúa como la ciencia que investiga y estudia el proceso de formación y
desarrollo de las ideas y de los sistemas en filosofía, así como, las leyes y etapas de este
desarrollo, las contradicciones y confrontaciones entre los sistemas y las escuelas, sus
orientaciones y posiciones adoptadas para dar respuestas a los problemas que se han
planteado a lo largo del devenir histórico.
Estelrich, se pregunta, ¿cómo puede definirse esta filosofía y esta su historia?, para la
respuesta considera una de Husserl, cuya traducción dice, puede darse así:
“La filosofía es una idea unitaria de una tarea que se trasmite intersubjetivamente en el curso
de la historia: esta idea penetró en la historia europea y gracias a una fundación originaria de
ciertos primeros filósofos, hombres que fueron los primeros que concibieron esta original
filosofía e hicieron de la realización de la misma su propia vocación. Con esto nace un nuevo
tipo original, de vocación, desde luego prácticamente inútil para el sentido común, pero, al
igual que las demás profesiones… ligado en sus manifestaciones a los propios tiempos y,
como aquellas profesiones floreciendo en la socialidad y de generación en generación. Su
transmisión se produce con la idea de intencionalidad, la cual mantiene su unidad en el curso
de la historia, independientemente de su mutación…”

Esta definición, para Estelrich, cumple con la exigencia de toda historia:


a. Supone un objeto unitario, permanente, en el tiempo.
b. Existe una realidad filosófica, separable de la realidad total, que florece en la sociedad y
se transmite de generación en generación intencionalmente independiente y con plena
autonomía. La filosofía aparece como una fuerza vital permanente, una genuina
expresión de la especie (DEMPE), Jaspers, a su vez, considerará esta historia como el
instante único y grandioso en que el hombre ha tomado conciencia de sí mismo,
instante en que se manifiestan las fuerzas en conflicto, los problemas, al parecer,
insolubles, las creaciones y los extravíos, la verdad y los errores. No podrá, afirmarse
que ésta historia ponga de manifiesto una determinada continuidad espiritual pero sí
que manifiesta la continuidad de la obra del espíritu.

3. Razones para una historia de la filosofía.


Las razones que explican una historia de la filosofía son varias, a saber:
1. El hombre, la vida y el mundo son historia.
2. La filosofía convive con el pensamiento pasado, en oportunidades coincide con este
pensamiento pasado y es, sobre todo, respeto a las tradiciones. Una filosofía sin tradición
es tan inconcebible como una vida sin tiempo o una civilización sin historia.
3. La filosofía se presenta como historia, esta razón es la hipótesis que funda y aumenta el
desarrollo de una historia de la Filosofía. Sin embargo, que la filosofía se presento como
historia “… no quiere decir que la filosofía valga solamente como hecho histórico y que los
pensamientos, del pasado son reliquias mas o menos curiosos. Todo lo contrario quiere
mas bien decir que si bien la filosofía sede en la historia, hay formas de pensamiento que
más allá de la historia y, a través de todas las épocas, conservan su validez y su verdad
(…) quien a si no lo crea es que en el fondo no piensa que la filosofía es cosa de vida, ni
que las cosas de vida sobrepasen a una vida particular, limitada por un cuerpo, un cerebro,
un tiempo y un espacio”13

12
Dilthey, Wilhelm. Historia de la Filosofía, Fondo de Cultura Económica. México. 1951, pág. 14-15.
13
Xirau, Ramón. Introducción a la Historia de la Filosofía, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1968, pág.9
4. La filosofía es, en lo cardinal, búsqueda de la verdad y esto puede ser encontrado en
determinados periodos del pensamiento, como el S. VI a de C., el greco – romano, el
cristiano medieval o el renacimiento. Al inicio los pensadores intuyen la verdad, llegan a
ella, pero exiguamente sistematizados dentro de un todo orgánico y ordenado. A estos
periodos le siguen síntesis o summas que recogerán mucho de los pensamientos que les
precedieron, añadiendo nuevas ideas para construir sistemas mas armoniosos en donde el
mundo aparece ordenado y jerarquizado.

Esta summas del pensamiento se manifiestan cuando la civilización que les dio origen entre
en un proceso de crisis. Este es siempre un periodo en el cual cunde la desorientación,
surgiendo nuevos intereses y afanes en la búsqueda y encuentro de la verdad. Los sistemas
filosóficos se hacen realidad en momentos especiales de la historia, momentos en los cuales
lo realizado anteriormente convenga, para luego dividirse en creencias que se pretenden
absolutas. Ahora que, si la filosofía es encuentro con la verdad – que es siempre religiosa, al
decir de Xirou, el encuentro o convergencia se realizara en las Summas. Esta constatación no
implica que:

 Los filósofos o en las filosofías anteriores a las summas, no se perciben encuentros tan
verdaderos y, a veces, mas profundos que los que nos dan las summas.
 No existen preferencias y solo existen hechos. Los “…preferencias dependen de las
inclinaciones y estas de las simpatías y las simpatías de cada uno pueden estar adheridas
a un sistema o a una intuición, a una explicación completa o a una forma mas bien
visionaria.
 Puedan existir síntesis previas a las grandes summas. A veces son mas penetrantes que
las mismas summas, son “… formas aun abiertas al futuro, afluentes máximos que
desenbocaran en el rio totalizador”.
 Cuando hablamos de crecimiento, la madurez y la caída del pensamiento no se afirma que
los pensamientos se terminan en un momento dado de la historia para dar inicio a nuevos
pensamientos. La validez de nuestro pensamiento está en la verdad, siempre renovable
en cuanto a las vías del conocimiento, siempre la misma en cuanto verdad.
 Como diría Whitehead Nose acaban las civilizaciones, no son las civilizaciones votos
cerrados, “… son inmensas permanencias, inmensas y vivas. Podemos decir que de las
cenizas de un modo de vida social renacen siempre a fin de cuestas, las mismas verdades
remozadas que han de conducir nuevamente, continuadamente a la verdad. 14
Según Zubiri, la historia no es una simple ciencia, no se ocupa del pasado en cuanto ya no
existe. No es una sencilla curiosidad ni una elemental o escueta ciencia del pasado. Sino
que existe una realidad histórica. Esta historicidad no proviene de que el pasado avanza
hacia un presente y lo empuja hacia el porvenir, eso sería positivismo y, por lo tanto,
insuficiente. La historicidad en sentido positivista, supone que el presente es algo que
pasa y que el pasar es no ser lo que una vez fue.
“La verdad por el contrario, consiste más bien en que una realidad actual – por tanto,
presente – el hombre se halla constituida parcialmente por una posesión de si misma, en
forma tal, que al entrar en sí se encuentra siendo lo que es, porque tuvo un pasado y se
esta realizando desde un futuro. El “presente” es esa maravillosa unidad de estos tres
momentos, cuyo despliegue sucesivo constituye la trayectoria histórica. El punto en que el
hombre, ser temporal, se hace paradójicamente a la eternidad. Su íntima temporalidad
abre precisamente su mirada sobre la eternidad”15
“… recíprocamente, la realidad del hombre presente está constituida, entre otras cosas,
por ese concreto punto de tangencia cuyo lugar geométrico se llama situación. Al entrar en
nosotros mismos nos descubrimos en una situación que nos pertenece constitutivamente y
en la cual se halla inscrito nuestro peculiar destino, elegido unas veces, impuestos otras. Y
aunque la situación no predetermina forzosamente ni el contenido de nuestra vida ni de
sus problemas, circunscribe evidentemente el ámbito de esos problemas, y, sobre todo,
14
Xirau, Ramón, Ob. Cit. Pág. 10-11
15
Zubiri, Xavier. Prologa a la Primera Edición de Historia de la Filosofía de Julian Marias, pág. XXIV.
limita las posibilidades de su solución. Con lo cual la historia como ciencia es mucho mas
una ciencia del presente que una ciencia del pasado” 16
En el devenir histórico, dice Zubiri se encuentran tres significados diferentes de filosofía
que son producto en última instancia de tres dimensiones del hombre:
1. La filosofía como un saber acerca de las cosas.
2. La filosofía como una dirección para el mundo y la vida.
3. La filosofía como una forma de vida y, por tanto, como algo que acontece.

Estas tres ideas o significados de la filosofía se corresponden con tres concepciones


diferentes de la inteligencia, las mismas que nos han llegado desarticuladas por los
caminos de la historia y por ello la inteligencia ha empezado a pagar en sí misma su
propia deformación. Al intentar corregir o enmendar habrá de mantener o encargar para el
futuro nuevas formas de intelectualidad y, serán limitadas como las precedentes serán
limitadas, lo que no las descalifica, dado que el hombre es lo que es gracias, precisamente,
a esas limitaciones, que hacen posible el elegir lo que puede ser. Y, al percibir su propia
limitación, los intelectuales de entonces volverán a la raíz de donde partieron. Como lo
hacemos hoy. Y, esto es la historia. Una situación que implica otra, pasada como algo real
que esta posibilitando nuestra propia situación.

La historia de la filosofía es, pues, el movimiento mismo a que se ve sometida la


inteligencia cuando intenta ponerse en marcha, por eso es que la historia de la filosofía no
es externa, accidental o adventicia a la filosofía. La filosofía no es su historia, pero la
historia de la filosofía es filosofía, dado que la entrada de la inteligencia en la situación
concreta y radical en que se encuentra instalada es el origen y la puesta en marcha de la
filosofía. El problema de la filosofía es el mismo problema de la inteligencia.

Marias al reflexionar sobre esto considera que:

 En la filosofía el problema es ella misma.


 El problema, en casa caso se plantea según la situación histórica y personal en que se
halla el filósofo y esta situación está determinada, en mucho, por la tradición filosófica en
que se encuentra, todo el pasado filosófico se incluye en cada acción de filosofar, además
que el filósofo y por tanto de la filosofía misma desde su raíz originaria, no puede partir de
un estado existente de hecho y aceptarlo sino que tiene que empezar desde el principio y a
la vez desde la situación histórica en que se encuentra”.17

En todo filosofar dice, marias, está inserta la historia entera de la filosofía y sin esta no es
inteligible ni podría existir y, a su vez, la filosofía no tiene mas realidad que la que la que
obtiene históricamente en cada filósofo. Hay, pues una unidad indesligable entre filosofía e
historia de la filosofía. Por otro lado, la historia de la filosofía no es información erudita de las
opiniones y logros de los filósofos, sino que constituye una “… exposición verdadera del
contenido real de la filosofía. Es pues con todo rigor filosofía. La filosofía no se agota en un
ingenio de sus sistemas, sino que consiste en la historia efectiva de todos ellos.

Todo filosofar arranca de la totalidad del pasado y se proyecta al futuro, poniendo en marcha
la historia de la filosofía. Esto es, dicho en pocas palabras lo que se quiere decir cuando se
afirma que la filosofía es histórica”.

Russell, dice al respecto que:

“Desde que el hombre ha sido capaz de la especulación libre sus actos, en muchos
aspectos importantes – dependen de sus teorías respecto al mundo y a la vida
humana, al bien y al mal. Esto es tan cierto hoy como en cualquier tiempo anterior.

16
Zubiri, Xavier. Ob. Cit. Pág. XXV
17
Marias, Julian. Historia de la Filosofía. Manuales de la Revista de Occidente, Madrid. 1966, pág. 5
Para comprender una época o una nación, debemos comprender su filosofía, y para
eso tenemos que ser filósofos nosotros mismos hasta cierto punto. Hay una
conexión causal recíproca. Las circunstancias de las vidas humanas influyen mucho
en su filosofía y, viceversa, la filosofía determina las circunstancias”18

Marx, buscará encontrar una respuesta a la pregunta ¿cuál es el entronque entre la filosofía y
la realidad? ¿Cómo se enlaza la critica teórica con el mundo material o real que la rodea? En
esa búsqueda, Marx, escribirá:

“Podemos distinguir al hombre de los animales por la conciencia, por la religión o por
lo que se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del
momento en que comienza a producir sus medios de vida, paso este que se halla
condicionado por su organización corporal. Al producir sus medios de vida, el
hombre produce indirectamente su propia vida material.

El modo como los hombres producen sus medios de vida depende ante todo, de la naturaleza
misma de los medios de vida con que se encuentran y que se trata de reproducir. Este modo
de producción no debe considerarse solamente en cuanto es la reproducción de la existencia
física de los individuos. Es ya, mas bien, un determinado modo de actividad de estos
individuos, un determinado modo de manifestar su vida, un determinado modo de vida. De los
mismos. Tal y como los individuos manifiestan su vida, asi son. Lo que son coincide, por
consiguiente con su producción tanto con lo que producen como con el modo como producen.
Lo que los individuos son depende, por tanto, de las condiciones materiales, de su
producción”19

Continua, Marx, líneas mas adelante:

“no encontramos, pues, con el hecho de que determinados individuos, que, como
productores, actúan de un determinado modo, contraen entre si estas relaciones sociales y
políticas determinadas. La observación empírica tiene necesariamente que poner de relieve
en cada caso concreto, empíricamente y sin ninguna clase de falsificación, la trabazón
existente entre la organización social y política y la producción. La organización social y el
estado brotan constantemente del proceso de vida de determinados individuos, pero de estos
individuos, no como pueden presentarse ante la imaginación propia o ajena, sino tal y como
realmente son, es decir, tal y como actúan y como producen materialmente, y, por tanto, tal y
como desarrollan sus actividades bajo determinados límites, premisas y condiciones
materiales, independientes de su voluntad”20

La Producción de las ideas y representaciones, de la conciencia, aparece al principio


directamente entrelazada con la iniciativa material y el comercio material de los hombres,
como el lenguaje de la vida real. Las representaciones, los pensamientos, el comercio
espiritual de los hombres, se presentan todavía, aquí, como emanación directa de su
comportamiento material. Y lo mismo ocurre con la producción espiritual, tal y como se
manifiesta en el Congreso de la política, de las leyes, de la moral, de la religión, de la
metafísica con cta de un pueblo. Los hombres son los productores de su representación, de
sus ideas, etc., pero los hombres reales y actuantes, tal y como se hallán condicionados por
con determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y por el intercambio que a él
corresponde hasta llegar a sus formaciones más amplias. La conciencia no puede ser nunca
otra cosa que el ser consciente, y el ser de los hombres es su proceso de vida real.” 21

“La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a
ellas corresponden pierden así, la apariencia de su propia sustentividad. No tienen su propia

18
Russell, Bertrand. Historia de la Filosofía Occidental, Espasa – CALPE S.A. Madrid, 1978, p.10
19
Marx, Carlos. Engels, Federico. La ideología Alemana. Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo – Uruguay, 1968, pág. 19,20
20
Marx, Carlos. Engels, Federico. Ob. Cit. Pág. 25
21
Marx, Carlos, Engels, Federico. Ob. Cit. Pág. 25-26
historia si un propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su producción material y
sus intercambió material cambian también, al cambiar esa realidad, su pensamiento y los
productos de su pensamiento. No es la conciencia lo que determina la vida, sino la vida la que
determina la conciencia.

“allí donde termina la especulación – escribe Marx y Engels – en la vida real, comienza
también la conciencia moral y positiva, la exposición de la acción, practica del proceso
practica de desarrollo de los hombres. Terminan allí las frases sobre la conciencia y pasa a
ocupar su sitio, el saber ideal. La filosofía independiente pierde, con la exposición de la
realidad, el medio en que puede existir. En lugar de ella, puede aparecer a lo sumo, un
compendio histórico de los hombres. Estas abstracciones de por sí, separados de la
historia real, carecen de todo valor. Solo pueden servir para facilitar la ordenación del
material histórico. Por el contrario la dificultad comienza allí donde se aborda la
consideración y la ordenación del material sea el de una época pasada o el del presente,
la exposición real de las cosas…”

En conclusión.

1. El pensamiento, todo pensamiento es el producto de la conexión, entronque o trabazón


entre la conciencia y el ser social, entre la conciencia y la vida real.
2. Dada esta conexión el pensamiento expresa las condiciones del desarrollo objetivo y
subjetivo de una sociedad determinada.
3. Son los hombres quienes con su acción, su actividad transformadora de la naturaleza
hacen la historia.
4. Para comprender una época y su pensamiento se debe conocer e investigar su realidad
concreta. El pensamiento como fruto de este analizará y buscará respuestas a los
problemas que ella nos plantee, sea en el ámbito material o espiritual.

4. Objeto de la Historia de la Filosofía


El objeto de la Historia de la Filosofía como ciencia, son los hechos de la mente pensante, los
pensamientos filosóficos, su contenido y resultado.
En otras palabras, el objeto está constituido por los principios y su progresivo desarrollo, las
ideas de los filósofos, no en cuanto deben su origen a tales o cuales influencias, sino en
cuanto han sido pensadas teniendo en cuenta la razón, el dinamismo y la capacidad
explicativa de los hechos, las circunstancias, los fenómenos que tales ideas proyectaban.

La regla basilar para discernir lo que pertenece a la Historia de la Filosofía no es la relación


abstracta entre verdad o falsedad formales, sino la contribución que una filosofía realiza
aportando al esclarecimiento de problemas relacionados a la comprensión del ser superando
la situación o estado alcanzado por el problema.

El método consistente e historiar problemas e ideas será siempre la meta de una Historia de la
Filosofía, lo cual, ciertamente, presupone la tarea de recoger de la existencia del acontecer
filosófico estos problemas e ideas actuando con imparcialidad, con fidelidad a la verdad y no
sesgadamente.

La relación que se da entre la Filosofía y su Historia es una relación de intercambio. La


filosofía como expresión de la creatividad del ser humano, solo deviene en forma de Historia.
Por esa razón no puede prescindir de su historia, solo deviene en forma de historia. Por esa
razón no puede prescindir de su historia si quiere ser creadora, conocerse a sí misma, y desde
luego, conocer sus fines. Por otro lado, una Historia de la Filosofía (según el Método
consistente en Historiar, ideas) no es posible sin una profunda y externa filosofía sistemática.

La universalidad, es un hecho, ineludible a tener en cuenta, si el objeto de estudio dela historia


dela filosofía, es el de revelarnos como se ha manifestado la filosofía en el plano de la historia
de la humanidad, en las condiciones sociales y políticas y en las circunstancias personales
mas variadas, se evidencia, pues, que tal estudio debiera ser universal.

El prolognista, escribe que sin llegar “… a sostener que el prejuicio occidental falsea todas
historias europeas de la filosofía y nos hace ajenos a los valores orientales, constituye un
hecho que en la actual situación del mundo, conviene tener presentes estos valores. De todos
modos, una historia de la filosofía circunscrita al mundo occidental, esta plenamente
justificada, dentro de su variedad, posee una unidad temática indiscutible” (XII).

Al no tenerse en cuenta estos valores no estamos ante una historia de la filosofía con
características universales, pero si ante una Historia de la Filosofía Occidental que, aunque
con una variedad de matices, posee una unidad temática incuestionable.

Al no tenerse en cuenta estos valores no estamos ante una historia de la filosofía con
características universales, pero si ante una Historia de la Filosofía Occidental que, aunque
con una variedad de matices, pose una unidad temática incuestionable.

Y, además, si se afirma que vivimos un periodo de crisis, ello significa, también, que la historia
de la filosofía está en crisis, por lo que el asaltado por una crisis de legitimidad que la conduce
a interrogarse sobre su propia significación sin el reverse, teóricamente a estar segura de su
posibilidad, quedando, al final, el hecho de que el problema filosófico al no poder ser resuelto
para siempre y que solo admite soluciones temporales y sucesivas. Asi las cosas nos
conformamos con una historia de la filosofía que florece como el tesoro de la sabiduría
lentamente acumulada.

El historiador de la filosofía, limita su ambición “…a determinar con toda exactitud el testimonio
de cada filosofía, a restablecer lo que ha dicho y a aclarar lo que ha querido decir” (XII).

5. La Historia de la Filosofía como Filosofía”


La historia no goza de un rol protagónico en las ciencias particulares donde ocupa un lugar
secundario o accidental en el estudio de esas, disciplinas, lo es, por ejemplo, en las ciencias
experimentales, donde el interés converge en los resultados obtenidos. Esta actitud no se
presenta en las ciencias humanas, dado que, el desenvolvimiento y el avance de la historia
otorga a sus problemas se entienden mejor a la luz de las nuevas circunstancias y al
incremento del conocimiento. Este mismo ocurre, en un grado mayor en la filosofía.

En esa línea de argumentación, como ya lo hemos dicho en otras páginas la historia de la


filosofía no se reduce a un sencillo y escueto levantamiento de datos y de afirmaciones de los
filósofos: conocer el pensamiento de un filósofo implica tener en cuenta como plantea el
problema asi como sus propuestas de solución, esto es ya una actividad filosófica, mucho más
aun cuando se pretende lograr una mirada o una percepción histórica sobre la pluralidad y
complejidad de los problemas planteados, sus desarrollos y soluciones. Por ello, se afirma
con razón que la historia de la filosofía constituye una parte de la filosofía.

Por otro lado, la atención, para unos o fascinación, para otros, por estudiar y conocer la
historia de la filosofía radica en el hecho que nos hace asequible y cómodo, el camino a la
verdad, al permitirnos conocer lo que otros han pensado sobre hechos o circunstancias
semejantes a los actuales.

La historia de la filosofía y su relación con la Historia de las demás ciencias.


Esto constituye el segundo problema que según Brehier debe resolver todo aquel que escriba
sobre Historia de la Filosofía (el primero es al de los orígenes y sus límites).

La Historia de la Filosofía es profundamente diferente a la Historia de la Ciencia. En esta, las


teorías pasadas que han sido dejados de lado, no gozan de predicamento alguno, no
significan nada para la ciencia, las aún validas forman parte de su corpus vivo lo que hace
innecesario apelar a la historia para su conocimiento y asimilación.

En la Filosofía, contrarios sensu, la estimativa histórica es cardinal, asi Abbaganano, escribe


“,,,una filosofía del pasado, si ha sido verdadera filosofía, no es un error abandonado y muerto,
sino una fuente permanente de enseñanza y de vida. En ella se ha encarnado y expresado la
persona del filósofo, no sólo en lo que le era mas propio, en la singularidad de la experiencia
de su pensamiento y de su vida, sino en sus relaciones con los otros y con el mundo en que
vivió”22

La Historia de la Filosofía no constituye un fundo de doctrinas impersonales que se suceden


confusamente o doctrinas que se enlazan dialécticamente, tampoco es la esfera de acción de
problemas interminables, cuyas manifestaciones contingentes sean las doctrinas singulares.
La historia de la filosofía “Es un entrenado de relaciones humanas, que se mueven el plano de
una disciplina común de investigación y, así, trasciende los aspectos contingentes o
insignificantes, para asentarse en los que son esenciales y constitutivos. Revela la solidaridad
fundamental de los esfuerzos que tienden a aclarar como sea posible la condición y el destino
del hombre, solidaridad que se expresa tanto en la afinidad de las doctrinas como en su
oposición en su acuerdo tanto como en su enfrentamiento polémico. La historia de la filosofía
reproduce en la técnica de sus investigaciones rigurosamente disciplinadas el mismo intento
que está en la base y es el motor de cualquier relación humana: comprenderse y comprender
y lo reproduce con las mismas visitadas de existo y de esperanzas siempre renacidos. 23

Para Brehier, la historia de la filosofía si quiere ser leal y permanecer insobornable no puede
ser una historia indeterminada, indefinida, genérica de las ideas o sistema separada de la
intención de sus autores y del ambiente moral, social y educativo en que nacieron y se
desarrollaron.

La filosofía no puede ser aislada de los manifestaciones de la vida espiritual, de las demás
ciencias, la religión, el arte, la vida moral o social, ella debe tenerlas en consideración como
hechos acaecidos en su tiempo para aprobarlos, criticarlos, o transformarlos. No habrá
filosofía sin un esfuerzo para para ordenar jerárquicamente los valores.

Es necesario, apuntar que las relaciones que establece la filosofía con las demás disciplinas
no son uniformes, homogéneas e invariables, sino que se presentan y se expresan de manera
muy diferente, según las épocas y los pensadores.

6. El Progreso en la Historia de la Filosofía.


La historia de la filosofía es proceso y es progreso. Proceso en una época determinada, en su
periodo preciso, pero es progreso dado que en todo momento se constituye y se construye
como pensamiento filosófico con un valor superior al momento precedente.

El progreso en filosofía no se basa, no radica en el surgimiento de doctrinas originales e


innovadores, el progreso implica un mayor acercamiento a la verdad, el mismo que puede
darse en cualquier época. La filosofía buscará y encontrará siempre nuevas problemas,
cuestiones, circunstancias que antes no existían o no se presentaban como problemas al
conocimiento y, que deberán ser estudiados y pueden ser explicados. Sin embargo, se hace
necesario precisar que pueden existir asuntos, ideas fundamentales, cimeras cuyo examen
mas adecuado haya sido realizado mucho tiempo atrás y que requieran ser puestos al día en
aspectos secundarios.

22
Abbaganano, Nicolas, Historia de la Filosofía, Hora S.A. Barcelona – España, 1994, pág. VII
23
Abbaganano, Nicolas. Ob.cit. pág. VIII
Así mismo, el progreso de la filosofía no sigue un curso lineal, ni es acumulativa, en el curso
histórico se han producido avances, retrocesos y cúspides aún no superadas, que dan cuenta, de
la unidad del espíritu que fundamenta la unidad de la historia y esta, finalmente, la unidad de la
filosofía, que se expresa en el estudio sistemática de las polémicas y controversias que afectan a
la historia de la filosofía que ha determinado, primero, un mejor y más perfecto conocimiento del
pasado y, segundo, una ruptura con el optimismo de la idea del progreso, sin desvirtuar, de
ningún modo la idea de la historicidad de la filosofía, en contrario sensu la filosofía ha sido y es
entendida como una disciplina enraizada en la historia.

Ferrater Mora, escribe al respecto:

“Esta unidad de la historia de la filosofía no es la unidad del espíritu en un sentido hegeleano, sino
a la unidad de la filosofía como saber inherente a la naturaleza del hombre, como un hecho que
le acontece en su existencia y que hace de la filosofía no una disciplina que tiene una historia sino
un hecho que es historia. Lo que es esencial a la filosofía, …, es lo que según Diethey, forma la
nota constitución de la psique: la historicidad”24

La Filosofía como Progreso.

Es necesario dejar, claramente, establecido que una doctrina filosofía es algo más que un
acontecimiento del pasado. No es sólo uno construcción teórica fija, que se estructuró y surgió en
un momento específico. En ella encontramos algo mas: un principio interno de duración que se
ofrenda a todos los espíritus que se constituye como un bien común, que olvidado, acaso, muerto
es capaz de resurgir renovada suscitando genuinas perturbaciones, trastornos. Siendo esto, de
suyo, valido no lo es la afirmación de que la historia de la filosofía al ser concebida como ciencia
halla legitimación bajo la apariencia de progreso, recurriendo a la noción científica de “verdades
adquiridas”, fundando su progreso en estas verdades adquiridas.

Son los hechos los que desmienten esta idea. En filosofía no existen “verdades adquiridas” para
siempre, pues todo está sujeto a una continua y permanente revisión. La historia de la filosofía,
no es, una disciplina acabada y claramente definida y totalmente aceptada en sus métodos y en
sus fines. Es decir, no puede ser descrita como “sub specie alterni”.

Además, ocurre que una doctrina no es solo verdadera o falsa, sino que puede ser, también màs
o menos bien comprendida, expresada o transmitida. El pensamiento filosófico discurre en el
interior de las culturas humanas participando de su transitoriedad.

La historia de la filosofía, enfoca un conjunto de doctrinas que conservan todas una relación
posible con una verdad no adquirida, que no está nunca dada, permaneciendo siempre como
objetivo de búsqueda. Sin embargo, la historia nos muestra que el tiempo no es un factor solo de
progreso, sino que es, también, regresión y decadencia, una doctrina, con el correr del tiempo,
puede perderse, deformarse, desconocerse, empobrecerse u olvidarse.

En síntesis, la historia y en ella la de la filosofía no es un instrumento de verdad, es un factor de


cultura. De lo que se trata es de la búsqueda de la verdad. No se propone la verdad última, pero
siempre se insinúa su inminencia.

La misión, la tarea del historiador consiste en restablecer las intenciones olvidadas. Por ello, el
pasado está siempre por ser redescubierto, en relación a los presentes que se expresan en el
curso del tiempo. Es en ese sentido que se afirma que cada época posee una visión distinta del
pasado extrayendo valores diferentes de su investigación y reflexión y siendo la cultura presencia
del hombre y fidelidad a todo lo que es humano, la tarea del historiador se evidencia como sostén
de cultura.

24
Ferrater Mora, José. Diccionario de Filosofía, Editorial Atlante S.A. México, D.F. Reimpresión 2001, pág. 198.
En esa línea de pensamiento, nadie descubrirá el sentido único de la historia, dado que ese
sentido se está forjando a cada instante. En cualquier instante es posible que surja algo nuevo,
insospechando para renovar el mundo.

Según Brehier, hay un tercer problema que todo historiador de la filosofía debe responder.
Hemos visto dos: el primero relacionado con lo orígenes y sus límites, el segundo trata de la
relación entre la Historia de la Filosofía y la Historia de las ciencias. El tercer problema busca
responder a si la filosofía tiene una ley de desarrollo que le es propia o si la sucesión de sistemas
es contingente y depende de los temperamentos individuales.

Brehier, intenta una respuesta y nos dice que:

 El valor de un sistema no es independiente del fervor espiritual que ha suscitado.


 Las doctrinas filosóficas no son cosas sino pensamientos, temas de reflexión que se
proponen a la posteridad y cuya fecundidad es inagotable.
 Son o constituyen directrices mentales que siempre pueden ser recuperadas.
 Las ideas que integran tales doctrinas no son materiales inertes de un edificio que puede
ser desmontado y que pudieron ser nuevamente utilizadas, tal como están en otras
construcciones. Nada de eso, son gérmenes que tienen a desarrollarse y pretenden ser un
“bien capaz de comunicarse”.
 La investigación histórica debe permitirnos captar el impulso original y la manera en que se
desarrolla, cesa, y a veces, se renueva. La Historia no está terminada 25, esto es lo que
jamás debe olvidar el historiador del pensamiento. No hay pues en la Filosofìa progreso, lo
que se da, en todo caso, una constante y permanente actualización o renovación.

Desde este punto de vista “…no puede esperarse que encontremos en la historia de la
filosofía un progreso continuo, la formación gradual de un cuerpo único y universal de verdad.
Un progreso como el que se verifica en las ciencias particulares, que una vez asentadas en
sus bases se acrecientan gradualmente por la adición de contribuciones aisladas, no puede
hallarse en la filosofía, pues en ella no hay verdades objetivas e impersonales que puedan
sumarse e integrarse en un cuerpo único, sino personas que dialogan de su destino, y las
doctrinas no son sino expresiones de ese diálogo ininterrumpido, preguntas y respuestas que
a veces se provocan unas a otras a través de los siglos: la mas alta personalidad filosófica de
todos los tiempos, el ateniense Platón, ha expresado en la misma forma literaria de sus obras
– el diálogo – la verdadera naturaleza del filosofar”26

“Por otra parte, en la historia de la filosofía tampoco se da una mera sucesión desordenada de
opiniones que se amontonan y destruyen mutuamente. Los problemas sobre que versa el
incesante dialogar de los filósofos tienen su propia lógica, que es la misma disciplina a que los
filósofos somenten libremente su investigación: de modo que ciertas corrientes consiguen
dominar un periodo o una época histórica, por haber sido capaces de iluminar mas vivamente
algún problema fundamental. Adquieren así una impersonaldiad aprente que hace de ellos
patrimonio común de generaciones enteras de filósofos (…), luego decaen y se ocultan, pero
la verdadera personalidad del filósofo no lo hace nunca sino que todos pueden y deben
recurrir a ella para recibir su luz”27.

7. LA IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFIA

Un hecho innegable, es que, si se quiere profundizar en el conocimiento de la filosofía es de


suma importancia el estudio de aquellos gigantes que se han acercado a investigar los

25
Brehier, Emile. Ob.cit pag. 41-42
26
Abbaganano, Nicolas. Ob cit. pág. IX
27
Abbaganano, Nicolas, ob. Cit, pág. IX
problemas de la filosofía con interés y profundidad. Esta búsqueda emprendida con afán y
tesón aproximándose a los grandes filósofos no es solo por erudición o sapiencia o por un
conocimiento sin perspectivas ni proyección histórica, no, de eso no se trata, de lo que se trata
con esta búsqueda afanosa y perseverante, acudiendo a las fuentes, a las obras de los
filósofos es de constituirse en un auxilio o patrocinio para acceder al entendimiento, a la idea
de la verdad.

Esta búsqueda y el estudio, consecuente, debe estar acompañado de una apreciación crítica,
su omisión hará imposible distinguir los resultados exitosos de las equivocaciones e
inexactitudes, situación esta que se tornará difícil eludir o escapar a la conclusión escéptica al
quedar de manifiesto y acreditada la diversidad de soluciones que se han dado a los mismos
problemas de rujumbre filosófica.

El estudio de la historia de la filosofía nos posibilita descubrir que las diferentes posiciones u
orientaciones filosóficas dan vuelta alrededor de unos problemas fundamentales cuyas
soluciones se limitan a ciertas líneas básicas de pensamiento que van a encontrar una serie
de expresiones en el devenir histórico y que se van a enlazar, ajustadamente, con las
actitudes posibles frente a los problemas cruciales de la existencia humana. Asimismo, es
posible señalar, que es frecuente que unos planteamientos filosóficos surjan como una
reacción a los excesos planteados o formulados por posturas adversas, ello permite disminuir
la perplejidad ocasionada por la diversidad de doctrinas en la Historia de la Filosofía, evitando
las conclusiones escépticas y relativistas.

Es de advertir que, el estudio de la historia de la filosofía permite examinar que todo saber que
todo saber filosófico emerge en un ámbito cultural que forma el horizonte desde donde cada
época histórica trata de ponerse en claro consigo misma. Asimismo en cada época se ha
confirmado que en la historia de la filosofía no ocurren, no se producen cortes radicales. Cada
época va a proseguir, admitiendo las propuestas y las premisas, el procedimiento y la
ordenación, en buena cuenta, la metodología que era propia de la época precedente.

Copleston, ha escrito que:

“… para quien no se proponga aprender un sistema filosófica determinado sino que aspire a
filosofar, por así decirlo, ab ovo, el estudio de la historia de la filosofía es indispensable, pues
sin el correrá el riesgo de meterse por callejones sin salida y de repetir los errores de quienes
le precedieron, peligros que un serio estudio del pensamiento pretérito le evitará
seguramente”. Agregando que:

“La filosofía, obra de la mente humana y no revelación de Dios, crece y se desarrolla: sus
puntos de vista pueden cambiar y renovarse o aumentar en número, gracias a nuevos
enfoques o al planteamiento de nuevos problemas, a medida que se descubren mas datos,
varían las situaciones, etc. El término “filosofía verdadera” o filosofía, perenne no ha de
entenderse como si denotará un conjunto estático y completo de principios y aplicaciones, no
susceptible de desarrollo ni modificación”28

Esta aseveración final de Copleston no implica que el estudio de la historia de la filosofía


acaso engendra cierta predisposición mental al excepticismo, pero, nos dice, “debe recordarse
que el hecho, de que los sistemas se sucedan unos a otros no prueba que toda filosofía sea
falsa.

¿Cuándo es importante o valiosa una filosofía desde la Historia de la Filosofía?

 Una filosofía no prescribe o determina su carácter de valiosa o importante en mérito al


quántun de verdad objetivo que ella encierra, sino que su importancia o valor se ve
determinado en razón a su amplitud y contenido para ver utilizado, úsalo como punto de
28
Copleston, Frederick. Historia de la Filosofía. Tomo I. p.5
observación (puede ser controversial) para todo proyecto o aspiración que busque
comprenderse asi mismo y al mundo que lo circunda.
 Así también, una Filosofía no posee valor por provocar la avenencia u opinión formal de
cierto número de personas sobre tales y cuales teorías, no, su valor se determina en
cuanto suscita estimula e inspira en los demás un afán de indagación, de búsqueda que
conduzca a cada quien a encontrar su camino, del modo que, en ella lo halló su autor.
 Una historia de la Filosofía es una historia de carácter temporal y por ello problemática, no
está constriada o constituida por doctrinas o momentos ideales, sino por hombres y
mujeres solidarizados por una investigación, en un afán que le es común. No se trata de
que cada corpus doctrinario sucesivo en el orden cronológico, sea solo por eso, mas
verdadera que los que la han precedido. Siempre, se corre el riesgo de perder u olvidar
enseñanzas que son vitales y que, lamentablemente, han ocurrido y continua ocurriendo
de manera que allí la necesidad de inquirir, escudriñar, permanentemente, sobre su
auténtico significado.

8. Naturaleza de la Historia de la Filosofía.

1. La historia de la Filosofía no es, un cúmulo de opiniones, una exposición de aislados


muestras de pensamiento sin vínculo alguno entre sí, la enumeración de opiniones
diversas considerados todos ellos como válidos o sin ningún valor lo convierten en “inútil
relato o, si se quiere, en investigación erudita como diría Hégel. Hay en la Historia de la
Filosofía, según Copleston, “…continuidad y conexiones, acción y reacción, tesis y
antítesis, y ninguna filosofía de puede entender realmente del todo sino se la ve en su
contexto histórico y a la luz de sus relaciones con los demás sistemas ¿cómo, va a
entenderse de verás la mentalidad de Plutón o lo que le inducía a decirle que dijo, a no ser
que se conozca algo del pensamiento de Heráclito, de Parménides y de los pitagóricos?29

2. Asi como la historia de la filosofía no constituye una política, una acumulación de juicios
aislados, tampoco puede ser pensada como sujeta a un invariable y sostenido progreso y
menos aún como un avance o ascenso en espiral. El historiador científico tiene como
tarea no la adopción de un esquema a priori para luego ajustar los hechos a ese esquema.
Aún cuando, cierto es, que todo pensador se verá limitado por los sistemas precedentes y
por los contemporáneos (y, por supuesto, por su temperamento, su perfil educativo, su
ubicación histórica económica y social, etc.), no se puede deducir, de ello, que tenga la
obligación de adoptar determinadas ideas y, a reaccionar, negativa o positivamente, contra
la filosofía que lo precede. "En la “historia de la filosofía hay, sin duda, una ilusión lógica,
pero no una secuencia necesaria en sentido estricto”30

3. La Historia de la Filosofía nos informa de la inextinguible perseverancia del ser humano por
encontrar la verdad mediante la razón discursiva. Búsqueda de la verdad no siempre
coincidente con la verdad absoluta, el ser Absoluto o Dios de algunos filósofos como
Copleston, Julian Marias y un largo etcétera.

9. Como estudiar la Historia de la Filosofía


Según Copleston:
1. Insistir en la necesidad de considerar todo sistema filosófico en sus circunstancias y
conexiones históricas. Solo comprenderemos, satisfactoriamente, la mentalidad de un
filósofo y las raison détre de su filosofía si hemos entendido su point depert histórico.

2. Se requiere una cierta admiración e interés, una sintonía psicológica con el o los filósofos.
Conocer un poco de su personalidad como individuo no siempre, posible. Este

29
Copleston, Frederick. Historia de la Filosofía. Pág.6
30
Copleston, Frederick. Ob. Cit. Pág. 6
conocimiento le ayudará a la introducción en el sistema filosófico del filósofo, a conocerlo
desde dentro con todas sus características y matices. Procurar ponerse en la situación del
filósofo y repensar con el sus ideas y reflexiones.

Esta preocupación por la psicología del filósofo necesaria, como ya se ha dicho, no debe,
hacer posible, el descuidar los aspectos que se relacionan con la verdad o falsedad de sus
ideas recogidas en sí mismas o el de la conexión de su sistema con todo el conocimiento
que lo precede.

3. En el campo de la historia de la Filosofía se hace necesaria la especialización. El


especialista es un erúdito, la erudición le es indispensable, pero de ningún modo es
suficiente.

10. La Historia de la Filosofía Periodización.


La Historia de la Filosofía, se divide en:
a. Filosofía Antigua
b. Filosofía Medieval
c. Filosofía Moderna
d. Filosofía Contemporánea.
11. Filosofía Antigua
Tales de Mileto
Anaximandro
Fase de los cosmólogos Anaximenes
O físicos.

Pitágoras de Somos
Alcmeón de Crotonea
Los Pitagóricos
Etapa de iniciación Arqiotps de Tarcicto
siglo VI – V, a. de C. Filolao de Tebas

Parménides de
Los Metafísicos Elea
Heráclito de Efeso

Georgias de
Leontine
Protágors de
Los Sofistas
Periodo Griego Abdea
Prodico
Hipios
Calcles
Socrates

Etapa Humanista
de Esplendor Fase Ontológica Platón
Aristóteles

Filosofía Griega
o Clásica

Zocion de Citúm
Estoicos Cleoneto de Asos
Etapa Etica o de Crisipo
Decadencia Siglo III
– II a. de C. Epicureos Epícuro
Cínicos Antistenes
Cirenaicos Aristipo de Cirene
escépticos Pirron
Arquisilao
Canealdes

Etapa Romana Academino Cicerón


S. 1 a. C. y S1 d.C.
Epicionismo Tito Lucrecio
Periodo Adenístico Lucio Andreo Seneca
Estoicismo
Epitecto
Marco Aurelio

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