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El tratamiento de la diversidad en el aula de Música

En el aula de música de cualquier centro en el que se imparta la Educación


Secundaria Obligatoria, ya sea éste de carácter público o privado-concertado,
contaremos con una diversidad que refleja a la perfección la sociedad actual. La
diversidad de la que hablo estará determinada por diferencias de edad, raciales,
culturales, de nivel económico, ideológicas, a las que se sumarán diferencias que
afectarán a la adquisición de conocimientos, que van desde la dificultad que pueda
presentar un alumno o alumna con retraso, hasta la gran facilidad que mostrará ante
esta tarea una persona con superdotación intelectual. A estos casos hay que añadir
los de discentes que debido a alguna discapacidad física o psíquica, se encuentran
con ciertas dificultades para afrontar una clase con normalidad. Por otro lado hay que
tener en cuenta que ningún alumno es igual a otro, por lo que un grupo-clase siempre
va a contar con una gran diversidad, así es que no todos los alumnos y alumnas
presentan en mismo grado de interés por la materia que impartimos.

La legislación educativa actual a través del Real Decreto 1631/2006, obliga al


profesorado de música a afrontar tal diversidad adaptando el currículum a las
circunstancias a través de una programación. Dicho de esta manera puede resultar
algo bastante complicado, pero lejos de esto afrontaremos esta tarea teniendo en
cuenta que cualquier diversidad podrá enriquecer el ambiente de nuestro aula.
También debe quedar claro que tratar la diversidad del aula de forma adecuada exige
un gran esfuerzo por parte del profesorado. Así, una vez analizados cada uno de los
casos individuales que conforman la totalidad de nuestro alumnado, para lo que el
centro nos facilitará informes detallados de cada uno de los alumnos y su situación y
características concretas, y teniendo en cuenta los resultados de una prueba inicial de
nivel que nos ayudará a saber exactamente de dónde partimos, trabajaremos en torno
a una metodología acorde a cada grupo-clase, que tendrá muy en cuenta cada uno de
los casos concretos.

La principal herramienta con la que contamos para obtener buenos resultados y un


nivel de satisfacción e interés homogéneo, que deje a un lado el habitual abandono
por aburrimiento de los alumnos con dificultades o con superdotación, es la
motivación. Por suerte estamos ante una materia en la que se trata constantemente
algo que forma parte del entretenimiento diario de los jóvenes de hoy día. Siempre
podremos partir de los gustos de los discentes para explicar cualquier concepto que
tenga que ver con el mundo de la música. Además la música se puede enseñar
basándose prácticamente todo el tiempo en una metodología práctica, es más la
mayoría de los contenidos que proclama la ley son de corte práctico, así queda
patente en los diversos bloques que se establecen: escucha, interpretación, creación y
contextos musicales, para los cursos 1º y 2º de ESO; y audición y referentes
musicales, práctica musical y música y tecnologías para 4º de ESO. Es importante que
las actividades que seleccionemos en cada caso sean las más adecuadas.

La enseñanza musical en zonas desfavorecidas


Esto nos ayudará especialmente en los caso de trabajar en un centro perteneciente a
una zona deprimida, con toda la problemática que esto puede conllevar. Nos
podremos servir de flamenco, hip-hop, rap, rock, funk, copla, etc., ya que cualquier
música es válida en el aula de música si con ella vamos a conseguir los objetivos que
nos hemos marcado. Seguramente una vez que hayamos conseguido que los alumnos
se interesen por la materia que nos toca impartir no nos será tan difícil analizar los
elementos musicales de una obra de Manuel de Falla o de Mozart. Por norma general
la música nos atrae de forma inevitable, de no ser así no sería el arte que mayor
reclamo social tiene. Como plantea Juan R. Muñoz (2008) en zonas deprimidas la
música puede actuar como un “medio de integración social y una inestimable vía
potenciadora de la educación en valores”.

Sabemos de casos en los que debido a unas circunstancias muy especiales la


enseñanza de la música ha estado determinada por la práctica musical de estilos
como el flamenco, y no por ello las clases de música han resultado más pobres o
improductivas. Muchas veces las circunstancias mandan y no nos podemos aferrar a
lo que sería ideal hacer en nuestra labor diaria.

Alumnos con dificultades de aprendizaje


Otra de las ventajas, anteriormente señalada, es que nos encontramos ante una
materia en la que la mayoría de los contenidos son prácticos. En muchos casos los
alumnos y alumnas tienen que actuar de forma sincrónica cuando nos enfrentamos por
ejemplo a actividades ligadas a la interpretación o a la audición. En estos casos a
priori no se hará ninguna diferenciación, ni por supuesto exclusión, aunque como
resulta obvio no todos los alumnos conseguirán el mismo nivel de satisfacción en los
resultados. Así que la meta para los alumnos con dificultades estará en la consecución
de unos objetivos mínimos que previamente habremos marcado. Además, las
adaptaciones y las modalidades dentro de una actividad musical pueden ser múltiples.
Si estamos en un ejercicio de interpretación en el que intervienen flautas, xilófonos,
carillones, pandero y maracas, repartiremos los papeles en función de la capacidad de
cada alumno. En general las actividades de interpretación son muy bien acogidas por
el alumnado, tenga éste el tipo de discapacidad que tenga. Los instrumentos que más
problemática pueden presentar son el xilófono, el carillón y en ocasiones la flauta, de
manera que en el caso de que contemos en clase con algún discente que tenga un
retraso mental acusado sería sensato que éste se ocupara de la percusión de altura
indeterminada, con la que marcaría el pulso en un primer lugar y luego se probarían
fórmulas rítmicas algo más complicadas. En ningún caso discriminaríamos a un
alumno o alumna y lo dejaríamos al margen de la actividad, no debemos olvidar que
uno de nuestros objetivos es conseguir la integración.

El aprendizaje por imitación suele dar muy buenos resultados en estos casos, ya que
el lenguaje musical específico puede resultar demasiado complejo, muchas veces lo
es para el alumnado en general. También contamos con recursos para casos
específicos como partituras de flauta adaptadas con colores, publicadas como Flauta
fácil; partituras gráficas; etc.

Algo que puede resultar obvio, pero que no siempre se tiene en cuenta es que una de
nuestras bazas para paliar dificultades es, como aporta Juan R. Muñoz, la observación
y la imitación, de las que saldrán diversas soluciones que muchas veces son más
sencillas de lo que puedan parecer. Cada vez tenemos más material a nuestro servicio
que puede paliar las necesidades específicas de nuestro alumnado con resultados
muy satisfactorios. Medios como Internet nos ofrecen muchas posibilidades como las
WebQuest o Cazas del tesoro de diversos niveles, entre otros medios. La Junta de
Andalucía pone además a nuestra disposición las Guías de Atención a la Diversidad
publicadas por la Consejería de Educación y Ciencia, que aportan soluciones diversas
que giran en torno a las posibilidades de agrupamiento; la ordenación de la clase,
teniendo en cuenta por ejemplo casos de problemas de vista o audición, tomando
medidas como la colocación de tales discentes cercanos a la pizarra y a la mesa del
profesor; métodos cooperativos basados en el aprendizaje en grupo; entre otras
consideraciones.

Existen casos en los que la música puede actuar como un tipo de terapia, como es el
caso de alumnos con dificultades de lenguaje, trastornos de la voz, de la articulación,
de audición. La música se utiliza de forma terapéutica en estos casos
independientemente de la enseñanza obligatoria, por ello ha quedado comprobado
que no puede ser más que satisfactoria. Además la enseñanza de la música puede
ayudar a prevenir problemas futuros que tengan que ver con la voz y su uso.

La enseñanza musical además de contribuir a la consecución de unos objetivos


propios del área, contribuye a la adquisición de una serie de competencias básicas
como las sociales y comunicativas, la capacidad de atención o las destrezas motoras.
Así resulta positiva tanto para alumnos con algún problema físico o psíquico, como
para alumnos con problemas de integración sea cual sea la causa de éstos, algo que
ha quedado demostrado por diversos estudios más o menos recientes. “El peso
principal debe recaer en el aspecto artístico; pues cuanto más artística es la música,
más capaz es de estimular la psique. El objetivo de la actividad musical es actualizar
las facultades creativas de los niños discapacitados.” En esta cita de Manuela-
Carmen-Prause-Weber (2006) se está haciendo referencia a las ventajas de la música
como terapia o rehabilitación en niños discapacitados dentro de la educación especial,
pero creo que es extensible al caso que aquí nos ocupa.

Afrontar la diversidad cultural, racial y religiosa


Hasta ahora hemos tratado el tema de la diversidad debido a problemas de
discapacidad, pero hemos dejado de lado la diversidad que tiene que ver con las
diferencias culturales o religiosas, que independientemente de las dificultades que
pueda acarrear, aportará una gran riqueza al aula. “La diversidad religiosa y cultural es
un hecho real, que es necesario cuidar de manera especial, favoreciendo el respeto, la
aceptación y la integración del conjunto de las alumnas y alumnos.” Juan Rafael
Muñoz (2008). Las aulas de los centros educativos andaluces cada vez presentan una
diversidad cultural mayor. Hace poco más de una década la diversidad racial y cultural
de un aula solía estar marcada por la presencia de alumnos y alumnas de raza gitana,
actualmente esta diversidad es mucho mayor. Lo normal hoy día es que contemos con
un número importante de alumnos que procedan de otros países, que muchas veces
ni siquiera conoce bien el castellano y cuyos usos y costumbres distan mucho de las
nuestras, que practiquen religiones y se acojan a dogmas diferentes, etc. En estos
casos el papel del profesor estará en la apuesta continua por el respeto mutuo y por la
eliminación de cualquier tipo de discriminación, ya que ninguna raza, cultura o religión
es superior a otra.

Entre los objetivos de nuestra materia se nos indica que los alumnos y alumnas deben
“escuchar una amplia variedad de obras, de distintos estilos, géneros, tendencias y
culturas musicales, apreciando su valor como fuente de conocimiento, enriquecimiento
intercultural y placer personal e interesándose por ampliar y diversificar las
preferencias musicales propias.” Así como, “Reconocer las características de
diferentes obras musicales como ejemplos de la creación artística y del patrimonio
cultural, reconociendo sus intenciones y funciones y aplicando la terminología
apropiada para describirlas y valorarlas críticamente.” Para ello podríamos aprovechar
la diversidad de nuestro grupo-clase y si contamos con alumnos de distintas
procedencias o culturas proponerles una actividad del tipo “la Música Contada” en la
que ellos nos expliquen las particularidades de la música propia de su cultura, raza o
país, los usos que se le da, en definitiva todo aquello que pueden conocer como
partícipes de ella y que nos puede ayudar a los demás a comprender mejor otras
aportaciones. De igual manera los alumnos y alumnas que representen la mayoría
homogénea del grupo explicarán al resto de sus compañeros y compañeras casos de
música que quizá no acaben de comprender o asimilar.

El caso de la religión es un caso especial, la música desde sus orígenes ha estado


ligada a la religión y a los rituales mágicos. Así en las distintas religiones la música
presenta sus propias particularidades. Es muy común en Andalucía contar con
alumnos y alumnas que pertenezcan a bandas de música, y que como integrantes de
éstas actúen cada Semana Santa en las procesiones. También podemos encontrar
discentes que pertenezcan al coro de una iglesia, etc. Nuestro propósito en estos
casos será presentar estas prácticas musicales con el mimo respeto y valor cultural
que cualquier otra, como pueda ser la integración de un grupo de rock.

El problema que plantean los alumnos con superdotación


A menudo, se plantea la superdotación como una situación en el aula que no plantea
ningún tipo de problemática, pero las experiencias educativas nos han demostrado
que no es así. Este colectivo, al presentar una inteligencia y una capacidad de adquirir
conocimientos bastante superior a la norma, se siente un tanto marginada. Muchas
veces los casos de superdotación están enmascarados por unos malos resultados
académicos, esto puede deberse al aburrimiento del que son víctimas a diario.

En estos casos tendremos que proponer siempre actividades que les resulten
interesantes y que se adecuen con sus capacidades, que al mismo tiempo ni ellos ni el
resto del grupo-clase las vean como discriminación. Estas actividades quedarán
recogidas en nuestra programación como ampliación, que también servirán para
alumnos que a pesar de no contar con una inteligencia superior a la media, destacan
por algún motivo.

Consideraciones generales
Es importante, que sea cual sea la causa de la diversidad que motive un tratamiento
específico, las actividades que elijamos para tal fin estén perfectamente integradas en
la actividad completa que el grupo en general esté realizando, tratando la misma
temática y presentando el mismo interés. De esta manera evitaremos el aburrimiento y
la sensación de discriminación. El final de una actividad siempre tiene que estar
marcado por la sensación de éxito, así evitaremos la desmotivación que produce el
continuo fracaso.

Adaptaremos cada uno de los puntos de nuestra programación al panorama con el


que nos encontremos.

Está comprobado que la música y el trabajo de ésta fomentan el desarrollo de una


serie de factores humanos como la sensibilización, ya que a través de ella podemos
expresarnos fácilmente; el movimiento, despertando habilidades que guardan relación
con la psicomotricidad o la coordinación; la capacidad de atención, que se trabaja a
través de actividades de audición; la expresión, ya que despierta nuestra imaginación
y nuestra creatividad y nos muestra otra posible vía a la hora de comunicar nuestras
opiniones y nuestros sentimientos. De esta manera queda claro que la música puede
despertar en nuestros alumnos una serie de capacidades útiles a diario.

Por todas estas razones el profesorado de Música de la Educación Secundaria


Obligatoria tiene que prestar la atención que su alumnado merece, para de esta
manera hacer frente a la diversidad, que como en todo lo que nos rodea está presente
en las aulas de los centros de educación secundaria. Y por supuesto no se deben
escatimar esfuerzos en esta tarea, ya que en circunstancias difíciles es cuando se ve
claro si profesor está capacitado para su tarea.

Bibliografía
Consejería de Educación y Ciencia, Junta de Andalucía, Guías de Atención a la
diversidad

(2006). Flauta fácil 1. Madrid: Pearson Alhambra.

Muñoz Muñoz, Juan Rafael. (Enero 2008). Las enseñanzas de la música a pesar de
las situaciones desfavorables. Eufonía. Didáctica de la Música. 42, (67-80).

_____. (2004). La educación Musical en niñas y niños con necesidades educativas


especiales derivadas de factores sociales, económicos, geográficos, culturales y
étnicos. Eufonía. Didáctica de la Música. 37, (80-94).

Pascual Mejía, Pilar. (2002). Didáctica de la Música. Madrid: Pearson Educación, S. A.

Prause-Weber, Manuela-Carmen. (Abril 2006). Tratamiento de la Música en alumnos


con necesidades educativas específicas. Eufonía. Didáctica de la Música. 37, (7-20).

Swanwick, Keith. (1991). Música, pensamiento y educación. Madrid: Ediciones Morata


S.L.

Waisburd, Gilda y Erdmenger, Ernesto. (2007). El poder de la música en el


aprendizaje. Cómo lograr un aprendizaje acelerado y creativo. Sevilla: Editorial Trillas.

Zaragozà, Josep Lluís. (2009). Didáctica de la música en la educación secundaria.


Competencias docentes y aprendizaje. Barcelona: Graó.

BOE 5. (5 enero 2007). Real Decreto 1631/2006 de 29 de diciembre

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