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El Maestro de la Escuela Dominical

Mateo 9: 35
Introducción:
Una de las actividades mesiánicas de Jesús fue funcionar en la capacidad de Maestro. De ahí que a ese grupo
original se le denominara como “discípulos” (Mateo 10: 1) porque fueron llamados para aprender de Él.
Una vez que aceptaron la misión, son llamados “apóstoles” (Mateo 10: 2-8) ser maestro de la Palabra es
un privilegio que Dios concede a hombres y a mujeres, y hasta jóvenes, para que emulen el ministerio de su
Maestro.

1. Las responsabilidades del maestro:


a) Es como un “pastor” guando a su clase. Durante esos minutos que él o ella comparte
con sus alumnos, tiene la oportunidad de guiar a estos hacia una visa más profunda y
dedicada al Señor Jesucristo. En cada clase, el alumno necesita ser guiado a una
nueva experiencia con el Espíritu Santo. Debe además ser motivado a superarse en
todas las áreas de su vida religiosa y secular.
b) Es como un “pastor” que alimenta a su clase. Esos alumnos necesitan alimento de la
Palabra. Tienen que ser enseñados y motivados a estudiar.
c) Es como un “pastor” que protege a su clase. Si falta uno a clase, el maestro se sentirá
preocupado. Hasta que no sepa por que faltó, no estará tranquilo. Si tiene que buscar al
alumno retraído, lo hará.

2. Las cualidades del maestro:


a) Debe ser una persona espiritual. Vivirá lo que enseña y enseñará
lo que vive. Su vida y conducta son un libro de texto para los
alumnos. Ellos lo observan y hasta lo pueden imitar.
b) Debe ser una persona preparada. Nunca estará satisfecho con lo que ya aprendió, sino
con lo que quiere prender. En su vida privada desarrollará buenos hábitos de estudio y
lectura.
c) Debe ser una persona disciplinada. Estudiará bien su lección. Llegará temprano al salón
de clases. Visitará regularmente su iglesia.
d) Debe ser una persona responsable. Cualquier tarea por pequeña o grande que se le
encomiende, la cumplirá a cabalidad. En cuando a sus responsabilidades financieras, él o
ella serán ejemplo de los demás. No incurrirán en deudas que no puedan saldar. En
cuanto a los diezmos y las ofrendas, estará siempre al día.

3. Las metas del maestro:


a) Respetará al alumno. Estará siempre al nivel intelectual de sus
alumnos. Para el maestro, todos son importantes; por tanto, no tendrá favoritos ni
consentidos en la clase.
Al niño se hará niño, al joven se hará joven, al anciano se hará anciano. Para cada nivel
tendrá sus consideraciones.
Nunca menospreciará la opinión de un alumno. Aunque no esté de acuerdo o esté fuera
de orden, con sabiduría de Dios llegará a un entendimiento pacífico de éste.
b) Respetará el plan de estudios. El plan de estudios o expositor o guía, ha sido preparado
por un comité de educación cristiana, que ha tomado en cuenta la enseñanza expositiva
y sistemática de la Biblia. El maestro se mantendrá dentro de los parámetros de la
lección.
En su presentación será organizado. Seguirá el bosquejo sugerido. Pero será
espontáneo en la presentación y aplicación del material de estudio.
c) Respetará la dogmática de la congregación a la cual pertenece. Su fidelidad será
primero a la Biblia y luego a la dogmática tradicional. Pero si es miembro de una
congregación y tiene un postor, el maestro no será “punta de lanza” contra éstos. No
empleará el tiempo de su clase para manifestar sus diferencias personales contra las
estructuras a las cuales debe sujetarse como autoridades espirituales.
En su enseñanza debe promover el espíritu de unidad, de comprensión, de tolerancia, de
respeto y sumisión a las autoridades espirituales que Dios ha puesto sobre él o ella.

Conclusión:
Lo que hace un maestro, lo que es un maestro y hacia dónde quiera llegar, son características que
ennoblecen su ministerio.

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