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Reflexiones

Lasalianas
Nº 5a Hermanos de la Escuelas Cristianas Marzo 2002

La unión en una Comunidad


Piedra preciosa es la unión en una comunidad. (La Salle)

Acordémonos de que estamos en la santa presencia de Dios.

Canto de entrada Uno apropiado, acorde con el tema.

Lectura De la Exhortación Apostólica Vita Consecrata, nº 45

Toda la Iglesia espera mucho del testimonio de comunidades ricas “de gozo y del Espíritu Santo” (Hechos
13, 52). Desea poner ante el mundo el ejemplo de comunidades en las que la atención recíproca ayuda a
superar la soledad, y la comunicación contribuye a que todos se sientan corresponsables; en las que el
perdón cicatriza las heridas, reforzando en cada uno el propósito de la comunión. En comunidades de este
tipo la naturaleza del carisma encauza las energías, sostiene la fidelidad y orienta el trabajo apostólico de
todos hacia la única misión. Para presentar a la humanidad de hoy su verdadero rostro, la Iglesia tiene
urgente necesidad de semejantes comunidades fraternas. Su misma existencia representa una contribución a
la nueva evangelización, puesto que muestran de manera fehaciente y concreta los frutos del “mandamiento
nuevo” [que nos amemos unos a otros como Cristo nos ha amado].

Nuestra respuesta De 1 Corintios 13

Primer coro: Aunque hablara la lengua de los hombres y de los ángeles,


si no tengo amor,
soy como campana que suena o címbalo que retiñe.

Segundo coro: Y aunque tuviera el don de hablar en nombre de Dios


y conociera todos los misterios y toda la ciencia;
y aunque mi fe fuese tan grande como para mover montañas,
si no tengo amor, nada soy.

Primer coro: Y aunque repartiera todos mis bienes a los pobres


y entregara mi cuerpo a las llamas,
si no tengo amor, de nada me sirve.

Segundo coro: El amor es paciente y bondadoso;


no tiene envidia, ni orgullo,
ni jactancia.
Primer coro: El amor no es grosero, ni egoísta;
no se irrita ni lleva cuentas del mal;
no se alegra de la injusticia,
sino que encuentra su alegría en la verdad.

Segundo coro: El amor todo lo excusa, todo lo cree,


todo lo espera, todo lo aguanta.
El amor no pasa jamás.

Todos: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Reflexion personal

Lectura De la Meditación 91.2 de Juan Bautista de La Salle

Si os habéis disgustado con alguno de vuestros Hermanos, reflexionad sobre lo que recordaba Moisés a dos
israelitas de su tiempo que se injuriaban y reñían entre sí, que son hermanos nuestros y que, como dice San
Pablo, debemos soportarnos unos a otros con caridad. Prestad atención a la palabra que usa, “soportar”: con
ello se nos indica que es menester que unos sufran a causa de los otros. Por eso dice en otro lugar: Llevad las
cargas los unos de los otros. Cada uno tiene sus cargas, pero de ordinario no es precisamente quien las tiene
el que las lleva, pues no es él quien siente su peso, sino aquellos con quienes se relaciona. Es necesario que
cada uno lleve gustoso y caritativamente las de los demás, si quiere vivir en paz con ellos.

Nuestra respuesta: De la Carta 66 de Juan Bautista de La Salle

Primer coro: Sabemos...


que debemos tenernos gran amor unos a otros

Coro segundo: y con este fin


debemos tener paciencia unos con otros
en las faltas que cometemos
por nuestra debilidad humana.

Primer coro: De esta manera especialmente


llevamos a cabo el precepto de la caridad
que deberíamos tener en gran honor.

Segundo coro: Debemos amar a nuestros hermanos


para corregirles con delicadeza y afecto,
pues de otra manera la corrección no producirá fruto.

Primer coro: Nuestros hermanos tienen que superar su debilidad


y corregir sus propias faltas.

Segundo coro: Pero nosotros debemos hacer lo propio


y corregir nuestras propias faltas
si queremos dar a los otros el buen ejemplo
que les ayude a cambiar.
Todos: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Reflexión personal

• ¿cómo me siento llamado a amar, perdonar y apoyar a aquellos con quienes vivo y trabajo
• ¿qué cargas soporto? ¿quién me ayuda a llevarlas?
• ¿soy testigo del amor y el perdón en la comunidad?

Peticiones • ¿por quiénes o por qué vamos a pedir?

Oración final inspirada en la Meditación 39 de Juan Bautista de La Salle

Todos Dios de todos los corazones:


creemos que nos has llamado
a vivir en comunidad
y nos has obligado a
inspirar tu amor
en los corazones de quienes están confiados a nuestro cuidado.

Creemos que disfrutas


cuando respondes a nuestras oraciones,
y estamos seguros de que
recibiremos aquello que pedimos.

Por ello, con fe y confianza,


y con profundo sentido de humildad,
te pedimos sinceramente
nos concedas las gracias necesarias
para ser uno en la mente y el corazón con nuestros hermanos
y para inspirar en los corazones de los demás
un profundo y sincero amor hacia Ti.

Te suplicamos,
Dios de los corazones,
que hagas de los nuestros
y de los de nuestros hermanos
un único corazón en el de nuestro hermano Jesús.

Amén

San Juan Bautista de La Salle, ruega por nosotros.


¡Viva Jesús en nuestros corazones, por siempre!

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