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1 El paradigma comunitario andino como fundamento del Sumak Kawsay y en

consecuencia del derecho indígena

El Ser Humano (RUNA), por principio y naturaleza es un ser social, complementario y


comunitario, lo que permite la interacción e interrelación de mutua convivencia
(cosmovivencia) entre su especie y los otros seres que comparten el espacio territorial (llakta).
Este Ser Humano (RUNA) al ser parte y ocupar un espacio territorial (llakta), conlleva a la
acción de crear, recrear, criar, ser criado, organizar, adaptar y adoptar su espacio, con el fin de
garantizar su vivencia como individuo, como especie y como parte del territorio (llakta).

El conjunto de acciones, producciones y conocimientos desarrollados para manifestar presencia


y persistencia, se conoce como “cultura”; entonces la cultura viene a ser: la respuesta y la
solución que tenemos los diversos pueblos a los retos y desafíos que nos han impuesto cada
lugar o territorio (llakta) donde nos tocó vivir y trascender (CISA: Consejo Indio de Sud
América, 1986). Los contextos de cada espacio planetario no es igual ni mucho menos
homogénea; por tanto cada lugar, nicho o territorio (llakta) es único debido a la ubicuidad
espacial que caracteriza y condicionan sus elementos; estas condicionantes a su vez son las
determinantes de las características culturales, en tal razón se habla de la diversidad cultural.

Entre los elementos culturales de un pueblo está su pensamiento, comprensión e interpretación


de la realidad y la VIDA (Kawsay) conocido como pensamiento filosófico o cosmovisión. La
cosmovisión como elemento cultural es el fundamento de su existencia y la garantía de su
persistencia en el tiempo-espacio (Pacha). Toda cultura está conformada de elementos
materiales y no materiales que constituyen la configuración idiosincrática del pueblo que lo
creó y recreó. El condumio cultural de un pueblo, su vivencia y manifestación son el sentido y
la respuesta dadas a las preguntas ontológicas que hace el ser humano (RUNA) individuo y
colectivo: ¿Qué es la VIDA?, ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo? y ¿Adónde voy?.

Cada elemento cultural de un pueblo, sea tangible o intangible, es un símbolo de expresión de


la forma de concebir e interactuar con el tiempo-espacio (PAACHA) y la VIDA; y ésta a su vez
es la garantía del mantenimiento de la VIDA de TODOS; por tanto, la VIDA o KAWSAY, es
la manera de convivencia (cosmovivencia) equilibrada y armónica entre todos y con todos que
comparten y conviven este PACHA.
Los pueblos originarios de los Andes (Kichwas) son el testimonio de su alta comprensión de la
VIDA, esto se testimonia en los vestigios culturales que a más de tener estilo artístico y estética
impresionante, son símbolos y signos que denotan y connotan el pensamiento filosófico andino
(cosmovisión), no solo en objetos culturales sino también en las formas de convivencia
comunitaria que practican (cosmovivencia), es decir sus principios y valores; principios como
la “paridad, proporcionalidad y complementaria” o valores como: ayni, minka, allí munay, allí
ruray, allí yuyay entre otros (Lajo, La escuela indígena del Kapak Ñan ¿Imaninantataq Sumaq
Kausay?, 2006).

La cosmovisión “comprende la manera de ver e interpretar el mundo” (López & Fernández,


1991); a esto aclaramos que el término “mundo” para nuestra comprensión será como decir
cosmos (PAACHA), por cuanto una cosmovisión no se limita al mundo terrenal o planetario,
sino al espacio-tiempo infinito que es el cosmos y que los andinos Kichwas conocen como
PAACHA.

La “cosmovisión andina” constituye la forma de ver, sentir, comprender, organizar y expresar


el mundo (PACHA) y la vida (cosmos-PAACHA); esta forma de comprender la vida y el
mundo trasciende gracias a un complejo modo de relaciones sociales y de VIDA (todas las
formas y modos de existencia). Esta relación integral y de vida configura una forma de
organización y su estructura dentro de su territorio (llakta), que para el caso de los pueblos
originarios andinos es la organización y convivencia comunitaria (Huanacuni Mamani, 2010).

La convivencia comunitaria (cosmovivencia) trasciende en la armónica y equilibrada manera


de SER y HACER del ser humano (RUNA) con su entorno (llakta) y el cosmos (PAACHA), a
esto lo denominamos “Sumak Kawsay” y que es un estilo de vivencia en plenitud, que implica
el hecho de “saber vivir y saber convivir” en armonía con los ciclos del PACHA MAMA
(Madre Tierra) y el PAACHA (cosmos infinito) y el equilibrio con todos los modos y formas
de existencia (Huanacuni Mamani, 2010). Entonces, la cosmovisión de los pueblos originarios
de los andes, nace de la manifestación natural de la VIDA (Kawsay), como expresión de ello
se manifiesta su estilo de “vivencia comunitaria” (Cosmovivencia) replicando la unidad y
estructura de VIDA conformada por todos los modos y formas, visibles e invisibles (ancestros,
apachitas, apus).
Nuestros ancestros, comprendieron a la VIDA o KAWSAY en la unidad de dos principios
aparentemente opuestos denominado PAACHA, PAA= dual, paridad y CHA= fuerza, energía;
estos dos principios básicos de energía son universales y el origen de TODO: fuerza masculina,
fuerza femenina, expansión y atracción, sol y luna, kari (CHAMA) y warmi (CHAMAKA). En
occidente también existe la dualidad de fuerzas pero se oponen y luchan hasta vencer lo uno al
otro; en la filosofía andina también existe la dualidad o paridad de energías pero se
complementan y puede ser varios y todos en sentido de complementación de manera
proporcional para formar un TODO-UNIDAD-COMUNIDAD, aquí se encuentra el principio
de lo comunitario, sin excluir al diferente sino incluyendo y esta es la diferencia con Occidente
que incluye aliena y enajena (DIALÉCTICA) (Salazar Yupanqui, 2003).

Este principio de la paridad, proporcionalidad y complementariedad es el principio general e


infinito del COSMOS que es replicado en todos los niveles de espacio y organización; es
reflejado en el Ayni, Ayllu, Llakta, Kawsay, Minka, Raymis y de hecho en la llamada justicia
indígena (Derecho Indígena). Toda acción humana es una analogía y reproducción de este
principio.

Desde este pensamiento filosófico andino de los pueblos ancestrales, surge el sentido que somos
hijos de la Pachamama y por tanto de la Madre Tierra, una relación de VIDA, es decir la tierra
a la que pertenece la gente y no la parcela que pertenece a la gente; esto implica un paradigma
de los derechos de propiedad completamente distinto al que concibe occidente y el Derecho
Positivo; la gente pertenece a la tierra y no la tierra a las personas que da sentido de hijos y
madre, y la necesidad natural de nuestro sistema de relación comunitaria con la Madre Tierra.

El sentido relacionarnos con la Madre Tierra es distinto de ser dueños de la tierra; la lucha
comunitaria busca restablecer el Derecho de Relación con la Madre Tierra; esto constituye un
término jurídico que nace del Derecho Natural Ancestral Comunitario, basada en principios de
paridad, proporcionalidad y complementariedad; este derecho no es otorgado por un título, sino
por la acción de relación permanente. Para vivir bien uno de los aspectos centrales es restablecer
nuestro derecho de relación con la Madre Tierra de VIDA y para Sumak Kawsay.
2 El paradigma del individualismo como fundamento filosófico de la cultura de
occidente y en consecuencia del derecho positivo

La filosofía es un método que sistematiza y ordena la estructura del pensamiento en un grupo


cultural humano y es el caso de la cultura occidental1. Si hacemos un recorrido de la historia
podemos encontrar que la síntesis de la cultura occidental es una configuración de las culturas
árabes, musulmanas, grecolatinas y cristianos; es decir, su configuración cultural corresponden
las orillas del Mar Mediterráneo, sobre todo los territorios actuales de Israel, Palestina, Jordania,
Siria, Líbano, Grecia e Italia.

El pensamiento filosófico occidental se sustenta y fundamenta en el territorio de Israel y su


cultura, de allí el mito de “Israel pueblo escogido” y su estamento religioso de la biblia cristiana;
entonces podemos afirmar que el sustento filosófico de occidente es la religión y la “religión
judeocristiana”2 con toda su doctrina y postulados (Lajo Lazo, 2002).

La doctrina cristiana base del pensamiento filosófico occidental, desarrolló como cosmovisión
y estructura del pensamiento desde el mito de Israel como pueblo escogido, con un dios único,
creador y verdadero; mito que es desarrollado como pensamiento por la escuela platónica pero
más por la neoplatónica. La escuela neoplatónica plantea que la realidad última del universo es
lo “UNO”, como único, perfecto, incognoscible, verdadero e infinito; ese “UNO” o sea “DIOS”,
emana varias planos de la realidad, siendo uno de ellos el “NOUS” (inteligencia pura), cabe
destacar que los planos que se derivan y en medida que se aleja de su origen se hacen
imperfectos; de este “NOUS” se deriva el alma universal y por consiguiente da origen a las
almas inferiores “Seres Humanos” imperfectos (pecado original) respecto a su origen pero que
son a imagen y semejanza de su origen “DIOS-UNO” (Lajo Lazo, 2002).

Esta característica de imagen y semejanza pero imperfecto origina la lucha (oposición,


negación) para buscar su retorno a su origen (salvación) como persona e individuo
(individualismo); cabe enfatizar que en medida que los planos se derivan y se alejan de su
origen, estos se hacen más imperfectos y a la vez van perdiendo la capacidad de distinguir entre
lo material y espiritual, focalizándose en lo material (materialismo) (Lajo Lazo, 2002).

1
Cultura Occidental comprendida al estilo de vida materialista, de pensamiento y razonamiento lógico, con una
religión monoteísta, formas que son asumidos por personas, pueblos y Estados en cualquier punto del planeta; por
tanto no hace referencia a puntos geográficos específicos.
2
Término que surge de la conjugación del judaísmo y cristianismo, grupos culturales y religiosos que han
influenciado con principios, valores y tradiciones en la configuración de la cultura occidental.
Resumiendo: en un primer momento este “SER-UNO” es inmutable; pero en un segundo
momento, de manera curiosa este “SER-UNO” se deriva a sí mismo y pierde su inmutabilidad
pero manteniendo el carácter de imagen y semejanza es alienado y enajenado a sí mismo; para
en un tercer instante buscar trascender de retorno a su origen (Lajo Lazo, 2002); en estos tres
momentos se refleja el “acto de crear de lo enajenado” y aquí podemos relacionar con los
enunciados de la biblia cristiana “fue creado a imagen y semejanza”, además aparece el método
científico de: tesis, antítesis y síntesis; con estos elementos podemos confirmar y comprender
el origen del pensamiento occidental como su cosmovisión que sustenta su proyecto capitalista
como sistema y estilo de vida.

Es importante comprender, que Occidente sustenta su cultura y estilo de vida en su pensamiento


filosófico que consiste en creer y crear un “Dios-Uno” que emana su voluntad absoluta y única;
pero a su vez este se deriva en un semejante pero con imperfección o sea pierde la calidad de
perfecto, siendo el origen de la intolerancia al diferente, al que no es como su origen, pero la
verdad absoluta se debe sobreponerse instaurándose la lucha y la oposición (dialéctica) hasta
convertir o caso contrario desaparecerlo (Lajo, 2002). Aquí está el meollo del asunto de
globalizar su cultura borrando la diversidad cultural, negando que la VIDA es diversa,
incluyendo el Derecho Positivo y todo el sistema jurídico que de ella se deriva; en su atención
de imponer la única verdad y el hecho de haber perdido la capacidad de percibir y distinguir lo
material y lo espiritual, hace que se incline al desarrollo material (capitalismo) y se vuelva avaro
y saqueador de los recursos; además, por su concepción de la unidad como dios y que su
derivación como par y dualidad es la imperfección, pierde la noción de la diversidad, lo
comunitario y la variabilidad de la VIDA.

3 Paralelismos, diferencias, contradicciones y significados de la filosofía occidental y


andina como fundamento del Derecho Indígena y el Derecho Positivo occidental

El Derecho hace relación y referencia con “el ser”, como una ciencia normativa o del “deber
ser”, la axiología jurídica occidental habla de cómo debe ser; es decir, la palabra DERECHO no
se refiere al ser, sino al deber ser, entonces no habla qué es el Derecho (ontología jurídica) ni
de cómo es de hecho aquí y ahora (Ciencia jurídica) (Lajo lazo, 2009). Lo relevante aquí es que
“el deber ser” marca una sujeción intima e irreductible del “ser” con el sujeto individual y todo
lo que implica esta individualidad como “subjetividad”, frente a la “objetividad”, es decir la
“res cogitans” frente a la “res extensa”, principios filosóficos desarrollados por R. Descartes
(Lajo lazo, 2009).

En cuanto a la relación del “Estado” con el “Derecho” y el “Individuo”; el pensamiento kantiano


y neo-kantiano plantea que “el derecho precedía al Estado”, que la función de este era la
realización del Derecho, doctrina que deriva de aceptar que la Iglesia Católica tenía la mejor
opción para determinar “lo justo” antes que los Estados. Es decir, el “Derecho, era derecho
porque provenía de Dios”, y del Dios padre, que se encuentra en el Cielo, por tanto, el Derecho
está compuesto de “mandamientos” o leyes que nos “caen del cielo”, por eso mismo es Derecho,
vertical (Lajo lazo, 2009).

Para Hans Kelsen (1881-1973), tanto el Estado como el Derecho es teóricamente lo mismo,
porque el Derecho no presupone la existencia previa del Estado; esta afirmación permite
comprender como pueblos indígenas, por qué los no indígenas o sea los mestizos, defienden a
ultranza al colonialista “Estado unitario”, figura y representación del Estado criollo,
hegemónico y excluyente, que no admiten fácilmente en su institucionalidad política a cualquier
“individuo” representante de otro pueblo que no sea el criollo-blanco o mestizo colonizado; en
tanto, un Estado unitario homogeniza a sus todos sus integrantes, a pesar de una realidad social
evidente de ser “pluri”, “multi” e “inter” culturales (Lajo lazo, 2009).

En el sentido común DERECHO proviene de la ley que viene del cielo o del Dios Padre y “baja
derecho” desde arriba hasta el plano de los seres humanos; el término “derecho” es sinónimo
de “recto” y “vertical”; y simboliza al “derecho” paterno que está representado por una línea
vertical que desde una comprensión semiótica como contraposición o complementación el
“derecho materno” deberá ser una línea horizontal.

El “camino” como metáfora siempre desde la antigua Grecia, ha significado “método”; en la


configuración del “método” existen dos probabilidades de problemas que se puede presentarse
en “el camino”: “Aporía”, como la imposibilidad de seguir un camino y “triodos” como la
posibilidad de encontrarse en el camino con un bifurcación o trifurcación; para los griegos estas
posibilidades daba lugar abandonar un sistema de pensamiento y sustituir por otro nuevo (Lajo
lazo, 2009). Esta metáfora se relaciona con la “libertad”, pues se trata de discernir vía la
reflexión y la investigación cual camino seguir, si el del “vicio” o el de la “virtud; es decir, en
la vida real los hombres no suelen caer en extremismos, sino que “matizan” o “ajustan” en el
camino el esfuerzo y el placer, o el vicio y la virtud, este ajuste nos da la idea de “justicia” y el
“derecho”. Esto significa que en Grecia los poetas iban por el camino “de su decir y su pensar”
por medio de su “hacer-caminar” acompañados de una “musa que conocía el camino” y ante
una “aporía”, era “escuchar a la Diosa” o Musa, o seguir el “méthodos”; es decir. un hombre
conflictuado y en “crisis” busca el camino “guiado” por un “Dios” (musa o Diosa)”, y lo cambia
por una nueva forma de solución, que es la “investigación científica”, en donde el hombre usa
de sus facultades de reflexión y sobre todo de decisión o libre albedrío. Posteriormente esta
bifurcación se liga con las ideas religiosas de la tradición bíblica: el camino de la muerte y el
camino de la vida, el camino de la luz y el de las tinieblas y finalmente el camino del bien y el
camino del mal; nace así la moral como fuente misma del Derecho, como “ley divina” o
“revelada” (Lajo lazo, 2009).

Lo anterior es importante, en la medida que nos sirva para comparar con las ideas de Justicia y
“Derecho” Andinos. Partimos recordando que el estilo de vida de los pueblos originarios se
fundamenta en los principios de la paridad, la proporcionalidad y la complementariedad,
practicada por medio de un conjunto de valores (ayni, minga, alli kawsay, etc.) que da lugar al
Sumak Kawsay; el camino del Sumak Kawsay es el “Qhapap Ñan o Camino de los Justos” que
es transitado por el “Kapak Runa o Ser Humano Integral”; en consecuencia, el “Kapak Ñan”
representa al diagonal que cruza el globo terráqueo de sur a norte de 45o respecto al eje de
rotación de la tierra; es decir, es el eje de inclinación de la tierra que genera equilibrio y armonía
para permitir la VIDA en su conjunto (Lajo lazo, 2009).

La “metáfora del camino”, en el mundo andino corresponde a lo justo y necesario para mantener
la VIDA de TODOS, frente a la “metáfora de camino” de los griegos la dialéctica, base del
conocimiento científico occidental; para los pueblos originarios todo es par y comunitario que
se complementa de manera proporcional necesario para lograr la unidad comunitaria de VIDA
o KAWSAY; tanto es así, si el Derecho en occidente es “recto” y “vertical”, simboliza el
“derecho” paterno, el “Derecho Materno” estará simbolizado por una línea horizontal,
formándose con la combinación de ambas una cruz y en donde la diagonal representada por una
línea a 45° equidistante de ambas rectas, tanto de la vertical como de la horizontal, viene a
formar el Kapak Ñan o Camino de los Justos.
4 BIBLIOGRAFÍA

CISA: Consejo Indio de Sud América. (31 al 7 de Agosto-Septiembre de 1986). Memorias del
II Seminario de filosofía, ideología y política de la indianidad. Córdova, Códova,
Argentina.

Huanacuni Mamani, F. (2010). Vivir Bien / Buen Vivir: filosofía, políticas, estrategias y
experiencias regionales (Primera ed.). La Paz, Bolivia: Producciones: III-CAB.

Lajo Lazo, J. (2002). Qhapaq Kuna.....Más allá de la civilización: Reflexiones sobre la filosofía
occidental y la sabiduría indígena. Cuzco, Perú: Grano de Arena Editores.

Lajo lazo, J. (16 de Julio de 2009). Elementos para una Teoría del Derecho Indígena.
Recuperado el 30 de Junio de 2016, de http://www.alainet.org/es/active/31705

Lajo, J. (2006). La escuela indígena del Kapak Ñan ¿Imaninantataq Sumaq Kausay?

López, A., & Fernández, M. (1991). Diccionario Enciclopédico Universal AULA (Quinta ed.).
Madrid, España: Cultural S. A.

Salazar Yupanqui, M. Z. (3 de Mayo de 2003). El Camino de la Vitalidad Conciente. El Alto,


Bolivia.

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