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Principales factores de riesgo prenatales y

cómo afrontarlos
PEDIATRÍA

Todos sabemos que un embarazo siempre es sinonimo de esperanza y


alegria pero conocemos que como todo cambio pueden existir algunas
complicaciones. Dentro de los factores de riesgo más importantes, existen
tres períodos clave: el período prenatal, el perinatal y el postnatal. Hoy
vamos a centrarnos en aquellos factores de riesgo prenatales, es decir, los
que se pueden desde la concepción hasta el momento del parto.

La mayoría de los factores de riesgo que


nos encontramos en la etapa prenatal
tienen que ver con la salud y costumbres
de la madre ¿pero ¿cuáles son
exactamente?
Es obvio que la mayoría tienen que ver con la madre, ya que se trata
directamente del ambiente del niño en el útero crítico para su desarrollo.
Por eso, la edad de la madre, su estado general de salud y nutrición, y lo
adecuado de su cuidado prenatal, son factores maternos esenciales que
influyen de forma importante.

¿Cómo influyen estos factores en el


incremento del riesgo de producir
determinados efectos en el nacimiento?
En la atención prenatal suele pasar en determinadas situaciones que hay
mujeres que, no usan los servicios de asistencia sanitaria prenatal. Esta
falta de atención prenatal puede ocasionar un mayor riesgo de que se
rompan antes de tiempo las membranas amnióticas, dando lugar a un bebé
prematuro y de bajo peso al nacer.
Existen una serie de enfermedades de la madre que aumentan
considerablemente el riesgo de que el bebé, al nacer, tenga algún tipo de
problema. Las más destacadas son la epilepsia, la diabetes o el VIH. La salud
y la nutrición de la madre, como bien hemos dicho anteriormente, ambos
factores tienen efectos muy considerables en la salud del bebé (por
ejemplo, una dieta rica en grasas y baja en proteínas puede provocar
enfermedades cardiovasculares en el bebé).
Una vitamina importante que la madre debe añadir en su dieta como
suplemento alimenticio, principalmente durante el primer trimestre de la
gestación, es el ácido fólico, ya que puede reducir la incidencia de un tipo
de defecto congénito como es la espina bífida.
No debemos olvidarnos y mencionar que el consumo de tabaco, alcohol u
otras drogas durante el embarazo son principales riesgos para el
desarrollo del feto con normalidad. El tabaco, por ejemplo, es el factor de
riesgo más importante para que el bebé tenga bajo peso al nacer, y aunque
no está asociado con malformaciones importantes del feto, si que existe
relación entre el consumo de tabaco por parte de las madres gestantes y
un aumento del número de abortos y mortalidad perinatal, además de
alteraciones del crecimiento, de la capacidad cognitiva y del desarrollo
pulmonar del bebé.
Por otra parte, el consumo excesivo de alcohol durante el embarazo puede
dar lugar al llamado Síndrome Alcohólico fetal, que se caracteriza por una
serie de alteraciones en el bebé tales como bajo peso al nacer, defectos en
el corazón o microcefalia, entre otros. Finalmente, el consumo de drogas
(como la cocaína y la metanfetamina) por parte de la mujer embarazada,
también se asocia con problemas en el desarrollo del bebé, como pueden
ser bajo peso al nacer o un menor perímetro craneal y tamaño del bebé.
Puede ocurrir que también se den ciertas anomalías neurológicas o
urogenitales, así como a nivel de la conducta.
Las infecciones que puede tener ya adquiridas la madre o contagiarse
durante el periodo de gestación puede causar también malformaciones e
infecciones congénitas. Las cinco infecciones congénitas más comunes son:
la toxoplasmosis, la rubéola, el citomegalovirus, el herpes y la sífilis.

Cada vez más mujeres retrasan el


momento de ser madres, un hecho que
aumenta el riesgo de malformaciones en el
feto ¿cuáles podrían ser esas
malformaciones?
La asociación entre las edades maternas extremas y malformaciones
congénitas (MC) ya ha sido comprobada por muchos autores y estudios
diversos. Además, se ha encontrado que las edades maternas avanzadas se
relacionan principalmente con malformaciones congénitas de origen
cromosómico producidas por no disyunción y dentro de este grupo se
destacan las trisomías. También se ha podido demostrar un mayor riesgo
de defectos del tubo neural, especialmente anencefalia y espina bífida en
hijos de mujeres mayores de 40 años.

¿Existe alguna prueba no invasiva que


determine de forma fiable si un feto es
portador de alguna de estas
malformaciones?
El diagnóstico prenatal permite identificar, durante el periodo de
gestación, un gran número de alteraciones que se pueden producir en el
feto. Este diagnóstico se puede llevar a cabo mediante distintas técnicas y
es esencial en embarazos delicados, ya que permite adoptar las medidas
más adecuadas que garanticen la seguridad de la madre y del feto durante
el embarazo, el nacimiento y después de éste. Esta prueba, trata
explícitamente de una extracción sanguínea.

¿Sirve esta detección precoz para resolver


o minimizar esta afección?
Es importante recordar que los análisis identifican únicamente
la posibilidad de que un bebé tenga esta anomalía. Es posible tener un bebé
sano después de haber obtenido un resultado de un análisis que indica que
puede existir una malformación. El Test Prenatal No Invasivo es una
prueba que permite detectar las principales alteraciones cromosómicas
del feto durante el embarazo: cromosomas 21 (Síndrome de Down), 18
(Síndrome de Edwards), 13 (Síndrome de Patau) y X (Síndrome de
Turner) además de descubrir el sexo del bebé mediante la detección del
cromosoma Y.
La prueba también permite detectar casos de triploidía. Ello permite, en
caso de posible afección, que el especialista pueda anticiparse para tratar
el riesgo de anomalías congénitas y la pérdida fetal, así como las posibles
complicaciones para la gestante.

Factores de riesgo prenatales


Hemos visto que los bebés en situación de riesgo para su
desarrollo son aquellos que, debido a un determinado número de
factores o circunstancias, tienen un mayor número de posibilidades
de presentar algún tipo de deficiencia o alteración en su capacidad
de comunicación, motriz, sensorial, cognitiva, afectiva, de conducta
o una mezcla de ellas.

Dentro de los factores de riesgo más importantes, existen tres


períodos clave: el período prenatal, el perinatal y el postnatal. Hoy
vamos a centrarnos en aquellos factores de riesgo prenatales, es
decir, los que se pueden desde la concepción hasta el momento del
parto.

Hay que destacar que hay factores que se pueden encontrar en las
tres etapas, por lo que aquellos niños en los que se combinan los
factores biológicos y ambientales son los que se encuentran en
mayor riesgo de tener problemas evolutivos en comparación con
los que tienen sólo un tipo de factores.

La mayoría de los factores de riesgo que nos encontramos en la


etapa prenatal tienen que ver con la salud y costumbres de la
madre, siendo el ambiente del niño en el útero crítico para su
desarrollo. Ésta es la razón, por la que, la edad de la madre, su
estado general de salud y nutrición, y lo adecuado de su cuidado
prenatal, son factores maternos que potencialmente pueden llegar
a ser riesgos importantes.

Algunos problemas de salud suelen incrementar el riesgo de


producir determinados efectos en el nacimiento (por ejemplo,
la diabetes) o aumentar la probabilidad de un adelanto en el
nacimiento (por ejemplo, las enfermedades de transmisión sexual).
Del mismo modo, el consumo de tabaco, de alcohol y de otras
drogas, son perjudiciales para el desarrollo del feto. Finalmente, las
infecciones maternas, como de VIH o de hepatitis B se pueden
transmitir al feto dando lugar a problemas de salud importantes.

Factores de riesgo prenatales


 Edad de la madre: aquellas mujeres mayores de 36 años y
menores de 16 tienen una mayor probabilidad de tener un hijo
con algún tipo de problema médico. En concreto, lo más común
es un peso menor en el bebé, y especialmente las adolescentes.

 Atención prenatal: ocurre en determinadas situaciones que hay


mujeres que, bien sea por desconocimiento o por opinión
personal, no usan los servicios de asistencia sanitaria prenatal.
Esta falta de atención prenatal puede ocasionar un mayor riesgo
de que se rompan antes de tiempo las membranas amnióticas,
dando lugar a un bebé prematuro y de bajo peso al nacer.

 Problemas de salud de la madre: existen una serie de


enfermedades de la madre que aumentan considerablemente el
riesgo de que el bebé, al nacer, tenga algún tipo de problema. Las
más destacadas son la epilepsia, la diabetes o el VIH.

 Salud y nutrición de la madre: ambos aspectos tienen efectos


considerables la salud del bebé (por ejemplo, una dieta rica en
grasas y baja en proteínas puede provocar enfermedades
cardiovasculares en el bebé). Una vitamina importante que la
madre debe añadir en su dieta como suplemento alimenticio,
principalmente durante el primer trimestre de la gestación, es
el ácido fólico, ya que puede reducir la incidencia de un tipo de
defecto como es la espina bífida.

 Consumo de tabaco, alcohol u otras drogas durante el embarazo:


el tabaco es el factor de riesgo más importante para que el bebé
tenga bajo peso al nacer, y aunque no está asociado con
malformaciones importantes del feto, si que existe relación
entre el consumo de tabaco por parte de las madres gestantes y
un aumento del número de abortos y mortalidad perinatal,
además de alteraciones del crecimiento, de la capacidad
cognitiva y del desarrollo pulmonar del bebé. Por otra parte, el
consumo excesivo de alcohol durante el embarazo puede dar
lugar al llamado Síndrome Alcohólico fetal, que se caracteriza
por una serie de alteraciones en el bebé tales como bajo peso al
nacer, defectos en el corazón o microcefalia, entre otros.
Finalmente, el consumo de drogas (como la cocaína y la
metanfetamina) por parte de la mujer embarazada, también se
asocia con problemas en el desarrollo del bebé, como pueden ser
bajo peso al nacer o un menor perímetro craneal y tamaño del
bebé. Puede ocurrir que también se den ciertas anomalías
neurológicas o urogenitales, así como a nivel de la conducta.

 Infecciones: las cinco infecciones congénitas más comunes son:


la toxoplasmosis, la rubéola, el citomegalovirus, el herpes y la
sífilis.

Como podéis comprobar, existen multitud de factores de riesgo


prenatales> que hay que tener en cuenta de cara al desarrollo
óptimo del feto durante el embarazo. En breve os hablaremos de
los factores de riesgo existentes para el bebé en el momento del
parto y después del mismo.
Factores de riesgo perinatales
Recientemente hemos hablado de que existen una serie de factores
de riesgo prenatales que tienen una gran importancia en el óptimo
desarrollo del feto. Pues bien, existen también unos factores de
riesgo perinatales (es decir, durante el parto y el alumbramiento)
que también es importante conocer.

Entre estos factores nos encontramos con la prematuridad y el bajo


peso al nacer del bebé, problemas respiratorios, asfixia perinatal,
problemas metabólicos o la hiperbilirrubinemia.

Veamos más detalladamente cada uno de estos factores que pueden


comprometer el adecuado desarrollo motor, cognitivo,
comunicativo, lingüístico y social del recién nacido.

 Prematuridad: para determinar si un bebé es prematuro o no, se


deben diferenciar los tiempos de gestación debido a las distintas
repercusiones que pueden tener para el recién nacido. Así, se
entiende como parto a término aquel que se da entre las 37 y las
42 semanas de gestación; parto prematuro sería aquel que nace
antes de las 37 semanas y parto postmaduro, aquel que nace con
más de 42 semanas de gestación.

 Bajo peso al nacer: del mismo modo que hay que comprobar los
tiempos de gestación para ver los posibles efectos en el
desarrollo del bebé, también se debe tener en cuenta su peso. De
este modo, diferenciamos niños con bajo peso (cuando nace con
un peso comprendido entre los 1.500 y los 2.500 gramos), muy
bajo peso (el bebé nace con un peso entre los 1.000 y los 1.500
gramos) y extremadamente bajo (un peso menor a 1.000
gramos).

Entre los factores que se observar como posibles causantes de la


prematuridad del bebé y del bajo peso al nacer nos encontramos
con embarazos múltiples, algún tipo de infección materna durante
el embarazo, factores genéticos, consumo de drogas y tabaco o
problemas de nutrición por parte de la madre.

 Problemas respiratorios: el problema más importante del niño


prematuro es el Síndrome de Distress Respiratorio, el cual
consiste en una insuficiencia respiratoria debida a la falta de una
lipoproteína (que se comienza a producir en cantidades
suficientes a partir de la semana 34) que recubre la superficie de
los alvéolos pulmonares y evita que se colapsen durante la
respiración normal. Tras recibir tratamiento para esta
insuficiencia respiratoria, muchos niños desarrollan una
enfermedad crónica denominada displasia broncopulmonar,
teniendo más más probabilidad de padecerla aquellos niños que
estén más de 30 días con respiración asistida o con un peso
inferior a 1.250 gramos (además, suelen presentar algún tipo de
retraso en el desarrollo o problemas de lenguaje según van
creciendo). Por otro lado, los bebés prematuros también pueden
sufrir apnea: un patrón respiratorio irregular que se caracteriza
por pausas prolongadas debido a que el Sistema Nervioso
Central aún está inmaduro o presenta algún tipo de daño.

 Asfixia perinatal: es debida a una disminución de la cantidad de


oxígeno que se produce y se envía al flujo sanguíneo cerebral del
bebé. Se evidencia dando una puntuación baja en el test de
APGAR, mostrando el bebé cierta irritabilidad, respuestas
exageradas o pérdida de sensibilidad y tono muscular bajo.
También pueden aparecer convulsiones persistentes y graves e
incluso el coma. Las causas pueden ser varias, entre las que se
deben mencionar los problemas con la placenta o el cordón
umbilical, parto difícil o bebé demasiado grande. Aquellos niños
con un problema de este tipo pueden presentar desde cierta
hipotonía general hasta retraso evolutivo y parálisis cerebral.

 Problemas metabólicos: son los niños que presentan bajo peso al


nacer o prematuridad aquellos que son más susceptibles a
padecer problemas de este tipo. Las deficiencias pueden darse
en productos esenciales para el metabolismo cerebral (como la
glucosa) o la insuficiencia de minerales como el calcio, potasio,
sodio, fósforo, hierro y magnesio. No obstante, existen
programas de screening para detectar estas posibles
alteraciones metabólicas, como la prueba del talón.

 Hiperbilirrubinemia: la mayoría de los bebés desarrollan algún


grado de ictericia, la cual se debe a una elevada cantidad de
bilirrubina (pigmento amarillo que se produce cuando se
descomponen los glóbulos rojos de la sangre). En el caso de
bebés prematuros y bebés de bajo peso con niveles de
bilirrubina elevados existe un mayor riesgo de parálisis cerebral
e hipoacusia neurosensorial.

Estos son los factores de riesgo perinatales más importantes que


nos podemos encontrar, pero aún hay uno a tener en cuenta, y es el
del ambiente en la unidad de cuidados intensivos neonatal. De éste
hablaremos más profundamente, pues es un factor de vital
importancia que en ocasiones se pasa por alto.
¿Qué son los cuidados prenatales y
por qué son importantes?
Tener un embarazo saludable es una de las mejores maneras de promover un nacimiento
saludable. Recibir cuidados prenatales regulares desde el inicio del embarazo mejora las
probabilidades de tener un embarazo saludable. Estos cuidados comienzan incluso antes
del embarazo, con una visita al médico antes de la concepción.

Cuidados previos a la concepción


Una visita previa a la concepción puede ayudar a que las mujeres tomen medidas para tener
un embarazo seguro y saludable antes de quedar embarazadas.
Las mujeres pueden tomar las siguientes medidas antes de embarazarse para promover un
embarazo y el nacimiento de un bebé saludables1:

 Elaborar un plan para su vida reproductiva.


 Aumentar la ingesta diaria de ácido fólico (una de las vitaminas B), que debe ser de
por lo menos 400 microgramos.
 Asegurarse de tener las vacunas al día.
 Controlar la diabetes y otras enfermedades.
 No fumar, beber alcohol o consumir drogas.
 Tener un peso saludable.
 Conocer sus antecedentes familiares y los de su pareja.
 Buscar ayuda para la depresión o la ansiedad.

Cuidados prenatales
Las mujeres que sospechan que podrían estar embarazadas deben marcar una visita con
su médico para comenzar a recibir cuidados prenatales. En las visitas prenatales a un
proveedor de atención médica se realizan, entre otros, un examen físico, control del peso y
entrega de una muestra de orina. Según la etapa del embarazo, también podrían realizársele
análisis de sangre y pruebas de imagenología, como una ecografía (ultrasonido). En estas
visitas también se habla sobre la salud de la madre, la salud del bebé y se hacen preguntas
sobre el embarazo.
Los cuidados previos a la concepción y los cuidados prenatales pueden ayudar a prevenir
las complicaciones y permiten informar a las mujeres sobre medidas importantes que
pueden tomar para proteger a sus bebés y garantizar un embarazo saludable. Con cuidados
prenatales regulares, las mujeres pueden:

 Reducir el riesgo de complicaciones del embarazo. Seguir una dieta segura y


saludable; hacer ejercicio regular, según las recomendaciones del médico; y evitar
la exposición a sustancias potencialmente dañinas como el plomo y la radiación
puede ayudar a reducir el riesgo de problemas durante el embarazo y garantizar la
buena salud y el correcto desarrollo del bebé. Controlar las enfermedades
existentes, como la presión arterial alta y la diabetes, es importante para evitar
complicaciones graves del embarazo, como la preeclampsia.
 Reducir el riesgo de complicaciones del bebé. Se ha demostrado que el consumo
de alcohol y tabaco durante el embarazo aumenta el riesgo de tener el síndrome de
muerte súbita del lactante (SIDS por sus siglas en inglés). El consumo de alcohol
también aumenta el riesgo de desarrollar trastornos del espectro alcohólico fetal, que
pueden causar diversos problemas como rasgos faciales anormales, cabeza
pequeña, mala coordinación, mala memoria, discapacidades intelectuales y
problemas con el corazón, los riñones o los huesos.2 Según un estudio reciente
apoyado por los NIH, pueden presentarse estos y otros problemas a largo plazo
incluso con una exposición leve al alcohol en la etapa prenatal.3

Además, tomar 400 microgramos de ácido fólico por día reduce el riesgo de tener
defectos del tubo neural en un 70%.4 La mayoría de las vitaminas prenatales
contiene los 400 microgramos de ácido fólico recomendados, así como otras
vitaminas que necesitan la mujer embarazada y el feto en desarrollo.1,5 El ácido fólico
se ha agregado a alimentos como los cereales, los panes, la pasta y otros productos
a base de granos. Si bien una forma relacionada (llamada folato) está presente en
el jugo de naranja y las verduras de hojas verdes (como la col rizada y la espinaca),
el folato no se absorbe tan bien como el ácido fólico.
 Ayudar a garantizar que los medicamentos que toman las mujeres sean
seguros. Determinados medicamentos, como algunos tratamientos para el acné6 y
los suplementos alimenticios y herbales,7 no son seguros durante el embarazo.

Cuidados perinatales
Desde el momento en el que en la mujer queda embarazada,
comienza en ella un proceso de adaptación y transformación
corporal que la prepara para ser madre: reacciona a sensaciones
físicas y emocionales que repercutirán en sus acciones
cotidianas. En esta etapa de gestación es importante llevar un
control prenatal, es decir, una vigilancia o supervisión médica-
ginecológica que permite vigilar la evolución del embarazo y
preparar a la madre para el parto y la crianza de su hijo.

“Con el control prenatal se tendrá la posibilidad de controlar


todos los aspectos de salud que involucran a la madre y al hijo.
Esta etapa gestacional es conocida también como periodo
perinatal, porque –en efecto- tiene que ver con todos los aspectos
que rodean la salud de la mamá y del bebé en gestación”,
comenta el Dr. Víctor Topete, especialista en ginecología y
obstetricia.

¿Para qué sirve el cuidado perinatal o durante el


embarazo? Aunque los factores de riesgo durante el embarazo
sólo se presentan en un 25% de la población gestante –
aproximadamente-, es importante que todas las mujeres
embarazadas conozcan:

ü los aspectos fisiológicos/emocionales que se consideran


normales o propios de su estado
ü los que pueden llegar a generar complicaciones si no se les
detecta y se les atiende a tiempo
ü los procedimientos de rutina que deberá seguir para llegar a
término (parir) en las mejores condiciones posibles
“Lo primero que se hace ya en consulta es la historia clínica de la
paciente, que nos ayudará a identificar factores de riesgo
hereditarios; se realiza un ultrasonido para establecer la edad y
la condición gestacional del bebé (latidos cardiacos,
movimientos, tamaño); posteriormente se evalúa la condición
(salud) en la que llega la mamá y se le proporcionan las
indicaciones pertinentes para su cuidado y el del bebé”, explica
el médico.

El cuidado prenatal está orientado al diagnóstico, prevención y


tratamiento de los problemas mayormente asociados a la
morbimortalidad de la mujer embarazada y de su hijo, entre los
más importantes se encuentran: nacimientos prematuros,
asfixia prenatal, hemorragias, hipertensión arterial, diabetes
gestacional y preeclamsia.

El primer control prenatal es básico para un cuidado temprano


y consecutivo. “Si le brindamos una educación materna
adecuada, puede ayudar a generar una cultura al respecto; así la
mujer embarazada, con conocimiento de las circunstancias
referentes a su estado, puede transmitir esta información a otras
mujeres gestantes que no cuentan con control prenatal o que el
que tienen es deficiente” puntualiza el especialista.

Cuidado perinatal, importantes para


madre e hijo
Desde el momento en el que en la mujer queda embarazada, comienza en ella
un proceso de adaptación y transformación corporal que la prepara para ser
madre: reacciona a sensaciones físicas y emocionales que repercutirán en sus
acciones cotidianas.

En esta etapa de gestación es importante llevar un control prenatal, es decir, una


vigilancia o supervisión médica-ginecológica que permite vigilar la evolución del
embarazo y preparar a la madre para el parto y la crianza de su hijo.
“Con el control prenatal se tendrá la posibilidad de controlar todos los aspectos
de salud que involucran a la madre y al hijo gestante. Esta etapa gestacional es
conocida también como periodo perinatal, porque –en efecto- tiene que ver con
todos los aspectos que rodean la salud de la mamá y del bebé en gestación”,
comenta el Dr. Víctor Topete, especialista en ginecología y obstetricia.
¿Para qué sirve el cuidado perinatal o durante el embarazo? Aunque los factores
de riesgo durante el embarazo sólo se presentan en un 25% de la población
gestante –aproximadamente-, es importante que todas las mujeres
embarazadas conozcan:
- los aspectos –fisiológicos/emocionales- que se consideran normales o
propios de su estado
- los que pueden llegar a generar complicaciones si no se les detecta y
se les atiende a tiempo
- los procedimientos de rutina que deberá seguir para llegar a término
(parir) en las mejores condiciones posibles
“Lo primero que se hace ya en consulta es la historia clínica de la paciente, que
nos ayudará a identificar factores de riesgo hereditarios; se realiza un ultrasonido
para establecer la edad y la condición gestacional del bebé (latidos cardiacos,
movimientos, tamaño); posteriormente se evalúa la condición (salud) en la que
llega la mamá y se le proporcionan las indicaciones pertinentes para su cuidado
y el del bebé”, explica el médico.
El cuidado prenatal está orientado al diagnóstico, prevención y tratamiento de
los problemas mayormente asociados a la morbimortalidad de la mujer
embarazada y de su hijo, entre los más importantes se encuentran: nacimientos
prematuros, asfixia prenatal, hemorragias, hipertensión arterial, diabetes
gestacional y preeclamsia.
El primer control prenatal es básico para involucrar a la embarazada en la
necesidad de un cuidado temprano y consecutivo.“Si le brindamos una
educación materna adecuada, puede ayudar a generar una cultura al respecto;
así la mujer embarazada, con conocimiento de las circunstancias referentes a su
estado, puede transmitir esta información a otras mujeres gestantes que no
cuentan con control prenatal o que el que tienen es deficiente” puntualiza el
especialista.

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