Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
186 páginas
Editions Denoël
El presente libro, Clínica Psicoanalítica, está dividido en tres partes.En la primera parte,
Dorhabla sobre la enseñanza del psicoanálisis en las universidades y dentro de los centros
de formación analítica. El hecho de dictarse en las universidades y postgrados, da a los
estudiantes y profesionales cierta tranquilidad en cuánto a su legitimización a través de
títulos, y por tanto, también a las autoridades académicas. El autor toma como pilares
fundamentales los aportes de Freud y de Lacan. En la segunda parte, Dor nos lleva a
reflexionar sobre la conducción de la cura a través del desarrollo de la transferencia e
interpretación en la situación terapéutica. En la tercera parte, el autor realiza un desarrollo
teórico psicopatológico de las tres estructuras clásicas: histeria, obsesión y perversión, con
la presentación de respectivos casos clínicos.
1
JoëlDor (1946 -1999), Psicoanalista, miembro del Centro de Formación y de Investigación
Psicoanalíticas, Director de la revista “Esquissespsychoanalytiques”. Titulado en Filosofía y doctor en
psicoanálisis, profesor y director de investigación de la Universidad Paris VII, en las cátedras de
psicopatología y clínica psicoanalítica. Ha escrito varios libros entre ellos Introducción a la lectura de
Lacan y Estructuras y perversiones.
tanto al que enseña como al que es enseñado. Cuando se enseña la clínica psicoanalítica
bajo este discurso es desacreditada, por eso, el autor se pregunta, cómo acomodarnos al
adagio “el psicoanálisis no se enseña sino que se transmite”. Para explicarnos este adagio
va a tomar como ejes referenciales a Freud y a Lacan.
A partir del análisis de ambos autores, Dorhabla sobre un proyecto de enseñanza que
promueva una “transferencia de trabajo”, que conducirá al enseñado a una disposición en
que pueda jugar con el enseñante; a que el enseñado pueda identificar en la enseñanza su
propia subjetividad y trabajarla con la finalidad de que pueda presentir las intuiciones
analíticas que le permitan desarrollar y regular su confrontación con la clínica.
Para Dor, la enseñanza es una empresa de la palabra, toda enseñanza pone bajo la
dependencia de un sujeto, lo que es enseñado al que enseña. Esta disposición tiene una
resonancia particular en la enseñanza del psicoanálisis, por lo que enseña. Para explicar
esta sujeción, desarrolla las articulaciones entre verdad, saber e inconsciente y todas las
interconexiones entre palabra, resistencia y transferencia. La enseñanza psicoanalítica
implica dos tipos de consecuencias: por ser la industria de la palabra, moviliza la
dimensión de la transferencia y de la resistencia que es su correlato; y como comunicación
de un saber, plantea la cuestión de verdad en el inconsciente donde se origina. Por esto, el
examen del problema planteado por la enseñanza del psicoanálisis, el autor lo desarrolla
desde una sujeción.
“El psicoanálisis es una práctica delirante” dice Lacan, por ello, el acceso al inconsciente
encuentra su consistencia en el ámbito metapsicológico, en un discurso que justifica la
experiencia y objetiviza un perfil específico de intervención terapéutica. Este referente solo
encuentra su justo lugar bajo dos condiciones, la primera es que mantenga una relación de
“buena inteligencia” con el marco de la semiología y de la nosografía. La segunda, que no
se transforme en un instrumento de dominación imperialista puesto al servicio del goce.
Para Dor, el goce surge desde el momento en que se instituye tal encuentro para el clínico,
como la ocasión propicia de reafirmar la inscripción del hecho psicopatológico de un saber
que se impone, por adelantado. La presentación clínica entonces, se hunde en una
dimensión parecida a la del goce del secreto perverso. Resulta sujeta a todos los avatares
del goce de aquel que sabe.
3. La transferencia y su subversión
El autor en este capítulo distingue tres etapas significativas en las revisiones freudianas
aportadas a la teoría de la transferencia.
Primera etapa, Freud identifica un proceso transferencial donde figuran las asociaciones
libres en el inicio del tratamiento y la prescripción de las asociaciones libres a los
pacientes. Plantea cierto tipo de imposición que permitirá que la representación reprimida
se presente sin que el sujeto lo sepa bajo una formación de compromiso. Desde sus inicios
asocia la transferencia a la repetición, y la presenta como un medio de acceso al
inconsciente. La repetición se convierte así en el proceso para el retorno de lo reprimido y
la transferencia permite el desplazamiento de las representaciones al analista facilitando la
repetición. De tal forma, que la significación de las representaciones se abrirá solo cuando
se interprete la transferencia. La repetición cede entonces su lugar al recuerdo. La
transferencia aparece como el lugar mismo de la interpretación mientras que la repetición
se define como el motor de la cura.
Para Safouan, Lacan sacó la transferencia del cautiverio imaginario en que se había
hundido desde Freud. El analista es interpelado por el analizante es la medida del sujeto
supuesto saber. El saber es siempre un saber del Otro y ningún análisis de la transferencia
es coherente fuera de la asignación supuesta en el lugar del Otro. El saber inconsciente es
suscitado por el analista en la transferencia, pero solo el sujeto lo detenta. A partir de aquí
Dor se hace dos preguntas: ¿Cómo circula el saber en juego entre estos los dos parteniers
de la cura? ¿Cómo analizar la transferencia con este dispositivo?
Para el autor, Lacan nos permitirá salir de esta especulación al distinguir la intervención de
la interpretación analítica. La interpretación apunta a la causa del deseo, algo que escapa a
la significación, la interpretación para Lacan es equívocayalusiva, dado que la causa no es
probable. En el campo de la intervención se encuentra la escansión, la cual no devela
ninguna significación, sino que lleva progresivamente al sujeto a las posibilidades de hacer
advenir la verdad de su deseo. La intervención puede ser un sostén oportuno, que le
permite al paciente encontrar un segundo aliento. La intervención es un procedimiento que
acompaña al desarrollo de la cura, la interpretación sólo se produce en ciertos momentos
privilegiados. Para Lacan, la interpretación no devela una significación. El analista que
interpreta no hace otra cosa que citar un decir que ya está en el paciente, por esta razón,
Lacan sitúa la interpretación en el registro de la alusión o del equívoco.
Dor plantea que la relación de la mujer histérica con su padre suele ser objeto de una
dialéctica identificatoria marcada por la ambivalencia. La histérica puede presentarlo como
objeto de amor caído que reclama enternecimiento, un padre insatisfecho que necesita un
apoyo, este sostén está movilizado por el resurgimiento de componentes edípicos, sobre
todo lo concerniente a la rivalidad fálica, donde la niña entra en competencia con la madre
en relación con el padre. Un tipo de investidura diferente, es la que conduce a la histérica a
una actitud hostil hacia el padre, considerándolo responsable de la desdicha familiar.
Cuando la histérica ratifica la queja de la madre insatisfecha puede aparecer una
identificación inconsciente, como víctima de un padre que no comprende a las mujeres.
Dor nos presenta en este capítulo un fragmento clínico de una paciente de 18 años, que
había desarrollado síntomas y manifestaciones histéricas. En este fragmento clínico, se
podrán observar estos diferentes aspectos de relación ambivalentes con las consecuencias
identificatorias.
Con este fin, el objeto deseado del obsesivo debe ser neutralizado ydepositado en un lugar
ideal: el lugar del muerto. El deseo es siempre deseo del deseo del otro, si el otro no desea,
el obsesivo queda asegurado en su deseo, ya que tampoco él desea.En resumen, la
estrategia amorosa del obsesivo consiste en apropiarse de un objeto vivo para
transformarlo en un objeto muerto y velar para que lo siga siendo.
A continuación, el autor va a ilustrar este capítulo con un caso de fobia, pero con diversos
síntomas de carácter perverso. Se trata de una mujer de 36 años, docente, casada, dos hijos
varones, derivada por su ginecólogo por problemas de frigidez. Presentaba una crisis de
angustia con un trasfondo depresivo grave. Con diversas manías, obsesiones de limpieza,
masturbación compulsiva; todos estos síntomas llevados por una fobia al esperma. En la
fobia se trata de calmar lo real insoportable: el descubrimiento de la ausencia de falo en la
madre y el intento de reconstruir de manera mítica al real portador, de una angustia
inmensa, vía el miedo, por tanto vía la fobia. Este caso va a ilustrar para el autor lo que
sucede con la paternidad en relación con la función paterna.
8. El perverso y su goce
El autor nos dice que la perversión siempre es asociada a la idea de una manipulación, con
la finalidad de dañar. El énfasis recae sobre la dimensión de la transgresión de las normas
establecidas. La finalidad de las estrategias perversas es la de gozar a través de la
transgresión. Existe una línea divisoria radical entre la estructura de los perversos y la de
los neuróticos; la diferencia que existe entre un acto perverso y la construcción de un
fantasma.
Para el autor no existen muchos trabajos dedicados al travestismo. Los pocos que hay
ponen más énfasis en el aspecto erótico de los perversos. Para empezar, nos dice Dor, un
travesti no es un homosexual. Los “verdaderos” transexuales son transexuales masculinos
(hombre transformado en mujer), los “verdaderos” travestis son hombres. Esta estructura
perversa tiene que ver con la identidad masculina. Los transexuales son sujetos víctimas de
una disforia sexual: un estado patológico que manifiesta su desacuerdo entre el sexo de su
cuerpo y el papel social asumido por las personas de su sexo. No poseen el cuerpo que
corresponde a su identidad sexual psíquica. El travesti no sufre de disforia sexual.
El autor termina postulando en este capítulo que la construcción de los neologismos, como
la composición de lenguajes delirantes, proviene de materiales olvidados, pero que
permanecen activos en el inconsciente.
Comentario
El autor en este libro realiza una compilación de Freud, Lacan y otros autores para
reflexionar sobre la enseñanza del psicoanálisis “el psicoanálisis no se enseña, se
transmite”. En el último congreso de FLAPPSIP, alguien preguntó a otro analista, “cómo
enseñaba psicoanálisis en la universidad, porque si se daba como una catecismo resultaba
aburrido”. De esto se trata el capítulo sobre la enseñanza del psicoanálisis. Nos hace
reflexionar, sobre inconsciente, transferencia, verdad, interpretación y otros conceptos
psicoanalíticos.
Leer a Dor, permite que reflexionemos sobre estos temas en nuestro quehacer
psicoanalítico. Nos ingresa al discurso lacaniano, siendo su punto de inicio Freud.
Algunos capítulos de este libro provienen de conferencias y clases dictadas por el autor.
JoëlDor, murió en 1999 víctima de cáncer, una gran pérdida para el mundo psicoanalítico.