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ESPERA QUE DIOS TE HABLE

Jesús dijo a sus discípulos: "aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis
soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad venga, os guiará a toda verdad, porque no
habrá por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de
venir" (Juan 16:12-13). También les dijo que el Espíritu Santo nos enseñaría todas las cosas y
que nos recordaría todo lo que Dios dijo en su palabra. (Juan 14:26).

Cuando Jesús habló estas palabras, se estaba dirigiendo a hombres con quienes había
compartido esos últimos tres años; habían estado con Él día y noche, y aun así les dijo que
tenía más cosas que enseñarles. Bien podríamos pensar que si Jesús en persona hubiera
estado con nosotros durante tres años, día y noche habríamos aprendido todo lo que había
que saber. Creo que si yo compartiera un mes completo con la misma gente, podría decirles
todo lo que sé. Sin embargo, Jesús dijo que esperemos más, porque Él siempre tiene algo que
decirnos sobre las nuevas situaciones que nos toca enfrentar.

Jesús siempre sabía lo que era correcto hacer, puesto que sólo hacía lo que veía hacer a su
Padre. Como nuestro señor, podemos confiar que Él nos guía cada día por el camino
correcto. Él es el hijo Unigénito de Dios, pero nosotros también somos hijos e hijas adoptados
por Dios, y debemos imitarlo en todo lo que hacemos. Él se hizo carne y experimentó todo lo
que a nosotros nos toca vivir, por eso entiende nuestras necesidades. Fue bautizado en el
Espíritu Santo, así como nosotros necesitamos recibir ese bautismo (juan 1:32-33). Y era
guiada por el Espíritu de misma manera en que nosotros podemos ser guiados por Él, porque
ascendió a los cielos y envió al Espíritu Santo para que nos dirija y nos encamine.

En Juan 16:13 Jesús continúa explicando la obra del Espíritu en nuestras vidas diciendo:
"porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo
que habrá de venir.

El libro de Juan ofrece un estudio extensivo de la promesa que Dios hizo en guiarnos
íntimamente. En el capítulo 6, Jesús dijo: "Escrito está en los profetas: Y todos serán
enseñados por Dios. Todo el que ha oído y aprendido del padre, viene a mí".

Como Dios sabía que necesitaríamos ayuda para entender su plan para nosotros, envió al
Espíritu Santo para que habitara en el interior de cada cristiano. Él es nuestro guía, nuestro
maestro de la verdad, nuestro consejero y ayudador. También es nuestro consolador, o
parakletos (Par-ak-lay-tos), termino que según el Vine Diccionario Expositivo de palabras del
Antiguo y del Nuevo Testamento, es alguien "llamado a nuestro lado" El término "era utilizado
en las cortes de Justicia para denotar a un asesor legal, un defensor, un abogado... que
defiende la causa de otro, un intercesor. El Espíritu Santo nos promete que nunca nos dejará
ni nos abandonará. Podremos vivir una vida abundante, si aprendemos a escuchar su voz.
Jesús dijo que era mejor que Él se fuera, porque si no se iba el Consolador (el Espíritu Santo)
no vendría a nosotros (Juan 16:7).

Por medio de Cristo, y el poder del Espíritu Santo, Dios quiere hablarte cada día,
desarrollando una relación personal contigo; quiere guiarte paso a paso hacia las cosas
buenas que tiene preparadas para ti. Dios está interesado aún en los detalles íntimos de
tu vida; y hasta tiene contados los cabellos de tu cabeza (Mateo 10:30). Le importan los
deseos de tu corazón y quiere revelarte la verdad que te hará libre de toda preocupación o
temor.

Dios planeó tener comunión íntima contigo antes de que nacieras. El salmista dijo de Dios:
"Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados,
cuando no existía ni uno solo de ellos (Salmos 139:16).

En el libro de los Hechos, el apóstol Pablo dijo de Dios: "de un sólo hombre hizo todas la
naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los periodos de su historia y la frontera
de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo
encuentren. En verdad Él no está lejos de ninguno de nosotros" (Hechos 17:26-27).

Si, antes que nazcamos, Dios conoce todos y cada uno de los días de nuestra vida, y sabe
donde vamos a vivir, ¿no es lógico que sea importante aprender a oírlo? Oír la voz de
Dios no sólo es apasionante, sino que además nos mantiene en el camino correcto.

Oír la voz de Dios a través del día ha llegado a ser mi modo natural de vivir desde que recibí la
llenura del Espíritu que Jesús nos prometió. Él Padre dará a todo el que se lo pida el don de
su Espíritu Santo (Lucas 11:13) quien nos ayudará a entender la Biblia para poder aplicar su
sabiduría a nuestra vida (Juan 14:26). Quiere enfatizar que cada uno de nosotros puede oír a
Dios y ser guiado diariamente por su Espíritu.
Parece increíble que Dios pueda tener un plan para cada persona de la tierra, pero también
produce gran paz saber que Él puede tomar nuestro caos y convertirlo en algo valioso y
significativo. Y nos revelará ese plan a través de una comunión íntima con Él.

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