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SOCIEDADES CONTEMPORANEAS DEL SIGLO XX

Manuel Fernando Martínez Romero


L.E.B.E.C.S
U.P.N

Resumen:

LA LUCHA COMO IDEA DE FELICIDAD

(Fernando Araujo Vélez)

“ha de llegar el día en que la filosofía no solo


internamente, por su contenido, sino también
externamente, por su forma, se ponga en contacto y
actúe recíprocamente con el mundo real de su
tiempo”.

Dentro de este texto vamos a encontrar una forma bastante interesante de mostrar la vida de
Marx, tal vez a manera de homenaje debido a los 200 años de nacimiento de este personaje;
relata el autor Fernando Araujo Vélez, que Marx pertenece intrínsecamente a una época de
revolución, donde abundan los panfletos, las proclamas y luchadores intelectuales y de
pistolas, época donde algunos intelectuales se reunían a escondidas de los reyes y príncipes,
siendo Marx quien potencia estas revueltas, y “tiñe de comunismo” a esta sociedad.
Fernando Araujo reafirma en cada momento a Marx como el genio de la pluma, las ideas y
las revueltas, que sin empuñar un arma, aceptaba los desafíos de un estudiante de los
“Borussia Korp en Colonia”.

Como todo un académico, él, quien estudiaba derecho, era un lector apasionado que releía
cada línea de sus autores predilectos, y escribía sobre ellos, traslapando una y otra vez sus
escritos, discutiendo con todo aquel que se encontraba, pues, “la más alta de las dignidades
del ser humano, decía, era luchar”. Él se encuentra a Hegel en la universidad de Berlín,
tomando su tesis y antítesis, para la creación de lo que llamaríamos el Materialismo
histórico de Marx. El con sus luchas, sus letras y sus conflictos llego a estar convencido de
que solo escribiendo podría encontrar una solución a su vida, y por ende a la de los demás,
dice Fernando Araujo, que gracias a esto comenzó a comprender que lo humano no le
podría ser ajeno.

Luego de retornar a Colonia de Berlín, Marx comienza a escribir para el periódico la


Rheinische Zeitung. Donde en su primera publicación en febrero de 1842 escribiría sobre
las últimas instrucciones de censura que dictamino el rey de Prusia Federico Guillermo IV.
Este texto fue censurado y el periódico cerrado después de esta publicación.

Marx filosofaba para comprender, y también para transformar. Mientras él estuvo en


Colonia debatió, convenció y lidero, logrando así llegar a ser nombrado en Prusia hasta el
punto el cual Engels quien prestaba servicio militar escribió de él: “¿Quién llega a
continuación con salvaje ímpetu? Describiendo de una manera casi poética a un hombre
que aparecía de una forma frenética, en un momento en el cual era necesario.

Araujo nos habla de una descripción de Marx diciendo en su columna para el espectador
que él, era un hombre moreno al que apodaron “Moro” hasta el día de su muerte, “Era un
poderoso hombre de 24 años, cuyo espeso pelo negro le salía de sus mejillas, brazos, nariz
y orejas. Era dominante, impetuoso, apasionado, lleno de una ilimitada confianza en sí
mismo”, decía de él un empresario de Colonia, Gustav Mevissen.

Otra descripción la hace un periodista de apellido Heinzen, quien relata sobre la vez que fue
a visitar a Marx, diciendo que la casa de él era un compendio desordenado de hojas, libros,
cigarros y fotografías. Dice Heinz que tan pronto entro a su casa, él escondió las llaves
diciendo que lo había secuestrado, riéndose lo invita a subir a su estudio “Cuando llegamos,
me sentó en el sofá para ver lo que este maravilloso excéntrico era capaz de hacer.
Inmediatamente se olvidó de que yo estaba allí, se sentó a horcajadas en una silla con la
cabeza inclinada sobre el respaldo y comenzó a declamar ‘Pobre teniente, pobre teniente’”.
Marx se sentía feliz, pues dentro de su idea de felicidad reposaba la lucha como forma
directa de felicidad, el creía que de uno en uno se podría ir convenciendo a todos; claro está
que para lograr convencerlos a todos tenía que enfrentarse contra intereses políticos y
económicos de los nobles y burgueses, convirtiéndose así en un enemigo directo de ellos,
ellos quienes lograron hacer que se fuera.

Marx viaja a Paris en 1843 donde funda una revista gracias a un dinero que había ahorrado
y también a la colaboración de algunos amigos de Colonia. La primera publicación, fue
también la última, en la cual le solicito al poeta Heinrich Heine que escribiera allí, “Los
poetas, decía, eran bichos raros a los que hay que dejar hacer lo que gusten. No se les debe
juzgar con el mismo rasero que a los hombres ordinarios o extraordinarios”.

La revista termina siendo cerrada, y se expide orden de captura desde Prusia contra ellos si
cruzaban la frontera, los textos que ellos produjeron en especial los de Heine sobre el rey
Luis de Baviera, fueron condenados como textos que incitaban a la alta traición. Después
de esto, Marx vuelve y se enclaustra para leer y escribir, es allí de donde salen los
conocidos manuscritos de Paris, que comienzan con una directa declaración en la cual habla
de la relación directa del salario que está determinado por la lucha abierta entre el obrero y
el capitalista, y que el capitalista tiene la ventaja de poder vivir más tiempo sin el obrero,
mientras que el obrero no puede vivir sin el capitalista, ya que al obrero se le arrebata una
gran cantidad de su producción, teniendo este que pertenecer poco a poco desde su
existencia al capitalista. Allí se venía mostrando la solución que vendría siendo el
comunismo.

Luego en parís Marx conoce a Engels, en 1844 vuelven a encontrarse creando una
sociedad de pensadores que no daban importancia a lo material ni a lo moral, lo único que
interesaba eran las ideas de lucha plasmadas en un papel. En 1845 viajan a Inglaterra para
conocer a los cartistas, quienes fueron el primer movimiento obrero de la historia, durante
este viaje elaboraron teorías, y estaban listos para pasar lo teórico a lo práctico, desde el
materialismo histórico. Ellos conocen la liga de los justos y son invitados como fundadores
del “comité de correspondencia de Bruselas” de donde surgen los partidos comunistas del
mundo. Para ellos solo importaba la razón y la lucha ya que el amor era una enfermedad.

Marx cambia el eslogan del comité por “¡Proletarios de todos los países, uníos!” y en 1847
fue a quien le pidieron que escribiera el manifiesto de la asociación, este manifiesto
comunista es impreso en el 24 de febrero de1848. Luego de esto Marx en su hogar el
Londres junto a su familia y tratando sus enfermedades, daba forma a su gran obra “el
capital”; mientras tanto grandes estallidos revolucionarios estallaban por toda Europa,
generando que Marx se convirtiera en el genio detrás de las revueltas. En 1867 entrega “el
capital”, y esta empieza a circular, y su legado comenzó a actuar lenta pero profundamente.
Resumen

DARLE VALOR A LO HUMANO

(Manuela Cano Pulido)

La autora de este texto escrito para una columna del espectador, comienza escribiendo
sobre algunos de los males que padece nuestra sociedad actualmente, como lo son la
pobreza, la desigualdad, y la exclusión, refiriéndose así que vienen del no adecuado
funcionamiento del capitalismo que surge de finales del siglo XIX. Afirmando que este
tiene un carácter cíclico sin terminación, y que este sistema influyo a mercantilizar todo lo
existente dentro de la sociedad, por la cuestión del costo-beneficio, dándole un precio al
arte, al ocio y hasta a la misma naturaleza, puesto que hasta el agua y el aire tienen un
costo. Desde este punto de partida en el texto la autora se remite a Marx, tomándolo como
aquel que ya habría “diagnosticado estos riesgos hace casi dos siglos”.

Afirma Manuela que Marx vivió en un momento donde se desarrollaron grandes avances
tecnológicos, y donde surgen la burguesía y el proletariado, como las dos nuevas clases
sociales. Época en la cual los campesinos migran a las fábricas y se da comienzo a la
acumulación del capital, siendo derivados de la revolución industrial. Para Marx este
momento donde todo parecía encaminarse hacia el progreso, era una gran amenaza en
ascenso puesto que generaba la enajenación del obrero quien se convertía progresivamente
en una mercancía más, utilizada por la burguesía para su enriquecimiento.

La autora muestra que desde la caída del muro de Berlín en 1989, la herencia de Marx ha
sido descalificada por el libre cambio y el capitalismo liderado por EEUU, y se acelera el
imaginario de Marx como enemigo. Dice que desde entonces la teoría Marxista habría
desaparecido, pero que hacia el 2008, cuando se da la crisis, esta misma da la razón de que
el sistema capitalista tenía sus problemas, y por esta razón muchos estudiosos deciden
retomar el pensamiento marxista con la intención de salir de la estructura defectuosa del
neoliberalismo. A partir de eso Manuela Cano afirma que Marx no ha muerto para el siglo
XXI, tomando una frase del politólogo y sociólogo Atilio A. Boron, “por la reiterada
incapacidad del capitalismo para enfrentar y resolver los problemas y desafíos originados
en su propio funcionamiento”.

La alienación que ha producido este sistema empiezan a versen reflejadas en el trabajo, los
medios de comunicación, etc. Mostrándonos que lo económico, la vida social y todo lo
demás está siendo totalmente determinado por lo cuantificable. “la desvalorización del
mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas” Marx. Lo
que quiere decir que lo material toma mucha más fuerza e importancia que lo humano, ya
que este cada vez se ve más opacado y dependiente; por eso la autora plantea que
plenamente conveniente leer a Marx para comprender nuestra sociedad desde otra
perspectiva. Pero propone que el reto es desvincular a Marx de los ismos, puesto que estos
estereotipan el pensamiento, haciendo mención a Francisco Buey cuando dice que hay
seguir la máxima del autor “DUDAR DE TODO”.

Los planteamientos de Karl Marx siguen siendo vigentes en la actualidad tanto en temas
económicos, como también de producción. Es importante leer a Marx hoy en día resaltando
la importancia que le da a lo humano, el valor humano en cuanto a ser creador. Claro está
teniendo en cuenta que el autor propone que el humano nace para crear, lo cual es
eliminado al ser enajenado en su labor para enriquecer a los capitalistas, hasta el punto
como menciona la autora de esta columna a Marx “aparece la realización del trabajo como
desrrealización del trabajador”.

Así que concluyendo este texto la autora afirma que: hay que desideologizar a Marx
teniendo en cuenta que es un autor que creía en que el ser humano era capaz de transformar
mundo, pero para esto el mismo debía liberarse de la forma de trabajo que se lo impide.
Resumen

DE LA LITERATURA, EL LENGUAJE Y EL MARXISMO

(Andrés Osorio Guillot)

en este texto propone el autor que para Karl Marx la literatura no fue uno de sus grandes
intereses, pero que a pesar de eso sin ella él, no podría haber logrado la interacción con las
humanidades, ya que esta le brindo herramientas necesarias para la construcción de su
pensamiento. Dentro del interés que se puede encontrar de Marx hacia la literatura podemos
ver su inclinación hacia autores como William Shakespeare, Johann Wolfgang von Goethe,
Miguel de Cervantes y Honoré de Balzac.

Un compañero suyo Paul Lafargue es uno de los pocos que dan testimonio de Marx y la
cercanía con la literatura mencionando que “Conocía de memoria obras de Heine y de
Goethe, que citaba a menudo en la conversación […] todos los años leía en el original
griego a Esquilo; reverenciaba a este y a Shakespeare como los dos más grandes genios
dramáticos que haya producido la humanidad […] Dante y Burns se encontraban entre sus
poetas predilectos […] Colocaba por encima de todos los novelistas a Cervantes y a Balzac.
Don Quijote era, para él, la épica de la caballería agonizante, cuyas virtudes se tornaron
hábitos ridículos y grotescos en el mundo burgués naciente”.

Mientras su paso por Berlín en la universidad de Humbolt, Marx fue cautivando sus ideas y
su interés por el funcionamiento humano. Esa fascinación que tenía frente a la literatura
inglesa y la de la antigua Grecia, fueron generando un acercamiento hacia la filosofía y
fenomenología de Hegel. Es así como sus estudios en derecho y la fascinación por la
filosofía de Hegel le cambia el rumbo, y no solo a él, sino también al pensamiento político
de la humanidad. A partir de postulados que comparte con Engels se logra evidenciar
algunos tratados y textos sobre el arte y las letras y su influencia en los procesos históricos
que configuran la organización de lo social.

Existen dos textos que hacen cercanía a las teorías marxistas con la literatura, los cuales
son: “Marxismo y crítica literaria (1976), del crítico británico Terry Eagleton, y Marxismo
y literatura (1997), del intelectual galés Raymond Williams”. En el primero se señalan
temas sobre la superestructura que parten de los modos de producción material y de los
modos de producción ideológica, partiendo del análisis de su forma narrativa y la
significación de la misma, puesto que esto logra determinar la forma “y por ende la
ideología representada en la obra literaria”. Andrés Osorio en este recorrido histórico de
Marx y la literatura nos menciona que lo importante es resaltar que para pensadores
posteriores como Lenin y Trotsky, la literatura y el arte no deben asociarse al discurso
político, pues pueden ser utilizados con fines revolucionarios. Por eso consideran la
literatura como un elemento que refracta la sociedad y la vuelve cambiante, en conjunto a
los cambios sociales que allí se generen.

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