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CANTEMOS A LA VIDA EN TODAS SUS

EXPRESIONES
Y A LA RESURRECCIÓN QUE ES VIDA
PERMANENTE

«Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la


vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama
permanece en la muerte» (1 Jn 3:14)
1 ALELUYA - Por los poetas (119)

Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya.

Por los poetas que nacen, por las flores del camino,
por el rezo de las madres, por la sonrisa del ninñ o,
por la gente que se quiere, por el agua de los rios,
por la libertad del hombre, por tu hermano y por el míío.

2 TE OFRECEMOS, PADRE NUESTRO (153)

Te ofrecemos, Padre nuestro, con el vino y con el pan,


nuestras penas y alegríías, el trabajo y nuestro afaí n.

1 Como el trigo de los campos, bajo el signo de la cruz


se transforman nuestras vidas en el cuerpo de Jesuí s

2 A los pobres de la tierra, a los que sufriendo estaí n


cambia su dolor en vino, como la uva en el lagar

3 Estos dones son el signo del esfuerzo de unidad


que los hombres realizamos en el campo y la ciudad

4 Es tu pueblo quien te ofrece con los dones del altar


naturaleza entera anhelando libertad

5 Gloria sea dada al Padre y a su HIJO Redentor


y al Espííritu divino, que nos llena de su amor

3 ALELUYA - Alaben al Señor (292)


Aleluya.

1 Alaben al Senñ or los astros y planetas


las naves espaciales alaben al Senñ or

Alaben al Senñ or las obras de sus manos


y las que por las manos el hombre realizoí .

2 Alaben al Senñ or los rayos y los truenos,


los cuerpos radioactivos alaben al Senñ or

3 Alaben al Senñ or los frutos y las flores,


productos de las fabricas alaben al Senñ or

4 Alaben al Senñ or los trinos de los paí jaros,


los ritmos electroí nicos alaben al Senñ or

5 Alaben al Senñ or paisajes y arreboles,


artistas y pintores alaben al Senñ or

4 DEMOS GRACIAS AL SEÑOR (288)

Demos gracias al Senñ or, demos gracias,


demos gracias al Senñ or.

1 Por la manñ ana las aves cantan


las alabanzas al Padre Creador,
y por las tardes las flores cantan
las alabanzas al Padre Creador

2 Al mediodíía el sol le canta


las alabanzas a Cristo Salvador,
y a medianoche la luna canta
las alabanzas a Cristo Salvador

3 De madrugada la tierra canta


las alabanzas al Gran Consolador,
y sin fatigas el hombre canta
las alabanzas al Gran Consolador

5 LOS HIJOS DE LA SELVA (310)

Los hijos de la selva te alabamos, Senñ or.

1 Las aguas de los rííos, las aguas de las lluvias


las aguas de las cochas1 te alaban, Senñ or

2 La luz del nuevo díía, el sol que nos alumbra,


los vientos y calores te alaban, Senñ or

3 Los frutos y las flores los arboles y el monte,


la tierra que es fecunda te alaban, Senñ or

4 Las aves con sus cantos los peces y reptiles,


las fieras de la selva te alaban Senñ or

5 Los ninñ os y sus madres, los hombres y sus brazos,


las luchas y sudores te alaban, Senñ or

6 Los pobres y olvidados con ansias de ser libres,


luchando en esperanza te alaban, Senñ or
1
Llanuras, en Perú.
6 HOMBRE DE BARRO (45)

¿Coí mo le cantareí al Senñ or, coí mo le cantareí ?


¿Coí mo le cantareí al Senñ or? ¡Hombre de barro soy!

1 Si yo le he fallado a Jesuí s
y sus exigencias no las he cumplido,
hoy arrepentido estoy.

2 Cuando yo he caíído en tentacioí n,


Dios, mi Padre bueno, con su gran ternura
quiere darme su perdoí n.

3 Hay una gran fiesta del perdoí n,


cuando yo decido convertirme a Cristo,
demostrando maí s amor.

4 El estaí en los montes y en el mar.


EÉ l llena el silencio de la noche en calma
y camina en la ciudad.

5 Entre los arroyos de cristal;


las altas montanñ as, las flores, los campos
dicen: «Aquíí Dios estaí ».

6 No mira en el hombre su color


ni mira el dinero: es Padre de todos
y a todos quiere el Senñ or.

7 QUÉ BELLO ES EL VER A DIOS (26)


Queí bello es el ver a Dios
en cada cosa del universo.
La creacioí n siempre diraí :
«Obra de amor tuí veraí s en míí».

1 En mi camino yo veo muchas flores


que me sonrííen felices al pasar.
En tu sonrisa puedo ver la obra de Dios.
Amigo míío, para ver basta querer.

2 En mi camino yo veo a este buen Dios,


de mil maneras me habla de su amor.
Astros y estrellas comentan su esplendor.
Amigo míío, para ver basta querer.

3 En mi camino yo veo hombres felices


que me contagian su gozo por vivir.
Cantan dichosos porque Dios los creoí .
Amigo míío, para ver basta querer.

8 YO QUISIERA PODER APLACAR (735)

1 Yo quisiera poder aplacar una fiera terrible;


yo quisiera poder transformar tanta cosa imposible;
yo quisiera decir tantas cosas
que pudieran hacerme sentir bien conmigo,
yo quisiera poder abrazar mi mayor enemigo.

2 Yo quisiera no ver tantas nubes oscuras arriba,


navegar sin hallar tantas manchas de aceite en los mares,
y ballenas desapareciendo
por falta de escruí pulos comerciales:
yo quisiera ser civilizado
como los animales.
yo quisiera ser civilizado como los animales

3 Yo quisiera no ver tanto verde en la tierra muriendo,


en las aguas del ríío los peces desapareciendo;
yo quisiera gritar que ese tal oro negro no es maí s
que un negro veneno;
ya sabemos que por todo eso vivimos de a menos.

4 Yo no puedo aceptar ciertas cosas que ya no comprendo


el comercio de armas, de guerras, de muertes viviendo;
yo quisiera hablar de alegríía
en vez de tristeza, mas no soy capaz,
yo quisiera ser civilizado como los animales.
yo quisiera ser civilizado como los animales.

Yo no estoy contra el progreso


si existiera un buen consenso.
¡Errores no corrigen otros!
¡eso es lo que pienso!

9 LOS CAMINOS DE ESTE MUNDO (38)

1 Los caminos de este mundo nos conducen con amor


hasta el cielo prometido, donde siempre brilla el sol.
Y cantan los prados, cantan las flores,
con armoniosa voz,
y mientras que cantan prados y flores,
yo soy feliz pensando en Dios.

2 Los caminos de este mundo enlazados juntos van;


entre penas y alegríías hasta el Cielo llegaraí n.

3 Los caminos de la tierra estaí n llenos de amistad;


no la niegues a tu hermano, que la espera en ti
encontrar.

4 Los caminos de esta vida te conducen de verdad


al buen Dios que te convida a entrar en la eternidad.

10 ALABADO SEAS, MI SEÑOR (309)

1 Alabado seas, mi Senñ or, alabado seas, mi Senñ or:


el sol y las estrellas proclaman tu grandeza,
las flores y la luna nos cantan tu poder,
las flores y la luna nos cantan tu poder.
Alabado seas, mi Senñ or, alabado seas, mi Senñ or:
cantando, el universo te ofrece su hermosura,
pues toda creatura es caí ntico de amor,
pues toda creatura es caí ntico de amor.

2 Alabado seas, mi Senñ or, alabado seas, mi Senñ or:


los paí jaros y el bosque, los aí rboles y el viento
los rííos y los mares nos cantan tu poder.

3 Alabado seas, mi Senñ or, alabado seas, mi Senñ or:


por todos los hermanos que acogen y perdonan,
por todos los que rezan en su tribulacioí n.
11 LA COSTA DEL SILENCIO

El mar escupíía un lamento


tan tenue que nadie lo oyoí .
Era un dolor de tan adentro
que toda la costa murioí .

Llora lamentos la nube que enfermoí


y escribe espantos en la arena el dolor.
Arrulla el miedo a un delfíín que bebioí
de un agua negra, su suerte emigroí .

Ven, quiero oíír tu voz,


y, si auí n nos queda amor,
impidamos que esto muera.
Ven, pues en tu interior
estaí la solucioí n,
de salvar lo bello que queda.

Donde se acomoda la usura


nacen la ambicioí n y el poder,
y eí ste germina en la tierra,
que agoniza por intereí s.

Y una gaviota cuentan que decidioí


en acto suicida inmolarse en el sol.
Rííe desprecios un barco que encalloí ,
y se desangra en su lecho: LA MAR!

Hagamos una revolucioí n,


que nuestro lííder sea el sol,
y nuestro ejeí rcito
sean mariposas.

Por bandera otro amanecer


y por conquista comprender
que hay que cambiar
las espadas por rosas.

Mientras te quede aliento


ve a buscar con el viento
ayuda, pues no queda tiempo

12 CONTRA LA TAUROMAQUIA

Si las vacas enviudan a las cinco


tuí moriraí s a media tarde
te vestireí de sangre y oro
sin rabo y sin orejas arderaí s
en la plaza que arde

Si intentas dar la vuelta al ruedo


la daraí s con los pies por delante
a ti es al que pondraí n las banderillas
y al final ni siquiera tendraí s
mulilla que te arrastre

Aleí grame el díía, torero, aleí grame el díía


aleí grame el díía por Dios y la Virgen Maríía

Por cada suerte y cada tercio


tuí tendraí s una desgracia entera
no te serviraí el burladero
el toro cumpliraí su obligacioí n
y se acabaraí la fiesta

Aleí grame el díía, torero, aleí grame el díía


aleí grame el díía por Dios y la Virgen Maríía.

13 CUANDO LOS ANGELES LLORAN

A Chico Mendes lo mataron


Era un defensor y un aí ngel
De toda la Amazoníía
El murioí a sangre fríía
Lo sabíía Collor de Melo
Y tambieí n la policíía

Cuando los aí ngeles lloran


Lluvia cae sobre la aldea
Lluvia sobre el campanario
Alguien murioí …

Un aí ngel cayoí
Un aí ngel murioí
Un aí ngel se fue
Y no volveraí

Cuando el asesino huíía


Chico Mendes se moríía
La selva se ahogaba en llanto
El dejoí dos lindos crííos
Una esposa valerosa
Y una selva en agoníía.

Cuando los aí ngeles lloran


Es por cada aí rbol que muere
Cada estrella que se apaga

Un aí ngel cayoí
Un aí ngel murioí
Un aí ngel se fue
Y no volveraí .

14 HIMNO AL PLANETA

Yo he visto que de una semilla nace una flor


Es como magia de alas
Y yo que de una bolsita sale una mariposa multicolor
Es maí gico tambieí n.

Viajando por el cosmos una estrella va a llegar


La tierra es nuestra casa y un planeta sin igual
Rima de vida alegre en bosques, aires, suelo y mar
Es uí nica y la tenemos que cuidar.

Con toda el alma yo, la voy a proteger


Hay que amar el hogar, de la humanidad
Si tuí me ayudas hoy aquíí,
La vamos a conservar.
Hay que amar el hogar, de la humanidad
Si tuí me ayudas hoy aquíí,
La tierra renaceraí .
Marchando por el bosque
Las hormigas van en paz
Un arroyo cristalino
Serpentea en pos del mar

Creciendo un capullo
Va trepando hasta el sol
Es el orden y armoníía natural.

Con toda el alma yo la voy a proteger

Hay que amar el hogar, de la humanidad


Si tuí me ayudas hoy aquíí,
La vamos a conservar.
Hay que amar el hogar, de la humanidad
Si tuí me ayudas hoy aquíí,
La tierra renaceraí .

15 GLORIA, GLORIA, ALELUYA (85)

Gloria, gloria, aleluya, gloria, gloria, aleluya,


gloria, gloria, aleluya, Jesuí s resucitoí .

1 Cuando sientas que tu hermano necesita de tu amor.


no le cierres tus entranñ as ni el calor del corazoí n
Rebusca pronto en tu recuerdo la palabra del Senñ or
«Mi ley es el amor».

2 Cristo dijo que quien llora su consuelo encontrara


quien es pobre, quien es limpio seraí libre y tendraí paz
rompe pronto tus cadenas, eres libre de verdad
j empieza a caminar!

3 Si el camino se hace largo, si te cansas bajo e sol


si en tus campos no ha nacido ni la maí s pequenñ a flor,
coge mi mano y cantemos unidos por el amor
en nombre del Senñ or.

4 Caminemos siempre unidos en la fe y en el amor,


anunciemos por doquiera su mensaje salvador
implantemos por el mundo la justicia y el amor
en nombre del Senñ or.

5 El Espííritu divino que a la tierra Cristo envioí ,


como viento huracanado, como fuego abrasador,
septiforme don del cielo, es consuelo en la afliccioí n,
¡poder renovador!

16 ID Y ENSEÑAD (570)

1 Sois la semilla que ha de crecer,


sois estrella que ha de brillar,
sois levadura, sois grano de sal,
antorcha que ha de alumbrar.

Sois la manñ ana que vuelve a nacer,


sois la espiga que empieza a granar,
sois aguijoí n y caricia a la vez,
testigos que voy a enviar.

Id, amigos, por el mundo anunciando el amor,


mensajeros de la vida, de la paz y el perdoí n.
Sed, amigos, los testigos de mi resurreccioí n,
id llevando mi presencia, con vosotros estoy.

2 Sois una llama que ha de encender


resplandores de fe y caridad.
Sois los pastores que han de guiar
al mundo por sendas de paz.

Sois los amigos que quise escoger,


sois palabra que intento gritar,
sois reino nuevo que empieza a engendrar
justicia, amor y verdad.

3 Sois fuego y savia que vine a traer,


sois la ola que agita la mar;
la levadura pequenñ a de ayer
fermenta la masa del pan.

Una ciudad no se puede esconder


ni los montes se han de ocultar,
en vuestras obras que buscan el bien,
los hombres al Padre veraí n.

17 Oración al Resucitado

«Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía


también vuestra fe» (1 Co 15:14)

¡Oh, Senñ or Resucitado!


Que te proclamaste camino, verdad y vida,
haznos seguidores del Espííritu de tu Resurreccioí n.

Conceí denos ser renovados internamente,


muriendo a nosotros mismos para que puedas vivir en
nosotros.
Que nuestra vida sea servir como signo de tu amor
transformador.

UÉ sanos como tus instrumentos para renovar la sociedad,


llevar tu vida y amor a todos,
en una gran fraternidad universal.

Bendíícenos para que seamos bendiciones para otros.

Gracias por hacerlo todo nuevo,


gracias por entregar las llaves de la muerte,
para que sea la vida la que triunfe.

Confesamos que a menudo nos apegamos a la muerte,


renueva nuestro corazoí n, nuestra mente, nuestra vida,
para la vida que tenemos por delante.

Esto te pedimos a ti Resucitado,


que habitas para siempre el universo,
con el Padre y el Espííritu que siempre nos anima. ¡Ameí n!
Utapaí , municipio de Jesuí s Maríía, Santander

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