Vous êtes sur la page 1sur 4

COLEGIO LUIS AMIGÓ Y FERRER

Medellín-Antioquia

CARACTERÍSTICA DE LA POBLACIÓN ATENDIDA

El Centro de Atención al Joven Carlos Lleras Restrepo - y por ende el Colegio Luis Amigó
y Ferrer-, en su modalidad de atención se caracteriza por atender adolescentes (hombres
y mujeres) con edades entre los 14 y 26 años que han infringido la ley penal colombiana; y
que presenta características propias de la etapa del desarrollo por la que atraviesan, siendo
esta la adolescencia, la cual es un periodo de transición, incertidumbre y desesperación,
que afecta directamente la estabilidad emocional, la noción de status socioeconómico, la
concepción de familia y la introyección de parámetros normativos y limites reguladores de
la conducta.

El o la adolescente que ingresa a la institución presenta impulsividad significativa, baja


tolerancia a la frustración, facilidad de paso al acto, habilidades para la vida deterioradas,
manipulación, limitado nivel de conciencia frente al acto cometido, deterioro de la
autoestima, inestabilidad emocional, vulnerabilidad, ausencia de límites, mecanismos de
defensas estereotipados, valores deteriorados, acercamiento a grupos de riesgo, ingesta
de sustancias psicoactivas.
Cabe anotar a lo anterior que los y las adolescentes provienen de núcleos familiares
conflictivos, encontrando padres en disonancia educativa, progenitores con roles
desdibujados, personas inmaduras, poca tolerancia a la frustración, sin posicionamiento
crítico, padres “amigos” (no posesionándose en el rol pertinente), progenitores
abandonantes, expulsivos, familias desintegradas que no logran elaborar tal situación, falta
de límites, familias que facilitan inconscientemente la trasgresión, escaso espacio para
compartir; escolaridad inconclusa de los padres; precariedad laboral del jefe de familia;
economía de subsistencia, crianza de los hijos sin la presencia de uno de los progenitores,
por lo cual los hermanos suelen tener distintos apellidos; roles de madre o padre que son
asumidos por hermanas/os mayores; mala utilización (por desconocimiento) de los tiempos
de ocio; grupos de pares negativos (tanto en los menores como en los mayores);
antecedentes penales en algún/os miembro/s del grupo.
Aun así, los adolescentes cuentan con la posibilidad de afrontar su realidad personal, se
destacan las diferentes posibilidades de expresión artísticas tales como la música, el baile,
la pintura y el canto, observándose un alto contenido de vivencias emocionales y cotidianas
que son canalizadas para dar inicio a procesos reflexivos y de cambio.
Se muestran creativos y con capacidad para involucrarse con sus experiencias en la
formación académica, técnica y las múltiples actividades lúdicas recreativas, culturales y
deportivas en las que logran desplegar toda su habilidad y talento.

POBLACION SUJETO.
Dentro del Colegio Luis Amigó y Ferrer se atienden adolescentes y jóvenes entre los 14 y
26 años de edad que se encuentren bajo la Ley Penal para adolescentes y que no hayan
culminado el proceso académico, entendido como: Educación básica primaria, Educación
básica secundaria y Educación media.
La población presenta diferentes situaciones y condiciones frente a su proceso, lo cual
conlleva a desarrollar una metodología diferencial, de acuerdo a la particularidad del caso.
Las situaciones más relevantes en las que llega un adolescente son: privación de libertad;
desplazamiento intraurbano y rural; consumo de sustancias psicoactivas; violencia
intrafamiliar; deserción escolar, extrema pobreza, y analfabetismo, entre otros.
Simultáneamente, las condiciones que predominan en esta población son: Estructura
conductual disocial, Trastornos de la personalidad (esquizofrenia, psicosis, obsesivo
compulsivo, bipolaridad, depresión, etc.)

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
La multiplicidad de situaciones sociales que configuran el contexto en el cual vivimos, las
visiones parcializadas de los fenómenos sociales y las ganas de superar las dificultades,
entre otras, obligan a dar continuidad a la tarea de estudiar, investigar y generar alternativas
de reflexión y abordaje de dichas situaciones.
Los adolescentes han representado para toda la sociedad el futuro inmediato, sin embargo,
esta condición también es la fuente de dudas y recelos; constantemente se desconfía de la
capacidad de los adolescentes para darle curso a su vida, es decir, se les supone carentes
de propósitos idóneos para incorporarse a lo social. Evidentemente no se puede
desconocer que la adolescencia es un periodo de desconcierto, pero tampoco se deberá
catastrofizar un momento evolutivo que tiene en sí mismo unas tareas difíciles de resolver,
como la identidad, su posición frente a la vida y su incorporación a lo social de manera
activa.

El joven de la ciudad de Medellín, “es un joven que tiende a vivenciar de primera mano las
dificultades que tiene que enfrentar la ciudad, el fracaso de la educación tradicional, la
escasez de empleo, el déficit de espacios para construir interacción y el crecimiento
poblacional”1, por otro lado, no ha sido ajeno a uno de los síntomas contemporáneos más
identificados, el sin-sentido, originado en parte por los grandes ideales caídos en desuso.
Aun así, es lícito decir que cada generación libra su propia revolución, y tal vez la que
enfrenta la juventud actual, tiene que ver con poner en evidencia el fracaso de las
instituciones tal cual han sido concebidas, es allí donde puede situarse el sin- sentido, pues
este sin sentido es la falta de credibilidad en el estado, es la consciencia de un futuro que
solo puede ser incierto porque las oportunidades no muestran lo contrario”2. (Nilan, 2004)

Desde esta perspectiva es necesario entonces, explorar la complejidad del adolescente,


aun mas aquel que nos concierne en este caso, el adolescente infractor que mediante una
vía de comprensión e intervención abra paso a una lectura que tenga incidencia en las
demás esferas que interactúan con esta problemática.
Establecer de manera delimitada a que hace referencia el concepto de adolescente infractor
no es tarea sencilla, “las infracciones en la adolescencia suelen ser una forma de expresar
un estado de inconformidad frente a las cosas, un llamado de atención a todo aquello que
le es significativo o una forma de reacción en un contexto hostil. Así que las infracciones
habrán de constituirse en una forma de tramitar su relación con los demás, o en otros
términos, podrían integrarse como formas constitutivas de la personalidad de los jóvenes”3.
De esta manera, el desarrollo de la personalidad en la etapa de la adolescencia alcanza el
estadio de integración y estructuración de los componentes afectivos, psicológicos, morales
incorporados a partir de la historia de vida de todo sujeto, por lo que se define, los rasgos
de personalidad como “patrones persistentes de formas de percibir relacionarse y pensar
sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de
contextos sociales y personales”.

La población atendida en el Colegio Luis amigo y Ferrer se perfila en algunos signos y


síntomas que los ubican en la línea de deterioro personal, familiar y social, y otros presentan
trastornos mentales, entendiendo estos como un deterioro clínico significativo que implica
las diferentes áreas de desarrollo del sujeto, entre las que se encuentra la interacción con
el medio social, familiar y relacional, por lo cual emerge la necesidad de vincular a las
familias de los adolescentes a espacios educativos que les posibiliten conocer, identificar y
remitir ante señales observadas en el diario vivir y que podrían clasificarse y ser intervenidas
por profesionales en estas áreas. Por esta razón se brindan herramientas para la familia y
el adolescente en el manejo de síntomas que alteren su adecuado desempeño en las
diferentes áreas de desarrollo.

Técnicamente, “un joven será infractor cuando sin poseer la mayoría de edad penal, comete
un hecho que está tipificado por las leyes como una discontinuidad dentro del
comportamiento esperable, es decir, se mueve en un plano que afecta el bien jurídico. Este
hecho señala un posible compromiso desde lo subjetivo que requiere un necesario apoyo
psicopedagógico, familiar y social”4.
Constantemente se hacen señalamientos a la familia como causa del comportamiento de
los adolescentes, respecto a lo cual se debe guardar prudencia y no descartar factores
biológicos, sociales y culturales. Sin embargo, no se puede negar una realidad que es
evidente, relacionada con el hecho de que la familia constituye el primer ambiente en que
los seres humanos socializan y se encuentran con personas significativas.
De acuerdo con esto, es necesario reafirmar que “aunque la familia no determina la manera
en la que una persona va a comportarse, si es posible que las relaciones con los seres
cercanos faciliten que la persona vaya consolidando un patrón estable en la manera de
relacionarse y paulatinamente desarrolle un ciclo interpersonal que necesariamente va a
repetir en su vida adolescente y adulta.5
Por ello, la tarea básica y fundamental de la familia es la educación de los hijos, pero el
cumplimiento de esta labor se vuelve una tarea compleja, puesto que al padre y la madre
se les asigna desde una estructura cultural y social, una función que parte de unos
prototipos de lo que significa ser padres. Cuando se habla de la familia como célula básica
de la sociedad, se plantea que es este ámbito el que forma sujetos para vivir en sociedad,
lo cual la convierte entonces en un instrumento de control social sobre la cual recae la
responsabilidad de regular y orientar en lo íntimo, vinculando entonces los afectos y las
interacciones de quienes la conforman.
Por ello, la labor social implica un esfuerzo constante, en tanto que hay que pensar en
múltiples factores que se asocian a la hora de intervenir sobre todas las variables que
determinan la esfera social; políticos, ideológicos, idiosincrásicos y culturales; no obstante,
se ofrece una mirada y una propuesta de intervención que se dirige en dos sentidos, por un
lado, el apoyo terapéutico a los adolescentes en conflicto y por otro la intervención centrada
en las familias de estos jóvenes.

PRINCIPIO PREPARACIÓN PARA LA VIDA

Estrategia- elaboración del proyecto de vida: La estrategia se dirige a la preparación y


redefinición de la construcción del proyecto de vida del joven. Para tal fin se realiza asesoría
psicológica, pedagógica y de trabajo social, al joven y su sistema familiar, en donde se
enriquezca la dinámica de relaciones y se brinda la opción de repensarse como sujeto,
resignificando el concepto que tiene de sí mismo, así como su capacidad de construir
estrategias de afrontamiento frente a las crisis y redefinir patrones de comportamiento
siendo esto último lo más importante en el proceso de inclusión del joven al sistema familiar
y social; además se movilizan las pautas relacionales al interior de la familia a través de
diferentes espacios de intervención, en términos de la identificación y evaluación de
necesidades y dificultades en los diferentes contextos del joven teniendo en cuenta las
fortalezas y oportunidades en toda dimensión humana para la mejora de su calidad de vida.
Se trazan metas que en el proceso pedagógico implican la realización de talleres y grupos
terapéuticos para la adquisición y/o fortalecimiento de habilidades de afrontamiento,
identificación de factores de riesgo y protectivos, con el fin de preservar las áreas de
derecho fundamentales y específicamente la del desarrollo, promoviendo valores de
responsabilidad y corresponsabilidad.

Estrategia formación académica, prevocacional y capacitación vocacional: Como


apoyo se ingresa al niño o joven a un sistema educativo y prevocacional que brinda la
Institución dando la posibilidad a vinculación y capacitación vocacional en diferentes
entidades del estado, ya que esto fortalece su proceso de recuperación y modificación de
conductas sintomáticas. Todo eso apoyado por los beneficios que se brindan en las
diferentes áreas de atención institucional.
Estrategia de proceso pedagógico- terapéutico: Ambiente desarrollado por
microcomunidades, el cual favorece los procesos de socialización donde se potencializa el
desarrollo del auto-estima, autocontrol, ofreciendo herramientas personales para el
afrontamiento de situaciones frustrantes y dolorosas que puedan poner en riesgo o en
peligro la estabilidad emocional y física del adolescente, joven o niño, enfatizando en el
autoconocimiento como sujeto de derechos.

Vous aimerez peut-être aussi