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BENEFICIO DE INVENTARIO

El llamado beneficio de inventario se traduce en un modo de aceptación para el


heredero, en virtud del cual el patrimonio de la herencia no pierde su unidad y, a la
vez, no se confunde, en su contenido de titularidades transmisibles, con el patrimonio
del heredero. Su principal efecto lo constituye el hecho de que los bienes hereditarios
pasan, se transmiten al heredero, pero permanecen distintos, o sea, separados de los
bienes personales de él.
EL BENEFICIO DE INVENTARIO COMO CONSECUENCIA DE LA SUCESIÓN EN LA
PERSONA. - El llamado beneficio de inventario que hace su aparición en la historia de
las instituciones del derecho sucesorio con Justiniano es un beneficio para neutralizar
respecto de ciertos herederos, el principio de la responsabilidad ultra vires hereditatis,
como consecuencia de la confusión de patrimonios. Y, como todo beneficio, es de
carácter excepcional o específico.
CARACTERES FUNDAMENTALES DE LA A CERTA CIÓN BENEFICIARÍA EN EL CÓDIGO
CIVIL, HASTA LA LEY 17.711. -
Frente a la presunción general de aceptación pura y simple, la aceptación con beneficio
de inventario se regía por claras pautas de tradición romanista, acogidas en las fuentes,
especialmente el Código Civil francés y el Proyecto español.
a) En primer lugar, el beneficio era excepcional, ya que “la aceptación bajo
beneficio de inventario no se presume; debe ser expresa.
b) El beneficio, además, dependía del inventario, para cuya facción el heredero
gozaba de “tres meses contados desde la apertura de la sucesión, o desde que
supo que la sucesión se le defería”. Si el heredero, habiendo deliberado,
optaba por acogerse al beneficio, evitaba -como principio fundamental- la
responsabilidad ultra vires.
c) El beneficio es, además, individual, puesto que, "cuando son varios los
herederos, el beneficio de inventario se concede separada o individualmente a
cada uno de ellos. Uno puede aceptar la sucesión con el beneficio de
inventario, mientras que otro la acepte pura y simplemente".
d) La aceptación beneficiaria es renunciable, no modifica el principio de
continuación de la persona del causante por el heredero ya que, cesado el
beneficio se lo considera aceptante puro y simple.
EL BENEFICIO DE INVENTARIO EN EL CÓDIGO CIVIL, LUEGO DE LA LEY 17.711. — La
ley 17.711 modifica los arts. 3363 y 3366. Se comienza por establecer que “toda
aceptación de herencia se presume efectuada bajo beneficio de inventario, cualquiera
sea el tiempo en que se haga" (art. 3363). Y el art. 3366 añade: “El heredero perderá
el beneficio si no hiciese el inventario dentro del plazo de tres meses contados desde
que hubiese sido judicialmente intimado por parte interesada. Luego de hecho el
inventario, el heredero gozará de un plazo de treinta días para renunciar a la herencia,
vencido el cual se lo considerará aceptante beneficiario".
FORMA DE LA ACEPTACIÓN BENEFICIARÍA

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PLAZO PARA ACEPTAR LA HERENCIA Y PLAZO PARA INVENTARIAR. - El principio
general que presume que toda aceptación es beneficiaría, no altera el derecho de opción
para aceptar o repudiar la herencia.
Pero a pesar del plazo de que extensamente goza el heredero para optar entre la
aceptación o renuncia de la herencia, ''los terceros interesados pueden exigir que el
heredero acepte o repudie la herencia en un término que no pase de treinta días”
“El heredero perderá el beneficio [de inventario] si no hiciese el inventario dentro del
plazo de tres meses contados desde que hubiese sido judicialmente intimado por parte
interesada”.
SUBSISTENCIA DEL BENEFICIO LUEGO DE LA PARTICIÓN. - Un problema no resuelto
se plantea con el plazo de que gozan los interesados para intimar a los herederos a la
confección del inventario. En otras palabras, ¿prescribe o caduca ese derecho? A
primera vista parecería correcto concluir que, en tanto los derechos respectivos en sí
mismos no haya prescripto, todo acreedor o legatario puede intimar al heredero para
que realice el inventario, como asimismo hacer valer la responsabilidad ultra vires
hereditatis respecto de los actos de disposición concluidos por ese heredero. Pero podría
ocurrir que acreedores desconocidos se presentaran luego de la liquidación del pasivo
hereditario y habiendo sido adjudicados los bienes o valores. Dichos acreedores,
¿tienen ante sí la responsabilidad ilimitada del respectivo heredero, o sólo responden
por el crédito en cuestión los bienes o valores adjudicados?
El Anteproyecto de Bibiloni (art. 2972), preveía: “Pagados los acreedores y legatarios,
los bienes excedentes pertenecen al heredero. Si posteriormente se presentase algún
acreedor, el heredero sólo será responsable en la medida del enriquecimiento causado
por los bienes hereditarios que ha recibido”.
INDIVIDUALIDAD DEL BENEFICIO DE INVENTARIO. - Si existen varios herederos, la
intimación deberá ser cursada a cada uno de ellos.
La pérdida del beneficio será también a título individual. Claro que no será necesario
realizar tantos inventarios como herederos existan.
OMISIÓN DEL INVENTARIO. - Según el art. 3366, párr. 1°, “El heredero perderá el
beneficio si no hiciese él inventario dentro del plazo de tres meses contados desde que
hubiese sido judicialmente intimado por parte interesada”. No cabe duda de que,
perdido el beneficio, deberá reputárselo heredero puro y simple. El plazo, en todos los
casos, se computará a partir de la intimación.
PLAZO PARA DELIBERAR. - Finalizada la facción del inventario, “el heredero gozará de
un plazo de treinta días para renunciar a la herencia, vencido el cual se lo considerará
aceptante beneficiario”.
Como toda aceptación se presume efectuada con beneficio de inventario, en tanto el
heredero no sea intimado para la confección de éste, no está obligado a hacerlo. Pero,
una vez intimado, siempre estará posibilitado de renunciar.
CASOS EN QUE EL HEREDERO NO PODRÁ RENUNCIAR. Para que el heredero pueda
renunciar se requerirá que haya efectuado el inventario con las formalidades legales;

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que, además, no haya realizado actos que supongan la pérdida del beneficio o que haya
renunciado a él.
LA PRESUNCIÓN DE ACEPTACIÓN BENEFICIARÍA ANTE LOS CASOS DE ACEPTACIÓN
TÁCITA. - Deben tenerse presentes dos Situaciones: en primer lugar, que la realización
de actos prohibidos al heredero beneficiario importará la pérdida del beneficio. En
segundo lugar, es muy importante recordar que existen ciertos actos que resultan
incompatibles con la administración beneficiaria y que, de realizarlos el heredero,
habría aceptado tácitamente la herencia, pero sin gozar de la presunción en su favor:
habría de reputárselo heredero puro y simple.
La costumbre en torno a la realización de actos de administración y de disposición del
heredero en el juicio sigue manteniéndose, y se olvida, muchas veces, que importaran,
llegado el caso, la pérdida del beneficio en forma automática. Algunos casos:
a) Actos de disposición a título oneroso o gratuito de un bien mueble o inmueble
de la herencia. Se lo considerará aceptante puro y simple si no obtuvo licencia
o autorización judicial; y, en caso de inmuebles, sólo podrán venderse en
remate público.
b) Constitución de hipoteca, servidumbres u otros derechos reales sobre
inmuebles de la sucesión. Perderá el beneficio y, por consiguiente, se lo
reputará aceptante puro y simple si no obtuvo autorización judicial.
c) Ocultación o sustracción de bienes o valores de la sucesión. Dichos actos
suponen aceptación desde que existe toma de posesión de los bienes, pero el
heredero será reputado aceptante puro y simple por aplicación de lo dispuesto
por el art. 3405.
En cambio, no son incompatibles con la presunción de aceptación beneficiaria:
a) Los actos de administración de los bienes de la sucesión y el empleo de sus rentas
y productos que haga el heredero como lo crea conveniente.
b) La contestación de demandas judiciales relativas, cesión que se entablen contra
el heredero.
c) El requerimiento o percepción de lo que se debe a la sucesión.
d) El arrendamiento de bienes de la sucesión.
e) de sus rentas y demás actos previstos en el art. 3327
OMISIÓN, POR EL HEREDERO, DE LOS ACTOS OBLIGAT0RIOS QUE IMPONE LA
ADMINISTRACIÓN BENEFICIARIA. - Fundamentalmente, "‘el heredero beneficiario, que
no hace abandono de los bienes, debe administrar la sucesión y dar cuenta de su
administración a los acreedores y legatarios''. Son deberes de la gestión que se
extienden a todos los negocios de la herencia tanto activa como pasivamente:
interrumpir y perseguir las acciones de la sucesión, interrumpir el curso de las
prescripciones, tomar las medidas necesarias para prevenir la insolvencia de los
deudores, pagar las deudas y cargas de la sucesión que sean legítimas, etc. La omisión
de estas obligaciones no implica la pérdida del beneficio.
LA PRESUNCIÓN DE ACEPTACIÓN BENEFICIARIA Y LOS ACTOS DE DISPOSICIÓN DE
BIENES. Durante los plazos para hacer el inventario y deliberar, el heredero no puede

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vender ni los bienes raíces, ni los muebles sin autorización del juez, a no ser que él y
la mayor parte de los legatarios acordasen otra cosa”.
La venta hecha en la forma indicada, es decir, sin autorización judicial y por la sola
voluntad del heredero y la mayoría de los legatarios, es un acto que importa aceptación,
pura y simple de la herencia, particularmente si se traía de inmuebles.
LA ACEPTACIÓN BENEFICIARIA Y EL SUPUESTO DE NULIDAD DE LA ACEPTACIÓN POR
ERROR EN EL CONTENIDO PATRIMONIAL DE LA HERENCIA. -El art. 3338 dispone:
''Puede igualmente demandarse la nulidad de la aceptación, cuando la herencia se
encuentra disminuida en más de la mitad por las disposiciones de un testamento
desconocido al tiempo de la aceptación’'.
Quien acepta la herencia que se le defiere por la ley, asume, en virtud de la
responsabilidad ultra vires hereditatis, aquella situación de obligado al pago de las
deudas y cargas de la herencia no sólo con los bienes hereditarios, sino también con
los suyos propios.
Pues bien, ¿qué ocurre si, aceptada la herencia, con tales alcances, sobreviene más
tarde la aparición de un testamento -desconocido al tiempo de la aceptación, por
supuesto- que agrava, en detrimento del patrimonio particular del heredero, las cargas
de la sucesión?
El fundamento del Art. 3338: el error sobre el contenido patrimonial de la sucesión.
El error es invocable por el heredero siempre que la aparición de ese testamento
ignorado le acarree un lucro cesante, es evidente que la hipótesis es aplicable a toda
aceptación, incluso a la efectuada bajo beneficio de inventario; si, por el contrario, se
impone considerar que la disminución en la mitad o más de la herencia se refiere al
activo bruto de la sucesión, o sea bienes, deudas y cargas, sólo en caso de aceptación
pura y simple cobrará vigor y relevancia el error porque, como decíamos,
comprometerá la responsabilidad ultra vires.
LA ACEPTACIÓN BENEFICIARÍA Y LA REVOCACIÓN DE LA ACEPTACIÓN FRAUDULENTA.
''Los acreedores del heredero podrán, en el caso que éste hubiese aceptado una
sucesión evidentemente mala por una connivencia fraudulenta con los acreedores
hereditarios, demandar en su propio nombre por una acción revocatoria la retractación
de la aceptación''.
FORMA DEL INVENTARÍO. “el inventario debe ser hecho ante un escribano y dos
testigos con citación de los legatarios y acreedores que se hubiesen presentado”.
El Art. 716 del CPCCN ordena que el inventario deberá hacerse judicialmente cuando la
herencia hubiese sido aceptada con beneficio de inventario.
Las partes, los acreedores y legatarios y el representante de la Dirección General
impositiva serán citados para la formación del inventario, notificándoselos por cédula,
en la que se les hará saber el lugar, día y hora de la realización de la diligencia. El
inventario se hará con intervención de las partes que concurran. El acta de la diligencia
contendrá la especificación de los bienes, con indicación de la persona que efectúa la
denuncia. Si hubiese título de propiedad, sólo se hará una relación sucinta de su

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contenido. Se dejará constancia dé las observaciones o impugnaciones que formulasen
los interesados. Los comparecientes deberán firmar el acta.
Son formas esenciales del inventario para su validez:
1. La intervención del escribano público, nombrado por el juez de la sucesión,
2. La citación de los legatarios y acreedores,
3. La comparecencia al acto y firma de dos testigos
4. La firma de los herederos, legatarios y acreedores que comparezca.
5. La agregación de un testimonio del acta en el expediente de la sucesión a
disposición de los interesados y su aprobación judicial.
Las reclamaciones de los herederos o terceros sobre inclusión o exclusión de bienes
deben tramitarse por vía incidental.
PRORROGABILIDAD DEL PLAZO PARA INVENTARIAR. -En cuanto al plazo establecido,
el Código admite su prorrogabilidad “Si por la situación de los bienes o por otras causas
no ha podido concluirse”, debiendo toda prórroga ser resuelta por el juez que entiende
en el juicio sucesorio.
NULIDAD DEL INVENTARIO. - Siendo anulado el inventario, es evidente que el
heredero, intimado en su oportunidad, deberá ser considerado en todos los casos liso
y llano, no siéndole posible ya renunciar a su carácter de heredero.
GASTOS DEL INVENTARIO. - Los gastos a que dé lugar el inventario son a cargo de la
herencia. Es decir, se reputan cargas comunes de la herencia si el heredero que realiza
el inventario hubiese anticipado los fondos para esos gastos, podrá, luego, repetirlos
contra la masa, gozando, al efecto, de privilegio general.
EL PROBLEMA DE LOS HEREDEROS BENEFICIARIOS DE PLENO DERECHO
MENORES E INCAPACES. EL PROBLEMA ANTES DE LA REFORMA DE LA LEY 17.711. —
El Art. 3364 disponía: “Aunque la sucesión corresponda a un menor de edad o a un
incapaz, el tutor o curador debe hacer la declaración ordenada en el artículo anterior,
y si no la hiciere, debe satisfacer a los acreedores de la sucesión los daños y perjuicios
que su omisión les causare” (Acogimiento del beneficio).
Y la nota al art. 3364 precisaba: “Por las leyes de este Código, los menores y los
incapaces no pueden aceptar una sucesión sino con el beneficio de inventario”.
EL PROBLEMA LUEGO DE LA DEROGACIÓN DEL ARTÍCULO 3364. - Dado que, con la ley
17.711, ''toda aceptación de herencia se presume efectuada bajo beneficio de
inventario” parecería que el art. 3364 ha sido correctamente eliminado.
Pero surge un problema nuevo: si, como sabemos, el heredero pierde el beneficio al no
hacer el inventario dentro del plazo de tres meses contados desde que hubiese sido
judicialmente intimado por parte interesada, ¿qué ocurrirá, si el representante legal del
incapaz es intimado en la forma prescripta para inventariar y no procede a la facción
del inventario en término?
Se ha señalado, responsabilizar expresamente a los representantes legales por la
omisión del inventario.

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RESPONSABILIDAD DE TUTORES Y CURADORES. Sin embargo, para el caso de tutores
y curadores, dicha responsabilidad está expresamente consagrada por la ley. Dispone
el art. 413: "El tutor debe administrar los intereses del menor como un buen padre de
familia, y es responsable de todo perjuicio resultante de su falta en el cumplimiento de
sus deberes”. Además, se prohíbe absolutamente al tutor, aunque el juez
indebidamente lo autorice, "aceptar herencias deferidas al menor sin beneficio de
inventario”.
EL CASO DE LOS MENORES SOMETIDOS A PATRIA POTESTAD. —
Se aplica el principio que prohíbe a tutores aceptar herencias sin beneficio de
inventario, es aplicable a los padres, pues no se advierte razón alguna para colocar en
peor situación a los menores sujetos a la patria potestad que a tutela.
Y si los padres no pueden aceptar pura y simplemente la herencia deferida al hijo es
porque en el contexto de la ley ha de reputárselo como heredero que goza ministerio
legis del beneficio de inventario.
MENORES QUE CARECEN DE REPRESENTANTE LEGAL AL TIEMPO DE LA INTIMACIÓN.
- Es evidente que no perderán el beneficio. Es que, en definitiva, tampoco pueden por
sí aceptar o renunciar a la herencia desde que no tienen la libre administración de sus
bienes. En esos casos, a instancias del Ministerio Público de menores habrá de
designárseles previamente un tutor ad hoc con conocimiento e intervención del
defensor de menores.
CONCURSADOS Y FALLIDOS. INOPONIBILIDAD DE LA ACEPTACIÓN PURA Y SIMPLE A
LOS ACREEDORES DEL CONCURSO. – “En caso de aceptación, los acreedores del
causante sólo pueden proceder sobre los bienes desapoderados, después de pagados
los del fallido y los gastos del concurso”. Se afirma que esta norma, sin imponer
directamente que los concursados y fallidos están obligados a aceptar con beneficio de
inventarío.
De la norma transcripta resulta que aun cuando el concursado o fallido aceptase pura
y simplemente la herencia, esa aceptación sería inoponible a los acreedores del
concurso, puesto que los acreedores personales del causante no podrían ejecutar sus
créditos sino una vez satisfechos los de aquéllos.
EFECTOS DE LA ACEPTACIÓN BENEFICIARÍA
LIMITACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DEL HEREDERO. Es éste el efecto fundamental
por. excelencia de la aceptación beneficiaría. El art. 3371 dice que “el heredero que
acepta la herencia con beneficio de inventario, está obligado por las deudas y cargas
de la sucesión sólo hasta la concurrencia del valor de los bienes que ha recibido de la
herencia”.
La interpretación dada a la norma se limita a la responsabilidad cum viribus hereditatis,
esencialmente objetiva, que recae únicamente sobre los bienes relictos (los que quedan
al fallecimiento de una persona).
INEXISTENCIA DE CONFUSIÓN DE PATRIMONIOS. - No se produce la confusión de
patrimonios. El patrimonio del heredero no se confunde con el del difunto. Y de allí
resultará que los acreedores personales del heredero no pueden dirigirse contra la
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sucesión en su propio nombre, porque ésta (la herencia) es la verdadera prenda de los
acreedores que ha dejado el causante y deben ser pagados primero.
EXCLUSIÓN DEL ACTIVO SUCESORIO DE LOS VALORES COLACIONABLES. - El heredero
“no está obligado con los bienes que el autor de la sucesión le hubiere dado en vida,
aunque debiese colacionarlos entre sus coherederos, ni con los bienes que el difunto
haya dado en vida a sus coherederos y que él tenga derecho a hacer colacionar".
INEXISTENCIA DE CONFUSIÓN DE CRÉDITOS Y DEUDAS. - A la separación, de
patrimonios subsigue la consecuencia de que el heredero; en sus relaciones con la
herencia indivisa, mantiene inalterada su calidad de acreedor o deudor del causante.
De allí que “puede reclamar como cualquier otro acreedor los créditos que tuviese
contra la sucesión", porque “la aceptación de la herencia con beneficio de inventario
impide la extinción por confusión de los derechos del heredero contra la sucesión; y
recíprocamente de los derechos de la sucesión contra el heredero. Éste conserva, como
un tercero, todos sus derechos personales o reales contra la sucesión, y la sucesión
conserva contra él todos sus derechos personales y reales".
ACCIONES DEL HEREDERO BENEFICIARIO CONTRA LA SUCESIÓN. – Situaciones
previstas:
A. Que la herencia hubiese sido aceptada con beneficio de inventario por un
heredero y pura y simplemente por los demás. En caso de que el primero
demandase a la herencia, ésta, a tales efectos, estaría representada por todos
los coherederos aceptantes puros y simples. La confusión de patrimonios y la
responsabilidad ultra vires asumida en virtud de la aceptación lisa y llana hace
de estos acreedores y deudores personales de los créditos y deudas del causante,
situación que no acaece respecto del heredero beneficiario que es reputado
tercero a tales efectos. Pero esa representación, como es obvio, no le permite
demandar y contestar o representar los intereses de la sucesión cuando él,
personalmente, tiene un interés contradictorio con aquélla.
B. El segundo supuesto consiste en que el heredero beneficiario fuese el único
sucesor o que, habiendo varios, todos hubiesen aceptado con beneficio de
inventario. En tal caso, nadie estará en condiciones de representar los intereses
contradictorios que se generan entre el o los demandantes, reputados a tales
efectos como terceros, y la herencia.
ACCIONES DE LA SUCESIÓN CONTRA EL HEREDERO BENEFICIARIO. - "Las acciones
de la sucesión contra el heredero beneficiario, pueden ser intentadas por los otros
coherederos. Si no los hubiere, el pago de las deudas del heredero se hará en las
cuentas que él presente de su administración”.
ADMINISTRACIÓN BENEFICIARIA
PRINCIPIOS GENERALES
CARÁCTER DE LA ADMINISTRACIÓN. Unos dicen que el heredero beneficiario está
encargado de administrar y liquidar la sucesión para todos los interesados.
Pero otros, opinan y con ellos estamos, que, si la ley declara que el heredero administre
la sucesión, es principalmente en su interés mismo, a fin de asegurarle la conservación

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del beneficio de inventario, y con las restricciones necesarias para garantir los derechos
de los acreedores y legatarios.
Podemos concluir, por lo tanto, que el heredero beneficiario, cumpliendo las condiciones
de su beneficio, no es como los síndicos, el mandatario de los acreedores, y que éstos
y los legatarios conservan el ejercicio de sus derechos individuales para ejecutar los
bienes hereditarios.
Es innegable que la administración beneficiaría, como lo puntualiza Vélez Sarsfield, no
se organiza al modo de la sindicatura en los concursos. El heredero beneficiario ''tiene
la libre administración de los bienes de la sucesión, y puede emplear sus rentas y
productos como lo crea más conveniente”. Incluso, "los actos de enajenación y de
disposición de los bienes, que hiciere el heredero beneficiario, como dueño de ellos,
son válidos y firmes”. Tales actos pueden importar a perdida del beneficio si no se
cumplen, pero ello no quita, ni con mucho, que la organización de la administración
beneficiaría atienda a la garantía del heredero.
Ello nos indica que el heredero beneficiario es, simultáneamente, administrador en cosa
propia, obra también en beneficio de los acreedores y legatarios, puesto que es en
interés de estos últimos que la ley impone las restricciones a la gestión libre de la
comunidad. Y, además de administrador, el heredero beneficiario es el liquidador de la
herencia. Si bien no está obligado a vender los bienes muebles o inmuebles de la
sucesión para satisfacer las deudas y cargas, y puede afrontar el pasivo "dé cualquiera
otra manera que le convenga”, ninguna duda cabe de que los acreedores y legatarios
pueden, en definitiva, exigir la venta para cobrar su crédito o legado si de otra manera
no se resolviesen sus expectativas.
COEXISTENCIA DE HEREDEROS BENEFICIARIOS y DE HEREDEROS PUROS Y SIMPLES
O DE DOS O MÁS HEREDEROS BENEFICIARIOS. "La aceptación de la sucesión hecha
por uno de los herederos con beneficio de inventario, no modifica los efectos de la
aceptación pura y simple, hecha por otros, y recíprocamente. Los derechos y las'
obligaciones de cada uno de los herederos son siempre los mismos, tanto respecto de
ellos como respecto de los acreedores y legatarios”. El heredero beneficiario "es sólo el
representante de la sucesión”, y a quien compete, como sabemos, la administración.
Cuando coexiste el heredero beneficiario con aceptantes puros y simples, todos quedan
obligados a seguir los procedimientos de administración y liquidación fijados en la ley
para el caso de herencias aceptadas con beneficio de inventario. Ante la coexistencia
no es posible desdoblar la administración.
En el caso de que existan dos o más herederos aceptantes que gozan del beneficio de
inventario sin involucrar la concurrencia, con ellos, de aceptantes puros y simples.
La administración y liquidación de la sucesión corresponderá a todos, sin perjuicio de
la aplicación, en el caso, de las normas procesales, sobre administración en cabeza de
uno de ellos. Si coexisten varios aceptantes beneficiarios con herederos puros y
simples, el administrador judicial será elegido por la voluntad unánime de todos los
beneficiarios, pero sólo de ellos. A falta de unanimidad, corresponde al juez designar al
cónyuge supérstite o a quien proponga la mayoría, salvo que mediaren motivos
especiales.

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FACULTADES DEL ADMINISTRADOR
PRINCIPIO GENERAL: ADMINISTRACIÓN LIQUIDADORA.
La aceptación beneficiaría pone a cargo del o de los herederos que así adquirieron la
herencia la carga de administrarla con el fin de su liquidación.
Es decir, que les exige una gestión que asegure, en interés de los acreedores y
legatarios, una conveniente conservación del caudal relicto y una ordenada distribución
del pasivo.
ACTOS CONSERVATORIOS. -El heredero beneficiario ''tiene derecho de hacer en los
bienes de la sucesión todas las reparaciones urgentes, o que sean necesarias para la
conservación de los objetos de la herencia”. No se trata sólo de un derecho, es decir
de una mera facultad, sino de una obligación, pues el heredero es personalmente
responsable de toda falta grave en su administración.
El alcance de la norma debe interpretarse en el sentido de que el heredero no requiere
autorización judicial para realizar inmediatamente los gastos y reparaciones tendientes
a la conservación de los bienes. Sin perjuicio de ello, deberá oportunamente rendir
cuenta a los acreedores y legatarios que se lo exigieren.
ACTOS DE ADMINISTRACIÓN ORDINARIA. - El heredero beneficiario está también
obligado a ejecutar los actos de administración ordinaria, es decir, aquellos que tienen
por finalidad no sólo la conservación del capital del patrimonio hereditario, sino,
además, la obtención de rentas, utilidades o productos que correspondan de acuerdo
con su destino económico. Tampoco requiere autorización judicial para realizar estos
actos. Ahora, si los herederos beneficiarios no se pusiesen de acuerdo sobre el modo
de administrar, invertir o emplear las rentas, obviamente, será el juez del sucesorio
quien deberá resolver.
Son actos de administración ordinaria el Código menciona específicamente: la
percepción de sumas debidas a la sucesión, es decir, los pagos que a ella se hagan; la
realización de pagos de deudas de la sucesión, o sea, deudas hereditarias, y también
cargas de la herencia.
Pero, además, deben comprenderse entre los actos de administración ordinaria, todos
aquellos que, según las circunstancias del caso, fuere conveniente realizar para
mantener la productividad o rentabilidad de los capitales.
ACTOS DE DISPOSICIÓN. -Los actos dispositivos son aquellos que provocan una
alteración sustancial del capital del patrimonio, o como se ha dicho, que comprometen
la existencia, individualidad o valor de un patrimonio o de alguno de sus elementos.
La ley exige para todos ellos la autorización judicial. Sin embargo, aunque el heredero
beneficiario realizase actos de disposición sin requerir y obtener esa autorización, ellos
serían válidos, sin perjuicio de que pierda el beneficio de inventario y responda ante
acreedores y legatarios, desde entonces, ultra vires hereditatis.
DISPOSICIÓN DE BIENES MUEBLES E INMUEBLES. -La venta de bienes, fueren
muebles o inmuebles, debe hacerse siempre con autorización judicial. Respecto de los
inmuebles, en particular, la norma exige, además, que la venta se haga en remate

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público. La subasta pública garantiza, previa tasación, un precio justo. La experiencia
sin embargo demuestra que no es así.
GRAVÁMENES. -Los gravámenes, como la prenda o hipoteca, constituyen derechos
reales de garantía y suponen actos de disposición. Por ello, el heredero beneficiario no
puede “constituir hipotecas y otros derechos reales sobre los bienes hereditarios... sin
ser autorizado para estos actos por el juez de la sucesión''.
TRANSACCIÓN O SOMETIMIENTO A ARBITRAJE. - Tampoco puede el heredero
beneficiario, sin autorización judicial, hacer transacciones que interesen bienes
hereditarios ni someter en árbitros negocios de la sucesión.
ACEPTACIÓN DE HERENCIAS. - El heredero beneficiario “no puede aceptar o repudiar
una herencia, deferida al autor de la sucesión, sin licencia del juez, y si el juez la diese,
deberá hacerlo con beneficio de inventario”.
Tiende a evitar que, por la confusión de patrimonios, los acreedores de la sucesión
deferida al causante y aceptada por el heredero de éste, pudieren ejecutar bienes de
su sucesión, afectando en consecuencia la solvencia del patrimonio.
ACTUACIÓN JUDICIAL. - El heredero beneficiario es el “representante de la sucesión”.
Esto quiere decir que sólo él tiene personería para actuar en interés de la comunidad
hereditaria, aunque existieren otros herederos que aceptaron pura y simplemente.
El o los herederos beneficiarios deben “intentar y seguir todas las acciones de la
sucesión, y continuar las que estaban suspendidas, interrumpir el curso de las
prescripciones, y tomar todas las medidas necesarias para prevenir la insolvencia de
los deudores”.
REALIZACIÓN DE ACTOS PROHIBIDOS. - En cuanto a
la realización de dichos actos, hay que distinguir:
a) EFICACIA DEFACTO EN SI MISMO. “los actos de enajenación y de disposición
de los bienes, que hiciere el heredero beneficiario, como dueño de ellos, son
válidos y firmes”.
b) EFECTOS RESPECTO DEL BENEFICIO DE INVENTARIO. Si bien el acto prohibido
al heredero beneficiario es válido y firme, La pérdida del beneficio de inventario
y hace surgir la responsabilidad ultra vires hereditatis.
PAGO A ACREEDORES Y LEGATARIOS
PRINCIPIO GENERAL. - La administración del heredero es una administración
liquidadora tendiente a la conservación del caudal hereditario y al pago de las deudas
y cargas de la sucesión.
VERIFICACIÓN DE LOS CRÉDITOS. - En el sistema vigente corresponde al heredero
beneficiario verificar la existencia y legitimidad de los créditos que se presentan para
su cobro. No existe un control externo.
ORDEN DE PAGO. El principio general es que “el heredero debe pagar a los acreedores
y legatarios a medida que se presenten’’. En realidad, hay que distinguir el carácter de
los créditos.

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a) En cuanto a los créditos privilegiados, “el precio de la venta de los inmuebles será
distribuido según el orden de los privilegios o hipotecas dispuesto”. O sea que los
acreedores privilegiados en realidad no son pagados en el orden en que se
presenten, sino siguiendo la gradación del privilegio de que gozan.
b) Los legatarios “no pueden pretender ser pagados sino después que los acreedores
hubiesen sido enteramente satisfechos”. Los legados no pueden pagarse hasta
que estén pagadas las deudas.
c) De modo que, en realidad la norma del art 3398, rige respecto de los acreedores
quirografarios, quienes concurren a prorrata.
OPOSICIÓN AL PAGO. - Los acreedores y los legatarios pueden oponerse a los pagos
que pretende realizar el heredero. “Si los acreedores, sean hipotecarios o
quirografarios, hicieren oposición al pago de algún crédito hipotecario, el heredero hará
el pago en conformidad a la resolución de los jueces”.
Cada oposición es individual, y tiende a resguardar el interés del acreedor oponente,
pues en general, no implica sino la petición judicial de ser pagado antes que otro u
otros, aunque así no se lo diga expresamente.
En tanto los legatarios no pueden oponerse al pago de créditos, salvo que cuestionasen
su legitimidad, pues los legados se cumplen cuando todos los créditos han sido
satisfechos.
ACCIÓN DE LOS ACREEDORES Y LEGATARIOS EN CASO DE PAGOS REALIZADOS POR
EL HEREDERO NO OBSTANTE SO OPOSICIÓN.
Puede ocurrir que el heredero realice un pago no obstante la oposición deducida por
uno o más acreedores o legatarios. En tal caso, el art. 3402 establece que el heredero
“es responsable personalmente del perjuicio que causare al acreedor o legatario”.
El acreedor tiene, pues, una acción directa contra él, quien responderá con sus propios
bienes por esos perjuicios.
Pero además el oponente puede dirigirse "contra los acreedores pagados sin necesidad
de probar la insolvencia del heredero”.
DERECHO DEL HEREDERO DE COBRAR SU CRÉDITO. - “El heredero puede pagarse a sí
mismo”.
Sin embargo, deberá hacerse el pago en conformidad con las normas generales, y, en
caso de haber oponentes, no podrá retirar fondos o valores, sino una vez autorizado
judicialmente.
PAGO DE LOS GASTOS DE ADMINISTRACIÓN Y LIQUIDACIÓN. - Todos los gastos
realizados durante la administración son cargas de la herencia; y si el heredero los
hubiese pagado con su dinero, será reembolsado con privilegio sobre todos los bienes
de la sucesión.
Si el heredero se paga a sí mismo deberá hacerlo como un acreedor más, si él paga
una deuda de la sucesión quedará subrogado en los derechos del acreedor a quien
pagó, y también en este caso deberá atenerse al proceso de liquidación de la herencia.

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DERECHO DE LOS ACREEDORES QUE SE PRESENTAN TARDÍAMENTE. - Los acreedores
que se presenten cuando ya no hay bienes de la sucesión, sólo tienen recurso durante
tres años contra los legatarios por lo que éstos hubiesen recibido. La disposición es, de
cierta manera, coherente con el principio de que los legatarios no pueden percibir sus
legados, sino cuando han sido satisfechas las deudas.
El término debe computarse desde la entrega del legado al legatario que se demande.
ADMINISTRACIÓN POR LOS ACREEDORES y LEGATARIOS. El o los herederos
beneficiarios pueden liberarse de su obligación de liquidar las deudas y cargas de la
herencia, abandonando esa gestión a los propios acreedores y legatarios.
El abandono no implica ni renuncia a la herencia ni la pérdida de la titularidad de los
derechos. Aquél queda sometido a colacionar en la cuenta de partición con los
coherederos, el valor de los bienes que en vida le hubiese donado el difunto; y puede
exigirlos de éstos en todos los casos en que está ordenada la colación de bienes.
CASO DE PLURALIDAD DE HEREDEROS BENEFICIARIOS.
Para que procediese el abandono en favor de los acreedores y legatarios, se requeriría
que todos los herederos beneficiarios resolvieran apartarse de la administración. Si uno
o varios, individualmente, lo decidiesen así existiendo otros que reclaman continuar
ejerciendo la administración, a éstos corresponderá proseguir el proceso de liquidación
y los herederos que se apartaron recibirán el tratamiento de tales.
CASO EN QUE EXISTIERAN HEREDEROS PUROS Y SIMPLES. - Si todos los herederos
beneficiarios hicieren abandono de la administración, existiendo herederos aceptantes
puros y simples no corresponderá a éstos la administración.
De modo que el abandono en nada modifica ni altera la situación en que se encuentran
los herederos puros y simples, quienes, como lo reconoce nuestra doctrina, están
obligados a seguir los procedimientos fijados en la ley para la administración
liquidadora.
MODO DE EJERCER LA ADMINISTRACIÓN. - La administración liquidadora, por efecto
del abandono por el o los herederos beneficiarios, se defiere a los acreedores y
legatarios, quienes deben obrar del mismo modo y con idénticas responsabilidades y
restricciones que aquéllos. Asumirán la administración conjunta, sin perjuicio de que
pudiesen proponer al juez de la sucesión y éste designar un administrador de entre
ellos.
Por efecto del abandono, además, los acreedores y legatarios asumen la representación
de los intereses de la sucesión y deben, en consecuencia, intentar y proseguir todas las
acciones de la sucesión, contestar las demandas contra ellas, tomar las medidas
precautorias para prevenir la insolvencia de los deudores de la sucesión, etc.
FORMA DEL ABANDONO. Deben los herederos cumplir para hacer abandono eficaz de
la administración, entendemos que debe ser hecha por escrito y presentada al juez de
la sucesión. Éste dispondrá que los acreedores tomen conocimiento del abandono, y
citará a una audiencia para que ellos se hagan cargo de la administración.

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Los acreedores y legatarios podrán exigir del heredero beneficiario la rendición de
cuentas de los gastos realizados hasta entonces.
RESTITUCIÓN DEL REMANENTE AL HEREDERO BENEFICIARIO. - Una vez liquidadas las
deudas y cargas de la herencia, los acreedores y legatarios deben devolver los bienes
restantes al heredero beneficiario. En tal caso, también los acreedores y legatarios
estarán obligados a rendir cuenta de su gestión.
RESPONSABILIDAD DEL HEREDERO BENEFICIARIO Y SANCIONES
CONTROL AL HEREDERO BENEFICIARIO. Su gestión está sujeta al control de herederos
y legatarios.
Una de las manifestaciones más importantes de este control es el derecho que tienen
aquéllos a oponerse al pago de créditos y deferir ese pago a la resolución del juez.
GARANTÍAS EXIGIRLES AL HEREDERO. - El art. 3385 autoriza a los acreedores y
legatarios a exigir al heredero fianza o cualquier otro tipo de caución que será aceptada
por el juez de la sucesión por el importe de los perjuicios que su administración les
cause.
CASO EN QUE EL HEREDERO NO OTORGA GARANTÍAS. - Si el heredero no ofreciere
fianza o garantía suficiente para responder por los perjuicios que su administración
causa al acreedor o legatario que peticionó “Los muebles serán vendidos, y su precio
depositado, como también la porción del precio de los inmuebles que no se emplease
en pagar los créditos hipotecarios".
Con esta medida se priva al heredero beneficiario del libre empleo de los fondos o
valores existentes en el caudal relicto, a la vez que, en virtud del depósito, se asegura
su permanencia en el acervo.
RENDICIÓN DE CUENTAS. - El heredero beneficiario está obligado a rendir cuentas de
su gestión 2 los acreedores y legatarios.
Si las cuentas son observadas, las observaciones se tramitan por incidente y el juez
resolverá lo que corresponda.
En cuanto a la sanción al heredero que no rindiere cuentas, o cuyas cuentas no fueren
aprobadas, cabe distinguir. Si se trata de omisión de la rendición de cuentas se
establece que esa conducía podrá ser considerada como mal desempeño de la
administración, y el juez podrá disponer la remoción del heredero. Si se trata, en
cambio, del rechazo de las cuentas presentadas, el heredero será personalmente
responsable de las diferencias que surgieren en favor de la masa y los acreedores
podrán exigirle garantías para responder de los perjuicios.
FIN DEL BENEFICIO DE INVENTARIO
CAUSAS. El beneficio de inventario cesa por renuncia que de él haga el heredero y por
sanción en caso de haberse realizado actos prohibidos. En ambos casos, el efecto
fundamental es que asume responsabilidad ultra vires hereditatis y queda emplazado,
a partir de ese momento, como heredero aceptante puro y simple.

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RENUNCIA. - El beneficio de inventario cesa por la renuncia de él, que haga el heredero
en documento público o privado. Dicha renuncia puede acaecer en todo tiempo y la ley
no la subordina a formas esenciales: debe, no obstante, hacerse por escrito.
PÉRDIA DEL BENEFICIO. A título de sanción, cesa el beneficio de inventario por la
ocultación que hiciere el heredero de algunos valores de la sucesión y por la omisión
fraudulenta en el inventario de algunas cosas de la herencia. Se trata de una garantía
para los terceros interesados.
La pérdida del beneficio hará al heredero precisamente responsable, personalmente,
ultra vires por esas deudas y cargas. Del mismo modo, “el heredero pierde el beneficio
de inventario, si hubiere vendido los bienes inmuebles de la sucesión, sin conformarse
a las disposiciones prescriptas. En cuanto a los muebles queda a la prudencia de los
jueces, resolver si la enajenación de ellos ha sido o no un acto de buena
administración”.
Como efecto de la pérdida del beneficio el heredero será reputado como heredero puro
y simple desde la apertura de la sucesión y, en consecuencia, asumirá, también con
relación a ese momento, la responsabilidad ultra vires hereditatis.

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