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El informe sobre lucro cesante en la actualidad se presentan casos en los cuales

es necesaria la valoración por un perito economista y perito contable auditor, de los


perjuicios económicos por el daño emergente, producidos a una sociedad,
comerciante individual, profesional y particular.

El lucro cesante queda definido en el artículo 1.106 del CC, es la ganancia que ha
dejado de obtener el acreedor como consecuencia del hecho del que se es
responsable, por lo que como peritos contables economistas podemos afirmar que
se refiere a una lesión patrimonial consistente en la pérdida de un incremento
patrimonial neto que se haya dejado de obtener como consecuencia de un
incumplimiento, ilícito o perjuicio ocasionado o imputado a un tercero.

Para el perito contables y perito economista, la valoración de la prueba de la


existencia del lucro cesante debe acreditarse el nexo causal entre el acto ilícito y el
beneficio dejado de percibir, y la realidad de éste, para ello el perito tiene la prueba
de la carga y deberá reflejar bien claro en su informe pericial la pericia efectuada
para el cálculo.

El lucro cesante es, según el código civil y en concreto el art. 1106 del Código Civil,
establece que es la ganancia que se haya dejado de obtener por consecuencia del
hecho del que se es responsable. Si concebimos como daño cualquier lesión de un
interés, sea patrimonial o no, el concepto de se circunscribe a la lesión de un interés
patrimonial consistente en la pérdida de un incremento patrimonial neto (esto es,
deducidos costes) que se haya dejado de obtener como consecuencia del
incumplimiento contractual por el deudor o bien del acto ilícito que se imputa a un
tercero. El perito contable economista deberá dejar claro en su informe pericial
contable y en la pericial economista los cálculos necesarios para determinar un
importe en su informe lucro cesante.

El lucro cesante puede ser tanto actual como futuro y también puede existir daño
emergente actual y daño emergente futuro.

El lucro cesante

El lucro cesante es el beneficio económico dejado de obtener por el acreedor. Es lo


que se ha dejado de ganar y que se habría ganado de no haber sucedido un hecho
concreto. Este es uno de los aspectos que más nos solicitan nuestros clientes y
abogados que contactan con nosotros y nos demandan pruebas periciales para
determinar el lucro cesante de una manera objetiva.

La cuantificación de un lucro cesante es una tarea compleja y que requiera de una


experiencia en operaciones de este tipo. En periciales.eu llevamos más de 15 año
realizando informes periciales de carácter económico y contable encaminados en
determinar el valor de un negocio, el valor de un fondo de comercio o en la
cuantificación de un lucro cesante producido como consecuencia de un hecho
mercantil o societario entre terceras partes.
¿Cómo se calcula el lucro cesante?

El principal registro usado en valoraciones de lucro cesantes es la contabilidad de


la empresa. En los registros contables de las empresas figura información relevante
para la confección del informe pericial de cálculo del lucro cesante.
Complementario al mismo está la información estadística o comercial que figura en
numerosas bases de datos y que también son utilizadas por nuestros peritos
economistas en la cuantificación de lucros cesantes. Las proyecciones futuras en
las que se fundamentan numerosos informes periciales tienen su base en la
contabilidad de la empresa, en los informes sectoriales y en numerosas bases de
datos de carácter público y privado que existen en nuestro país.

¿Experiencia en cálculos de lucro cesantes?

No debemos confundir el lucro cesante dejado de percibir por una empresa como
consecuencia de un hecho mercantil, con el daño emergente o daño causado. El
lucro cesante es un concepto más complejo de calcular y que requiere de unos
amplios conocimientos del sector en el que se ha producido. El lucro cesante
tampoco puede entenderse como los beneficios obtenidos por una empresa en los
últimos cinco años, ya que estos beneficios no se producen por un único factor.

La ratificación y explicación del informe confeccionado sobre lucro cesante es


más relevante en mi opinión que la propia confección del informe, dado que es en
ese momento en el que el perito auditor deberá demostrar sus conocimientos y
pericia en la materia.

¿Cómo puedo valorar el lucro cesante?

Para valorar el Lucro Cesante, el perito economista en su prueba pericial tendrá


que probar que se han dejado de percibir las ventajas de manera efectiva, para que
se pueda otorgar una indemnización por lucro cesante. Para ello, la jurisprudencia
exige dos requisitos:

 Que el lucro cesante pueda ser probado, es decir, exista y pueda ser
demostrado junto con su relación directa con el daño causado.
 Que pueda ser determinada cuantía económica que se ha dejado de percibir. Es
decir, si una persona no ha podido desenvolver su actividad económica por un
período de dos meses, el lucro cesante sería su sueldo durante dos meses.

Hoy queremos abordar una cuestión muy del interés de nuestros lectores y clientes:
el lucro cesante. Para conocimiento de todos, lo mejor es empezar definiéndolo y
a partir de aquí avanzar todos juntos en la comprensión del mismo y de la
importancia del informe pericial favorable y exhaustivo en torno a él.
Cuando se producen daños por las causas más diversas, pudiera ocurrir que
resultasen inservibles determinados bienes destinados a producir un presumible
beneficio. El beneficio que se deja de percibir por culpa de esos daños es lo que
llamaremos el lucro cesante. Para verlo más claro, pongamos un ejemplo: un
comerciante que posee un establecimiento sufre unos daños en su propiedad, en
los cuales también resultan dañadas algunas existencias: ¿cuánto beneficio habría
producido la venta de esas existencias? Ese beneficio presumible (decimos
presumible porque la venta de un producto nunca se puede dar por segura, o dicho
de otra forma, el tener existencias no es prueba, por sí sola, de que se vaya a
producir la venta) o al menos potencial que se destruye es lo que se llama lucro
cesante.

EL CONCEPTO LUCRO CESANTE APUNTA A UN DAÑO QUE DESEMBOCA EN


LA PÉRDIDA DE UN INCREMENTO PATRIMONIAL NETO QUE SE DEJA DE
PERCIBIR DEBIDO A UN INCUMPLIMIENTO, ILÍCITO O PERJUICIO
OCASIONADO O IMPUTABLE A LA ACTUACIÓN DE UN TERCERO.

La jurisprudencia, que dicho en lengua vernácula significa el conjunto de las


opiniones que los magistrados han expresado sobre el asunto en cuestión, nos deja
ver varios aspectos muy importantes que vale la pena recalcar:

 Debe probarse el lucro cesante Es decir, debemos dejar claro que esas
existencias estaban en el lugar de los hechos en el momento de producirse y que
presentaban condiciones óptimas para su comercialización antes de producirse los
daños. Dentro de este aspecto, la cuantía a la que ascienden los daños por lucro
cesante es también muy relevante y necesitada de prueba.
 Hay que demostrar el nexo causal ¿Qué significa esto? Que tenemos que
conocer y demostrar si los daños fueron los ocasionantes directos de la lesión
patrimonial o lucro cesante. Hemos de probar que caso de no concurrir el ilícito o
perjuicio los daños no se habrían producido.
 Probar la verdadera existencia del daño Argumentar suficientemente el daño
existente y sus características fortuitas o intencionales.
 El perjudicado, que normalmente es el demandante soporta la carga de
prueba. Es decir, que es el demandante quien tiene que probar que existen los
daños, que están relacionados con la actuación del demandado y que son
ocasionantes del lucro cesante resultante.
Cómo se debe probar el lucro cesante Existe una diferencia sensible entre las
pruebas que se presentan para reclamar cualquier indemnización y las que se
presentan para reclamar el lucro cesante. El lucro cesante no se refiere a un hecho
que se ha producido sino a uno que se habría dejado de producir. Las pruebas, por
tanto y según manifiestan la jurisprudencia no irán tanto en la línea del las
existencias dañadas como de aquellas pruebas más o menos indiciarias de que el
beneficio se habría producido. Distinguiremos por tanto del daño emergente, que es
otro concepto que apunta al valor o precio de un bien que ha sufrido daño o
perjuicio. No son lo mismo. Supongamos que alguien estrella su coche contra un
escaparate. Los daños producidos en el mismo son el daño emergente y habrá que
satisfacer su coste. Pero ¿y si durante los días de las reparaciones el comerciante
no puede abrir su establecimiento al público y vender? Esa pérdida de
oportunidades de venta es el lucro cesante, he aquí la diferencia.

Qué es el lucro cesante


El lucro cesante (lucrum cesans) es el concepto consistente en las ganancias
dejadas de percibir, en los casos contractuales, por el contratante que ha sufrido
el daño causado por el incumplidor de dicho contrato, y en los casos
extracontractuales, por la víctima del daño, dándose en ambos, a consecuencia de
la conducta del incumplidor. En resumen, el lucro cesante es toda aquella ganancia
que no pudo obtener el perjudicado como consecuencia de tal hecho.
Algunas de las características derivadas del lucro cesante y sostenidas por la
doctrina española son las siguientes:

 Supone una ganancia frustrada, esto es, el daño ocasionado se traduce en la


ganancia que se ha dejado de obtener en el patrimonio del dañado
 Se da una cierta inseguridad o incertidumbre, ya que al tratarse de la ganancia que
se ha dejado de obtener, se traduce en un daño difícil de probar.
 El sustento del lucro cesante recae en la necesidad de reponer al dañado en la
situación en la cual se encontraba antes de producirse el daño.
Han de darse ciertos requisitos para que pueda determinarse la existencia
de lucro cesante y para que, pueda concederse la pertinente indemnización, la
jurisprudencia indica los siguientes requisitos:
1. Que exista el lucro cesante y pueda ser probado dicho perjuicio
2. Que se de el nexo causal entre el acto que supone el daño y las ganancias dejadas
de percibir
3. Que se pueda determinarse la cuantía económica de éstas.
Un especialista en Lucro Cesante analiza lo que se ha dejado de ganar como
consecuencia del hecho clave del litigio.
Nuestros Peritos pueden calcular la pérdida del incremento
patrimonial neto como consecuencia de una lesión o daño, de incumplimientos
contractuales, o actos ilícitos.
Casos de Lucro Cesante
Los Peritos en Lucro Cesante pueden investigar situaciones, para determinar
cómo se ha podido dar la pérdida de beneficios. Aunque las razones pueden ser
múltifactoriales, nuestros expertos pueden determinar si se deben a los empleados,
gestión de la empresa, etc.
La actuación del Perito es fundamental en estos casos, ya que debe demostrar dos
situaciones que exige la Ley:
1. Determinar la relación de causalidad entre el daño causado y la pérdida de
ganancias.
2. Valoración económica de la cuantía que se deja de percibir.
Los juicios que involucran Lucro Cesante, pueden estar relacionados con:

 Interrupción de negocio
 Baja laboral
 Compensación
 Cálculos de daños
 Impagos
 Pérdida de utilidad
 Valores e inversiones
 Fusiones y adquisiciones
 Préstamos
 Incumplimiento de contrato

Diferencias entre lucro cesante y daño emergente


El daño emergente (damnus emergens), al contrario del lucro cesante, se refiere a
la pérdida de un patrimonio, lo constituye fundamentalmente el coste de
reparación o el valor de reposición del bien o derecho lesionado
como consecuencia del hecho dañoso. En otras palabras, el daño emergente
supone una pérdida real y efectiva mientras que el lucro cesante se basa en
un hecho posible, con lo que entramos en los modelos probabilísticos. Tanto el
lucro cesante como el daño emergente puede ser actual y futuro.
En el lucro cesante no es de necesidad que ya se haya concretado el incremento
patrimonial en el momento en el que se produce el daño, siendo suficiente con que
se puediera llegar a concretar en el futuro.

La diferencia entre ambos puede mostrarse con un ejemplo de un accidente de


circulación:
1. El daño emergente es una pérdida real, que en este caso, serían la reparación del
vehículo o reposición del mismo, los medicamentos, gastos de hospital, artículos de
ayuda técnica para la marcha (silla de ruedas, andador, muletas…) y los gastos
futuros para afrontar el tratamiento de las secuelas permanentes.
2. El lucro cesante, serían los ingresos que la víctima tendría si estuviera trabajando
durante el tiempo que dura la recuperación e incluso otros tipos de trabajo no
remunerados como las tareas domésticas y las ganancias que dejará de percibir
debido a la incapacidad permanente.
El lucro cesante en el código civil
Nuestro Código Civil recoge que quien causa un daño debe repararlo.
Artículo 1902

El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia,
está obligado a reparar el daño causado.
y veremos que no sólo el valor de la pérdida que haya sufrido, sino también el de la
ganancia que haya dejado de obtener el acreedor de la prestación resarcitoria, esto
es, el lucro cesante.

El daño como presupuesto de la responsabilidad civil


Entendemos por responsabilidad la obligación generada con el de resarcir las
consecuencias lesivas a derechos o intereses de otra persona derivadas bien
de un incumplimiento contractual, bien de daños por culpa o negligencia.
Artículo 1089

Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasi contratos, y de los actos
y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o negligencia.
Así, son dos los títulos de imputación de la responsabilidad civil:

1. Contractual
2. Extracontractual
La primera se da con el incumplimiento de un contrato, el cual causa un daño en
una de las partes contratantes, y la segunda cuando se produce un daño en una
persona sin darse la existencia de un contrato. Por lo que, el daño es el elemento
constitutivo de la responsabilidad civil.

La responsabilidad contractual
La responsabilidad contractual se dará por la vulneración de algo exigido mediante
un contrato, ya sea a causa de dolo, negligencia o morosidad, quedando el sujeto
causante del daño sujeto a indemnizar.

Artículo 1091

Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes
contratantes, y deben cumplirse al tenor de los mismos.
Artículo 1101
Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en
el cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y
los que de cualquier modo contravinieren al tenor de aquéllas.
Ha de entenderse que existe culpa o negligencia por parte del sujeto causante, o
deudor, en aquellos casos en los que no haya actuada con la debida
diligencia que exija la propia obligación o en defecto de no expresarse diligencia
concreta, se exige la diligencia de un buen padre de familia. Sin embargo, una
excepción que ha de tenerse en cuenta, es el caso en el que se den sucesos
imprevisibles e inevitables, pues nadie será responsable excepto si así se hubiera
pactado.
Artículo 1104

La culpa o negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella diligencia que


exija la naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de las
personas, del tiempo y del lugar.
Cuando la obligación no exprese la diligencia que ha de prestarse en su
cumplimiento, se exigirá la que correspondería a un buen padre de familia.
Artículo 1105

Fuera de los casos expresamente mencionados en la ley, y de los en que así lo


declare la obligación, nadie responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido
preverse, o que, previstos, fueran inevitables.
En lo que respecta a la indemnización por daños y perjuicios, la misma comprenderá
tanto el valor de la pérdida sufrida, como la ganancia que se ha dejado de percibir
como consecuencia del daño, también entendidos ambos valores como lucro
cesante y daño emergente.

Artículo 1106

La indemnización de daños y perjuicios comprende, no sólo el valor de la pérdida


que hayan sufrido, sino también el de la ganancia que haya dejado de obtener el
acreedor, salvas las disposiciones contenidas en los artículos siguientes.
La responsabilidad extracontractual
En el caso de la extracontractual, el daño se produce por el incumplimiento de
la obligación genérica de no causar daño. Así, la indemnización de daños y
perjuicios nace con el objetivo de reparar el daño sufrido, daño que ha de
acreditarse fehacientemente. Para la indemnización, habrá que estar tanto al valor
de la pérdida sufrida, como a la ganancia que se ha dejado de percibir como
consecuencia del daño. En cuanto a la acción para exigir tal responsabilidad, habrá
de estarse al plazo de un año.
Artículo 1902

El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia,
está obligado a reparar el daño causado.
Artículo 1968
Prescriben por el transcurso de un año:
2º La acción para exigir la responsabilidad civil por injuria o calumnia, y por las
obligaciones derivadas de la culpa o negligencia de que se trata en el artículo 1902,
desde que lo supo el agraviado.
Nuestro sistema de responsabilidad civil es abierto, con ello quiere decirse que
no hay una lista tasada de daños indemnizables, sino que se emplea el término
daño de forma genérica. Por daño debe entenderse toda lesión o menoscabo que
sufre una persona en su cuerpo, mente, bienes y derechos, sean patrimoniales o
no.
Tanto en la responsabilidad contractual como en la responsabilidad
extracontractual, cabe una indemnización con la que se pretende resarcir los
daños y perjuicios provocados. Pero para que el daño sea indemnizable es
necesario; que sea antijurídico, es decir, que lesione un derecho subjetivo o un
interés jurídicamente protegido, y, que sea cierto, es decir, tanto su existencia como
su cuantía.
Atendiendo a la naturaleza del daño patrimonial, ha de distinguir entre el lucro
cesante y daño emergente, esto es, habrá que estar tanto al valor de la pérdida
sufrida, como a la ganancia que se ha dejado de percibir como consecuencia del
daño.

Cómo se calcula el lucro cesante


Una vez probada la existencia del lucro cesante, ha de calcularse la cuantía del
lucro cesante. Así como asegurarse de poder probar dicha cantidad, lo que
resulta más problemático y dificultoso que la propia existencia, y si bien no existen
unos parámetros propios y fundamentales para probar la cuantía, si se atienden a
unos criterios de valoración del propio daño a partir de la práctica.
La cuantía se debe fijar con referencia a la fecha en que se dicte la sentencia o el
período de ejecución de la misma.

Puesto que es una tarea compleja, lo más recomendable es acudir a profesionales


en éste tipo de actividad, como son los peritos, quienes realizarán una prueba
pericial cuantificando el lucro cesante.

En la prueba pericial han de probarse que se han dejado de percibir las ganancias,
se exigen por la jurisprudencia ciertos requisitos, tales como; el nexo causal entre
el daño causado y el lucro cesante y que sea determinada la cuantía económica
dejada de percibir.

Como se ha indicado, no existen unos criterios o reglas generales para realizar el


cálculo de la cuantía que supone el lucro cesante, pero sí se tienen en cuenta
criterios como, los datos históricos previos al hecho del que deriva el lucro cesante,
la contabilidad particular o de la empresa. Además, si estos datos están probados
por terceros como la seguridad social, las entidades bancarias o hacienda, servirán
de prueba más fehaciente.
En el caso de un accidente de tráfico, el cálculo de la cuantía del lucro cesante se
realiza multiplicando los ingresos o estimación de éstos en el caso de las tareas del
hogar o la capacidad de obtenerlos, por un coeficiente obtenido por actuarios
mercantiles, teniendo en cuenta la edad de la víctima y los factores familiares,
además del tipo de lesión, duración del perjuicio, deduciones de las pensiones entre
otros.
Perito en lucro cesante
Los Peritos en Lucro Cesante pertenecen al ámbito mercantil y área financiera.
Analizando situaciones en las que se deja de ganar una cuantía por ciertos motivos.
Dada la amplia variedad de situaciones posibles, es necesario contar con el Perito
adecuado para cada caso.
Además, la actuación del Perito es fundamental en estos casos, ya que
debe demostrar tres situaciones que exige la Ley:
1. Existencia de lucro cesante. Es un requisito, demostrar que efectivamente se ha
dado una situación de lucro cesante.
2. Determinar la relación de causalidad entre el daño causado y la pérdida de
ganancias. Es decir, establecer el nexo causal entre los daños que finalmente
ocasionaron la lesión patrimonial o lucro cesante.
3. Valoración económica de la cuantía que se deja de percibir.
El análisis por parte de nuestros expertos puede proporcionar información valiosa
en casos relacionados con áreas como:
 Finanzas
 Contabilidad
 Economía
 Auditorías de empresas
 Valoración de negocios
 Recursos humanos
 Rehabilitación vocacional
 Seguros personales
 Incapacidad e invalidez
 Seguros de empresas
 Inversiones
Así como sobre otras disciplinas financieras relacionadas.

Experiencia de nuestros Peritos en Lucro Cesante


Nuestros Peritos en Lucro Cesante tienen experiencia analizando problemas con:

 Conflictos salariales
 Conflictos laborales
 Lesiones personales
 Evaluación de ganancias
 Auditorías
 Despidos
Así como otras situaciones relacionadas con el empleo . Los casos relacionados
con Lucro Cesante también deben ser evaluados desde la perspectiva de
las medidas preventivas para evitar situaciones que supongan riesgo personal o
para la propia empresa. El incumplimiento puede dar lugar a demandas y
reclamaciones.
En PJ GROUP disponemos de los mejores expertos en Lucro Cesante, Peritos
Economistas generalmente, que le permitan reclamar al seguro por esta
circunstancia, contando con una prueba de parte contundente que le ayude en su
caso.

Indemnización por lucro cesante y daño emergente


Se indemnizan daños materiales o patromoniales, personales y morales.

Los daños materiales, donde se incluye el lucro cesante y daño emergente, son los
que producen un detrimiento económico sobre los bienes u objetos que forman parte
del patrimonio del perjudicado; siendo por lo tanto, fácilmente cuantificadas con una
valoración económica, a través de una factura, presupuesto, baremo o informe
pericial.

Los no patrimoniales, en principio, son aquellos en los que su valoración en dinero


no tiene una base de equivalencia, por cuanto afectan a elementos o intereses de
difícil valoración económica.

Los daños morales son los producidos por un sufrimiento psíquico, afección
emocional o trastorno psocológico siendo muy complicado valorar económicamente
el impacto emocional y el sufrimiento del perjuicio dado que no existen tablas
compensatorias dejando a los tribunales determinar en base a los informes
periciales y demás pruebas médicas.

El Código Civil no recoge ninguna regla valorativa del daño, tan solo indica que debe
indemnizarse tanto las pérdidas sufridas, como las ganancias dejadas de percibir.

En los casos de accidentes de tráfico, la ley sí recoge unos principios fundamentales


del sistema de valoración y unas tablas en función del accidente y el afectado, se
puede conocer más sobre esta sección de indemnizaciones en el artículo Calcular
Indemnización por Accidente de Tráfico: Baremo y Factores clave. Tamibén se
indica que los beneficiarios de la víctima son aquellos familiares y excónyuges que
tuvieran una dependencia económica de la víctima y en cualquier caso el cónyuge,
los hijos menores de edad y los hijos no independizados hasta los 30 años.

Cómo reclamar el lucro cesante


Los daños y perjuicios no se presumen, sino que deben acreditarse por quien
los reclama, tanto la existencia como su importe.
El artículo 217.2 de la LEC dispone expresamente que

corresponde al actor y al demandado reconviniente la carga de probar la certeza de


los hechos de los que ordinariamente se desprenda, según las normas jurídicas a
ellos aplicables, el efecto jurídico correspondiente a las pretensiones de la demanda
y de la reconvención
No obstante, el mero incumplimiento puede constituir un perjuicio como se recoge
en el Artículo 1258 del Código Civil:

Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces


obligan, no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas
las consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso
y a la ley.
Entonces como excepción, la doctrina del “daño in re ipsa” (de la propia cosa), indica
que en los hechos no permitidos por ley derivados de contratos mercantiles,
propiedad intelectual o industrial y competencia desleal como fabricación de
artículos de imitación, incumplimiento de patentes, explotación de la reputación
ajena… los tribunales han establecido que el mero hecho del incumplimento genera
de por sí un lucro cesante y daño emergente sin necesidad de probar los daños
sufridos.

Siendo así, por norma general, para poder llevar a cabo una reclamación, se
deberá previamente probar el lucro cesante y calcular su importe.
Probar el lucro cesante
En el artículo 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil afirma que:

a partir de un hecho admitido o probado, el tribunal podrá presumir la certeza, a los


efectos del proceso, de otro hecho, si entre el admitido o demostrado y el presunto
existe un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano
así como que:

frente a la posible formulación de una presunción judicial, el litigante perjudicado por


ella siempre podrá practicar la prueba en contrario a que se refiere el apartado 2 del
artículo anterior
constituyen máxima expresión del principio general de libre valoración de la prueba
antes indicado.

A tenor de lo dispuesto en la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LEC), acreditar o


probar la existencia del supuesto lucro cesante corre a cargo de quien reclama el
mismo, ya que ahí reside su pretensión.

La dificultad de probar la existencia del lucro cesante reside en la necesidad de


medios indirectos, puesto que se pretenden probar las ganancias que se han dejado
de percibir, es decir, algo que no llegó a producirse o existir. Por lo que por se
utilizan medios indirectos como los indicios, por ejemplo, los ingresos y
contabilidades de años anteriores.
Siendo el objeto de la prueba por tanto, no la ganancia frustrada, sino hechos que
indiquen que la misma se ha producido. Se da por ende, la presunción de admitirse
como probado, si los indicios muestran un vínculo lo suficientemente directo.

Al contrario de la prueba del lucro cesante, puesto que el daño emergente supone
un daño real y efectivo, su prueba resultará más sencilla, ya que bastará con medios
directo en los que se pruebe la pérdida de patrimonio.

Cuantificar el lucro cesante


Dado que los jueces y tribunales no adminten expectativas requiriendo pruebas que
fundamentes la cuantía, debiendo por tanto emplear técnicas y metodologías
adecuadas, de contabilidad, actuariales, financieras, declaraciones fiscales…
o informes técnicos de peritos en la materia, para justificar el “quantum” del lucro
cesante.
Los Peritos en Lucro Cesante pueden investigar situaciones, para determinar
cómo se ha podido dar la pérdida de beneficios. Aunque las razones pueden ser
múltifactoriales, nuestros expertos pueden determinar si se deben a los empleados,
gestión de la empresa, etc. Siendo los Peritos Economistas, Peritos Mercantilistas,
etc. los expertos adecuados para valorar estas cuantías.
Los juicios que involucran Lucro Cesante, pueden estar relacionados con:

 Interrupciones o liquidaciones de negocio


 Incumplimientos de contrato
 Baja laboral
 Impagos
 Pérdida de utilidad
 Valores e inversiones
 Fusiones y adquisiciones
 Préstamos

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