Vous êtes sur la page 1sur 10

Año II No. 4 Septiembre - Diciembre 2009 pp.

69

Multiculturalismo y derecho
Edmundo Aguilar Rosales
• ​
69​ Resumen En este trabajo se presenta en líneas generales una reflexión en torno a la diversidad cultural y el fenómeno

jurídico. Se exponen algunas reflexiones acerca de la laicidad y la diversidad cultural y religiosa. La laicidad y, una de sus
dimensiones más relevantes, el Estado laico son favorables para la convivencia en el Estado multicultural. Se trata de un régimen
jurídico político cuyos principios son patrimonio compartido por todas las culturas. La cultura ju- rídica occidental fue dominante
y negó en los hechos y en la doctrina sistemas normativos de pueblos originarios, principalmente aquellos conquistados por
Europa. Esto dio origen al monismo cultural jurídico al que se opone el pluralismo, cuyos antecedentes históricos los
encontramos en Occidente en la Edad Media y en el imperio romano. Más allá del monopo- lio legislativo del Estado se
encuentra el reconocimiento de los derechos culturales y otras alternativas en la administración de justicia. En la esfera del
derecho internacional público se presentan algunas líneas generales de lo que pudiera denominarse derecho intercultural, en
especial en lo referente a la materia penal.
Palabras clave Pluralismo. Multiculturalismo. Laicidad y Estado laico. Estado multicultural. Derechos hu- manos y culturales.
Pluralismo jurídico. Monismo jurídico. Derecho estatal oficial y derecho estatal no oficial. Derecho natural cultural. Derecho
intercultural.
Abstract In this paper, we can find general lines of reflection about cultural diversity and the legal phenomenon. Pluralism or
pluralist argumentation is proposed as the theoretical frame for the study of an evident fact: cultural diversity or multiculturalism.
following, come some re- flections about secularity and cultural and religious diversity. Secularity and one of its most relevant
manifestations, the secular State, are favorable for coexistence in the multicultural State. We are dealing with a political legal
regime, whose principles are shared by all cultures. Western legal culture was dominant and denied normative systems of native
peoples in its doctrine and in practice, especially those conquered by Europe. This originated legal cultural monism to which
pluralism is opposed. We find the origins of pluralism in the west, in the middle ages and in the Roman Empire. Beyond the
legislative monopoly of the State, cultural rights are accepted as well as other alternatives in the administration of justice. Legal
plu-
alismo como doctrina. Luego habla de pluralidad y diversidad cultural. En este
en de ideas, pluralidad, diver- sidad cultural y multiculturalismo son los hechos
se estudian a través del pluralismo como doc- trina o modelo teórico. La
ersidad cultural en una colectividad organizada requiere de una so- ciedad abierta
en opinión de Giovanni Sar- tori, es posible en “una comunidad en la cual los
rentes y sus diversidades se respetan con reci- procidad y se hacen concesiones
procas”.​2

Una cultura implica una totalidad com- pleja de concepciones,va significados,


Santisteban, fernando, ​Introducción a la antropolo- ​gía jurídica​, p. 13 . ​2 ​Sartori, Giovani, ​La
símbolos, sistemas normativos, valoraciones éticas, modos de vida, religión,
edad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo
​ y extranjeros​, p. 65.
utensilios, habilidades, artes y letras, que surgen en procesos sociales, dentro de los
cuales es importante considerar situaciones de conflicto y poder. La evidencia a lo
largo de la historia muestra que existe diversidad de cul- turas. La diversidad cultural
o multiculturalismo es motivo de estudio de muchas disciplinas. En este ensayo
comenzaremos con algunas reflexio- nes que nos ayuden a comprender y diferenciar,
por un lado, al pluralismo y al multiculturalismo en términos conceptuales y, por
otro, a abordar el tema del encuentro entre culturas y los polos del conflicto y la
convivencia.
fernando Silva Santisteban en su ​Introducción a la antropología
jurídica ​dice que el pluralismo es “una doctrina que admite pluralidad y diversi- dad
en el seno de una colectividad organizada”.​1 ​Refiere en primera instancia al
polos y dos posibilidades. En la primera el afán de dominio puede
quista, al comunitarismo au- toritario, al totalitarismo, al domino
igión y al fundamentalismo y al nacionalismo extremo y doctrinario.
se trata, di- ce Luis Villoro citado por Alejandro Salcedo, de
les exentas de dominio en las que es viable la comunicación, la
a y la coincidencia en valores comunes que rebasan las
4

El estudio del multiculturalismo nos lleva a reflexionar en


rsal y/o general y lo particular; o si se quiere en torno a lo universal y
universal puede ser visto desde la perspectiva de las pulsaciones
Occidente y Europa. Pensar en torno al multicul- turalismo trae
En toda cultura se presentan situaciones de conflicto yde lo ético, referido a lo universal y lo relativo. El pluralismo, o
der. Silva Santisteban y Sartori pre- sentan la opción de una sociedad abierta, pluralista, como modelo teórico para
gani- zada y de respeto y reciprocidad. Alain Touraine dice que “el encuentro de
culturas produce más a menudo el enfrentamiento directo que el reconocimiento
Podremos vivir juntos?, ​p. 3. 4​ ​Véase Salcedo Aquino, José Alejandro,
stante, debido a que cada cul- tura es un conjunto coherente, diferente de las otras,
e se protege de las culturas ajenas”.​3 ​En- frentamiento y contextos de conflicto . yOrientaciones filosóficas para una argumentación pluralista​, p. 166.
der por un lado, y coexistencia organizada y de respeto y reciprocidad, por otro.
ralism has two ethical dimensions, mainly. freedom, human and cultural rights, and, what some theoreticians call cultural natural
law. finally, and within the international public law sphere, we find some general lines about what could be called intercultural
law, mainly with regard to the criminal field.

Key words Pluralism. Multiculturalism. Secularity, and Secular State. Multicultural State. Human and cultural rights. Legal
pluralism. Legal monism. Official state law and non-official state law. Cultural natural law. Intercultural law.
70
Año II No. 4 Septiembre - Diciembre 2009 pp. 71 onflicto y poder. Respecto al estudio de las culturas es necesario considerar
niversal y lo particular, tanto en lo ético como en lo que se re- fiere a fenómenos
el estudio de la diversidad cultural se distingue del universalismo y del relativismo
ominio político. Más allá del universalismo o del relativismo el pluralismo
que obstacu- lizan el diálogo. La argumentación pluralista no se inclina por
gumentación pluralista nos sugiere posibili- dades de comunicación, diálogo
privilegiar racionalidad alguna. Los contenidos más relevantes del pluralismo son: la
conocimien- to para la coexistencia pacífica.
comunicación, el diálogo, el reconocimiento de las diferentes pertenencias
culturales, la autenti- cidad y la autonomía de personas y colectivida- des, con la
Multiculturalismo
finalidad de brindar sentido y eficacia para la coexistencia pacífica, dice José y laicidad
Alejandro Salcedo Aquino en su libro ​Multiculturalismo. Orientaciones filosóficas
para una argumenta- ción pluralista​.5​ a laicidad es un acontecimiento cultural que tie- ne implicaciones relevantes para
La diversidad cultural o multiculturalismo es motivo de flexión en de
estudio torno
la a la diversidad cultural, sobre todo en nues- tros días. De
argumentación plura- lista o pluralismo. Entre las culturas existen dos posibilidades: centrar nues- tras reflexiones en los principios de convivencia q
icidad hemos de
ncierra.
una de convivencia con base en la reciprocidad y el respeto y otra con Resulta
situaciones deinevitable abordar una de las más importantes dimensiones de
laicidad: el Estado laico. Cuando Alain Touraine se refie- re almativas.
encuentroAde-
entre
más abren el camino para una mejor legitimidad del Estado y su
culturas sostiene que en las sociedades complejas contemporáneas acia pre- sentesAutores como Otfried Höffe, en su libro ​Derecho intercultural​,
estánnormativa.
los principios de la laicidad y la tolerancia como ejes articuladores
exionan en tornodel a la posibilidad de princi- pios abiertos a las culturas, pensando
reconocimiento de la diversidad. La laicidad es favorable a la en diversidad
la actualidad
de es posible ir más allá de la arrogancia y superioridad
creencias y costumbres con la finalidad de una asimilación progresiva
dentales parade sostener
la que tan- to los derechos humanos como la democracia “no
ciudadanía.​6 fenómenos específicamente europeos u occi- dentales”.​10 ​También considera que
ersos pro- cesos seculares en el fenómeno jurídico romano como enconados
cesos en la modernidad nos llevan a sostener a la tolerancia como principio de
5​
Ibid.​ , p. 15 y ss. ​6 ​Touraine, Alain, ​op. cit​., p. 1 1. icia y libertad en los campos religiosos y culturales.
La laicidad y el Estado laico se hacen necesa- rios ante la diversidad
71
ural. La laicidad está presente en muchos desafíos sociales de actuali- dad.
Dice Roberto Blancarte que “Se puede, así, hablar de laicidad
ncarte señala dos grandes errores y peli- gros que se deben evitar: la tentación del
cuando existen estos tres ele- mentos centrales en un determinado régimen: respeto
pleo de lo religioso para buscar legitimidad política y el uso del poder político en
de la libertad de conciencia, autonomía de lo público frente a lo religioso e igualdad
eficio de una o más agrupaciones religiosas, en aras de la igual- dad y para evitar
de los individuos y sus asociaciones ante la ley, así como no discriminación”. ​Una
iscriminación.​11 ​Cada vez está más claro que la laicidad y el Estado laico no son
de las dimensiones más importantes de la laicidad es el Estado laico. Este mismo mas de convivencia ni antirreligiosa ni anticlerical, aunque en diversos momentos
autor especifica que “El Estado laico es, entonces, ese moderno instrumento jurídico
a historia fue así. También es claro que la diver- sidad alcanza a lo religioso y es
po- lítico al servicio de las libertades en una sociedad que se reconoce como plural y
rescindible reconocer y respetar la diversidad religiosa. “No hay democracia sin
diversa. Un Estado que, por lo mismo, ya no responde ni está al ser- vicio de ección
una institucional de las libertades personales y colectivas, pero tam- poco hay
doctrina religiosa o filosófica en par- ticular, sino al interés público, es decir, al sin movimientos al servicio de la diversidad cultural y la libertad
rtad
interés de todos, manifestado en la voluntad popular y el respeto a los derechos onal”.​12
humanos”.
Para el tema del pluralismo jurídico —que será ampliado más
adelante— resulta de espe- cial relevancia lo concerniente a la legitimidad,ffe,laOtfried, ​Derecho intercultural​, pp. 134 y 135. 11​ ​Blancarte, Roberto J., ​op. cit.​ , p. 55. 12​
soberanía y la voluntad popular. El modelo de Estado nación moderno occidental
negó a las et- nias y se constituyó en un régimen jurídico polí- tico hegemónico aine, Alain, ​op. cit​., p. 269.
frente a otras culturas a través de la conquista; de esta forma, quedaron negadas o
excluidas otras culturas con sus respectivos sis- temas normativos que sobrevivieron 72

hasta nues- tros días.


De manera general podemos decir que una era la realidad de Daniel Gutiérrez Martínez sostiene que “se puede decir que
las culturas originarias y otra la realidad de otros sectores de la población y su or- smo de creen- cias y religiosidades es un fenómeno que siem- pre ha
ganización jurídico política occidental. Dos rea- lidades y un Estado de derecho Multiculturalismo. Desaf íos y perspectivas B ​ lancarte reflexiona en
formalista, con amplios márgenes de ineficacia. Esto nos lleva a comentar algunas oja de movimientos radicales y fundamen- talistas que desarrollan un
de las alternativas actuales de la democracia que se vinculan con el tema dera la del Estado laico secular y democrático, cuando fue este desarrollo
laicidad y la diversidad cultural. Por ejemplo, Alain Touraine sugiere quejurídico la el que permitió la libertad religiosa y de expresión.​14 ​fi-
el expone en su libro ​Para en- tender el Estado laico​ la
15 ​
democracia se afir- ma más que en la soberanía popular y el poder del Estado en carte
derecho de la persona a su racio- nalidad y a su cultura, tanto en lo individualiversal co- de Laicidad para el siglo xxI. Este documento contiene los
9 ​
mo en lo colectivo.​ Esto nos hace pensar que las posibilidades actuales para las mentales de la laici- dad: el primero se refiere a la libertad religiosa
organizaciones ju- de conciencia; el segundo insiste en la autonomía del Estado con
on- vicciones religiosas y sus instituciones; el tercero aboga por la
os los seres humanos y por evitar la discriminación. El artículo o del
​ que la laicidad no es patrimonio exclusivo de una cultura y que los
Blancarte, Roberto J., ​Para entender el Estado laico​, p. . ​ ​Ibid.​, p. 9. ​9 ​Touraine, Alain, ​op. cit.​ , p.
lares y de laicidad pueden tener lugar en diversas culturas y
255.
rídico políticas están en los Estados multicultura- les o pluriculturales, más allá del
La laicidad también permite la posibilidad de los diálogos
Estado nación. Un Estado multicultural reconoce los derechos culturales de las
terreligiosos en aras de una mejor convivencia.​16 ​Para resumir el te-
etnias negadas y excluidas.
uralismo y laicidad podemos de- cir: la laicidad sostiene principios
Tanto la laicidad como la democracia son más que la formas fijas, en la diversidad cultural, como el respeto de la
convivencia
procesos inacabados, que con- templan desde esta perspectiva una dimensión
iencia y religiosa, la autonomía de lo político frente a lo religioso e
diferente de los modos occidentales de cultura jurídica frente a sonas otras culturas
y asociaciones, así como no discriminación. Una dimensión
portante de la
73
hegemónicas de Europa
universalismo también oc-
Gutiérrez Martínez, Daniel, “Religiosidad y creencias en
​ el mundo multicultural”, en Gutiérrez
cultural cuyos principios
artínez, Da- niel (coord.), ​Multiculturalismo. Desafíos y perspectivas,​ p. 1 4. ​14 ​Blancarte, Roberto manifestaciones más releva
desafíos”, en Gutiérrez Martínez, Daniel (coord.), ​op. cit., Estado laico, que trasladó la
“Laicidad y multiculturalismo: nuevos

luntad popular, también form
153. ​15 ​Blancarte, Roberto J., ​Para entender el Estado laico​, p. 59
​ y ss. ​16 ​Véase Aguilar Rosales, originarios y sus sistemas n
mundo, “Pluralismo, seculari- ​zación y diversidad religiosa”, en Salcedo Aquino, José Ale-
ahondar en las grandes dif
dro, Torres Barreto, Arturo y Juan José Sanabria López (coords.), ​Senderos identitarios. desarrollaron con amplios m
rizonte multidiscipli- nario,​ p. 255 y ss. En la actualidad la democracia ofrece la alter- nativa de
Año II No. 4 Septiembre - Diciembre 2009 pp. 73
itimidad del Estado y su poder en la libertad de la persona, en sus dere-
s, culturales, individuales y colec- tivos, en evitar la discriminación y
a las diferentes racionalidades, con la posibilidad de las diversas
n una misma unidad jurídico política. De esta manera laicidad, Estado
cia, democracia, derechos humanos y derechos de la diversidad cultural
proyectan hacia el siglo xxi como los ejes de con- vivencia para todas

Para llegar a hablar de pluralismo jurídico es necesario


ea del monismo jurídico. Para esto hay que referirse a algunos de los
teóricos más relevantes con que hemos contado hasta el momento para
ere- cho. La cultura jurídica mexicana, por ejemplo, se constituyó
e y hasta el momento con la herencia hispánica, los movimientos libe-
siglos xviii y xix y los movimientos sociales del xx; predomina la
en- tal. El fenómeno jurídico en México y en Amé- rica Latina está
dentro de la familia neorromanista. Una de las formas en cómo se es-
temas jurídicos
laicidad es el Estado laico tolerante, autónomo de lo religioso, respetuoso de lascontemporáneos se agrupa en las siguientes familias:
libertades y los de- rechos humanos. a, common law o anglosajona, sistemas religiosos, familia mixta
efiere
El pluralismo jurídico, que gira en torno al reconocimiento a losa derechos
Japón, Israel e India— y socialista.
de las culturas originarias, las etnias y sus sistemas normativos, implica Desdelaesta perspectiva, las culturas jurídicas de los países
ampliación de las nociones tradiciona- les de soberanía y legitimidad fueron
en ignoradas.
el Estado ¿Por
laico occidental. Las organizaciones jurídico políticas democráticas?de Enlaparte por la forma en como estudiamos el derecho en Occidente. Nos hemos
actualidad
para-
se pueden afirmar bajo una denominación multicultural que reco- nozca otras do para diferenciar lo jurídico de otros órdenes normativos, como el social,
culturas normativas y conserve los principios de la laicidad, ya sin la especificidad yso, sobre todo por la fuerza coercitiva del orde- namiento legal o
tico o el religio-
razón de
el dominio occidentales y, por supuesto, sin legi- timarse en instancias las finalidades de cada esfera de normas. Esto es comprensible en la
religiosas.
Laicidad, dere- chos culturales y derechos humanos quedan así como ura principios
jurídica occidental.
de Nada más que en el momento en que nos acercamos a
convivencia susceptibles de formar parte del patrimonio común de todas cultura con el ánimo de entender su sistema normativo legal estos parámetros
las culturas
ieran serentre
y de toda organización jurídico política. Que el diálogo y la comunicación limitantes,
las mas no excluyentes.
cultu- ras reconozca, sin privilegiar racionalidad algu- na, los derechos Es de las
frecuente que en la formación del abogado occidental y
diversidades culturales y religiosas. rromanista se consideren como fuentes privilegiadas del derecho a las formali-
es de los procesos legislativos, a la jurispru- dencia, al convenio y a los actos
Multiculturalismo y derecho aterales de voluntad, y de manera restringida a la doctrina y a la costumbre.
dan como fuentes materiales del derecho las consideraciones éticas y las cir-
stancias
El pluralismo ha sido expuesto como una argu- mentación y un marco teórico sociales
que e históricas. De lo anterior sólo nos queda la posibilidad de
nder a los sistemas
estudia a la diversidad cultural en la cual se presentan esce- narios de conflicto o de normativos de otras culturas por la vía de la costumbre, su
a y su situación
convivencia. Dentro de los conflictos de poder entre culturas están el fenómeno de la social e histórica.
conquista, el de las pulsaciones Estos parámetros además de resultar insufi- cientes son resultado de la
ura jurídica occi- dental, y ésta deriva de actos de dominio cultural. Es decir, ha
sido fruto de la conquista y del con- flicto. El proyecto cultural eeuropeo
la economía se haglobal.
volcado en la historia con la idea de ser único. Este ánimo permeó aEnlas 2000 en México, por ejemplo, el tema de la autonomía de los puebl
organizaciones jurídico políticas de la cultura en los pueblos que fueron objeto
dígenas y sus de de- rechos culturales formó parte de la agenda de La Comisión pa
conquista. De ahí que podamos hablar del mo- nismo cultural y Reforma del monismo del Estado.
cultural en lo jurí- dico.
Antonio Carlos Wolkmer plantea al pluralis- mo jurídico como un nuev
Existe una diversidad de culturas y por lo mismo diversidadarcodeemancipato-
culturas rio en América latina y nos dice que: “Sin negar o abolir l
jurídicas. También ha estado presente en el dominio de la cultura ju- rídica normativas estatales, se avanza democráticamente hacia u
anifestaciones
occidental la forma en que estudiamos los fenómenos jurídicos. galidadResultan
plural, fundada no exclusivamente en la lógica de una racionalidad form
insuficientes nues- tros parámetros para el estudio y comprensión deno otras
en culturas
la satisfacción de necesidades y en la legitimación de nuevos su- jet
jurídicas. En lo que se refiere a la formación de la noción moderna del Estado
gales”.​ 1 ​
El na-
reconocimiento de los derechos culturales responde, entre otras cosas
ción, por un lado, hemos trasladado en estas re- flexiones los principios
na ne- cesidadde la humana fundamental: la pertenencia.
laicidad y el Estado laico fuera del dominio exclusivo de la cultura oc-
Sin embargo, el tema de la diversidad cultu- ral en el derecho no
uevo. Otfried Höffe​1 ​nos lo reitera, y en este sentido tengo presente a no poc
74
omanistas: basta recordar las cuestiones referentes al imperio y el derecho
dental al campo del patrimonio común en aras de una mejor convivencia
entes. Se trata, dice Höffe, de un derecho intercultural, in-
ercultural. Se puede decir que la laicidad formó parte del monismo ju- rídico. Por
ro, la legitimidad de un Estado se amplía con las posibilidades de las autonomías y
s derechos culturales.
Resulta de especial relevancia la forma en que hemos Wolkmer​, A ​ ntonio Carlos​, “​ Pluralismo jurídico. Un ​nuevo marco emancipatorio en América
atina”, en De la Torre Rangel, José Antonio (coord.), ​Pluralismo jurídico. Teoría y experiencias,​
tudiado al derecho en las culturas occidentales. Las llamadas familias jurídicas tra-
cionales no contemplan a los sistemas norma- tivos de los pueblos originarios 0. ​1 ​Véase Höffe, Otfried, ​op. cit.​ , p. 29 y ss.
nquistados por Europa. Hacemos la diferencia entre los sistemas normativos,
gales, éticos, religiosos y sociales de las sociedades occidentales secularizadas 75
n- forme a las finalidades de cada esfera, y conforme a la coercibilidad estatal el y válido para los pueblos del imperio romano, a diferencia del
onopolio de la fuerza queda en el Estado. El formalismo y los procesos legisla- - do y civil.
os del Estado quedan como fuentes privilegia- das de creación de la norma en Otro momento significativo para la historia con respecto al
enoscabo de la doctrina, la costumbre, la ética y las circunstan- cias socialesrídicoe y la reflexión sociológico jurídica, señalan Wolkmer, Ramón
stóricas. nuel Rodríguez Lapuente, está en los antecedentes europeos previos al
Estos parámetros resultan insuficientes para considerartoa en la Edad Media, ya que el poder cen- tral del Estado se encontraba
ras culturas normativas y refuerzan la idea del monismo cultural y monismodaba lugar a una gran descentralización territorial y legislativa. Se
ltural jurídico. La laicidad y el Estado laico formaron parte de ese monismo ficar: el derecho seño- rial con funciones militares, el derecho canónico
rídico por cuestiones de libertad y legitimidad. Ahora existe la posibilidad de lico, el derecho burgués en apoyo a la actividad económica y el
tender los principios de la laicidad al patri- monio común de toda cultura y de respecto a la actividad de los reyes con miras a una malo- grada
nsiderar el reconocimiento de diversas culturas jurídicas, en especial de aquellas
política.
nquistadas por Europa. En cambio, en esos tiempos previos al Rena- cimiento
Revista Multidisciplina Tercera Época
Año II No. 4 Septiembre - Diciembre 2009 pp. 75 ertir la presencia de los estatutos de corporaciones, gremios, colegios
nales, comunidades agrarias, cofradías y, en muchos casos,
Antecedentes del pluralismo jurídico s y ciudades li- bres que gozaban de autonomía y regulación pro- pias.
Para los siglos xvii y xviii las monarquías y la burguesía
Tal vez sea necesario ser más explícitos en lo si- guiente: el pluralismo jurídico las funciones políticas y judiciales. Después surge
r y se centralizaron
surge, tanto en la teoría como en la realidad de las sociedades con- temporáneas,
ción y los pormovimientos liberales, por un lado, y, por otro, los
la necesidad de darle vida a la democracia, por la necesidad también codificado- reslaque contribuyeron en mucho a la consolida- ción del
de superar
ineficacia de la legalidad lógico formal. El plu- ralismo jurídico surge
dicotambién por europeo,
de origen la en particular al neorromanismo.
emergencia de los nuevos actores sociales: sociedad civil, mo- vimientos por los
Estas líneas muy generales nos amplían el horizonte de la
derechos humanos en general, los derechos de la mujer y las minorías sexuales, los
ca occidental que fue llevada a las conquistas territoriales y eco-
comunitarismos, los nacionalismos, la diver- sidad religiosa y política y la vigencia
mbién nos revelan algunos otros antecedentes de la diversidad cultural
de culturas jurídicas originarias y movimientos indígenas. El pluralismo jurídico se
o jurídico. En la actualidad, tanto en la realidad como en las
encuentra también inmer- so en el proceso de hacer viable la convergencia de los
teóricas en torno al pluralismo jurídico, el respeto a los derechos cul-
universos simbólicos culturales diversos con las realidades del universo instrumental
a tendencia general a no “negar o minimizar al derecho estatal, sino en
reconocer que éste apenas es una de muchas formas jurídi- cas que pueden existirfes-
en tación en el derecho, a saber: innovaciones en el derecho oficial
la actualidad”.​19 respuesta a nue- vas necesidades sociales; usos, arbitraje, justicia
ías étnicas. Uso alternativo del derecho oficial y del Estado que
a interpretación más flexible del mismo. Derechos alternativos
s del derecho esta- tal. Derechos alternativos contrarios al derecho
19 ​
Wolkmer, Antonio Carlos, ​op. cit.​ , p. 22.
Consideraciones teóricas del pluralismo jurídico
éticas del pluralismo jurídico
Para fines teóricos Antonio Carlos Wolkmer di- ce que “hay que designar al
pluralismo jurídico como la multiplicidad de prácticas existentes en un mismo
señala que un tema actual de la diversidad cultural es la crítica al
espacio socio político, interactuantes por conflicto o consensos, pudiendo ser oficia-
ico occidental frente a cual la mejor opción, según el autor, es la
les o no, y teniendo su razón de ser en las nece- sidades existenciales, materiales y
a ética con- textualizada. Mauricio Beuchot, en ​Intercultura- lidad y
culturales”.​20 ​Aunque en principio este autor se refiere al plura- lismo como un
nos​, opina al respecto que “una sociedad sin derechos humanos es
marco emancipatorio para Amé- rica Latina, distingue al pluralismo jurídico como
pluralidad cultural es vacía”.​24 ​Uno de los derechos humanos
proyecto conservador o como proyector eman- cipador.
las últimas décadas es el derecho a la cultura.
Al primero lo define como la posibilidad neocolonialista ante la
globalización o como un corporativismo similar a la Edad Media. Al se- gundo lo
ubica en el marco de la democracia, la libertad, los derechos culturales y en una
legali- dad alternativa. El pluralismo jurídico plantea la posibilidad iano, Ramón, S​ la
de explicar ociología del derecho,​ p. 199 y ss. 24
​ ​Beuchot, Mauricio,

existencia de otros sis- temas jurídicos diferentes del occidental, como


derechos huma-las​nos​, p. 32.
organizaciones sociales de los pueblos indíge- nas, y por lo mismo considerar una - Diciembre 2009 pp. 77
No. 4 Septiembre

relación de coexistencia, y no el dominio de las diversas cul- turas normativas.


Ramón Soriano opta por encontrar una zona intermedia entre
Los principios rectores de la convivencia es- tán en las libertades, los derechos
niversalismo jurídico euro- peo y lo que también llama aldeanismo jurídico
culturales, la autonomía y los derechos humanos. También se trata de evitar
erecho los
alternativo.​ 25 ​
Para él el diálogo entre las culturas jurídicas debe partir de l
peligros autoritarios del co- munitarismo a través de la democracia. El plu- ralismo
remisas del respeto y la prudencia. Un tema de especial relevancia en este trabajo
jurídico además plantea la posibilidad de ampliar los horizontes ara del muchos,
monopolio central en la sociología jurídica, es el del problema de la eficacia en
legislativo. Las fuentes del derecho, en especial los procesos legislativos
erecho. estatales,
A este respecto resul- ta evidente que el pluralismo jurídico cuestio
jurídico.​ ​Otros
han resultado insuficientes. óscar Correas, en ​Pluralismo mpliamente el valor y la eficacia formal y decla- rativa del derecho estatal u ofici
horizontes,​ 21
​ ​también cuestiona al paradigma ju- rídico de la ciencia jurídicapostergado entre científicos sociales y juristas el tema de la etnicid
ue un diálogo
occidental tradicional y señala su insuficiencia para explicar losel dife- rentes
derecho. También se ad- vierten las dificultades doctrinarias de la forma- ci
ejercicios del poder, principalmente con respecto a la historia del capitalismo
rídica en en su
Occidente en las consideraciones en torno a las fuentes del derecho, y
fase imperialista colonizadora. Otra idea
mplias importante
críticas, cuestionamientos y disertaciones res- pecto a la dogmática jurídi
ue ha socavado tanto el vínculo del fenómeno jurídico con la rea- lidad.
El pluralismo jurídico inclusive ha llegado a sugerir la posibilidad
20 ​
​ ​Véase Correas, óscar, ​Pluralismo jurídico. Otros hori- ​zontes​, p. yonsiderar
Ibíd​., p. 21. 21 ss.
fuentes del derecho a todas aquellas experiencias sociales: corporacione
sociaciones, movimientos socia- les, movimientos populares, grupos marginados
76
eriferias urbanas, entre otros, ya que se trata de fuentes del derecho no jurídi
Revista Multidisciplina Tercera Época
ormales o es- tatales. Manuel Rodríguez Lapuente señala como tema del pluralism
rídico a ​formas interme- dias c​ omo los contratos ley, contratos colectivo
este autor con respecto al pluralismo jurídico es que el poder en las sociedades se
statutos de organizaciones particulares, estatu- tos y contratos de sociedad.​26
erce des- de múltiples sistemas normativos, muchos de los cuales llegan a rivalizar
22 ​
n la idea formal de so- beranía en el Estado moderno.​ Cuando fueron comentadas Se trata de reencontrarse con el origen del derecho, en particular d
gunas implicaciones de la laicidad y el Estado laico ante la diversidad cultural, sesnaturalismo. ¿Có- mo es esto? Ramón Soriano nos comenta acer- ca de un tip
zo referencia a la emergencia de ampliar las fuen- tes de legitimidad y soberanía.
eculiar de derecho natural ajeno a formulaciones teóricas. Este iusnaturalismo
car Correas, como muchos otros, se inclina por la viabilidad de la normatividad enominado por un jurista brasileño, A. Bueno de Carvalho, como iusnaturalismo
ginaria de los pueblos indí- genas que han resistido el dominio. camino, es decir, un derecho natural en la historia, en la experiencia, en la lucha
Ramón Soriano, en su ​Sociología del derecho​, dice quenella emancipación.​2
uralismo jurídico hace una distin- ción de dos bloques en el derecho: el oficial y no
cial, en la literatura de los países del este; el estatal y el no estatal, en la literatura
los paí- ses occidentales. Para este autor el pluralismo jurídico considera una serie Véase Soriano, Ramón, ​op. cit.​ , p. 3 9. ​26 ​Véase Rodríguez Lapuente, Manuel, ​Sociología del der
la emergencia de nue- vos actores sociales, en este caso los movimien- tos
cho​, pp. 6 y 6 . ​2 ​Véase Soriano, Ramón, ​op. cit.​ , p. 3 4 y ss.
genas y las culturas jurídicas originarias. El monismo cultural jurídico en
idente exclu- yó del Estado nación a las etnias que hoy forman parte de los
77
vos movimientos sociales. El plu- ralismo jurídico no niega ni busca abolir la
Soriano nos invita a reflexionar acerca de un de- recho natural fundamentado en el
matividad estatal, y así lo sugieren los teóricos al respecto, así como la
sentimiento jurídico, es decir, un momento prelógico (​sic)​ del derecho que se centra
2 creción de las diversas autonomías en las leyes de los Estados contem- poráneos.
en una llamada emocional de la ideas de justicia.​
sten antecedentes del pluralismo jurídico en el imperio romano en el derecho de
Miguel Villoro Toranzo​29 ​cuando se refiere a los tres niveles
tes. También hay otros antecedentes de la coexistencia de diversas culturas
de operatividad del derecho na- tural en su libro ​La justicia como vivencia​, expli- ca en la Edad Media, ya que el poder del Estado se en- contraba débil y había
dicas
entre otras cosas que de manera espontánea las sociedades en el uso de su razón gran descentralización territorial y legislativa.
práctica, y conforme a sus realidades concretas, pueden ex- perimentar lo que en la
Para los siglos xvii, xviii y xix se consolidan el Estado nación y los
doctrina jurídica se ha denominado derecho natural. De hecho, Villoro lo denomina
vimientos codificado- res. El pluralismo jurídico contempla la coexis- tencia de
derecho natural cultural. Al derecho natural, dice Mauricio Beuchot, “lo vamos
30 ​ multiplicidad de culturas jurídicas en un mismo espacio sociopolítico y puede
cono- ciendo y precisando al paso de nuestra cultura”.​ Manuel Rodríguez Lapuente
tarse de un proyecto conservador o emancipato-
opina que el dere- cho natural se compagina con la visión sociológi- ca del
derecho.​31

alcedo Aquino, José Alejandro, “Hacia un modelo de educación


​ intercultural​”, e​ n Salcedo
Pluralismo y pluralismo jurídico
ino, José Alejan- dro, Torres Barreto, Arturo y Juan José Sanabria López (coords.), ​op. cit., p​ .

Las últimas reflexiones teóricas que me parecen relevantes respecto al pluralismo


jurídico giran en torno a un acercamiento conceptual de éste con la argumentación 78
pluralista a la que me re- ferí al inicio. El pluralismo es el modelo teórico propuesto
para el estudio de la diversidad cul- tural o multiculturalismo. Este modelo contem-
pla reflexiones que involucran a lo universal y lo particular de cada cultura. Paranteel pluralista del derecho propone: extender los horizontes del
pluralismo ju- rídico es necesario traspasar las pulsaciones he- gemónicasslativo del de los procesos estatales hacia el reconocimiento de otras
universalismo y monismo jurídico occidental y reconocer las diversas culturas y sus jurídicas originarias y muy diversos movimientos sociales, lo
uras
sistemas normativos a la luz de criterios demo- cráticos. pliar la experiencia de la legitimidad de las instituciones jurídicas
Desde mi perspectiva el pluralismo jurídico no significa
relativismo ni relativismo ético. ¿Por qué? Los principios articuladores para la El pluralismo jurídico también distingue en términos
convi- vencia intercultural más allá de la confrontación, el conflicto y el dominio derecho oficial o estatal del no oficial o no estatal, con la finalidad
giran en torno a los dere- — de contemplar modos alternativos en la administración de justicia.
del pluralismo y del pluralismo jurídico, ante lo uni- versal y lo
s derechos humanos y los derechos culturales que condicen por
2 ​
​ ,​ p. 1 4 y ss. ​30 ​Beuchot,
Ibid.​, p. 1 5. ​29 ​Véase Villoro Toranzo, Miguel, ​La justicia como viven- cia , en la consideración de reflexionar en tor- no a un derecho natural

Mauricio, ​Derechos humanos, historia y filoso- ​fía,​ p. 239. ​31 ​Véase Rodríguez Lapuente, Manuel,

op. cit.​ , p. 13 . ltural


chos humanos, las libertades y la laicidad. Tam- bién hemos pensado en la
dimensión ética del pluralismo en el derecho natural cultural. Creo que se
rídico derefiere
esta de manera prin- cipal a los derechos culturales y a la
manera se hace posible el diálogo, el reconocimiento de las diferentesmarco
pertenencias
de un Estado democrático de liber- tades que va más allá de
culturales, su autonomía, los derechos en lo indi- vidual y en lo scolectivo y el occidentales También contempla las disertaciones
he- gemónicos
respeto a las diferen- tes racionalidades. ilitan su compren- sión. En suma, el pluralismo jurídico se centra en
Cuando Salcedo Aquino reflexiona en torno a la educación asintercultural
particularidades en un mismo espacio sociopolítico y jurídico. La
dice que “todo indivi- duo es potencialmente cosmopolita, no en el sen- tido de ser
legislación intercultural tiene que ir más allá de las diversas culturas
sólo ciudadano del mundo y ligado a una cultura planetaria y universal, sino enlas
desconocer el particularidades de cada uno y sus derechos, y sin
sen- tido de que, aunque se identifique con una cultu- ra propianicos. y específica,
La formulación de esta reglamentación tiene que tener como
reconozca la existencia de otras, las respete, así como su derechoa atambién florecer,a alos derechos humanos, cuya base se encuentra en el
desarrollarse, y esté abierto a aprender de ellas e incorporar elementosdedelaellas
dig- ‘a su humana.
nidad
32
mundo’ ”.​ El horizonte que plantea Otfried Höffe, en su libro
En síntesis, el pluralismo jurídico surge de la ineficacia ltural
de las,​ leyes y en aquellas cuestiones penales que pueden exigirse
se centra
utua- mente culturas diferentes. Por ejemplo, la suje- ción a la competencia o el genocidio y crímenes contra la humanidad. Crímenes de guerra:
ritorial por soberanía de un Estado, es decir, el extranjero que se halle en otrode enemigos políticos, limpieza étnica, violaciones como medio de
tado está sujeto al derecho del territorio en que se encuentra. La posibilidad o noy la agresión, ade- más del derecho internacional humanitario ya
pe- nalizar a los Estados. La fijación de reglas proce- sales que al parecer muchas
ellas son válidas Se exploraron las líneas más generales de lo que Otfried
Año II No. 4 Septiembre - Diciembre 2009 pp. 79
ina derecho intercul- tural. Esta normatividad queda diferenciada del
s penal
y reconocidas en todas las culturas jurídicas y lo referente a la justicia derechos culturales, ya que éstos se reconocen en un espacio
supletoria. y jurídico; se trata del Estado multicultural. Los espacios de
apropiados para el derecho inter- cultural los encontramos en el
“Todas estas preguntas son tanto más urgen- tes cuanto que la
na- cional público y privado. Los derechos humanos, culturales y las
globalización está amenazando un elemento irrenunciable para el ser humano: la
n también principios rectores del derecho intercultural. El derecho
pertenencia a grupos bien determinados. Ello afecta no sólo al bienestar sino sobre
en materia penal a que se refiere el autor se enfrenta a cuestiones de
todo a esa identidad personal cuya puesta en peligro ame- naza bienes jurídicos tan
competencia territorial, xenofobia, la sujeción del Estado y a penas,
elementales como el derecho a la religión, la lengua y la cultura pro- pias”.​33
esales comu- nes y cuestiones supletorias.
Las respuestas giran en torno a seis posibili- dades: 1) que el extranjero
Las respuestas van desde el respeto al extran- jero y a la
sea considerado bár- baro; se trata de xenofobia; 2) la igualdad de trato contemplado,
neral, la igualdad jurí- dica, la reciprocidad intercultural, la definición
por ejemplo, desde el Antiguo Tes- tamento. Implica igualdad de trato al extranjero
erculturales y principios procesales comunes, hasta la sugerencia de la
y la regla de oro de la moral como principio básico de reciprocidad intercultural; 3)
de un derecho penal básico. También fueron comentados aspectos
un derecho inter- cultural. Tenemos un antecedente en el imperio romano y el
derecho in- ternacional humanitario en caso de conflictos bélicos y
derecho de gentes, sin la especifici- dad de lo penal; 4) el ser humano como persona
imos para la Corte Penal Internacional.
jurídica en todo el mundo, es decir, como suje- to de derecho. Está estrechamente
iografía Atienza, Manuel, ​Introducción al derecho,​ 4a reimp., México, fontamara
relacionado con la condición de igualdad; 5) un federalismo jurídico penal, que en
ctrina Jurídica Contem- poránea, 2), 200 . Beuchot, Mauricio, ​Derechos humanos,
sus líneas más generales contemple delitos interculturales, sin desconocer aquellos
oria y filosofía​, México, fontamara (Biblioteca de éti- ca, filosofía del Derecho y
específicos en una cultura; 6) el derecho de origen, es decir, como señala Höffe, el
tica, 0), 1999. _________, ​Interculturalidad y derechos humanos,​ México, facultad
extran- jero como tal sin pertenencia jurídica al territorio en que habita tiene la
ilosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México / Siglo xxI, 2005.
posibilidad de atenerse en cuestiones privadas, de familia, por ejemplo, al derecho
ncarte, Roberto J., ​Para entender el Estado laico​,
de su país de origen.
México, Nostra, 200 . Bonifaz Alfonso, Leticia, ​El problema de la eficacia
Este autor nos sugiere la posibilidad de hablar de un derecho penal básico
para todas las cul- turas. Se trata de una enumeración mínima que tambiénen el derecho,​ 2a ed., México, Porrúa, 1999. Correas, óscar (coord.),
abarca
ralismo la
cuestiones procesales. Este dere- cho penal básico versa sobre el cuerpo, vida, laOtros horizontes,​ México, Centro de Investigaciones
jurídico.
rdisciplinarias,
propiedad, la reputación, el honor, la declaración jurada o la palabra, la seguridad Universidad Nacional Autó- noma de México / Consejo Nacional de
monetaria, no perjurio y no falsificación. En cuestiones proce- sales: escuchar a la / Ediciones Coyoacán (Derecho y Sociedad, 19), 2006. De la Torre
ncia y Tecnología
gel, Jesús
otra parte, nadie debe ser juez de su propia causa, en caso de duda fallar del (coord.), ​Pluralis- mo jurídico. Teoría y experiencias,​ México,
Antonio
a favor
reo y no aplicar pena sin ley. - tro de Estudios Jurídicos y Sociales P. Enrique Gutiérrez, facultad de Derecho,
versidad Autónoma de San Luis Potosí, 200 . Gutiérrez Martínez, Daniel (coord.),
En estas breves reflexiones en torno al dere- cho intercultural se hace
ticultu- ralismo. Desafíos y perspectivas,​ México, El Colegio de México /
necesario decir que el
versidad Nacional Au- tónoma de México / Siglo xxI (Sociología y Po- lítica), 2006.
fe, Otfried, ​Derecho intercultural,​ trad. Rafael Sevilla, Barcelona, Gedisa (Estudios
manes), 200 . Instituto de Investigaciones Jurídicas, ​Etnicidad y derecho. Un diálogo
33 ​
Höffe, Otfried, ​op. cit​., p. 26.
ergado entre los cien- tíficos sociales, M ​ éxico, Universidad Nacional Autónoma de
79 xico (Serie L: Cuadernos del Instituto, Derecho Indígena, 4), 1996. Muñoz Ledo,
espacio más apropiado para su expresión lo en- contramos en el derecho firio (coord.), ​
C omisión de Estudios para la Reforma del Estado. Conclusiones y pro-
stas
internacional, tanto pú- blico como privado. Resulta evidente que si nos ponemos a ​
, México, Universidad Nacional Autóno- ma de México (Diálogos por México,
2004.
reflexionar, por ejemplo, en los conte- nidos del derecho internacional humanitario,
que a partir de una situación límite de confrontación, es decir, el conflicto bélico
internacional, esta- blece normas convencionales y consuetudinarias para
salvaguardar a la población civil, a bienes públicos, privados y culturales; a la
población cuya labor tenga fines de ministerio religioso, sanitario, periodismo; y a
prisioneros de guerra. Respecto al derecho penal y la posibilidad de la formulación
de reglas punitivas interculturales, la Corte Penal Internacional ha fijado crímenes a
80
Revista Multidisciplina Tercera Época

dríguez Lapuente, Manuel, ​Sociología del dere-


cho,​ a ed., México, Porrúa, 2006. Salcedo Aquino, José
ejandro, ​Multiculturalismo. Orientaciones filosóficas para una argumenta- ción
uralista,​ México, Universidad Nacional Autónoma de México / Plaza y Valdés, 2001.
_______, Torres Barreto, Arturo y Juan José Sa- nabria López (coords.), ​Senderos
entitarios. Horizontes multidisciplinarios,​ México, facul- tad de Estudios Superiores
atlán, Universidad Nacional Autónoma de México / Juan Pablos, 200 . Sartori,
ovani, ​La sociedad multiétnica. Plura- lismo, multiculturalismo y extranjeros,​ trad.
guel Ángel Ruiz de Azúa, 2a reimp., México, Taurus Aguilar, 2006. Silva Santisteban,
nando, ​Introducción a la an- tropología jurídica,​ Lima, Universidad de Lima / fondo
Cultura Económica-Perú (Biblioteca de la Universidad de Lima), 2000. Sirvent
utiérrez, Consuelo, ​Sistemas jurídicos con- temporáneos,​ 11a ed., México, Porrúa, 200 .
riano, Ramón, ​Sociología del derecho,​ Madrid,
Ariel, 199 . Toro Hardy, Alfredo, ​La era de las aldeas. La
que- ña aldea vs la pequeña aldea,​ Bogotá, Villegas Editores, 2002. Touraine, Alain,
odremos vivir juntos?, ​trad. Ho- racio Pons, 3a reimp., México, fondo de Cultura
onómica (Obras de Sociología), 2006. Villoro Toranzo, Miguel, ​La justicia como
encia,​
México, Porrúa, 2004.

mundo Aguilar Rosales es maestro en psicotera- pia guestalt por la unigea; licenciado en
recho por la ​fes ​Acatlán; diplomado en tanatología por la facul- tad de Medicina de la unam
l inmetac; diplomado en religión y sociedad en México por la flacso Méxi- co, Secretaría de
bernación y cerem. Es profesor de sociología y derecho, ética jurídica profesional y meto-
logía de la investigación jurídica en la ​fes ​Acatlán.

Vous aimerez peut-être aussi