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la fantasía de un pueblo llamada “reforma agraria”

Cada día vemos en los medios de comunicación noticias nuevas, noticias que están en
desarrollo y otras que rápidamente se quedan en el olvido porque nuestro deporte
nacional como colombianos es la falta de memoria, pero es trágico que un tema siga
siendo portada en los medios de comunicación después de tantos años y lo triste es que
no tenga una solución a corto plazo y es la reforma agraria, este tema requiere una
visión al pasado para poder pensar en el futuro del país; por que como colombianos nos
identifican en el exterior como cafeteros y es cierto que tenemos uno de los mejores
cafés del mundo, pero también somos uno de los países con mayor diversidad en
productos que nacen de la tierra, por lo tanto, sabemos que el tema de la tierra es
estratégico para la solución de diversas problemáticas que han afectado el país desde el
siglo pasado.

Hemos intentado realizar varias reformas agrarias, buscando recursos judiciales para
tratar de parar los conflictos agrarios, que han sido una de las principales banderas de la
lucha armada en Colombia y desde la ley 200 de 1936, aquí vemos que no son
funcionales porque las reformas carecen de trasfondo para que puedan solucionar
realmente el problema de tierras y es que esta problemática ha alimentado la violencia
en el campo, donde ha dejado más de 6 millones de afectados, que incluye,
desplazamiento forzado, asesinatos, desapariciones forzadas y toda clase de crímenes
donde aprovechan unos pocos que ayudados por personas con influencias políticas,
narcotráfico y dinero para adueñarse de la tierra. Pero vemos que no solo la violencia es
un problema, también hay un amplio sector del país, donde se trabaja la tierra y están
sumidos en la pobreza, porque hay un abandono total del estado en inversión social.

La concentración de la tierra y la desigualdad han crecido en la última década en el


campo. El índice Gini rural, que mide la desigualdad, pasó de 0,74 a 0,88. En el país el
1,3% de la población actual posee el 68,3% de la producción agrícola, Actualmente
el 77% de la tierra está en manos de 13% de propietarios, pero el 3,6% de estos tiene el
30% de la tierra. Así mismo los últimas se calcula que 6,6 millones de hectáreas fueron
despojadas por la violencia en las últimas dos décadas, esto es el 15% de la superficie
agropecuaria del país. Pero esto no termina aquí, hay un gran número de personas que
han invadido terrenos incluso reservas naturales se calcula que un 18% de los
propietarios de tierra no tienen formalizado sus títulos. Pero sin embargo seguimos
dependiendo directamente de los campesinos para alimentarnos, tan así que, a pesar de
la falta de acceso a la tierra, el 70% de los alimentos que se producen en el país vienen
de estos pequeños campesinos.
La solución está basada en la articulación del tema agrario al contexto social,
económico y político del país que permita realizar una planificación de varias
propuestas para satisfacer las necesidades básicas de los campesinos, acceso a créditos
con intereses que permitan tener cierta rentabilidad en la producción de sus terrenos, así
mismo, las cooperativas o sociedades que permitan la comercialización los productos a
mejores precios, pero también lo más importante es la toma de daciones sobre lo que
pasa en la tierra y que afecta directamente la vida de las personas.
Los acuerdos de paz que se han firmado con la guerrilla de las FARC, vemos que su
primer acuerdo está basado en el mismo tema y busca reducir la pobreza y disminuir los
conflictos y que se realice una política de desarrollo agrario integral y dándole una
revisada lo aquí expuesto podría solucionar muchos de los problemas del campo,
alcanzando la competencia por medio de la modernización que incluyan distintos
modelos y estrategias para el desarrollo rural, pero mientras se mantengan las políticas
de corrupción donde el campo salga afectado tal como sucedió con agro ingreso, la
explotación de recursos en zonas protegidas por las multinacionales y que la impunidad
se mantenga solo por el poder el poder político de algunas personas va hacer muy difícil
que la paz y la equidad lleguen al campo.
Por ahora seguimos con la esperanza y así como nos llenan de alegría estrellas del
deporte que han salido del campo como Nairo Quintana, esperamos que un día salga
una reforma agraria que piense en las personas y en campo y mientras esto sucede
seguimos en el realismo mágico en un país llamado macondo “donde las estirpes
condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda
oportunidad sobre la tierra”.

Bibliografía
Franco-Cañas, A. M., & De los Ríos-Carmenado, I. (2011). Reforma agraria en Colombia:
evolución histórica del concepto. Hacia un enfoque integral actual. Cuadernos de desarrollo
rural, 8(67).

Kalmanovitz, S., & López, L. E. (2006). La agricultura colombiana en el siglo XX. Fondo De
Cultura Economica USA.

Machado, A. (1999). Una visión renovada sobre la reforma agraria en Colombia. El mercado de
tierras en Colombia:¿ una alternativa viable, 1-30.

http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-
119/reforma-agraria-una-ilusion-que-resulto-un-fracaso3

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