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El Poder
Como fenómeno social el poder es pues una relación entre hombres. Y se debe
inmediatamente añadir que se trata de una relación triádica. Para definir un cierto poder, no
basta especificar la persona o el grupo que lo retiene y la persona o el grupo al que están
sometidos: hay que determinar también la esfera de actividades a la cual el poder se refiere, es
decir la esfera de poder. La misma persona o el mismo grupo pueden ser sometidos a varios
tipos de poder relacionados con diversos campos. El poder del médico se refiere a la salud; el
del maestro se refiere principalmente al aprendizaje del saber; el empresario influye la conducta
de los subordinados, sobre todo en la esfera económica y en la de la actividad profesional, y un
superior militar en tiempo de guerra imparte órdenes que comportan el uso de la violencia y la
probabilidad de dar o recibir la muerte. En el ámbito de una comunidad política, el poder de A
(por ejemplo un cierto organismo público o un cierto grupo de presión) puede referirse a la
política urbana, el poder de B a la política exterior en relación con una determinada área
geográfica, el de C a la política de la educación pública, y así sucesivamente. La esfera del
poder puede ser más o menos amplia y más o menos claramente delimitada. El poder fundado
en una competencia particular está limitado al campo de la competencia, mientras que el poder
político y el de un padre sobre el hijo se refiere generalmente a una esfera muy amplia, y la
esfera de poder de la persona que ocupa un cargo en el ámbito de una organización formal (por
ejemplo el presidente o el tesorero de una asociación) se define de modo más bien preciso y
taxativo, mientras que la esfera del poder de un líder carismático no está precisada de
antemano y tiende a ser ilimitada.
STOPPINO, Mario en BOBBIO, Norberto y otros. Diccionario de Ciencia Política. Siglo XXI ed.
10º edición. 1997. México. Tomo II.
MATERIA: POLÍTICA Y CIUDADANÍA CURSO:5º AÑO PROFESORA: SABRINA ALBORNOZ
CLASES DE PODER
Desde el punto de vista de los diversos criterios que han sido adoptados para distinguir las
diversas formas de poder, la definición del poder político como el poder que está en posibilidad
de recurrir en última instancia la fuerza ( y es capaz de hacerlo por que detenta su monopolio)
es una definición que se refiere al medio del que se sirve quién detenta el poder para obtener
los efectos deseados. El criterio del medio es el que se utiliza comúnmente porque permite una
tipología a la vez simple y clara, la llamada tipología de los tres poderes, económico, ideológico
y político, o sea, de la riqueza, del saber y de la fuerza.
El poder económico es el que se vale de la posesión de ciertos bienes, necesarios o
considerados como tales, en una situación de escasez, para inducir a quienes no los poseen
adoptar una cierta conducta, que consiste principalmente en la realización de un trabajo útil. En
la posesión de los medios de producción reside una enorme fuente de poder de parte de quienes
los poseen frente a los que no los poseen, precisamente en el sentido específico de capacidad de
determinar el comportamiento ajeno. En cualquier sociedad donde existen propietarios y no
propietarios, el poder del propietario deriva de la posibilidad que la posesión exclusiva de un
bien le da de obtener que el no propietario (o propietario solamente de su fuerza de trabajo)
trabaje para él bajo las condiciones que él imponga.
El poder ideológico es el que se sirve de la posesión de ciertas formas de saber, doctrina,
conocimientos, incluso solamente de información, o de códigos conducta para ejercer influencia
en el comportamiento ajeno e inducir a los miembros del grupo a realizar o dejar de realizar una
acción. De este tipo de condicionamiento deriva la importancia social de quienes saben, los
sacerdotes en las sociedades tradicionales, lo literatos, los científicos, los técnicos, los llamados
“intelectuales” en las sociedades secularizadas, porque mediante los conocimientos de ellos o los
valores que predican e inculcan se realiza el proceso de socialización del que todo grupo social
tiene necesidad para permanecer unido.
Lo que tienen en común estas tres formas de poder es que ellas contribuyen conjuntamente
a instituir y mantener sociedades desiguales divididas en fuertes y débiles con base en el
primero, en ricos y pobres con base en el segundo, en sapientes e ignorantes con base en el
tercero. Genéricamente entre superiores e inferiores.
Después de todo, definir el poder político como el poder cuyo medio específico es la fuerza
sirve para hacer entender por qué siempre haya sido considerado el poder supremo, o sea, el
poder cuya posesión distingue en toda sociedad al grupo dominante. En efecto, el poder
coactivo es aquel del que todo grupo social tiene necesidad para defenderse de ataques externos
o para impedir su disgregación interna. En las relaciones entre los integrantes de un mismo
grupo social, a pesar del estado de subordinación que la expropiación de los medios de
producción crea en los expropiados, a pesar de la adhesión pasiva a los valores transmitidos de
parte de los destinatarios de los mensajes emitidos por la clase dominante, sólo la utilización de
la fuerza física sirve para impedir la insubordinación y para apaciguar toda forma de
desobediencia. En las relaciones entre los grupos sociales, no obstante la presión que pueden
ejercer la amenaza o la ejecución de sanciones económicas para persuadir al grupo adversario a
desistir de un comportamiento considerado nocivo u ofensivo ( en las relaciones entre grupos los
condicionamientos de naturaleza ideológica cuenta menos), el instrumento decisivo para
imponer la propia voluntad es el uso de la fuerza, es decir, la guerra.
MATERIA: POLÍTICA Y CIUDADANÍA CURSO:5º AÑO PROFESORA: SABRINA ALBORNOZ
Estas distinciones entre los tres tipos principalmente de poderes sociales, si bien
manifestado de diferentes maneras, es un dato casi constante en las teorías sociales
contemporáneas, en las cuales el sistema social en su conjunto aparece directa o indirectamente
articulado en tres subsistemas: la organización de las fuerzas productivas, la organización del
consenso y la organización del poder coactivo.
La diversa relación entre los tres poderes y la diferente manera de disponerlos en orden
jerárquico están entre los rasgos más característicos de las grandes corrientes del pensamiento
político y de la filosofía de la historia. La primacía de la política que distingue al pensamiento
político moderno, de Maquiavelo a Hegel, se contrapone tanto a la primacía del poder espiritual,
que distingue a la época medieval de las grandes controversias entre el Estado y la Iglesia y a la
cual la iglesia romana y las otras iglesias jamás han renunciado, como a la primacía del poder
económico cuyo descubrimiento coincide con el nacimiento del mundo burgués y el inicio de la
reflexión sobre el modo de producción capitalista.
BOBBIO, Norberto. Estado, gobierno y sociedad. Fondo de Cultura Económica. 1996. México.
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MATERIA: POLÍTICA Y CIUDADANÍA CURSO:5º AÑO PROFESORA: SABRINA ALBORNOZ
poder. En las sociedades primitivas, este acceso conducía mediante la fuerza física al poder
condigno; es una fuente de poder que aún conserva en algunos hogares o comunidades
juveniles el macho más corpulento y musculoso. En los tiempos modernos, sin embargo, la
personalidad está asociada fundamentalmente con el poder condicionado, con la capacidad de
persuadir o de suscitar fé.
La propiedad o la riqueza otorga un aspecto de autoridad, una certeza de objetivos, y esto
puede inducir a la sumisión condicionada. Pero, evidentemente, está asociada de manera
fundamental con el poder compensatorio. La propiedad -los ingresos- suministra medios
económicos con los que comprar sumisión.
La organización, la fuente más importante de poder en las sociedades modernas, se halla
relacionada principalmente con el poder condicionado. Se da por supuesto que, cuando se busca
o se necesita un ejercicio de poder, es preciso disponer de una organización. Desde la
organización viene luego la necesaria persuasión y la sumisión resultante a los designios de la
organización. Pero la organización, como en el caso del Estado, tiene también acceso al poder
condigno, a diversas formas de castigo. Y los grupos organizados tiene mayor o menor acceso al
poder compensatorio a través de la propiedad de que están investidos.
Esto suscita una última cuestión. Así como existe una asociación primaria, pero exclusiva,
entre cada uno de los tres instrumentos por los que se ejerce el poder y una de las fuentes, así
también existen numerosas combinaciones de las fuentes de poder y los instrumentos conexos.
La personalidad, la propiedad y la organización se combinan en proporciones diversas. De ello
deriva una variable combinación de los instrumentos para la imposición del poder (...).
En los primeros momentos del cristianismo, el poder se originó con la vigorosa
personalidad del Salvador. Casi inmediatamente, surgió organización, los Apóstoles, y con el
tiempo la Iglesia como organización se convirtió en la más influyente y duradera de todo el
mundo. De sus fuentes de poder no era la menor su propiedad y los ingresos de que por ello
disponía. De la combinación de personalidad (la de la Presencia Celestial y de una larga línea de
dirigentes religiosos), la propiedad y, sobre, la organización única surgieron la creencia
condicionada, lo beneficios o compensación y La amenaza de castigo condigno, en este mundo o
en el otro, que, en conjunto, constituyeron el poder religioso. Tal es el complejo de factores
incorporados a este término y, en gran medida, ocultados por él. Poder político, poder
económico, poder corporativo, poder militar y otras referencias semejantes ocultan similar y
profundamente una interrelación igualmente diversa.
GALBRAITH, John Keneth. La anatomía del poder. PLaza y Janes. 1º ed. 1984. BARCELONA.
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