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El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

Es necesario reconocer que para la mayoría de los niños comenzar el primer curso de la

educación primaria representa un gran cambio en sus vidas, ya que pasan de ser un niño de

casa a un niño escolar, lo cual, implica nuevas obligaciones y compromisos, se convierte en

un estudiante, quien debe cumplir con los estándares de una institución educativa, que lo

proporciona y le exige nuevos criterios de comportamiento, de relación y de aprendizaje,

las cuales aportan al desarrollo de su libre personalidad (Santrock, 2006).

Por este motivo, se debe estudiar algunas problemáticas que pueden presentar los niños

en el aula de clase, en este sentido se descubre que el TDAH, es un trastorno que expresan

diferentes autores para decir que implica una dificultad para asumir el conocimiento,

regular la atención entre otras dificultades que puede presentar el niño que lo manifiesta.

Según Papalia, Wendkos y Duskin sugieren que el TDAH presenta distracción,

impulsividad, baja tolerancia a la frustración y una excesiva actividad en lugares y

momentos equivocados (2004). de esta forma, estas alteraciones del comportamiento

pueden causar una problemática en el aula de clase interviene en el funcionamiento que el

niño presenta en su proceso de aprendizaje, ya que este trastorno genera en los estudiantes

una escasa atención sostenido y poca realización en las tareas que se le asignan.

De esta forma, el TDAH se convierte en una dificultad para el aprendizaje en los niños

en la infancia en especial en la niñez intermedia y tardía (6-11), pues “realizan esfuerzos

por mantener la atención, por lo cual no consiguen permanecer concentrados el mismo

tiempo que pueden hacerlo otros compañeros de la misma edad” (Borunda, 2013). Es decir,

el TDAH que no se trata de forma adecuada impide el desarrollo del aprendizaje del niño

que lo presenta y muchas veces afecta las relaciones con el mismo entorno académico.
Según Borunda las características centrales del TDAH son: en primer lugar, una

actividad excesiva e inapropiada sin relación con las tareas, que dificulta el trabajo del niño

al crear interrupciones continuas, en segundo lugar, poca atención mantenida lo cual

produce una baja en el rendimiento escolar, en tercer lugar, dificultad para inhibir

estímulos, debido a acciones y decisiones impulsivas, cuarto lugar, dificultad para llevarse

bien, suele ser impopular con los padres, hermanos y profesores, en quinto lugar, bajo

rendimiento escolar al tener problemas de aprendizaje por mala organización, mala

memoria secuencial y habilidades cognitivas improductivas, en sexto lugar, baja autoestima

debido a esa impopularidad, finalmente la comorbilidad es la norma y no la excepción

(trastorno oposicionalista-desafiante) (2013).

Estas características manifiestan, que estos síntomas impiden el desarrollo académico de

los niños que lo presentan, sin embargo, algunos de estas señales se pueden presentar, sin

manifestar el trastorno en su totalidad, sobre lo cual el docente podría construir un currículo

adecuado para la situación determinada. En primer lugar, el docente tendrá la tarea de

facilitar el aprendizaje por medio de actividades didácticas, manejar el tema de la

cooperación, ejercicios para mantener el contacto visual, el contacto físico, el contacto

auditivo y el contacto verbal, para guiarlo en el recorrido del aprendizaje.

Además, el docente deberá planear y mantener una flexibilidad curricular, la cual, le

permita acercar el conocimiento a la necesidad que presentan los niños con esta dificultad

en el aprendizaje. En otras palabras, el maestro debe estimular al niño desde su capacidad

de aprendizaje generando estímulos afectivos y físicos le muestren al niño que hace parte

del proceso educativo, de esta forma se buscara que exprese lo que tiene en su mente y así

descubrir los aspectos positivos que puede tener dentro de sí mismo.


Por lo cual, se puede contextualizar esta investigación desde el trabajo del docente de la

LER, ya que este cuenta con algunas herramientas adecuadas para generar una educación

enfocada en el niño, desde los enfoques bíblicos, cristológicos y antropológicos de la

educación religiosa escolar, los cuales, buscan realzar el énfasis en cada estudiante, para

que este aprenda a conocer, actuar y a vivir en comunidad, desde el desarrollo de sus

capacidades cognitivas.

Bibliografía

Santrock. J. (2006). Psicología del desarrollo. El ciclo vital. décima edición. España:

McGraw-Hill/interamericana de España.

Borunda. G. (2013). Actividades terapéuticas para niños con trastorno por déficit de

atención e hiperactividad. México D.F. Trillas.

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