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llorón de 3 años que no se calla hasta que sus padres le compran la "el dulce¨” que quiere; la niña
que le falta el respeto a su madre gritando "¡porque no quiero!" en el restaurante.
Y hemos mirado a sus padres con cierto desdén, seguros de que nosotros nos portaríamos de
manera muy diferente si nuestros hijos se estuvieran portando de una forma tan maleducada.
Hasta que nos pasa a nosotros: nuestro niño tiene un ataque que nos coge completamente por
sorpresa. Y de repente, eres tú esa mamá o papá que no sabe qué hacer frente a una situación
tan difícil. La verdad es que todos los niños presentan problemas de conducta que ocurrirán en
edades diferentes, y será responsabilidad nuestra encontrar la mejor manera de solucionarlos.
¿Por qué es la disciplina un dilema tan grande? Porque ponerla en práctica es como andar por la
cuerda floja. Por un lado está el peligro de ser demasiado permisivos, porque nadie quiere criar a
niños consentidos y tiranos; por el otro, está el miedo de controlarlos excesivamente, porque
tampoco queremos ser tan duros que lleguemos a criar a niños miedosos, tímidos y tristes.
Lo que necesitamos es encontrar un término medio para lograr educar a niños respetuosos,
afectuosos y que se porten bien.
Para preparar el escenario y disciplinar a los niños con éxito, éstas son las reglas básicas con las
que están de acuerdo muchos expertos:
1. Todos tenemos responsabilidades. Hay que enseñar a los niños, desde el principio, que en la
familia hay un sistema de apoyo recíproco, por el cual todos se ayudan y colaboran. Hasta un bebé
puede "ayudarte" a cogerlo, levantando sus bracitos hacia ti.
2. El respeto tiene que ser mutuo. Una de las quejas más comunes de los padres con relación a
sus hijos y viceversa es: "No me estás escuchando". Procura dar un buen ejemplo desde el
principio, y cuando tu niño trate de decirte algo, interrumpe lo que estés haciendo, ponle atención y
escúchalo. Así más tarde podrás exigirle el mismo comportamiento.
4. La vida no siempre es justa. Los padres tenemos mucho miedo de decepcionar a nuestros
niños, demasiado, dicen muchos expertos. Pero, si los niños nunca pasan por situaciones
dolorosas o frustrantes, como al tener que compartir un juguete o esperar su turno, o si nunca
sienten tristeza ni desilusión, no tendrán la oportunidad de desarrollar las destrezas psicológicas
esenciales para su felicidad. Es decir, que si tu niño se enfada porque a su hermanito más
pequeño le ha tocado un castigo diferente, por ejemplo, está bien que le digas: "Sé que te parece
injusto, y siento que te moleste, pero la vida no siempre es justa".
Refuerzos positivos y negativos frente al manejo de la autoridad
Luis A cortes
Sandra B
Grado 11ª
Trabajo social
Bogotá 5 de abril
Siempre debemos tener muy claro unas pautas de crianza en familia para que
nuestros hijos sean reflejo de nosotros, los padres permisivos no son buenos
porque están criando y educando un hijo para que en la sociedad sea mediocre
inseguro y tome caminos equivocados con su vida como drogas, alcohol, malas
costumbres que terminara de la peor manera
Existen tipos de padres, que educan sus hijos de acuerdo a sus creencias sobre
el cual es la teoría, de acuerdo a su percepción, que ellos tienen como respecto
a cómo criar y educar a sus hijos de una manera más efectiva.
Un padre ejemplar que debemos tener en casa son esos padres que muestran
un ambiente familiar con normas y al mismo tiempo amor.
Son padres que ejercen control de sus hijos están pendientes de sus acciones
brindan consejos, y practican valores como la responsabilidad, honestidad.
2. El padre permisivo
Este tipo de padre es también conocido como un padre democrático, el cual es bajo en reglas
y alto en amor.
Este tipo de padre no es el ideal trata a sus hijos de igual a igual.
Muchos padres permisivos dicen que tratan a sus hijos como si fueran sus amigos, buscan la
aceptación de ellos e intentan apoyarlos en todo y no se dan mucha cuenta que sus hijos no
necesitan amigos sino figuras de autoridad que los guíen en su camino y los instruyan en lo
que deben y no deben hacer.
El padre permisivo tiene un mínimo de reglas y son poco firmes cuando sus hijos les
desobedecen.
El padre permisivo no sabe poner límites a sus hijos.
Dejan que se desarrollen conforme a sus criterios e inclinaciones sin exigirles mucho.
Los hijos de los padres permisivos se vuelven muy exigentes, caprichosos y autoritarios.
Este tipo de padre perjudica a sus hijos pues les resulta muy difícil negarles cualquier cosa
que les pidan.
Los padres permisivos, la mayoría del tiempo consienten los caprichos de sus hijos casi en su
totalidad.
3. El padre con autoridad
Este es el tipo de padre ideal pues mantiene su figura de autoridad en frente de sus hijos
dentro de un ambiente afectuoso y estimulante.
Establece límites claros mientras permite que sus hijos se expresen libremente.
La comunicación que el padre con autoridad y sus hijos mantiene es bastante semejante a la
perfecta.
Los padres con autoridad no ejercen el control absoluto sobre sus hijos. Son altos en reglas
pero también altos en amor.
El padre que demuestra autoridad enseña a sus hijos a ser responsables por sus acciones
dentro del ámbito familiar, con sus amigos y en la sociedad en general.
Este tipo de padre permite que los niños crezcan con plena confianza en ellos mismos, y que
sean independientes, creativos, adaptados socialmente y maduros.
Las siguientes cuestiones describen pequeños y grandes problemas a los que, a menudo, te
has enfrentado, te enfrentas o puedes enfrentarte en la educación y crianza de tus hijos. Usa
tu experiencia y selecciona la contestación que darías tú si estuvieses en esa situación.
Aunque consideres que pueden ser varias las que darías, elige, por favor,
únicamente una respuesta para cada una de ellas.
1. Cada vez que la madre de Quique ve la televisión, él comienza a hacer ruido, de tal
forma que le impide ver su programa favorito. ¿Qué harías tú si fueses su madre?.
2. Quieres que tu hijo haga los deberes en casa. ¿Qué harías tú?.
4. Luisa algunas veces dice palabrotas, pero únicamente cuando está delante de su madre.
La madre de Luisa ha explicado a su hija con claridad, lo desagradable que es para ella oir
esas palabras. ¿Qué harías tú si fueses su madre?.
Piensas que cuando esté preparado lo hará él sólo sin necesidad de que se le enseñe.
Le enseñas a recoger su plato y le dices lo bien que lo ha hecho cuando lo recoja.
Recoges su plato, bastante tiene con ir a clase todos los días.
Enfadarte cada vez que no recoge su plato.
El clásico niño malcriado es aquel al que le resuelven todo, cuando ya es capaz de vestirse y
comer, así como de tener hábitos de limpieza y cuidado de sus cosas. No respeta límites, mucho
menos la autoridad, a menos que sea por miedo; no sabe que existen horarios, ni lugares para
comer; reglas y consecuencias claras cuando éstas no se cumplen, y razones por las cuales las
Como padres, vemos a la sobreprotección como una muestra extraordinaria de amor que nuestro
hijo aprecia, sin darnos cuenta de la otra cara de la moneda: le quitamos la oportunidad de sentirse
sus actos.
Las reglas, los límites y las consecuencias ayudan a los niños a predecir su medio
De esta manera les sembrarán seguridad en sí mismos y autonomía, ya que saben qué va a pasar
Cuando consentimos, actuamos de manera egoísta, debido a que nuestra principal preocupación
es la de ser incapaces de reaccionar adecuadamente si nuestro hijo pasa por una situación difícil.
Si yo dejo hacer lo que sea, no le estoy dejando ver que me importa y que estoy pendiente de él,
Podemos malcriarlo de dos maneras: dándole cosas materiales sin que realmente las necesite o
haciéndonos responsables de acciones que le corresponden para estar tranquilos. Cuando él pide
y pide, y no está satisfecho, no necesita más cosas ni atención las 24 horas, sino tiempo de
calidad.
Una persona que es educada así, será poco madura a nivel afectivo, porque está acostumbrada a
que piensen por ella y la defiendan, lo que a la larga conduce a que sea irresponsable con las
Llámale la atención de manera inmediata cuando esté realizando algo indebido. Muéstrate con
Establece consecuencias congruentes a las faltas (no exageradas), que sean inmediatas a la
Evita los castigos físicos: privarlo de tu sonrisa y de tu compañía puede ser la consecuencia más
dura.