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Método de Investigación Filosófica: Teoría Crítica

Conocimiento e Interés1

Reseña por Juan Eduardo González Reyes2

Habermas retoma los análisis de Horkheimer sobre la diferencia entre teoría tradicional y teoría
crítica, explicitando aspectos semánticos e históricos relacionados con el término teoría, el cual en
primera instancia tiene que ver con una actitud, pero, no cualquier actitud, más bien, la más cara
referida en tiempo alguno a la filosofía: la actitud contemplativa. Tal actitud es la que permite que
el ser humano se represente como parte del cosmos, dicho en otros términos, el ser humano se
identifica o asemeja al cosmos (a esto se lo puede denominar o tiene que ver con la mimesis). Una
actitud contemplativa del cosmos está relacionada directamente con el aporte que Parménides dejó
como herencia referida a la delimitación de ser y tiempo, según la cual es posible entender el logos
(conocimiento) libre de los avatares temporales y de la incertidumbre de la opinión. Una actitud
contemplativa (teoría) no es otra cosa que una forma particular de ver o de vivir la vida, que es en
sí misma una forma de comportamiento (ética).

Más o menos al mismo tiempo con los análisis de Horkheimer, aparecieron los de Husserl
encaminados a señalar la crisis que sobrecogió a la ciencia en el periodo de entreguerras y producto
de lo que representó la Primera Gran Guerra, en palabras de Husserl: “en nuestra existencia en
crisis (…) la (…) ciencia no tiene nada que decirnos” (Habermas, 1968. Trad. Hoyos Vásquez, p.
62). Los análisis de Husserl no eran otra cosa que una crítica al pretendido objetivismo que
enarbolara el positivismo de esos días, el cual querían transplantar de las ciencias empírico-
analíticas (ciencias naturales) a las ciencias del espíritu (ciencias sociales) y a las ciencias
histórico-hermenéuticas –“que tienen que ver con la esfera de lo transitorio y de la simple opinion”
(Habermas, 1968. Trad. Hoyos Vásquez, p. 63).

Otro de los cometidos del positivismo de esos días, identificado por Horkheimer y por Husserl,
tiene que ver con la pretensión de separar por una parte el conocimiento (el cual se lo puede
aproximar al producto de la teoría) y por otra el interés (referido este, entre otros aspectos, a las

1
Se trata de una obra de Jürgen Habermas traducida al español por Guillermo Hoyos Vásquez.
2
Filósofo. Especialista en Educación, Cultura y Política (UNAD). Estudiante de la Maestría en Filosofía
Latinoamericana (USTA).
pasiones), propósito adelantado desde perspectivas psicológicas y epistemologías; todo esto en
aras del supuesto rigor metodológico; la propuesta de separación en esos términos se la entendió
con la expresión “libertad valorativa” (Habermas, 1968. Trad. Hoyos Vásquez, p. 63), algo así
como quitar las pasiones para que no nublen el procedimiento empleado (método) con el cual se
busca una interpretación del mundo. Intentar separar conocimiento e interés equivale a separar los
valores (p. ej., valores éticos) de los hechos, esto es: separar el deber ser del puro ser. También se
lo puede entender como la separación de teoría y cosmos, de la actitud contemplativa y el objeto-
mundo contemplado. El resultado de la escisión de los elementos fundamentales del análisis
(conocimiento e interés) genera invalidar el papel de la praxis (la puesta en práctica del
conocimiento), con lo cual la teoría queda apenas al servicio de aspectos de tipo normativo.

Los análisis de Husserl para delimitar los puntos críticos en relación con la ciencia de sus días
tienen como pivote la fenomenología y procuran recuperar el papel de la teoría pura y su
respectiva incidencia y valor para la vida. Habermas va a identificar los tres puntos que merecen
atención en relación con la crítica propuesta de Husserl. Primero: en lugar del pretendido
objetivismo promulgado por las ciencias empírico-analíticas, lo que se presenta es la búsqueda de
sentido de forma subjetiva; segundo: la fenomenología va a ser la forma (o el método) cómo (con
el que) se consiga separar los intereses (subjetividad) del conocimiento, promoviendo una actitud
estrictamente contemplativa; tercero: a través de la “descripción fenomenológica (autorreflexión
trascendental)” (Habermas, 1968. Trad. Hoyos Vásquez, p. 65), que Husserl identifica con la pura
teoría, y optando por una conversión por la que se debe decidir el filósofo, este se puede liberar
de sus intereses vitales.

Habermas sostiene que dicha separación de conocimiento e interés no tiene fundamento, ya


que es justamente el interés lo que posibilita la emancipación, lo que sí corresponde es una
purificación del interés, esto es, una purificación de las pasiones, todo esto en el marco de la polis,
que es donde la comunicación e interacción tienen lugar.

Referencias Bibliográficas

Habermas, J. (1968). Conocimiento e Interés. (G. Hoyos Vásquez, Trad.) Frankfurt del Meno:
Taurus.

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