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REPÚBLICA DE COLOMBIA

TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE BOYACÁ


SALA DE DECISIÓN No 2

Tunja, 1 2 SEP 2010

Medio de Control: Nulidad y restablecimiento del derecho


Demandante: Hermes Orlando Tibaduiza Moreno
Demandado: Instituto de Transito de Boyacá
Expediente : 15001-33-33-0060-2014-00100-01

Magistrado ponente: Luís Ernesto Arciniegas Triana

Procede la Sala a resolver el recurso de apelación interpuesto por la parte


demandante contra la sentencia proferida el 10 de diciembre de 2015, por el
Juzgado Sexto Administrativo Oral del Circuito de Tunja, que negó las
pretensiones de la demanda.

I. ANTECEDENTES

La parte actora, por intermedio de apoderado judicial, concurre a través del


medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho, según lo indica el
artículo 138 del C.P.A.C.A., con el fin de obtener la nulidad de las Resoluciones
Nos. 152384583192 y 99999999000000678020 del 27 de abril de 2012,
notificadas el 21 de agosto de 2013, bajo la escritura pública 1551 de la Notaria
Primera de Duitama. Subsidiariamente, la nulidad de las Resoluciones Nos.
152384583192 y 99999999000000678020 del 27 de abril de 2012, notificadas
el 21 de agosto de 2013, así como de la Resolución No. 254 de 06 de diciembre
de 2013.

A título de restablecimiento del derecho, solicitó que se le restituya el derecho


a conducir vehículos automotores, no se le cobre el comparendo objeto de
demanda y se le paguen los perjuicios causados en cuantía de 100 smlmv por
concepto de perjuicios morales y $ 32.000.0000 a título de daño emergente.

Así mismo, pidió que al liquidar las sumas dinerarias a su favor los valores sean
reajustados en los términos del artículo 187 del C.P.A.C.A., y que se indexen
las diferencias resultantes entre lo reconocido en la pretensión anterior y hasta
la fecha en que se de el pago efectivo, y que se condene a la demandada a pagar
las costas del proceso, de conformidad con el artículo 188 de la misma
disposición.

II. FUNDAMENTOS FÁCT1COS

Manifestó que el día 5 de febrero del año 2012, cuando iba conduciendo su
vehículo automotor fue requerido por agentes de la policía en la vía que de
Tunja conduce al municipio de Paipa, kilómetro 198+200, por lo que detuvo la
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marcha y se le solicito la práctica de pruebas de alcoholimetría a lo cual


accedió. Aseguró que los resultados de la prueba fueron negativos, pero que fue
conducido a la Clínica Medilaser para la práctica del examen médico de
embriaguez. Una vez allí indica que solamente revisaron sus signos vitales, sin
práctica de exámenes ni entrega de resultados. Adujo que se elaboraron por
parte del agente de tránsito dos comparendos, se le inmovilizó el vehículo y se
retuvo de manera preventiva la licencia de conducción.

Indicó que al estar en desacuerdo con el procedimiento adelantado por el agente,


solicitó se iniciara el trámite de audiencia pública. Narró, cómo desde su punto
de vista, la actuación que se surtió a partir del 6 de febrero de 2012 ante el
ITBOY, Punto Localizado en Cómbita, se adelantó sin prueba acerca de su
embriaguez, pues dicha prueba solo fue aportada hasta el día 10 de febrero de
2012, en una diligencia a la cual no se le cito y donde rindió interrogatorio el
agente de tránsito allegando copia simple del dictamen de embriaguez
practicado en la Clínica MEDILASER, pero sin los test de alcoholimetría.

Por todo ello, debió solicitar el aplazamiento de las diligencia para ir


acompañado de un abogado y solicitar pruebas, como las declaraciones de las
personas que lo acompañaban el día de los hechos. Relató que mediante derecho
de petición solicitó a la Clínica Medilaser, se le informara si había sido expedido
el dictamen que aparecía en el expediente, petición que le fue resuelta el 9 de
marzo de 2012, y en la cual se le manifestó que en los archivos de la entidad no
reposaba ninguna prueba de embriaguez a su nombre.

Señaló el sinnúmero de vicisitudes que sufrió el trámite del proceso y por ello
solo hasta el día 12 de febrero de 2013, se concluyó audiencia de alegatos y
fallo, diligencia en la que se interpuso recurso de apelación. Posteriormente, el
22 de mayo de 2014, se llevó a cabo audiencia de conciliación fallida como
requisito de procedibilidad previo a acudir a la jurisdicción.

III. ACTUACIÓN PROCESAL

La demanda fue admitida mediante auto de fecha 29 de julio de 2014 (fls. 132-
133), en el que además se ordenó notificarla a la entidad accionada y al agente
del Ministerio Público, de conformidad con lo previsto en los artículos 171 y
199 del C.P.A.C.A., modificado por el artículo 612 del C.G.P.

1. -Contestación de la demanda

La entidad demandada contestó la demanda (fls. 160-190) en los siguientes


términos:

Señaló que el procedimiento efectuado por el policía de carreteras Danny


Guzmán Leiva el día 5 de febrero de 2012, y que arrojó como resultado la orden
de comparendo No. 99999999000000678020, se ajustó a los parámetros legales
conforme se evidencia en la declaración rendida bajo la gravedad de juramento
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en la diligencia de fecha 24 de febrero de 2012, donde se narra que en efecto al


demandante se le efectuó prueba de alcoholemia con un sensor manual,
dispositivo electrónico portátil utilizado para determinar la simple presencia de
alcohol en el sujeto examinado, más no el nivel, de modo tal que al arrojar
positivo, procedió a inmovilizar el vehículo automotor de placas DUD591 y a
trasladar al señor Tibaduiza a la Clínica Medilaser de la Ciudad de Tunja, para
la práctica del examen clínico de embriaguez.

En tal sentido, indicó que el procedimiento del examen clínico forense de


embriaguez, está a cargo del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses (en adelante ICMLCF) y lo regulan las Resoluciones No. 000414 de
27 de agosto de 2002 y 1183 de 2005 y con base en esas normas la
determinación del grado de embriaguez mediante examen clínico, puede ser
definido válidamente por todos los profesionales médicos del país.

En ese orden de ideas, sostuvo que el examen clínico realizado el 5 de febrero


de 2012 a la madrugada por el Dr. Ángel F. Acevedo, es prueba irrefutable del
estado de embriaguez del demandante, pues arrojó positivo para alcoholemia en
segundo grado, por presentar signos y síntomas característicos de dicho estado.
Sobre el punto, resaltó que de acuerdo a lo descrito en la actividad No. 5, de la
Resolución No. 001183 de 14 de diciembre de 2005, el dictamen del examen
clínico de embriaguez es remitido y/o entregado por el médico tratante a la
autoridad solicitante, en este caso al agente Danny Guzmán, documento que
resaltó, no es susceptible de cadena de custodia, por cuanto aquella aplica
cuando existen evidencias físicas anexas y/o se recolectan muestras producto de
pruebas paraclínicas.

En relación con la caducidad, sostuvo que no se configura si se tiene en cuenta


que los hechos que motivaron la imposición del comparendo No.
99999999000000678020 trascurrieron durante la madrugada del 5 de febrero
de 2012, por lo que el centro de atención de Combita, contaba hasta el 5 de
agosto de 2012, para emitir y notificar las resoluciones de suspensión de licencia
de conducción y declaratoria de contravención a las normas de tránsito, como
en efecto se cumplió.

Adujo que el proceso contravencional se surtió en los términos de ley y cada


una de las decisiones tomadas fueron emitidas por la autoridad competente y
que en caso de haberse observado algún tipo de nulidad o vicio, este debió
alegarse en tiempo, y al no hacerlo se debía entender convalidado, por lo que se
le respeto y salvaguardó en toda la actuación su derecho de defensa y
contradicción.

2. Audiencia inicial

Mediante auto de 23 de abril de 2015 se fijó fecha para llevar a cabo audiencia
inicial, de conformidad con lo previsto en el numeral 1° del artículo 180 del
C.P.A.C.A (fl. 99).
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Evacuadas las etapas previstas en la audiencia inicial celebrada el 4 de junio de


2015, el a quo no advirtió la existencia de causales de nulidad, fijó el litigio y
decretó las pruebas solicitadas con la demanda y su contestación (206-211)

3. Audiencia de pruebas

El 22 de julio de 2015 (fl. 246) se realizó la audiencia de pruebas, oportunidad


en la que se dispuso apreciar con el correspondiente valor probatorio la
información allegada y correr traslado para alegar de conclusión por escrito,
término durante el cual las partes presentaron sus respectivos escritos (fis. 258-
277).

Advirtiendo la necesidad de decretar pruebas de oficio, mediante auto de fecha


09 de Septiembre de 2015, se decretó prueba de oficio en relación el examen
clínico de embriaguez y en tal sentido se ofició a Clínica Medilaser.

IV. FALLO RECURRIDO

El Juzgado Sexto Administrativo Oral del Circuito de Tunja, mediante fallo


proferido el 1° de diciembre de 2015 (fis. 296-318), negó las pretensiones de la
demanda, por las siguientes razones.

Señaló que de acuerdo con el marco normativo que rige la imposición de


sanciones por infracciones de tránsito conforme al Código Nacional de Tránsito
Terrestre —CNTT- Ley 769 de 2002, se establecen no solo los conceptos sobre
alcoholemia y comparendo y las sanciones por infracciones de tránsito, sino
también el procedimiento ante la comisión de una infracción de tránsito a partir
del artículo 135 de dicho estatuto. Refirió como la jurisprudencia de la Corte
Constitucional, ha indicado cual es el procedimiento sancionatorio en materia
de tránsito', resaltando que se inicia con la orden de comparendo, para luego
pasar a la audiencia de presentación del inculpado donde tendrá la posibilidad
de aceptar o negar los hechos que dieron lugar al comparendo y de ser necesario
fijar fecha y hora para audiencia pública.

Realizó un análisis acerca de la caducidad de la acción por contravención de las


normas de tránsito y su relación con la facultad sancionadora el Estado
consagrada en el artículo 38 del Decreto 01 de 1984, concluyendo que de
acuerdo con la jurisprudencia del Consejo de Estado, la anterior disposición se
ha aplicado a toda clase de procedimientos sancionatorios y que en tal sentido
acogía la tesis según la cual a efectos de interrumpir el término de tres (3) años
de caducidad previsto en la ley, basta con que el funcionario administrativo
expida y notifique el acto administrativo principal, circunstancia que se
acompasa con lo estipulado en el artículo 52 de la Ley 1437 de 2011,
entendiendo para el caso concreto que los seis meses de que trata el artículo 161
del CNTT, se deben entender como el plazo con el que cuenta la administración
Corte Constitucional, sentencia T-616 de 2003, MP. JAIME ARAUJO REN
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para expedir y notificar el acto administrativo sancionatorio sin importar si en


contra del mismo se interponen recursos o no.

En extenso se refirió a la normatividad y procedimiento aplicable a los


dictámenes de embriaguez, en donde señaló cuales son los procedimientos para
determinar la embriaguez alcohólica, entre ellos la prueba de alcoholemia y el
examen clínico.

Luego de valorar las pruebas allegadas, encontró acreditado que:


i) En efecto el día 5 de febrero de 2012 en la vía que de Tunja conduce
a Paipa kilómetro 19+200 se le impuso un comparendo nacional al
Señor HERNIES TIBADUIZA MORENO, por estar aparentemente
infringiendo el art. 152 "conducir en estado de embriaguez un
vehículo Ley 769 de 2002, documento que fue firmado bajo la
gravedad de juramento por el Agente de Tránsito".
ii) Se retuvo de manera preventiva la licencia de conducción del señor
Tibaduiza, se diligenció el formato "FORMATO SOLICITUD DE
ANÁLISIS DE EMP O EF —FPJ-10", dirigido a la Clínica Medilaser.
iii) El 7 de febrero de 2012, se avoca conocimiento por parte del jefe de
punto de atención Cómbita y se declaró abierta la investigación, allí
se recibieron descargos. Hizo un recuento de toda la actuación
desplegada ante el organismo de tránsito.
iv) La prueba o dictamen de embriaguez cumplió con las reglas
establecidas para su práctica y es plenamente válido, fue expedido por
un médico autorizado.
v) Que los actos administrativos enjuiciados sí fueron notificados al
demandante y/o a su apoderado en los términos de ley, esto es siendo
expedidas las Resoluciones el día 27 de abril de 2012, la notificación
personal sobrevino el 25 de mayo de 2012, tal y con el mismo
apoderado lo expuso en el derecho de petición que radicó ante el
ITBOY el 01 de junio de 2012 (fi. 44 C-2) Por lo que si se dio durante
los seis que establece la norma no hay caducidad.
vi) Se respetó el debido proceso y cada una de las etapas procesales.
vii) No existió la falta de competencia alegada, dado que, todas las actas
documentos que se levantaron dentro del proceso fueron suscritas por
el Jefe del punto de atención de Combita. Tampoco se demostró que
el demandante hubiese alegado dicha situación en ninguna de las
diligencias.

V. SUSTENTACIÓN DE LA APELACIÓN

La parte demandante radicó escrito de recurso de apelación en término. El


recurso se concreta en los siguientes puntos:
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1. Desconocimiento de derechos y garantías procesales. Error en la


valoración probatoria.

Señaló que en el trascurrir procesal se desconoció el principio de buena fe y de


presunción de inocencia de su prohijado señor HERMES TIBADUIZA
MORENO, en razón a que todo el proceso administrativo de imposición de
sanción se adelantó tomando como eje una prueba de embriaguez inválida o en
su criterio inexistente, o lo que es peor una prueba que se dice que "quizás"
existió, pero que con certeza no se sabe de donde proviene, pues ni siquiera la
entidad que se supone la emitió tiene en su poder ni el original, ni una copia.

Alega que no es cierto que la prueba "de embriaguez" la pueda practicar


cualquier galeno, sino que la norma solo autoriza únicamente al ICMLCF;
mucho menos que tal documento no requiera de cadena de custodia, pues la
norma especial señala que la entidad debe archivar el informe junto con sus
anexos para prevenir su pérdida, daño, adulteración o deterioro. Insiste que
tampoco es cierto que se encontrara en grado de embriaguez No. 2, porque en
el "supuesto" dictamen las casillas 1 y dos se encuentran marcadas y es
imposible determinar cuál es la correcta, y que la mera concurrencia al lugar de
los hechos por sí sola no demuestra la práctica de la prueba.

Arguye que cuando MEDILASER es requerida, cambia su versión inicial sobre


no contar con ningún soporte ni registro del señor TIBADUIZA MORENO y
dice que POSIBLEMENTE el documento fue entregado a la autoridad de
policía, situación que solo refleja el alto grado incertidumbre acerca de la
realización de la prueba y en ese caso deberá operar el principio de que toda
duda debe resolverse a favor de su defendido.

2. Del procedimiento administrativo:

Aseguró que la notificación de la decisión de los actos demandados no se dio


en debida forma y que, la audiencia de que trata el CNTT estuvo abierta hasta
el 6 de diciembre de 2013, donde se notifica en estrados la decisión, fecha para
la cual la caducidad ya había operado.

VI. TRÁMITE DE LA ACCIÓN EN SEGUNDA INSTANCIA

Por auto de 28 de enero de 2016, el a quo concedió para ante esta Corporación
el recurso de apelación interpuesto (fl. 344).

En providencia del 26 de febrero de 2016 se admitió el recurso de apelación


interpuesto por la demandante (fl. 350).

A través de proveído de 1 de abril de 2016, se abstuvo el despacho de fijar fecha


para la realización de audiencia de alegaciones y juzgamiento, corriendo
traslado para alegar de conclusión, tal y como lo autoriza el numeral 4° del
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artículo 247 del C.P.A.C.A. (fi. 353), las partes allegaron sus respectivos
alegatos.

VII. CONSIDERACIONES

1. Problema jurídico

El problema jurídico que debe resolverse consiste en determinar si los actos


administrativos demandados y mediante los cuales se declaró contraventor de
las normas de tránsito al señor HERNIES ORLANDO TIBADUIZA MORENO,
imponiéndole como sanción la suspensión de la licencia de conducción por el
término de dos años, se encuentran ajustados a derecho, o si por el contrario
deben ser declarados nulos ordenado el restablecimiento del derecho a conducir
vehículos, exoneración del comparendo y finalmente, el pago de los perjuicios
de orden moral y material deprecados en la demanda.

Para tal fin, la Sala abordará el estudio de los siguientes temas: i.)Debido
proceso e infracciones de tránsito conforme al CNTT; ii.) La caducidad de la
acción por contravención de normas de tránsito; iii.) Normatividad y
procedimiento aplicable frente a la determinación del estado de embriaguez, y
vi) El caso concreto.

2. Debido proceso administrativo en asuntos de tránsito

El debido proceso es un derecho constitucional fundamental, regulado en el


artículo 29 Superior, aplicable a toda clase de actuaciones administrativas y
judiciales, en procura de que los habitantes del territorio nacional puedan
acceder a mecanismos justos, que permitan cumplir con los fines esenciales del
Estado, entre ellos, la convivencia pacífica, la cual cobra gran relevancia en
materia de tránsito.2

Este derecho fundamental, para quienes tengan a su cargo el desarrollo de un


proceso judicial o administrativo, implica la obligación de mantenerse al tanto
de las modificaciones al marco jurídico que regula sus funciones, pues de lo
contrario, su conducta puede acarrear la ejecución de actividades que no les han
sido asignadas o su ejecución conforme con un proceso no determinado
legalmente. En este punto, resulta adecuado traer a colación el Artículo 6°
Superior, en cuanto dispone que todo servidor público responde por infringir la
Constitución y la ley y por la "omisión o extralimitación en el ejercicio de sus
funciones", en concordancia con el Artículo 121 del mismo texto, en el que se
determina que aquellos pueden ejecutar únicamente las funciones que se
determinen en la Constitución y en la ley.

Sentencia C-214 de 1994. "En esencia, el derecho al debido proceso tiene la función de defender y preservar
el valor de la justicia reconocida en el preámbulo de la Carta Fundamental, como una garantía de la
convivencia social de los integrantes de la comunidad nacional".
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En tal virtud, el principio de legalidad es una restricción al ejercicio del poder


público, en atención a la cual "las autoridades estatales no podrán actuar en
forma omnímoda, sino dentro del marco jurídico definido democráticamente,
respetando las formas propias de cada juicio y asegurando la efectividad de
aquellos mandatos que garantizan a las personas el ejercicio pleno de sus
derecho s ."3

Por otro lado, desde la perspectiva de los ciudadanos inmersos en una actuación
administrativa o judicial, el debido proceso constituye una garantía para el
acceso a la administración de justicia, de tal forma que puedan conocer las
decisiones que los afecten e intervenir, en términos de igualdad y transparencia,
para procurar la protección de sus derechos e intereses legítimos. En este
sentido, el debido proceso se concibe como un escudo protector frente a una
posible actuación abusiva de las autoridades, cuando estas se desvíen, de
manera injusta, de la regulación jurídica vigente.4

La Corte Constitucional ha manifestado que el debido proceso comprende:

a) El derecho a la jurisdicción, que a su vez implica los derechos al libre


e igualitario acceso ante los jueces y autoridades administrativas, a obtener
decisiones motivadas, a impugnar las decisiones ante autoridades de jerarquía
superior, y al cumplimiento de lo decidido en el fallo.

b) El derecho al juez natural, identificado este con el funcionario que tiene la


capacidad o aptitud legal para ejercer jurisdicción en determinado proceso o
actuación de acuerdo con la naturaleza de los hechos, la calidad de las personas
y la división del trabajo establecida por la Constitución y la ley.

c) El derecho a la defensa, entendido como el empleo de todos los medios


legítimos y adecuados para ser oído y obtener una decisión favorable. De este
derecho hacen parte, el derecho al tiempo y a los medios adecuados para la
preparación de la defensa; los derechos a la asistencia de un abogado cuando
se requiera, a la igualdad ante la ley procesal, el derecho a la buena fe y a la
lealtad de todas las demás personas que intervienen en el proceso.

d) El derecho a un proceso público, desarrollado dentro de un tiempo razonable,


lo cual exige que el proceso o la actuación no se vea sometido a dilaciones
injustificadas o inexplicables.

e) El derecho a la independencia del juez, que solo tiene efectivo reconocimiento


cuando los servidores públicos a los cuales confía la Constitución la tarea de
administrar justicia, ejercen funciones separadas de aquellas atribuidas al
ejecutivo y al legislativo.

j) El derecho a la independencia e imparcialidad del juez o funcionario, quienes


siempre deberán decidir con fundamento en los hechos, de acuerdo con los
imperativos del orden jurídico, sin designios anticipados ni prevenciones,
presiones o influencias ilícitas. "5

3 Sentencia C-980 de 2010.


4 Ibidem.
5 Sentencia C-980 de 2010.
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En lo concerniente al debido proceso administrativo, debe señalarse que se


encuentra regulado en el artículo 29 de la Constitución Política, en el cual se
determina la aplicación del debido proceso en "toda clase de actuaciones
judiciales y administrativas"; así como en el Artículo 209 del mismo texto y en
el numeral 1° del Artículo 3° de la Ley 1437 de 2011, normas en las que se
regula como un principio fundamental de la función administrativa.

Frente a este particular, en la Sentencia C-980 de 2010, la Corte Constitucional


señaló que el debido proceso administrativo ha sido definido
jurisprudencialmente como:

"(i) el conjunto complejo de condiciones que le impone la ley a la


administración, materializado en el cumplimiento de una secuencia de actos por
parte de la autoridad administrativa, (ti) que guarda relación directa o indirecta
entre sí, y (iii) cuyo fin está previamente determinado de manera constitucional
y legal "6. Ha precisado al respecto, que con dicha garantía se busca "(i)
asegurar el ordenado funcionamiento de la administración, (ii) la validez de sus
propias actuaciones y, (iii) resguardar el derecho a la seguridad jurídica y a la
defensa de los administrados"7.

En la misma providencia, se determinó que las garantías establecidas en virtud


del debido proceso administrativo, de acuerdo a la jurisprudencia sentada por
ese alto Tribunal, son las siguientes:

"(i)ser oído durante toda la actuación, (ii) a la notificación oportuna y de


conformidad con la ley, (iii) a que la actuación se surta sin dilaciones
injustificadas, (iv) a que se permita la participación en la actuación desde su
inicio hasta su culminación, (v) a que la actuación se adelante por autoridad
competente y con el pleno respeto de las formas propias previstas en el
ordenamiento jurídico, (vi) a gozar de la presunción de inocencia, (vii) al
ejercicio del derecho de defensa y contradicción, (viii) a solicitar, aportar y
controvertir pruebas, y (ix) a impugnar las decisiones y a promover la nulidad
de aquellas obtenidas con violación del debido proceso."

Para las autoridades públicas, el debido proceso administrativo implica una


limitación al ejercicio de sus funciones, puesto que en todo proceso, desde su
inicio hasta su fin, deben obedecer de manera restrictiva a los parámetros
procedimentales determinados en el marco jurídico vigente. Con lo anterior se
pretende eliminar todo criterio subjetivo que pueda permear el desarrollo de los
procesos administrativos y, a su vez, evitar la conducta de omisión, negligencia
o descuido en que puedan incurrir los funcionarios relacionados en el proceso.

Lo antes mencionado, cobra especial importancia cuando se trata del proceso


administrativo sancionador', el cual constituye una facultad de las autoridades

6Sentencia T-796 de 2006.


Ibidem.
8 La facultad sancionadora de la administración, de acuerdo a la Sentencia C-530 de 2003, "es una disciplina
compleja pues recubre, como género, al menos cinco especies: el derecho penal delictivo, el derecho
contrcrvencional, el derecho disciplinario, el derecho correccional y el derecho de punición por indignidad
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públicas para el cumplimiento de sus decisiones de carácter correctivo (dirigida


a los particulares) o disciplinario (aplicada a los servidores públicos).9 Las
decisiones correctivas están reguladas, en principio, con un fin preventivo para
que los administrados se abstengan de incurrir en conductas que puedan, entre
otras cosas, afectar la convivencia social, fin esencial del Estado. De ahí que el
proceso administrativo sancionatorio, desde esta perspectiva, constituye un
límite a las libertades individuales en aras de garantizar el orden público.'

En materia de tránsito, el derecho administrativo sancionador es aplicado desde


su óptica correctiva, para que los particulares se abstengan de incurrir en las
conductas que les están proscritas de acuerdo al Código Nacional de Tránsito y,
en caso de hacerlo, se pretende que la administración esté facultada para
imponer y hacer cumplir las sanciones a que haya lugar.

Se resalta que las sanciones en materia de tránsito se imponen para regular las
conductas de aquellas personas que realizan una actividad peligrosa, como la
conducción de vehículos automotores, con la cual están en riesgo valores tan
importantes para el Estado como la vida y la seguridad de sus ciudadanos, con
lo que se busca, en todo caso, preservar el orden público."

Al respecto, en la Sentencia C-530 de 2003 se indicó lo siguiente:

"la Corte ha señalado que el derecho disciplinario es una modalidad de derecho


sancionatorio, por lo cual los principios del derecho penal se le aplican, mutatis
mutandin , pues las garantías sustanciales y procesales a favor de la persona
investigada se consagran para proteger los derechos fundamentales del
individuo y para controlar la potestad sancionadora del Estado, por lo cual
operan, con algunos matices, siempre que el Estado ejerza una función punitiva.
Por ello la Constitución es clara en señalar que el debido proceso se aplica a
toda clase de actuaciones judiciales y administrativas (CP art. 29).

(...)
la potestad punitiva del Estado agrupa el conjunto de competencias asignadas a
los diferentes órganos para imponer sanciones de variada naturaleza jurídica.
Por ello, la actuación administrativa requerida para la aplicación de sanciones,
en ejercicio de la potestad sancionadora de la administración -correctiva y
disciplinaria- está subordinada a las reglas del debido proceso que deben
observarse en la aplicación de sanciones por la comisión de ilícitos penales (CP
art6. 29), con los matices apropiados de acuerdo con los bienes jurídicos
afectados con la sanción".

El anterior principio, implica entonces que se tengan en cuenta otras garantías


como el derecho defensa y contradicción, esto es el derecho de toda persona a
ser oída, controvertir, contradecir y objetar pruebas, solicitar la práctica de
aquellas o interponer recursos.

política o "impeachment". Corte Suprema de Justicia, sentencia 51 de 14 de abril de 1983. MP Manuel Gaona
Cruz, reiterado por la Corte Constitucional. Sentencia C-214 de 1994.
9 Sentencia C-214 de 1994.
lo Sentencias C-530 de 2013 y C-214 de 1994.
11 Véase, entre otras, las Sentencias C-980 de 2010, C-530 de 2010 y C-309 de 1997.
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Al respecto, doctrinariamente, se ha establecido que el derecho de defensa:

"concreta la garantía de la participación de los interlocutores en el discurso


jurisdiccional, sobre todo para ejercer sus facultades de presentar
argumentaciones y pruebas. De este modo, el derecho de defensa garantiza la
posibilidad de concurrir al proceso, hacerse parte en el mismo, defenderse,
presentar alegatos y pruebas. Cabe decir que este derecho fundamental se
concreta en dos derechos: en primer lugar el derecho de contradicción, y, en
segundo lugar, el derecho a la defensa técnica."'

El derecho de defensa, puntualmente, se centra en la posibilidad de que el


administrado conozca y tenga la posibilidad de hacer parte del procedimiento
que lo involucra y, a partir de ahí, exponer su posición y debatir la de la entidad
correspondiente por medio de los recursos y medios de control dispuestos para
el efecto. Por su parte, el derecho de contradicción, tiene énfasis en el debate
probatorio, implica la potestad de presentar pruebas, solicitarlas, "participar
efectivamente en su producción" y en "exponer los argumentos en torno a lo
que prueban los medios de prueba"13 Uno de los requisitos para poder acceder
a esta garantía procesal es tener conocimiento de la actuación surtida por la
administración, en razón de ello, el principio de publicidad y, el procedimiento
de notificación que de él se desprende, constituye un presupuesto para su
ejercicio.

No cabe duda de que el principio de publicidad es uno de los presupuestos


esenciales del debido proceso administrativo, pues su finalidad es dar a conocer
la actuación desarrollada por la administración pública a la comunidad o a los
particulares directamente afectados, dependiendo de si el contenido del acto
administrativo es general o particular. Lo anterior, en aras de garantizar (i) la
transparencia en la ejecución de funciones por parte de los servidores públicos;
(ii) la eficacia y vigencia del acto administrativo y (iii) el oportuno control
judicial de las actuaciones desarrolladas por las autoridades.

Esta máxima jurídica se encuentra regulada en el artículo 29 Superior, en el que


se afirma que toda persona tiene derecho a "un debido proceso público sin
dilaciones injustificadas". Igualmente, en el artículo 209 ibídem se determinó
que toda función administrativa se debe ejecutar con base en el principio de
publicidad. Esto, en concordancia con los artículos 1° y 2° de la Constitución,
de acuerdo con los cuales, el mencionado principio constituye uno de los
elementos definitorios en nuestra concepción de Estado y permite el
cumplimiento de uno de sus fines esenciales: "facilitar la participación de todos
en las decisiones que los afectan"".

12 Bernal Pulido, Carlos. EL DERECHO DE LOS DERECHOS. Escrito sobre la aplicación de los derechos
fundamentales. Universidad Externado de Colombia, primera edición 2005. (págs. 333-377). Cita extraída de
la Sentencia T-544 de 2015.
''Desde ese enfoque, en la Sentencia T-46I de 2003, se indicó que la vulneración de la garantía de contradicción
"se presenta cuando se impide o niega la práctica de pruebas pertinentes, conducentes y oportunas en el
proceso".
14 Consejo de Estado, Sección Quinta, 24 de Junio de 2010.
Medio de Control: Nulidad y restablecimiento del derecho 12
Demandante: Hernies OrlandoTibaduiza Moreno
Demandado: Instituto de Transito de Boyacá
Expediente: 15001-33-33-006-2014-00100-01

En cuanto a su marco legal, el principio de publicidad se encuentra regulado en


el numeral 9° del artículo 3°, Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo, de cuyo texto se extrae que para su aplicación: (i)
las autoridades deben dar a conocer al público y a los interesados sus actos,
contratos y resoluciones; (ii) la publicación debe ser sistemática y permanente,
es decir, sin que haya una solicitud previa y (iii) la publicidad se debe hacer a
través de comunicaciones, notificaciones y publicaciones.

No está demás destacar que el principio de publicidad es de obligatorio ejercicio


para las autoridades administrativas y que su forma de ejecución dependerá del
contenido del acto o de la decisión que se tome. En efecto, si el acto es de
carácter general, la publicidad se debe hacer por medio de comunicaciones y
cobra gran importancia para que los interesados adelanten las acciones
reguladas en el ordenamiento jurídico para lograr un control objetivo; si se trata
de un acto administrativo particular, la publicidad debe hacerse efectiva por
medio de una notificación, después de la cual los interesados podrán ejercer un
control subjetivo a través del derecho de defensa y contradicción.

El caso bajo estudio, se centrará en la publicidad ejercida a través de la


notificación, ya que los procesos surtidos con motivo de una infracción de
tránsito implican la imposición de obligaciones particulares y concretas a
personas individualizadas. De ahí que, en el Código Nacional de Tránsito, se
deteimine que tanto los comparendos, como las decisiones proferidas a través
de un proceso contravencional deben notificarse bien sea de manera personal o
través del correo electrónico, para el primer caso o en estrados para el caso de
las segundas. Es pertinente resaltar que la finalidad de la notificación es poner
en conocimiento del particular afectado el inicio de una actuación en su contra,
de tal forma que pueda participar integralmente en cada etapa del procedimiento
administrativo y, de ser pertinente, ejercer su derecho de defensa y
contradicción.

Se advierte que la notificación implica que el administrado conozca realmente


el contenido del acto en cuestión; ya que no se pretende cumplir con un simple
requisito de trámite para continuar la actuación, sino que el administrado
conozca las decisiones que lo afectan y pueda defender sus intereses de fonna
oportuna.

En ese orden de ideas, cabe reiterar que la notificación se debe efectuar de tal
forma que el contenido del acto administrativo correspondiente se ponga en
conocimiento del directamente interesado, en aras de que pueda ejercer su
derecho de defensa. Una vez el administrado sea notificado, es posible hablar
de la vigencia y efectividad del acto administrativo. A este respecto, en la
Sentencia T-616 de 2006 se dijo que:

"La notificación de las decisiones que la Administración profiere en


desarrollo de un proceso y que afectan los intereses de las partes,
más que pretender formalizar la comunicación del inicio, desarrollo
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Demandante: Hermes OrlandoTibaduiza Moreno
Demandado: Instituto de Transito de Boyacá
Expediente: 15001-33-33-006-2014-00100-01

o agotamiento de una actuación, procura asegurar la legalidad de


las determinaciones adoptadas por aquélla, toda vez que al dar a
conocer sus actuaciones asegura el uso efectivo de los derechos de
defensa, de contradicción y de impugnación que el ordenamiento
jurídico consagra para la protección de los intereses de los
administrados."

Con el propósito de lograr el fin previsto en el ordenamiento jurídico para la


notificación, la administración debe agotar todos los mecanismos que tenga a
su alcance, de acuerdo con la regulación vigente, para lograr enterar al
particular de las decisiones que lo afecten. Sin embargo, una vez agotados todos
los medios de notificación, los procedimientos administrativos
correspondientes deben continuar, ya que, en todo caso, el principio de
publicidad no es absoluto.

Todos los aspectos anteriormente desarrollados, y que hacen alusión al debido


proceso administrativo, son entonces aplicables a la actuación que se adelanta
con ocasión de la comisión de infracciones de tránsito.

3. La caducidad de la acción por contravención de normas de tránsito:

Este aspecto debe abordarse desde un análisis del régimen sancionador en


materia del transporte terrestre.

En este punto, es necesario traer a colación la posición general de la


jurisprudencia, tanto la constitucional como la del Consejo de Estado, que han
sido reiterativas al identificar entre las características de la facultad
sancionadora del Estado las siguientes:

- La facultad sancionadora del Estado es limitada en el tiempo.


- El señalamiento de un plazo de caducidad de la acción sancionadora del
Estado, constituye una garantía para la efectividad de los principios
constitucionales de seguridad jurídica y prevalencia del interés genera115.
- Las garantías procesales se consagran para proteger los derechos
fundamentales del individuo y para controlar la potestad sancionadora del
Estadoi6.5
- La finalidad de establecer un plazo de caducidad de la acción sancionadora no
es otra que la de evitar la paralización del proceso administrativo y, por ende,
garantizar la eficiencia de la administración'

15 Corle Consiinicionat Sentencia C-046/94.

16 Corte Constitucional. Sentencia C-827/01. "Los particulares no pueden quedar sujetos de manera indefinida ala puesta en marcha de los instrumentos

sancionatorios

17 Corte Constitucional. Sentencia C-394/02.


Medio de Control: Nulidad y restablecimiento del derecho
Demandante: Hermes OrlandoTibaduiza Moreno
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Demandado: Instituto de Transito de Boyacá
Expediente: 15001-33-33-006-2014-00100-01

El marco jurídico que regula caducidad en este tipo de casos, emerge del
contenido del artículo 13618 del CNTT, que señala como término de caducidad
6 meses contados a partir de la ocurrencia de los hechos que dieron origen a la
actuación, los cuales se interrumpen con la realización de la audiencia.

El tema de la caducidad no es un tema pacífico, por ello el aguo, adoptó la


postura extraída por varios conceptos de la Sala de Consulta y Servicio Civil
del Consejo de Estado y algunas jurisprudencias, para entre otras hacerle ver al
aquí recurrente que en primer lugar, el térniino de caducidad de la acción del
Estado para ejercer la potestad sancionadora está instituido con el fin de
garantizar la efectividad de los principios constitucionales de seguridad jurídica
y de los derechos fundamentales del individuo procesalmente vinculado a una
investigación.

Encontró que el artículo 161 del CNTT, no puede aplicarse de manera aislada
de la premisa establecida en el artículo 38 del Decreto 01 de 1984, en cuanto a
que cuando se trata de sanciones administrativas por violación a las normas
sobre transporte terrestre, el término para ejercer esta potestad está contenido
en dicho artículo, norma general ordinaria que señala: "Salvo disposición en
contrario, la facultad que tienen las autoridades administrativas de imponer
sanciones caduca a los tres (3) años) de producido el acto que pueda
ocasionarlas".

Según anotó el a quo, tuvo en cuenta las posiciones de la jurisprudencia sobre


el tema, a saber:

Primera posición:

Dentro del término de caducidad de la facultad sancionatoria del Estado,


contenida en el artículo 38 del C.C.A, debe expedirse únicamente el acto
administrativo sancionador sin que sea necesario su notificación y el
agotamiento de la vía gubernativa." Los argumentos jurídicos que sustentan
esta tesis, en resumen, son los siguientes:

- La notificación no es un elemento estructural del acto administrativo


sancionador.
- Dentro del término de caducidad debe únicamente expedirse el acto que refleje
la voluntad de la administración.

18 Artículo 161. Caducidad. La acción o contravención de las normas de tránsito caduca a los seis (6) meses,
contados a partir de la ocurrencia de los hechos que dieron origen a ella y se interrumpe con la celebración
efectiva de la audiencia. El no cumplimiento por parte del funcionario con este término será causal de mala
conducta.

19Sentencia Sección Cuarta. Rad. 5158. 94/04/22.(Artículo 38 C.C.A.),Sentencia. Sección l a. Rad. 6547. Salvamento de Voto.01/11/16.
(Superintendencia de Sociedades).
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Demandado: Instituto de Transito de Boyacá
Expediente: 15001-33-33-006-2014-00100-01

- No se requiere que el acto quede en firme dentro del término señalado en el


artículo 38 del C.C.A.
- Los recursos son mecanismos de protección jurídica de los administrados.
- La renuencia a recibir la notificación no puede reportar beneficios a la persona
renuente. Basta la citación para interrumpir la caducidad.

Segunda posición:

La segunda posición, contenida en recientes y reiterados pronunciamientos de


del Consejo de Estado2° considera válido el ejercicio de la acción sancionadora
con la expedición y notificación del acto principal dentro del término de
caducidad de la misma, sin que sea necesario que dentro del término fijado en
el artículo 38 del C.C.A. se agote la vía gubernativa. Dicha tesis se fundamenta
en los siguientes argumentos:

La caducidad del artículo 38 C.C.A. se evita con la producción y


notificación del acto administrativo.
No puede aceptarse que la imposición de la sanción se surta con la sola
expedición del acto. Para que el acto produzca efectos debe notificarse
oportunamente dentro del mismo plazo de tres (3) años señalado en el
artículo 38 C.C.A
- Una cosa es la actuación administrativa que culmina con la notificación
del acto inicial y otra la vía gubernativa orientada a producir un nuevo
pronunciamiento, a través de los recursos consagrados como mecanismo
de protección jurídica.
Siendo la interposición de los recursos una circunstancia que depende
enteramente de la voluntad del administrado, quien a su arbitrio, decide
si debe acometerla o no, lo que debe exigírsele a la administración es
únicamente que resuelva la situación del investigado y notifique su
decisión dentro del término de caducidad, sin que se requiera la futileza
y ejecutoria de ese acto. Así lo ha venido interpretando la sección 4a desde
1994.
- Al dar respuesta a los recursos, lo que hace la autoridad, es revisar una
actuación definitiva en la que pudo haber omisiones o excesos, errores de
hecho o de derecho, que tiene la posibilidad de enmendar, pero sin que
pueda decirse que sólo en ese momento está ejerciendo la potestad
sancionadora.

20 Sentencia Sección 4'. Rad 5158. 94/04/22. Aclaración de Voto. Dr. Guillermo Chahin Lizcano. (Art. 38 C.C.A.); Sentencia Sección 4". Rad.
5460 94/11/18 (Art. 38 C.C.A); Sentencia Sección 4'. Rad. 7074 95/08/11. Superintendencia Bancaria. (Art.38 C.C.A.); Sentencia Sección 4"
Rad. 7201. 95/09/25. (Art. 38 C.C.A.): Sentencia 9204 Sección 4'. 99/05/07. Acto sancionatorio cambiarlo.; Sentencia Sección Cuarta. Rad.
5976 (10056). 00/09/00 ; Sentencia Sección 4e. Rad. 11869 01/06/22. (Superintendencia de Valores. Art. 38 C.C.A); Sentencia. Sección 4".
Rad.13353 03/09/18 (Superintendencia Bancaria); Sentencia Sección 41.. Rad. 14062. 04/12/09 ; Sentencia . Sección 11. Rad. 6407. 01/08/16;
Sentencia Sección 1" Rad. 6889. 02/05/23. Caducidad de la Acción Cambiarla; Sentencia. Sección 1'02/04/25 Rad. 6896 Infracción
urbanística. (Art.38 C.C.A.); Sentencia Sección 11. Rad. 8386. 03/06/12 Sección Primera. (Caducidad de la acción cambiarla); Sentencia.
Sección 1a. Rad. 7767. 03/11/13. Superintendencia de Salud (art. 38 C.C.A.): Sentencia Sección 2'. Rad. 14394 4/03/99. Acción disciplinaria.:
Sentencia Sección 2'. 1794/98. 11/03/99. Exp. 1794/98 (Sanción Disciplinaria):Sección Cuarta, el 18 de septiembre de 2003, radicación número

13353.
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Expediente: 15001-33-33-006-2014-00100-01

La vía gubernativa, si bien forma parte del procedimiento administrativo,


es una etapa posterior a la actuación administrativa y constituye un
mecanismo de control de legalidad del acto. Se inicia una vez concluida
ésta, con la interposición de los recursos.

Tercera posición:

El acto administrativo que refleje la voluntad de la administración respecto del


procedimiento sancionatorio adelantado, debe ejecutoriarse dentro del término
de caducidad previsto en el artículo 38 del C.C.A21. En los fallos del Consejo
de Estado en los que se ha sustentado esta posición, se han dado las siguientes
razones jurídicas:

La obligación del ente sancionador consiste en producir el acto


administrativo ejecutoriado dentro del lapso establecido por la ley para
ejercer la actividad sancionatoria.
Mientras la sanción no se halle en firme lo que existe es el trámite del
proceso sancionatorio.
Debe producirse el trámite completo para la ejecutoria de la decisión que
comprende la notificación del acto que pone fin a la actuación
administrativa y las decisiones ulteriores para que el acto quede en firme.

La posición mayoritaria de la Sala Contencioso Administrativa del Consejo de


Estado, desde 1994, se ha orientado a acoger la tesis intermedia al analizar la
caducidad de la facultad sancionadora de las diferentes superintendencias;
(Salud, Bancaria, Valores, etc), así como en los regímenes cambiario,
urbanístico, contravencional y concretamente en cuanto a la interpretación del
artículo 38 del C.C.A. La Sala comparte dicha tesis, y en tal sentido, el término
de los 6 meses que otorga el artículo 161 del CNTT, ha de entenderse como el
término que tiene la administración para expedir y notificar el acto
administrativo sancionatorio, sin importar si contra el mismo se interponen
recursos o no, dicha postura actualmente se encuentra recogida por el artículo
52 dela Ley 1437 de 2011.

4. Normatividad y procedimiento aplicable frente a la determinación del


estado de embriaguez

La doctrina nacional ha definido la alcoholemia como "la cantidad de alcohol


existente en el organismo, por cada 100 centímetros cúbicos de sangre. La
alcoholemia máxima se obtiene una hora después de terminar la ingestión de
alcohol. La alcoholemia indica la cantidad de alcohol ingerido, pero no indica
la toxicidad o embriaguez "22.

21 Sentencia. Sección la. Exp. 6792, 1/11/01; Sentencia Sección 13. Expediente 6701 del 01/10/01; Sentencia Sección
2a. Rad. 17112. 23/05/02- (Tema disciplinario); Sentencia Sección 2a.. Subsección B. 25 de julio de 1996 (Tema
disciplinario).
22 SOLÓRZANO NIÑO, Roberto. Medicina legal, criminalística y toxicología para abogados.

Editorial Temis. Sexta edición. Bogotá: 2009.


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A su turno, el reglamento técnico forense para la determinación del estado de


embriaguez aguda expedido por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias
Forenses23, la definió en los siguientes términos:

"Es la concentración de alcohol etílico contenido en la sangre; para dar


respuesta a los requerimientos de la legislación colombiana sobre
determinación de embriaguez se debe expresar en mg de etanol / 100 ml de
sangre total, de conformidad con el literal A del artículo primero de la
Resolución 0414 de 2002 del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses, aclarada mediante Resolución 0453 de 2002".

Sobre el procedimiento para la determinación clínica forense de embriaguez, el


reglamento técnico dispuso lo siguiente:

"En este proceso se incorporan aspectos inmersos en la prestación del servicio


forense, la aplicación del método científico en el desarrollo de la valoración
médica y el manejo técnico de los elementos de prueba recolectados, asociados
con la investigación.

El proceso de determinación de embriaguez por examen clínico forense


describe las actividades que lo conforman y sus respectivos procedimientos,
constituye una herramienta que consolida los métodos de valoración
estandarizados y validados para el diagnóstico clínico de embriaguez, así
como el aporte desde la actuación pericial de elementos probatorios y
evidencias debidamente analizadas en el contexto de cada caso específico.

Este proceso se inicia por solicitud de autoridades penales, de tránsito y


administrativas, cuando se requiere una prueba idónea para la determinación
clínica del estado de embriaguez, el cual se manifiesta por una serie de
alteraciones clínicas evidenciables mediante la realización de un cuidadoso
examen médico forense.

Igualmente, en los casos penales, a medida que vaya entrando en vigencia el


sistema acusatorio en las diferentes partes del país y de conformidad con los
artículos 267 y 268 de la Ley 906 de 2004 (C.P.P.), puede ser solicitado por
quien sea informado o advierta que se adelanta investigación en su contra, o
su abogado (examen por peritos particulares, a su costa), o por un imputado o
su defensor, acreditando su carácter de tales, mediante constancia de la
Fiscalía" (Se destaca).

Adicionalmente, en el reglamento aludido se establecieron, entre otras, las


siguientes condiciones para efectuar la determinación clínica forense de
embriaguez:

23 Expedido en la ciudad de Bogotá en el mes de diciembre de 2005.


Medio de Control: Nulidad y restablecimiento del derecho 18
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a. La determinación clínica forense de embriaguez deber ser solicitada


por escrito, de conformidad con lo previsto en la ley, según el caso.

b. En la referida solicitud se deben aportar los datos necesarios para


orientar la realización del examen y la interpretación de los resultados
dentro del contexto del caso específico, tales como: 1) el hecho que se
investiga, ii) el motivo de la peritación y iii) las circunstancias de tiempo,
modo y lugar en que ocurrieron los hechos, etc.

c. Debe garantizarse el traslado oportuno de la persona a examinar ante


el perito médico, debido a que el resultado del examen se ve
sensiblemente alterado con el paso del tiempo.

De otro lado, en lo atinente a la responsabilidad de las diferentes actividades


del procedimiento referido, el reglamento citado dispuso que aquella inicia
"con el funcionario (secretario, auxiliar, etc.) que recibe el caso, continúa con
los peritos médicos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses o profesionales médicos que cumplan funciones periciales y deban
realizar un examen clínico forense para determinar embriaguez, y finaliza con
el funcionario encargado del envío del informe pericial y el archivo de las
respectivas copias" (Subrayas adicionales).

Aunado a ello, la norma del caso a saber la Resolución 414 de 200224, artículo
1°, dispone dos procedimientos para determinar el grado de embriaguez
alcohólica a saber: i) por alcoholemia o ii) por examen clínico:

A. Por alcoholemia. La cual se obtiene de la medición de la cantidad de etanol en


sangre y se expresa en mg de etanol /100 ml de sangre total. La correlación con la
embriaguez, debe hacerse en todos los casos según lo estipulado en el artículo 2 de
esta resolución.

PARÁGRAFO. De las maneras de determinar la alcoholemia.•

La alcoholemia se puede determinar de manera directa a través de la medición de


etanol en sangre por diversos métodos de laboratorio, preferiblemente por
cromatografia de gases. La alcoholemia también se puede determinar de manera
indirecta midiendo la cantidad de etanol en aire espirado, para lo cual se podrá
utilizar un equipo tipo alcohosensor que cuente con un dispositivo de registro.

Cualquiera que sea la metodología empleada para determinar la alcoholemia, debe


demostrarse la aplicación de un sistema de aseguramiento de la calidad que incluya
aspectos relacionados con la calibración del equipo, la idoneidad del personal que
lo opera, el método utilizado y los demás componentes de este sistema;

B. Por examen clínico. Cuando no se cuente con métodos directos o indirectos de


determinación de alcoholemia se realizará el examen clínico según el estándar
forense establecido por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

24 Por la cual se fijan los parámetros científicos y técnicos relacionados con el examen de embriaguez y alcoholemia
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Ello conlleva a establecer que no existe una sola prueba o método capaz de
llevar a determinar la embriaguez, ni se señala una sola prueba como idónea,
por lo que es válido señalar que si en nuestro ordenamiento jurídico la regla
general es la de libertad probatoria, cuando existen hechos cuyas pruebas deben
revestirse de alguna solemnidad especial, ese evento debe estar previsto en la
ley, como sucede cuando de probar la propiedad de un bien inmueble se trata.
Contrario sensu, en los casos en que la ley no establece requisitos adicionales,
los hechos pueden acreditarse a través de cualquier medio probatorio, ello sin
desconocer que existen pruebas que cumplen en mayor grado con el requisito
de idoneidad, en la medida en que arrojan total certeza sobre el hecho que quiere
probarse.

Ahora, el Reglamento adoptado a través de la Resolución no. 01183 de 14 de


Diciembre de 200525, establece claramente cada una de las actividades a
realizarse para la determinación clínica de embriaguez, entre ellos:

La recepción de la solicitud por parte de la autoridad competente, que


puede ser penal, civil o administrativa, numeral 1.4.5
.Los responsables que serán: "Son responsables de la realización del examen
clínico para la determinación de embriaguez los (las) peritos médicos (as) forenses
del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y todos (as)
aquellos (as) profesionales médicos(as) de un servicio de 52 Guía 53 "para la
determinación clínica forense del estado de embriaguez aguda" salud, público o
privado, que en Colombia deban realizar un examen médico forense para determinar
embriaguez aguda y rendir el respectivo informe pericial en los casos señalados por
la Ley
El procedimiento del examen clínico, en sus apartes como situaciones
relevantes consigna lo siguiente: "El examen clínico a la persona comienza a
partir del primer contacto visual que tenga el (la) perito médico(a) con el (la)
examinado(a), ya que a partir de ese instante pueden describirse manifestaciones,
alteraciones o trastornos debido al consumo de los diversos tipos de sustancias
embriagantes, por lo que él (la) examinador(a) debe estar pendiente de cualquier
detalle que pueda orientarlo(a) hacia el tipo de sustancia que ha consumido o, por
el contrario, descartar su consumo".

La embriaguez es un síndrome; por lo tanto, su diagnóstico se fundamenta en


hallazgos clínicos que pueden ser detectados por el (la) médico(a) en el momento del
examen. Existen signos y síntomas que permiten sospechar o establecer la presencia
de un cuadro clínico general de embriaguez. A su vez, la combinación de algunos de
estos signos y síntomas en particular, conforman cuadros específicos que orientan
sobre la etiología, lo cual puede complementarse con los resultados de pruebas
paraclínicas, particularmente cuando la embriaguez no es de origen alcohólico. Las
sustancias psicoactivas de interés forense para el diagnóstico de embriaguez tienen
efectos sobre el sistema nervioso central, que se manifiestan a través de cambios del
comportamiento y de alteraciones neurológicas. Estos cambios deben ser
identificados conforme al cuadro característico que produce cada uno de los grupos
de sustancias (depresoras, estimulantes, alucinógenas y de efectos mixtos) e
interpretados en el contexto del caso específico y que ya se mencionaron."

5 Por medio de la cual se adopta el REGLAMENTO TÉCNICO FORENSE PARA LA DETERMINACIÓN


CLÍNICA DEL ESTADO DE EMBRIAGUEZ AGUDA.
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En relación con la embriaguez grado dos señala: "El diagnóstico forense de


embriaguez alcohólica de segundo grado se configura con la presencia de por lo
menos: 1. Nistagmus posrotacional evidente. 2. Incoordinación motora moderada. 3.
Aliento alcohólico. 4. Disartria. Analizados dentro del contexto específico del caso.
Además, puede haber alteración en la convergencia ocular. Estos signos presuponen
un mayor compromiso de la esfera mental y neurológica (en lo relativo a la atención,
concentración, memoria y juicio) y por ende mayor incapacidad para efectuar
actividades de riesgo".

5. Caso concreto:

De acuerdo con los anteriores señalamientos, concluye la Sala que:

a) Para el caso de marras no le asiste razón al reproche que realiza el


recurrente, en cuanto a la posible violación de garantías fundamentales,
pues de la prueba allegada está claro que, no solo se surtieron las
notificaciones desde el inicio de la actuación, sino que interpuso los
recursos de ley, como pasa a enunciarse:

El día 7 de febrero de 2012, se avoca conocimiento por el Jefe de punto


de atención de Cómbita, se declara abierta la investigación y se reciben
los descargos de HERMES ORLANDO TIBADUIZA MORENO (fls. 5
C-2).
El día 10 de febrero de 2012, se convoca audiencia y se continua con la
indagación en relación con la práctica del examen médico, la cual se
suspendió ante el decreto de pruebas, para ser continuada el 24 de febrero
de 2012 a las 4:00 de la tarde (fl. 6 C-2).
El día 24 de febrero de 2012, se continua con la audiencia pública de
práctica de pruebas, allí se recibe la declaración del Agente de Tránsito
DANNY GUZMÁN LEIVA (fl. 9-11 C-2)
Se recaudaron las pruebas decretadas a folio 12 obra copia del "dictamen
clínico de embriaguez", se recepcionaron los testimonios y se fijó fecha
para 13 de abril de 2012, para continuar con la audiencia de pruebas (Fl.
15-16 C-2)
El 11 de abril de 2012, se recibieron los testimonios de JAIRO ENRIQUE
MALAVER y OSCAR MARTÍNEZ, en esta diligencia el apoderado del
aquí demandante elevó tacha de falsedad contra la prueba allegada como
"DICTAMEN DE EMBR1ÁGUEZ"(fl. 25-30 C-2)
El día 27 de abril de 2012, el ITBOY Cómbita, profirió las Resoluciones
No. 152384583192 y 99999999000000678020, por medio de las cuales
declaró responsable al demandante por contravención de las normas de
tránsito, suspendiéndole la licencia de conducción por 2 años, esto es
durante el periodo comprendido entre el 27 de abril de 2012 al 27 de abril
de 2014 (fl. 33-38 C-2).
En los actos señalados en precedencia se resolvió la tacha de falsedad
propuesta, negándola.
A folio 40 se halla citación a lectura de la Resolución de suspensión de
la licencia de conducción.
Medio de Control: Nulidad y restablecimiento del derecho 21
Demandante: Hernies OrlandoTibaduiza Moreno
Demandado: Instituto de Transito de Boyacá
Expediente: 15001-33-33-006-2014-00100-01

Mediante derecho de petición radicado el 01 de Junio de 2012, el


apoderado del demandante solicita al ITBOY Cómbita, que se le aclare
cuál de las dos resoluciones emitidas define la situación jurídica de su
representado y con claridad manifiesta que conoció de su contenido el día
25 de mayo de 2012, día en que se acercó con el fin de "notificarse
personalmente del fallo" y allegó copia de los actos demandados (fi. 44-
55)
'El día 9 de agosto de 2012, se convocó a audiencia pública para lectura
de los actos administrativos, se dejó constancia de la inasistencia del
supuesto infractor y de su apoderado (fi. 66).
El días 12 de febrero de 2013, se dio lectura a los actos, se interpuso
recurso de apelación y se sustentó (fi. 83-90 C2). Con fecha 6 de
diciembre de 2013, se confirmaron en todas sus partes los actos
demandados (fi. 96-103).

Todo ello, ilustra que en efecto, el proceso contravencional estuvo revestido de


todas las garantías tanto procesales como constitucionales y no merecen en esta
instancia ningún reproche, tal y como lo encontró el aguo.

b) Para el caso bajo estudio, en efecto se tiene que si los hechos ocurrieron
el día 5 de febrero de 2012, el término máximo para expedir y notificar
el acto demandado era el 5 de agosto de 2012.

Revisada la documental obrante en el plenario se tiene que con fecha 27 de abril


de 2012 se expidieron las Resoluciones 152384583192 y
99999999000000678020, siendo notificadas de manera personal, como fuera
aceptado por el apoderado de la parte actora (fi. 44 C-2), el día 25 de mayo de
2012.

Ahora, la discusión también se centró en establecer que la notificación no se


ajustó a las previsiones contenidas en el artículo 13926 del CNTT, y al respecto
no puede desconocerse corno llamó la atención el aguo, que la notificación se
llevó a cabo válidamente de forma personal, lo que indudablemente resguardó
el principio de publicidad señalado en precedencia, conociendo debidamente su
contenido, que no era otro que efectivamente la decisión como infractor y la
suspensión de la licencia de conducción, al punto que el apoderado del actor,
elevó petición a la administración señalando en uno de sus apartes que "se
solicita que las decisiones de los presentes ítems sean de fondo por cuanto
perjudican a la parte implicada al no tener certeza de la resolución que debe
ser atacada".

En consecuencia, el término de caducidad es exclusivamente de seis (6) meses,


y es el que debe tenerse en cuenta al momento de evaluar si ha operado o no la
pérdida de competencia por razón del tiempo, no sólo porque era la norma
vigente al momento de la comisión de la falta, sino porque el ejercicio de la

26 Artículo 139. Notificación. La notificación de las providencias que se dicten dentro del proceso se hará en
estrados.
Medio de Control: Nulidad y restablecimiento del derecho 22
Demandante: Hermes OrlandoTibaduiza Moreno
Demandado: Instituto de Transito de Boyacá
Expediente: 15001-33-33-006-2014-00100-01

facultad sancionadora no puede ser indefinido y vulnerar los derechos y


garantías constitucionales de los presuntos infractores, que de lo contrario,
estarían a merced de la administración de manera ilimitada.

c) En el presente caso, si bien no se allegó la prueba de alcoholemia, tal


como se afirma en el recurso, si se arrimó certificado de examen clínico
de alcoholemia, documento idóneo y susceptible de ser valorado como
prueba dentro del sub-lite, sobre el cual es conveniente precisar que, esa
información reposa en un documento que tiene el carácter de público,
razón por la cual debe presumirse su veracidad.

A razón de lo anterior, con tal documento quedó demostrado que al actor si se


le practico en la Clínica Medilaser un dictamen médico legal por un profesional
autorizado para ello, que se encontraba de turno y que arrojó como resultado
"paciente con signos y síntomas de intoxicación de alcoholemia G II".

La sala no puede pasar inadvertido el hecho relevante que en sus descargos el


actor manifestara: "(...) el agente de tránsito insistió y yo le pedí que me
hicieran la prueba de embriaguez en el hospital; no me entregaron ningún
dictamen médico, prueba de sangre no me hicieron solo que me hicieron una
prueba psicotécnica (...)", este último aparte permite inferir razonablemente
que lo que se le practicó ese día al actor, fue precisamente un examen clínico
para determinar la embriaguez y falta a la verdad cuando pretende disfrazar la
situación ante la falta de cuidado y diligencia de la entidad que realizó el
examen, pero como bien lo dijo el juez de instancia, esa circunstancia si bien
debe ser investigada, en nada invalida la existencia del documento.

6. Conclusión

Con base en lo expuesto la Sala confirmará la decisión de primera instancia,


dado que luego de examinar la cuestión decidida, confrontándola con los
reparos del apelante, no queda duda que la decisión impugnada abordó el
problema jurídico ínsito en la demanda y encontró acertadamente que los actos
administrativos acusados fueron expedidos conforme a la ley, respetando el
debido proceso que debe observarse para la imposición de las sanciones de
tránsito, y evidenciando además, que la autoridad competente ejerció en tiempo
la facultad sancionadora con base en la prueba según la cual el infractor se
encontraba en estado de embriaguez en el momento en que cometió la
infracción.

7. -Costas y agencias en derecho

La Sala condenará en costas en esta segunda instancia a la entidad demandada,


en virtud a que no prosperó el recurso de apelación. Según la regla establecida
en el artículo 366 del C.G.P., corresponderá al juzgado de primera instancia
proceder de manera concentrada a la liquidación de costas que se encuentren
probadas, igualmente lo relacionado con las agencias en derecho.
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Demandante: Hermes OrlandoTibaduiza Moreno
Demandado: Instituto de Transito de Boyacá
Expediente: 15001-33-33-006-2014-00100-01

En mérito de lo expuesto, el Tribunal Administrativo de Boyacá, en Sala de


Decisión No. 2, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley,

FALLA

PRIMERO. CONFIRMAR la sentencia de fecha 01 de diciembre de 2015,


proferida por el Juzgado Sexto Administrativo Oral del Circuito de Tunja, que
negó las pretensiones de la demanda y ordenó la compulsa de copias ante la
Superintendencia Nacional de Salud para que se investigue a la Clínica
MEDILASER, por las razones expuestas en la parte considerativa.

SEGUNDO. Sin costas en esta instancia.

TERCERO. Una vez en firme la presente providencia, por secretaría envíese


el expediente al despacho de origen.

Esta providencia fue estudiada y aprobada en Sala de decisión No 2 de la fecha.

ARCINIE
agistrado

CLARA ELISA CIFUENTES ORTIZ


Magistrada

JOSÉ ASCENSIÓN FERNÁ OSORIO


Magistra

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